miprimita.com

La bella chica sin voz

en Fantasías Eróticas

Vaya, debe ser mi día de suerte. Que niña tan más hermosa eres. Sin miedo a exagerar, no ha pasado por aquí, otra como tú. No en mucho tiempo. No quiero que pienses que lo digo para quedar bien, para nada. No soy de esas personas, que hacen halagos nada más porque si. Si te digo que eres preciosa, es porque en verdad lo eres.

Pero, ¿para qué te digo estás cosas? De seguro, has de estar cansada de escuchar cosas similares a diario, por la calle, en tu casa, frente al espejo. Es que, no se porque, pero sospecho que modestia no es una de tus palabras favoritas. ¿Cómo podría serlo?, si tu cara es la de un ángel. Le falta algo de color a tu piel. No te ofendas, tampoco eres perfecta, pero fuera de ese pequeño detalle, tu rostro opacaría el más bello retrato.

Y tu cuerpo, que decir de él sin restarle siquiera un poco de su encanto. No conozco el nombre, o la profesión de tus padres, pero podría apostar, con la certeza de que ganaría, que son los más apasionados escultores, y que tú, eres la mejor de sus creaciones. No puedo evitar suspirar cuando te miro. No puedo, ni quiero, quitarte la vista de encima, recorrer toda tu anatomía con ella. Me embriagas. Me hipnotizas. Me haces desear, perder la razón entre tus curvas, derrapar en alguna de ellas, en la más pronunciada.

¿Te incomodan mis palabras? ¿Por qué no abres tus ojos? ¿Es qué acaso tienes miedo? De ser así, mil disculpas te pido. Mi intención no fue la de atemorizarte, en lo más mínimo. Has de perdonarme. Te prometo, con temor de no cumplirlo, que trataré de ser lo más profesional posible y no detenerme a admirarte. Empecemos entonces.

¿Te parece bien la temperatura del agua?, o ¿está un poco caliente? La calenté más de lo acostumbrado, pensé que te gustaría, pareces tener frío, pero si no es así, puedes decirlo y la cambiaré. Y la esponja, ¿raspa tu delicada piel? Anda, dímelo, no tengas pena, para eso estoy aquí. Bueno, si no quieres hablar no puedo obligarte, pero te advierto que de aquí en adelante, tomaré tu silencio como una aprobación.

No estás tan sucia. Creo que, incluso el polvo, tiene la suficiente inteligencia para notar tu belleza. Mira, cuando exprimo la esponja, el agua cae al balde prácticamente limpia. Lavarte resultó ser más sencillo de lo esperado, estamos a punto de terminar. Ya nada más queda éste rincón. Si, se que es vergonzoso, pero tengo que hacerlo. Abre un poco tus piernas, para tener un mejor acceso a esa zona, tan sensible y resguardada. No te preocupes, lo haré con cuidado.

Oye, ¿por qué mueves tu brazo tan repentinamente? Me asustaste. ¿Sentiste feo cuando toque tus labios? No lo creo. A mí me parece, que más bien te agrado. Veamos, ¿y si meto un dedo? ¿Si lo muevo así, de afuera hacia adentro y de regreso? ¿Te gusta? Claro que te gusta, de no ser así, ya habrías respingado. ¿Quieres uno más? ¿O dos? ¡Tres¡ Me resultaste una golosa, quién lo hubiera dicho. Que delicia. Ven, asómate un segundo, ¿no te excita observar mis dedos desaparecer en tu entrepierna, una y otra vez?

¿Te satisface lo que hago? ¿Lo estoy haciendo bien?, o ¿me falta algo? Ya se, quizá lo que deseas es que acaricie éste botoncito. Si verdad, ya cambió la cosa. Has vuelto a mover el brazo. Se que estás gozando tanto como yo. Porque si, yo estoy disfrutando, y mucho. Mira nada más como me tienes. Mis pantalones se van a romper en cualquier momento. Mi miembro pide a gritos, sustituir a mis dedos.

Yo también lo quiero, saber que se siente entrar en una mujer como tú. ¿Me permites? ¿Por qué no dices algo? Recuerda que un silencio, es para mí un si. Callada, no vas a pronunciar palabra. No quieres decir que no, pero tampoco que si, por eso no hablas. Que arrogante eres, sabes del poder de tu hermosura, te sientes segura de lo que puedes lograr con ella. A mí, ha conseguido enloquecerme. En verdad que cuando entré al cuarto, no pensaba en otra cosa, que no fuera hacer mis labores. Ahora, ya no pienso, mi verga decide por mí, y ha decidido, hundirse en tus entrañas.

Vamos, no seas tan orgullosa, ayúdame a bajar mis pantalones. Ya verás que lo que hay debajo será de tu agrado. Préstame una de tus manos. Desabotona el cinturón, baja el cierre y después los jeans. ¿Puedes sentir su dureza, por encima de los calzoncillos? Y cada vez se parece más a una roca. Y poco a poco crece más, por ti, para ti, para satisfacerte.

Termina ya de liberarlo. Envuélvelo con la elegancia y suavidad de tu mano. Acarícialo, huélelo, siéntelo, pruébalo. Si, deja que lo lleve hasta tu boca. Oh, aún sin que muevas tu lengua es delicioso. ¿Quieres tenerla toda, hasta que tope con tu garganta? ¿Así? ¿Lo hago bien? Tú lo haces de maravilla, aún siguiendo estática. No sigas por favor, que me voy a correr en tu boca, y todavía quiero tomarte por otro lado. ¿Qué? ¿Qué antes debo ocuparme de tus senos? Lo que tú digas, mi linda muda.

Con razón me lo has pedido, que par de pechos son estos que te cargas. Mira nada más que perfección. Que firmeza, que sabor. Podría besarlos por mil y una lunas. Tus pezones, oscuros y grandes como éste sitio. Están hechos para viajar entre mis labios, entre mis dientes. No sabes como estoy gozando. Con mi cabeza aquí, entre tus tetas, siento que todos los días de atender a ancianos con sobre peso, han valido la pena. Y tú, ¿no la estás pasando igual de bien? ¿Por qué no se te ponen duros estos que mamo con tantas ganas? Es que acaso, ¿ya quieres tener mi falo dentro? Sí, eso es. Sólo tenías que pedirlo, amor.

Aquí voy. Ah, si, ya entró la punta. No llores. Se que puede ser doloroso, mi pene no es precisamente pequeño, pero ya verás que el dolor se va rápido, te garantizo que te gustará. Ya casi, falta poco, estamos llegando. Sí, oh mi Dios, ¿con qué así se siente penetrarte? Es mejor de lo que creí. Mi miembro se acomoda a la perfección en tu interior, y tú, tú me aprisionas de una manera, como si quisieras exprimirme desde ya. Dame un beso, preciosa.

¿Puedo moverme ahora? ¿Ya no te duele? No verdad, te agrada el rose de mi verga entrando y saliendo de ti. No dices nada, pero se que te encanta. A mí me fascina, no puedo controlar mis impulsos, tengo que poseerte con rudeza. Perdona mi falta de caballerosidad, pero nublas mi mente. Necesito cabalgarte como si fueras mi yegua. Sí, así, hasta el fondo, hasta que mis embates estremezcan tu cuerpo. Eres la mejor, ni una queja.

¿Qué no vas a abrir los ojos? ¿Todavía tienes miedo?, o ¿es el placer que mi pene te da, lo que te hace tenerlos cerrados? Te lo dije, sabía que te gustaría. Ah, adentro y afuera, adentro y afuera. ¿Podría quedarme toda la vida en tu interior? Por favor, te lo pido, no hay otro lugar para mi falo que tu cueva. ¿Lo sientes? ¿Sientes como las venas se marcan? ¿Sientes como crece y se ensancha más mi verga? Es que estoy a punto de venirme. Mis testículos se alistan, para descargar mi semen, para vaciarlo en tu vagina.

¿Qué? ¿Qué dices? ¿Qué te voy a ensuciar si acabo dentro? Tienes razón, ya no hay tiempo para lavarte de nuevo. ¿Por qué me haces esto? ¿No podrías llegar un poco más tarde?, al fin y al cabo, eres la invitada principal de la celebración. Está bien, está bien, tampoco te molestes. De acuerdo, me correré fuera, en el piso, donde sea que vayan a parar los disparos. Si, me vendré, ah, afuera de ti, ah, si, si, aaaaaaaah.

Lo siento, no pude salir a tiempo. No puedes culparme por haberlo hecho. Culpa a tu cuerpo, a su estrechez, a su perfección, a cómo me volvió loco y no dejó escapar mi verga a tiempo. Ya, ya, no te desesperes, aún nos queda tiempo. Voy a maquillarte, a vestirte, y nadie notará que por tus piernas, escurre la prueba de que fuimos uno.

Lo ves, te lo dije. Te ves preciosa, divina. No habrá persona que pueda adivinar, que minutos atrás, sin queja ni reproche, me recibiste entre tus piernas. Muchas gracias, mi linda niña. Gracias por cumplir mi sueño, por hacerme el día, por regalarme unos instantes de felicidad, por haberme permitido entrar, y porque no, por dejarme salir, aún cuando habría deseado, vivir para siempre entre tus labios. Ahora, falta nada más ponerte en el cajón. Debo darme prisa. Tu funeral, está por comenzar.

Mas de edoardo

Mi hermano es el líder de una banda de mafiosos

Pastel de tres leches

Hasta que te vuelva a ver...

Regreso a casa

Plátanos con crema

El galán superdotado de mi amiga Dana...

Porque te amo te la clavo por atrás

Runaway

Mi segunda vez también fue sobre el escenario

Mi primera vez fue sobre el escenario

¡Hola, Amanda! Soy tu madre

En el lobby de aquel cine...

El olvidado coño de mi abuela...

Consolando a Oliver, mi mejor amigo

En el callejón

Prácticas médicas

Donde hubo fuego...

Cabeza de ratón

Hoy no estoy ahí

Mi hermanastro me bajó la calentura

Tatúame el culo

Pienso en ti

Jugando a ser actor

Yo los declaro: violador y mujer

Hoy puedes hacer conmigo lo que se te plazca.

Y perdió la batalla

Padre mío, ¡no me dejes caer en tentación!

Prestándole mi esposa al negro...

¿Pagarás mi renta?

¿Cobardía, sensates o precaución?

Al primo... aunque él no quiera

Sexo bajo cero

Raúl, mi amor, salió del clóset

Lara y Aldo eran hermanos

La Corona (2)

Fotografías de un autor perturbado

La mujer barbuda

Diana, su marido y el guarura

No sólo los amores gay son trágicos y clandestinos

Una oración por el bien del país

El gato de mi prometido

Doble bienvenida mexicana

Doscientos más el cuarto

Llamando al futuro por el nombre equivocado.

¡Adiós hermano, bienvenido Leonardo! (3)

Todavía te amo

¡Adiós hermano, bienvenido Leonardo! (2)

Simplemente amigos

¡Adiós hermano, bienvenido Leonardo!

La casi orgásmica muerte del detective...

Internado para señoritas

Podría ser tu padre

La profesora de sexualidad.

¡Qué bonita familia!

Si tan sólo...

Su cuerpo...

Culos desechables

El cajón de los secretos

Agustín y Jacinta (o mejor tu madre que una vaca).

Una mirada en su espalda

Un lugar en la historia...

Veinte años

Sorprendiendo a mi doctor

Razones

Un intruso en mi cama

Una vez más, no por favor, papá

Tu culo por la droga

Lazos de sangre

Cantos de jazmín

El mejor de mis cumpleaños

Tres por uno

Con el ruido de las sirenas como fondo

Heridas de guerra

Regalo de navidad.

Botes contra la pared

Cenizas

Madre e hija

Dímelo y me iré

A las 20:33 horas

A lo lejos

Prostituta adolescente

En la plaza principal

¿Por qué a mí?

Después de la tormenta...

Dando las... gracias

Tantra

Querido diario

Mírame

Lo tomó con la mano derecha

Río de Janeiro

A falta de pene...

Un Padre nuestro y dos ave María

Dos hermanas para mí

Sucia pordiosera

Tengo un corazón

Metro

Ningún puente cruza el río Bravo

Un beso en la mejilla

Masturbándome frente a mi profesora

Regresando de mis vacaciones

TV Show

Noche de bodas

Buen viaje

Infidelidad virtual

Una más y nos vamos

Interiores y reclamos

Máscaras y ocultos sentimientos

Suficiente

Caldo de mariscos

Cancha de placer

Caballo de carreras.

Puntual...

La ofrecida

El fantasma del recuerdo

Tiempo de olvidar

París

Impotencia

La corona

Linda colegiala

Tratando de hacer sentir mejor a mi madre.

En la parada de autobuses

Crónica de una venta necesaria.

Serenata

Quince años

Gerente general

Lavando la ropa sucia

Cuéntame un cuento

¿A dónde vamos?

Licenciado en seducción

Háblame

Galletas de chocolate

Entre espuma, burbujas y vapor

Madre...sólo hay una

Sueños hechos realidad

Más ligera que una pluma

Una botella de vino, el desquite y adiós

Cien rosas en la nieve

Wendy, un ramo de rosas para ti...

Gloria

Juntos... para siempre

El apartamento

Mentiras piadosas

Vivir una vez más

Pecado

Julia, ¿quieres casarte conmigo?

Para cambiar al mundo...

Dos más para el olvido

Ya no me saben tus besos

Embotellamiento

Húmedos sueños

Por mis tripas

Ximena y el amante perfecto

Quiero decirte algo mamá

Inexplicablemente

Recuerdos de una perra vida (4)

Entrevistándome

Recuerdos de una perra vida (3)

Recuerdos de una perra vida (2)

Recuerdos de una perra vida (1)

Una vela en el pastel

Zonas erógenas

Frente al altar

Ojos rosas

Abuelo no te cases

Mala suerte

Kilómetro 495

Mi primer orgasmo

El plomero, mi esposo y yo

En medio del desierto

El otro lado de mi corazón

Medias de fútbol

El entrenamiento de Anakin

Examen oral

Un extraño en el parque

No podía esperar

Tres cuentos de hadas

La fiesta de graduación

Feliz aniversario

Ni las sobras quedan

Dejando de fumar (la otra versión)

Una noche en la oficina, con mi compañera

La última esperanza

Pedro, mi amigo de la infancia

Buscándolo

Sustituyendo el follar

Dejando de fumar

Tan lejos y tan cerca

La abuela

Entre sueños con mi perra

Tu partida me dolió

Ni una palabra

Mis hermanos estuvieron entre mis piernas.

Compañera de colegio

La venganza

Tras un seudónimo

Valor

La vecina, mis padres, y yo

La última lágrima

Sueños imposibles

Espiando a mis padres

La amante de mi esposo

Al ras del sofá

La última cogida de una puta

Confesiones de un adolescente

Esplendores y penumbras colapsadas

Volver

Celular

El caliente chico del cyber

Friends

La última vez

Laura y Francisco

El cliente y el mesero (3-Fin)

El cliente y el mesero (2)

El cliente y el mesero (1)

El ángel de 16 (6 - Fin)

El ángel de 16 (5)

El ángel de 16 (4)

Asesino frustrado

El ángel de 16 (3)

El ángel de 16 (2)

Por mi culpa

El ángel de 16

Triste despedida que no quiero repetir

Un día en mi vida

Utopía

El pequeño Julio (la primera vez)

El amor llegó por correo

El mejor año

Mi primer amor... una mujer

My female side