miprimita.com

Mi segundo amor 16

en Lésbicos

Hola Hombrefx: Como siempre, eres muy asertivo en tus comentarios. Si el anterior capítulo te resulto intenso, creo que este te dejara con la boca abierta y tú mismo, serás quien saque tus propias conclusiones. Sí, me encantan los riesgos como no tienes ideas.

Pd: Me hiciste sonrojar con esas palabras, que soy una mujer atractiva en todos los sentidos. Cuídate, hasta la próxima entrega.

Capítulo 16-Sinceridad

 

 

Abigail

El agua tibia recorría mi cuerpo, relajando cada músculo a su paso, permitiéndome sentir una sensación de armonía. Sin embargo, aquel artículo que había leído la noche anterior, me dejó pensando sobre esa extraña forma de encontrar el amor.

No podría creer que un simple cálculo numérico, podría reflejar la cantidad de personas que debería conocer, besar y desde luego que rompieran mi corazón antes de encontrar esa persona que estaba destinada para mí.

Aquel artículo, se basaba en el promedio que debería tener una mujer para conocer a su media naranja, y ahora que analizaba bien. Encajaba casi en todas sus variables o en su mayoría, pues había besado a más de quince chicas, tuve dos citas a ciegas, me dejaron plantada una vez, tuve cinco decepciones fuertes y viví cuatro aventuras de una noche, pero nunca me habían roto el corazón.

Para mí el tema del amor era algo sin sentido, algo que sabía que existía y que algunas personas lo tenían, pero no era algo que fuese primordial para mí. Me acostaba con quien quería y otras tantas, coqueteaba sin pudor. Pero nunca busque una estabilidad como tal y era algo que no me llamaba la atención.

Cuando conocí a Sofía, pensé que sería otra aventura donde la atracción sexual era muy notoria, pero no fue el tema principal, cosa que me dejo algo sorprendida. Con el paso de los días, nuestra relación se fue cocinando a fuego lento, un fuego lento que nos permitió conocer a nuestras familias, nuestros gustos, nuestra música favorita y hasta ese distanciamiento que Sofía tenía con sus dos hermanos mayores a causa de sus gustos sexuales.

La verdad, es que nunca imaginé que encontraría ese amor del que hablaban las personas, tampoco imaginé que Sofía se iba a colar en lo más profundo de mi corazón. Y sin importar los pronósticos, logramos crear esas cualidades que eran necesarias para una relación de pareja, teníamos intimidad, pasión y compromiso. Cualidades que nos habían llevado a tener una conexión y confianza inimaginable.

Era tanta la conexión, que cuando la tenía a mi lado, podía creer que era capaz de todo y me sentía segura de mi misma. Amaba cada parte de su piel, adoraba escuchar sus gemidos y deliraba con sus besos apasionados, unos besos que me trasmitían muchas sensaciones.

Cuando salí del cuarto de baño, me topé con la silueta de mi novia, quien cubría su cuerpo con una sábana. Pero al notar lo que tenía en sus manos, mi cuerpo se tensó, había dejado esos documentos a la vista de cualquiera, sin tomar ninguna precaución.

—¿Por qué revisas mis cosas sin mi autorización ? —le cuestioné. Me encontraba molesta ante esa intromisión de su parte.

—No fue mi intención, sólo buscaba el trabajo que hicimos la semana pasada —se disculpó. Su rostro mostró cierta preocupación, jamás le había hablado de esa manera.

—Por favor, no quiero que se repita —suavicé mi tono de voz.

Mi novia no tenía la culpa de que hubiese dejado esos documentos en el primer cajón de la mesa de noche y no archivados como era de costumbre. Hace unos días los había sacado de su escondite para quemarlos, pero a la final, se me había olvidado.

—¿Por qué no me lo habías dicho? —me recriminó.

—Cariño—acorte la distancia entre las dos y le quite la carpeta de sus manos—Perdóname, no sabía cómo lo ibas a tomar —me disculpé.

Me sentía avergonzada por algo que había sucedido hace mucho tiempo, no quería que se alejara de mí o sintiera lástima. De hecho, cuando me enteré de la verdad, estuve a punto de perder la cabeza y mandar todo a la mierda.

—¿Desde cuándo lo sabes? —pronunció con una mirada triste.

—Desde hace tres años —acaricié su mejilla.

—¿Creíste que te iba a dejar por conocer tu pasado? —expuso.

Guardé silencio ante su pregunta, me sentía tan bien a su lado, tan amada, que no deseaba perderla. Pero tal vez mi actitud y mi falta de madurez para hablar de ciertas realidades, podrían provocar el fin de nuestra relación.

—Oye—me tomó del mentón—No me importa que seas producto de una violación, yo te amo por quién eres Abigail. Que eso te quede claro —junto su frente con la mía.

—Gracias por aceptarme—la abracé. Realmente temía que se fuera alejar de mí y saber que no le importaba mi origen, me hacía sentir tranquila—Te amo —dije, al mismo tiempo que la besé.

—Estaré a tu lado, hasta que tú me dejes estar—expuso, al separarse del beso—Dime, ¿Tu madre te contó sobre tu origen? —me cuestionó.

—No —negué con un movimiento de cabeza.

—Pero —pronunció.

—Es complicado —dije.

—Intenta explicarme, por favor —suplicó.

Entrelacé nuestras manos para llevarla a la cama, allí, le indique que se colocará a horcajadas sobre mí y le di un suave beso, adoraba tenerla en esa posición. Era como si pudiera fundirme en ella y ser una sola.

—Nunca me atreví a preguntarle a mis abuelos sobre mi padre y mi madre sólo me evadía. Era como un tema prohibido del que nadie podía hablar —mencioné.

—¿Entonces? —expresó.

—Hice lo que todo adolescente haría, aproveche que tenía algunos ahorros para contratar a un detective privado —sonreí por mi idea descabellada, pero que dio excelentes resultados.

—¿Cuánto tiempo le tomo al detective para reunir la información? —inquirió.

—Cuatro meses —respondí.

Por un momento, recordé el momento exacto cuando leí aquel informe y lo que sentí. Mi reacción fue dejar de hablarle a mi madre, no porque me hubiese mentido acerca de mi origen, sino más bien porque me sentía vacía, con un inmenso dolor en mi pecho, como de esos golpes secos que te duelen por varios días seguidos, pero sin mostrar mejoría alguna.

—¿Qué hiciste al respecto? —su rostro mostraba preocupación.

—Guarde silencio —dije.

Me perdí en su mirada, acaricie su mejilla y enrede mis dedos en su cabellera para acercarla más a mí y darle un beso suave. Me parecía adorable que quisiera conocer esa parte de mí, esa parte que había deseado olvidar.

—Me encanta cuando me besas de esa manera —dijo, al separarse de mis labios.

—Cuando cumplí los quince años, reuní el valor para preguntarle a mi madre una vez más sobre mi padre biológico. Esta vez no me evadió y sólo me dijo lo que creyó que era correcto —expresé.

—¿Y eso fue? —frunció el ceño.

—Que me tuvo por una inseminación artificial —dije, pero también recordé que esa misma noche, me dijo que ella era lesbiana.

—¿Cómo se atrevió a mentirte de ese modo? —expuso muy enojada.

—Cariño—intenté calmarla—Comprendo tu reacción, pero mi madre sólo intentaba protegerme —expresé.

—Pero —su mandíbula se tensó.

Era comprensible que se sintiera frustrada por la mentira de mi madre, pero no le permitiría que la juzgara por sus acciones. Aunque fuese mi novia y adoraba tenerla a mi lado, tenía mis propios límites y cuidar de mi madre como ella lo hizo conmigo, era uno de ellos.

—Lo siento, me deje llevar —se disculpó.

—No te preocupes —acaricié su mejilla.

 —Debió ser muy duro enterarte de la verdad —me dio un corto beso para reconfortarme.

—Ni te lo imaginas —desvié mi mirada.

Después que mi madre respondió a mi pregunta, me sentí decepcionada, me había mentido sin ningún remordimiento. Decidí salir de la casa y deambular por las calles, sentía una profunda tristeza en mi corazón. Pase días sin dormir, sin comer y sin ánimos de nada, hasta me vi tentada a quitarme la vida.

Cuando pensé que había tocado fondo y el alcohol lleno mis sentidos, vi a mis abuelos en un sueño. El rostro de ambos, no era de reproche, ni de enojo hacia mí, era más bien un rostro de comprensión por lo que estaba pasando. Al hablar con ellos, recordé como me habían enseñado a ver la vida como un regalo. Un regalo que se debía aprovechar sin estar pendiente del pasado.

Al despertar de ese sueño, retomé la idea de irme a vivir a Venezuela. Era como si de alguna forma, ambas comenzaríamos de nuevo, como si pudiera estar cerca de mis abuelos. Además, estudiaría en ese conservatorio donde estudió mi ídolo musical.

—¿Quieres que esté presente cuando desees hablar con tu madre? —me preguntó.

—Me encantaría, pero no creo que sea correcto —sería injusto de mi parte hacerla revivir esos momentos frente a mi novia.

—Lo sé—beso mi nariz—Lo más correcto sería que esa conversación sea entre ustedes dos, pero para ser sincera. Me alegra que haya decidido tenerte —me dedicó una mirada tierna.

—Eres un amor, ¿Lo sabías? —expresé con cierta picardía.

—Soy tu amor, que es distinto —me dio un beso tierno.

Un beso que se alargó más de lo normal y estuvimos a punto de hacer el amor de nuevo, pero alguien golpeó la puerta de mi habitación. Me separé de sus labios, la ayude a incorporarse y acomode mi toalla. Cuando abrí la puerta, mi cachorro entró moviendo su cola.

—Split, ¿Vienes a vigilar que hace Abigail? —dijo mi chica.

Aquella pregunta, me causo risa, a veces mi novia hablaba con mi cachorro como si el pudiera entender sus palabras.

—No será al revés—la miré expectante—Tal vez, vino a cerciorarse que cierta persona, dejé respirar a la dueña —sonreí de medio lado.

—¿Cierto que no te molesta compartir? —le hizo cosquillas a Split.

—Me alegro que ya estén despiertas —la voz de mi madre, hizo que nos sobresaltáramos.

—Suegra, estábamos a punto de bajar para ayudarla con el almuerzo. No sabe cuánto le agradezco que reciba a mis padres en su casa —expresó Sofía con una sonrisa.

—El almuerzo ya está listo, pero acepto su propuesta con el mayor de los gustos para que me ayuden a lavar los platos —sugirió.

—Es un placer hacer tratos con usted —Sofía extendió su mano para estrecharla con la de mi madre.

—Es mejor que se vistan, no creo que deseen recibir la visita con ese atuendo —mi madre señaló nuestro vestuario.

—¿Ya llegaron mis padres? —expresó Sofía con precaución.

—Hace diez minutos, así que apresúrense —nos advirtió.

Una vez que mi madre dejo la habitación, ambas nos vestimos de una manera apresurada para bajar, se suponía que los padres de mi chica llegarían en media hora, pero veo que no quisieron esperar para conocer a mi madre y nuestro pequeño hogar.

Diez minutos más tarde, nos encontrábamos en el recibidor y pude ver a mi madre con una hermosa sonrisa, seguramente el padre de Sofía le habría contado algún chiste para disipar la tensión. El ver a mi madre sonreír, me hizo entender que no sólo había hecho un esfuerzo por criarme, sino que también se esforzó porque nunca notara su mirada triste.

—Señor Castillo, señora Medina, es un placer tenerlos en mi casa —mostré mi mejor sonrisa.

—El gusto es de nosotros —ambos estrecharon mi mano para saludarme.

—Veo que no has cambiado hermanita —un chico salió del baño y se acercó a nosotras.

—Robert, ¿Qué haces aquí? —Sofía no tardó en preguntar. La presencia de uno de sus hermanos mayores, la desestabilizo un poco.

—¿No me vas a dar un abrazo? —insistió su hermano.

—¿Pasa algo? —no tardó en preguntar mi madre.

Podía notar su preocupación y no era para menos, ella no estaba al tanto sobre la relación que tenía Sofía con sus dos hermanos gemelos.

—Te he extrañado mucho—su hermano se acercó para abrazarla—Lamento lo que pasó entre nosotros, espero puedas disculparme —expuso.

—Me has dejado algo sorprendida, no imagine que regresarías o que tan siquiera me hablarías —pronunció Sofía, al separarse del abrazo.

—Nunca me importó que fueras lesbiana—sostuvo su rostro—Fui un completo idiota al dejarme manipular por mi hermano gemelo y no apoyarte como era debido —manifestó.

—Lo hecho, hecho esta—le regalo una sonrisa—Lo importante es que estás aquí para compartir con el amor de mi vida —me dedicó una mirada tierna.

—Gracias por no guardarme rencor hermanita —la volvió abrazar.

—Porque más que adore este encuentro, hay un almuerzo que nos espera—acarició la mejilla de su hermano—No quiero que el trabajo de mi suegra, se venga abajo por esta pequeña sorpresa —añadió.

Después de tan inesperado encuentro, todos nos dirigimos al comedor para disfrutar de la comida que había preparado mi madre. Los platos iban y venían, se escucha hablar a la mayoría, las risas no se hicieron esperar y por si fuese poco, nuestros padres, no paraban de hacer preguntas. Unas preguntas, que tuvimos que responder por separado, pero lo que más me agradaba de todo aquello. Era disfrutar de la grata compañía y los gestos de mi chica.

Cuando el almuerzo culminó, mi novia cumplió su palabra y entre las dos, lavamos los platos. Pero esa tarde, no pudo quedarse para ver películas conmigo, ya que sus padres se la llevaron para celebrar la reconciliación que tuvo con su hermano Robert.

—¿Te apetece ir a un centro comercial? —propuso mi madre.

—En realidad, quisiera hacer otra cosa—dije—¡Espérame aquí! —le expresé.

Me dirigí a mi habitación, cogí aquella carpeta entre mis manos y regrese a la sala. Ya era tiempo de hablar con mi madre y de alguna forma, quitarle ese peso que tenía en sus hombros.

—¿Qué es esto? —preguntó mi madre sin comprender.

—Revisa su interior —le indiqué.

La expresión que hizo mi madre, al ver aquellos documentos fue de portada, reflejaba preocupación, angustia, miedo y vergüenza. No podía creer que yo conociera la verdad, una verdad que ella decidió ocultar por años.

—Hija yo —su voz se congeló.

—Mamá—sostuve sus manos—Ya no es necesario que tengas que cargar con todo eso sola, sé que me comporte mal contigo por algunos meses y quisiera pedirte disculpas —mencioné.

El rostro de mi madre estaba cubierto por algunas lágrimas que habían decidido salir sin permiso. Era evidente que ella estaba conmocionada, pero esas lágrimas no eran de tristeza o vergüenza, eran lágrimas de liberación por sentir cierta tranquilidad en su corazón.

La mentira que había creado para protegerme, ya no era una carga, ni debía seguir sosteniéndola, ya conocía la verdad y quería que ella lo supiera. Quería que ella se sintiera libre y fuese feliz.

—¿Cómo lo sabes? —sus ojos coincidieron con los míos.

—Eso no importa—limpié sus mejillas—Sólo quiero darte las gracias por haberme tenido, por darme una excelente crianza y protegerme de esos demonios que te abrumaron por años —besé sus manos.

—Lamento haberte mentido, yo —no pudo continuar.

—Yo lamento no haber hablado en su momento y en su lugar, deje de hablarte como si tú fueras la culpable—manifesté—Ya no quiero que existan secretos entre nosotras —dije.

—Pero si conoces toda la verdad, quiere decir que  —no pudo evitar llorar de nuevo.

 —Sí, también sé que tengo una media hermana—limpié sus mejillas de nuevo—No quiero que eso te agobie, yo no quiero tener ninguna relación que esas personas que te hicieron daño, por eso decidí venir a este país. Quería alejarte de todo y protegerte como tú lo hiciste conmigo—le regale una sonrisa—Mi única familia, eres tú, mi novia y mis abuelos que Dios los tenga en su gloria —le expliqué.

—Te amo hija —se acercó para abrazarme.

—Yo también te amo mamá —la abrace con fuerza.

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 40

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 37

Mi segundo amor 36

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 32

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 11

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Danielle

Epílogo—Emma

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 27

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 22

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 19

Amor te otoño 18

Amor te otoño 17

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 8

Amor te otoño 7

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 4

Amor te otoño 3

Amor te otoño 2

Amor te otoño 1

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 2

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 6

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 11

Hechizo de un ángel 2

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Jugada del Destino

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí