01 MARTIRYA III:
Martiria (Según la RALE): Especie de panteón donde se enterraba a los cristianos mas importantes, durante el precristianismo (Época de ilegalidad del cristianismo)
Martirya (En nuestra versión): Almas sensibles en contacto con los Dominios Olvidados, lo que puede suponer su caída en al locura... Kamikazes de lo místico, malditos condenados al dolor y la locura... El abismo de la locura se ha abierto ante sus pies, solo les queda intentar aferrarse a algo... o...
Los Dominios Desconocidos, una lugar fuera del tiempo y el espacio.
Cuando Oma regreso junto a su protector, pensó que sería recibida con los brazos abiertos...
El mercenario Oso Polar, sospecho que la Vidente le hubiera traicionado... Tanto sospecho, que al verla acompañada enseguida hizo cábalas...
Golpeo a la Vidente en cuanto esta se acerco, e, inmovilizándola, con su peso, en él suelo, la encadeno las muñecas. La ordeno marchar, así, a los calabozos.
Oma, con las manos a la espalda, flotaba delante de Oso Polar, quien sujetaba la cadena que ataba las muñecas de la Vidente.
-Ahora veras lo que ocurre por traicionarme.
Colgó el extremo de la cadena en un gancho adherido al muro, y, empuñando una fusta, comenzó a golpear el cuerpo de la Vidente.
-¡1!
A cada golpe la piel se amorataba o se abría, con profusión de sangre...
-¡7!
Oma, que tomo este tratamiento, como un gesto mas del amor de su salvador, intentaba permanecer impasible a cada uno de los golpes... Alguno la hacía doblar las rodillas, pero enseguida se incorporaba con gesto placido en el rostro...
Cuando por fin se dio por satisfecho, Oso Polar, la dejo allí, y cerro al puerta de metal, mientras la gritaba:
-Piensa en ello.
Oma, al fin abría los ojos... Y se observaba su magullada piel... No perdía la sonrisa, ni la calma... Él la había rescatado y curado, le debía la vida... Él jamas la haría daño gratuitamente...
Horas después volvió con un cuenco con comida, lo puso frente alas rodillas de Oma... Pero no la quito las cadenas...
Oma tuvo que inclinarse, y meter la cabeza en el cuenco para poder saciar su apetito.
Él se quedo mirándola tras la puerta metálica...
Volvio al caer la noche, cargando con una manguera, que había conectado fuera del calabozo. Él chorro a presión golpeo, violentamente, el cuerpo de la Vidente, aunque limpio la sangre reseca, y la mugre acumulada sobre su piel...
Así paso una semana. Siempre la misma rutina: Fustigada por las mañanas, alimentada al mediodía, y lavada por las noches.
Cuando al fin la libero, Oma acompaño a su protector fuera del calabozo.
Aun sin saber que impulso la llevo a la cocina, allí encontró una marmita llena de huesos humanos, y, en las paredes del utensilio de cocina, una pasta similar a la que Oso Polar la daba de comer en el cuenco...
Entonces recordó a la chica que había llegado con ella, la chica a la que salvo... Se giro hacía Oso, y este la sonrió con malicia... Aquello cambio la visión idílica que tenía de aquel ser.