miprimita.com

Jugada del Destino

en Lésbicos

Jugada del destino

 

Han pasado tres años, desde que te conocí en aquel bar, te encontrabas al final de la barra, con un vaso de whisky en tus manos. Titubee en acercarme a ti.

Lucias tan hermosa, piel canela, ojos color miel, semi delgada, cabello largo ondulado, mirada penetrante, labios delgados. Vestías casual, con un jean negro, botas del mismo color, una camisa tres cuarta de color azul cielo. Tus dedos jugaban con la superficie del vaso, como queriendo delinear su contorno.

Al parecer mi mirada te incomodo, sin imaginarlo volteaste a verme, cruzaste tu mirada con la mía, como si quisieras preguntarme algo; yo me sonroje  producto de los nervios. Reaccione apartando mi mirada, decidí enfocarme en el barman, un tipo mayor con barba, le pedí un escoces con hielo para relajarme.

No sé, en que momento mi corazón comenzó a latir con fuerza, mi respiración se tornó débil y mi visión borrosa. El escoces debió subirse a mi cabeza, en ese preciso momento, por un instante recordé que esa tarde no había almorzado. Me maldije a mí misma por ese descuido. Aquella mujer castaña, debió percatarse de mi repentino mareo, sentí su mano posarse sobre mi hombro haciendo una ligera presión.

— ¿Te encuentras bien? — Pregunto ella con una dulce voz.

Yo me quede estática, observando su rostro tan cerca del mío, su aroma desprendía un olor a vainilla mezclado con caramelo.

— ¿Te encuentras bien? — Volvió a preguntarme.

Sin apartar mi mirada de la suya, asentí con un ligero movimiento de mi cabeza, mi visión había vuelto a la normalidad aunque mis mejillas estaban rojizas por su acercamiento.

Mi cuerpo aun no reaccionaba, sentía que todo me daba vueltas, un remolino de sensaciones albergaba en mi interior al sentir el suave contacto de su mano en mi mejilla. Su rostro refleja preocupación, note que examinaba cada facción de mi rostro y se detuvo en mis labios. Ese acto me puso nerviosa.

— Soy Lorena — Pronuncie extendiendo mi mano.

— Un placer, soy Allison — Pronuncio sin dejar de mirarme los labios.

No deberías estar sola en un lugar como este, me sugirió al ingerir un sorbo de su trago. Yo me encontraba mejor, el mareo había pasado, saque de mi bolsillo cinco rublos para pagar mi bebida.

Quise incorporarme para salir del establecimiento, pero tú te negaste, te ofreciste a llevarme a mi casa porque según tú no querías ver en los encabezados del día siguiente que muere una chica por deambular en la madrugada. Yo me sonreí ante tu comentario, realmente quería que permanecieras más tiempo a mi lado, deje que me llevaras en tu auto BMW negro.

Durante el camino íbamos hablando de cualquier tema, me preguntaste a que me dedicaba y el motivo por el que estaba en el bar, yo respondí mirándote de reojo que trabaja en el comercio exterior y hoy solo quería relajarme, en uno de esos momentos de silencio me confesaste que eras lesbiana y trabajas hace veinte años de contratista.

Te estacionaste frente a mi casa, tenía la loca idea de invitarte a pasar y ofrecerte algo de tomar, pero mi mente se bloqueó, me baje de tu auto con precaución y te di las gracias por traerme. Tú me re regalaste una sonrisa sincera, cerraste la ventanilla para marcharte del lugar.

Dos meses después, te vi deambulando por las calles, estabas tan jovial y hermosa como siempre. Pensé que no te habías percatado de mi presencia, por lo que continúe caminando. De pronto escuche mi nombre y al girarme te vi haciéndome señas, me sorprendí ante tu petición, fui a tu encuentro nerviosa. Al tenerte tan cerca volví a percibir tu aroma a vainilla mezclado con caramelo, me estremecí por recordar tan bien tu olor.

Desde ese día, hubo más acercamiento entre nosotras, note varias veces como te insinuabas, las miradas indiscretas que me dedicabas, empecé a sentirme más atraída por ti, me pregunte en más de una ocasión si tu sentías lo mismo por mí.

Un viernes por la tarde, me invitaste a cenar, acepte sin ninguna restricción, habías preparado una cena de origen libanes. Había un motivo tras esa velada, me propusiste que fuera tu novia, esa revelación me dejo sorprendida.

Pasaron semanas de enamoramiento entre las dos, una noche de copas tras la celebración de mi acenso, me besaste sin control, tus manos acariciaron mi cabello, apretaste tu cuerpo contra el mío, sentí un calor recorrer mi cuerpo y de la manera más sensual te deshiciste de mi blusón ice.

Mi mente estaba desconectada, solo me dejaba llevar por tus caricias, mi cuerpo comenzó a temblar, serias la primera mujer con la que tendría intimidad, mis manos inexpertas comenzaron a recorrer tus costados para quitarte tu blusa fudge. Besaste mi cuello, mientras mis manos acariciaban tus senos por encima del brasear. Como por arte de magia desabrochaste mi jean y retiraste mi brasear, me dejaste solo con mi panty de color salmón.

Te recosté sobre mi cama, para terminarte de desvestir, al retirarte el pantalón note que tu panty de encaje se encontraba trasparente por los jugos que desprendía tu intimidad, te pedí permiso con la mirada para retirarla, me sorprendí al verla totalmente depilada. Tenía la firme intención de besarla, pero tú me tomaste del mentón y me guiaste a tus labios, cuando mi cuerpo tuvo contacto con el tuyo, sentí una corriente eléctrica recorrer mi espalda, tus manos se posaron sobre mis glúteos, los acariciaste con devoción.

Con un movimiento certero, me ubicaste debajo de ti, besaste mi cuello con pasión, tus manos recorrían mi dorso erizándome la piel, tu dedo corazón hizo un camino entre nuestros cuerpos, se deslizo por mi panty y comenzaste acariciarme el clítoris, gemí al sentir la fricción, estaba tan humedad que tu dedo resbalo en mi interior. Con tu pelvis realizabas un movimiento de penetración, con cada embestida te sentía más dentro de mí, mis gemidos eran incontrolables, apenas podía respirar, no dejabas de besarme con tanta pasión.

Gemiste de placer cuando aferre mis uñas en tu espalda, continuaste con tus movimientos hasta que nuestros cuerpos se pasmaron y finalmente gritamos al llegar en un delicioso orgasmo.

Siete meses después te propuse matrimonio, la ceremonia fue intima solo nosotras dos, todo iba de maravilla o por lo menos así fue los primeros dos años de pareja. Un día como cualquiera apareció tu ex, al principio me sentí incomoda, no sabía cómo actuar, me explicaste que solo serían negocios y nada más. Fui una tonta en creer que solo sería eso, debí hacerle caso a mi corazón.

Una tarde de Febrero me llevaste a un restaurant para almorzar, lo que nunca me comentaste es que habría alguien más. Habías invitado a tu ex sin pedirme algún consentimiento. Me sentí como plato de segunda mesa al ver que tu solo hablabas con ella y hacías como si yo estuviese pintada en la pared.

Me sentía usada, como un cero a la izquierda, por primera vez, esa tarde hable solo para retirarme del lugar. Camine por las calles sin rumbo, después de estar tres horas bajando quise irme a nuestro hogar. Al llegar tú me esperabas sentada en el sofá, me recriminaste el hecho de que me hubiese ido del restaurant, no te agrado mi actitud.

Deje pasar las semanas sin hacer comentario alguno, el día de nuestro aniversario número tres me dejaste plantada para ir a una supuesta reunión con tu ex, sabia donde estarías, por lo que apague las velas de la mesa y fui al lugar.

Cuando entre, habían personas por doquier, por más que pregunte por ti nadie me dio razón, esto no parecía ninguna reunión, era una fiesta. Quise ubicarte por mí cuenta, pero no fue fácil, como última opción le pregunte a la anfitriona y ella me dijo que estarías en el despacho. Emocionada porque te encontraría, me dirigí con paso firme al recinto, entre con cautela por si interrumpía algo y en efecto así fue.

La tal Renata te tenía arrinconada sobre la pared, te encontrabas con los ojos cerrados gimiendo despacio, tenías tu torso desnudo y tu ex se deleitaba con tus pechos.

Mi pecho se comprimió, mi garganta tenía un nudo, las lágrimas comenzaron a recorrer mi mejilla. No podía soportar lo que mis ojos estaban viendo, antes de que dejara el despacho, tú cruzaste tu mirada con la mía, vi confusión y dolor.

Salí corriendo del lugar, no lo menos que deseaba era verte, camine desolada por las calles, me sentía devastada, detuve mi andar en una licorería, pedí el licor más fuerte que existía. Esa noche quise alojarme en un hotel para desahogarme en el alcohol. Llore sin consuelo, mi corazón herido sabía que todo sería diferente.

Paso un mes entero desde ese incidente, jamás volví a nuestro hogar, me encontraba en un local cuando te vi entrar. Instintivamente cruzaste tu mirada con la mía, te ubicaste a mi lado para conversar.

Me diste todas las explicaciones que existían, hasta me juraste que esa noche no pasó nada entre tu ex y tú. Tontamente decide perdonarte, no soportaba estar sin ti, sin tus besos, tu compañía, realmente te amaba tanto que estaba dispuesta a olvidar lo que vi y como me sentí. Me pediste que volviéramos a intentarlo.

Claramente sabias que nada sería igual, la confianza estaba rota. Desde el momento que regresamos, nunca hiciste algo al respecto o intentar remendar tu error, al contrario seguía con tus negocios con tu ex, por un tiempo dejaste de verla, pero mantenías contacto por vía telefónica.

En más de una ocasión te pedí que dejaras de discutir conmigo por culpa de esa mujerzuela, jamás comprendiste que no me molestaba en absoluto que conversaras con ella, lo que realmente odiaba era la actitud que tomabas cuando estabas cercas de ella e incluso me dejabas a un lado como si no valiera nada.

— Cariño en que piensas — Pregunto mi esposa.

Admire su reflejo en el espejo, estaba arreglándose para ir al cumpleaños de su ex, yo la mire fijamente a los ojos y le respondí que estaba distraída.

Ciertamente era así, recordaba cómo la conocí y esos momentos que pase junto a ella, quiso despedirse de mi con un beso en los labios, pero por inercia lo rechace, ella no dijo nada. Se incorporó y salió de nuestra casa sin mirar atrás.

Su actitud me dañaba, maldije el momento en que decidí volver con ella, como pude contuve mis lágrimas, revise mi mesa de noche y comencé a escribir una nota. Estaba decida, ya no podría estar así, viviendo una vida sin sentido, arregle mi maleta con la mayoría de mis cosas, en la mesa de noche reposaba una fotografía de nosotras, una lagrima recorrió mi mejilla, mi corazón estaba roto de nuevo.

Cuando dejaba la nota sobre la cama, escuche que mi esposa abrió la puerta, entro apresurada como buscando algo que se le había olvidado, al mirarme de pie a la cama con mi maleta a un lado, se sorprendió.

— ¿Te vas? — Pronunciaste con una voz inaudible para mí.

Te hice una seña para que te sentaras al borde de la cama junto a mí, pensé que no te vería, pero ya que estas aquí, leeré el contenido de esta nota. Pronuncie al tomar entre mis manos aquella hoja de papel.

Mi querida Allison,

Cuando estés leyendo estas líneas, probablemente ya no esté aquí, siento irme de esta manera, pero si estuviese en persona sé que no podría mirarte a los ojos.

Por más que intente comprender la relación que tenías con tu ex y de los supuestos negocios que tenían, jamás entendí porque cambiabas tanto en su presencia o porque me hacías a un lado como si no valiera nada para ti. Quizás tú no podías notarlo, estabas tan cegada por ella que mis esfuerzos porque entraras en razón, fueron en vano. Debo confesar que me dolía tu actitud.

Nunca entenderé porque me ignoraste aquella vez que me la presentaste, créeme no se siente nada bonito ver a tu pareja conversar plácidamente con su ex mientras que tu presencia no era tomada en cuenta.

No creí verte en una situación comprometedora con ella, pero paso sin pensarlo, después de un mes decidí aceptar tu propuesta, volvimos a intentarlo. Pensé que funcionaria por el amor que te tenia, mas no fue así.

Sé que le tienes un inmenso cariño a tu ex o quizás aún sientas algo por ella y te niegas a reconocerlo, a final de cuentas, eso pesa más que la relación que ahora tienes conmigo, por eso decido irme.

No puedo soportar vivir solo de momentos, solo quiero estar contigo y nadie más, perdóname si sueno egoísta. Mi único deseo era compartir toda mi vida contigo sin que otras personas interfirieran.

Cuídate.

— Cariño deseo que te quedes por favor — Suplicaste.

Al mirarte, veía la misma mujer que me robo el corazón, acaricie tu mejilla con dulzura, me incline para acercarme a tus labios. El beso que te di era una mezcla de amor y tristeza, un beso amargo de una despidida inevitable.

Nunca olvides que te amo, te exprese al mismo tiempo que me retiraba el anillo de bodas y lo depositaba en su mano. Miraste mi gesto con tristeza, me percate que querías decirme algo, mas no lo hiciste. Tome el valor para incorporarme y salir de ese domicilio, ese que fue mío por casi cuatro años.

Había pasado un año desde lo sucedido, había crecido como persona durante ese tiempo,  un día me entere por mis amigos que estuviste buscándome como loca por todos lados, pero mis indicaciones fueron claras, ellos nunca te dirían como ubicarme. Debo admitir que aun te extraño, sin importar lo que paso aún sigues clavada en mi corazón.

Cierto día me encontraba en aquel parque que solíamos recorrer las dos tomadas de las manos, me sentía tan vacía y llena de dolor. Es increíble que aun piense en ti, no dejo de preguntarme que fue de su vida y si lograste cumplir tus metas.

Repentinamente un cachorro llego a mis pies, me inclino hacia el para acariciar su cabeza, escucho que alguien viene a nosotros, pero no le prestó atención. No hasta que escuche esa voz, que me hizo temblar.

— Cariño — Musito mi querida Allison.

Al verla casi lloro de la emoción, estaba tan bella como la última vez que la vi, aún conservaba su olor a vainilla mezclado con caramelo. Se sentó a mi lado e instintivamente me abrazo.

— No sabes cuánto te he extrañado — Me susurro al oído.

Mi piel se erizo, su cercanía aun tenia efecto sobre mí, no podía controlar mis impulsos y la bese con dulzura, ella correspondió a mi beso, me abrazaba más a ella como queriendo que no me fuese otra vez. Permanecimos un tiempo así hasta que ella se separó de mis labios para respirar.

— Dame otra oportunidad — Suplico, al mismo tiempo que una lagrima recorría su mejilla.

— No puedo — Conteste al separarme de su contacto, me levante para retirarme.

Unos segundos después, sentí como me abrazo por la espalda, recargo su mentón sobre mi hombro y me susurro “Quédate a mi lado por favor” empecemos de nuevo en otro lugar donde solo seamos tu y yo.

FIN

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 40

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 37

Mi segundo amor 36

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 32

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 16

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 11

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Emma

Epílogo—Danielle

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 27

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 22

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 18

Amor te otoño 19

Amor te otoño 17

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 7

Amor te otoño 8

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 4

Amor te otoño 3

Amor te otoño 1

Amor te otoño 2

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 2

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 2

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 6

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 11

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí