miprimita.com

Mi segundo amor 32

en Lésbicos

Capítulo 32-Escape

 

 

Leila

—¿Por qué debemos irnos tan pronto? —me preguntó mi esposa.

Se veía tan adorable a medio vestir, que no pude evitar sonreír de manera tonta, era la mujer más hermosa que había conocido y no me refería a su aspecto físico. Porque vaya que era hermosa, pero adoraba más su lado tierno, ese que guardaba tras una fachada de niña rica con aire de superioridad.

—Cariño—rodeó mi cintura—¿Por qué no vamos al hotel?—besó mi nariz—Sólo quiero estar contigo para hacer cositas —me confesó, mientras sus labios viajaban por mi cuello.

—No podemos—medio respondí, estaba haciendo el mayor de mis esfuerzos por no ceder—Recuerda que debemos arrojar nuestro ramo de novias —le expresé.

Sé que era una mala idea que lo hiciéramos a mitad de la nada, con el riesgo latente de que alguien pudiera dar con nosotras, pero nuestro lado aventurero, salió a relucir una vez más. Además que posiblemente los invitados ya se habrán dado cuenta de nuestra ausencia.

—Tienes razón—acomodo la manga de mí vestido—No quiero imaginar la cara de mis padres, sabes cómo son ellos con todo eso de las tradiciones —dijo por lo bajo.

—Ni hablar, no volveré a pasar una noche sin ti —pronuncié.

No quería provocar a mis suegros de ninguna manera, suficiente había tenido con que me separaran de Olivia antes de la boda por sus tradiciones y esta noche, no deseaba lo mismo.

—Lo sé, ha sido una noche horrible, no quiero volver a dormir sin ti —me abrazo, mientras su rostro se hundía en mi cuello.

—Ahora ya somos esposas y eso no pasará —intenté calmarla.

—Por cierto, gracias por un adelanto de nuestra noche de bodas —me confesó con una sonrisa.

—No tienes que agradecer cariño—acaricié su mejilla—Yo también quería un momento a solas contigo —expresé, antes de darle un beso.

No era la primera vez que besaba a esta mujer, pero el matrimonio le está sentando muy bien, porque a cada beso que le daba, resultaba más intenso que cuando éramos novias. No podía explicarlo con palabras, pero mi cuerpo así lo sentía, era como si esa conexión que teníamos, se estaba afianzando más con nuestro compromiso.

—Te amo—expuso, al separarse de mis labios—¿Me dirás cómo diste con este lugar? —me preguntó.

—Tengo mis tácticas —respondí con una sonrisa.

La verdad es que no planee encontrar este lugar y tampoco sabía que existía, sólo me aventure a caminar un rato por la playa de la mano de mi esposa hasta que el camino, nos llevó a un pequeño sendero que estaba alejado del resto de la gente.

Quizás el lugar no era del todo acogedor, pues no tenía las paredes completas, ni luz o algo que lo hiciera parecer una casa decente. Pero nuestro deseo era tan palpable, que no nos importo el sitio, sólo queríamos sentirnos y disfrutar de un momento a solas.

—Sal tú primero y luego te sigo —me dijo con temor.

—Eres una miedosa —expresé.

—Leila —me regaño.

—Miedosa—dije por lo bajo—No tardes mucho —le robe un beso, antes de salir.

Camine despacio con una sonrisa tonta en mi rostro, tal como si me estuviese delatando de lo que acababa de hacer con mi esposa en aquel lugar. Lo había disfrutado tanto, que quería repetirlo una y otra vez, pero con ese regalo de bodas que Olivia había planeado para mí.

Cuando iba a mitad del camino, me giré para ver a mi esposa y la observé caminar muy sutilmente, tal como si estuviese contando sus pasos. Se veía tan hermosa a la luz de la luna, que me entró un deseo de quedarme en ese lugar para siempre, donde sólo estuviéramos nosotras dos. Espere a que se acercara y entrelacé nuestras manos para continuar el camino y cuando nos integramos a la fiesta, me encontré con mi amiga.

—Estaba buscándolas, ¿Dónde se habían metido? —me preguntó Jane.

—Por allí, haciendo cositas —respondió Olivia.

—¡Están locas! Alguien pudo verlas —exclamó preocupada.

Intercambie una mirada cómplice con Olivia y ella me sonrió de vuelta, era evidente que ambas sabíamos a que nos enfrentábamos por hacer el amor a escondidas y en un lugar público, pero eso no fue impedimento para nosotras.

—Nadie nos vio—intenté tranquilizar a Jane—Ve por Alondra, que mi esposa va a arrojar su ramo de flores —le sugerí.

—No sé dónde está —su rostro mostró tristeza.

—¿La llamaste? —preguntó Olivia.

—Sí, pero no contesta —desvío su mirada.

—Cariño, ve por nuestros ramos y ya te alcanzo —pronuncié.

Mi esposa asintió, pero hizo un gesto que me dio a entender que no quería alejarse para ayudar a nuestra amiga. Cuando mire de nuevo el rostro de Jane, supe que algo andaba mal y fue inevitable que no le diera un abrazo para consolarla.

—¿Qué paso? —sostuve su mentón.

—No es momento para hablar sobre eso —dijo.

Me sentía algo impotente por no poder ayudarla, no tenía idea de que había pasado, pero sé que podía tener solución. Sin embargo, lo que más me dolió, fue ver su mirada triste, tal como si hubiese perdido la batalla contra algo.

—Luego de que términos con todo esto, me contaras lo que paso, vale —manifesté y ella asintió.

Cogí su brazo y la lleva al centro de aquella recepción, no dejaría que por nada del mundo se perdiera de esa tradición. Una vez que la dejé con el resto de las chicas, pude ver cómo todas las invitadas, mostraban sus hermosos vestidos y tenían una sonrisa ansiosa por descubrir en qué dirección sería arrojado aquel ramo.

Mi esposa se colocó a espalda del grupo y arrojó aquel artefacto que era codiciado por todas las solteras del lugar. No obstante, mi sorpresa fue mayor cuando note que ese ramo, fue a caer en manos de Abigail, la más pequeña del grupo, pero su novia no le hizo tanta gracia porque se lo quito de las manos para dárselo a alguien más. Un gesto que era bastante comprensible, pues ambas eran muy jóvenes como para pensar en matrimonio.

—Cariño, ahora es tu turno —me indico mi esposa.

Antes de tomar el lugar de Olivia, le dio un beso en la mejilla y me coloque de espaldas para arrojar el ramo. Cuando me gire, pude observar que había caído a los pies de Francy, quien no dudó en agacharse y tomarlo entre sus manos. Esa pequeña no podía entender el significado de esa tradición, pero eso no le impidió que hondeara su nueva adquisición con mucho orgullo, hasta se lo mostró a su Jane quien sonrió por lo acontecido.

Jane

La forma en que reaccionó Alondra ante aquella noticia, me tenía algo triste, jamás pensé que la vería en ese estado y eso me golpeó duro. Fue como sentir un vacío en mi interior acompañado de una punzada en mi corazón.

Intenté transmitirle algo de empatía mediante un abrazo para que se sintiera mejor, aunque su mirada me decía todo lo contrario. Sé que estaba sufriendo y yo no podía hacer mucho, sólo estar a su lado para brindarle compañía.

Su estado, me hizo recordar a todas esas veces que pase por una situación similar y aunque los escenarios eran diferentes, el sentimiento era el mismo. Un profundo dolor por la pérdida de un ser querido, un dolor que es sano y busca reconfortarnos, pero si no se maneja de la forma adecuada, se puede volver en una depresión severa.

La mayoría de la noche, hice todo lo que estuvo en mis manos para hacerla sonreír, pero a pesar de mis esfuerzos, su mirada aún permanecía triste. Por lo que decidí apartarme y darle un poco de espacio para que pudiese reflexionar sobre aquella noticia, más no llegué a imaginar que se desaparecía a mitad de la fiesta, sin ninguna explicación.

—Jane —dijo Abigail por lo bajo.

—Sí —mis ojos coincidieron con los suyos.

—No puedo imaginar cómo te sientes, pero sé que hiciste lo posible para que mi madre estuviese mejor —me confesó.

 —Tengo mis dudas —dije, con un hilo de voz.

—Debo confesar que esa noticia me tomo por sorpresa, pero no me afectó, pues nunca llegue a interactuar con mi media hermana—mencionó—Sin embargo, nunca había visto a mi madre tan triste y no supe que hacer —me confesó.

—Lo sé —expuse.

La verdad es que no me imaginé que esa mujer se acercaría a nosotras para conversar y exponernos toda esa información que fue sorpresiva hasta para la propia Alondra. Pero la vida es así, a veces coloca situaciones en nuestro camino para demostrarnos hasta donde podemos soportar y si somos capaces de seguir adelante a pesar de las adversidades.

—¿Te menciono que aún conserva una fotografía de Zoe? —dijo sin más.

—Sí, hasta llegue a sugerirle que el día que decida mudarse a mi hogar, podía colocar su fotografía en el mismo lugar donde tengo la de mi esposa —respondí, con la mirada perdida en el horizonte.

—Me parece un gesto tierno de tu parte—colocó su brazo sobre mi hombro—Te he tomado mucho cariño Jane y me duele verte así por algo que se sale de nuestras manos —expuso.

—¿Crees que tu madre cambie de opinión y ya no quiera mudarse conmigo? —solté de repente.

—Jane—tomó mi mentón para que la mirase—No tengo idea de lo que esté pasando por la mente de mi madre, pero sé que ella te ama y desea estar a tu lado —me regalo una sonrisa.

—Sabes? Ahora comprendo lo que tuvo que pasar Silvia y mi amiga Leila en mis momentos de depresión —confesé.

Para ninguna de las dos, tuvo que ser fácil verme triste o consumida en el alcohol para olvidar mi dolor. La vida me estaba colocando en una situación donde podía ver las cosas desde otro punto de vista, permitiéndome orientar a mi novia y ayudarla a superar su dolor.

Quizás mis acciones podrían no siempre tener los resultados esperados o tal vez, Alondra podría no estar lista para recibir mi ayuda. Sin embargo, intentaría siempre estar a su lado y utilizaría mi experiencia para demostrarle que no siempre hay que dejarse vencer por el dolor ante la muerte de un ser querido.

—¡Mamá! —exclamó Francy, al tirarse en mis brazos.

—¿Qué pasa cariño? —le pregunté.

Adoraba su manera tan sorpresiva de aparecer y robarme una sonrisa. Me parecía tan tierno, que no podría imaginar cómo sería el resto de mi vida sin esa personita que tanto quería.

—Sofía me está persiguiendo —respondió graciosamente.

—¿Qué le hiciste? —arquee mi cena.

Conocía a esa pequeña a la perfección y sabía que no era santo de su devoción. Alguna travesura tuvo que haber realizado para que Sofía la persiguiera de esa manera.

—¿Y bien? —insistí.

—Bueno—se puso nerviosa—Es que le robe un beso —se cubrió su rostro con sus manitas.

—¿Qué hiciste qué? —pronunció Abigail sorprendida.

Hace poco había tomado el rol de mamá y tal vez, no estaba moldeando el comportamiento de Francy como era debido. El besar los labios de otra persona, no significaba una connotación sexual a su edad, pero no era bien visto por terceras personas, aunque fuera una muestra inocente de cariño.

—Lo siento —se disculpó.

—¿Por qué lo hiciste? —investigué.

—Es que ayer vi a Abigail dándole un beso a Sofía, y quise repetir lo mismo —manifestó.

—Jane, lo siento, yo —Abigail, no pudo continuar con la frase.

—Tranquila, pero debes tener más cuidado —dije.

Los niños, siempre intentan adoptar ciertos comportamientos de los adultos y por eso, desde que comencé a salir con Alondra, era más precavida para no incentivar a mi hija a repetir ciertas cosas. No podía darme el lujo de que le llamarán la atención en la escuela por acercarse a una compañera y besarla ante un impulso que desconocía.

—Cariño—suavice el tono de mi voz—Los adultos, nos damos un beso en la boca porque amamos a esa persona y no es algo que hacemos a la ligera, sino, estaríamos besando a cualquier persona —intenté explicarle.

—Ni se te ocurra repetir lo de hace unos instantes —manifestó Sofía algo molesta.

Su tono de voz, hizo que la pequeña diera un pequeño brinco y se aferrara a mi regazo. Podía entender que Sofía estuviese molesta por el comportamiento de Francy, pero debía ser consciente que no lo hizo con mala intención, sino como un acto inocente.

—No lo volveré hacer —dijo, sin mirarla.

—Cálmate cariño, Jane está hablando con la pequeña —expresó Abigail para tranquilizar a su novia.

—Francy—sostuve su rostro—¿Qué te he enseñado todo este tiempo? —pronuncié.

No estaba molesta por su comportamiento hacia Sofía, pero debía corregir sus acciones para evitar que le faltara el respeto a los demás.

—Siempre me has dicho que demostrar afectó está bien, pero que debo respetar los límites físicos entre amigos, familiares y desconocidos —respondió cabizbaja.

—¿Qué sentiste cuando besaste a Sofía? —expuse.

—No sentí nada mamá, ni sé para qué lo hacen —dijo molesta y cruzó sus brazos.

Era de esperarse, Francy no había experimentado ningún tipo de sensación ya que su deseo sexual aún no la había desarrollado del todo. Aunque he de admitir que me sentí un poco nerviosa cuando me enteré de su travesura.

—¿Le pedirás disculpas a Sofía y a Abigail? —expresé.

—¿Y por qué a Abigail? —frunció su ceño.

—Porque le faltaste el respeto, al besar a su novia —le expliqué.

—Está bien—dijo con malestar—Lamento haberle robado un beso a tu novia sin tu permiso, ¿Me perdonas? —junto sus manitos como símbolo de petición.

—Sólo si me prometes que no lo volverás hacer —mencionó Abigail.

—Lo prometo, por mi garrita —demostró su dedo meñique.

—Ahora pídele disculpas a Sofía —le ordené.

—Sofía—se mostró nerviosa—Yo—dijo—No lo volveré hacer —expuso sin mirarla.

—Más te vale —la miró desconfiada.

—Cariño—expuso Abigail, como expresando que la pequeña ya se había disculpado y no debía tratarla con desconfianza—¡Vamos! Es hora de irnos a pasear —mencionó, llevándosela del lugar.

—Mamá, ¿Puedo hacerte una pregunta? —dijo Francy.

—Dime cariño —expuse.

Su rostro me decía que me iba a realizar una pregunta un tanto complicada o quizás de esas que le provocaban cierta curiosidad. Desde de todo, aún se encontraba en la edad de los “¿Por qué?” Aunque me resultaba un poco agotador, me había esforzado por mantener mi mente positiva y resolver sus preguntas sencillas o temas muy complejos.

—Escuche a mi abuela decir que Alondra nos abandonó, ¿Ya no nos quiere? —su rostro, reflejó desilusión.

—¿Cuándo escuchaste eso? —pregunté.

—Anoche cuando regresábamos al hotel—respondió—Yo no vi a Alondra y tampoco durmió con nosotras —dijo con melancolía.

Se me partía el corazón verla triste, como podía explicarle todo lo que había sucedido las últimas horas. Era algo que no entendería, por más que le explicara todo los detalles, ¿Por qué Alondra no pensó en las consecuencias de sus actos? Sin querer, estaba haciendo que la niña sufriera y no era justo.

Francy no merecía sentir esa sensación de abandono que podía repercutir en su lado psicológico y emocional. Su dolor era tan real como el mío, pero ella era tan pequeña que si no encontraba la manera de explicarle, podía ser un duro golpe que le causaría una herida profunda.

—Cariño—sostuve sus manos—Alondra no nos abandonó, su jefa la llamo para pedirle un favor y se tuvo que ir —mentí, no tuve el valor para decirle la verdad.

—¿Es como cuando le pides a Abigail que me cuide porque tienes que ir a trabajar? —me preguntó con inocencia.

—Sí, es algo parecido —acaricié su mejilla.

—¿Y va a regresar pronto? —expuso.

—No lo sé —mis ojos se cristalizaron.

Odiaba mentirle a mi hija, pero lo que más me dolía, es que Alondra no haya pensado en ninguna de sus hijas, sólo tomó la decisión de desaparecer, sin dejar ninguna explicación.

—¿Qué tienes mamá? —colocó sus manitas en mi rostro.

—Nada cariño, sólo me entró algo de arena en los ojos —dije para distraerla.

—Te quiero mamá —me dio un fuerte abrazo.

Era impresionante como los niños podían percibir las emociones y reconocer el nivel de las mismas. A tal punto de conocer si uno está triste, alegre o cualquier otra emoción que pueda reflejar nuestro tono de voz. Sin duda, eran muy sensible a esos estímulos que los adultos intentan ocultar.

—También te quiero mi niña —le di un beso en la mejilla.

—Mientras Alondra no esté, yo te voy a cuidar —dijo espontáneamente.

Me cautivó la inocencia de su razonamiento ante mis palabras que a pesar de ser una verdad a medias, mi hija lo tomó con calma y una mirada tierna, como si supiera que todo se iba a solucionar. Debía aprender esa visión que tenía mi hija sobre el mundo, pues ella, me puede enseñar más lo que yo creo.

Cogí a mi hija entre mis brazos y seguí el camino por donde se habían ido las chicas para unirnos a la excursión que haríamos ese día. Íbamos a conocer el centro histórico, Camellón y otros lugares turísticos.

Hola mis querido lectores, he vuelto con después de unos días ausentes. Espero disfruten este capítulo. Hombrefx: Creo que este capítulo, podrás darte una idea de cómo va a afectar esa noticia que recibió Alondra, así que ya veremos en que termina esto. Sasia: Lamento haberme ausentado así, pero he tenido una semana complicada, espero puedas entenderme. Cuídate, un beso.

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 40

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 37

Mi segundo amor 36

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 16

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 11

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Danielle

Epílogo—Emma

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 27

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 22

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 19

Amor te otoño 18

Amor te otoño 17

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 8

Amor te otoño 7

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 4

Amor te otoño 3

Amor te otoño 2

Amor te otoño 1

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 2

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 6

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 11

Hechizo de un ángel 2

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Jugada del Destino

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí