Capítulo 28

Danielle

—¿Desea ordenar? —me preguntó un chico de mi misma edad.

—Una Coca-Cola —respondí con una sonrisa.

Mientras esperaba mi pedido, mi mente viajo a ese día que hable con Jenny, creo que me extralimite en mis palabras, no debí hablarle de ese modo, pero estaba tan enojada por su actitud que me deje llevar por mi rabia y explote. Todo este tiempo que llevaba conociéndola, siempre hacia lo mismo, sólo buscaba diversión en otros brazos y no quería que Jimena pasara por lo mismo, no ella que había demostrado ser una persona muy diferente a la que conocí, con los días había aprendido a tomarle cariño y apreciar esa amistad que me brindo.

—Espero disfrute la bebida —mencionó el chico.

—Gracias —me limite a decir, cogí la botella e ingerí un poco. Estaba por acabar mi bebida cuando la veo llegar con una mirada perdida.

—¡Hola! —me saludo con mucho entusiasmo.

—Estaba dudando en que vendrías—expuse—¿Cómo vas con Jimena? —quise indagar. Pese a que la misma Jimena me mantenía al tanto de sus salidas, quería conocer su versión de las cosas.

—Más que bien—sonrió ampliamente—Ayer se mudó a mi piso y hace un par de días se la presente a mi familia —sus ojos tenían cierto brillo. Era evidente que estaba feliz por ese noviazgo.

—Me alegro por las dos, veo que al fin tienes una relación estable—entrelacé mis dedos—Al menos, has seguido mi consejo —mencioné.

—Es lo único bueno que he hecho en mi vida, bueno, aparte de quedarme con Jimena —sonrió.

—¿Quieres pedir algo? —investigué.

—No, en realidad creo que te debo una disculpa —me respondió, sin apartar su mirada de la mía.

—Creo que ambas nos debemos una disculpa—aclaré—No debí hablarte de ese modo, me deje llevar por la rabia de que fueras a lastimar a Jimena  —añadí.

—Nada de eso, dijiste las palabras que eran necesarias—inhaló una bocanada de aire—Si no me hubieses hablado de ese modo, tal vez no hubiera caído en cuenta que iba por el mismo camino con Jimena y lo que es peor, no me hubiese dado una oportunidad con ella—me explicó—Sé que te dejaste llevar por la ira y por el enojo que tenías dentro de ti, me demostraste que eres una buena amiga, una que yo no he valorado por estar disfrutando sin control en esas fiestas que me han invitado —desvió su mirada.

—Quiero que comprendas una cosa—llame su atención—Sin importar lo que haya pasado, debía proteger a Jimena a toda costa, es la única que ha dejado su coqueteo a un lado para brindarme su apoyo, mientras que tu—intenté suavizar mi tono de voz—En ningún momento has dejado de hacer tus insinuaciones, ni siquiera cuando la estaba pasando mal por culpa de mi novia, yo te consideraba mi amiga, esa persona que sería capaz de apartar sus intenciones para estar a mi lado y brindarme un apoyo incondicional —mis ojos se cristalizaron.

 —Lamento haberme comportado de esa manera—su voz se quebró—Sólo pensé en mi misma, como suelo hacerlo, pero esa Jenny ha cambiado—sostuvo mi mano—Jimena me ha hecho cambiar, sé que cometí errores y no quisiera perder nuestras amistad —me suplicó.  

—¿Amistad?—repetí—¿Crees que ha habido una amistad entre nosotras? —le reproché.

—Yo —se congeló su voz.

—Me alegro que encontrarás en Jimena esa persona que buscabas, espero no la apartes de tu vida por alguien que no merece la pena. No quiero enterarme que vuelves a tus andanzas—le advertí—En cuanto a nosotras, lo único que puedo decirte es que cada vez que me necesites, allí estaré, pero no me pidas que confíe ciegamente en ti, si le di una oportunidad a Emma, creo que te la puedo dar a ti también —le expliqué.

—No merezco esa oportunidad que me das y lo sabes—una lágrima recorrió su mejilla—Sé que no soy perfecta, que tengo mis defectos y aun así, te agradezco que me des esa oportunidad. Espero saber aprovechar esa amistad que me brindas —limpió su mejilla.

—Todo el mundo meceré una segunda oportunidad, están en ellos si la saben aprovechar o no —manifesté. Dije esto último, al recordar a Emma, vaya que se había esforzado este mes por conquistarme de nuevo.

—¿Sabes? Es bueno verte sonreír de nuevo—comentó—Y esa felicidad, tiene el nombre de Emma —sonrió. Creo que la tensión que había entre nosotras se había disipado gracias a esa pequeña charla.

—Puedo decir lo mismo, veo que Jimena ha hecho algo más que conquistarte —le devolví la sonrisa.

Steven

En los últimos meses, habían pasado muchas cosas y me parecía mentira que ahora éramos una familia feliz. Me alegra que las cosas hayan salido bien después de todo, mi padre obtuvo su divorcio sin ningún problema y se quedó con mi custodia. Luego mi hermana Laura se nos unió para vivir en el mismo departamento junto con mi pequeño sobrino.

A pesar de que sentía un poco de celos por ese pequeñín, adoraba tener a mi familia de vuelta, al menos parte de ella. Sé que mi madre nunca cambiaría, ni porque volviese a nacer, pero era algo que ya no me afectaba tanto. Después de todo, no es que fuera tan cariñosa conmigo, nunca escuché un te quiero de sus labios, ni nada por el estilo. De hecho, desde que tengo uso de razón, Danielle siempre estuvo a mi lado y eso, era todo el cariño que necesitaba.

En mis estudios, me iba de maravilla, intentaba sacar mis mejores notas para ganarme una beca fuera del país, quería explorar otros lugares fueras de Marsella como todo adolescente. No obstante, la vida me ha enseñado que no todo lo que queremos es lo que realmente necesitamos, aquí tenia a toda mi familia y creo que no tenía más que pedirle a la vida. Pese a que Danielle era la única que estaba en una relación estable, yo deseaba disfrutar un poco de mi soltería, aunque estuviese tonteando con una compañera.

Una chica muy linda por cierto, al menos era sincera conmigo y me mostraba que me quería tal cual era, pero lo más importante, quería a mi familia y eso era mucho que decir. Aunque ninguno de los dos estaba listo dar el siguiente paso, ser novios, no porque no quisiéramos, sino más bien porque ambos deseamos disfrutar de los momentos que compartíamos. En lo particular, esa decisión me favorecía notablemente, ya que quería afianzar esos sentimientos que estaban surgiendo en mi interior. Lo que menos deseaba en estos momentos, era equivocarme y salir lastimado como la última vez.

Esa tarde, me encontraba solo en el apartamento, disfrutando de ese silencio que era opacado por el llanto de mi sobrino, le tenía mucho afecto, pero vamos, a veces me abrumaba su llanto. Mi mente estaba divagando, cuando siento que alguien abre la puerta de mi habitación.

—Campeón, ¿Pensé que estabas con esa hermosa chica? —no tardó en preguntar mi padre.

—¡Papá! —lo regañe, ahora entendía porque Danielle le huía cuando se ponía en plan consejero.

—No te avergüences, es normal que te sientas atraído por ella, es una chica muy guapa —se sentó a mi lado.

—¿Qué haces en casa tan temprano? —pensé que tendría la tarde para mí solo, pero me equivoqué.

—Quiero aprovechar que estamos solos para conversar —me dio una palmadita en el hombro.

—¿Conversar? —repetí, no estaba seguro por donde iría esa conversación.

—Hace mucho debí hablar contigo sobre algo—su rostro se puso serio—Con tus hermanas nunca pude tener esta conversación, porque vaya, sería algo incómodo —dijo.

—No es necesario —me apresure en decir, no estaba listo para mantener esa conversación con mi padre.

—Sí, claro que lo es—aclaró su garganta—No sé qué tan lejos has llegado con esa chica, pero debo informarte que debes usar condón. Eres muy joven para ser padre—soltó sin más—Así que ve con mucho cuidado y si no tienes para los condones, dime y yo te los compro con mucho gusto —no apartó su mirada de la mía.

Mi rostro estaba rojo, jamás imaginé que llegaríamos a esto, era tan vergonzoso que deseaba que la tierra me tragase. Porqué debía ser yo el que escuchara esa conversación incomoda y no mis hermanas. Me dije para mí mismo—Gracias por tu preocupación—le dije. No quería escuchar más, una sola vergüenza era más que suficiente y no estaba dispuesto a pasar por más. Aunque ya que estábamos en confianza, quise hacerle una pregunta que me tenía algo intranquilo—¿Cómo te das cuenta que estás enamorado? —investigué. En ocasiones, me entraban mis dudas por lo que sentía por esa chica, no estaba seguro si era un calentón del momento o podía ser algo más.

—No de nuevo —respondió.

—¿A qué te refieres? —dije sin comprender. Nunca le había realizado esa pregunta y eso me puso algo nervioso.

—Tu hermana Danielle, me hizo esa misma pregunta hace un par de meses —sus mejillas se sonrojaron.

—¿Y qué le respondiste? —estaba ansioso ante esa interrogante. Quizás por eso no había avanzado con esa chica que me gustaba.

—El amor, es un sentimiento que solo tú puedes descubrir. Yo te puedo decir miles de cosas, pero nada de eso te prepara para lo que puedas sentir —contestó con una sonrisa en sus labios.

—¿Eso es todo? —fruncí mi ceño. Era una respuesta demasiada vaga para mí y eso me dejaba como en el principio. Es decir; en nada concreto.

—Sí—dijo—Ceo que eso es todo por ahora—me regalo una sonrisa—Aprovechemos que estemos solos para jugar videojuegos —me propuso. Yo negué con la cabeza y me incorpore para encender la consola.

—Papá—llame su atención—La próxima vez que desee hablar conmigo sobre ciertas cosas, intenta no avergonzarme tanto —se lo implore. Realmente agradecía que se preocupara por mí y me diera consejos, pero vamos, hay ciertas cosas que no puedes hablar con cierta facilidad ante tus padres.

—De acuerdo —me regalo una sonrisa.

Hola mis queridos lectores, aquí les dejo otra entrega de esta estupenda historia. Debo confesarles que estamos a dos capítulos de que termine y quisiera darles las gracias por haberme seguido durante este tiempo. Besos, cuídense… Hombrefx, como siempre gracias por tus comentarios. Lamento no responder como en los anteriores, pero si tomo mi tiempo para leerlos. Es este capítulo, creo que se resuelve esa interrogante de la amistad de Jenny y Danielle y mira, a veces son mejores las segundas oportunidades que las primeras. Bueno, es mi humilde opinión.