01 UN NUEVO INICIO
Habían quedado a tomar algo, hacía poco que Había regresado a Nova 1, y, que tenía un aprendiz... Aquel muchacho que, ahora, tomaba café con ella en aquella terraza.
Él guardaba silencio, dedicándose a mirarla, eso la incomodaba, pero hacía como si no se enterara...
La mirada de él iba desde su mano, subiendo por su brazo, pasando, y deteniéndose unos instantes, en sus pechos (A los cueles el elástico jersey les daba cierto protagonismo), para seguir su marcha por el cuello, los labios, las mejillas, los ojos... Y vuelta empezar...
-Bueno, ¿y que buscas en la magia?
Soltó ella, con el fin de distraer el análisis de él.
-Aprender
-¿Para?
Él se encogió de hombros, y siguió su escaneo lascivo.
Oma bufo, aunque le dio una nueva oportunidad.
-La magia no se puede tomar a broma
-Aja
Asintió él, mientras ya la desnudaba en su mente.
Oma salto como un resorte, y le dio una bofetada.
Se marcho muy airada de allí, mientras rumiaba:
-Imbecil
Él se quedo allí, frotándose el lugar donde había recibido el bofetón, sin entender nada... Los demás clientes de la cafetería se quedaron mirando la escena, mientras murmuraban.
Aun así él no quito ojo, al trasero de Oma, mientras esta se alejaba, bien prieto en aquellos vaqueros.
-Imbecil
Oma, ya en su apartamento, se había desnudado, dejando sus ropas bien dobladas sobre la cama, y se dirigía al baño para darse una ducha.
Oye la música antes de que aquello aparezca cortándola el paso.
... Una criatura salida de la mente de un colgado o un satanista demasiado "iluminado"... la piel, que parece tener vida propia, llena de tubos que dejan escapar música a voluntad del ser, el cual tiene 4 brazos, dos de los cuales ocupa tocando una extraña flauta... Si Oma conociera la obra de H.P. Lovecraft, aquel ser la remitiría a la obra de este autor...
De la flauta empiezan a nacer palabras...
¿-A-QUIEN-LLAMAS-IMBECIL-,-NIÑA-?
-¿¡De donde has salido tu!?
El extraño vuelve a tocar su flauta, la mente de Oma se llena de imágenes pretéritas, y un canto que escucho tiempo atrás las acompaña...
Os contare una historia,
que quizá no debierais oír,
es peligrosa sin duda,
nunca cuando alguien se va a dormir.
Es la historia del flautista,
que hoy tenéis aquí,
que una vez fue hombre,
y el pecado conocí.
Orgulloso como era,
inmortal me creí,
como no me dieran lo exigido,
con los niños me iba de allí.
Cumplida mi amenaza,
con los niños, hechizados, partí,
por avaros sin otra generación se iban a quedar,
todo por no darme el dinero que les pedí.
¿Acaso las bestias no les quite?
¿Acaso yo no cumplí?
Expulsadas las bestias,
olvido lo que te prometí.
Mas sabia como hacerles pagar,
cada niño del pueblo, junto a mi, hice salir,
los lleve por los bosques,
y en el fondo de un acantilado los perdí.
Mi crueldad fue castigada,
avaro yo también fui,
cobre con sangre
lo que con sangre conseguí.
Los del pueblo recurrieron
a un sabio que me devolviera lo que les hice sentir,
perdí piel y músculos,
y, siendo viento y bosque, me quede por siempre aquí.
-El flautista
Lo que venía allí a hacer el flautista es evidente, sobre todo con una muchacha tan hermosa, y, en ese momento, en tan bella y apetitosa desnudez...