Capítulo 15
Danielle
La conversación con mi padre no estuvo tan mal, me agradaba la idea de que él quisiera apoyarme en todo, hasta me sorprendió que me hiciera caer en cuánta de lo que sentía por Emma. Una parte de mi estaba tranquila, al fin pude aclarar esos sentimientos que albergaban en mi corazón, pero sin poder evitarlo, me sentía un poco triste, pronto me mudaría y ya no podría seguir compartiendo mis días con Emma. Al menos, había convencido a Cristina para que permitiera que su hija se quedará unos tres días a la semana en mi nuevo apartamento, se me era imposible estar tan lejos de Emma, si fuese por mí, la tendría las 24 horas del día.
La relación con Emma fue creciendo con los días, los besos que me daba ya no eran tan inocentes como en un principio, ahora era más apasionado y lujuriosos. Cuando estábamos a solas, repetíamos ese encuentro de besos por todo nuestro dorso desnudo, pero ahora ella se había aventurado a acariciar esa zona prohibida. Pese a que éramos unas inexpertas en el tema de relaciones sexuales, con esa confianza que había crecido entre las dos, explorábamos ciertas partes de nuestros cuerpos. En especial nuestra intimidad, donde estimulábamos con roces y carias, aunque ninguna se había atrevido a ingresar un dedo en el interior de la otra.
En más de una ocasión, pude sentir la necesidad que Emma tenía de continuar, de ir un poco más lejos, aunque una parte de mi la detenía. No quería faltarle el respeto a la casa de Cristina, por lo que reprimía mis deseos de entregarme a ella. El día en la oficina paso lento, muy lento para mi gusto, ya no veía la hora de ir a casa para darle el regalo de cumpleaños a Emma. A pesar que me resultaba un poco extraño celebrar la navidad y el día de su nacimiento en conjunto, no quería desaprovechar ese momento. Más cuando tenía a la pobre en una desesperación total por conocer el lugar de ese presente que me vio empacar, ese día ella había llegado antes de tiempo y me agarró con las manos en la masa. Desde entonces, ella ha conocido el lugar donde guarde su regalo, más le pedí que no viese su interior hasta que llegase ese día especial.
Mi padre ya había terminado los trámites de su separación y obtuvo la custodia total de mi hermano menor, ambos se habían mudado a un pequeño apartamento, que estaba ubicado muy cerca del mío, según él para estar al pendiente por si mi madre o hermana aparecían para agredirme nuevamente, pero realmente lo hacía para cerciorarse de que no me faltase nada. Aquellas veces que logré cruzarme con mi madre en algún lugar de la ciudad, ella se hacía de la vista gorda y aparentaba que no me conocía, cosa que le agradecí. No quería que se dejará llevar por sus impulsos y pudiese agredir a Emma que siempre estaba a mi lado, acompañándome a todo los lugares.
De mi hermana, lo último que supe es que se había embarazado y abandono los estudios, cosa que seguramente a mi madre le afecto, ella siempre fue su hija favorita, ambas parecían estar cortadas con la misma tijera. En cambio, mi hermanito ha sacado buenas notas en el colegio, su lado distraído pero aplicado, le habían dado frutos puesto que no dejó que la separación de nuestros padres le afectara demasiado. Recientemente, me había acostumbrado a comer con Cristina en la hora del almuerzo y cada que podíamos, nos íbamos juntas a su casa, ya que teníamos horarios diferentes en la empresa.
—Feliz navidad, espero recibas muchos regalos —expuso mi compañera. Había estado todo el día fantaseando en la oficina que no me había percatado que ya era hora de partir. Le desee lo mismo y me apresure a salir de la empresa. En el camino, iba un poco ansiosa, deseaba ver el rostro de Emma cuando abriera mi regalo.
Al llegar, lo primero que hice fue darme una ducha, me coloqué mi traje para esa noche y espere pacientemente a que Emma saliera de su recamara. Cuando ella tocó la puerta de mi habitación, mi corazón se aceleró, ambas quedamos en darnos nuestro regalo antes de que compartir con el resto de la familia—¡Adelante! —la hice pasar.
—¡Hola! —me dijo nerviosa.
—¿Lista para abrir mi regalo? —eleve mis cejas, estaba igual de nerviosa que ella.
—Quiero que abras el mío primero—se mordió el labio inferior. Me volvía loca cuando hacía ese gesto, por lo que no pude contenerme, rodeé su cintura y terminé dándole un beso suave. Uno que ella se encargó de intensificar, mientras que sus manos apretaban mi retaguardia—No sé cuánto pueda seguir aguantando este deseo de hacer el amor contigo —me confesó.
—Yo también hago mi mayor esfuerzo—dije frustrada. Sí ella pudiese imaginar las veces que he soñado que la hago mía. Mordí mi labio inferior—¿Dónde está mi regalo? —no tarde en preguntar. Necesitaba distraer mi mente para no acabar llevándola a la cama.
—Ya que me has castigado todo este tiempo, creí conveniente colocarlo en el mismo lugar donde está guardado el mío —me miró divertida.
—¿Estuvo todo el tiempo allí? —bufé. Había caído en mi propia trampa, si hubiese conocido su paradero, hace rato habría intentado ver su interior. No soy tan buena esperando como lo era Emma.
—Espero sea de tu agrado—me extendió una pequeña caja—Desconocía que algún día nos separaríamos, y sin querer. Compre un detalle que te hará los días más llevaderos mientras duermes sola en tu departamento —su mirada se puso triste. Ya no podríamos compartir todos los días como estábamos acostumbrada, y era algo que nos causaba mucha tristeza.
Mi corazón se estrujó, me dolía tener que alejarme de ella, pero quería tener mi propio espacio. Un lugar donde ambas podíamos sentirnos libres, sin la necesidad de estar pendiente de que su madre nos pillase haciendo algo clandestino. Le di un beso corto, para luego retirar la cinta y la envoltura de esa caja. Busque en su interior que estaba lleno de pequeños trozos de periódico hasta que mi mano se topó con una especie de tabla.
Cuando la extraje, me quedé observando su contorno hasta que en uno de sus costados tenía un enmarcado “Con mucho cariño, para mi francesita” apreté ese botón negro y apareció una imagen de nosotras. Era una especie de lámpara personalizada con una fotografía de las dos, con una base de iluminación LED—Es hermosa—susurré. Era un regalo único, no había nada mejor que tener una foto de ella, mientras aguardaba esos días a tenerla en mi departamento.
—Sabía que te iba a gustar—expuso con una sonrisa. Luego se acercó para limpiar esa lágrima que recorría mi mejilla—¿Ya puedo abrir el mío? —mencionó impaciente.
—Bueno, en realidad yo te tengo dos obsequios—coloque mi lámpara sobre la mesa de noche—Es muy difícil tener que darte un regalo de cumpleaños y otro de navidad—fingí estar un poco desesperada por lo que conlleva dar dos regalos. Pero en realidad, me había resultado sencillo escoger un detalle, aunque uno tomó más tiempo del que pensé—“Feliz cumpleaños” —extendí una caja roja con un lazo en el medio.
Los ojos de Emma, mostraban felicidad con una mezcla de ansiedad. Se lo mucho que había esperado para a abrir su regalo. Al principio creyó que no había nada en su interior, puesto que sólo sacaba algunos trozos de corazones de papel que corte durante varias noches. Cuando su mano al fin dio con algún objeto, se mordió el labio inferior, pude ver cómo su mano temblaba a medida que sacaba un scrapbook hecho con una funda para guardar cds—Necesitare que lo revises hasta el final —le indiqué. Emma me dedicó una mirada de cariño, deslizó el cierre con cuidado, hasta que en su interior vio una serie de fotografías de las dos con algunos mensajes de amor.
—Jamás pensé que eras del tipo de chica que hace manualidades—mencionó, sin dejar de pasar cada fotografía—¿Cuándo tomaste está? —me señaló una foto donde nos dábamos un beso tierno.
—¿Recuerdas aquella vez que te lleve al cine?—ella asintió—Tuve que sobornar a mi hermano para que nos siguiera a escondidas y tomara la mejor imagen de las dos —mis mejillas se sonrojaron. Recuerdo que en esa ocasión Emma sintió que alguien nos seguía, pero yo le decía que era cosas suyas.
—Eres una tramposa—me saco la lengua, sin dejar de admirar esos momentos que compartimos desde que nos conocimos. Cuando ya estaba por acabar, los latidos de mi corazón se aceleraron, podía sentir como golpeaba mi pecho constantemente—¡Que tierno!—me mostró las figuras de scrabble con su enunciado. Había pensado mil maneras de pedirle que fuese mi novia, pero no encontraba una idea que fuese original y única como ella, hasta que un día sólo llegó a mi mente—Me encantaría ser tu novia —se abalanzó a mis labios.
Su reacción me dejó estática por unos segundos, luego me deje llevar por ese beso que transmitía amor, felicidad y sorpresa. Rodeé su cintura para pegarla más a mí, me encantaba sentir su cuerpo junto al mío, con cada beso que me daba sentía un cosquilleo difícil de descifrar. Era diferente al que había sentido en otras ocasiones, ya no era tan cargado de deseo, ni ansiedad, era más bien un cosquilleo suave que te eriza la piel—Todavía falta tu obsequio de cumpleaños —alcance a decir entre beso y beso.
La respiración de Emma estaba un poco agitada, esos ojos azules ya no eran los mismo de siempre, ahora estaba de un color verde, pero era un verde más claro, uno que jamás le había visto. Ella se alejó un poco para seguir buscando en el interior de la caja, al sentir la textura de una pequeña tela, me dedicó una mirada inquisitiva, como preguntándome que había en su interior. No tardó en sacar una cadena con doble corazón, un lado era de color plateado y el otro estaba enganchado de un color rosa. La cadena estaba hecha con cristales de Swarovski—De esa manera, siempre estaré contigo —le dije. Sé que a ella también le afectaba nuestra pequeña separación, pero lo único que me consolaba era que la tendría tres días para mí sola y los fines de semana vendría a visitarla. Me hizo una seña para que se lo colocara, algo que me encantó. Cuando estuve a punto de darle un beso, su madre nos llamó para que bajáramos, puesto que los invitados habían llegado.
Hombrefx: Amigo mío, sabía que te iba a encantar la noticia de que la serie se había alargado a más capítulos, ojalá sea de tu agrado y continúes hasta final.
Lililunita: Espero este capítulo haya cumplido tus expectativas, de lo contrario no sabría qué hacer. Gracias por seguir leyéndome y comentar cada que puedas, valoro mucho ese esfuerzo.
Sasia: Hola, es la primera vez que te tengo por acá. No sabes cuánto te agradezco por tu valioso comentario. En cuanto a los capítulos, créeme cuanto te digo que no los coloco muy extensos porque hay lectores que se aburren de mucha lectura. De igual forma, gracias por tomar un poco de tu tiempo y leerme.