miprimita.com

Epílogo—Emma

en Lésbicos

Epílogo—Emma

 

Algunos meses después

Desde que Danielle me dio otra oportunidad, contaba los días para vivir bajo el mismo techo. Era como un sueño hecho realidad, un sueño que ya no estaba tan lejano como hace un par de meses. La idea de mudarme el mismo día de mi cumpleaños, era algo de lo que había hablado con mi madre en varias ocasiones y no parecía molestarle. De hecho, parecía feliz y me daba su bendición para ese nuevo paso que debía afrontar.

En mi habitación, había varias cajas que contenían mis artículos personales, no podía creer que dentro de un par de horas me mudaría con Danielle. Quizás esa acción representaba un gran cambio en mi vida, tal vez uno de los más significativos desde que decidí venir a este país. Pronto asumiría la responsabilidad de vivir en pareja y una parte de mí, sentía un poco de miedo, no estaba segura que nos depararía el futuro.

Pese a que ya estábamos más unidas que nunca, no dejaba de sentir ese susto en mi corazón, me afrontaría a una nueva etapa, a una etapa que narraría a mis futuros hijos como mi mayor aventura. Tal vez esa nueva historia que estaba por escribir, tenga un final feliz o también podría ser un tanto difícil por las encrucijadas de la vida. Sería una historia que valdría la pena recorrer, si estaba al lado de mi francesita.

Durante este tiempo había aprendido a comunicarme mejor con mi novia, había aprendido a confiar en sus opiniones y vencer mis temores, pero sobre todo, había aprendido aceptar aquellas cosas que no podía cambiar. Como por ejemplo, los nuevos pretendientes que iban apareciendo conforme avanzábamos en los estudios. Era una situación realmente frustrante para las dos, pues nadie podía entender que entre nosotras había un amor sincero, un amor que no podría ser quebrantado por terceras personas, pese a sus terribles esfuerzos.

Era impresionante ver el cambio de apariencia que ambas teníamos, Danielle había optado por llevar un nuevo look, un look que me generaba una atracción irresistible porque le daba cierto toque de elegancia y un aspecto muy sensual que me despertaba mis más oscuros deseos. Ahora lucía una presiona melena que caía sobre sus hombros, una melena en la que me gustaba enredar mis dedos para darle una forma ondulada. En cuanto a mí, lo único que me había atrevido hacer, era teñirme un pequeño mechón rubio que hacía juego con mi cabellera negra azabache.

Quizás no eran cambios extremos como depilarse las cejas, raparse la cabeza o teñirse el cabello de un verde intenso, pero representaba un cambio interno que ambas deseamos plasmar ante un nuevo comienzo que nos habíamos dado en la relación. Un cambio que no paso desapercibido para nuestros allegados por ser tan inesperado y porque según ellos, perdíamos una parte de nuestra esencia, esa parte que nos identifica ante los demás. Con el tiempo, fueron asimilando nuestra decisión y en gran parte, otras personas percibieron ese cambio superficial como una insinuación para algo más.

Tal como sucedió con aquel chico que pertenecía a un semestre avanzado, un día se nos acercó mientras estábamos tumbada sobre el césped de la faculta admirando las hojas de ese gran árbol que nos daba sombra, él sin pudor alguno, me dedico una mirada retadora para invitar a mi francesita a una especie de cita. Danielle le echo un vistazo y me regalo una mirada dulce, una mirada que me decía aquí vamos de nuevo, luchando contra el que desee interponerse ante nuestra relación, yo tome su mano y le di un leve apretón. Un apretón que sirvió de base para que ella se diera cuenta que no estaría sola, que no la dejaría enfrentarse sin tener un soporte al que apoyarse. No tardo en rechazarlo y continuáramos con nuestra actividad, esa que se había convertido en un pasatiempo que solíamos hacer antes de irnos a trabajar.

Aquello sólo fue el inicio de una serie de eventos que conllevaron a una situación fuera de control. Ese chico no dejaba de acercarse a nosotras para hacerle sus típicas insinuaciones románticas, unas que dieron paso a algo más sexual. En un principio, su actitud me recordó a esa pelinegra con su terrible insistencia, pero ella no llego a ese punto de hacer comentarios sexuales. Pensé que él se detendría, pero me equivoqué, nunca se dio por vencido hasta que un día intentó sobrepasarse con mi novia en los vestidores de la facultad. Tal acción, no se llegó a concretar gracias a sus amigas que siempre estaban a su alrededor, pero si generó una expulsión inmediata de aquel chico desequilibrado.

Después de ese incidente, no tardó en aparecerme una admiradora, una que no fue tan insistente, al ver el noviazgo que mantenía con mi francesita. Sin duda, Danielle me ayudaba a soportar todo eso y más, ella era mi centro, mi polo a tierra del que estaba totalmente enamorada. De tal modo, que estuvimos ahuyentándonos los pretendientes que nos aparecían para que no afectara nuestra relación.

La interacción con la pesada de Jimena, fue un tanto difícil, sin importar que formara parte del círculo de amistades que tenía mi francesita, no me cabía en la cabeza socializar con ella. De cierto modo, aún tenía mis dudas sobre ella, no podía creer que sus intenciones con mi novia hayan desaparecido de la noche a la mañana y era algo que me hacía mantenerme alerta. Aunque esa sensación de desconfianza, desapareció cuando me entere que esa pelinegra andaba con Jenny en plan de novias. Allí, me di cuenta que sus intenciones con Danielle se debía a un simple capricho y no a un enamoramiento con tal.

La amistad que mantenía con Alfonso, por alguna extraña razón se desvaneció y sólo nos tratábamos para temas académicos. Al principio, me afecto un poco, pero comprendí que las cosas pasaban por algo y sólo debía seguir adelante, intentando hacer nuevos amigos. Quizás su cambio se debía a su relación, porque después de todo, terminó por enamorar a esa castaña que lo traía loco.

Aún mantenía contacto con Laura y su hijo que de alguna manera, se había convertido como un hermanito para mí, un hermanito al que disfrutaba cuidarlo en compañía de mi francesita. Y lo último que supe de mi suegra, era que se había ido a vivir a la capital, olvidándose de toda su familia, hasta contrajo nupcias nuevamente con un distinguido empresario.

—Creo que has empacado todo lo necesario —escuché a mis espaldas. A pesar que pronto dejaría de vivir con mi madre, le había prometido que vendría a visitarla cada tarde para que no se sintiera sola y la invitaría a mi nuevo hogar para cenar con Danielle.

—Creo que sí, pero me falta una caja —coloqué mi mano sobre mi cabeza como queriendo recordar donde la había metido.

—Si te refieres a esa, donde tienes todos los regalos que te ha dado Danielle, déjame recordarte que te la llevaste hace una semana —me explicó, al tomar asiento sobre la cama.

—Oh, se me había olvidado—me encogí de hombros—¿Cómo puedes estar tan calmada? —expresé, se suponía que dentro de unas horas me iría de la casa y mi madre estaba demasiado relajada para mi gusto. No era que me molestará su tranquilidad, pero conociéndola, podría traerse algo entre manos. 

—Por la simple razón de que serás feliz en los brazos de Danielle—acarició mi mejilla—Recuerdo cómo si fuese ayer, aquella vez que me recriminaste por no dejar que te mudaras con ella —dijo.

—Lo sé, esa tarde estuve muy melodramática—mi comentario hizo sonreír a mi madre—Te confieso algo —la abrace.

—¿Qué? —pude sentir como me acariciaba la espalda como queriendo reconfortarme. Puede que ella estuviese tranquila ante mi mudanza, pero yo no lo estaba, sentía que me ahogaba en un vaso de agua. Era una sensación que no podía explicar con palabras.

—No sé qué haré sin tu presencia, jamás me plantee la idea de vivir lejos de ti. Siempre has estado a mi lado, apoyándome en todo e incluso en mis locuras —mis ojos se cristalizaron, realmente la echaría de menos y más sus inoportunas visitas a mi habitación.

—Estás a punto de enfrentarte a lo desconocido. A pesar que ya has convivido con Danielle, es comprensible que sientas un poco de miedo—besó mi coronilla—Sin importar que ya no estemos bajo el mismo techo, siempre podrás contar con mi apoyo —me regalo una sonrisa.

—Gracias por calmar este desasosiego que había en mi corazón —le confesé. Sus palabras me hicieron comprender que ese miedo que sentía en mi corazón, se debía a que me alejaría de mi madre. De esa persona que siempre ha estado para mí, que me ha apoyado sin importar las circunstancias y me resultaba difícil dejarla para comenzar mi vida. De alguna manera, sentía que estaba siendo un poco egoísta de mi parte abandonarla a su suerte.

—Hija—dijo por lo bajo—Lo único que te puedo pedir, es que por nada del mundo eches a perder esa relación que tienes. Te ha costado mantenerla como para que la dañes, no se te olvide que Danielle es la mejor nuera que he tenido —su comentario me hizo entrar en razón. Era cierto, había luchado tanto por ese amor que no estaba dispuesta a perderlo, no ahora que había encontrado un equilibrio.

—¿Y tú prometes que le darás la oportunidad a ese compañero que te coquetea? —expuse. Estaba al tanto de todos los por menores de ese caballero educado que pretendía a mi madre, no sólo lo había visto un par de veces cuando iba a llevarle algún documento a su oficina, sino que también estuvo por la casa una noche cuando la invito a un restaurante elegante.

—Hija —dijo con cierto fastidio. Se notaba que mi comentario no le hizo ninguna gracia.

—¡Oh, vamos! No puedes negar que es apuesto el condenado —intenté persuadirla.

—Hija —me regaño de nuevo.

—No le veo nada de malo que los dos salgan, tampoco te estoy pidiendo que vivan juntos—mi comentario hizo sonreír a mi madre—Simplemente te digo que intentes sobrellevar una relación con alguien, no quiero que estés sola, eres una buena persona y una excelente madre. Solo…—me quede sin argumentos. El ceño fruncido de mi madre me estaba mostrando desagrado antes mis comentarios.

—Ya hemos hablado sobre ese tema y debes respetar mi decisión —se cruzó de brazos.

—¿Lograste conseguir mi encargo? —le pregunté. Quería cambiar de tema para evitar que me diera un sermón justo el día de mi cumpleaños.

—Más te vale que le des un buen uso, mira que me costó horrores conseguirlo —me advirtió. De pronto, escuchamos como alguien tocaba el timbre, nos incorporamos de la cama y bajamos para recibir a los invitados.

Mientras bajaba las escaleras, mi corazón martillaba constantemente, estaba deseosa de ver a mi novia, se me hacía imposible no extrañarla cuando estábamos separadas, así sea por unas horas. En los últimos días, había estado ocupada con su familia buscando un lugar más amplio, puesto que el apartamento donde vivían, se la había hecho pequeño para los cuatros, eso sin contar que estaba en exámenes finales. Por ello, estaba más que ansiosa por verla, por llenarla de besos y darle mi regalo de navidad. Cuando estuve a unos centímetros de la puerta, inhalé una bocanada de aire y giré la perilla.

—¡Hola! —exclamó Jimena. Había decidido invitarla para que pasará la noche de navidad con nosotros. Sé cuánto la apreciaba mi francesita y me pareció lo más sensato de mi parte invitarla a cenar. Después de todo, había demostrado que era una buena persona con lindos sentimientos.

—¡Hola! —expuso Jenny, al darle un efusivo abrazo a mi madre. Quién diría que ese par se la terminaría llevando tan bien.

—Oye, no se te olvide que tienes novia —escuché a Jimena un poco enojada. Con el pasar de los días, había notado que la pelinegra era un poco celosa con su chica.

—Claro que no se me olvida. Tú eres el amor de mi vida —le dio un corto beso.

—¿Tu amigo no vendrá? —no tardo en preguntar mi madre.

—No, recuerda que nuestra amistad acabo hace mucho tiempo —respondí sin más. Era evidente que se había olvidado de ese detalle.

—¿Danielle no ha llegado aún? —no tardó en preguntar Jimena.

—No, seguramente fue a buscar a su familia —respondí con una sonrisa.

—¡Genial! Traerán al pequeño Eduardo—manifestó Jimena—Cariño, tendré que esforzarme más para hacerte un bebé —rodeó la cintura de su novia, quien no tardo en ponerse roja como un tomate, ante tal comentario.

—Bueno, si lo hacen más seguido que Danielle y mi hija. Tal vez puedan ganarle —expuso mi madre con mucha naturalidad.

—¡Mamá!—la regañe—Alguna vez, puedes ahorrarte esos comentarios vergonzosos —mis mejillas estaban igual que las de Jenny.

—¡Oh, vamos! Tendré que ponerme de acuerdo con Danielle para ver quién lo hace primero —dijo Jimena, al mismo tiempo que le deba besitos a Jenny por todo su rostro para intentar que disminuyera su vergüenza.

—Mientras llega el resto de invitados, ¿Podrían ayudarme con la decoración de la mesa? —propuso mi madre.

—Con una condición —dijo Jenny, sosteniendo la mano de su novia.

—¿Cuál? —no tardo en preguntar mi madre. Ella al igual que yo, estaba muy intrigada por esa petición.

—Me tiene que dar el doble de comida—movió sus cejas de una manera divertida—Después de todo, debo alimentarme bien, si Jimena pretende embarazarme —sonrió.

—Con el mayor de los gusto, todo sea por contribuir a ese embarazo —le devolvió la sonrisa.

Todas sabíamos que dejar a nuestra pareja en embarazo sería algo difícil por no decir imposible, pues ninguna tenía esa capacidad de producir esperma, algo que era esencial para dejar en embarazo a nuestras chicas. Pero como todo avanza en la actualidad, podíamos emplear algunos métodos usados por las mujeres de hoy en día para quedar en estado. Y vaya que era algo de lo que había conversado con mi francesita, hasta ella me había dicho que quería tres hijos y que todos se parecieran a mí.

—Veo que la idea de embarazar a tu chica, te ha quedado sonando—sentí como alguien coloco su brazo sobre mi hombro—Puedo darte algunos consejos prácticos —me regalo una sonrisa.

—Jimena, no es momento que te pongas en plan consejera como mi madre —le advertí, hablar de ese tipo de cosas con ella, me daba cierta vergüenza.

—Te ves tan adorable cuando te sonrojas, ahora comprendo porque Danielle esta loquita por ti —me despeino.

Antes de que pudiera decir algo para defenderme, la muy condenada salió corriendo en dirección a la cocina. Quien diría que después todo lo que había pasado entre nosotras, todas terminaríamos llevándonos tan bien, a pesar de que no eran mis amigas, sino las de mi francesita, le había tomado aprecio porque ellas eran tan inseparables que me daba cierto regocijo al ver que trataban bien a mi Danielle.

Hola Hombrefx: Que te puedo decir, quizás tengas un poco de razón con respecto a Danielle, pero como ves, ambas están juntas que era lo importe. Espero disfrutes este final que hice para ustedes… Un beso…

Sasia: No agradezcas, de alguna manera u otra, creo que tengo ese don de trasmitir ciertas emociones. Unas emociones que permiten que más de uno se sienta identificado. Ojala se de tu agrado este final de la historia.

Para los que deseen leer algunas de mis novelas que tengo publicadas por amazon, aquí les dejo mi link:

https://www.amazon.es/Eres-ese-Algo-que-Buscaba/dp/1517404924

https://www.amazon.com/gp/product/B0711FX617

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 40

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 37

Mi segundo amor 36

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 32

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 16

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 11

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Danielle

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 27

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 22

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 18

Amor te otoño 19

Amor te otoño 17

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 8

Amor te otoño 7

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 4

Amor te otoño 3

Amor te otoño 2

Amor te otoño 1

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios 2

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 6

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 11

Hechizo de un ángel 2

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Jugada del Destino

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí