PORNOGRAFFITY (Capitulo 6)
Mientras espero en los preciosos andenes del metro de Moscú, os voy a contar una historia Mejor, os la transferiré a vuestras mentes, como si fuera una película. ¿Listos? Ahí va:
Ella llama a la puerta.
Él la abre... No hay nadie en la casa.
-¿Subimos arriba?
Le propone.
Él asiente, lleva unas gafas de solo puestas. Cuando se sientan en la mesa, él, aun no se ha deshecho de ellas. Duda si advertírselo... Pero no quiere que la tache de impertinente.
La clase avanza... Las gafas persisten sobre los ojos de él.
Acaba percatándose de la inquisitiva mirada de ella... No la da importancia.
Acaba la clase... Se levantan...
Ella decide hacerse la graciosa.
-¿Te molesta la luz? ¿No serás un vampiro?
Como si de una señal para moverse se tratara, mudo, y, con la mirada fija adivinándose bajo los cristales ahumados, se acerca a ella... Besa su cuello.
-Puede
La susurra él.
Ella enrojece... Él repite la acción, esta vez con la boca abierta, que se cierra, succionando, sobre la suave piel del largo cuello de ella.
Ella suspira... Apoya su cuerpo contra la pared mientras el beso continúa...
-El próximo día seguimos con las clases
Ella abre los ojos... Él la mira, aun con sus gafas de solo puestas... ¿Ocurrió aquello realmente?
Ella salió de la casa aun mareada tras la experiencia...
El día de la siguiente clase llego.
Ella se presento vistiendo una minifalda rosa y una camiseta ajustada... él la vio venir desde su ventana.
Esta vez fue la madre quien la abrió.
Ella subió las escaleras... Él la esperaba al final de estas.
-Hola.
-Hola... Me extraño al verte venir.
-¿Por?
-Ví a una Otaku muy sexy... Luego me di cuenta que eras tú.
Ella se siente ofendida, trata de enmascarar su reacción.
-Oh... Vale.
Entran en la habitación... Se sientan en la mesa.
Comienzan la clase...
En un momento de esta... Ella siente el dedo de él acariciar distraídamente la parte interior de su muslo. Se detiene.
-¿Qué ocurre? ¿Qué haces?
Él la mira confundido.
-Nada.
Su imaginación la juega malas pasadas.
Siguen la clase
En otro momento siente la mano de él acariciar la suya, la mirada fija, de él, en sus labios moviéndose, mientras da la lección.
Se vuelve a detener.
-¿Qué paso?.
Ella sonríe.
-Nada.
Comienza de nuevo la lección.
Vuelve a sentir la mirada de él sobre ella...
-No puedo más.
-¿Te ocurre algo, Ana?
-¿Qué deseas de mi? ¿Por qué me torturas de esta forma?
Él calla... Sonríe.
-Deseo poseerte
La voz la derrite... Casi en un susurro deja escapar de sus labios un:
-Tómame.
Se desvanece sobre él... El miembro estaba desnudo... Ella lo engulle... Lo desea... La liberara... O quizá acabe de atraparla...
Una sala de fiestas.
Él llega vistiendo un abrigo de piel.
Ella le invito a aquella fiesta.
Él no la presta atención, se dedica a beber.
Ella baila.
-Desnúdate.
Ella se gira... No hay nadie a su lado... ¿Quién la susurro?
Él sigue bebiendo.
Ella baila.
-Desnúdate... Esta noche estás apetitosa.
Ella se gira... Nadie... Esta vez al susurro lo acompaña una caricia sobre sus pechos.
Él no se ha movido.
Ella baila.
Baila... Baila... Una brisa acaricia su piel... La hace más grácil...
¿Por qué todos me miran?, piensa de pronto. Tarda poco en comprenderlo... Esta desnuda.
Él sigue ahí bebiendo. La sonríe.
Ella esta enrojecida... baja la vista, pero una sonrisa se dibuja en sus labios.
Ya era prisionera de él... Prisionera del deseo.
Cada noche se masturbaría, desde entonces, hasta caer agotada.
A las clases iba cada días mas provocativa... Pero él la ignoraba.
Aquel día llego con una blusa blanca... El pelo suelto, y unos pantalones negros que se ajustaban a sus piernas y sus caderas.
Él abrió la puerta... Ella espero a que estuvieran a solas en la habitación. Ella introduce su mano dentro de los vaqueros de él... Busca ansiosa el sexo... Lo atrapa, comienza a masturbarlo...
Él extrae la mano de sús pantalón... Ella cree que la rechazará y reprenderá... Se equivoca... Tras observar la mano, comienza a chupar cada uno de los dedos que esta posee.
Ella no puede reprimir el impulso de besarle... él acepta esos labios entre los suyos, y, los chupa y muerde...
-Desnúdate.
-¿Quieres que te la chupe?
-Desnúdate.
Ella obedece, se muestra ante su señor tal y como vino al mundo.
-Ahora si... Chúpamela.
Ella se arrodilla... Adora el miembro, lo llena de besos y lametones... De pronto cobra vida... Se cuela entre sus labios... La llena de leche... Y entonces... Revienta.
... Cuando abre los ojos es de noche... Se encuentra en su propia cama... ¿Acaso ha sido un sueño?
Quiso alejarse de él.
Dejo las clases... Meses después se hecho novio formal.
Todo pareció volver a la normalidad.
Pero se equivoco.
Encontró a su novio ahorcado en su apartamento... Ella emitió un grito lleno de pánico... El pánico aumento cuando leyó lo que habían tatuado sobre el pecho del ahorcado: Eres mía... Nunca lo olvides.
Perdió la conciencia...
:::::::
Despertó en una habitación blanca... en un hospital psiquiátrico.
La policía la había encontrado enroscada, cual serpiente constríctor, al cuerpo del presunto suicida... Lo estaba devorando.
La internaron enseguida... sola de por vida.... Pero ella nunca estaría sola... Él era su dueño... Cada día aparecía con marcas de dientes, moratones, y cicatrices, pensaron que se autolesionaba... La drogaron... No podían estar más lejos de la verdad.
Indefensa por las drogas era aun mas suculenta... A su amo nunca le excitaron las luchas y los gritos... (Fin)
Bueno, aquel chico era yo. En cuanto a ella, la chica a la que esclavice Bueno, es mi carta en la manga para el asunto que tengo aquí en Moscú. Miro mi reloj, calculando que debe estar ya esperándome en la habitación del hotel que he reservado en la ciudad.
Por fin llego mi parada. Me apeo, y busco la salida.
Tardo apenas unos minutos en llegar al hotel. El recepcionista se sorprende de que no traiga equipaje, me lo dice en ingles mientras me da las llaves de mi habitación.
Antes de entrar me quedo un rato escuchando los murmullos de dentro de la habitación, son como susurros cacofónicos, creo que será divertido.
La encuentro hecha un ovillo en una de las esquinas de la habitación. Es prácticamente un esqueleto de cabello castaño claro... Lleno de marcas sanguinolentas por todo su desnudo y blanco cuerpo.
-Él vino a buscarme un día... Me trajo con Ellos... Me hablo de un lugar, de unas... Y Unos seres que me ayudarían... No, no son Ellos... Los seres de los que me hablo ya están muertos... Y exigen algo a los vivos... Ellos me liberaran... Liberaran...
No se que cojones murmura, pero me acerco a ella y la pongo de pies.
-¿De quien hablas?
La pregunto.
-Él te conoce.
Es su única respuesta.
Así que llevo a mi antigua esclava a los pies de la enorme cama de matrimonio, la hago arrodillarse, y, que me haga una buena mamada (por los viejos tiempos) mientras llamo a algunas personas que pueden serme útiles en esta ciudad.