Prólogo
La vida posee caminos inesperados, esos que sin pensarlo nos llevan a un lugar improvisto, pero completamente nuevo para nosotros, ¿Cómo llegamos allí? Es la pregunta que solemos hacernos, ¿En realidad importa? Creo que no. Lo único noble que debemos hacer, es disfrutar de esa nueva oportunidad que se nos ha dado.
Me conociste en circunstancias poco probables y de la manera más inesperada, pero desde el primer momento que te vi, comprendí que otra mujer, podría despertar en mi, aquello que había enterrado desde la muerte de mi esposa. Desde entonces, me torne fría y distante. Había decidido cerrarme al amor. Decidí crear un muro, tal alto y tan fuerte que nadie podía atravesar, pues se daban por vencidos incluso antes de empezar.
Pero estaba muy equivocada, al pensar que el verdadero amor sólo tocaría una vez a mi corazón. La vida puede darte sorpresas y poner ante ti, una persona que jamás imaginaste que conocerías o que te daría esa oportunidad de comenzar de nuevo. Quizás por ello, hay cosas que se dan cuando tienen que pasar, en un momento y tiempo determinado.
Por alguna razón, te tropezaste conmigo aquella tarde, y yo, no te conocí antes. Posiblemente en algún punto de nuestras vidas, estábamos destinadas a cruzarnos, fuese de una manera u otra, en mi ciudad o en la tuya. El resultado sería el mismo. Al encontrarnos, nos brindaríamos todo ese amor que albergaba nuestros corazones.
Hola mis queridos lectores, aquí les dejo una nueva historia de mi autoría, espero sea de su agrado, tal como mis otras historias. Un beso, cuídense.