miprimita.com

Amor te otoño 22

en Lésbicos

Capítulo 22

 

Emma

Mi mente se encontraba dispersa, todavía no podía asimilar las palabras de Alfonso, me parecía mentira que todas sus atenciones sólo se debían porque deseaba ser más que mi amigo. Eso me pasa por idiota, por no tener el coraje de expresar que mantenía una relación con Danielle, no tengo idea de que hacer para que ella me perdone. Si tan sólo la hubiese escuchado, sin tan sólo no hubiésemos peleado, fui una tonta en no darle su lugar, tal como ella lo hizo conmigo. Una lágrima recorrió mi mejilla, necesito que me escuche, sentir sus labios, mirar esos ojitos y sentirme amada.

Mis pies me guiaban por un camino que ya conocía, un camino que no me cansaría de recorrer para estar al lado de mi amor, pero sin importar que hiciera, me sentía vacía, con un dolor en mi pecho, había traicionado a mi francesita. No creí que haría como Pedro y la negaría ante otras personas. Cómo me dolía estar sin ella, sin sus mimos y su manera de hacerme el amor. Pese a que estaba segura que tal vez Danielle no me contestaría su celular, decidí marcarle, pero por más que intente, ella no atendió mi llamada. Mi corazón se estrujó al no tener respuesta, me lo tenía bien merecido después de todo.

Era consciente que los jueves iba a casa de su padre para visitarlo, aunque en realidad iba a visitar a su sobrino, quien se había convertido en su adoración, algo que no paso desapercibido para  Steven que se sentía un poco celoso de aquel pequeño que robaba todas las atenciones. Estuve tentada a ir para verlos, pero no sería una opción fiable, sé que Danielle se iría apenas me viese llegar, no quería sentir su rechazó frente a su familia, ni que me diera una mirada de resentimiento por haber dudado de sus palabras.

Lo más sensato que se me ocurrió en ese momento, fue ir a su departamento y esperarla allí, pero antes de cruzar la calle, sentí como alguien me tomó del brazo—¿Podemos hablar? —dijo con la voz apagada.

—¿Qué haces?—le reproché. Creí que Alfonso no me hablaría luego de mi confesión y tenerlo frente a mi, me causaba un poco de nervios—¿Me seguiste todo el camino? —fruncí mi ceño.

 —Sí—soltó mi brazo—No podía dejar que regresaras sola a casa, no estaría bien —desvió su mirada.

—No iré a mi casa, pero gracias por ofrecerte —respondí, sin dejar de mirarlo.

—Supongo que irás con tu novia—fue más una afirmación que una pregunta—Al menos, me dejarías acompañarte —su mirada se cruzó con la mía

—Creo que no sería una buena idea —por un instante, recordé el último encuentro y la pelea que tuve con Danielle, si me veía con Alfonso no me escucharía.

—Mientras te seguía, intenté asimilar toda la información que me expresaste—tomaste mi mano—Puedo intuir lo mal que te sientes por ocultarme la verdad y debo admitir que me tomaste con la guardia baja, porque vamos, realmente me atraías mucho—su voz sonaba sincera—Deseo que no vuelvas a mentirme y que te sientas cómoda hablando conmigo de cualquier cosa. Ante todo, somos amigos, y así como yo te cuento mis problemas, quiero que tú te sientas en confianza para hacer lo mismo—me abrazó—Eres la única amiga que tengo y nunca te juzgaría por amar a una mujer —me aclaró.

Para ese momento, mis lágrimas comenzaron a salir sin control. No me esperaba que él fuese a ser tan comprensivo conmigo—Gracias, no sabes lo que tus palabras significan para mí —fue lo único que salió de mis labios. Ahora comprendía que ese chico sería uno de mis mejores amigos, me lo había demostrado con sus palabras y con sus acciones, pues no tardó en bromear conmigo para que le presentará a mi novia como era debido.

—Es hora de que soluciones los problemas con tu novia —manifestó, al pasar uno de sus brazos por mi hombro.

—No hagas ese tipo de gesto cuando esté mi novia —le aclaré. Aunque las cosas habían quedado claras entre nosotros, sé que a mi francesita le molesta ese tipo de demostraciones que él, tenía conmigo y no era para menos.

—Tú lo has dicho, mientras no esté ella. Puedo hacerlo —me regalo una sonrisa.

—No puedo contigo —le saque la lengua.

Ese sería el primer día de muchos, que compartiría con mi único amigo. Si alguien me preguntará en estos momentos, ¿Qué es la amistad? Diría con toda la convicción que la amistad es: respeto, aceptación, cariño y una lucha constante por mantener ese lazo invisible.

—¿Queda muy lejos la casa de Danielle? —su rostro estaba más relajado y parecía que la tensión entre ambos, se había disipado.

—No, en realidad está cerca de aquí—retome mi marcha—De verdad, no tienes que acompañarme —le insistí. A pesar de haber solucionado las cosas con él, no estaba segura que su compañía me serviría de algo. Lo menos que deseaba era que Danielle me viera con él y sacara conclusiones apresuradas.

—No te vas a librar de mí, le prometí a tu madre que te cuidaría y eso haré —me sonrió.

—De acuerdo—bufé—¿Crees que me quiera escuchar? —solté de repente.

—Estoy seguro, no creo que su discusión fuera para tanto —igualo el ritmo de mi marcha.

—Desconfié de sus palabras, y te antepuse antes que a ella  —una lágrima recorrió mi mejilla.

—No debiste hacer eso, se supone que Danielle es tu novia, siempre la tienes que poner ante todo y darle su lugar —me regaño.

—Lo sé, actúe mal—limpié mi mejilla—Debo encontrar la forma de enmendar mis errores y que mi novia pueda perdonarme. No sabes cuánto la extraño —le confesé.

—¿Quién es esa chica que está con tu novia? —escuché a Alfonso.

Mi mente se puso en blanco, al ver a aquella chica en compañía de Danielle, me desestabilizo por completo y sentí una punzada en mi corazón. De alguna manera, estaba sintiendo esa impotencia que una vez me carcomió las entrañas por verla con aquella pelinegra—¡Que tonta fui!—me dije para mí misma. Sólo espero que no sea demasiado tarde para que ella se olvide mí y quiera dar por concluida nuestra relación—Ella es Jimena —dije entre dientes.

—En una semana te cambio por otra —comentó mi amigo.

—Cállate, ella no es así. Debe haber una explicación —la defendí.

—Desde mi punto de vista, ya te busco reemplazo —expresó.

—Deja de decir tonterías—lo jalonee de su camisa—No tienes derecho a hablar de esa manera, no la conoces —lo confronté.

—Ves, debiste creer en sus palabras y no dejarla de lado por intentar defenderme —me recalcó.

Podía entender a donde quería llegar con sus palabras, pero no era el momento adecuado. No ahora que mi cabeza daba vueltas por todo lo que había pasado estas últimas horas. Apenas note que Jimena se alejó en un taxi, me acerque para hablar con ella. Deseaba aclarar las cosas de una vez por todas, quería que todo volviera a la normalidad, de ser posible—¡Danielle! —exclamé.

—¿Qué haces aquí? —me preguntó sorprendida.

 —Necesito hablar contigo —le suplique. Por un momento, recordé su reacción, no sería fácil pedirle disculpas por haber desconfiado de ella.

—Creo ya que me dejaste claro lo que pensabas sobre mis conjeturas—frunció el ceño, era evidente que aún estaba molesta—Puedes volver a la cita que tenías con tu amiguito —me expuso con cierto cinismo.

—¿Cómo lo sabes? —mencioné, no podía creer que me estuviese siguiendo. Aunque no me desagradaba la idea del todo, eso quiere decir que aún le importó.

—Los vi en un local de hamburguesas y perros calientes —dijo entre dientes. Podía notar lo celosa que estaba por haberme visto con alguien más, si supiera que gracias a esa cita, me di cuenta de muchas cosas.

—Cariño—me acerque para rodear su cintura—Sé que un lo siento, no es suficiente para componer las cosas entre las dos—acaricié su mejilla—Fui una tonta en no creer tus palabras —sentí un nudo en la garganta.

—Tienes razón, un lo siento, no es suficiente—se zafó de mi agarre—Vete, no quiero hablar contigo —dijo con una expresión dura.

—Por favor, déjame explicarte —mis lágrimas estaban a punto de salir.

—Regresa con tu amigo, puede que él sea lo que necesitas para ser feliz —dijo, antes de perderse por la puerta de aquel edificio.

Inhalé una bocanada de aire, sé que no sería fácil recobrar la confianza de mi francesita, pero podía entenderla. Si Danielle me hubiese negado como su novia, estaría igual de devastada que ella. A pesar de su mirada dura, sentí que aún me ama, sólo está dolida por mi manera de actuar.

—No te fue tan bien —escuché la voz de mi amigo.

—Me llevas a casa, por favor  —mis lágrimas salían sin permiso.

Laura

—¿Estás bien? —fue lo primero que le pregunté a mi hermana tras cruzar la puerta del hospital. Quizás fue una pregunta estúpida, hace un par de noches se había topado con el amor de su vida y su mirada daba mucho que decir, estaba cargada de una profunda tristeza.

—Sí—dijo por lo bajo—¿Cómo está el pequeñín? —se acercó a la camilla, donde Eduardo estaba dormido.

—Se está recuperando, sólo tiene una pequeña infección respiratoria —expuse desde mi asiento.

—Espero te recuperes pronto, mira que te quiero llevar a pasear —comentó con una sonrisa, tras acariciar la mejilla de mi hijo.

—¿Aún sigues peleada con Emma? —no tarde en preguntar. Era consciente que el reciente estado de ánimo de Danielle, se debía a ese malentendido que surgió entre ellas.

—No estoy segura, desde aquella noche que apareció en mi departamento, no ha vuelto a buscarme—sus ojos se cristalizaron—Creo que su actitud sólo puede significar una cosa —una lágrima recorrió su mejilla.

—¿La has buscado para hablar con ella? —jugué con mis dedos, me estaba metiendo en terreno desconocido y no estaba segura si saldría bien parada de esto.

—Ella es la que me tiene que buscarme, no fui yo la que falló —sus palabras sonaban duras, pero era una coraza que creaba para que no la lastimaran.

—Lo sé, pero al menos deberías intentar hablarle—esos ojos ámbar, me dedicaron una mirada de pocos amigos—¿Por qué no aceptaste su disculpas? —le pregunté.

—Si apareciera tu ex, ¿Tú aceptarías sus disculpas? —me expresó con cierto reproché.

—Es una situación diferente, y deberías saberlo, pero no aceptaría sus disculpas —manifesté lo más calmada posible, pues era un tema delicado para mí.

—No es tan sencillo, aún me duele que escogiera a su amigo antes que a mí. Dime, ¿No he hecho lo suficiente para demostrarle que la amo?, ¿No he hecho lo suficiente para que se sienta segura a mi lado? Acaso, ¿No valgo lo suficiente para ella? —sus mejillas estaban húmedas por aquellas lágrimas que salieron sin permiso.

Jamás la había visto llorar de esa manera, ni siquiera cuando la insulte repetidas veces por su confesión o por los maltratos de nuestra madre. Se me partió el corazón verla triste por esa chica por lo que ha dado todo, me incorpore y fui a su encuentro para darle un abrazo—Todo va a estar bien —acaricié su espalda.

—Lamento la demora —expuso una joven que entró a la habitación.

—¿Ahora me estás siguiendo? —Danielle se giró sobre su mismo eje para enfrentarla.

—No, me enteré que el bebé estaba hospitalizado y vine a visitarlo —su semblante estaba tranquilo, pero pude notar que sus ojos se cristalizaron cuando vio a mi hermana.

—Gracias por venir Emma—la salude con entusiasmo e intenté disimular que no percibí la tensión entre las chicas—¿Cómo van las clases? —atraje la atención de esos ojos azules.

—Muy bien, pronto presentaré mi primer parcial —se relajo un poco, tras mi pregunta.

—Voy por algo de comer, ¿Quieren algo? —ni siquiera le dirigió la mirada a Emma, hizo como si no existiera.

—No hermanita, ¿Y tú Emma? —le sugerí. Sabía que Danielle no querría hablarle, a veces era muy orgullosa. Pero por esta ocasión, estaba de su lado. Emma debía esforzarme para recuperarla.

—No —pude percibir como el cuerpo de Emma se tensó cuando Danielle pasó a su lado.

—Se nota que te mueres por ella, ¿Por qué no has ido a buscarla? —fue inevitable no conocer sus motivos. Era muy evidente que ambas estaban sufriendo, pero al parecer sus inseguridades eran más fuertes que ese amor que se tenían, más por parte de Emma que luchaba por ser aceptada por quienes la rodeaban, era tan diferente a Danielle, quién era más segura de sus acciones y no le importaba lo que pensara los demás.

—Cuando la vi hace tres noches junto a Jimena, supe que había cometido el peor de mis errores, que un lo siento, no serviría para recuperarla—por sus mejillas recorrían unas finas capaz de agua salada—Tal vez sea mejor dejar las cosas así, que ella pueda ser feliz con alguien más —cerro sus manos, en forma de puño.

—¿Por qué te das por vencida?, ¿Por qué no luchas por ese amor? Tal como Danielle lo ha hecho desde un principio —intenté sonar lo más calmada posible, pero por dentro estaba furiosa. Cómo era posible que no luchará con la misma intensidad que mi hermana lo hacía.

—Nunca he sido tan buena para luchar por algo que realmente me importe—limpió sus mejillas—No soy tan valiente, ni tan decidida como lo es Danielle, aún sigo siendo una inmadura que se enoja por nada y cree que todo el mundo perdonará sus tonterías—me confesó—Jamás me había importado alguien como  Danielle, me duele no poder hablarle, me duele no tenerla entre mis brazos. No sabes lo mucho que la extraño. Quisiera dejar de ser tan idiota, quisiera ser valiente y afrontar mis errores —su voz sonaba sincera.

—Una relación no es sencilla, no todo será bonito y lo que pase a su alrededor, servirá para forjar las bases de su relación—sostuve sus manos—Debes aprender a arriesgarte, que en una relación siempre debe existir la comunicación y sin importar las cosas, debes mirar la perspectiva de tu pareja en todos los aspectos. Ya que no siempre puedes suponer que Danielle te dice las cosas por algo malo o porque desconfíe de ti, simplemente es su punto de vista, al igual que ella lo hace o lo hará contigo —le di una palmadita en su hombro.

—Gracias, no imaginé que fueras muy buena dando consejos —me regalo una sonrisa y limpió sus mejillas.

—No hay de que, sólo quiero que dejen de sufrir por tonterías y hagan las paces—manifesté con cierto orgullo. Y por un momento, imaginé que en un futuro podría tener esa misma conversación con mi hijo—Demuéstrale que realmente la amas —la alenté.

—Hermanita—la voz de Danielle interrumpió nuestra conversación—Nuestro padre, desea hablar contigo —me extendió su celular.

—Inténtalo —le susurré a Emma, antes de tomar el celular y salir de la habitación para atender la llamada.

—¿Cómo has estado mi francesita? —sus manos temblaban, por una vez en su vida se tragaría su orgullo y sus miedos. Quería demostrarle a su novia que estaba dispuesta a recuperarla y obtener su perdón.

—Bien —respondió sin mucho tacto.

—Te extraño mi francesita —estuvo a punto de dejarse llevar y besarla, pero no quería arruinar ese acercamiento que tenía con su novia. Quería ir despacio para volver a ganar la confianza de su amor, aunque eso implicase que deba aguantar muchos rechazos por parte de Danielle.

—Yo también te echo de menos —Danielle se perdió en esos ojos azules.

—Quiero que comprendas que tú lo eres todo para mí y sin ti, me siento perdida —Emma observo aquellos ojos ámbar, que reflejaban un amor sincero—Sé que encontraré la forma de que me perdones y te des cuenta que sin importar mis errores, yo te amo —expuso con sinceridad, intentando mantener esas ganas de llorar que tenía acumuladas.

—Debiste pensarlo antes —desvió su mirada, pero sintió como las manos de Emma sostuvieron las suyas.

—Sé que tenemos una conversación pendiente, espero que pronto podamos solucionar nuestros malos entendidos—le sonrió—Por ahora, déjame estar a tu lado, se cuánto amas a tu sobrino y no quiero dejarte sola —acarició su mejilla.

Hola mis queridos lectores, me alegra tener a un nuevo comentador, me refiero a ti Galvanixe: Es bueno tenerte por acá, gracias por leer mis historias y espero ya estés al día con amor de otoño, ya que en el comentario me diste a entender que ibas por la mitad. Lililunita: Concuerdo contigo, las chicas aún tienen mucho que aprender. Sasia: ¿Crees que las chicas sean lo suficiente maduras para solucionar sus problemas? O tal vez, Danielle realmente busque a la pelinegra para darle celos a su novia. Hombrefx: Siempre es un gusto leer tus comentarios, y vaya que han sido algo productivos para incentivar mi creatividad (escribir otros capítulos que puedan alargar la serie. De momento, incluí uno más). Hasta la próxima mis queridos seguidores.

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 40

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 37

Mi segundo amor 36

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 32

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 16

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 11

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Emma

Epílogo—Danielle

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 27

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 18

Amor te otoño 19

Amor te otoño 17

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 8

Amor te otoño 7

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 4

Amor te otoño 3

Amor te otoño 2

Amor te otoño 1

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios 2

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 6

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 11

Hechizo de un ángel 2

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Jugada del Destino

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí