miprimita.com

Mi segundo amor 36

en Lésbicos

Capítulo 36-Un favor

 

 

Brenda

Eran más de la seis de la tarde y me encontraba en aquel lugar, esperando a que llegara Gabriel para entregarle un sobre manila con las pruebas que me pidió investigar hace un par de meses. No podía creer que me hubiese citado en Stadium Sport Bar, un lugar para disfrutar de una buena pizza, mientras miras un partido de béisbol en pantalla grande.

Aunque el lugar no estaba nada mal, fue inevitable que mis ojos apreciaran los alrededores, donde la mayoría de la gente estaba metida de lleno en su smartphones, mientras que otros, no dejaban de ver como los Cardenales de Lara estaban perdiendo frente a los Caribes de Anzoátegui, tres carreras por cero en la quinta entrada.

No era nada agradable ver a tu equipo perder de esa manera, pero supongo que estaban pasando una mala racha en esta temporada. Cogí un trozo de pizza para disfrutar del partido, pero antes de que pudiera digerirla, apareció Gabriel con una camiseta de los Caribes y una gorra que tenía el emblema de su equipo.

—¿Dónde está tu espíritu deportivo? —bromeó, al ver que no tenía la camiseta de los Cardenales.

—El que no tenga mi camiseta, no quiere decir que no apoye a mi equipo —respondí.

—Si eres aguafiestas —se ubicó frente a mí y tomo un trozo de pizza.

Y pensar que hace un par de años, nos conocimos en la Serie final de la temporada, donde su equipo se corono campeón por tercera vez en su historia, al derrotar al conjunto larense y obtuvo el derecho de representar a Venezuela en la Serie del Caribe que se disputó en Guadalajara, México.

Por cosas del destino, nos hicimos muy buenos amigos mientras vimos todos los partidos de la Serie del Caribe, donde nuestro quipo oriental, alcanzo el segundo lugar por detrás de los Alazanes de Granma que representaba a Cuba. Desde entonces, creamos un vínculo poderoso que ningún imagino, hasta el punto de llegar a formar parte del círculo de amigos.

—¿Ágata no vendrá? —pregunté curiosa.

Sería la primera vez que su esposa no vendría para disfrutar de un partido de béisbol y eso era mucho que decir. Al menos, que estuviese enojada con él y quisiera castigarlo con algo que era muy importante para los tres.

—No —dijo, sin dejar de ver la pantalla.

—¿Pelearon? —indagué.

—No del todo, sólo está un poco enojada conmigo porque le dije que aún no puede invitar a Alondra a nuestra casa —respondió, antes de tomar otro trozo de pizza.

—Entiendo —dije por lo bajo.

Todo este embrollo de la institución, nos estaba afectando considerablemente, pero más a la pobre de Alondra que cada vez la veía más desanimada y con ganas de renunciar.

—¿Has logrado concluir la investigación?  —expuso, al cruzar su mirada con la mía.

—Por supuesto, ¿Seguro que quieres continuar con esto? —quise cerciorarme.

Esa investigación, no sólo limpiaría el nombre de Alondra, también destaparía una caja de pandora en la institución y no si quería formar parte de ese escándalo.

—Es hora de restablecer el orden en la institución, aun cuando eso implique que varias cabezas deban rodar —me confesó.

—Aquí se encuentra todas las pruebas que necesitas e incluso varias grabaciones que puedes usar a tu favor —deslice aquel sobre de manila en la mesa.

—Eres la única persona en la que puedo confiar—dijo—Eres una persona íntegra, que puede separar la relación de amistad entre el deber como profesional —manifestó, al guardar aquel sobre.

Sus palabras, me hicieron recordar aquel momento que le pedí ayuda para encontrar un empleo estable, pues mi título de investigadora privada, no me estaba dando los ingresos que necesitaba, pero lo que nunca llegue a imaginar, es que terminaría ejerciendo mi otro título de licenciatura en música con especialización en diversas competencias.

—¿Aún sigue nuestro acuerdo? —pregunté.

—Claro, no le diré nada a Alondra sobre esto, hasta que tú puedas hablar con ella —expuso.

—Te lo agradezco, no sabes lo difícil que ha sido mentirle y fingir que no se nada sobre lo que ha ocurrido realmente en la institución —mencioné, con un nudo en la garganta.

—Para todos ha resulto una situación difícil, pero ha sido por su bien —intentó restarme algo de culpa.

—Lo sé, pero tú no has tenido que verla todos los días con ganas de dejar todo por ese inconveniente que ha manchado su reputación —tense mi mandíbula de impotencia.

—Cuando todo esto se soluciones, nos reuniremos para aclarar las cosas y volver a la normalidad —expresó con calma.

Lo que había hecho, era por el bien de mi amiga, pero eso no me quitaba la sensación de culpabilidad que sentía mi corazón. Le había mentido durante todos estos meses y no pude defenderla como hubiese querido para no estropear la investigación que tenía en curso.

Pero lo que realmente temía, era que ella pensara que nuestra amistad no era del todo sincera y quisiera hacerme a un lado. Sé que se sentiría traicionada y hasta engañada, pero por más que intente decirle toda la verdad, siempre había algo que me frenaba.

—¿Y tú has pensado en mí proposición? —dijo.

Sus palabras me hicieron volver a la realidad, pero para ser sincera no deseaba pertenecer a la junta de docentes, ni quería llevar la responsabilidad de la dirección. Sólo quería seguir con mi trabajo de profesora y ayudar en las otras áreas que fuese necesario. 

—Ya sabes cuál es mi respuesta —dije sin más.

—Deberías pensarlo, no conozco a alguien mejor que tú para ocupar ese cargo —insistió.

—Ya sabes cuál es mi condición para hacerlo, de lo contrario no lo haré —dije seria.

Quizás lo que debía hacer ante el conflicto de mi amigo, era utilizar mi empatía para entender lo que él estaba sintiendo. No sólo estaba en juego la reputación de Alondra, sino el prestigio y la imagen del  conservatorio.

Un prestigio que Gabriel se había esforzado en mantener desde que era rector de la institución, para que está, fuese la más reconocidas del país. No obstante, una parte de mí no quería tomar ese cargo, porque de alguna manera, dejaría de dar clases y era lo que menos quería. Adoraba trabajar con mis alumnos, ver su progreso y ayudarlos a que sean los mejores en su área.

—¿No piensas atender tu teléfono? —expresó, antes de mirar de nuevo la pantalla del televisor.

Cogí mi celular y al ver el identificador, mi corazón salto de alegría. Era mi hermano menor, que solía llamarme todos las tardes, para contarme su día a día. Lo echaba de menos y era una lástima que mis padres me prohibieron verlo hace dos años.

Me incorpore de la silla e intenté buscar un lugar donde no hubiese tanto ruido, pero el único que cumplía ese requisito, era el baño. Así que no muy convencida, tuve que ingresar a uno de esos cubículos, pasé el cerrojo, bajé la tapa del escudado y me senté para atender la llamada.

—¡Aló! —dije por lo bajo.

—¿Dime qué es cierto? —escuché con la voz agitada.

—¿El qué? —fruncí mi ceño.

—Sin querer, escuché una conversación de nuestros padres, donde expresaban que este año, tal vez me podría ir a vivir contigo —manifestó, con cierta alegría en su voz.

—Todavía no es un hecho —suspiré, al recordar las palabras de mi padre.

—¿Por qué no me lo habías dicho? —se quejó.

—No quería darte falsas esperanzas —mencioné.

Aunque mis padres eran unos engreídos de primera, no habían podido influenciar en la personalidad de Jack, ni manipularlo a su antojo como hicieron con tres de nuestros hermanos. De hecho, él se había ido a vivir conmigo y todo parecía perfecto, pero cuando mis padres se enteraron de que era bisexual, decidieron alejarme de su entorno y se lo llevaron fuera del país.

—Por más que le he insistido a mis padres, no me dejan regresar contigo —confesó.

—Esos…

Mordí mi labio inferior, por más enojada que estuviese con ellos, no podía nombrarlos de la manera que quería frente a mi hermano. Debía guardar un poco de compostura y aparentar que todo estaba perfecto.

—Brenda —dijo por lo bajo.

—Sí —pronuncié.

—Mañana cumplo doce años y no podré celebrarlo contigo  —me confesó.

Escuchar la voz apagada de mi hermano, me produjo una gran tristeza, era el segundo cumpleaños que no podía estar presente y eso me dolía. Aun cuando existieran las nuevas tecnologías, como las videollamadas o las aplicaciones de mensajería instantánea, había una lejanía física que me impedía darle un abrazo o compartir el día a día.

—Lo sé —dije cabizbaja.

—Ya debo irme, no quiero que me pillen mientras hablo contigo —me expresó.

—Cuídate mucho —manifesté, antes de colgar.

 

Alondra

La semana había sido algo estresante, entre la mudanza y el problema que tenía en el colegio. Se me estaba volviendo una completa pesadilla tener que aguantar los comentarios mal intencionados de algunos colegas y enfrentar aquel memorándum que llego a mis manos.

Durante mi ausencia, habían convocado a un Claustro de profesores para coordinar algunas actividades de la institución y exponer la información referente a mi caso. Una información que era totalmente falsa, pero que algunos colegas afirmaban tener pruebas relevantes para demostrar mi culpabilidad y por ende, eso me conllevaría a una sanción disciplinaria o el despido inmediato.

Las cosas no me estaban saliendo del todo bien y era inevitable no sentir esa sensación de angustia, que me llevaba a no ser yo misma, porque a cada paso que daba, era como sentir miles de ojos sobre mí, aguardando que dé un paso en falso para hundirme más en la miseria.

A pesar que Jane hacia lo imposible por hacerme sentir tranquila, una parte de mí, quería hundirse en la desesperación. Una cosa era que la directora me hubiese llamado la atención, pero otra muy distinta, era que me convocaran a una junta extraordinaria.

Tal vez, así podría probarse mi inocencia o quizás sea un compló de la directora para deshacerse de mí como tanto ha querido. Todas esas emociones que me invadían, me estaban llevando al borde del colapso y pude sentir como las piernas me flaquearon, mientras que mis ojos se cristalizaron.

—¿Te encuentras bien? —alguien sostuvo mi hombro.

Me giré de inmediato y pude ver que era Brenda, la única colega que no ha creído en los rumores que se han esparcido por el colegio.

—Sí, sólo es cansancio —respondí.

—Lamento que te convocaran a una junta—su rostro mostró preocupación—Quise avisarte con tiempo, pero tu teléfono estaba fuera de cobertura —me explicó.

—No te preocupes —dije, al retomar mi camino.

Brenda se había convertido en un apoyo incondicional desde que ingrese a la institución, siempre atenta a lo que pudiera necesitar y dispuesta a darme una mano amiga con mis alumnos o alguna otra actividad que debamos desarrollar en grupo. Su comportamiento hacia mí, era sincero, sin ningún objetivo oculto o que pudiera darme a entender que deseaba algo más íntimo entre las dos, simplemente era una amistad sana que se formó con el tiempo.

—Sé que no es el momento, pero, ¿Has pensado en mí proposición? —preguntó.

Había tenido muchas cosas en la cabeza que olvide por completo darle una razón a Brenda. Se suponía ya lo había hablado con mi novia, pero no estaba muy segura de hacerlo. No quería aparentar algo que no era, ni faltarle el respeto a Jane, aun cuando ella misma había accedido a la petición de Brenda.

—Sigo sin estar de acuerdo, ¿No hay otra forma? —quería darle largas al asunto.

—Alondra—detuvo mi paso—Sabes que si no fuera algo urgente, no pediría tal petición —me dijo seria.

No me agradaba la idea de hacerme pasar por la novia de Brenda frente a sus padres, no tenía sentido fingir algo que no éramos. Me consideraba una persona autentica, con principios y odiaba complacer a los demás para encontrar alguna aprobación que no me interesaba.

Realmente me sentía mal por Brenda, sus padres eran del estilo autoritario, donde la comunicación era unidireccional y poco expresiva, otorgando poca autonomía en su hija. Por Dios, estábamos en pleno siglo xxi y aun existían ese tipo padres que intentaban por sobre todas las cosas presentar un alto nivel de control sobre sus hijos para obtener perfección que no existe.

—Brenda yo —no encontré algún argumento para evadirla.

—Si le solicitará el favor a Jane, aceptaría sin ninguna objeción, pero tú y yo sabemos que ella no tiene algún conocimiento sobre música —me reprochó.

Desde que decidí confesarle a Brenda sobre mis inclinaciones sexuales, me pidió que le presentara a Jane pues deseaba conocerla y que le diera algunas pautas para su nuevo apartamento. Pues deseaba realizar algunas remodelaciones y no conocía un arquitecto tan bueno en su área como lo era Jane.

También era de suponer que Brenda acudiera a mí ante un favor tan íntimo como presentarme a sus padres, no sólo era alguien de confianza, sino que podía ayudarla en todos los sentidos, teniendo en cuenta que sus padres eran directores de una orquesta sinfónica en Madrid.

—Sé a dónde quieres llegar —dije, mientras le indique el camino.

No quería que algún fisgón, escuchara nuestra conversación. Bastante tenía con los rumores que habían creado sobre mí como para que alguien tuviese la osadía de continuar inventando cosas que no eran ciertas.

—No te imaginas el daño psicoemocional que mis padres me causaron en mi adolescencia por su obsesión con la perfección—su mirada se tornó triste—Por mucho tiempo, me esforcé por hacer lo que ellos decían, pero la sensación de que nada era suficiente para ellos, me llevo a un punto de quiebre —me confesó.

No podía imaginar lo frustrante que tuvo que ser para Brenda intentar cumplir algunas expectativas que estaban fuera de su alcance, llevándola a una autopercepción negativa de sus propias habilidades. Jamás me hubiese imaginado que esa mujer que se encontraba frente a mí, pasó por esas circunstancias terribles de verse forzada a dar más de lo que podía rendir, pero la actitud que mostraba ante la visita de sus padres, me hacía pensar que aún era dominada por ellos.

—¿Por qué deseas complacerlos? ¿Por qué ahora que eres una mujer independiente? —le reproché.

—No los quiero complacer, sólo deseo que me dejen tranquila como lo prometieron —su mirada coincidió con la mía.

—No estoy comprendiendo nada —expresé.

—Hace un par de años, quedamos en un acuerdo—dijo por lo bajo—Si para la próxima visita que harían, yo tenía una relación estable, ya sea con un hombre o una mujer, ellos dejarían de exigirle a mi hermano menor, tal como lo hicieron conmigo. Sólo quiero una mejor vida para él —me confesó.

No podía creer que Brenda quería sacrificarse por un bien mayor, se cuánto odiaba a su padres y tener que soportar su presencia sólo para asegurar que su hermanito pueda tener una mejor calidad de vida, hablaba muy bien de ella, pero, estaba jugando con fuego y podía salir perjudicada.

—¿Y cómo estas segura que ellos cumplirán su palabra? —no tarde en preguntar.

—Lo harán, ellos sólo quieren manipularme—dijo—Además, no soy tan boba, yo les dije que si pasaba una vez más sus exigencias, mi hermano se vendría a vivir conmigo —me explicó.

—No lo sé, ¿Cómo creer en ellos realmente? —manifesté con temor.

Brenda podía ser una excelente persona, con una integridad intachable, pero de sus padres no podían decir lo mismo, ¿Cómo confiar en personas de ese tipo?

—Confía en mí, sólo necesito que me ayudes, por favor —me imploró.

—De acuerdo, accederé a tu petición, pero con una condición —pronuncié.

Sabía que me estaba metiendo en camisa de once varas y podía salir perjudicada, pero no tenía opción, quería ayudar a mi amiga y tratar por todos los medios que cumpliera su objetivo principal.

—Sé a qué te refieres y no te preocupes, no tienes que besarme, sólo debes seguirme el juego —expuso.

—Está bien, pero si quieres que esto salga bien, debemos ensayar nuestras coartadas —le propuse.

—Ya lo había pensado y Jane nos podría ayudar en eso —me sonrió.

—¿Te parece si empezamos hoy? —sugerí.

—Me encantaría, así podría darle las gracias personalmente a Jane —manifestó.

Cuando llegamos a la cafetería, conversamos de otros temas que nos concernían, hasta que Brenda toco un punto que era delicado para mí. Me preguntó cómo iba la queja que había dejado por escrito a la directora, donde estipulaba el constante acoso que recibía por parte de Rafael en algunos lugares del instituto y Brenda se quedó indignada, al saber que la directora no hizo nada al respecto.

Algo que me estaba llevando a un límite de escoger entre quedarme y seguir luchando o renunciar antes de asistir aquella junta a la que me habían convocado. Porque de algo estaba segura y era que ese par, no se darían por vencidos tan fácilmente.

Mas de Bella15

Mi segundo amor

Mi segundo amor

Mi segundo amor 47

Mi segundo amor 46

Mi segundo amor 45

Mi segundo amor 44

Mi segundo amor 43

Mi segundo amor 42

Mi segundo amor 41

Mi segundo amor 40

Mi segundo amor 39

Mi segundo amor 38

Mi segundo amor 37

Mi segundo amor 35

Mi segundo amor 34

Mi segundo amor 33

Mi segundo amor 32

Mi segundo amor 2

Mi segundo amor 31

Mi segundo amor 30

Mi segundo amor 29

Mi segundo amor 27

Mi segundo amor 28

Mi segundo amor 26

Mi segundo amor 25

Mi segundo amor 24

Mi segundo amor 23

Mi segundo amor 22

Mi segundo amor 21

Mi segundo amor 20

Mi segundo amor 19

Mi segundo amor 18

Mi segundo amor 17

Mi segundo amor 16

Mi segundo amor 15

Mi segundo amor 14

Mi segundo amor 13

Mi segundo amor 12

Mi segundo amor 11

Mi segundo amor 10

Mi segundo amor 9

Mi segundo amor 8

Mi segundo amor 7

Mi segundo amor 6

Mi segundo amor 5

Mi segundo amor 4

Mi segundo amor 3

Mi segundo amor

Mi segundo amor 1

Epílogo—Danielle

Epílogo—Emma

Amor te otoño 29

Amor te otoño 28

Amor te otoño 27

Amor te otoño 26

Amor te otoño 25

Amor te otoño 24

Amor te otoño 23

Amor te otoño 22

Amor te otoño 21

Amor te otoño 20

Amor te otoño 19

Amor te otoño 18

Amor te otoño 17

Amor te otoño 16

Amor te otoño 15

Amor te otoño 14

Amor te otoño 13

Amor te otoño 12

Amor te otoño 11

Amor te otoño 10

Amor te otoño 9

Amor te otoño 8

Amor te otoño 7

Amor te otoño 6

Amor te otoño 5

Amor te otoño 4

Amor te otoño 3

Amor te otoño 2

Amor te otoño 1

Adicta a tus labios 13

Adicta a tus labios 12

Adicta a tus labios 11

Adicta a tus labios 10

Adicta a tus labios 9

Adicta a tus labios 7

Adicta a tus labios 8

Adicta a tus labios 5

Adicta a tus labios 6

Adicta a tus labios 3

Adicta a tus labios 4

Adicta a tus labios 2

Adicta a tus labios

Hechizo de un ángel 4

Hechizo de un ángel 3

Hechizo de un ángel 1

Hechizo de un ángel 5

Hechizo de un ángel 6

Hechizo de un ángel 7

Hechizo de un ángel 8

Hechizo de un ángel 9

Hechizo de un ángel 10

Hechizo de un ángel 11

Hechizo de un ángel 2

Otra Oportunidad de Amar 9

Otra Oportunidad de Amar 10

Besos robados

Jugada del Destino

Otra Oportunidad de Amar 4

Otra Oportunidad de Amar 3

Otra oportunidad de Amar 2

Otra oportunidad de Amar

Eres ese Algo que Buscaba 24

Asi me enamore de ti te amo bebe

Eres ese Algo que Buscaba 3

Eres ese Algo que Buscaba 2

Amor o Estupidez 11

Amor o Estupidez 7

Amor o Estupidez 6

Me enamore de TI sin pensarlo 6

Tienes un E-mail 5

Tienes un E-mail 3

Tu mi complemento perfecto 22

Tu mi complemento perfecto 21

Tu mi complemento perfecto 12

Tu mi complemento perfecto 11

Tu mi complemento perfecto 8 y 9

Tu mi complemento perfecto 6

Tu mi complemento perfecto 4

Tu mi complemento perfecto 2

Una pequeña carta para el amor de mi vida

Un recuerdo ”Tu último deseo”

La Amistad como un tesoro

Nadie como tú

Un hasta pronto por un adiós

Lo mucho que te extraño

Jamás pedí Amarte

Aquel día que te conocí