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Luna de Miel Capítulo 9

en Bisexuales

Capítulo IX

Encuentro inevitable (Parte 2)

El matrimonio Petrilli Bretón estaba por llegar al hotel Petrilli de Tuxtla Gutiérrez; Brandon se sentía un poco impaciente, incómodo y algo nervioso, cosa que a Aranza le inquieto y le pregunto. - ¿Sucede algo amor?

– Brandon sin saber lo que sentía le respondió. – No nada amor, no me sucede nada, bueno eso creo.

– Aranza inconforme con la respuesta le puso su mano en la pierna de él y le dijo. – Amor, tranquilo, todo estará bien, ya lo verás, sea lo que sea y que tengas en mente dímelo y sabré como ayudarte, pero no estés así cariño.

– Brandon suspirando le dijo. – Gracias amor, pero no sé qué me ocurre, ni yo mismo sé lo que pasa, pero gracias por tu apoyo amor, te amo.

– Aranza le toco suavemente la mejilla a su esposo, mientras que él continuaba manejando rumbo al hotel.

Por su parte Federico daba instrucciones a los empleados del hotel sobre la llegada del hijo del dueño del hotel, así como el de su esposa, él de forma amable y respetuosa se dirigía a los empleados así. – Bien buenos días, los he reunido aquí porque en unos minutos llegará el hijo del dueño de este hotel con su esposa y quiero que todos en el hotel seamos amables y nos pongamos al servicio de ellos, durante estos días tendremos mucho trabajo, pues se junta un grupo turístico de la comunidad homosexual así como el hijo del dueño, tenemos que sacar lo mejor de nosotros y demostrar que este hotel es de calidad y excelencia.

– Una de las empleadas interrumpió a Federico diciendo. – Disculpe que interrumpa, pero el joven Petrilli es un tipo muy alzado y muy altanero, igual a su padre, estuvo la semana pasada por asuntos relacionados con la comisión nacional de turismo y en los días que estuvo aquí se portó muy déspota.

– Federico nervioso le dijo. – Bien gracias, despreocúpense de eso, puesto que teniendo a ese grupo de turistas en este hotel, dudo mucho que el joven Petrilli se comporte de tal forma, pero si lo llega hacer pues debemos demostrar que nosotros no somos así y tenemos educación; bueno no quiero seguir robándoles tiempo, estén listos cuando llegue el matrimonio, así como nuestros huéspedes, excelente día laboral.

– Todos los empleados regresaron a sus labores, Mirna discretamente se le acercó y le dijo. – Pues vaya que estaremos muy atareados, solo espero no tratar al hijo del dueño, sí dicen que es déspota y prepotente como su padre, no quiero ni darle un tour por Tuxtla.

– Federico seriamente dijo. – No es que quieras, todos tenemos que brindarle nuestro servicio, pues es el hijo del dueño y capas que nos corren de aquí, así que Mirna deberás hacer las cosas de buena manera, quieras o no.

– Mirna un poco enojada le dijo alzando la voz. – Queramos o no, porque tú igual te pondrás a su servicio, pues él te puede quitar la gerencia y lo administrativo de este hotel.

– Federico le sonrió diciendo. – Eso ya lo sé, así que hagamos lo que debemos hacer en lo que llegan.

– Mirna peinándose se dirigió al lobby, mientras que Federico nervioso y apurado supervisaba que todo estuviera bien ante la llegada del matrimonio Petrilli Bretón.

- Cabe señalar que Federico no sabía que tú Brandon eras el mismo con quién en anteriores ocasiones tuvo relaciones sexuales, según tú mentiste diciéndole un nombre falso para mantenerte anónimo, pero que casualidad que justo ese día te hayas reencontrado con él, que pequeño es el mundo verdad.

– Narrador tu sarcasmo y la forma de decirme las cosas no me cae en gracia, sí mentí para que no me buscará y pues para mantenerme al margen, soy heterosexual, lo que hice fue curiosidad simplemente, le di el nombre de mi padre en vez del mío, nunca pensé que las cosas fueran a pasar de esa forma, creo que por eso me sentía raro, pues algo de mí me decía que ese día pasarían cosas que traerían consecuencias, bueno lo que pasó pues pasó, puedes seguir contando los hechos.

– Sí Brandon continuaré platicando las cosas, créeme que estoy muy impaciente por llegar a ese crucial momento, bien pues en que me quede… A sí.

 

Mirna era enviada a dar un breve paseo a un grupo de personas hospedadas del mismo hotel, cosa que la mantendría ocupada por unas horas; Federico esperaba impaciente en su oficina a que le fueran avisado sobre la llegada del hijo del dueño del hotel; los segundos parecían minutos, los minutos horas y las horas eternas; fue así cuando entrando al hotel, la camioneta manejada por Brandon se estacionaba justo frente a la puerta principal, directo del lobby un grupo de botones se ponían a su servicio tal y como se les ordeno.

Brandon bajándose le abrió la puerta a su esposa y dijo. – Bien mi amor, este es el hotel Petrilli de Tuxtla.

– Aranza quitándose las gafas dijo emocionada. – Que hermoso hotel, esta precioso, sin duda es un hotel bastante lujoso.

– Brandon entregó las llaves al parking y dijo un poco altanero. – Que bajen las maletas y súbanlas a la suite “Luna de Miel” sino sabes quién soy te diré, soy el hijo del dueño de este hotel, Brandon Petrilli y esta bella dama es mi esposa Aranza Bretón, no me gusta repetir dos veces las cosas.

– El parking nervioso agarro las llaves y le dijo. – Sí, sí señor, entendido.

– Abrió la cajuela de la camioneta así como una de las puertas traseras y comenzaron a bajar las maletas de forma inmediata.

– Aranza en desacuerdo con la actitud de Brandon le dijo. – Amor no debiste dirigirte así con el muchacho del parking, aunque seas casi dueño del hotel, a los empleados se les debe de tratar con respeto, si mi papá hubiera visto esto, seguramente te hubiera regañado muy fuerte e incluso te hubiera obligado a bajar las maletas tú solo.

– Brandon le sonrió y le dijo. – Pero tú padre no está aquí, así que ni modo, tienes razón lo que hice está mal, pero lo dicho, dicho está, entremos.

– Aranza se sorprendió ante la forma que Brandon le dijo las cosas, sin decir más el matrimonio entró al hotel, presentándose en el lobby, una empleada lo reconoció y le dijo. – Buenos días, gusto en tenerlo de vuelta.

– Brandon sonriéndole dijo. – Buenos días, sí verdad, que bueno regresar, por cierto ella es mi esposa, Aranza Bretón de Petrilli, supongo ya saben las indicaciones que dejo mi padre, cierto.

– Aranza sonriente le dijo. – Buen día.

– La empleada le contesto nerviosa. – Buenos días señora Petrilli, sí, ya sabemos lo que debemos hacer, su padre dejo indicaciones.

– Aranza se molestó un poco y dijo. – Brandon te espero en la suite, me adelantaré con las maletas.

– Brandon no se percataba que su actitud molestaba a Aranza, él tomando la llave y la tarjeta salió tras de ella y juntos subieron a la suite, los botones iban tras de ellos con maletas y pertenencias del matrimonio; en el elevador, Aranza estaba un poco seria y esquivaba la mirada de Brandon, él se preguntaba el por qué la actitud tan seria por parte de ella, sin moverle más, continuaron así hasta llegar al piso dónde la suite se encontraba, saliendo del ascensor, Brandon intento tomarle la mano a Aranza, pero ella lo ignoro y salió tras de los botones, Brandon suspiro y camino más a prisa para abrir la puerta de la suite, los botones dejaron las maletas y pertenencias de ellos dentro.

Brandon les dio una propina confortable y sonriendo les dijo. – Muchas gracias.

– Los botones se fueron de regreso al lobby y él sonriendo pregunto. – Amor, ¿Qué te pasa?

– Aranza le respondió seria. – ¡Y todavía preguntas!

– Brandon desesperado le dijo. – Pues sí pregunto, porque con ustedes las mujeres no se sabe que les pasa, que les molesta y que les acontece, con esos cambios de humor pues es difícil de saber.

– Aranza molestándose un poco dijo. – Hombre tenías que ser.

– Aranza agarro su bolsa y a punto de salir de la suite, Brandon estresado pregunto. - ¡¿A dónde vas?!

– Aranza le respondió de forma sarcástica. – Soy mujer, es difícil saber a dónde voy.

– Aranza salió dejando a Brandon solo en la suite, el estresado se quitó la camisa, se quitó el pantalón y se dijo mirándose al espejo. – Que difícil es entender a las mujeres y que fácil es amarlas.

– Brandon se metió a bañar, llevándose su celular al baño, justo cuando comenzaba a bañarse su celular sonaba, un número privado intentaba comunicarse con él, un poco molesto atendió la llamada. – Sí diga.

– La persona al otro lado del teléfono le decía. – Por favor no cuelgues.

– Brandon cerró las llaves del agua y pregunto curioso. - ¿Quién eres? ¿Quién habla?

– La persona le respondió. – No tienes idea de cuánto deseaba poder escuchar tu voz.

– Brandon algo molesto exclamó. - ¡Si no me dices quien eres cortare la llamada!

– La persona al escuchar eso se alteró y le dijo. – ¡No por favor Brandon no lo hagas!

– Brandon consternado exclamo. - ¡¿Cómo sabes mi nombre?! ¡¿Quién madres eres?! ¡¿Eres hombre verdad?!

– La persona nerviosa suspiró y le dijo triste. – No puedo creer que te hayas olvidado por completo de mí y de mí voz.

– Brandon comenzó a recordar y exclamó. - ¡Orlando! ¡Orlando, ¿Eres tú?!

– Orlando triste derramando unas lágrimas mientras estaba sentado en el aeropuerto de una ciudad lejana, dijo. – Sí Brandon soy yo, logré obtener tú número solo para escucharte mi amor.

– Brandon enojado le grito. - ¡No me llames mi amor! ¡No lo soy y nunca lo seré! ¡Maldito seas tú y nuestra amistad!

– Orlando triste le exclamó. - ¡No maldigas nuestra amistad! ¡Siempre fue honesta y una de las mejores amistades que pudiste haber tenido en tu vida! ¡No la maldigas, ni mucho menos a este gran e inmenso amor que siento por ti!

– Brandon quería cortar la llamada, pero algo de él le impedía hacerlo, apretando el puño dijo. - ¡Por favor Orlando te lo suplico, haz tu vida y déjame en paz! ¡Sé feliz con alguien más! ¡Entiende que jamás me metería con un hombre, entiende que soy heterosexual, me gustan mucho las viejas entiéndelo!

– Orlando suspiró diciéndole. – Eso no es verdad, si hubiera sido así no hubieras correspondido a ese beso que te di en el baño aquella noche de tu despedida de soltero, ¿Porque sí recuerdas verdad?

– Brandon teniendo un flash-back de ese momento le dijo enojado. - ¡Maldigo esa noche, maldigo ese momento! ¡Jamás debiste haber hecho eso! ¡No vuelvas a llamarme al celular! ¡Que quede claro que nunca en mi vida me acostaría con un hombre y jamás te miraría como tú me viste a mí! ¡Jamás!

– Brandon cortó la llamada y apagó el celular para continuar bañándose; en lo que Orlando triste, se quedaba con las ganas de decirle “Te amo” a Brandon, llorando continuó esperando a que su vuelo fuera anunciado y pudiera abordar su avión con destino desconocido.

- Vaya Brandon que lo tuyo, lo tuyo es mentir para poder “ser feliz”.

- ¿Por qué lo dices amigo?

– Y todavía preguntas, no pues sí lo sínico lo tienes bien puesto y con mayúsculas.

– No entiendo narrador.

– Mmm… Mentiste a Orlando, le dijiste que nunca tendrías algo que ver con un hombre, ¿Y Federico que era?

– Oye, pero eso es diferente, ponte a pensar que sí le decía a Orlando que probé el culo apretadito de un Federico, pues él se sentiría con alas e ilusionado para poder pretenderme, de una forma u otra tenía que quitármelo de encima.

- ¿Y tú crees que con eso lograste quitártelo? ¿Lo lograste enserio?

– Pues no, nunca pensé que fueran a pasar las cosas así.

– Claro Brandon, no piensas las cosas, no las pensaste, por eso te pasó lo que te pasó, pero bueno continuaré.

– Sí continua, creo que nos estamos exaltando un poco.

– Lamento haberme puesto así contigo, pero es que hasta donde fuiste capaz de llegar con tal de no se supieran las cosas, ahora mírate como fuiste acabar, bueno en que estaba…

Brandon en la suite se continuaba bañando, Aranza quien estaba en el restaurante del hotel disfrutaba una bebida deliciosa y refrescante, en eso Mirna que estaba regresando del pequeño tour con unas personas, entraba al restaurante para tomar algo y descansar un poco, ella se acercó a la barra pidiendo una bebida, sentándose al costado de Aranza dándole la espalda sin verse las caras; el barman le sirvió la bebida a Mirna, ella algo fatigada y cansada dijo. – Gracias.

– Aranza reconoció la voz y girándose se daba cuenta que era Mirna, emocionada ella dijo. - ¡Mirna que gusto de verte!

– Mirna al alzar la mirada sonrió diciendo. – Aranza, vaya que sorpresa, que coincidencia.

– Aranza mirándola bien le dijo. – Que guapa te ves con ese nuevo color de cabello, te sienta muy bien, ¡Que guapa te ves!

– Mirna sonriendo dijo. – Gracias.

– Aranza emocionada dijo. – Sí tienes razón que coincidencia que nos volvamos a ver.

– Mirna curiosa pregunto. – ¿Puedo saber qué haces aquí?, no se supone que te irías con tu esposo de luna de miel a Europa.

– Aranza le respondió sonriendo. – Sí amiga, pero pues por motivos personales mi marido y yo tuvimos que desviar nuestra luna de miel, cambiar nuestros planes y buen aquí estamos, ¿Supongo tú estás trabajando?

– Mirna sonrió contestando. – Sí, efectivamente, trabajando y más ahora que iniciaron las vacaciones de verano.

– Aranza dándole ánimos dijo. – Pues ánimo Mirna, suerte y tú puedes, esperemos que en estas vacaciones que inician encuentres al hombre que te robó los pensamientos.

– Mirna mordiéndose el labio dijo. – Pues yo espero y sea así, ojala mi hombre no este casado.

– Aranza le dijo sonriente. – Ojala no este casado y siga soltero para ti, sí está casado pues intenta conquistarlo, digo al fin de cuentas fuiste tú la que lo vio primero a no ser que las cosas cambien y él sea un mujeriego de primera, pero a como me platicaste las cosas, dudo mucho que lo sea, pero tú adelante conquístalo es tuyo.

– Aranza no sabía lo que decía y Mirna no sabía lo que estaba por hacer.

En lo que ellas charlaban, Brandon ya un poco más relajado, se vestía y bajaba de nuevo, pues había quedado que a las 12 del día se presentaría ante todo el personal para dar instrucciones sobre los cambios en el hotel e informar lo que sucedería con esos cambios; Federico estaba nervioso, pues al haber sido informado de que ya estaba el hijo del dueño con su esposa en el hotel, él se cercioraba que todo estuviera excelente dentro y fuera del hotel, que todo estuviera muy bien y en condiciones para causar sorpresa ante los ojos del hijo de Eliot Petrilli.

Federico salía de un pasillo del hotel para dirigirse a su oficina, al ver que en el lobby había muchas personas esperando ser registradas, decidió ayudar un poco a las recepcionistas sin pensarlo dos veces, un tanto ocupado y tomando datos él estaba apurado, Brandon saliendo del ascensor percatándose de la multitud de gente que estaba, él se detuvo mirando seriamente a la recepción; Federico alzando la mirada para entregar las llaves y la tarjeta a los huéspedes, se daba cuenta que ahí estaba frente de él Eliot quién en realidad es Brandon, muy nervioso e impactado exclamo. - ¡No puede ser! ¡Eliot está en el mismo hotel en el que trabajo!

– Brandon no se había percatado de la presencia de Federico, así que sin más camino para ir al área de albercas y chapoteaderos del hotel; Federico se puso pálido y nervioso, una de las recepcionistas le preguntaba. - ¿Te sientes bien?

– Federico nervioso le contestó. – Sí, si lo estoy, continuemos con los registros.

– Sin más, prosiguieron con el registro de los huéspedes al hotel.

En lo que Brandon caminaba por las albercas, cerciorándose que estuviera todo bien, él miraba y se daba cuenta que el hotel se estaba llenando poco a poco, veía entrar gente con maletas y pertenecías, suspirando se dijo. – Los hoteles Petrilli pronto serán internacionales y entonces sí podré vivir mi vida en paz y sin presiones por parte tuyo padre.

– Brandon caminó pasando por el gran ventanal que dividía el restaurante de las albercas.

Mirna y Aranza continuaban su charla, pero Mirna al ver su reloj que eran las 11:40 am dijo apurada. – Me despedirán sino estoy puntual, Aranza disculpa que me vaya, pero tengo trabajo, más tarde nos hablamos para caminar por ahí, sirve que te muestro unos lugares hermosos para distraerse mientras estés en Tuxtla.

– Aranza siendo amable le dijo. – Sí gracias amiga, pues anda ve, estaré aquí en el hotel y suerte en el trabajo.

– Mirna despidiéndose de Aranza, caminó a prisa, al girar su cabeza al ventanal, miró a Brandon viendo las decoraciones del hotel, ella emocionada y feliz se mordió el labio pensando. – No puedo creer que tenga suerte, al fin después de mucho tiempo nos volvemos a topar.

– Mirna quería ir a saludarlo, pero el trabajo y la reunión que tenían todo el personal le impedía reencontrarse con su amor.

Mirna contenta sonreía muy a gusto, suspirando y saboreándose los labios, al verla Federico se le acerco diciéndole nervioso. – Que bueno que te veo, necesito hablar contigo.

– Mirna asustada exclamó preguntando. - ¡¿Qué paso, te despidieron?!

– Federico le tomo de la mano y la jalo diciéndole. – No tonta eso no, anda ven a mi oficina necesito contarte algo que me ocurrió y me parece increíble.

– Mirna camino con Federico directo hacia la oficina, estando allí ella le pregunto. – ¿Qué es lo que te ocurrió y que te parece increíble?

– Federico tronándose los dedos de las manos le contesto nervioso. – Pues resulta que en este hotel se está hospedando el muchacho con quien tuve una aventura sexual.

– Mirna emocionada lo abrazo diciéndole. – Que bien, ahora a conquistarlo.

– Federico mostro leve sonrisa y dijo. – No me siento capaz de conquistarlo.

– Mirna sonriéndole y dándole ánimos le dijo. – Pues deberías tener esa capacidad, no cabe duda que tú y yo tenemos suerte para reencontrarnos con amores de unas horas pasados.

– Federico desconcertado pregunto. - ¿Suerte? ¿Amores de unas horas pasados? No te entiendo.

– Mirna sonriendo le contesto. – Pues sí tontito, hablo de que tú viste a ese muchacho con el que te acostaste y yo me encontré en el área de albercas a Brandon.

– Federico abrazó a Mirna diciéndole. – Vaya que suerte tenemos.

– Mirna abrazada de su amigo le dijo. – Sí, tenemos una suerte envidiable.

– Pues no sé qué piensen ustedes, pero Mirna y Federico le llaman suerte a lo que yo le llamo “encuentro inevitable”, a ver qué sucede, porque este mundo es un frijol y ya se están dando cuenta por los hechos y sucesos que están ocurriendo en esta rara…

Luna de Miel.

Hola, cualquier duda, sugerencia o aclaración en comentarios o contactenme por facebook o el mail... Muchas gracias y saludos.

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