miprimita.com

Mi segundo amor 37

en Lésbicos

Capítulo 37-Volver a confiar

Sofía

Mi madre aún seguía molesta conmigo y tenía su razón de ser, me había descuidado en mis estudios y estuve a punto de perder una materia. Su enojo había sido tanto, que me prohibió salir con Abigail e incluso, me dijo que no podía ir a su casa hasta que me pusiera al corriente en la institución.

Su castigo había sobrepasado los límites, pero yo me la busque, quien me mandó a no entregar mis trabajos sobre el tiempo estipulado. Además, estuve más que concentrada estudiando día y noche para un parcial, necesitaba sacar una buena calificación para sumar puntos y pasar la materia, tal como se lo había prometido a mi novia.

Era la única razón por la que me había esforzado tanto, deseaba pasar más tiempo a su lado, pues el verla todos los días entre clases, no era lo mismo que salir a comer un helado o simplemente pasar una tarde en su casa.

Me terminé de arreglar, me coloque un poco de perfume y salí de mi habitación con un objetivo en mente, pero a mitad del pasillo, estaba mi madre esperándome como si hubiese adivinado mis intenciones.

—¿A dónde crees que vas? —me preguntó.

—Iré al cine con Abigail y la pequeña Francy —respondí, como si fuera lo más normal del mundo.

Había pasado un mes desde la última vez que salí con Abigail y no quería que se olvidara de mí, aunque ella entendía mi situación, no debía tentar a la suerte de que encontrara a alguien más.

—¿Y porque estas tan segura que te dejaré ir? —me reto.

—Porque saque una buena calificación en el parcial y pase la materia como querías —respondí.

Era la primera vez que me pasaba ese pequeño desliz con mis estudios, pero eso no impedía que mi madre estuviese furiosa. De hecho, pensó que mi descuido académico, se debía a mi novia, cuando en realidad era ella la que me hacía ser más juiciosa en los estudios.

—Por esta vez, dejaré pasar lo de tus notas, pero que no se repita  —sentenció mi madre.

—Mamá, no volverá a pasar, te lo prometo —manifesté.

De alguna manera, necesitaba dejar esa manía de hacer mis trabajos a última hora, como si con eso fuera a trabajar más que mis otros compañeros. Aunque había pasado el examen, debía poner más de mi parte o mi madre terminaría por prohibirme todo tipo de salidas.

—Más te vale  —expresó sería.

—¿Me dejas ir? —insistí.

—Con una condición  —frunció el ceño.

—La que quieras  —me apresure en decir.

—Mañana debes limpiar la casa y lavar toda la ropa  —pronunció.

Creo que mi madre se estaba aprovechando de mi buena fe, pero si con eso lograba ir al cine, lo aceptaría con gusto. Sonreí por mi victoria y me despedí de mi madre antes de salir. Mientras iba en el taxi, pensé en lo divertido y romántico que sería una salida al cine con mi novia, aunque no podía olvidar que estaríamos acompañadas por Francy, la pequeña que me robó un beso inocente.

Abigail, había comprado las entradas por internet y eso era una ventaja, pues el centro comercial estaría a reventar por ser jueves, donde las entradas eran dos por uno. Cuando llegue a mi destino, logré ver la silueta de mi novia y mi cuñadita, esperándome muy ansiosas en la entrada.

—¡Por fin llegaste! —exclamó Francy.

—Te ves hermosa con ese conjunto —me bajé del auto.

—Abigail me ayudo a escogerlo —expresó, mientras dio una pequeña vuelta para que admirara su vestimenta.

—Te queda fenomenal —dije, al saludarla con un beso en la mejilla.

Sin embargo, mi novia carraspeo ante mi gesto, indicándome que debía saludarla primero a ella antes que a mi cuñadita. Desde mi posición, sonreí e intercambie una mirada picarona para hacerle entender que no se pusiera celosa.

—Cariño, mi madre nos va a llevar y cuando termine la función, nos pasará buscando —expuso mi novia, al saludarme con un beso en la mejilla.

—Vamos, no quiero llegar tarde —expuso Francy.

Su comentario nos hizo reír a las dos, esa pequeña siempre hacia de las suyas y no podía imaginar cómo sería cuando estuviese más grande. Saludé a Jane como era de costumbre y en menos de lo planeado, nos fuimos al centro comercial.

Cuando estábamos por llegar, pude sentir lo ansiosa que estaba la pequeña e intuí que deseaba preguntarme porque no había ido a la casa este último mes. Era de esperarse, pues nuestro último encuentro fue algo aparatoso por ese beso que me robo sin querer.

—Sofía —dijo por la bajo.

—Dime pequeña —coincidí con su mirada.

—¿Todavía sigues molesta conmigo?—manifestó apenada—Como no has venido a visitar a mi hermana —añadió.

—Para nada cariño—acaricié su cabecita—Lamento haber asustado aquella vez saliste corriendo cuando me robaste un beso, no era mi intención —expuse.

No sé había presentado el momento de pedirle disculpas, sé que actúe mal y no debí asustarla de ese modo. Era tan sólo una niña, que actuó por impulso y me regaló el primer beso inocente que alguien podía darme.

—¿Vendrás más seguido? —indagó Francy.

—Por supuesto—le regale una sonrisa—¿Cómo van las clases de guitarra con Alondra? —le pregunté.

—Bien, aunque creo que lo mío será el teclado —dijo con una mueca divertida.

—Genial, así podemos armar toda una banda —la alenté.

—Viste mamá, Sofía piensa igual —expuso Francy.

—Tenías razón cariño, de eso no cabe duda—pronunció Jane, antes de estacionar su vehículo—Disfruten la función mis amores y tengan mucho cuidado —nos dijo.

Alondra

No pensé que el estrés pudiera tensar mi espalda y parte del cuello, hasta el punto de que me causara un poco de dolor. Aunque mi vida sentimental iba de maravilla, la parte profesional era un caos total, sin opciones de que pudiera mejorar.

Esta semana, me había tocado realizar las compras para la casa y Jane me pidió el favor de que también hiciera el mercado para Silvia. Algo a lo que no pude negarme, aun cuando ella aún estuviese algo resentida conmigo, pero sé que pronto se le iba a pasar.

Cuando me encontraba acomodando la despensa, recibí un mensaje de Jane, donde me decía que pronto llegaría a casa, pues había ido a buscar a las niñas a un centro comercial. Una vez que termine todo, me puse a realizar la cena y cuando estuvo lista, aproveche de bajar a la primera planta con Split.

—Hola Alondra—me saludo Silvia, al abrir su puerta—¿Cómo has estado pequeñin? —acarició la cabeza de Split.

—Se podría decir que ha madurado, al menos ya no muerde los zapatos—dije—¿Podemos pasar? —pregunté.

—Por supuesto —nos hizo un ademán.

—Vamos Split—le indiqué al cachorro—Traje la cena para las dos, estoy segura que Jane comerá por fuera con las niñas —expresé, para luego acomodar los víveres.

—Gracias—me regalo una sonrisa—Jane me dijo que me comprarías el mercado, ¿Cuánto te debo? —no tardó en preguntar.

—Ya hemos hablado sobre eso Silvia —expuse.

—Está bien —dijo resignada.

En más de una ocasión, le había dicho que cuando me tocará comprar la comida para las dos casas, no había necesidad de que ella me diera dinero, porque jamás le cobraría y menos ahora, que Abigail prácticamente se había mudado con ella.

Le había tomado tanto cariño a Silvia, que decidió acondicionar uno de los cuartos para hacerle compañía, hasta estaba pendiente de sus medicamentos y aplicarle una inyección para el dolor de ser necesario. Adoraba esa relación que tenían, pues Abigail la veía como una abuela y Silvia estaba feliz por ello.

—¿Abigail no te ha causado ningún problema? —pregunté.

Conocía muy bien a mi hija y ahora que su novia podía visitarla, estaba segura que haría de las suyas como hacía en nuestra casa. Cómo toda adolescente, no controlaría sus hormonas, pero si quería que tuviera algo de respeto por una casa que no era de ella.

—Es una buena chica y no da ningún problema—dijo—Aunque estoy segura que te refieres a algo en particular  —añadió.

—Exacto  —dije, al terminar de acomodar la despensa.

—Ya hable con Abigail sobre ese tema y le dije que no había problema  —expresó, como si fuera lo más normal del mundo.

Me había quitado un peso de encima, pero aun así, hablaría con mi hija. Me encargue de acomodar la mesa, serví un poco de jugo y nos dispusimos a comer. Durante la cena, me estuvo preguntando cómo iban las cosas en la institución y si había resuelto el problema que tenía. Para nadie era secreto que las cosas no iban tan bien y sin importar cuanto me esforzará para aparentar que todo estaba bien, las personas que eran cercanas a mí, terminaban por darse cuenta de mi estado.

También conversamos sobre su manera de tratarme y me confesó que no había sido correcto, pero que lo hizo por proteger a Jane y a las niñas. Algo que era comprensible, actuaba como toda una madre y era algo, que no se lo iba a reprochar.

—Creo que las chicas, ya llegaron  —pronunció Silvia.

—Eso creo—dije, al ver como Split movía su cola emocionado—Lavare los platos —expuse, al levantarme de la mesa.

Por un momento, llegue a pensar que Silvia me la pondría más difícil, que seguiría con su tono altanero y hasta llegue a pensar que dejaría de hablarme, pero la verdad es que su actitud mejoro con el pasar de los días.

Cuando termine de lavar los platos, escuché como Jane entraba a la casa en compañía de las niñas y Split, no tardó en saludar a Francy con unas lamidas. Ese cachorro adoraba a esa pequeña y hasta podría decir, que le tenía más cariño que a su propia dueña.

—¿Cómo estuvo tu día? —Jane rodeo mi cintura.

—Bien cariño, extrañándote—besé su mejilla—¿Quieres que te prepare una ducha relajante? —le pregunté.

—Me encantaría—me regalo una sonrisa—Luego te doy un masaje, sé cuan estresada estás por ese inconveniente en la institución —acarició mi mejilla, al mismo tiempo que cogió mi mano para llevarme a la sala.

Estuvimos conversando sobre algunas cosas, pero la que realmente llevaba la batuta en esa conversación, era Francy, contándonos cómo le había ido en el cine, de que quería repetir la película y hasta nos habló de cómo le iba en el colegio.

Allí nos enteramos que había un niño que le llamaba la atención, una noticia que puso sobre alarma a Jane, que hasta ese momento desconocía esa información. Desde mi punto de vista, lo veía normal siempre y cuando, Francy no estuviese besándose con el niño, aún era muy joven como para estar experimentando cosas que no entendía.

Sin embargo, Abigail estuvo haciendo bromas con la pequeña, diciendo que tenía novio, que cuando nos lo iba a presentar y así, hasta que Sofía la regaño y le expresó que dejara de molestar a su hermanita. No podía negar que ese momento, fue todo un show, al ver a mi novia tensa, Abigail como toda una carajita, Sofía comportándose como si fuera la hermana de Francy y a Silvia que no podía aguantar la risa de todo ese combo.

Después de una hora, nos despedimos de Silvia y la dejamos en compañía de las chicas. Una vez que cruzamos la puerta de nuestro hogar, mandé a Francy a lavarse los dientes y a colocarse su pijama, mientras le preparaba el baño de burbujas a mi novia.

—¿Por qué no me haces compañía? —escuché a Jane, mientras se desvestía.

—Me encantaría mi amor, pero hoy debo leerle un cuento a nuestra hija —rodee su cintura.

—Se me había olvidado —dijo con pesar.

Desde que habíamos comenzado a vivir juntas, nos turnábamos para hacer algunos deberes en la casa y eso incluía ocuparnos de nuestra pequeña hija. Como todos los jueves, Francy escogía un libro de su preferencia y yo se lo leía, tal como una vez hice con Abigail.

—No tardes —me dio un pequeño beso.

—No lo haré —le regale una sonrisa.

Dejé esa habitación y me dirigí a la de Francy, quien me esperaba sentada en la cama en compañía de Split. Cuando su mirada coincidió con la mía, me regaló una sonrisa traviesa, dejó de acariciar la cabeza de Split para adoptar una posición cómoda en la cama y me entrego el libro.

—Antes de que empieces, ¿Puedo hacerte una pregunta? —me dijo nerviosa.

—Claro pequeña —respondí, mientras me acomodaba a un lateral de la cama.

—Ahora que vives con nosotras, ¿Debo llamarte mamá? —su rostro era de incomprensión total.

—Cariño, el que viva con ustedes, no implica que debas llamarme así—acaricié su mejilla—Tu mamá siempre será Jane, aun cuando nos tengas a las dos —intenté explicarle.

Me pareció un gesto tierno de su parte, porque nunca llegue a imaginar que ella pudiera llamarme de esa manera. Conocía mi lugar en esta familia y aunque la pequeña comprendiera que era novia de su mamá, no implicaba que debía llamarme como tal.

—Es qué —comenzó a jugar con sus manos.

—Dime —la alenté.

—Es que estuve pensando, que como eres novia de mi mamá y Abigail es tu hija, tal vez y si no te molesta—guardo silencio—¿Puedo decirte mami? Es que me resultaría confuso llamarte como lo hago con Jane —manifestó con una mueca graciosa.

—Claro, me encantaría mi pequeña —respondí.

—Te quiero mami —me dio un besito en la mejilla.

—También te quiero cariño—la abracé—Comencemos con la lectura, mira que tu amigo Split ya se está quedando dormido —señalé al cachorro.

—Sí —dijo con un bostezo.

Comencé a leer el libro, mientras acariciaba la cabecita de mi hija, pero en cuestión de segundos, se había quedado dormida. Me incorpore con cuidado, la cubrí con la manta y le di un beso en la frente, se veía adorable mientras dormía. Dejé el libro sobre la mesa de noche y apague la luz, ya mañana mi novia culminaría la historia.

—¿Lista para tu masaje? —expresó mi novia, con una sonrisa pícara.

—Más que lista  —le devolví la sonrisa.

—Desvístete y colócate boca abajo  —me ordenó, mientras preparaba la crema.

Cómo niña juiciosa, me retiré toda la ropa y me ubique en la cama. Sentí un pequeño escalofrió al sentir las manos frías de mi novia sobre mi espalda, pero me fue acostumbrando. Estuve tan concentrada en ese masaje, que ni cuenta me di cuando me quedé dormida.

Silvia

Cómo todas las mañanas, Abigail se paseó por mi habitación para darme los buenos días y notó, que  había amanecido con un dolor intenso que me impedía movilizarme y pensó, que mi enfermedad había empeorado. La pobre se asustó tanto, que no tardo en buscar a Jane, pero no la encontró.

En su lugar, estaba Alondra quien no dudó en llamar a mi médico para que me hiciera una visita domiciliaria. Mientras me hacía la valoración física, Alondra estuvo a mi lado todo el tiempo escuchando la explicación del médico. Todo había sido una falsa alarma, sólo se trataba de un síntoma típico de mi enfermedad que aparecía gradualmente y podría afectar mi estado anímico, la calidad de mi sueño y mi actividad física. No obstante, debía continuar mi dieta y los ejercicios aeróbicos que realizaba diariamente para evitar la aparición de un derrame articular.

—Por ahora, le aplicaré una ampolla de Ketoprofeno para disminuir el dolor y le sugiero que utilice un bastón para movilizarse —dijo, mientras preparaba el medicamento.

Alondra me ayudó a colocarme de medio lado y cuando sentí la aguja, apreté su mano para soportar ese líquido. Aunque me había acostumbrado a las inyecciones, no dejaban de dolerme como si fuera la primera vez que me la estuviesen aplicando.

—Listo, ya puede voltearse —me indicó.

—Gracias por haber venido—dijo Alondra—Lo acompaño a la salida —expuso.

—Nos vemos en la próxima cita —pronunció, antes de salir de mi habitación.

No pasaron ni cinco minutos, cuando Abigail entró un poco asustada, se sentó a mi lado y me abrazo. Se notaba lo preocupad que estaba y me parecía injusto que estuviese así por mi culpa, lo único que pude hacer en ese momento, fue corresponder a su abrazo.

—Todo va a estar bien —dije, mientras acariciaba su melena.

—¿Qué te dijo el médico? —me preguntó.

—Que es un dolor gradual típico de mi enfermedad —respondí.

—¿Y va a suceder muy a menudo? —investigó.

—No lo sé —dije.

Realmente no sabía a qué podía atenerme con esa enfermedad, había pasado varios meses sin que el dolor volviese aparecer, pero ahora, era como si quisiera joderme la vida. Lo que menos deseaba, era perder mi movilidad por completo y depender de las chicas. Ahora más que nunca deseaba disfrutar del día a día con mis dos nietas y si debía bajar más de peso o hacer más ejercicios, lo haría.

—Debo ir a la institución, pero cualquier cosa me llamas, por favor —me suplicó.

—Lo haré cariño—besé su mejilla—Maneja con cuidado —le indiqué.

—Mi madre te traerá el desayuno que te prepare, no vayas a dejar nada —me señaló con el dedo.

—Me lo comeré todo, te lo prometo —le regale una sonrisa.

—Hasta más tarde —dijo, antes de salir.

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 40

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 36

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 32

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 16

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 11

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Danielle

Epílogo—Emma

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 27

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 22

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 19

Amor te otoño 18

Amor te otoño 17

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 8

Amor te otoño 7

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 4

Amor te otoño 3

Amor te otoño 2

Amor te otoño 1

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 2

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 6

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 11

Hechizo de un ángel 2

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Jugada del Destino

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí