miprimita.com

Hechizo de un ángel 6

en Lésbicos

Capítulo 6-Encuentro inesperado

 

Los días se hicieron semanas y estos a su vez, se convirtieron en meses. Las enamoradas mantenían un ritual diario, que consistía en conversar cuatro veces por semana mediante videollamada y los tres días restantes por chat. Siempre y cuando la agenda de ambas lo permitiera.

Se acercaba el 12 de octubre, donde tenía lugar la celebración del carnaval de Limón, mejor conocido como el Día de las Culturas en el Caribe de Costa rica. Dos días atrás, Ashley había recibido la invitación de su jefa para ir al desfile, pero la rechazó. Realmente deseaba quedarse en casa y conversar con su novia, por lo menos de ese modo la sentía cerca. Aunque fuese por algunas horas.

Era un poco más de las cinco de la tarde, cuando una melodía agradable, pero constante, se esparció por todo el apartamento.  Ashley se encontraba sobre su cama, releyendo aquel libro que había adquirido hace algunos meses. Se colocó una camisa holgada que cubriera su dorso desnudo y parte de sus muslos para ir a la puerta. Al girar la perilla, se quedó estática, tras ver la figura que estaba del otro lado—¿Eres tú? —exclamó, sin salir del asombro.

—¡Hola! —se escuchó decir.

Ashley estaba sorprendida, su cuerpo estaba completamente paralizado, ni en sus más remotos sueños se había imaginado un encuentro casual. Le resultaba difícil creer lo que sus ojos estaban viendo.

—¡Ashley!—dijo preocupada—Por favor, di algo—suplicó Lydia, al ver que su novia no reaccionaba—Mírame, soy real —le indicó.

—No puede ser verdad, estoy soñando despierta —murmuró Ashley, por lo bajo.

—No estás soñando—acaricio su mejilla y tomó su rostro entre sus manos—Cariño, realmente estoy aquí. Mírame, por favor —insistió.

Ashley fijó su mirada en esos ojos miel. Al mismo tiempo que sintió un leve escalofrió recorrer su espalda. Por un momento, creyó que su sentido del habla estaba perdido, por más que deseaba decir algo, su boca no articulaba alguna palabra.

—Te dije que algún día vendría y podía hacer esto —explicó Lydia, al mismo tiempo que acortó la distancia para besarla.

Las emociones de Ashley eran incalculables, no podía entender que su primer amor estuviese junto a ella. No después de que disfrutaba verla por su ordenador. Se dejó llevar por lo que sentía su cuerpo y decidió que era hora de corresponder aquel beso. Rodeó la cintura de Lydia para sentirla cerca y beso aquellos labios que tanto le gustaban. Sin poder evitarlo, dejo escapar un leve gemido.

El cuerpo de Lydia se estremecía a cada beso que recibía de su novia y sintió una especie de hormigueo en su entrepierna. Se atrevió a realizar pequeños roces con su lengua sobre los labios de Ashley, provocando que ésta se aferrara más a su cintura. Y a medida que aumenta el ritmo de ese beso. Las inexpertas manos de Ashley comenzaron a tantear un terreno desconocido, bajo esa tela de chiffon color crema. Lydia reconoció las intenciones de su novia, por lo que aminoro la intensidad de sus besos. No quería hacerle el amor en su primer encuentro. Al contrario, deseaba prepararle algo especial y se fue separando lentamente para admirar sus ojos.

—Hace mucho dejé de pensar que esto sería posible —dijo Ashley con la voz entrecortada.

—No digas eso —expuso Lydia, al regalarle un abrazo.

—¿Cómo es que estás aquí y tu trabajo? —preguntó Ashley, sin separarse del abrazo.

—Deseaba estar contigo—sonrió—En cuanto a mi trabajo, adelante mis vacaciones—contestó Lydia, al depositar un beso en el cuello de su novia. Ashley se estremeció por ese roce y no pudo evitar soltar un leve gemido—Cariño, ¿Puedo entrar? —dijo.

—Por supuesto—manifestó Ashley. Se había dejado llevar por sus emociones y no se percató que Lydia aún seguía en la puerta. Hizo un ademán para que ingresara—Mientras te acomodas. Te prepararé algo de comer —agregó alejándose de ella.

—Espera —indicó Lydia, sostuvo mano para atraerla hacia ella.

El nerviosismo que concebía Ashley en su interior, era notorio, la hacía actuar con torpeza. Su corazón latía a mil por hora, su pulso se aceleró a más no poder y su respiración se hacía más forzosa. Con la mano temblorosa, apartó un mechón de cabello sobre el rostro de Lydia y en un movimiento veloz. Beso sus labios. Ashley experimentaba una sensación indescriptible, al besar de nuevo a Lydia. El contacto de esos labios carnosos, pero suaves, emanaban un sabor a menta que la hacía suspirar. Por primera vez besaba a una mujer y no le parecía tan mal. Al contrario, era el mejor contacto que había recibido en toda su vida.

Las hábiles manos de Lydia no pudieron resistir la tentación de rosar esos muslos que estaban expuestos, con delicadeza acarició de forma ascendente levantando la fina tela, mientras que con la otra mano sostenía la cintura de su novia. Ashley imaginó que podía desmayarse en cualquier momento, todo lo que estaba percibiendo era increíble, las palabras que quería pronunciar, no eran las correctas para describir ese instante. Lydia por su parte, no podía evitar controlar sus impulsos carnales, desde el primer momento que vio a Ashley en su monitor, moría por besarla y rosar su piel. Ashley no se quedó atrás y con sus manos tomó el cuello de Lydia para profundizar el beso. Ninguna de las dos, deseaba que ese momento terminara.

Estuvieron un par de minutos disfrutando de la calidez de sus cuerpos, de la suavidad de sus labios, hasta que la falta de aire se hizo presente. Lydia se separó suavemente y pudo sentir la respiración acelerada de su novia. Ashley le robó un beso corto y se perdió en esa mirada que desde un principio la cautivó.

—Besas muy rico—expresó Ashley. Lydia se sonrojó tras esas palabras y acarició su mejilla—Ahora sí, te haré algo de comer —se alejó de su pareja. Se acercó a la cocina y abrió los estantes en busca del aceite, ajo, tablas de caldo y rápidamente fue a la nevera para extraer los otros ingredientes. Comenzó por dorar la carne junto con la cebolla, pico en trozos pequeños la zanahoria, el zapallo y las papas. Luego añadió el agua en una olla para introducir cada ingrediente. Los removió con una cucharilla de madera, posteriormente integró el orégano, el comino, la sal y las arvejas. Dejo hervir a fuego lento la olla, mientras hurgo en la estantería en busca de un vino especial, ese que había comprado hace un tiempo.

Lydia no dejaba de observar esa figura que deambulaba de un lado a otro, contoneando sus caderas. Todavía no podía creer que esa mujer a quien vio una noche por su monitor, se encontraba frente a ella. No podía evitar que sus ojos miel, se perdieran en esa piel tersa, suave y bien tonificada. Admiraba esa mini licra de color azul que delineaba a la perfección su trasero redondo, ese abdomen plano y en la parte inferior de la cadera, había un pequeño tatuaje en forma de estrella. Ese que había visto con anterioridad. Antes que pudiese continuar, una dulce voz perturbo su deleite.

—¿Todo bien? —indagó Ashley. Había notado que su novia la observaba con detenimiento.

—Sí —musitó Lydia, sin dejar de admirar su cuerpo. Para que Ashley no se sintiera cohibida por su mirada inquisitiva, decidió echar un vistazo al resto del departamento. En la cocina, el espacio era reducido, su baldosa contenía un brillo aperlado de color azul toscana y las paredes eran de tonalidades tierra. En cambio, la sala contenía matices cercanos al marrón claro, siendo el perfecto acompañante para reflejar un toque elegante y sereno. En el fondo, se ubicaba una pequeña biblioteca y una de las paredes contenía una gran variedad de carteles de astronomía.

—Y bien, ¿Te gusta todo lo que ves? —preguntó Ashley, al incorporar los platos sobre la mesa.

—Sí—balbuceo Lydia. Se encontraba algo nerviosa, al ser sorprendida detallando el interior de la casa—Gracias por ser mi novia y por darme esta bienvenida —agregó con una sonrisa en sus labios.

—Tú lo eres todo para mí—manifestó Ashley—Todo lo que hay aquí, ahora te pertenece a ti—le dio un beso esquinero, para mostrarle el motivo por lo que demandaba su atención. Le había preparado un delicioso guiso de carbonada acompañado con un vino blanco servido en pocas Sherry.

—Esta cena se ve deliciosa—comentó Lydia, al tomar asiento—¿Cómo sabias que ese platillo es típico de mi país? —indagó.

—Cariño, el internet puede ser demasiado útil—contestó Ashley levantando la copa para hacer un brindis—Por nuestro encuentro y una vida juntas —dijo.

—Por nuestro encuentro y una vida juntas—repitió Lydia, imitando el gesto—¿Sabes? Se me es difícil asimilar que cruce el océano para estar a tu lado, temo despertar y darme cuenta que es un sueño. Tal como tú lo mencionaste una vez —añadió.

—Todo esto es tan real, que puedo hacer esto —explicó Ashley, acercándose lo suficiente para volverla a besar.

Durante esa velada romántica, Ashley repartía caricias suaves sobre la mano de Lydia. Después de tantos sueños concurridos, uno de ellos, se volvió realidad. La distancia entre ellas, se había acortado. En pequeños momentos, donde solo se apreciaba el ruedo de la calle, Lydia le daba algunos bocados de comida en los labios de Ashley. Al culminar la cena, Ashley le mostró a su novia el dormitorio para que se cambiara, mientras ella lavaba la loza.

Lydia deseaba que su novia se le uniera a la ducha, era consciente que en su primer encuentro no podía apresurar las cosas, ni dar rienda suelta a sus deseos. Por lo que desechó sus pensamientos lujuriosos, abrió el grifo y dejó que el agua tibia recorriera su cuerpo. Debía admitir que conocer a Ashley por internet, era algo que no se esperaba. Envolvió su cuerpo con una toalla azul celeste y salió de la ducha. En ese instante, la figura de Ashley apareció por el umbral de la puerta.

Ashley se quedó paralizada ante la imagen de esa mujer hermosa. No pudo evitar la tentación de realizar una inspección visual por todo ese cuerpo y culminó justo cuando su mirada se cruzó con esos ojos color miel—Lo siento—se disculpó—Pensé que ya estabas vestida —dijo, al voltearse.

Lydia sonrió. Aquel gesto de vergüenza que hizo su chica, le pareció encantador—Somos novias, puedes ver si quieres —se apresuró en decir.

—Debí tocar la puerta —expresó Ashley, aún con vergüenza.

—No te preocupes amor—manifestó—El baño es todo tuyo —agregó Lydia. Pensó que su novia querría darse una ducha antes de dormir.

—Gracias —se limitó a decir Ashley e ingreso al cuarto de baño.

Se ve tan hermosa toda sonrojada, no me imagino verla del mismo modo, cuando le haga el amor—pensaba Lydia—Se retiró la toalla y procedió a buscar ropa cómoda en el interior de su maleta. Allí, se encontró con aquel obsequio que le compro en el centro comercial, lo ubicó sobre la mesa de noche y continúo buscando alguna prenda que portar. Mientras intentaba calmar sus instintos lujuriosos, decidió inspeccionar el dormitorio.

La habitación era alta, ventilada y las paredes eran cubiertas por afiches o eso parecía. Estos contenían un cielo estrellado. Sus muros contenían su color original, sobre el tocador permanecían numerosas cremas y lociones. Una en particular, capturó su atención con su mano izquierda retiró su tapa para inhalar su aroma, era la misma fragancia que poseía su novia cuando la abrazo por primera vez. También observó un embace de crema, cubierto por un hermoso estampado de una flor roja y su aroma era embriagador.

—Necesitaré que me apliques esa crema —expuso Ashley, al salir de la ducha.

La mente de Lydia voló en cámara lenta, al ver el reflejo de su novia en el umbral de la puerta. Aún en sus hombros yacían pequeñas gotas de agua. Ante esa imagen sexy que contemplaba, el cuerpo de Lydia reaccionó liberando una gran cantidad de hormonas, producto de la excitación. Su entrepierna comenzó a humedecerse, sin hacerle ninguna fricción. Su garganta de pronto se quedó seca, quería tomar a su novia, colocarla sobre la cama y hacerle el amor lentamente, pero en lugar de ello pronunció—Saldré del dormitorio.

—Eres mi novia y tienes derecho a ver o ¿No? —deliberó Ashley traviesamente.

Lydia se sonrojó ante el comentario—¿Podré controlarme? —se preguntó. Titubeó ante su poco autocontrol.

Ashley que se divertía con la escena, observó cada rasgo de Lydia, podía notar el nerviosismo en ella y un ligero temblor que producían sus manos—Entonces, ¿Me aplicarías la crema? —insistió.

—Por supuesto—exclamó—¿En dónde está? —se encontró preguntando Lydia.

—Cariño, la tienes entre tus manos —contestó Ashley de manera gentil.

—¡Oh!—exclamó Lydia avergonzada. Era la primera vez que alguien la hacía apenarse—Disculpa mi torpeza, ¿En dónde te coloco? —indagó.

—¿Dónde empezarías tú? —fue lo que obtuvo como respuesta por parte de Ashley.

Lydia observó cómo su novia tomaba asiento sobre el borde de la cama, inhaló una bocanada de aire para controlar sus impulsos y se untó un poco de crema sobre sus manos para realizar un movimiento circular. Se la esparció con suavidad en la pierna izquierda, realizando pequeños roces que eran excitantes para las dos. Repitió el proceso en la otra pierna, pero esta vez. Sus manos rozaron la ingle de Ashley y ésta ante el contacto, emitió un gemido suave. Lydia no podía contener el nerviosismo que le generaba esa cercanía tan íntima con su novia, la suave piel de Ashley, le proporcionaba cierto cosquilleo en su entrepierna. Ese acto era muy erótico, incluso para ella misma.

—Aplícame en los brazos, por favor —sugirió Ashley, con la voz entrecortada.

Lydia se encontraba tan excitada, que no le prestó atención a Ashley. Simplemente se rindió a sus deseos. Apartó un lateral de la toalla para acariciar el abdomen de su novia y pudo notar como la piel de ésta, se erizó. Ashley disfrutaba de aquella sensación tan placentera e inconscientemente se mordió el labio inferior. Los ojos de Lydia estaban más claros que de costumbre, producto de su excitación. Mientras esparcía la crema por el abdomen de Ashley, una de sus manos logró acariciar sutilmente el pecho derecho de su novia, solo fue un leve roce. Pero los pezones de Ashley reaccionaron al instante y un leve gemido salió de sus labios. Lydia apretó sus piernas, intentando aminorar su deseo y al igual que su novia. No pudo evitar gemir despacio.

Ashley mantenía los ojos cerrados, disfrutando del suave contacto. Al percibir que las manos de Lydia acariciaban sus costados, arqueó la espalda y la toalla se deslizó con facilidad. Lydia se mordió el labio inferior e intentó contratar sus impulsos para no posar sus labios sobre el sexo de su novia y hacerle el mejor sexo oral de su vida. Detallar la desnudez de Ashley, era una tentación—Colócate boca abajo —ordenó.

La respiración de Ashley se encontraba acelerada, las suaves caricias de su novia, habían logrado que su sexo estuviese lleno de fluidos. Había sentido tantas emociones, que no se percató que por primera vez, estaba desnuda ante alguien. Al recobrar un poco la compostura, tomó la posición que le había solicitado Lydia. Su cuerpo reaccionó a la fría sensación que produjo el choque de la crema sobre sus hombros y un leve gemido salió de sus labios. A medida que Lydia esparcía la crema por su espalda, sus manos se aferran a la sabana para controlar esas sensaciones que comenzaba a experimentar.

Lydia no resistió la tentación y deposito un beso húmedo sobre el cuello de Ashley. La sensación fue tan intensa, que Ashley soltó un gemido más fuerte y por instinto, se echó hacia atrás buscando un mayor contacto. Lydia se encontraba en ebullición, ahora más que nunca deseaba hacerle el amor a su novia, deseaba ubicarse entre sus piernas y probar el sabor de su sexo. Cuando estaba por darle rienda suelta a sus deseos. Escuchó.

—Me colocas la pijama, por favor —musitó Ashley con la voz ronca. Estaba consciente de que si seguía con ese contacto, ambas podrían terminar haciendo el amor.

Lydia salió del trance en el que estaba, las cosas se le habían salido de las manos. Se había jurado que no iría tan rápido con Ashley, aun cuando ya habían tenido sexo telefónico. No quería estropear la experiencia de su primera vez. Se incorporó, hurgo entre el closet de madera y saco una camisa holgada semi transparente. Se maldijo así misma, en su vida había tenido tan mala suerte, ahora más que nunca, su autocontrol era puesto a prueba. Acaso, ¿El destino había confabulado contra ella para tentarla durante toda la noche?

—Cariño, ¿Encontraste algo? —Ashley comenzaba a sentir el frío sobre su piel.

—Sí—contestó Lydia, antes de girarse e ir en dirección a la cama. Una vez que le colocó la camisa a su novia, le dio un beso corto y guío sus pies a la ducha, para tender la toalla. Allí, se esparció agua fría en su rostro para bajar su calentura—¿En qué lado dormiré? —preguntó, al regresar a la cama.

—Quédate en la orilla, por si deseas ir al baño durante la noche—contestó Ashley—¿Me dejarías abrazarte?  —indagó, con algo de nerviosismo.

—Por supuesto —dijo Lydia y se colocó sobre el regazo de Ashley para apreciar los latidos de su corazón.

Ashley sintió un poco de culpa por detener las caricias de Lydia, aunque se había quedado con ganas de más. No pudo continuar. Jamás había estado tan cerca de hacer el amor con alguien y la idea la atemorizó. No era muy hábil en la cama, ni siquiera sabía si podía satisfacer a su novia. Pero estaba segura que se entregaría por amor. Su cabeza estaba liada con tantas ideas incompletas, por lo que decidió levantarse. Se incorporó con cuidado, procurando no despertar a Lydia y guío sus pies a la cocina en busca de un vaso con agua.

Al regresar a la habitación, se encontró con la imagen de Lydia sentada en la cama. Su nerviosismo se hizo presente, al ver esos ojos color miel. No tenía idea de cómo le explicaría a Lydia el sentimiento de culpabilidad que tenía en su interior. Ingresó con cautela y se ubicó a un lado de Lydia.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Lydia, quien tomó el mentón de Ashley para que volteara a verla.

—Sí —pronunció Ashley, mirándola fijamente.

Lydia la jaló de la muñeca e hizo que se tumbara sobre su regazo para acurrucarla entre sus brazos—¿Estás nerviosa? —soltó sin pensarlo.

—Un poco —musitó Ashley y la abrazo con fuerza.

—¿Es por mi cercanía? —investigó su novia.

Ashley negó con la cabeza y se aferró más a ella, se sentía avergonzada por lo ocurrido hace unos momentos. Realmente deseaba hacer el amor con Lydia, pero había algo en ella que la detenía. Lydia la cogió entre sus brazos, mientras acariciaba su cabello dulcemente y comenzó hablar—No quiero presionarte para que estés conmigo, sabes que te amo y te respeto—dijo—Es normal que te sientas así, a fin de cuentas soy la primera persona que ha llegado a estar contigo en una situación íntima —le dio un beso en la coronilla.

—No pienses que no quise hacerlo, solo que —se le quebró la voz.

—Sentiste miedo—Lydia completó la frase—Creo que es el momento perfecto para darte mi obsequio—manifestó, estirando su brazo sobre la mesa de noche—Ábrelo —sugirió.

—¿Me dirás que es? —inquirió Ashley arqueando una ceja. Y sus ojos se centraron esa pequeña caja de color blanco perlado. La misma que vio una vez por videollamada.

—Mejor descúbrelo tú misma —alentó Lydia.

Ashley no tuvo más remedio que resignarse, Lydia no le daría ningún detalle. Retiró el papel transparente que cubría la caja y al ver su interior, divisó un colgante con un dije de plata en forma de una nota musical (una corchea) junto a una nota, que decía “Gracias por aparecer en mi vida” Su rostro dibujó una sonrisa de satisfacción por el detalle. Estaba tan emocionada que acortó la distancia que había entre las dos y le dio un dulce beso. Las hábiles manos de Lydia, repartían caricias por la espalda de Ashley, quién rodeó su cintura para controlar su deseo. Por un momento, se olvidó de sus miedos e inseguridades y se dejó llevar. Estuvieron así por unos minutos, hasta que Lydia decidió separarse. No deseaba repetir lo de hace unos momentos.

—Gracias —musitó Ashley.

—No tienes que agradecer—acarició su mejilla—Será mejor que intentemos dormir —sugirió. Finalizaron esa breve conversación con un dulce beso y un “Buenas noches mi amor”. Esa noche, fantasearon el futuro que podría esperarles a partir de su encuentro.

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 40

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 37

Mi segundo amor 36

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 32

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 16

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 11

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Emma

Epílogo—Danielle

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 27

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 22

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 18

Amor te otoño 19

Amor te otoño 17

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 7

Amor te otoño 8

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 4

Amor te otoño 3

Amor te otoño 2

Amor te otoño 1

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios 2

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 11

Hechizo de un ángel 2

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Jugada del Destino

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí