01 LOCURA SERVIDA EN COPITOS DE NIEVE
La familia Hernández había planeado sus mejores vacaciones.
Habían alquilado un chalet en las montañas, y allí se desplazaron.
Los dos primeros días estuvieron divirtiéndose, y disfrutando del paisaje
nevado.
Al tercero comenzó la ventisca.
Al cuarto día se vieron incomunicados debido a una avalancha.
Al quinto se vieron sin víveres, ni forma de salir a buscarlos, pues la
avalancha había bloqueado puertas y ventanas.
Aguantaron el hambre durante tres días, pero la ventisca, y los efectos de la
avalancha, acabaron por vencerles.
Una noche el padre creyó ver una sombra moverse por la casa, le dijo a su mujer
y a los niños que no se movieran, que iba a ver quien era... Al día siguiente se
lo encontraron muerto de un infarto... En la casa solo estaban ellos, pero el
aire olía raro, y la atmósfera era espesa...
Al noveno día la madre llamó a su hija mayor.
Madre: Andrea, hija, ven
Andrea: ¿Qué ocurre?
Madre: Hija, bien sabes que ya no hay comida, y el hambre nos azota ¿No es
verdad?
Andrea: Cierto, debemos buscar de alguna forma algo de alimento
Madre: Pero la ventisca no amaina, ni la nieve que nos cubre se derrite... He
pensado durante esta noche, el cuerpo de tu padre acabara pudriéndose... Se que
a él no le importaría que... usáramos su cuerpo para evitar acabar como él
¿Comprendes, Andrea?
Andrea: es algo horrible ¿Como puedes pensar en eso?
Madre: No tenemos otra opción, moriremos sino comemos
Andrea: No, no podemos
Madre: ¿Qué otra idea me propones?
Andrea: Tienes razón, madre
Madre: ¿Me ayudas a cocinarlo?
Andrea: Primero hay que desmembrarlo
Madre: Tienes razón, coge el hacha, cortaremos lo que vayamos a consumir hoy
Andrea: Entonces cortaremos mejor las piernas
Madre: Y las coceremos
Andrea: Si
Las piernas dieron para comer y cenar.
A la noche, tras la cena, la madre se acercó a Andrea, que era la única que
conocía el origen de la carne consumida
Madre: ¿Te gusto la carne?
Andrea: Tenia mucha hambre, no podía pensar en de donde venia... Solo la comí
Los 4 hermanos y la madre se fueron ha acostar...
Durante la noche la pequeña se levantó a beber agua, y al fondo del pasillo vió
una figura... Pensando que era alguno de sus hermanos la siguió cuando se metio
en una de las habitaciones vacías...
A la mañana siguiente, todos buscaron a la niña. Andrea dio un grito cuando la
encontró... Estaba colgando por el cuello, con el cable de una lámpara apretando
su amoratada traquea... Su cara estaba sonriente, como la de una muñeca de
cerámica...
Mas tarde, su madre intentaba consolar a Andrea
Madre: tranquila, cariño
La decía mientras la acariciaba.
Madre: ¿Estas mejor?
Andrea: Eso.. Eso creo
Madre: Me alegro... He de decirte una cosa... Tu padre tenia hongos esta mañana,
nos hemos quedado sin comida... La pequeña... esta tierna... y sonrosada.
Muerta... solo nos servirá de una forma ¿No crees?
Andrea: Claro...
Una luz se encendió en las pupilas de la chica, su expresión
se volvió fría...
Madre: ¿Crees que su carne nos dará para comer unos días mas?
Andrea: Pueda que si... y creo que... estará muy exquisita
Madre: Me alegro... Ayúdame a llevarla a la cocina
Ambas mujeres cargaron con el pequeño cuerpo, al que desnudaron después de
depositarla sobre la mesa.
Madre: ¿Como crees que será mejor cocinarla?
Andrea: Puede ser asada
Madre: Mmmmm... Ok. Tu la cocinaras, mientras yo quemo sus ropas en la chimenea,
al menos así nos calentaremos, también, a falta de leña
Cuando su madre se marchó, Andrea se dirigió hacía el cuerpecillo rechoncho de
su hermanita... La bañó con una saludable cerveza, para adobarla, y luego la
introdujo, como puede ella sola, en el horno... El tamaño de la niña era
perfecto, no había hecho falta descuartizarla... Cocinaría el cuerpo entero para
evitar lo que había ocurrido con el del padre.
La niña les dió una deliciosa comida, pero no quedaba nada
cuando llegó la hora de cenar. De nuevo el nerviosismo cundió entre la madre y
Andrea
Madre: ¿Qué haremos ahora, hija mía?
Andrea: ¿Por que no continuamos con el siguiente?... Seguro que Andrés o Carlos
nos deleitan con su rica y jugosa carne
La madre dudó antes de contestar...
Madre: Pero eso significaría asesinar a uno de tus hermanos
Andrea: ¿Y por que no? Si ya nos comimos a uno...
La madre se quedó pensativa, el caso era que la pequeña estaba muerta cuando se
la comieron... Pero asesinar para comer...
Madre: ¿Y cual de los dos recomendarías tu?
En verdad a la madre se le hacía la boca agua, acostumbrada ya a la carne humana
Andrea: Andrés
Madre: Mmmm... Que bien elegiste, Andrea
Dijo la madre, ya en privado, tras la cena.
Madre: Andrés estaba delicioso
Andrea: Riquísimo... Mmmm
Madre: ¿Cual fue la receta con que lo preparaste?
Andrea: En un sangriento sudado
Madre: Mmmm... Que buena cocinera eres
Y la abrazó
Andrea: Gracias
Unos ojos brillaron, incandescentes, en el rincón...
Andrés duró hasta después de la cena del día siguiente.
Los tres supervivientes se fueron a la cama, satisfecha su hambre
Madre: ¿Que te parece Carlos?
La dice su madre, a Andrea, antes de despedirse. Ya olvidados los
remordimientos, y devorada por el placer de seguir disfrutando la exquisita
carne filial
Andrea: Esta un poco delgado, no nos dará esa exquisita y jugosa carne que nos
dieron los otros dos
Madre: Mmmm... Cierto
Andrea: Tendremos que hallar otra solución
Madre: Acostémonos, mañana lo pensaremos
Mas tarde, Carlos, se levanto, ya casi estaba sobre las montañas el amanecer...
... Las dos mujeres se despertaron por un grito húmedo
rápidamente ahogado
Corrieron hacía el origen, con el corazón palpitante
Andrea: Oh, noooo...
Carlos estaba empalado por varias estacas de hueso
Madre: ¿Has sido tu, Andrea?
Dijo la madre, sin quitar ojo al dantesco espectáculo
Andrea: Nooo ¿Como se te ocurre preguntarme eso?
Madre: Ok... Al menos se ha resuelto un problema... Prepara la bañera de
cobre... La calentaremos al fuego de la chimenea, y guisaremos la carne de
Carlos
Andrea: Ok
Madre: Nos lo comeremos guisado
Y, tras calentar hasta hervir el agua que habían depositado en la bañera de
cobre, sumergieron el cuerpo de Carlos
Su carne dio tan solo para la comida y la cena
Como una señal del destino, aquella noche, antes de acostarse, madre e hija
oyeron crujir la nieve que se deshelaba
Madre: Mañana, por fin, podremos salir de esta casa
Dijo la madre, con la ternura que no había mostrado con los cuerpos de los demás
miembros de la familia
Madre: ¿No te alegras?
Andrea asintió.
Madre: Ahora durmamos
La noche estaba muy avanzada cuando a Andrea la despiertan gritos y jadeos procedentes de la habitación de su madre...
Camino con precaución hacía la habitación, abrió la puerta silenciosamente, solo lo suficiente para ver dentro... Su madre, con las mano sujetas a la altura de la cabeza, era violada por una especie de nube que en ocasiones tenía forma humana... Iba a gritar, cuando algo de enrollo alrededor de su cuello, y al apretar la corto la respiración...