miprimita.com

Amor te otoño 4

en Lésbicos

Capítulo 4

Emma

Estuve mirando mi reloj de pulsera cada veinte minutos, contando las horas para ver a Danielle, no sé porque estaba tan emocionada por salir con ella. Mientras el día pasaba lento, me encargue de desempacar algunas cajas, ya tenía algunas semanas en este país y no había desempacado ni la mitad de mis cosas. A duras penas había sacado algunos artefactos que formaban parte de la decoración de la casa, y eso porque mi madre me amenazó de no dejarme ver a Danielle sino cumplía con mis deberes.

Nunca me había sentido tan atraída por una chica, ni siquiera por mi primera novia y desconocía el motivo. No sé qué tenía Danielle, me había dejado embobada desde el primer día que la vi; no sé si era el color de sus ojos, su sonrisa tímida o verla así tan desprotegida. Dejé mis pensamientos a un lado y decidí escuchar mi cantante favorito—Ricardo Arjona—Cuando iba a mitad de mis deberes, sentí que mi madre llegó. La saludé como de costumbre, tomamos una merienda y fui a mi habitación para alistarme. Veinte minutos más tarde, me encontraba bajando las escaleras para ir al parque, pero mi madre estaba en la sala con sus piernas cruzadas y su mirada penetrante. No entendía porque estaba tan a la defensiva, así que eleve mi ceja en señal de incomprensión.

 —Recuerda lo que hablamos anoche—escuché a mi madre. No podía creer que aún seguía con el tema. Cómo le iba hacer entender que nunca he jugado con los sentimientos de alguien, menos iba a jugar con los de Danielle. Al contrario, temía que ella jugara con los míos, sabía que le gustaban las mujeres, pero desconocía si yo le atraía al menos un poquito. Inhale una bocanada de aire y le dije que podía estar tranquila, que por el momento quería brindarle mi apoyo incondicional. Aunque era consciente que no podía controlar lo que mi corazón estaba sintiendo. No quise expresarle nada más para que se quedara tranquila y salí con mi frente en alto.

Mientras iba al parque, me encontré sonriendo, me había vestido con mi mejor atuendo para dejar sin palabras a Danielle. De todo lo que tenía en mi closet; opte por colocarme un vestido floral que combinara con  bolso shopping, un abrigo verde pino, unas botas negras y una boina del mismo color. Desde que ella acepto ser mi guía turística, me había trazado una meta y era conquistarla. No obstante, me tenía asustada las atenciones que mi madre tenía hacia Danielle, nunca la había visto tan preocupada por alguna de mis pretendientes, y eso me atemorizaba. Aunque nada de lo que mi madre pudiese decirme, cambiaria el hecho de lo bien que siento en la compañía de Danielle, a su lado el tiempo parecía no tener fin.

Al llegar, tome asiento sobre el césped, podía observar como las personas caminaban a mí alrededor con una sonrisa entre sus labios. Detuve mi mirada sobre un niño que jugaba pelota con su padre y por un momento, recordé como solía ser mi niñez antes de que mis padres se divorciaran. Una lágrima recorrió mi mejilla, cómo pueden cambiar las cosas de la noche a la mañana, quizás mi padre no era ejemplar, pero me hubiese gustado que estuviese a mi lado mientras crecía—me dije a mi misma, como si eso pudiese llenar el vacío que dejó su partida. Durante el tiempo que estuve observando aquel niño, pude notar que ya eran más de la seis de la tarde, mi guía no pudo llegar a la cita. Tal vez, se sintió algo cohibida porque anoche intenté besarla o simplemente se habría arrepentido.

Regrese a mi hogar con un poco de melancolía, jamás me habían dejado plantada en una cita, por lo que comencé a sentir un sentimiento extraño en mi corazón, una emoción difícil de explicar. Desconocía esa conmoción que me produjo la ausencia de Danielle, creí que le importaba lo suficiente como para venir a pesar de lo que ocurrió en mi casa, pero no fue así. Mis pies continuaron su camino hasta que ingrese a mi domicilio, mi madre estaba exactamente igual a como la deje hace una hora y media. Sus ojos azules coincidieron con los míos—¿Por qué tienes esa carita?—no tardo en preguntarme. Sentí un nudo en la garganta, y un sentimiento de tristeza me invadió—Danielle no llego, si no te molesta me iré a mi habitación —manifesté débilmente.

—No sabes cuánto lo siento, te veías tan ilusionada—el tono de su voz era sincero. No tenía ganas de continuar con aquella conversación, por lo que me dirigí a las escaleras. Al entrar a mi habitación, me lance sobre mi cama, quería olvidar que mi cita nunca llegó. Estaba por quedarme dormida, cuando siento que alguien abre la puerta de mi habitación, le dije a mi madre que no quería hablar sobre el tema. Pero aquella voz, hizo que se detuviera mi corazón.

—¡Hola! Lamento no haber llegado a nuestra cita—expresaste. Al girarme, mis ojos se quedaron sorprendidos, no imaginé que vendrías hasta mi habitación. Pese a que aún estabas sobre el umbral de la puerta, pude notar esa pequeña hinchazón que tenías en tu labio inferior—¿Qué te pasó? —dije muy preocupada.

—Tuve una discusión con mi madre—se encogió de hombros—No es tan malo como parece —te acercaste a mí con determinación para ubicarte a mi lado.

—Al menos, dime qué ganaste—bromee, quería sacarle una sonrisa. Sin importar cuánto se esforzara por ocultar su tristeza, sus ojos la delataban. Me dolía verla tan mal, era como si pudiese sentir su dolor en mi corazón.

—¡Discúlpame! Realmente quería salir contigo, pero las cosas se complicaron—resopló para aminorar su impotencia—Lo único bueno de este día, es que mi padre me aceptó por quién soy—intentaste sonreír—A que no adivinas, mi madre me corrió de la casa —su voz tembló, podía intuir que estaba a punto de llorar.

No deje que continuarás con tu explicación, me acerque para abrazarte. No sé porque lo hice, pero sentí la necesidad de hacerlo—Todo estará bien—expresé para intentar calmarte. De alguna manera, podía sentir ese dolor que te causaba el desprecio de tu madre, yo había pasado por lo mismo, y se perfectamente lo mucho que te puede desestabilizar. Era un dolor no se lo deseaba a nadie, ni a mi peor enemiga.

—Tu madre me va a rentar una de sus habitaciones, ¿No te incomodarías por ello? —soltaste mi agarre.

Su rostro quedo muy cerca del mío, podía sentir su respiración, su aliento y esos ojos que me invitaban a seguir mi acercamiento, pero la voz de mi madre hizo que ambas no sobresaltáramos—Es mejor que bajemos, no quiero que mi madre nos regañe por hacerla esperar—comenté, quise aminorar ese incomodo silencio que se generó—En cuanto a lo que me acabas de expresar, no me molestaría tenerte como inquilina—expuse mi mejor sonrisa. Pude sentir como te relajaste por mi comentario, entrelazaste mis dedos con los tuyos y me ayudaste a incorporarme. Ese contacto con tus manos, me hacía sentir mariposas en mi estómago, fue una sensación indescriptible, por lo que se me fui inevitable no imaginar cómo sería probar tus labios.

Me negué a soltar tu agarre, me sentía tan bien con ese pequeño contacto, que te guie todo el camino hasta bajar las escaleras, mas no sospeche que mi madre nos estaba esperando al final de las gradas—¿Ya son novias?—dijo con una sonrisa en sus labios. Yo sentí que mis mejillas ardían, estaba pasando una de mis peores vergüenzas, porque mi madre tenía que ser tan directa con sus palabras—me maldije. Al ver que Danielle estaba roja como un tomate, ejercí un poco de presión sobre su mano para hacerle saber que no se preocupara por los comentarios fuera de lugar que solía hacer mi madre—¡Por Dios! ¿Cómo se te ocurre hacer ese tipo de comentario? —la regañe. Odiaba cuando no media sus palabras.

—No seas exagerada—colocó sus manos sobre sus caderas—Además, que puedo pensar si están tomadas de la mano como dos enamoradas —dijo en su defensa.

Mi corazón comenzó a palpitar descontroladamente, ya no sentía vergüenza por las palabras de mi madre, ahora lo que sentía era temor por la reacción de Danielle. Pude observarla por el rabillo del ojo y percibí que sus mejillas aún estaban rojas, me vi obligada a soltar su agarre para que pudiese retomar su compostura—Imagino que la cena está preparada, por eso nos has llamado—mencioné para disipar la tensión que se generó por aquella afirmación de mi madre. Ella pareció darse cuenta que había metido la pata, dejó de mirarnos y fue a la cocina, mientras que yo le hice un ademán a Danielle para que continuará el camino. No era para nada lógico que Danielle y yo fuéramos novias de la noche a la mañana, menos ahora que estaba atravesando por una situación delicada.

—Hoy quise prepararles un delicioso Ratatouille—insinuó mi madre. Todas nos sentamos a comer en silencio, pude observar como Danielle estuvo con su mirada perdida, me dolía verla así y no tenía idea de como animarla, pero mi madre intento distraerla con sus ocurrencias. Cuando vi su sonrisa, supe que era el momento indicado para comentarles que había encontrado un empleo en el pequeño supermercado que estaba a unas cuadras de la casa. Eso pareció animarla y participo un poco más en la conversación, cosa que a mí me gustó, no quería verla triste. Cuando terminamos, mi madre se quedó lavando los platos y yo llevé a Danielle a la que sería su nueva habitación.

—Me gustaría tener una madre como la tuya —dijo por lo bajo, al mismo tiempo que tendía su cama.

—Puede que a veces diga comentarios fuera de lugar, pero es una gran persona—señalé. A pesar de los malos momentos que tuvimos en el pasado, no podía quejarme. Mi madre era un sol conmigo, me había aguantado muchas cosas y siempre estuvo a mi lado—¿Quieres que te acompañe a recoger tus cosas? —me atreví a preguntar. Puede que no sea una de las mejores ideas que se ocurrió en ese momento, más si deseaba brindarle mi apoyo incondicional.

—No sabes cuánto te lo agradezco, pero quedé en avisarle a mi hermano para que me traiga lo necesario.  Ya sabes, no quiero volver a ese lugar—me dijo con melancolía—Sé que aún te debo una salida, te la recompensaré ¡Te lo prometo! —me invitaste a que me tumbara en la cama.

Intente colocarme lo más cerquita que pude, quería sentir el calor que emanaba tu cuerpo—¿Crees que tu madre algún día te acepte?—me atreví a preguntar. Ella negó con la cabeza—¿Por qué estás tan segura? —expresé. No podía entender que alguien fuese tan orgulloso como para dejar ir a una hija por sus preferencias.

Danielle se quedó unos minutos en silencio, sus ojos se cristalizaron producto del dolor que tenía en su corazón—Sé que no lo hará, más fácil sería aceptar que existen los extraterrestres antes que asumir ante sus amistades que tiene una hija lesbiana —sentí mucho dolor en sus palabras.

—Puedes contar conmigo para lo que necesites, más ahora que viviremos bajo el mismo techo—le regale mi mejor sonrisa. Nuestras miradas se cruzaron de nuevo, no podía comprender porque la cercanía de Danielle me hacía sentir tan bien. Nuevamente estaba cerca de sus labios, tan cerca que podía sentir como su corazón palpitaba como un caballo desbocado y cuando me anime a juntar nuestros labios. Sentí que mi madre llamo a la puerta, otra vez arruinaba mi mejor momento—¡Adelante! —expuse con frustración, no sin antes haberme incorporado de la cama. Mi madre ya me tenía entre ceja y ceja como para darle más de que hablar.

—Quería cerciorarme de que Emma te ayudo a instalarte —pude apreciar cómo me miraba de reojo. Me sentía impotente al ver la actitud de mi madre, como si yo me fuera aprovechar de Danielle.

—Emma ha sido muy atenta conmigo, hasta me presto una pijama para cambiarme —expuso Danielle con mucha tranquilidad.

—Sera mejor que te dejemos descansar, creo que has tenido un día muy agitado—mi madre me hizo señas para que yo saliera de la habitación. Cuando en realidad deseaba quedarme toda la noche, ya sea conversando con Danielle o simplemente viéndola dormir—Hasta mañana mi francesita —le dije el mote que le había colocado hace un par de semanas.

—Pronto iremos a uno de mis lugares favoritos —dijo con una sonrisa.

—Me he dado cuenta de lo mucho que te interesa esa jovencita, más te sugiero que vayas despacio —me dedicó una mirada inquisitiva.

—¿A dónde quieres llegar con tus comentarios? —podía intuir que me ganaría un sermón como la última vez.

—Sin importar cuanto desees avanzar con ella, te recomiendo que le des un poco de tiempo. Para Danielle no debe ser nada fácil haber tenido todas las comodidades del mundo, y luego darse cuenta que ya no tiene nada de sus lujos —frunció el ceño.

—Lo sé, mas puedo asegurarte que ella no es la típica niña adinerada que mira por el hombro a las personas que estan a su alrededor —quise defenderla. Mi madre no tenía derecho a juzgarla, ni a decirme cómo actuar con Danielle.

—Sé a qué te refieres, ella es una joven muy humilde, a pesar de venir de una buena condición económica—acarició mi cabeza—Pasa una feliz noche —expuso, antes de retirarse a su habitación.

—Dulce sueños mamá —sugerí, para continuar mi camino.

Hola mis queridos lectores, quisiera pedirle disculpas a aquellas personas que se han sentido un poco mal o triste por la historia. Ya que pueden sentir identificado(a) con algunos fragmentos de la misma. De igual forma, espero sea de tu agrado...Lililunita: Ya respondí tu correo, gracias por escribirme, me siento muy halagada. Espero este trocito de la historia te alegre un poco. Hombrefx: Solo me queda decirte que a veces en la vida hay dos caras de la moneda y creo que el capítulo anterior es una muestra de ello.

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 40

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 37

Mi segundo amor 36

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 32

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 16

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 11

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Emma

Epílogo—Danielle

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 27

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 22

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 18

Amor te otoño 19

Amor te otoño 17

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 8

Amor te otoño 7

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 3

Amor te otoño 1

Amor te otoño 2

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 2

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 6

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 11

Hechizo de un ángel 2

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Jugada del Destino

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí