miprimita.com

Mi segundo amor 40

en Lésbicos

Capítulo 40-Acuerdos

 

 

Brenda

Observé a mí alrededor y todo estaba listo para esa cena, desde la decoración de la mesa, la música de fondo y el delicioso platillo que acompañaría la velada. Sin embargo, no estaba del todo conforme con que mis padres vinieran de visita, ya que su presencia, me generaba cierto nivel de estrés que era difícil de controlar.

Aunque una parte de mí, agradecía enormemente que su visita fuese pasajera y no se comparaba con aquellas reuniones familiares que solíamos tener cuando residían en el país. Donde no faltaba la tía que hiciera el típico comentario si me iba a quedar para vestir santos, porque no tenía una pareja estable o aquel primo que hablara de religión o política. 

Podría decirse que la visita de mis padres, era más del tipo de negocios porque ciertamente a eso venían, a finiquitar un acuerdo que teníamos pautado hace dos años. Porque según ellos, no iban a tolerar que mi estilo de vida, fuese un mal ejemplo para mi hermano menor, ya que consideraban que por ser bisexual, debía tener múltiples parejas que desfilarían por mi casa.

Pero lo que ellos desconocían, era que mis preferencias sexuales, no tenían nada que ver con cambiar de pareja constantemente como si se tratase de una muda de ropa que debía escoger para el día siguiente. Cuando ser bisexual iba más allá de sentirme atraída por ambos géneros o una etapa de transición como lo consideran algunos estudios, simplemente es algo que escogí ser, para encontrar el amor sin tener que limitarme a un género exclusivo.  

Mientras agitaba mi copa, mi mente viajo a una acalorada conversación que tuve con Alondra hace un par de días. Donde me vi obligada a confesarle que yo había sido esa investigadora privada que Gabriel había contratado para descubrir toda la verdad.

—Alondra, no seas tan cruel conmigo, no podía decirte nada —le expresé.

—Eras la única persona en la que confiaba, ¿Y estuviste mintiéndome todo este tiempo? —me recriminó.

—Para mí no fue fácil tener que fingir que no conocía las verdaderas intenciones de Rafael y su tía, pero debía recolectar las pruebas necesarias para armar mi caso —me defendí.

—Tú caso, ¿Y en donde quedo nuestra amistad? —dijo ofendida.

—Estaba infiltrada, debía ser imparcial ante lo que estaba pasando, no podría involucrarme—intenté explicarle—¿Por qué no entiendes que si te decía algo, corría el riesgo de que todo se fuera por la borda? —le cuestioné.

—Eso puedo entenderlo, pero incluso esa vez que ambas escuchamos una conversación de ese par, no me expresaste nada —manifestó, con una mirada triste.

—De verdad lo siento, pero debía ocultar mi identidad ante ti —mencioné, sin mirarla.

—Si en algún momento, realizas otra investigación, ¿Me mentirías de nuevo? —me preguntó.

—Si te involucra a ti, me temo que si —respondí.

El sonido del timbre, hizo que volviera a la realidad, dejé mi copa sobre la mesa y camine hacia la puerta. Cuando gire la perilla, me encontré con mi padre, todo un estirado y mi madre, no se quedaba atrás. Su manera de educarme, no fue para nada normal, pues su exigencia era en exceso y no comprendo, como es que termine siendo diferente a ellos.

—Hola —me saludo mi padre, con un tono seco.

—Hola —dije, sin mucha amabilidad.

—¿Podemos pasar? —preguntó mi madre.

—Por supuesto —me hice a un lado y les permite el paso.

Había pasado por muchas situaciones en mi vida, que sin duda me inspiraban algo de miedo y me hacían sentir un poco nerviosa, pero nada de eso se comparaba con la presencia de mis padres. Los seres más arrogantes que pueden existir sobre la faz de la tierra.

—Sólo veo tres platos en la mesa, ¿Tu noviecita no piensa venir?—expuso mi padre, con cierto desprecio—¿Tienes pensado engañarnos con una supuesta relación que no tienes? —frunció el ceño.

Respire hondo y conté mentalmente hasta diez, la cena no había comenzado y mi padre, ya me estaba impacientando con sus preguntas fuera de lugar. “Es por un bien mayor, es por un bien mayor” me repetía mentalmente como si fuera una especie de mantra que servía para tranquilizarme.

—En primer lugar, no tengo porque engañarlos y en segundo, discutí con mi novia, así que no creo que asista a nuestra reunión —respondí, lo más calmada posible.

—No creo que la echemos de menos —manifestó mi madre.

—Iré por la comida —dije sin más.

Me dirigí a la cocina con la intención de evadir a mis padres, no estaba dispuesta a tolerar sus comentarios fuera de lugar en mi propia casa, aun cuando estuviese haciendo todo ese sacrificio para ayudar a mi hermano. Había escogido un mal momento para confesarle a Alondra toda la verdad, creo que debí esperar a que todo esto pasara y me brindara su ayuda como habíamos acordado.

Respire hondo para liberar la tensión que se estaba acumulando en mi ser y busque un bol de vidrio entre los gabinetes para verter la deliciosa pasta con albahaca que había preparado. Pero por un impulso, revise mi celular para ver si Alondra me había escrito. Esperaba que me enviara un mensaje, diciéndome que estaba por llegar, pero al ver la pantalla, mis ilusiones se desvanecieron.

Cogí el bol de vidrio con una mano y dibuje una sonrisa fingida que les daría a mis padres, por nada del mundo dejaría que dañaran mi noche. Cuando me encontraba sirviendo la comida, alguien toco a mi puerta y sin querer, me sobresalte.

—Tal vez, llego tu novia fantasma —bufó mi padre.

Ni siquiera me moleste en responder, dejé lo que estaba haciendo y me dirigí una vez más a aquella  puerta. Me quede sorprendida cuando mis ojos vieron la silueta de Alondra, se había colocado un vestido cuello plegado patchwork liso de un azul oxford que hacia resaltar su figura, pero en especial sus preciosos ojos.

—Lamento llegar tarde —se disculpó.

—Gracias por venir —dije, antes de abrazarla.

—No te iba a dejar sola —expresó, sin dejar de abrazarme.

Estaba muy agradecida por su presencia, porque seguramente me hubiese vuelto loca con mis padres en esa cena. Le regale una sonrisa y entrelacé nuestras manos para demostrarles a esas personas que estaban en el comedor que si tenía una novia, aunque fuese prestada.

 —Me complace presentarles a Alondra, mi novia —dije, con una sonrisa.

—Es un placer, señor Sarmiento —Alondra extendió su mano.

—El placer es todo mío —mi padre imito el gesto.

Quien diría que mi padre el estirado, se quedaría observando a Alondra por mucho tiempo, tal como si estuviese admirando a una diosa griega. Aunque su ensoñación no duro mucho, pues mi madre se encargó de que bajara de su nube con un leve golpe que le propino en el costado.

—Cariño, iré a la cocina para servir tu platillo favorito —expresé, con la intención de disipar la tensión que se había creado en el ambiente.

—No te preocupes amor, yo me sirvo —besó mi mano, antes de irse a la cocina.

Por primera vez desde que habían llegado mis padres, se quedaron en completo silencio, algo que disfrute enormemente. Con lo exigente que eran, pude apreciar que la imagen de Alondra, había causado un gran efecto en ellos y aunque ciertamente le estaba mintiendo en su cara por hacerles creer que teníamos un noviazgo, me sentía feliz por lograr mi cometido.

—¿Hace cuánto estas con esa mujer? —preguntó mi padre, con cierto tono despectivo.

—Creo que esa mujer te dijo su nombre —fruncí el ceño, pero sin dejar de saborear mi platillo.

Odiaba cuando menospreciaban a las personas, porque de una manera u otra, lastimaban sus sentimientos colocando algún sobrenombre o criticando su atuendo. Y pensar que en mi niñez, ese hombre me parecía un ser admirable por su grado de asertividad ante los proyectos que realizaba.

—Creo que tiene problemas de memoria señor Sarmiento, ¿Tan rápido se le olvido mi nombre?—manifestó Alondra, al mismo tiempo que se integró en la mesa—En cuanto a su pregunta, tengo un año conviviendo con su hija —respondió, antes de ingerir un bocado.

Tuve que hacer el mayor de mis esfuerzos por no reírme ante las palabras de Alondra, jamás hubiese pensado que con su manera tan sutil de decir las cosas, pondría en aprietos a mi padre. Estaba segura que si Jane la estuviese viendo, le aplaudiría por su majestuosa respuesta y la actuación que estaba realizando en ese momento.

—Veo que encontraste una mujer muy parecida a ti —mencionó mi madre, quien ya se había comido la mitad de su plato.

—No te imaginas lo que tuve que hacer para conquistarla —le regale una sonrisa a Alondra.

—Supongo que es una historia muy entretenida, pero no venimos hablar de ese tema —expuso mi padre, al terminar su plato.

Hace semanas habíamos ensayado como debíamos actuar frente a mis padres, con la intención de tratarlos con deferencia y no mostrarles privilegios especiales. Después de todo, sabía que podían reaccionar con una pizca de paternalismo.

Sin embargo, su desinterés por mi vida amorosa, me dejó pensativa, ¿No se supone que a eso habían venido? O ¿Era una treta de ellos para que yo renunciara a mi hermano? Su cambio de actitud, comenzaba a preocuparme.

—¿De que desean hablar entonces? —investigo Alondra.

—Sobre nuestro hijo menor —expuso mi madre, con una seriedad que me asusto.

—¿Le sucedió algo? —pregunté alarmada.

La razón por la que estaba creando todo este teatro, era para convencer a mis padres que mi hermano podía vivir conmigo, tal como hace dos años, antes de que se lo llevaran del país. Pero la formalidad de mi madre, me estaba preocupando.

—Brenda, tu siempre me has hecho sentir un padre orgullo, incluso más que tus tres hermanos, pero ahora, reconozco que Jack es la deshonra de esta familia y no tú, como había pensado desde que supimos que eras bisexual —manifestó mi padre.

Alondra tuvo que darse cuenta de impotencia, pues sujeto mi mano para trasmitirme algo de serenidad ante las palabras de mi padre. No podía creer que se expresaran de ese modo, como si Jack fuera un extraño o un niño que recogieron de la calle.

—No tienes idea de la vergüenza que nos ha hecho pasar en la filarmónica de Madrid, no cumple nuestro estándares y debes saberlo —añadió mi madre.

—Fue un error pensar que cumpliría nuestras expectativas y no quiero seguir perdiendo mi dinero —manifestó mi padre.

—¿No están exagerando? Es sólo un adolescente —alegó Alondra.

—No estamos exagerando—afirmó mi madre—Podría jurar que está consumiendo drogas y ha descuidado la técnica adecuada para tocar su instrumento —añadió.

—No les creo, él no es así —lo defendí.

Estaba segura que debía existir una explicación para el comportamiento de mi hermano, me negaba a creer las palabras de mis padres. Aun cuando Jack estuviese en una etapa de transición entre dejar de ser un niño y afrontar la adolescencia, no sería capaz de estropear lo único que lo apasionaba.

Era un jovencito de doce años, con una personalidad increíble, que tocaba el violín con una picardía sublime. Quizás, su actitud se debía a un mecanismo de defensa que estaba usando para afrontar el estrés de nuestros padres exigentes o tal vez, era su estrategia para deshacerse de ellos y regresar conmigo.

—¿Han hablado con él? —investigué.

—Claro que lo hemos hecho, pero no pienso perder más mi tiempo —sentenció mi padre.

—La única razón por la que te presionamos en que nos presentaras a alguien, era con la ilusión de que fuese un hombre y no una mujer—manifestó mí madre—Nunca he estado de acuerdo con tus preferencias sexuales y es momento de que lo sepas —dijo sin más.

—¿A qué viene todo eso ahora? Se supone estábamos hablando de mi hermano —intenté mantener la calma.

—Siempre te hemos dicho la verdad y no comenzaremos a mentirte ahora, pero si quiero dejar claro algo—mi padre, me miró seriamente—Aunque seas la única hija de la que me siento orgulloso, debo confesar que has corrompido a tu hermano —dijo.

—¿Yo que? —dije sin comprender.

Realmente no estaba comprendiendo el rumbo que tomo esta conversación, ¿Cuándo pase a ser el centro de atención y no mi hermano? ¿Acaso era un tipo de resentimiento oculto que tenían mis padres? Habían escogido el peor momento para sacar a relucir sus frustraciones porque a decir verdad, no quería hablar sobre un tema que ya habíamos tocado.

—Cielo, no te desvíes del tema —mi madre, sostuvo la mano de su esposo que parecía que iba a explotar de la ira.

—Discúlpame, me deje llevar por el momento—expuso mi padre—Hemos tomado una decisión con respecto a tu hermano —sentenció.

—¿Eso qué quiere decir? —pronunció Alondra.

—Ahora, Jack es tu responsabilidad Brenda y te agradecería que corrijas su actitud, porque no pienso llevármelo a Madrid —dijo mi padre, sin mostrar una pizca de remordimiento.

—¿Qué quieren decir con que no lo llevaran de nuevo? —expuse.

No estaba comprendiendo su argumento, porque hasta donde tenía entendido, Jack no había regresado al país hace dos años y medio. Aunque debía admitir que la noticia de mi padre, me alegro considerablemente porque me dio a entender que había logrado mi objetivo.

—No queremos saber más de ti o de tu hermano, desde ahora están oficialmente por su cuenta—expuso mi madre—Por cierto, Jack te está esperando en el hotel donde nos hospedamos, ¿Te molestaría pasar por él? —me sugirió.

—Por supuesto que no —expresé, al tomar la mano de Alondra para salir.

—Entonces vamos por él —dijo mi padre.

Esa noche no me esperaba que las cosas cambiaran drásticamente, pero bien dicen que ese tipo de cambios, puede mejorar tu vida. Después de todo, los cambios no suelen ser tan horribles como muchas personas acostumbran a creer, al contrario, nos permiten establecer nuestras propias reglas para darnos cuenta que podemos conseguir lo que queramos.

Durante el camino, Alondra me pidió el favor de que le enviará un mensaje a su novia para indicarle que la cena se había extendido por obvias razones. Además que intentó tranquilizarme ante la buena noticia, pues no creí que el asunto con mis padres resultaría más fácil de lo que hubiese imaginado.

Conversamos sobre esa propuesta que le hizo Gabriel en la junta extraordinaria para ocupar un nuevo cargo en la institución, pero era un tema que no la convencía del todo. También tocamos el tema del proceso judicial que haría contra esos rufianes y como Gabriel le estaba ayudando a conseguir un abogado para agilizar el proceso.

—¿Deseas ir por tu hermano o lo esperamos en el auto? —escuché Alondra, mientras estacionó el vehículo.

—Prefiero esperarlo aquí, ya tuve suficiente de mis padres por una noche —dije, al mismo tiempo que le envié un mensaje a mi madre.

Agradecía enormemente lo que Alondra había hecho por mí y deseaba arreglar nuestro mal entendido. Quería disculparme por haberle mentido de esa forma y que nuestra amistad volviera hacer como antes.

—Brenda —expuso Alondra.

—¿Sí? —dije por lo bajo.

—Quiero pedirte disculpas por mi actitud de hace unos días, entiendo porque tuviste que mentirme de ese modo—sostuvo mi mano—Aunque debo admitir que me afecto conocer la verdad —añadió.

—No quería hacerlo —confesé.

Alondra era una de las amigas más cercanas que tenía y no quería perderla por las actividades que implicaba mi profesión detectivesca. Hubiese deseado prevenirla de las acciones de Rafael y su tía, pero no podía, tuve que quedarme de brazos cruzados viéndola sufrir.

—Lo sé—me dedicó una mirada tierna—Espero que algún día me cuentes sobre tu otra profesión —me regalo una sonrisa.

—¿Qué tal mañana?—dije—Iremos a tomar un café con Jane, debo agradecerle por prestarme a su novia —mencioné.

—Me parece justo, aunque yo invito —expresó.

Me había quitado un peso de encima, ya tenía de vuelta a mi amiga y eso me hacía feliz. Todo estaba tomando forma y ahora que mi hermano viviría conmigo, me sentía completa. No podía pedirle más a la vida, exceptuando que pudiera encontrar una pareja para compartir el día a día. Cuando me topé con la silueta de mi hermano, sentí una felicidad que desbordaba mis sentidos, por lo que no dude en salir del auto para abrazarlo con fuerza.

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 37

Mi segundo amor 36

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 32

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 16

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 11

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Danielle

Epílogo—Emma

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 27

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 22

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 19

Amor te otoño 18

Amor te otoño 17

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 8

Amor te otoño 7

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 4

Amor te otoño 3

Amor te otoño 2

Amor te otoño 1

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 2

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 6

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 11

Hechizo de un ángel 2

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Jugada del Destino

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí