Lady Britania de ojos tristes, nariz afilada y boca grande de carnosos pétalos de rosa, recostada en aquel diván me observa, y, desde esta posición puedo ver sus frescos pechos, comprimiéndose uno contra él otro, bajo su acentuado escote.
-¿Qué deseáis, caballero? -me pregunta con voz lánguida - ¿Tuvisteis un dura trayecto hasta aquí?
-Todo fue bien, milady ¿Qué tal os encontráis vos?.
La muchacha recostada se mueve y actúa de forma tan lánguida como habla, pero no tengo prisa... espero.
-Bien, gracias... Contadme algo de vuestro viaje, me gusta escuchar a los viajeros que me visitan.
-Todo fue muy normal, milady.
-Aquí todo es levantarse, comer, y atender a las visitas... A veces la monotonía se rompe con algunas clases de baile o la visita de alguien como vos.
Mi mirada va de sus labios a sus perfectos pechos, mientras la escucho hablar.
-Espero no entorpecer vuestra ocupada agenda.
Ella sonríe ante mi ocurrente intervención.
-Pronto llegara una trouppe de titiriteros, y veremos su actuación en los jardines.
-Me encantaría asistir, si me permitís.
Ella vuelve a fruncir sus deliciosos labios para sonreírme, y asiente.
-Como gustéis, mi joven visitante se levanta, y, al hacerlo, su escote se ensancha algo más, tapando ahora poco más que los pezones (La rosada aureola se adivina un tanto) -. Representaran dramas clásicos ¿Os gusta este genero?
-Depende de la historia.
-La principal trata sobre el comercio de personas.
Su sonrisa parece tornarse enigmática, como si ella supiera de mí más de lo que yo esperaba.
-Un tema duro.
La indico.
Ella asiente, mientras se pone en pie. No es más alta que yo, y su indumentaria: una larga túnica de seda blanca; se desliza como una suave brisa descendente por todo su cuerpo (dibujando al milímetro cada centímetro de sus curvas).
-¿Quiénes somos nosotros para juzgar esas cosas?
Declama como una actriz de un drama epico.
-Si vos lo decís.
-¿Puedo preguntarte una cosa? Me dice acercando su rostro a escasos centímetros del mío. Puedo olor su perfume desde aquí ¿Acaso se me odia lejos de aquí?
-No tengo la menos idea, milady.
La contesto con total sinceridad, aguantando las ganas de robar un beso de esos labios dulces y jugosos.
Ella se encoge de hombros y me sonríe.
-Quizá no sean ciertas las habladurías.
De espaldas a mi, deja caer la túnica, su espalda suave y lisa terminada en aquel duro y redondo trasero... Sus muslos torneados... Sus gemelos fibrosos... Apenas puedo contenerme para no tomarla allí mismo.
-¿Podéis acercarme ese vestido?
Y con su delgado dedo señala un vestido de terciopelo verde, que descansa sobre una silla.
Me levanto, y, al cogerlo, el perfume de la carne de Britania me embarga... Reprimo la tentación de pegarlo a mi rostro, y se lo alcanzo.
-Gracias.
Y vuelve a regalarme una de sus sonrisas.
Con gran gracilidad se viste, y, enseguida estamos bajando al salón donde se realizara la representación de los titiriteros.
Cuando llegamos, la trouppe ya esta preparando su actuación. Mis ojos son atrapados por las formas sinuosas de una muchacha de piel pálida y larga melena negra decorada por una corona (con forma de zarza) dorada. La joven tan solo lleva un pareo blanco, mientras con sus brazos cruzados tapa sus pechos, mientras camina de un lado a otro.
-Su nombre es Mesmerina me susurra Lady Britania al oído -. Es hermosa ¿Verdad?
Yo asiento.
En ese momento, Lady Britania, se excusa unos momentos, y camina hacía un reservado. Mesmerina sigue a la lady, y eso llama mi atención y mi curiosidad, así que decido ir a espiarlas.
Lo que ven mis ojos, una vez llego junto a la cortinilla de terciopelo, echada para dar mayor intimidad a quienes en el reservado se encuentran, y me pongo a espiar por un mínimo resquicio entre el vano de la puerta y la cortina, me llena de sorpresa y excitación: Mesmerina yace tumbada, completamente desnuda ya, en un diván de terciopelo tan verde como el traje de Lady Britania, esta última esta flexionada sobre ella, y, lamiendo, chupando, y dando dulces mordisquillos en los sonrosados pezones de la actriz. Mesmerina permanece en un estado inmóvil, casi como si fuera un muñeco o un cadáver, mientras los carnosos labios de Lady Britania pasan de sus pechos a su vientre, y, más tarde, se pierden entre sus muslos. Durante lo que dura este acto amoroso, Mesmerina permanece en el mismo estado inconmovible.
-¡Mesmerina! ¿¡Mesmerina!?
Es la voz del jefe de la trouppe, que llama a la actriz para dar comienzo a la representación. Cuando vuelvo a fijar mi vista en las dos amantes, ambas están de pies y con los ropajes que llevaban cuando entraron en esa cámara.
Regreso a mi asiento, antes de que Lady Britania pueda notar mi indiscreción,
Cuando ella, disculpándose por su ausencia, se sienta a mi lado, noto el rubor en su rostro y su mirada fija en la única actriz entre los títeres, de tamaño natural, que representan aquel espectáculo.