miprimita.com

Amor te otoño 27

en Lésbicos

Capítulo 27

 

Jenny

—Siempre me has gustado —confesé, mientras mi rostro se perdía en su cuello, acariciando su suave piel y percibiendo su perfume que me trasportaba a otro lugar.

—¿Y justo ahora me lo dices? —me reprochó, al mismo tiempo que apretaba mi cuerpo contra el suyo.

—Sí —dije, mis sentidos estaban alerta, podía intuir que Jimena también deseaba estar conmigo. No es que no intimáramos desde aquella primera vez, pero hoy la sentía diferente. Incluso yo me sentía diferente, quería dar rienda suelta a todas mis emociones y sentimientos. Era algo que nunca había hecho y deseaba disfrutar de ese momento que siempre me había negado. Quería entregarme totalmente a ella, sin restricciones.

Los labios de Jimena, se paseaban sin control sobre mi cuello, haciendo estragos por todo mi cuerpo. Un pequeño gemido salió de mi boca y mi piel se erizo por completo, era demasiado tarde para dar vuelta atrás, todo mi ser ya le pertenecía a esa pelinegra. No hubo más palabras, no hubo más dudas de mi parte, simplemente deseaba que me hiciera suya, pero no como la primera vez que estuvimos, donde domino la lujuria, ahora había sentimientos involucrados y sería una entrega diferente. No solo por su parte, sino por la mía.

Los besos iniciales fueron suaves, como intentando reconocer esos labios que ya se conocían, pero fueron subiendo de tono, cargados de deseo, de ansias. Deseaba dejar libre todos esos deseos que me había prometido reprimir ante otras personas, a esas noches que sólo me dejaban un placer momentáneo. Esta noche, deseaba conectarme con Jimena, con esa mujer que despertó en mí, sentimientos que tenía guardados.

Jimena me fue desvistiendo como las otras veces, suave, sin prisas, disfrutando de cada parte de mi piel que quedaba expuesta. En ningún momento, dejaba de besarme, de repartir caricias por todos lados, mientras que yo acompañaba su labor entre jadeos y rasguños suaves, liberando esas ganas de que me hiciera suya todas las veces que ella deseara. Me llevo a la habitación entre beso y beso, donde me sostuvo de mis muslos para alzarme, para colocarme con cierta delicadeza sobre esa cama que había sido testigos de otros encuentros.

Mis ojos estaban dilatados, mostrando mi ansiedad ante lo que venía, dejo reposar mi cuerpo sobre las sábanas para colocarse a horcajadas sobre mi cintura, sus ojos estaban fijos en mí, mostrándome el mismo deseo que yo sentía por ella. Sus manos comenzaron a deslizarse en un movimiento lento desde mi cuello, clavícula y se detuvieron justo en el contorno de mis pechos, allí, su dedo índice hizo movimientos circulares sobre mi pezón, provocando un hormigueo en mi espalda.

—Puedo sentir tu humedad en mi vientre —dije, sin abrir mis ojos, estaba tan extasiada con esas caricias que me brindaba, que no podía pensar en otra cosa que no fuera sentir.

Repitió el movimiento en mi otro pecho, pero de una manera más lenta, sacando jadeos de mis labios, estaba fuera de sí, perdida en esas sensaciones que eran nuevas para mí, el palpitar que había entre mi entrepierna era cada vez más intenso y difícil de calmar. Cuando sentí su aliento sobre uno de mis pezones, me sentí a desfallecer, mi respiración se hizo más forzosa y estuve a punto de nublar mi juicio, pero me contuve, necesitaba sentir más, quería llegar a más.

Al abrir mis ojos, note como los ojos de Jimena estaban inmersos en mi cuerpo, admirando cada fracción del mismo, detallando cada parte como si nunca me hubiese visto desnuda. Por un momento, nuestras miradas coincidieron y fue el principio de esa noche. Se inclinó para repartir besos suaves sobre mis pechos, succionando, mordiendo y estrujándolos, no sé por cuánto tiempo estuvo en ellos, pero sentí que fue toda una eternidad.

Después de haberme entregado a ese momento de placer, tuve que reunir un poco de fuerzas para separar a Jimena de ese lugar, su manera de succionar mis pechos era tan única, que no dudaría en correrme en cuestión de segundos. Sostuve su cabeza y de a poco la fui alejando, hasta que sus ojos hambrientos de deseo coincidieron con los míos, tome su mentón y la acerque a mis labios para darle un beso cargado de pasión, de amor, de entrega. No sé cómo pasó o que movimiento hizo ella, pero nuestras intimidades tuvieron un leve contacto, un contacto que fue demasiado electrizante para mí, pude sentir su gemido ahogado entre mis labios y mis manos se situaron en sus caderas para prolongar el roce, suave pero decidido.

Jimena estaba igual de concentrada que yo, recibiendo ese roce húmedo, placentero y algo ruidoso por el vaivén de caderas, había dejado de besarme para gemir sin preocupación, pero ese sonido que tanto amaba, se vio opacado por sus labios que reclamaban los míos con cierto desespero. Me besó de una manera intensa, decidida pero sin dejar su lado tierno, su lengua no me daba tregua alguna paseándose por cada rincón de mi boca. Cuando dejó de besarme, me sentí vacía y un poco mareada por tanto frenesí, sus manos recorrieron todo mi torso para apoyarse y levantarse—¿A dónde vas? —pregunté, sin tener alguna respuesta.

Mis ojos, la vieron alejarse y posicionarse al otro lado de la cama, me dio una sonrisa traviesa para tomar mi pie entre sus manos, una corriente eléctrica viajó por todo mi cuerpo al sentir sus labios húmedos delineando cada parte de mi piel, tuve que sostenerme de las sábanas para calmar tantas oleadas de placer, sin duda, mi novia quería regalarme una de mis mejores experiencias. Sus labios subieron hasta mi rodilla, para luego repetir lo mismo en mi otra pierna, pero cuando se acercaba a mi muslo, decidió implementar su lengua traviesa.

Mi respiración se detuvo, cuando sentí el zigzagueo de su lengua por mi ingle, en dirección a su zona preferida, su lengua dejaba pequeños rastros de humedad por su paso. Llevándome a un estado de éxtasis que jamás había experimentado, pero cuando delineó el contorno de mi monte de venus, arquee mi espalda para disfrutar de esa sensación. Mis gemidos eran compartidos con los de ella, reafirmándome que sería la primera vez que me entregaba totalmente a alguien y mis dedos se enredaron en su cabellera para que no se apartara de ese lugar.

Sus besos húmedos, me tenían sin aliento, las piernas me temblaban y mi corazón latía a un ritmo acelerado. Era como si su manera de besarme despertaba en mí, miles de sensaciones, sensaciones que viajaban por todo mi cuerpo, llevándome a una excitación incontrolable. Llevada por ese placer infinito, sentí como dos dedos se introducían en mí, haciéndome gemir sin control, explotando todo ese placer contenido con sus movimientos, con unos gemidos que eran acompañados de espasmos constantes y jadeos. Sus dedos quedaron presos en mi interior por el fuerte orgasmo que me había provocado.

Jimena se las ingenió para subir a mi regazo y permanecer allí, repartió suaves caricias sobre mi costado, me dio pequeños besos sobre mi rostro y parte de mi cuello, hasta que mi respiración volviera a la normalidad. No sé en qué momento me quedé dormida entre sus caricias y sus besos, pero cuando desperté,  sentí su cuerpo tibio a mi lado, dejándome con una grata sensación en mi pecho. Sin importa que me haya quedado dormida luego de ese encuentro, Jimena se quedó a mi lado, velando mis sueños.

Mis dedos delineaban sus delicadas curvas, haciéndome recordar todo ese tiempo que llevamos saliendo, había aprendido admirar sus gestos, su ceño fruncido cuando estaba pensativa y sus labios entre abiertos mientras dormía. Había estado con muchas chicas, pero ninguna como mi pelinegra, era como si pudiéramos estar conectada por cada cosa que hacíamos, por más pequeña que está pareciera. Todo a su lado, era perfecto.

Cuando la bese por primera vez, sentí una extraña sensación en mi corazón, una mezcla de alegría y cariño, un sentimiento que nunca había sentido, ni siquiera con mi primer amor. Mis ojos admiraban la desnudez de Jimena, no podía negar lo inevitable, ella solía sacar lo mejor de mí, me daba una tranquilidad que nunca había experimentado y me sentía amada entre sus brazos. Un sentimiento que nunca imaginé sentir, y quizás por eso me aferré a esos brazos de turnos, donde podía satisfacer mi placer.

Durante la cena, Jimena me confesó sus temores y lo que sentía por mí, al igual que yo hice lo mismo, comprendía sus motivos de no venir a vivir conmigo, pero si prácticamente lo hacíamos, aunque ella no se diera cuenta. Hace tiempo que convivíamos como una pareja, ya que siempre estaba en casa y sólo salía para ir a la facultad. Después que se la presente a mi familia, comprendí que no necesitaba meterme con otras personas, no necesitaba besar otros labios que no fueran los de Jimena, sólo con ella deseaba estar. La única mujer con la que hecho el amor delicadamente y me gustó, me gustaba todo de ella.

De hecho, hace un par de días le había pedido que fuera mi novia y lo celebramos por todo lo alto, lo que significaba una cosa, mi familia se incluyó en ese paseo, ellos al igual que yo, estaban contentos por verme junto a alguien que me hacía sonreír, que me hacía ser mejor persona. Pero al caer la noche, la lleve a un lugar especial para celebrar nuestro compromiso, disfrutamos de algunos platillos exquisitos, del mejor vino y la mejor música. Jamás imagine que algún día, sentaría cabeza junto a una persona, una chica que se ha vuelto especial en mi vida.

—Te demostraré que no necesito volver a mi antigua vida, porque ahora tengo lo que más he deseado. Te tengo a ti —me abrace a ella con fuerza, tanta, que la desperté sin querer.

—¿Ya amaneció? —preguntó adormilada. Sonreír al ver sus ojos y acaricié su mejilla.

—Hace un par de horas—le di un beso corto—¿Cómo te sientes en tu nuevo hogar? —investigué.

—Este lugar no es nuevo para mí—delineó mis labios—Hace un mes que lo siento mío, a pesar que me mude ayer —me regalo una sonrisa.

—Lamento haberme quedado dormida —me disculpe. Jamás me había pasado y era algo vergonzoso.

—No te avergüences—me tomó del mentón—¿Qué te hace pensar que no disfrute nuestro encuentro? —besó mi frente.

—No pude retribuir lo que me hiciste —dije algo triste.

—Me corrí más de una vez, al verte tan entregada a mí —acortó la distancia entre las dos para darme un beso tierno.

—¿Te duchas conmigo? —le propuse. Dentro de una hora debía reunirme con Danielle.

—¡Vamos! —entrelazó nuestro dedos y me llevo a la ducha.

Quince minutos después, ella se encontraba en la cocina preparando el desayuno, mientras que yo me vestía ágilmente para llegar a mi cita, había llegado el momento de charlar con Danielle. Después de todo, me parezco a Emma en ese aspecto, de esperar mucho tiempo para aclarar las cosas, me ate las agujetas y salí a la cocina.

—¡Qué bien huele!—rodee la cintura de Jimena, al mismo tiempo que dejaba mi mentón sobre su hombro desnudo—Te traje una camisa holgada, sabes que no me gusta que cocines con la toalla, podrías quemarte —le retire la toalla de baño para colocarle la camisa.

—Gracias—me dio un pequeño beso—Hoy te prepare unos huevos en forma de corazón que los acompañaremos con unos croissants y un capuchino decorado —me regalo una sonrisa.

—Me encantan tus decoraciones, creo que te estas juntando mucho con Emma —la mire divertida. Era más que evidente que ninguna de las dos se la llevaba bien.

—Debo consentir a mi novia, en vista que casi no me dejas cocinarte —mencionó, al evadir mi comentario.

—Lo sé, pero me encanta cocinarte, es algo que me nace hacer contigo —cogí ambos platos para llevarlo a la mesa.

—A veces lamento no poder presentarte a mis padres —su mirada se tornó triste.

—No te preocupes—sostuve su mano—Mientras te tenga a ti, lo demás es insignificante —bese su mejilla.

—De igual modo, no creo que le caigas bien—desvió su mirada—Ellos son muy al estilo de la mamá de Danielle. Prefiero evitarlos, así no te tratan mal, no podría soportarlo —sus palabras sonaron sinceras.

Jimena era más de lo que podía pedir, aún no entendía cómo es que el destino me la puso en mi camino. Realmente me hizo cambiar mi forma de ser, volví hacer esa chica cariñosa que una vez fui, esa que se arriesgaba sin medir las consecuencias. No me interesa conocer a sus padres, que seguramente serían el doble de engreídos y odiosos que la mamá de Danielle, para ellos no estaría a la altura de su hija y quizás, me amenazarían para que dejara de verla.

Deje esas ideas para centrarme en disfrutar mi desayuno a su lado. Un desayuno, donde hubo incluido muchos besos y caricias, que me reafirmaban mis sentimientos por Jimena. Cuando me toco partir, se me hizo difícil dejarla, no quería separarme de ella, no después de esa noche que tuvimos.

—Ve con cuidado —me dijo, al robarme otro beso. Yo asentí y deje nuestro hogar.

Mientras iba en el taxi, unos nervios me invadieron, sé que la conversación que mantuve con Danielle no era para tanto, pero sí dio paso a un distanciamiento entro nosotras. Un distanciamiento que no me había afectado para ser sincera, estaba tan entretenida por esas sensaciones que la pelinegra estaba despertando en mí, que deje pasar los días y con ello, la esperanza de recuperar una amistad.

Hola, aquí les dejo ese añorado encuentro entre las chicas. Espero hayan disfrutado cada línea, cada beso, cada caricia. Hasta la próxima…

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 40

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 37

Mi segundo amor 36

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 32

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 16

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 11

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Emma

Epílogo—Danielle

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 22

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 18

Amor te otoño 19

Amor te otoño 17

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 8

Amor te otoño 7

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 4

Amor te otoño 3

Amor te otoño 2

Amor te otoño 1

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios 2

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 6

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 11

Hechizo de un ángel 2

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Jugada del Destino

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí