Capítulo 5-Reencuentro

Jane

—¿Qué haremos cuándo nazca nuestro hijo? —entrelazó nuestros dedos, para luego depositar un beso en el dorso de mi mano.

—Cariño, apenas llevas un mes de embarazo —acaricié su mejilla. Me quede admirando aquellos ojos miel que estaban frente a mí, unos ojos que se veían más claro que de costumbre después de hacer el amor.

—No importa, no sabes cuánto deseo tenerlo entre mis brazos —me regaló una hermosa sonrisa. Una sonrisa que me enamoraba cada vez más de ella y como no hacerlo, si era todo lo que más amaba en ese momento.

Helen era un encanto de mujer, una mujer que tenía muchas cualidades y dentro de ellas, estaba la idea de hacer planes a futuro, unos planes que yo amaba escuchar. Pese a que no era tan soñadora como ella, me gustaba fantasear despierta y perderme en un mar de posibilidades que podía realizar a su lado.

—Te amo —tiré de ella para besarla.

—Debo irme cariño —me dijo, sin dejar de besarme.

—¿Por qué debes irte? —me aferre a sus labios con mayor devoción.

—Cariño, sabes que no puedo quedarme. Nuestro momento ya pasó, el destino nos lo arrebató —me acarició mi mejilla.

—No quiero que te vayas, no me dejes sola—le imploré—Lo único que entiendo es que debemos estar juntas, pero no podemos y eso duele —sostuve su rostro para perderme en su mirada.

—Me duele ver que aún vivas en el pasado y no te das otra oportunidad con alguien —sus ojos se tornaron tristes.

—Sólo quiero estar contigo—delineé su rostro—No te vayas, por favor —insistí.

—Nunca me he ido de tu lado —me confesó, sin dejar de acariciar mi rostro.

—Quédate, prefiero vivir en mis sueños que vivir sin ti —manifesté con un hilo de voz.

—Te amo—me dio un beso tierno—Es momento que empieces hacer feliz, yo siempre estaré a tu lado —me abrazó con fuerza.

Ese abrazo me trasmitió una sensación de calma y unas ganas inmensas de quedarme en ese lugar. No quería apartarme del amor de mi vida, sólo quería aferrarme a ella para mantenerla a mi lado. Pero su cercanía y el olor de su perfume, comenzaron a desaparecer llenándome de un vacío en mi interior, un vacío que quemaba en lo más profundo de mi corazón. No sabía a dónde se había ido Helen y un nudo se formó en mi garganta, quería gritarle que mi alma le pertenecía a ella. A pesar de todo, la amaba y no quería estar sin su presencia.  

De a poco, sentí como mi cuerpo salía de ese leve letargo en el que me encontraba y abrí mis ojos, la busque desesperada por toda la habitación y al no encontrarla, me sentí vacía. Tan vacía como aquellos días donde solía implorarle que me dejara verla en mis sueños, unos sueños donde ella no acudía, dejando que me hundiera cada vez más en mis tristezas.

Las imágenes se vinieron de golpe, impregnándome en unos recuerdos que eran dolorosos, donde lloraba sin control sobre mi almohada, donde no probaba bocado y apenas dormía. Poco a poco fui consumiéndome en el dolor, en la tristeza y en la desesperación, porque cada día que pasaba, sentía que ese amor que le tenía, crecía más, sobrepasando los límites de la muerte.

Hasta que un día comprendí que no importaba el tiempo, las ganas de tenerla a mi lado, Helen no volvería a mí. Me deje vencer por el dolor que sentía y comencé a llorar, mis lágrimas caían como pequeñas cascadas sobre mis mejillas, un nudo se había alojado en mi garganta y un grito ahogado salió de mis labios. Entre las lágrimas que salían sin control, escuche el sonido de mi celular, lo cogí con cierta dificultad e inhale una bocanada de aire para intentar tranquilizarme y poder atender esa llamada.

—¿Por dónde vienes? —logré escuchar, al otro lado de la línea.

—¿Disculpa? —intenté ocultar mi estado. Lo que menos deseaba era que mi pequeña saltamontes se diera cuenta que estuve llorando.

—Se te olvidó que mi novia nos hizo una invitación —me reprochó.

—No, como se te ocurre—mentí. Cuando en realidad, si me había olvidado de esa invitación—En veinte minutos estoy en el lugar  —dije, sin muchos ánimos.

—De acuerdo, estaremos en la mesa quince —comentó, antes de colgar.

Deje mi celular a un lado para cubrir mi rostro con mis manos, me sentía demasiado abatida como para salir, pero no quería defraudar a Leila, así que saque fuerzas de donde no las tenía para alistarme. Me di una ducha rápida, me maquille con tonalidades suaves y me coloque un atuendo cómodo, después de todo, era una salida sencilla.

Me di un último retoque para ocultar que había llorado y con una sonrisa fingida, me dispuse a salir. Durante el camino, estuve pensando en ese sueño que tuve, lo había sentido tan real, que estaba segura que era producto de mis anhelos profundos. Unos anhelos que terminaban por quebrar mi voluntad, por remover viejos recuerdos que sólo causaban dolor y sufrimiento.

Cerré mis ojos para ocultar esas lágrimas que deseaban salir, tenía que encontrar la forma de que esos sentimientos dejaran de doler, pero no tenía la menor idea de cómo hacerlo. Con cuidado, estacione mi vehículo y en un par de segundos, me encontraba atravesando la puerta de aquel lugar.

Al entrar, pude observar que estaba dividido de manera equitativa en tres áreas, había una sala de karaoke, una zona de disco y un restaurante bien decorado.  Todo el lugar estaba decorado con colores neutrales y la mayoría de las cosas estaban hecha de madera, incluyendo la zona de disco donde reposaban un par de cuadros con instrumentos musicales.

Estaba tan distraída admirando el lugar, que se me había olvidado la razón por la que estaba allí, había demasiadas personas a mí alrededor que no podía ubicar la mesa que me habían indicado. Cuando de pronto, sentí que alguien me tomo del hombro.

—Jane, pensé que ya no vendrías —escuché a mi espalda.

—Lamento la demora —me disculpe.

—No te preocupes, lo importante es que ya estás aquí—me regalo una sonrisa—Vamos, quiero presentarte a unas personas —dijo Leila, al tomar mi mano.

Mientras caminaba, pude apreciar que el local tenía cierta tendencia estadounidense, pero mi ensoñación se vio interrumpida por una voz sensual y atrevida que provenía de la zona de karaoke, dejándome con los pelos de punta.  Escuchar aquella voz, me produjo una mar de sensaciones que no pude identificar y al ver de quien provenía, la piel se me erizo y un escalofrió recorrió mi espalda. No podía creerlo, era de nuevo esa mujer que producía en mi cierto desconcierto.

—¿Dónde estabas cariño? —la voz de Olivia, llamó nuestra atención.

—Estaba en el baño y me encontré con este personaje —me señalo a mí.

—Jane, es bueno que te animaras a venir—sonrió—Te presentaría a mi prima, pero como ves, esta algo ocupada —señaló a la tarima.

—¿Alondra es tu prima? —pregunté ansiosa. No podía creer tanta casualidad, llevaba un par de días pensando en esa mujer y no imagine que me la toparía hoy o que ella fuese pariente de la novia de Leila. Era demasiada información para digerir o eso pensaba yo, hasta que escuche la voz de otra jovencita.

—¿De dónde conoces a mi madre? —frunció el ceño.

—Chicas, creo que hay un mal entendido—se apresuró en decir Leila, que seguramente se habría dado cuenta de mi estado de conmoción—Te presento a Abigail, la hija de Alondra—extendí mi mano para saludarla—La prima de Olivia, es aquella joven de cabello balayage gris oscuro, se llama Sofía —me aclaró.

—Ahora que se han realizado las presentaciones de rigor, toma asiento, no quiero perder ni un momento de esto —mencionó Olivia, sin quitar la vista de su prima.

—Disculpe, ¿Usted es amiga de mi madre? —aquella joven, me preguntó de manera tímida.

—No, pero hace dos semanas tuve un pequeño percance con ella —respondí, al recordar esa tarde que le hable por un breve instante.

—¿Eres la mujer a la que le derramo el helado encima? —me dijo de manera divertida. Era de esperarse que su hija estuviese al tanto de ese pequeño incidente.

—Sí —dije. Sin quitar mi mirada de aquella mujer, estaba ensimismada en sus facciones, en el color castaño de su cabello y ese hermoso vestido azul que hacía juego con su piel blanca.

—Es realmente hermosa, ¿Cierto? —pronunció Abigail.

—¿Disculpa? —expuse, pensé que me había pillado admirando los rasgos de su madre.

—Sofía, es una chica muy hermosa y de lindos sentimientos—sonrió—Es mi novia, fue idea de ella venir a este lugar —me confesó.

Antes de que pudiese decir algo, siento la mano de Leila sobre mi brazo y se acerca a mí para susurrarme algo—Estoy igual de sorprendida que tú, jamás hubiese imaginado que la prima de Olivia seria la nuera de esa mujer. Eso sin contar que no me esperaba encontrarla aquí —me explicó.

—El destino es muy caprichoso —manifesté.

—Demasiado para mi gusto—dijo con una mueca de desagrado—¿Qué te entretuvo para que no llegaras a tiempo? —no tardo en preguntarme.

—En realidad —me sentí acorralada, no quería decirle la verdad. Aunque no era nada malo, no quería que se pusiera triste por mi culpa. Pero tampoco sería correcto mentirle, así que cuando estuve a punto de expresarle el motivo de mi retraso, la multitud comenzó aplaudir de manera eufórica.

—Hermosa canción —expresó Abigail, al recibir a su novia con un efusivo beso.

—¡Hola! Es bueno verte otra vez —Alondra me sonrío, al mismo tiempo que me extendió su mano a modo de saludo.

—Lo mismo digo —dije, sin poder reaccionar.

Se me era imposible creer que tenía frente a mí, aquella mujer que despertó sensaciones inexplicables, ¿Qué jugarreta del destino era está?, ¿Por qué justo hoy que soñé con Helen pone ante mi esa mujer?. Jamás he sido del tipo de mujer que cree en las casualidades y vaya que está podría ser la primera vez que alguien me pone a dudar sobre el azar, la suerte y las coincidencias de la vida.

Mi cerebro tenía una especie de cortocircuito que ni yo misma podía controlar, era demasiado lo que debía digerir. Tal era mi impresión, que mi rostro me delató y afortunadamente mi amiga se percató de mi estado de conmoción, por lo que actuó de la manera correcta, haciendo que soltara la mano de Alondra para volver a la realidad.

¡Hola! Pese a que había comentado que publicaría los viernes, quizás no logre hacerlo y por eso, he publicado de manera adelantada el capítulo anterior y este.  He estado algo ocupada y para no dejarlos esperando, prefiero actualizar por adelantado. Cuídense, espero le esté gustando la historia. Hombrefx, como siempre, un placer leer tus comentarios y si, hay otro personaje que se une a la historia.