03 LA RESISTENCIA
-Quisiera tener un hijo tuyo, maestro
Aquellas palabras dejaron descolocado a Papa Roach entonces, y aun le perturban cuando las recuerda, ahora en su vejez.
Papa Roach esta preocupado por su alumna, ahora su reina... Sabe que hay poderes muy fuertes queriéndola derrotar, pero hay asuntos sobre los que juro guardar silencio.
Recuesta su viejo cuerpo, sobre el sillón que tiene junto al lecho... Ys e queda mirando este... Recordando... Recordándola...
-Maestro ¿creéis que soy hermosa?
La princesa, su alumna, había entrado ya en la adolescencia, sus caderas se habían ensanchado, y sus pechos lucían firmes y redondos... Su piel tostada por los eternos rayos de sol, que regalaba el cometa a las tierras de los arlequines, se deshacía, suave y golosa, entre los dedos de sus amantes... y luego estaba aquella hermosa cara, los años se habían detenido con dulzura en aquel rostro aniñado, de grandes ojos y boca lujuriosamente deliciosa en la jugosidad de aquellos labios...
-Eres todo un placer visual, alumna
La princesa lucia semidesnuda, tan solo tapaba su sexo unas braguitas deportivas, sentada sobre aquel banco...
-Me deseáis maestro
Hizo mal en darla esperanzas de un amor, aquel día años atrás... Y en ese momento fue la primera vez que se arrepintió de haberlo hecho.
-¿Por qué no me contestáis? Acaso no soy objeto de deseo digno de vos
Mas de lo que ella creía, la princesa se había convertido en su debilidad... Pero su condición no le permitía caer en esa debilidad, debía evadirla...
-Observad lo digna de vos que soy
La princesa comenzó a acariciarse los pechos... Y el entreabrir de sus jugosos labios (Gesto que excito mas aun al ya tentado maestro), indicaba que estaba concentrando energías desde su vientre (Liso, y suave como la seda al tacto) a su sexo...
-Mmmmmm
Él estaba realmente encendido... La princesa no veía los efectos, del baile de su cuerpo, sobre su maestro, pues había cerrado sus párpados para una mejor concentración...
-Mmmm... Mirad como practico vuestras artes... Como soy la digan discípula que he de ser...
Él deseo que fueran sus manos, y no als de ella, las que acariciaran aquellos pechos tan redondos y firmes... Plantar su boca sobre aquellos pezones tan apetitosos... Y que luego esta boca bebiera de la de ella los licores tan dulces que, parecían prometer los apetitosos labios, entreabiertos por el placer.
Pero no se movió, temeroso de incurrir en un pecado... Una falta que podría costarle un grave castigo, de ser conocida...
Solo podía poseerla para enseñarla, y ahora estaba viendo que la había enseñado bien...
-Aaaaaaaaaaahhhhhhh
Y de entre los muslos de la muchacha empezó a crecer un río azul, que al tocar el suelo genero vida (Flores hermosas, y, hermosos animalillos)... La Creación, uno de los hechizos mas poderosos de la magia sexual... Quien lo controlara podía ahcer crecer de entre sus muslos cualquier cosa que su mente pergeñara...
-¿Te gusto?
Pero para cuando la princesa abrió los ojos, él ya se había marchado...
Cuanto había amado a esa niña, y ahora sentía que la estaba traicionando... Pero no podía romper su palabra... Aquel pacto de silencio tenía milenios de antigüedad, y él nunca había roto un pacto... Ni una ley...
¿Y que le había dado eso a cambio?
Papa Roach se miro en el espejo de la pared... Analizo su reflejo, mientras meditaba aquella respuesta...