La octava puerta
01
Oma caminaba por las calles de la ciudad, los coches pasaban volando en todas las direcciones. Ella miró de reojo al interior de una cafetería, y eso la recordó que esa tarde vendría su discípulo a casa, espero que después de darse una ducha fría.
El día anterior la Hermandad Carmesí fue aniquilada al completo, la TV dio la noticia diciendo que el edificio que ocupaba un importante grupo de hombres de negocios había sido misteriosamente atacado, y, sus ocupantes reducidos a cenizas. Oma descartaba a Cronos, pues ella misma había finiquitado al engendro. Pero su inquietud venía por los acontecimientos de esa mañana: Varios Taromagos, mediums, y los propios Neomagos al completo, habían corrido la misma suerte... Alguien iba a por el mundo mágico, y Oma estaba inquieta por si iban a por ella... Pese a todo su poder, quien fuera, y después de haber dado muestra de una rapidez y eficiencia sorprendentes, la ponía de los nervios...
Para empeorar las cosas, esa misma mañana había recibido una notificación que la nombraba responsable de los bienes de Ana, mientras esta estuviera "indispuesta" para hacerse cargo ella misma... Así que tenía que ir a Rivas, donde al esperaba el abogado para que firmara los papeles...
Salió del metro, y el silencio de aquel lugar al cubrió por entero...
La gente caminaba sin mirarse, apurando el paso para refugiarse cuanto antes en sus casas. Oma había vivido algunos de sus momentos mas felices, en aquel lugar, con Ana y Paula... Aunque al regresar notaba algo nuevo en el aire...
Se puso a caminar hacía la zona de chalets donde estaba el de Ana...
El abogado la esperaba en la puerta.
-Llega puntual, señorita
Oma forzó su mejor sonrisa, algo la estaba poniendo nerviosa, y no sabía el que... Desde que salió del metro, sus sentidos no habían parado de advertirla de que algo la seguía, pero eran incapaces de decirla que, y, desde donde...
-¿Puede firmar aquí?
-Oh... Si, claro
Oma cogió el boli que la ofrecían, y estampo su rubrica.
El hombre se marcho enseguida, quizá a él también le ponía nervioso aquel lugar, en su coche.
Oma saco sus llaves, y abrió la puerta de entrada... En cuanto piso el jardín exterior, los recuerdos la golpearon como un puñetazo en al cara...
Se trago las lagrimas, y entro en la casa... El aroma del abandono lleno sus sentidos... Tardo en sentir aquella presencía...
-¿Quién esta ahí?
La sombra del paragüero cobro vida, y se escabullo entre las piernas de la Vidente, sin darla tiempo a reaccionar... Cuando salió al exterior tratando de localizar aquello... El sol aprecio estallar en el cielo, borrando, con una inmensa luz amarillenta, todo lo que rodeaba a Oma...
Tuvo tiempo de ver aquel puño de piedra naranja venir contra ella... Lo esquivo por poco, pero sintió que algo atrapaba sus pies... ¿Lodo?... el siguiente puñetazo la impacto en el estomago, dejándola sin respiración...
Estaba claro que iban a por ella, pero ¿quiénes?... ¿Serían estos los asesinos de magos? Fueran quienes fueran, no pensaba darles el gusto de vencerla...
Con las pocas fuerzas que aun conservaba, se elevo lo mas alto que pudo, de pronto algo salto a su espalda, aferrándola, con sus brazos, del cuello para estrangularla... Aquello era demasiado, y, sacando fuerzas de su furia, Oma estallo...
... Disipo la luz, y lanzo a su agresor contra el muro de la casa... Sin la cegadora luz, pudio ver a sus adversarios... Uno estaba levitando frente a ella, la que había tratado de ahogarla era una muchacha bajita vestida de duende, junto a ellos había un tío con cuerpo hecho de ladrillos, y, otro que olía y parecía un lodazal.
-¿Quién coños sois?
-So... mos... Al... fa, nos... di... jeron... que... la... asesina de magos... había... venido a la ciudad
-¿Y quien os dijo que pudiera ser yo?
-Recibimos una llamada
Dijo el hasta ahora gallardo, y ahora tembloroso, chico volador...
Oma los miro severa.
-Será mejor que os vayáis antes de que cambie de idea...
Los 4 salieron por aptas antes de que Oma se lo pensara mejor...
-Novatos
Y se metió en al casa... Pero una sombra seguía observándola...
02
Hay puertas que no deben abrirse,
pues detrás esta el infinito,
abismo donde / al que solo se asoman los eternos.
A escasamente un metro del suelo, Oma levita con las piernas cruzadas y los ojos cerrados... No los abre hasta que siente su presencia, al principio es solo una silueta recortada sobre la luz del túnel creado para esta reunión.
-¿Me esperabas?
La Vidente ni siquiera mueve los labios, sabe que a él tampoco le haría falta:
Si
Oma desciende, y, se posa, de pies, en el suelo... Su cuerpo inicia el cambio, augurando la confrontación...
Tarde en comprender que solo podías haber sido tu.
¿Por qué puerta?
¿Por qué también a los Videntes y los Neomagos?
Unos eran tu familia, otros tu raza.
Puerta no contesta, avanza hasta hacerse visible a los ojos de Oma. Esta se sorprende al ver el cambiado aspecto de su, tiempo antes, en secreto amado.
Pero... ¿Qué te han hecho?... Tu aspecto... Tu cuerpo...
-Esto me lo he hecho yo mismo, mi amor
Las ropas de la Vidente se esfuman lentamente, así como su aspecto humano...
Sea lo que sea, estate seguro de que...
El cabello de Oma, hasta ahora sujeto en una cola de caballo, arde en llamas, mientras el Fénix (la sexta puerta) graba su glifo llameante en el torso de la muchacha...
... Voy a detenerte.
La metamorfosis de Oma se ha completado en ese momento, y, mientras el tunel que los alberga estalla también en llamas, comienza a avanzar hacía Puerta.
Puerta se deleita con la belleza de su antigua amada...
-¿Qué hiciste, Puerta?
La gravedad de lo que sospecha, al sentir el poder que devora a Puerta, la hace emplear su voz para preguntarle...
-Jamás serías capaz de comprender hasta donde he llegado... Después de que desaparecieras... Seguí estudiando las puertas, deseaba trascender todas las barreras... La magia, el universo, es cambio continuo... Tenía que haber algo mas allá... Lo probe todo, drogas y ayunos incluidos... entonces por fin conseguí abrirla...
-¿Abrir que?
Oma sospecha que aquello que va a escuchar ahora la superara con creces... Y Puerta no la decepciona...
-La Octava Puerta... La Eternidad infinita... El cuerpo de lo eterno... Fue demasiado para un cuerpo físico... Todo ese poder... Ojalá pudieras sentir este milagro corriendo por cada célula de tu cuerpo, como lo siento yo desde entonces...
-No es un milagro... Es una maldición que te ha vuelto loco
-¿Loco?
Y la carcajada que siguió casi helo el fuego que cubría a Oma.
-Poderoso... ¡Todopoderoso!
El túnel se congela, Oma siente como Puerta aplasta cada una de sus células sin apenas pestañear...
-Todo es una mota de polvo en mi presencia... Adórame y te permitiré vivir, mi amor
Pero Oma solo tiene una pregunta en su mente:
-¿Por qué ellos, Puerta?
-Llámalo instinto de preservación... ¿Te unirás a mi?
Oma levanta como pude su rostro, para mirar a Puerta...
-Bésame
-Estaré encantado, mon amour
Puerta suelta su presa, y acoge entre sus manos el rostro de Oma... Acerca sus labios a los de ella... Ambos se unen en un cálido beso...
Puerta ah caído en la trampa... El fuego del fénix le rodea, abriendo una puerta dentro de él...
Nunca reinare junto a un loco
Oma se alza, entre el fuego, con los brazos abiertos, fundiéndose con la Sexta Puerta, mientras Puerta se tambalea con sumiéndose por el poder abierto en su interior... La Octava Puerta reacciona, ante la unión de sus dos antecesoras (Unidas desde el principio de los tiempos, Fénix y Cosmo), abriéndose ella también, y consumiendo a Puerta en la acción...
-No... No quiero morir...
En un intento desesperado agarra a Oma, y la arrastra al agujero negro en que se ha convertido su cuerpo...
¡PLOP!