miprimita.com

Amor te otoño 17

en Lésbicos

Capítulo 17

Emma

Pensé que el primer día de clase, sería agotador, pero en realidad fue muy tranquilo. Sólo tuve la mitad de la mañana en algunas materias y ahora me encontraba en el supermercado. Me tocó suplicarle a mi jefe que me dejara cuadrar mi horario académico con los turnos de trabajo, para continuar recibiendo algunos ingresos.

Me encontraba en el pasillo, acomodando la nueva mercancía que llegó el día anterior, cuando recibí un mensaje de Danielle indicándome si podíamos salir al final de mi jornada laboral. Obviamente le dije que sí, moría por besarla de nuevo, sé que no había pasado mucho desde que probé sus labios, pero me había vuelto adicta a ellos. Aún recuerdo cuando su padre se presentó a nuestra casa, para pedir nuestra ayuda, ya que no tenía idea de cómo adornar el lugar donde viviría Danielle. Y una parte de mí, se encontraba ansiosa por descubrir si le había gustado la decoración que mi madre y yo nos esforzamos en hacer para que se sintiera a gusto en su departamento.

—No imaginé que trabajarás aquí—esa voz, me resultó familiar. Cuando giré mi rostro, me topé con la persona que menos imaginé—¿Cómo se encuentra mi hermana? —me preguntó.

—¿Desde cuándo te importa? —fruncí mi ceño. No había olvidado como trato a mi francesita, aquella vez que nos topamos con ella en el barrio Panier.

—Me importa más de lo que imaginas, sé que mi manera de actuar no fue la correcta, sé que le falle como hermana y no la apoye tras su confesión. Además, puedo imaginar el mal momento que tuvo que pasar al no recibir la aprobación de nuestra madre —me respondió con mirada triste.

—¿Qué te hizo cambiar de opinión? —algo dentro de mí, no me dejaba confiar en ella. Suelo ser un poco rencorosa, pero no podía bajar la guardia. Al menos no con ella.

—La actitud de mi madre—desvió su mirada—Se atrevió a correrme de la casa, luego de que se enteró sobre mi embarazo —acarició su pancita.

—Oh, lamento esa noticia —no supe que más decir.

—Debo retirarme, si no es mucha molestia saluda a mi hermanita —fue lo último que me dijo, antes de marcharse.

Aquel encuentro, me dejó abrumada, la vida puede ser muy curiosa a veces. Nunca sabes cuándo tus acciones pasaran factura y cuando te encontraras en un aprieto del que no puedas salir sin ayuda. Termine de acomodar los productos y cuando me disponía a salir. Allí estaba ella, con una sonrisa hermosa y una mirada que no supe interpretar.

—Estaba ansiosa por verte—se acercó a mí para rozar mis labios suavemente—Quiero llevarte a un lugar —entrelazó sus dedos con los míos.

Cuando estuvimos alejadas del supermercado, sentí como mi francesita rodeó mi cintura para darme un beso, uno de esos que te hacen volar por las nubes. El camino por donde me llevaba, era familiar y no era para menos. Allí comenzó nuestra historia de amor, en la estación de otoño, bajo las hojas de un color marrón. Mientras nos acercábamos a nuestro lugar favorito, la note nerviosa, quise preguntarle que le pasaba, pero ella mi invito a tomar asiento.

—Te he mostrado algunos lugares de Marsella, pero nunca te dije que este parque donde nos conocimos, tiene por nombre Boléry. En honor a Louis-Joseph Boléry que heredo la propiedad a finales del siglo XVII —expusiste con algo de nerviosismo.

—¿Me has traído para decirme esa información? —sostuve su rostro entre mis manos. Ella negó con la cabeza e inhaló una bocanada de aire como queriendo obtener algo de valor para expresarme algo.

—Necesito decirte algo —expusimos al mismo tiempo. Me animaste a que yo hablara primero, así que tome el valor necesario para decirte lo que sentía. Entrelacé nuestras manos y aclare mi garganta.

—Gracias por ser mi guía turística—sonreí tontamente. Mi corazón latía alocadamente, sentí un sustico al notar que por fin podría decirle lo que sentía—Por mucho tiempo, oculte lo que realmente sentía por ti—intenté mantener mi mirada fija en sus ojos ámbar—Debo confesar que sentía miedo que si te expresaba lo que había comenzado a sentir por ti, terminaría ahuyentándote y no quería perderte por confesar mis sentimientos. Luego surgió la separación de tus padres que me tomo por sorpresa y si no hubieses entrado a mi habitación para conversar, tal vez no me hubiese arriesgado a seguir mi corazón—acaricié tu mejilla—Aquella noche que me propusiste ser tu novia de esa manera tan original, fue lo más lindo que alguien hizo por mí—le di un beso corto—Sé que te he dicho muchas veces que te quiero, pero en realidad lo que he querido decirte es que te amo y quiero estar a tu lado, sin importar lo que pase —pude notar un brillo en su mirada que me hizo erizar la piel.  

—Antes de conocerte, lo único que tenía era mi trabajo y algunos problemas familiares. Unos problemas que sin querer te afectaron más de la cuenta y por un momento, sentí que te perdía—besaste mi nariz—El concepto que tenia del amor era muy diferente al que descubrí estando a tu lado—acariciaste mi mejilla—Quiero que sepas que yo también te amo, me costó descifrar esos sentimientos que sentía por ti, pero cuando caí en cuenta de ese amor que afloro en mi corazón. Me dio miedo confesártelo, lo que menos deseaba era que te hicieras ideas erróneas de que estaba a tu lado por todo el apoyo que me habías brindado antes mis problemas. Cuando en realidad es que ese amor había surgido desde aquel instante que cruzamos las miradas en este parque —una lágrima recorrió tu mejilla. Una que me apresure a limpiarte, me diste un beso en la mano y me expresaste con mucha ilusión si quería ir a vivir contigo.

Antes de que yo pudiese responder, colocaste una canción que me estrujo el corazón. La reconocí de inmediato y supe que se trataba de Rio Roma-Tú me cambiaste la vida. Tenía un nudo en la garganta, nadie me había dedicado una canción y menos para declarar sus sentimientos hacia mí. Me acerque para besarte con pasión—Debemos hablar con mi madre —dije con la voz agitada. Aunque moría por ir a vivir contigo, era consciente que debía hablar con mi madre para pedirle permiso. No podía irme así sin más, sin despedirme de esa mujer que me había apoyado en todas mis locuras.

—Lo que digas, sólo quiero vivir contigo —no dejabas de darme besitos cortos.

—Sé que hoy tienes clase, pero, ¿Me dejarías quedarme en tu departamento? —le suplique. No tenía caso volver a casa, sino estaría en ella.

—Cancelaron la clase de hoy, así que vamos —me sonreíste. Entrelacé nuestras manos, te ayude a levantarte y caminamos al paradero. Durante el camino, ninguna dijo nada, pero podía notar que estabas un poco nerviosa y desconocía el motivo. Cuando entramos a tu departamento, no dudaste en rodear mi cintura para devorar mis labios. Al principio, fue un beso dulce, tierno, pero yo quise intensificarlo, había deseado toda la mañana rozar tus labios, por lo que no pude controlarme.

Estaba tan perdida en las sensaciones que me hacías sentir, que no me percaté cuando me alzo entre sus brazos y automáticamente rodeé su cintura con mis piernas. No quería separarme de ti por ningún motivo, te bese con amor, con pasión, demostrándole que deseaba estar contigo. Entre beso y beso, me llevaste a tu recamara, mi respiración estaba muy agitada por lo que me vi obligada a separarme de tus labios. Nuestras miradas se cruzaron y pude notar una leve sonrojes en tus mejillas, aunque eso no impidió que volviera a besarte con cariño.

Los besos se tornaron más apasionados, te tome del cuello para evitar que te separaras y sentí como me inclinaste sobre la cama. Nuestras lenguas danzaban armoniosamente, mientras yo acariciaba tu espalda, me hice paso entre tu blusa para comenzar a desabrochar tu sostén. Sentí como tu piel se estremeció por mi acción, pero tus labios se separaron de los míos para besar mi cuello—Te amo—alcancé a expresarte. Me tenías tan húmeda, que la única forma que pude controlar mi deseo fue arañarte la espalda.

—No sabes cuánto te he deseado—me expresaste entre beso y beso. Al mismo tiempo que sentí como acomodabas una de tus piernas entre las mías, para hacer una ligera presión con tu cadera, ese contacto me hizo gemir despacio—Me vuelves loca con esos sonidos —me mordiste el lóbulo de la oreja, antes de besarme de nuevo.

—Tú me vuelves loca con todo lo que me haces—le confesé. Mientras mis manos se aferraban a su retaguardia para ejercer más presión de su pelvis sobre la mía. Mi piel se erizó cuando una de tus manos comenzó acariciar uno de mis pechos por debajo de la blusa, al mismo tiempo que sus labios recorrieron mi cuello dejando besos húmedos—¿Puedo desvestirte? —te pregunté, mientras besabas mi abdomen. Pude notar que tus ojos desprendían puro deseo, te incorporarse y me extendiste la mano.

—Te amo—expusiste cerca de mis labios y rodeaste mi cintura. No tardaste en besarme de nuevo, provocándome un sinfín de emociones, podía sentir un cosquilleo en mi entrepierna difícil de explicar.

Me retiraste la blusa delicadamente, mientras tus dedos se paseaban por mi piel haciéndome cosquillas. Cuando la blusa cayó al suelo, te ubicaste en mi espalda para darme un beso por el lóbulo de mi oreja, luego bajaste por mi cuello, al mismo tiempo que deslizabas la tira de mi sostén por mi hombro—Eres tan hermosa, ¿No comprendo cómo te fijaste en mí? —murmuraste. Antes de que pudiese expresarte algo, sentí tus manos sobre mis pechos, realizando una ligera presión.

—Tus manos son muy suaves —dije, disfrutando de tus caricias. No era la primera vez que sentía tus manos sobre mis pechos, pero el imaginar que me haríamos el amor. Mi cuerpo se estremeció. Pude sentir como una mano de Danielle abandono mi pecho para delinear pequeñas líneas por mi abdomen, hasta hacerse paso por mi pantalón y tocar mi intimidad.

—Si estás así de humedad, no quiero imaginar cuando mis labios estén allí abajo—mencionó, frotando levemente mi clítoris. Imaginar que me haría sexo oral y notar esa danza de sus dedos de un lado a otro, me tenían al borde de la locura, podría jurar que estuve a punto de correrme, pero mordí mi labio inferior para contener ese placer que estaba sintiendo—Tienes buen sabor—me confesó. Llevándose esos dedos que contenían mis fluidos hasta su boca. Ese gesto fue tan sexy, que no lo pensé dos veces y me giré para darle un beso suave probando mi propio sabor. Cuando mis manos se encontraban desabrochando su vaquero, escuché un leve gemido que salía de sus labios.

—No puedo creer que estemos a punto de hacerlo —me confesaste, colocando tus manos sobre el pliegue de mi pantalón para comenzar a retirarlo. Te tome del mentón para acercarte a mis labios, nos estuvimos besando por un buen rato, hasta que nuestras bragas volaron por los aires y pude sentir tu cuerpo desnudo junto el mío. Por un momento, contuve la respiración y me aferre a tu espalda, esa era la mejor sensación que jamás había sentido.

Entre un beso y otro, terminamos sobre la cama, te acomodaste sobre mí, de tal manera que nuestras piernas estaban entrelazadas, podía sentir la humedad que desprendía su centro sobre mi muslo y una corriente eléctrica recorrió mi espalda. Esa sensación era demasiada para mí, una cosa era sentir esa humedad con mis dedos, pero otra muy diferente tener su cuerpo desnudo y sentirla de esa manera. Tan directa, tan expuesta, tan humedad. Soportar ese mar de sensaciones, era una misión imposible para mí, por lo que mis jadeos constantes, se llegaron a convertir en un profundo gemido que no pude ocultar.

—¿Te he dicho que me vuelven loca tus gemidos? —expusiste, al mismo tiempo que tus labios bajaban por mi clavícula en dirección a uno de mis pechos. Tuve que aprisionar las sábanas con mis manos para contener otro gemido que deseaba salir de mis labios. Sentir como delineadas mi pezón con tu lengua, mientras movías tus caderas sobre mi muslo, era demasiado. Sus roces constantes y su manera única de succionar mi pecho, aumento la necesidad que tenía de ella. No me quedo de otra que contener mi respiración y morder mi labio inferior, para controlar todo ese placer que estaba sintiendo.

—Creo que no —le dije con cierta dificultad, mi respiración se había vuelto muy errática, gracias a su lengua que hacia estragos en mi pezón.

—Es una lástima, podría jurar que si lo hice —mencionó, al mismo tiempo que sus labios bajaban por mi abdomen dejando un camino húmedo con su lengua hasta llegar al nacimiento de mis caderas. Donde delineo el borde de la misma con una sensualidad exquisita, finalizando con una pequeña mordida que me hizo arquear la espalda.

—¿Por qué te detienes? —pregunté con un jadeo. Mi corazón martillaba constantemente, mi respiración estaba más que agitada, mi mente se había nublado desde que comenzó a delinear con su lengua mi cadera y cuando creí que avanzaría. Resulto ser que su mirada estaba perdida en mi anatomía, sus dedos rozaban mis muslos, con movimientos suaves y delicados, vi cómo se mordía el labio inferior tras sus caricias hasta que nuestras miradas se cruzaron.

—¿Puedo? —sus mejillas estaban algo rojas por la excitación. Le dedique una mirada de afirmación y retomo sus caricias. Ahora sus dedos recorrían la parte interna de mis muslos en dirección a mi cueva, mi respiración se aceleró cuando sentí que delineaba el contorno de mi intimidad, jugando con mis fluidos, esparciéndolos para mejorar la fricción. Recorrió cada parte, sin dejar de observarme, pero se me fue difícil mantenerle la mirada cuando rozo mi clítoris, allí supe que estaba rendida a sus pies.

Hundió ligeramente sus dedos, sin llegar a entrar del todo, lo movió de arriba abajo, generando un ritmo lento pero controlado. Podía sentir como me humedecía con cada caricia, con cada roce, y mi mente se puso en blanco cuando sentí la calidez de su lengua sobre mis pliegues. Mi piel se erizo al instante y solté un gemido que hizo eco en toda la habitación. Comencé a mover mis caderas descontroladamente, al mismo tiempo que sentía su lengua explorar cada rincón, era la combinación perfecta para ese momento. No sé en qué momento paso, pero sentí una ola de placer recorrer mi cuerpo y mis manos se sujetaron a la cabeza de Danielle para prolongar el contacto.

Cuando mi respiración se normalizo un poco, sentí los labios de Danielle recorrer mi abdomen, se paseó por mis pechos y llego a mis labios. Sentir mi sabor en sus labios, fue una completa locura, una que no parecía tener fin, pues sentí como sus dedos zigzagueaban por mis costados para hacerse paso entre nuestro cuerpos. Mi cuerpo estaba tan sensible por el orgasmo que acaba de tener, que sentir los dedos de mi novia juguetear nuevamente en mi monte de venus, me excito de nuevo, tanto que sentí un fuego recorrer mi espalda, un fuego que se intensifico al sentir un dedo entrar en mi interior.       

Esa noche me entregue a Danielle cómo jamás pensé que lo haría con alguien, fue un encuentro lleno de amor y pasión. Ahora más que nunca, estaba decidida a tener un futuro con esa chica de ojos ámbar. Sin embargo, no fue la única que se deleitó con mi cuerpo, yo también tuve la oportunidad de hacerla mía y cumplir algunas de mis fantasías. Estuvimos haciéndolo hasta que el sueño nos venció a ambas y me quedé dormida sobre su regazo.

—Despierta dormilona—escuché. Cuando abrí mis ojos, me encontré con la mirada de Danielle, una mirada que me trasmitía cariño. También pude observar una bandeja sobre la mesa de noche, tenía unos pequeños trozos de fruta, unas tostadas y un jugo de naranja. Sé que no era tan buena cocinando, pero ese gesto, me conmovió el corazón—¿Cómo amaneciste? —me diste un beso corto.

—Muy bien —le dedique una mirada traviesa, al recordar todo lo que sucedió hace un par de horas.

—¿Me dejas llevarte a la facultad, antes de ir a mi trabajo? —te colocaste a mi lado.

—Sí, pero antes—rodee su cintura—Quiero hacerte mía otra vez —bese sus labios.

Hola mis queridos lectores, espero que este capítulo haya cumplido las expectativas que algunos podrían aspirar en cuanto al primer encuentro entre las chicas…Gracias nuevamente por seguir la historias, por sus votaciones y sus valiosos comentarios...

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 40

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 37

Mi segundo amor 36

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 32

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 16

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 11

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Emma

Epílogo—Danielle

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 27

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 22

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 18

Amor te otoño 19

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 8

Amor te otoño 7

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 4

Amor te otoño 3

Amor te otoño 2

Amor te otoño 1

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios 2

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 6

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 11

Hechizo de un ángel 2

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Jugada del Destino

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí