miprimita.com

Adicta a tus labios 2

en Lésbicos

Capítulo 2

Mientras sus manos se deslizaban por la piel de Martha, percibió la tensión acumulada sobre la parte media de la espalda, y pudo ver otras pequeñas cicatrices que tenía en su costado derecho. Por más que intento imaginar cómo se hizo aquellas lesiones, no pudo crear una idea concreta y cuándo tuvo el valor para preguntarle, Martha decidió evadir la respuesta. Sin embargo, una parte de ella se sentía atraída por esa mujer, no sabía si era por sus ojos verdes o por esas cicatrices que la hacían ver sexy.

El masaje duro más o menos dos horas, pero Karla dejó que Martha descansara unas horas más. Cuando terminó con su último cliente, regreso al cubículo donde estaba Martha, pero se tocó con el dorso desnudo de la mujer—Disculpa, pensé que aún dormías —se dio media vuelta.

Martha sonrió, por el gesto de la chica—Recién me acabo de despertar—terminó de vestirse—Ya puedes voltearte —le sugirió, mientras se colocaba sus zapatos.

—Te pido disculpas nuevamente, para la próxima tocaré la puerta antes de entrar —le explicó.

—No es para tanto. Gracias por haberme dejado descansar, realmente lo necesitaba —se incorporó para despedirse de su masajista.

—No hay de que—sonrió. Pero el tenerla tan cerca, no pudo aguantar y decidió darle un beso corto. Martha se quedó inmóvil, no esperaba aquella acción y antes de que pudiese decir algo. Karla se encontraba disculpándose—No debí hacer eso —dijo apenada.

Martha percibió el nerviosismo de su masajista e intentó calmarla—Me siento muy halagada por tu reciente interés hacia mí, pero no puedo corresponderte de la misma manera —le aclaró. No le molesto que la hubiese besado, pero ella no estaba en condiciones de empezar una relación, ni tampoco se sentía atraída por la chica de esa manera.

—Entiendo—dijo con cierta tristeza—Espero que eso no cambie nada entre nosotras y que sigas viniendo al spa por tus masajes —le regaló una sonrisa sincera.

—No te preocupes, eso no va a pasar—acarició su mejilla—Nos vemos la próxima semana —expuso, antes de marcharse. Pensó en regresar a su departamento, pero había descansado tan plácidamente en aquel spa, que tenía ánimos de ir a rumbear. Subió a su vehículo y decidió ir al bar gay que solía visitar.

El lugar estaba a reventar, la música era a todo dar y las chicas que había a su alrededor, eran hermosas. Pero esta vez, no iba en plan de conquista, sólo quería bailar un par de canciones. Se ubicó en la barra y pidió un Martini seco.

—Espero lo disfrutes —dijo, la chica de la barra.

Martha tomó aquella copa y la ingirió como si fuese agua, luego pidió otra. El ambiente era agradable, y la chica que le dio su bebida era muy linda. Fue casi inevitable que no se fijara en ella, su rostro era ovalado, con un pequeño lunar en su mejilla izquierda, sus ojos eran de un color miel y su cabello, estaba a la altura de los hombros al estilo bronde, que era un color intermedio entre el rubio y el castaño—¿Eres nueva en el lugar? —no tardó en preguntar.

La chica de ojos miel la miró divertida, claro que no era una chica nueva, sólo que justo ese día, le tocó atender la barra. Ya que normalmente estaba detrás, vigilando que todos los empleados hicieran su trabajo cómo se debe, pero hoy no; ya que deseaba distraerse. Por lo que respondió—No realmente, ¿Por qué? —frunció el ceño.

—He venido con frecuencia a este lugar y nunca te había visto —ingirió un poco de su Martini.

—Suele pasar —respondió, al mismo tiempo que atendía otro cliente.

Martha le dedicó una mirada inquisitiva, podía jurar que nunca la había visto en ese lugar. Pero cuando estuvo a punto de continuar con otra pregunta, alguien se le acercó—¿Bailamos? —le propuso una joven, quizás de la misma edad que ella. Martha asintió y decidió aceptar su invitación. Después de todo, a eso había ido.

Estuvo bailando por un par de horas, hasta que se disculpó con la chica para ir a la barra. Donde se encontró de nuevo con la misma mujer de ojos miel, pero antes que pudiese pedir algo. Ésta le hizo una pregunta—¿Cómo es tu nombre? —expresó. Una parte de ella, no entendía porque sentía la necesidad de conocer sobre aquella joven. Pero ya que hoy estaba en la barra, podía hacer cualquier pregunta sin sentirse cohibida.

—¿Disculpa? —dijo Martha, no esperaba aquella pregunta.

—Me has mencionado que vienes con frecuencia, y quisiera conocer tu nombre —respondió la mujer con una sonrisa.

—Martha—extendió su mano—¿Y tu nombre es? —dijo de manera divertida. Pero antes que pudiese escuchar el nombre, alguien llamó su atención e hizo que la otra mujer soltara su agarre.

—Creo que descansaste lo suficiente, ¡Vamos! —insistió la joven con la que bailaba.

Martha negó con la cabeza—Ya no puedo más, me quedaré el resto de la noche aquí —señaló su asiento. La chica no pronunció nada y se marchó.

—No puedo creer que estés agotada, ¿Qué edad tienes? —investigó, la mujer de la barra.

Martha le dedicó una mirada inquisitiva, era ideas suyas o esa mujer se estaba burlando de ella, por su reciente cansancio—Tengo diecinueve, ¿Y tú? —le devolvió la pregunta.

—Veintidós —sonrió. No podía creer que aquella joven le estuviese sacando una sonrisa.  

—Me repetirías tu nombre, por favor —le suplicó. Su madre la había enseñado a ser muy educada y no podía ser la excepción con aquella mujer.

—Me llamo Natalia —extendió su mano. No podía entender, porque aquella joven le llamaba la atención, al tal punto de querer conocerla más de la cuenta. Nunca había sentido eso por nadie, y esa sensación la mantenía algo intranquila.

Martha no perdía detalle de lo que Natalia realizaba en la barra. La veía charlar con otras chicas, repartir algunos tragos y cuando parecía que estaría ocupada toda la noche. Se le acercó para entablar una conversación.

—¿En dónde nos quedamos? —expuso de manera divertida. A pesar que deseaba charlar con aquella joven sin interrupciones, no podía. Al menos no esa noche, ya que los clientes se acercaban a menudo a pedir un trago.

Martha sonrió. Esa mujer tenía un no sé qué, que la estaba volviendo loca—En realidad, me dijiste tú nombre y tuviste que ocuparte con los tragos —contestó.

—¿Deseas otra copa? —investigó Natalia, y estuvo a punto de rozar sus dedos con los de Martha.

—Me encantaría, pero no puedo. Debo conducir hasta mi casa—sus dedos jugueteaban con la superficie de la copa—¿Tienes novia? —asumió que era lesbiana.

Natalia sonrió, antes de tomar un vaso de tequila—¿Crees que por trabajar aquí soy lesbiana?  —respondió con otra pregunta.

Martha se puso nerviosa, no pensó que su pregunta pudiese ofender a la mujer—Bueno… —su voz se le congeló.

 —¡Dios tienes que ver tu expresión! —se río abiertamente. Desconocía porque se sentía tan bien con aquella joven, si a penas la conocía. A pesar que era menor que ella, sólo por algunos años, sintió empatía desde que la vio en la barra.

—Que malas eres, me habías asustado—le devolvió la sonrisa—Pero, ¿Eres o no lesbiana? —le refutó. No se había dado cuenta que se había comenzado a interesar más de la cuenta por esa mujer.

Natalia negó con la cabeza—Realmente soy bisexual o eso creo —se encogió de hombros.

—¿Explícate?—le exigió—A tu edad ya debes definirte por un género, ¿No crees? —frunció el ceño.

Esas palabras hicieron eco en la cabeza de Natalia, apenas conocía a esa joven y sin dudarlo ya la estaba juzgando—Veamos, mi edad no tiene nada que ver con mi orientación sexual—la miró sería—Además, esa información no es de tu incumbencia —se molestó.

—Bueno, dejando tu edad a un lado, ¿Puedo conocer el motivo por el que aún no te has definido si te gustan ambos géneros? —suavizo su tono de voz. Cómo para que Natalia no se sintiese agredida por sus palabras.

Natalia se puso nerviosa y comenzó a jugar con sus dedos—Bueno, nunca he estado con un chico, pero si me atraen algunos —respondió, con sus mejillas rojas.

—¿Y has estado con una mujer? —ingirió un maní para calmar su necesidad de tomar alcohol. Ya había ingerido las dos copas reglamentarias para poder conducir de vuelta a su hogar.

—Sí—dijo tímidamente—De hecho, hace poco mi novia me terminó, ¿Y tú? —quería saber. De hecho, quería conocer todo de Martha, pero era consciente que en una noche no podía tener mucha información y menos si los clientes interrumpían a cada rato su conversación.

—Definitivamente, pero a diferencia de ti, yo terminé con ella —desvió su mirada, al recordar aquella ocasión.

Natalia se dio cuenta de su mirada triste, aunque deseo preguntar el motivo, prefirió guardar silencio. En su lugar, termino investigando—¿Cuántas novias has tenido?

—Tu reciente interés en mí, me hace pensar que estamos jugando al típico cliché del borracho y el cantinero, que termina aconsejándolo  —bromeó.

Aquel comentario hizo reír a Natalia, si lo analizaba bien, Martha podía tener razón en sus palabras. Pero de todas formas, le agradaba la idea de haberse topado con ella ese día—¿Me aceptarías un baile? —le propuso.

—¿Y tienes permitido hacer eso?—frunció el ceño—Luego no te despide tu jefe por dejar tu área de trabajo —expuso.

Hola HombreFX, es un placer tener un comentario de tu persona..Espero continues la historia. Por cierto en mi anterior relato te deje unos mensajes al final de algunos capítulos, en vista de que me toco subirlos de nuevo, ojala los puedas leer.

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 40

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 37

Mi segundo amor 36

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 32

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 16

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 11

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Emma

Epílogo—Danielle

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 27

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 22

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 18

Amor te otoño 19

Amor te otoño 17

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 7

Amor te otoño 8

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 4

Amor te otoño 3

Amor te otoño 1

Amor te otoño 2

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 6

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 11

Hechizo de un ángel 2

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Jugada del Destino

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí