miprimita.com

Mi segundo amor 11

en Lésbicos

Capítulo 11-Anhelos

 

Alondra

Mis ánimos estaban por el suelo, no había nada peor que no recibir una respuesta concreta ante una pregunta. Era como quedarse en el limbo, sin saber qué hacer, ni a donde ir, sólo te quedas en la incertidumbre intentando saber qué hiciste mal.

—¡Aló! —dije por lo bajo. 

—Mamá, ¿Dónde vienes? —escuché al otro lado de la línea.

—Estoy esperando un taxi, pronto estaré en casa —mencioné, mientras mis ojos estaban fijos en algún punto de la calle.

—¿Puedo quedarme en casa de Sofía? —manifestó, con cierto nerviosismo.

—Sí, sólo ten cuidado con la motocicleta, parece que va llover —le sugerí. No tenía que ser adivina para conocer los motivos ocultos tras esa proposición.

—Gracias mamá, en la cocina te dejé algo de comer, te quiero —dijo, antes de colgar.

Había pasado algunas horas desde que visite a Jane y aún sentía una extraña sensación en mi interior. Era una mezcla de tristeza, rabia y enojo, como si aquel rechazo hubiese calado en lo más profundo de mi corazón, pero lo curioso era que no recibí ni un si, ni un no. Simplemente guardo silencio para sí misma y eso dolió más que un rotundo no.

Quizás fui demasiado directa con mi invitación y debí ser más cautelosa para lograr mi objetivo, pero es algo que no puedo cambiar. Ahora debo asumir las consecuencias e intentar reunir valor para hacer otra jugada, realmente quiero conquistarla, aunque no sé cómo empezar. Mientras mi cabeza daba vueltas, detuve un taxi y le indique la dirección a donde quería ir.

Durante el camino, pude observar las oscuras calles de Barquisimeto y las personas que corrían de un lado a otro, como intentando refugiarse de la tormenta que se avecinaba. Suspiré, al recordar la mirada de Jane cuando le mencioné que esas flores que armó con tanta devoción, eran para ella, era la manera que se me había ocurrido para invitarla a salir.

Podía decirse que comprendía sus motivos para no salir conmigo, pero me hubiese gustado que me diera una oportunidad. Después de todo, no es la única a la que le cuesta salir con alguien en plan romántico, pues desde que mi hija nació, no me he atrevido a estar con nadie de manera formal y las pocas citas que tuve, no salieron del todo bien, pero si tuve un tiempo con una mujer donde teníamos algunos encuentros furtivos.

Quizás, su silencio se debía a que no le parecía una mujer atractiva, tal vez no le agrada mi personalidad calmada e intuitiva o tal vez, le huyo a mi invitación que fue muy clara y concisa. De alguna manera, quería entender el motivo de su reacción y quería quitarme esa sensación de tristeza en mi corazón.

Tal vez, sus razones tengan que ver más con ella que con mi manera de ser, tal vez, ¿creerá que está traicionando el recuerdo de su esposa?, ¿no seré su tipo?, ¿tendrá una agenda muy ocupada?, ¿le gustará alguien más? O simplemente, disfruta de su soltería. Estaba tan sumergida en las posibles razones por la que haya actuado de esa manera, que no me percate que había llegado a mi destino.

Al girar la perilla, Split me recibió alegremente moviendo su cola, era un cachorro excepcional, le hacía honor a su raza, noble de corazón, leal y obediente. Deje mis cosas a un lado y me coloque a su altura para acariciar su cabeza, le hice cosquillas sobre su barriga y nos dispusimos a cenar.

Mientas él disfrutaba de su papilla, yo degustaba de unos tallarines a la carbonara con una copa de vino, debía preparar mi clase para mañana, pero justo ahora no tenía cabeza para ello. Simplemente pensaba en Jane, aquella mujer que desde el primer encuentro, hizo florecer algunos sentimientos que tenía guardado en el último casillero de mi corazón.

Pese a que había compartido un par de ocasiones a su lado, su mirada me parecía familiar, sus ojos cafés me trasmitían la extraña pero gratificante sensación de estar en casa. Sin embargo, esa tarde que la invite a salir, su mirada cambio. Ya no parecía nostálgica, ni ausente, más bien lucia confusa ante mi petición.

Al terminar de comer, lave los platos y me tumbe sobre el sofá apoyando mi cabeza sobre un pequeño cojín, mi mirada permanecía perdida en algún punto del techo, pensativa y distante, como si una parte de mi existencia estuviese a la deriva, recordando algunos sucesos del pasado. Unos sucesos de los que no podía escapar, llevándome a preguntar si alguna vez podría conocer la felicidad de la mano de otra persona.

Debía admitir que Jane tenía la misma mirada que una vez lleve en mis días amargos y quizás por eso, me sentía identificada, pero al mismo tiempo, me causaba cierta curiosidad ante su personalidad reservada. Me gustaría conocerla un poco más, me gustaría quitar esa tristeza que tiene en su mirada, pero no tenía claro como podía acercarme a ella, sin ser rechazada. 

Su silencio, me dejó intranquila y ansiosa, pero de alguna manera, sentía un poco de esperanza. No debía juzgarla por sus acciones, no aún que recién comenzaba a conocerla. El cansancio me gano y mis parpados se fueron cerrando, hasta el punto de caer en los brazos de Morfeo.

Los ladridos constantes de Split hicieron que abriera los ojos lentamente, mire mi reloj de pulsera y era más de media noche. Sentí que alguien tocaba la puerta de una manera frenética y me pareció extraño, no tenía ningún conocido que pudiera acudir a esas horas de la noche.

Decidí levantarme del sofá y con movimientos torpes, me dirige a la puerta. Al abrirla, me encontré con la silueta de Jane quien me regalaba una hermosa sonrisa, su mirada parecía haber cambiado y como si hubiese leído mi mente, pronunció.

—No hagas preguntas —me dio un beso que no me esperaba, un beso que me lleno de preguntas.

Los besos se tornaron más apasionados de lo que esperaba, pero debía reconocer que sentir el cuerpo de Jane, me tenía con la piel erizada. Me estaba volviendo adicta a sus besos, a su aroma, a su manera de tocarme con una mezcla de desconfianza y confianza que generaba en mí, cierto cosquilleo. Con cada beso que me daba, lograba deslizar mí blusa con cierta destreza que me hacía humedecer.

Sus labios recorrieron mis hombros, mis pechos, parte de mi abdomen y cuando sentí su lengua zigzaguear por mis muslos, me quede sin aliento. Cualquier pensamiento coherente que había formulado durante ese encuentro, se había ido. Nada de lo que estaba ocurriendo esa noche, se podía igualar a lo que una vez sentí con mi primer amor, todo me resultaba excitante y aterrador. Mi corazón latía de una manera descontrolada y no era para menos, tenía a Jane entre mis brazos, a esa mujer que  me había dejado con una incertidumbre en mi pecho.

—Tu celular no para de sonar —me dijo entre besos.

—Déjalo, no quiero que te detengas —le suplique. Había deseado tenerla para mí desde el primer día y no quería desaprovechar el momento.

—Contesta, no me puedo concentrar —manifestó.

Deje de besarla e intente buscar mi celular para apagarlo, pero no sé en qué momento deje de sentir el cuerpo de Jane sobre el mío y comencé a sentir algo húmedo que se paseaba por mi mano. Cuando me percate de aquella sensación, abrí mis ojos y percibí a Split que meneaba su cola alegremente.

—¡Maldición!—exclamé con mi respiración agitada. Busque con mi mirada la silueta de Jane y no estaba, sólo se encontraba mi cachorro reclamando su desayuno—¡Fue un puto sueño! —grité, al mismo tiempo que tiraba un cojín al otro lado de la sala.

Split debió pensar que jugaba con él, pues corrió por aquel cojín y me lo trajo como todo perro obediente. Cuando tome el cojín entre mis manos, volvió a sonar la alarma de mi celular, indicándome que eran las seis de la mañana.

—Pequeño, no puedo jugar contigo, debo ir a trabajar —le dije, como si pudiera entenderme. 

Me incorpore del sofá, le serví el desayuno y me fui a mi habitación para alistarme. Sin duda, necesitaba una ducha fría para calmar mis emociones tras ese sueño. Mientras enjabonaba mi cuerpo, cerré mis ojos para recordar cada beso y cada caricia de Jane, todo parecía ser tan real, que me niego a creer que sólo fue un simple sueño.

Envolví mi cuerpo en una toalla de algodón y observe las prendas que había en mi armario, usar un pantalón de manera casual, me hacía lucir muy formal; una falda me haría ver atractiva, pero muy al estilo secretaria. Tal vez podría usar un vestido como de costumbre, para conservar mi estilo elegante, pero definitivamente no me apetecía, por lo que opte por usa un lindo outfit que me haría lucir profesional y totalmente fashion.

Escogí una blusa básica de color blanco, un jean negro muy ajustado a mi cuerpo, con unas sandalias de tacón y los accesorios correctos. Una cadena fina con el símbolo de la estrella de David de color dorado que será el foco de atención del outfit, unos sarcillos redondos y un brazalete de una sola pieza. Me coloque un maquillaje suave, un poco de perfume y decidí que era hora de salir o se me haría tarde.

—Que bien luces mamá, ¿Piensas impresionar a alguien? —expuso mi hija, al dejar de acariciar la barriga de Split.

—¡Mierda! ¿Qué haces aquí?, ¿Quieres matarme de un susto? —pregunté, no imagine que estaría en casa a esa hora de la mañana. Después de todo, estaba con su novia celebrando otro mes de relación.

—Se te olvida que vivo aquí —respondió con un tono gracioso.

—No me refería a eso—moví mi cabeza—Pensé que ya estarías en el conservatorio con tu novia —dije.

—Vengo de allí, deje a Sofía y vine por ti, no pensarías que iba a dejar que te fueras sola —frunció el ceño.

—Que tierno de tu parte, ¿Cómo te termino de ir ayer? —expuse, mientras recogía las llaves.

—Demasiado bien, ¿Y a ti? —no tardo en preguntar.

—No muy bien —dije cabizbaja. Aunque no podía negar que había disfrutado de la explicación de Jane sobre algunas flores y ame su manera de interactuar conmigo.

—Dale tiempo, supongo que tiene que sanar algunas heridas —me regalo una sonrisa.

—¡Vaya! ¿Desde cuando eres tan madura? —acaricié su mejilla. Me parecía un lindo gesto de su parte el querer cuidarme y buscar la manera de animarme.

—Se nos hace tarde —me paso mi casco.

Durante el camino, iba pensando sobre la enseñanza-aprendizaje como un binomio cuyo objetivo principal es conseguir el equilibrio en el aula para fomentar un ambiente afable capaz de ser divertido, relajado y cómodo.

El día anterior, una de mis colegas, me había pedido el favor que le hiciera una suplencia y por algunos inconvenientes, no había preparado la clase como era debido, pero confiaba en mis habilidades para formar una empatía con los alumnos.

—Mamá, ¿Te apetece almorzar con nosotras? —propuso mi hija, al estacionar la motocicleta.

—Está bien, ¿El mismo lugar de siempre? —quise cerciorarme.

—Sí, no se te olvide realizar el pedido mientras llegamos, por favor—dijo—Después de todo, terminaras tu clase antes de que nosotras lleguemos al local —expresó.

—Nos vemos a la hora del almuerzo —le di un beso en la mejilla.

La clase trascurrió sin ningún contratiempo, los pequeños eran muy receptivos ante la información que le brindaba y para crear un ambiente más cómodo, realice una recapitulación de algunas lecciones, con la finalidad de que aquellos alumnos que iban rezagados, se pusieran al día.

Hable sobre la primera clase que vieron, referente a las partes del cuatro, luego mencione las posiciones que debían ejecutar para realizar los acordes mayores y menores; y por último, el tema que me toco impartir, el ritmo joropo llanero.

Dicho ritmo, es muy utilizado en nuestro país para ejecutar las canciones llaneras y es el primer género que debe aprenderse. Este ritmo, representa un patrimonio y símbolo nacional de las regiones que pertenecen a la llanura.

Como lo había pronosticado mi hija, mi clase había culminado más temprano de lo usual y decidí ir a ese local donde solíamos almorzar. Allí, fue inevitable que mi mente viajara al pasado, llevándome a mi tiempo universitario, donde compartía con la mujer que una vez pensé que sería mi pareja ideal.

En aquel entonces, me encontraba en los vestuarios esperando a que mi novia saliera de la ducha, había tenido un partido de básquet y solía ducharse antes de ir a casa. Me encantaba esperarla y ver como se vestía frente a mí, provocándome a que le hiciera el amor en ese lugar.

—¿Te gustaría quedarte en mi casa? —dijo, mientras se colocaba su ropa interior.

—Hoy no, prometí que cenaría con mis padres —respondí, al morder mi labio inferior. Adoraba verla desnuda, con su cabello recién lavado y esas gotas que caían sobre su hombro.

—Ven —me jalo de mi playera para que le diera un beso.

—Te encanta hacer lo mismo —mencioné, al separarme de sus labios.

—¿Hacer qué? —frunció su ceño.

—Provocarme mientras te vistes frente a mí —mis manos se aferraron a su cintura.

—Me encanta ver tu rostro con una ligera capa de rubor —mordió mi labio.

—Eres mala—le di un corto beso—No sabes cuánto agradezco que no estamos en tu casa, sino tu padre nos pillaría en una situación muy comprometedora —mis manos comenzaron acariciar sus costados.

—Esperemos que eso no pase, no quiero dar ningún espectáculo a mi padre —dijo antes de volverme a besar.

—Nos van a pillar —expuse entre beso y beso.

—No creo, a esta hora no hay nadie en este lugar, excepto tu y yo, que nos quedamos un poco más —mencionó, al mismo tiempo que sus labios recorrían mi cuello.

—Cuando vivamos juntas, podrás estar todo el día sin ropa —sugerí, amaba tenerla así.

—Me encantaría —me dedicó una mirada tierna.

—Debemos irnos o se me hará tarde para ir a casa —supliqué, no quería llegar tarde a la cena con mis padres.

—Espera —se acercó para darme un beso. Un beso que mostraba la necesidad de ambas por estar juntas y hacer el amor.

 

El ruido que genero el mesero al colocar la comida sobre la mesa, me hizo volver a la realidad, sin querer me había quedado sumergida en mis pensamientos.

—Disfrute el almuerzo —expuso antes de marcharse.

—Gracias —me limite a decir.

Mi mente, trajo la imagen de Zoe, esa mujer se había vuelto un recuerdo para mí, quizás un recuerdo un poco doloroso por como termino nuestra relación, pero no podía negar que pase lindos momentos a su lado y que nuestros planes a futuro, eran vivir juntas luego de terminar la universidad.

—Lamentamos la demora —se excusó Sofía.

—No se preocupen, hace poco llegaron los pedidos —dije, al retomar mi postura.

—Mamá, ¿Te encuentras bien? —escuché a mi hija algo preocupada.

—Sí —mentí.

Aquella imagen de Zoe, había removido recuerdos que una vez pensé haber olvidado. Sin embargo, fingí estar bien para disfrutar de ese almuerzo en compañía de las chicas. No dejaría que esa persona me hiciera daño de nuevo, no ahora que todo marchaba tan bien en mi vida.

Hola, Hombrefx: Lamento si hice que te sintieras mal por el término “usted”, no fue mi intención. Es la costumbre, muy pocas veces tuteo a las personas. Pero lo tendré en cuenta, aquí te dejo otro capítulo de la serie (como sueles decirle), espero sea de tu agrado. PD: Ahora viene lo bueno de esta historia.

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 40

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 37

Mi segundo amor 36

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 32

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 16

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Danielle

Epílogo—Emma

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 27

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 22

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 19

Amor te otoño 18

Amor te otoño 17

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 8

Amor te otoño 7

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 4

Amor te otoño 3

Amor te otoño 2

Amor te otoño 1

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 2

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 6

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 11

Hechizo de un ángel 2

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Jugada del Destino

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí