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Luna de Miel Capítulo 14

en Bisexuales

Capítulo XIV

De miel a hiel.

 

Han pasado quince días y el grupo turístico ha ampliado su estancia en el hotel Petrilli por unos días más puesto que han quedado maravillados por todos los lugares turísticos que tiene Chiapas, en su recorrido turístico por el estado han visitado las lagunas de Montebello y han quedado maravillados por los diversos colores que el agua tiene debido a los diferentes tipos de arena que se encuentran en el fondo de ellas, incluso lograron rentar las cabañas que hay en el parque nacional de las lagunas para pasar un día entero admirando las hermosas aguas coloridas; también han ido a los pueblos indígenas como Zinacantán, Chinkultic, Comitán, San Juan Chamula y visitando en sus trayectos a las grutas de Rancho Nuevo, todos los miembros del grupo y también el matrimonio Petrilli Bretón se la han pasado de maravilla, comprando recuerdos, tomando fotos y admirando los hermosos lugares que hay en el estado de Chiapas; Aranza y Brandon han estado felices aparentemente, pero distantes estando entre cuatro paredes, ya que Brandon se ha portado muy seco con ella, eso es debido a que como el grupo decidió ampliar su estancia en el hotel, ha dado paso y permitido a que Héctor y Federico puedan conocerse más, tratarse y convivir fuera del trabajo; pues ellos han salido a antros y bares gay de Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las casas, se sienten como si ya se conocieran desde tiempo atrás, puesto han tenido cosas en común y disgustos en común; Federico se siente tan bien y tan a gusto que en su mente no ha pasado ni un recuerdo más sobre su encuentro sexual con Brandon, ¿A caso ya se olvidó de él?; sin duda eso ha mantenido a Brandon un poco cortante con Aranza, ella ha tenido ganas de tener relaciones con él, pero él se ha mostrado inapetente sexual, ella cree que eso se debe al estrés que ha sufrido su marido últimamente, aunque en realidad lo que le sucede a Brandon es un serio problema de desamor, pero ni él mismo se daba cuenta que eso era en realidad.

Mientras que Eliot Petrilli ha intentado negociar con Gonzalo Bretón la unión de ambas cadenas hoteleras, pero él ha denegado cualquier tipo de trato, pues no le pareció que Brandon haya dejado a Aranza sola aquella vez en el hotel villas Petrilli de San Cristóbal de las Casas; Eliot le ha propuesto diferentes tratos e incluso ha sacrificado parte de sus acciones de la cadena de hoteles Petrilli para otorgarle así el poder de decidir sobre ambas cadenas hoteleras, pero sin éxito alguno, ya que Gonzalo siente que no es buena idea que haga esa fusión; aparte que sigue molesto con lo que paso con su hija, él mandó a investigar los balances económicos de la cadena hotelera Petrilli y sobre otros asuntos como índices de hospedaje por semana, mes y año, también sobre los tramites que se le han solicitado y que han sido denegados, los problemas con algunos sectores turísticos y los problemas con el sector turístico de la comunidad LGBT, así como también ciertos reportes que han sido reportados a la comisión nacional de turismo; eso ha puesto más en duda a Gonzalo en aceptar la fusión de las cadenas hoteleras, pues Edna la madre de Aranza, ha deducido sin saber que ha estado en lo correcto; que Eliot quiere hacer esa fusión e inyección de capital monetario para así poder lograr la internacionalización y poder salvar los hoteles de una ruina que está casi al borde de ocurrir; Edna y Gonzalo han platicado entre familia sobre dicha propuesta brindada, él muy hábil y astuto en sus negocios ha decido aceptar lo que propone Eliot Petrilli, solo que bajo condiciones de Gonzalo y Edna.

Seguramente a el señor Petrilli no le va aparecer lo que le propondrán, pero con tal de conservar sus hoteles tendrá que hacer lo que se le solicita a menos que, el problema que tiene Eliot Petrilli es ser muy orgulloso… 

-¿Su orgullo le permitirá aceptar de lleno el trato?

– Narrador mi padre es duro de roer, alguien como él no se doblega tan fácilmente, dudo mucho que quiera que alguien más decida en su lugar.

– Brandon a estas alturas de la situación, tu padre no le queda más remedio que aceptar o perder la mayor parte de los hoteles Petrilli.

– Bueno, bueno, ya poniéndose así la cosa pues sí, mi padre va a tener que cruzar brazos y aceptar, oye amigo a todo esto, ¿Cómo sabes tantas cosas?

– Brandon mi querido Brandon, en unos momentos más sabrás quién soy en realidad, puesto que ya me cansé de estar ocultándome.

– ¡Oye es verdad!, no he visto tu cara, solo tu voz he escuchado, aunque se me hace familiar, también quiero saber por qué he estado aquí y no he tenido oportunidad de hablar con Aranza, ¿Me estas ocultando algo verdad?

– Mmm… Mejor continuó, escucha y pon atención, a lo mejor poniendo atención entenderás las cosas mucho mejor de lo que ya comienzas a entender.

Gonzalo Bretón junto con su esposa Edna Madrigal organizaron una reunión con el señor Eliot Petrilli, con sus dos hijos Sadot y Delia Petrilli y la señora Flor Arango madre de los tres únicos hijos de Eliot, estando en la hermosa casa del matrimonio Bretón Madrigal se discutían sobre los términos de los contratos y las fusiones que se harían con ambas cadenas hoteleras; al haberse propuesto el 60% de las acciones hoteleras en manos de Gonzalo y el 40% en manos de Eliot Petrilli, las cosas comenzaron a ponerse algo tensas y bastante estresantes.

Se armó una discusión y Eliot Petrilli cegado por la furia y su sed de avaricia grito. - ¡Tanto tiempo planeando esto para que me salgan con estas pendejadas!

– Gonzalo Bretón sorprendido exclamó. - ¡¿A qué te refieres con planeando?!

– Los hijos de Eliot al ver la mirada tan furiosa del señor Bretón dijeron en su defensa. – Yo no sé de qué habla mi padre. – Dijo Delia Petrilli quien estaba nerviosa y asustada ante la situación.

– De verdad señor Petrilli, mi hermana, mi madre y yo no sabemos de qué planes se refiera mi papá. – Así dijo Sadot Petrilli quién se tronaba los dedos y temblaba de los nervios.

Flor Arango se levantó de su lugar y reclamándole a su ex marido le decía. - ¡Habla de una vez Eliot Petrilli! ¡¿A qué te refieres con planeando?!

– Eliot Petrilli soltó una carcajada tan ruidosa y tan soberbia que les dijo sonriendo descaradamente. – De verdad que ustedes mis hijos son tan estúpidos y tan peleles, me alegra mucho que Brandon sea el único interesado en el bienestar familiar, ustedes par de estúpidos no sirven para nada, a pesar que su hermano Brandon me causo muchos problemas en su educación y su disciplina, ha sido el único que es imagen y semejanza de mí, él si es un hombre, un macho, un hijo digno de llevar el apellido Petrilli con mayúsculas.

– Gonzalo estaba que rabiaba del coraje, pero Edna su esposa lo trataba de controlar apretándole los hombros.

Sin embargo Flor enojada le decía. - ¡Me alegra mucho haberme divorciado y anulado el matrimonio por la iglesia! ¡Lo único bueno que pudiste hacer en tu vida, fue el de engendrar tres maravillosos hijos que quiero y amo por igual! ¡Brandon se parece mucho a ti, lo reconozco, pero espero no sea igual que tú de desgraciado y ruin!

– Gonzalo y Edna se comenzaban a abrumar ante un pleito que parecía familiar.

Hasta que Eliot nuevamente riéndose le dijo descaradamente. - ¡Pero si Brandon es igual a mí, de tal palo tal astilla! ¡Es igual de desgraciado que yo al haber aceptado hacer un contrato nupcial a espaldas de la familia Bretón!

– Todos los presentes sorprendidos quedaron mudos ante dicha confesión, Eliot levantándose del lugar donde estaba sentado sonriendo decía. – Tengo asegurado mi patrimonio o por lo menos una parte de él, Brandon mi maravilloso hijo y tu insípida hija Aranza están casados por bienes mancomunados; ¡Así que quieras o no Gonzalo Bretón tus hoteles y los míos son solo uno!

– Gonzalo se levantó y convertido una fiera se le fue directo queriendo golpear, pero Sadot, Delia y Edna su esposa se interpusieron para que no lo golpeará.

Eliot sonriéndole les decía. – Y algo más, sí Aranza llega a salir embarazada, que es lo más seguro, mis hoteles pasaran a ser internacionales y cuando Aranza firme los papeles que se le entregarán, automáticamente ella habrá aceptado el convenio entre ambas cadenas hoteleras pues tengo entendido que ella también tiene poder sobre tus hoteles, todo está saliendo a pedir de boca, así que no hay marcha atrás, quieras o no los hoteles perdón nuestros hoteles ya son solo una cadena hotelera.

– Gonzalo furioso siendo detenido por ellos le decía. - ¡Maldito infeliz! ¡¿Entonces por qué me ofrecías diferentes contratos y me insistías?!

– Eliot se acercó un poco y le dijo descaradamente. – No soy estúpido, de una forma u otra tenía que hacer parecer un negocio entre nosotros para que el contrato nupcial permaneciera oculto por debajo del agua, soy inteligente, puesto que supe aprovecharme de la situación amorosa de mi hijo para así convencerlo de aceptar el trato, sólo espero que él haga su trabajo y convenza de firmar a Aranza y me quito de preocupaciones.

– Flor se le acercó y enojada le dio una bofetada en cada mejilla diciéndole. - ¡Eres un maldito infeliz! ¡Cómo pudiste hacer eso a una joven y su familia! ¡Hasta donde ha llegado tu sed de poder y avaricia! ¡Me das asco!

– Eliot Petrilli comenzó a reírse de una forma tan cruel y le dijo. - ¡Más asco me das tu vieja estúpida! ¡Y no toda la culpa es mía, te recuerdo que también tu hijo Brandon estuvo de acuerdo ante lo planeado! ¡Bueno me despido, me voy a descansar, mucho bla… bla… bla… y mucha risa me ha dejado exhausto!

– Eliot Petrilli salía de la casa de una forma tan burlona y tan relajante que provocaba más la furia de Gonzalo Bretón.

Al irse el señor Petrilli, las cosas en la casa del matrimonio Bretón Madrigal estaban densas, se proponían soluciones, Gonzalo confiaba en Flor Arango y sus hijos al no saber nada de los planes de su padre y su hermano mayor; de forma inmediata, Gonzalo se comunicó con Aranza, pero no tenía éxito puesto la llamada no entraba a servicio, es por eso que Edna solicito boletos en la agencia de viajes que estaba a su servicio, para viajar de forma inmediata a Tuxtla Gutiérrez y así poder parar este caos.

En ese momento crucial en la ciudad de México algo similar ocurría pero en Tuxtla Gutiérrez, ¿Quieren saber qué es?

-Ahora entiendo todo, yo solo fui un objeto más para acrecentar el imperio Petrilli, mi padre me manipulo y me uso como títere, ¡Maldito seas Eliot Petrilli!

– Calmado, calmado Brandon, no maldigas al ser que te dio la vida.

– ¡Es que no puedo evitarlo! ¡¿Cómo quieres que no lo maldiga si es un desgraciado?! ¡Yo fui un estúpido que se dejó manipular, él es un infeliz, maldigo la hora que me engendro!

– Brandon tranquilo, no llores, no te desesperes, sé que es muy duro para ti que te enteres de estas cosas, pero por algo estás aquí para que te des cuenta de tus errores y recapacites.

– No entiendo nada, según dices que estoy aquí por algo, ¿Pero que es ese algo? ¿Qué paso?, ¡Dime!

– Brandon falta poco para que te llegues al momento que ocasiono que tú estés en este lugar; por el momento solo puedo decirte que tu padre se vio muy estúpido con perdón de la palabra; al confesar los planes que hizo contigo y tu matrimonio, se vio muy tonto, se dejó llevar por su ira, su soberbia y su sed de ser millonario.

– Bueno en eso si tienes razón, Eliot se vio muy pendejo al confesar sus planes, que bueno que yo nunca pude lograr que Aranza, mi bella Aranza firmara los documentos que hacían falta, no tuve el valor y… Claro… Ya estoy recordando un poco, ese día sucedieron varias cosas y recuerdo que se escucharon disparos en el lobby del  hotel… ¿Qué sucedió?

– Brandon solo déjame seguir, sí, tendrás tu momento para poder interrumpir.

– Me asusta esto, pero confiaré en ti.

– Sí debes de confiar en mí, sirve que te despejo las dudas que tienes.

Mientras en Tuxtla Gutiérrez, en su suite Aranza y Brandon estaban algo distantes, fríos, como si fueran dos desconocidos, durante el desayuno apenas y se dijeron un par de palabras, Aranza queriendo solucionar las cosas, se le acerco a su marido que estaba de espaldas cambiándose la camisa, le tomaba de los hombros diciéndole. – Brandon, ¿Qué sucede?, hace días que andas raro, no me tocas, no me besas con la pasión con la que me besabas… ¿Dime que te pasa? Tal vez pueda ayudarte.

– Brandon terminado se abrocharse la camisa, algo estresado y desesperado le respondió. – Te he dicho que no sucede nada, ¡¿Por qué eres tan necia?!

– Aranza lo abrazó diciéndole. – Soy necia porque te amo, eres todo para mí, quiero ayudarte, ¿Estás así por el trabajo, porque no salieron las cosas como lo planeamos, porque nuestra luna de miel no es como la contemplamos o porque ya no sientes amor por mí?

– Brandon sintiéndose mal consigo mismo, separó a Aranza de sí mismo y mirándola a los ojos le contestó. – ¡Aranza no hagas una tormenta en un vaso de agua por favor! Si no tenemos relaciones es porque no se ha podido, aparte tengo entendido que estás en tu periodo y así sabes que no me gusta tener sexo.

– Aranza derramando unas lágrimas le dijo. – Brandon te amo… Te quiero mucho, lo sabes bien, no hago una tormenta en un vaso de agua, simplemente me atormenta pensar que se te esta llendo el amor por mí; no hemos hecho el amor porqué ya está hecho, sexo no tenemos porque él que no ha querido has sido tú amor, aparte tengo tres días de retraso…

- La mirada y la cara de Brandon cambiaron, sintiendo un frío recorrer su espalda, un palpito diferente, exclamó. - ¡Estas embarazada!

– Aranza mostrándole leve sonrisa le respondió. – Lo más probable que sí lo esté, aunque no está nada confirmado hasta que me haga una prueba.

– Brandon abrazó a Aranza y le dijo. – ¡Perdóname por favor, lo que hice fue sin pensar, juro por mi vida que no era mi intensión hacerte esto!

– Aranza lo abrazó cerrando los ojos, derramando unas lágrimas diciéndole. – No tengo nada que perdonarte amor, nada, te amo… Lo sabes.

– Brandon se alejó de ella, dándole la espalda se entristeció diciéndole. - ¡Perdóname en verdad!

– Brandon se acomodó la camisa, se abrochó el pantalón y sin decir más se salió de la suite, dejando a su esposa parada sin entender el porqué de las cosas.

Brandon estaba así porque su padre le insistía con que Aranza firmará los documentos que le habían enviado para así asegurar el patrimonio de los Petrilli, también estaba así porque sentía celos por Héctor, ya que cada vez Federico se veía muy a gusto con él al charlar y salir; ya que Héctor se ha portado muy amable y de buena manera con Federico que lo ha hecho sentir tan bien, él se ha ido enamorando de él y a pesar de que es muy pronto, ellos ya se habían convertido en pareja, solo que lo mantenían en secreto.

Héctor y Federico en su oficina se besaban y abrazaban, se miraban con mucho amor; Federico al fin había encontrado un hombre que lo valorará y apoyará, a pesar de que Fede le había comentado lo que sucedió hace semanas en su departamento, Héctor le decía que no le importaba que haya tenido sexo con alguien más, pues ese hombre no valoraba lo que se llevaba a la cama y que él si lo valoraría sin necesidad de tenerlo o llevárselo a la cama, pues se había basado en los sentimientos y en la forma tan impresionante y muy valiente que Federico ha sido en su vida y a su corta edad, eso fue lo que ocasiono que se enamorará de él.

Ellos abrazados, recostados en el sillón de la oficina, Fede sobre Héctor, rodeados de un silencio grato, escuchando solo el latir y respirar del corazón de su amado…

Fede sonreía y estando así le decía a él. – No puedo creer que seamos novios.

– Héctor acariciándole su cabeza le decía. – Tampoco yo, es algo tan hermoso, me gustas mucho, eres un niño muy lindo.

– Héctor le dio un beso tierno en la frente, Fede suspiró diciendo. – Yo espero que la diferencia de edades no nos afecte en nuestra relación.

– Héctor lo abrazó con más fuerza, diciéndole. – La edad está en la mente, aparte para el amor no hay edad, diez años de diferencia no es mucho, al menos para mí no, me enamoré de ti por tu valentía, tu fuerza, tu superación personal, eso me hizo enamorarme de ti no la edad.

– Fede suspiro nuevamente y le dijo. – Tienes razón, la edad está en la mente, diez años no es mucho, pero a quién le importa la edad, te quiero y me quieres, eres un ser maravilloso, gracias a la vida por ponerte en mi camino.

– Ambos se daban un tierno beso, cuando la puerta se hizo tocar; nervioso y apurados, se levantaron de acomodaron y se separaron.

Federico recargándose en su escritorio nervioso dijo. – Adelante.

– Brandon entrando a la oficina y al verlos solos, seriamente dijo. – Lamento interrumpir.

– Héctor al ver que Brandon estaba un poco serio dijo. – Bueno me disculpó, los dejo hablar a solas, iré a ver cómo está mi grupo y a hablar con Julián de unos asuntos, te veo después con permiso.

– Héctor se levantó del sillón saliéndose de la oficina, dejando a solas a Fede y a Brandon, quién él seriamente exclamó. - ¡¿Qué tanto hacías con él a solas y en la oficina?!

– Federico desconcertado le respondió. - ¡Eso es algo que no te incumbe! ¿A qué se debe tu visita a mi oficina?

– Brandon algo molesto exclamó. - ¡Sí me incumbe porque este es mi hotel!

– Federico le respondió de igual forma. - ¡Pues será tu hotel, pero esta es mi vida! ¡Si no tienes nada de qué hablar retírate!

– Brandon agarrándose la cabeza le dijo. - ¡¿Te gusta Héctor verdad?!

– Federico riéndose le dijo. – Eso es algo que no te importa.

– Brandon lo sujeto de los brazos queriéndolo besar, pero Federico se zafó diciéndole. - ¡¿Qué te pasa?!

– Brandon desesperado le contestó. – Ya me decidí, me decidí por ti, me gustas, me pone celoso saber que tú y Héctor salen y se hablan tan a gusto…

- Federico interrumpió diciéndole. - ¿Y Aranza qué?

– Brandon le contesto nervioso. – Seguiremos siendo matrimonio, pero solo por conveniencia, mi padre me obligó a casarme con Aranza solo por beneficio de los hoteles…

- Federico nuevamente interrumpió diciéndole. - ¡¿Pero qué clase de basura eres tú y tu padre?!

– Brandon nervioso le dijo. - ¡Déjame explicarte!

– Federico exclamó enojado. - ¡No me expliques nada, explícale a tu esposa, que ella esta perdidamente enamorada de ti! ¡Te ama Brandon y tú no sabes valorar lo que tienes a tu lado! ¡Que ser tan ruin y tan despreciable!

– Brandon le sujeto del brazo diciéndole. – Sé que soy una basura, pero fue por el bien de nuestra familia, Aranza no merece que le haga eso, le daré el divorcio y la anulación de nuestro matrimonio por la iglesia una vez pasado un año del contrato nupcial.

– Federico sorprendido le dijo. - ¡No puedo creer que me haya sentido confundido pensando que te amaba! ¡Qué bueno que no era amor!

– Brandon le apretó el brazo diciéndole. - ¡No es amor, pero admite que te gusto! ¡Admítelo!

– Federico enojado zafó diciéndole. – ¡Sí, si lo admito, me gustabas mucho! ¡Pero ahora me das pena! ¡Confirmo lo que dicen de los guapos, que solo son belleza exterior porque interior no la tienen!

– Brandon muy exaltado le dijo. - ¡Por favor! ¡Lo dices por lo que te acabo de decir, cuando en realidad te mueres de las ganas que te vuelva a coger como esa vez!

– Federico riéndose le dijo. – No confundas las cosas.

– Brandon exaltado y desesperado le dijo. – ¡No te burles, bien que sabes que me deseas, a toda mujer le gusto y hago suspirar y tú no eres la excepción! ¡¿O dime que tiene Héctor que no tenga yo?!

– Federico mirándolo con pena le contestó. – ¡Pues a una mujer la harás suspirar y gustar, pues serás muy guapo, tendrás cuerpo, porte y demás! ¡Pero sentimientos no! ¡Sentimientos no tienes!, cosa que Héctor si tiene y le valoro mucho, eso es lo que hizo que me enamorara de él, sus sentimientos, tú no sabes lo que es eso.

– Brandon desesperado le dijo. – Te amo, te amo mucho, no he dejado de pensar en ti, deseo estar a tu lado, no le he hecho el amor a Aranza porque te amo, entiéndelo te amo.

– Brandon agarro a la fuerza a Federico y le dio un beso.

Fede separándose de él le dio una bofetada y le grito. - ¡Nunca hagas eso, nunca!

– Federico se alejó poniéndose detrás de su escritorio, abriendo cuidadosamente el cajón de en medio, muy nervioso acariciaba una caja en lo que Brandon le decía. - ¡¿Que no me amas?!

– Brandon se quería acercar, pero Federico le decía nervioso mientras acariciaba el objeto que estaba en la caja. - ¡Vete por las buenas Brandon! ¡Déjame en paz! ¡Ya tengo novio y él si me ama sin necesidad de llevarme a la cama!

– Brandon confundido, desesperado, apretó sus puños y golpeó el escritorio diciendo. - ¡Espero nunca te arrepientas de dejarme ir, espero nunca lo hagas!

– Brandon dio media vuelta, dándole la espalda a Federico y salió de la oficina.

Fede asustado movió la cabeza y dijo. – Créeme Brandon que nunca me arrepentiré, es más me da gusto estar con la persona correcta, pero espero tú sepas orientar y despejar esas dudas y confusiones.

– Federico se sentó en la silla, agacho su cabeza y se dijo. – Estuve a punto de usar la pistola, que estupidez iba a cometer si seguías de necio.

– Federico asustado, nervioso y tenso por lo sucedido, ordenaba un té para tranquilizarse a una de las recepcionistas.

Mientras que Brandon estando confundido por lo que había dicho y hecho se iba al bar del restaurante, sentado en la barra ordenaba un whisky doble en las rocas, se ponía a pensar que todo lo estaba haciendo mal y por impulso; cuando le sirvieron su whisky se lo bebió de sorbo, pidió otro igual, siguiendo perdido en sus pensamientos; recibía una llamada local de teléfono público en su celular, él molesto respondió. – ¡Diga!

– Al otro lado del teléfono Orlando le decía. – Brandon mi amor.

– Brandon enojado le dijo. - ¡Te dije que me dejaras de joder! ¡Ya te dije que me olvides y vivas tu vida como se te plazca! ¡Nunca me oyes nunca me fijaré en ti! ¡Nunca!

– Orlando un poco triste le dijo. – Sólo quiero que me des una oportunidad, solo una.

– Brandon exclamó. - ¡Nunca! ¡Nunca!

– Orlando apretó su puño y con voz triste le dijo. – Por favor Brandon, te lo suplico.

– Brandon se bebió de golpe el whisky y le dijo. - ¡Te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir! ¡Deja de joder, vive tu miserable y maricona vida, se feliz y déjame a mí de chingar! ¡Por mi púdrete!

– Orlando preguntando con sentimiento. - ¿Qué te hice para que me odies tanto? Éramos tan buenos amigos.

– Brandon ordenó otro whisky, respiró un poco y le reprochó. – ¡Tú mismo lo has dicho, éramos tan buenos amigos, éramos, pero ya no! ¡Gracias a ti he tenido sombras de duda en mi ser, por tu maldita y mísera culpa! ¡Te odio tanto, ojala te vayas al infierno por ser un maldito maricon! ¡Hasta nunca!

– Brandon cortó la llamada, dejando a Orlando con las palabras en la boca, derramó unas lágrimas y dijo. – Si me desprecias para ser feliz con Aranza, prefiero que sufras… Aranza no te merece, yo sí… Yo sí…

- Orlando sentía mucho amor por Brandon, mucho aprecio por él; él tenía las ganas de amarlo y que él también lo amará, pero su amor lo cegó mucho y lo transformo en otro, pues el sentimiento se convirtió en una obsesión haciéndolo viajar del extranjero a Tuxtla Gutiérrez para así hablar con él frente a frente.

En tanto Aranza bajaba triste y desanimada a recepción a buscar a Mirna, pues necesitaba una amiga con quién desahogarse; el verla ella se puso frente de ella y con los ojos cristalinos le pregunto. - ¿Podemos hablar?

– Mirna desconcertada al verla así le respondió. – Sí, si claro, ven vamos a la sala de juntas del hotel, ahí podremos hablar mejor y en privado.

– Julián quién estaba con Héctor y parte del grupo en la sala del lobby las miraba, percatándose que Aranza estaba un poco triste y desanimada, él se preocupó mucho, pero como prometió guardar respeto al matrimonio, decidió no averiguar el porqué de las cosas, aunque moría de ganas por ayudar a Aranza y saber que le sucedía, pues Julián aún siente amor por ella.

Estando Mirna y Aranza a solas, ella la abrazó y se puso a llorar diciéndole. – Amiga, mi matrimonio se está apagando… No sé qué le sucede a Brandon, anda muy extraño… Me duele saber que me está dejando… Me duele mucho…

- Mirna nerviosa tratándola de consolar, le dijo. – Seguramente es el estrés, seguro es eso…

- Aranza incorporándose, se limpió las lágrimas y le dijo. – Seguramente es una mujer, ahorita que me pongo a pensar, le descubrí una camisa manchada de maquillaje, oliendo alcohol y cigarro…

- Mirna nerviosa le dijo. – Aranza, tu esposo jamás te engañaría.

– Aranza le respondió con la mirada triste. – Conozco a Brandon, sé que él era un mujeriego de lo peor, aun así me enamoré de él, sé que él me comenzó a querer y cambio por mí, pero sino es una mujer, ¿Entonces porque me evita?

– Mirna muy avergonzada le contestó. – Creo saber porque Brandon actúa de esa forma.

– Aranza desesperada le pregunto exclamando. - ¡¿Qué es, dímelo?!

– Mirna muy apenada y al saber el daño que se había causado en el matrimonio, le dijo. – Sólo pido que me perdones y me disculpes, pero es muy serio…

- Aranza se asustó y le dijo. – Lo que sea dime, sabré controlarme, por mi bien y por el bien de mi bebé.

– Mirna le preguntó. - ¿Estas embarazada?

– Aranza agarrándose el vientre le respondía con una sonrisa. – Pues tengo la sospecha de estarlo, tengo un leve retraso, pero dime lo que debas decirme.

– Mirna apenada le decía. – No, no debo, no en esas condiciones.

– Aranza desesperada le decía. - ¡Por favor, por favor dime! ¡Quiero salvar mi matrimonio y debo saber qué razón es lo que hace que mi esposo se distancie de mí!

– Mirna apenada, demasiado arrepentida, derramó una lagrima y le comenzó a platicar las cosas, todo lo que pasó entre ella y Brandon hace tiempo, lo que intento hacer en días pasados y lo que hizo Brandon para que ella no le dijera nada y pudiera permanecer callada.

Mirna se arrodillaba pidiéndole perdón a Aranza después de decirle toda la verdad.

Aranza enojada la miraba y exclamaba. - ¡Que estúpida fui! ¡Cómo no me di cuenta que tú Brandon y mi Brandon eran el mismo! ¡Pero que estúpida fui! ¡Y tú fingiendo ser mi amiga para quererme quitar a mi marido, diciendo que era tuyo! ¡Eres una zorra!

– Aranza enojada le daba dos cachetadas a Mirna, una en cada mejilla teniéndola arrodillada.

Mirna llorando agachaba la cabeza diciéndole. – ¡Perdóname por favor! ¡Te lo suplico, perdóname!

– Mirna suplicaba perdón sincero, pues se había dado cuenta que Aranza era una gran mujer que en realidad amaba con toda el alma a Brandon y que era digna de tener su cariño.

Aranza estaba furiosa y decía. - ¡No puedo creer que sea tan estúpida y hayan abusado de mi amor! ¡Brandon me va a oír!

– Mirna hincada sujetó a Aranza de las piernas diciéndole llorando. - ¡Perdóname por favor Aranza, perdóname!

– Aranza enojada le decía. - ¡No perdonaré a la mujer que fingió ser mi amiga para tratar de alejarme a mi marido! ¡Aléjate de mí zorra!

– Mirna levantó la cara y Aranza furiosa le dio un puñetazo en la boca, haciendo que ella cayera al piso con la boca sangrando.

Aranza furiosa salía de la sala de juntas dejando a Mirna tirada en el suelo llorando.

-¡Vaya narrador! Mi preciosa es algo brava cuando se enoja.

– Pues sí, Aranza lo que tiene de buena lo tiene de brava.

– Auch… Recuerdo que a mí me cacheteo ese día, espera… Ese día también llegaron mis suegros, mi madre y mis hermanos al hotel muy alarmados, pero no recuerdo con exactitud que sucedió…

- Brandon no te esfuerces en recordar, todo a su momento, continúo…

Orlando de forma misteriosa ingresaba al hotel Petrilli, pero su forma de entrar causaba sospecha al portero quién lo miraba caminar directo a recepción, estando ahí pedía hospedarse en una habitación sencilla, una vez al estar registrado, procuraba que no lo viera nadie para ingresar a su habitación; Héctor y Julián quienes seguían conversando se percataban de la presencia de Orlando en recepción y de que actuaba de una forma rara y sospechosa, entre ellos se preguntaban el porqué, pero no les dio la curiosidad suficiente para averiguar quién era.

Orlando de forma discreta preguntaba a una de las señoritas. – Disculpe, ¿Aquí se encuentra Brandon Petrilli?

– La recepcionista le contesto amablemente. – Sí, junto con su esposa.

– Orlando agradeció y pensaba. - Al fin mi amor, podremos hablar frente a frente.

– Orlando preguntó nuevamente curioso. - ¿Sabe dónde lo podré localizar?

– La recepcionista no supo decirle y continuó sus labores.

Él intrigado se daba media vuelta para ir al elevador y subir a su habitación junto con los botones, pero al ver a Aranza salir del pasillo muy enojada y llorando, se preguntaba él. - ¿Qué habrá pasado? ¿Qué sucede?

– Orlando muy apresurado dijo. – Adelántense a la habitación, dejen mi equipaje y les pagaré su propina en unos instantes.

– Los botones se llevaron las maletas de Orlando, mientras que él muy curioso siguió a Aranza.

Mientras que Julián y Héctor veían pasar a Aranza enojada y llorando, desconcertados se preguntaban qué sucedía, también se percataban que Orlando seguía a Aranza de forma cautelosa.

Orlando camino hasta la entrada del restaurante, vio que Aranza caminaba a prisa y decida rumbo a la barra del bar; se percataba que entre Aranza y Brandon comenzaban a discutir, nervioso decía. – Que este sea el fin, que este sea el fin, que se termine su matrimonio.

– Brandon tambaleándose salía presuroso del restaurante y Aranza tras de él.

Orlando al ver que se aproximaban se ocultaba detrás de un muro y escuchaba la discusión.

El matrimonio comenzó a discutir muy cerca de la entrada del restaurante, Aranza le reclamaba las cosas que Mirna le había confesado y Brandon bastante ebrio pero cuerdo, le aseguraba que lo había hecho pero que fue tiempo atrás y que jamás se volvería a meter con ella.

Orlando se sorprendía por lo que escuchaba, discretamente decía. – No cambias Brandon, no cambias.

– Ocultó continuó escuchando que entre gritos y reclamos Aranza cacheteaba a Brandon diciéndole. - ¡Eres un maldito infeliz!

– Brandon agarrándose la mejilla le decía que no era nadie para reclamarle, que toda la culpa era de su padre y de Orlando; Orlando atónito se quedaba al escuchar que lo culpaban.

Aranza desconcertada preguntaba. - ¿Qué tiene que ver Orlando en todo esto?

- Fue ahí que sin importarles que la gente los mirara; Brandon le soltaba todo, contestándole a su pregunta y diciéndole las cosas que sucedieron en su despedida de soltero y lo que había pasado con Federico.

Provocando así que Aranza cacheteara varias veces a Brandon diciéndole. - ¡Me das asco! ¡Eres un maldito pervertido! ¡Un maldito infeliz pervertido!

– Orlando al enterarse que Brandon se había metido con otro hombre salía detrás del muro diciéndole enojado. – Conmigo no quisiste nada, pero con ese tal Federico sí verdad.

– Brandon al ver a Orlando se sorprendió demasiado que hasta lo ebrio se le bajó, mientras que Aranza furiosa les decía. - ¡Son unos malditos, los dos!

– Brandon exclamó. - ¡¿Qué haces tú aquí?!

– Orlando rabiando de celos e ira le dijo. - ¡Venía hablar contigo sobre nosotros!

– Brandon exclamó enojado. - ¡No hay nosotros entiéndelo!

– Aranza llorando decía. – ¡Los dejo para que hablen!

– Orlando detuvo a Aranza del brazo diciéndole. - ¡Tú de aquí no te vas hasta que quede todo aclarado!

– Brandon al ver a Orlando agarrar a Aranza de forma violenta, él enojado lo empujó de tal manera que Orlando cayó al suelo.

Brandon le exclamó. - ¡No vuelvas a maltratar a mi esposa! ¡Nunca me oyes!

– Aranza agradeció a Brandon, pero no olvidaba lo que había confesado, Brandon y Aranza se daban media vuelta cuando Orlando muy enojado y con rencor se levantaba del piso, al ver unos cubiertos sobre una mesa, camino rápido y agarro el cuchillo.

Él se dirigió muy rápido hacía ellos y grito. - ¡Aranza!

– Ella se volteó y…

-¡Ahora recuerdo todo!, Orlando, Aranza y yo discutíamos, él decía que había echado a perder nuestra luna de miel a propósito, que quería que nuestros planes no se dieran como lo teníamos contemplado, él por su obsesión hacia mí había hecho eso al apresurar las cosas con la comisión nacional de turismo.

– Brandon, estas mal ya que Orlando en verdad te amaba, en verdad sentía amor por ti, pero fueron los hechos que hicieron que él se pusiera así, aparte que ibas a saber tú que Orlando por amor te buscaría y se enteraría de su situación.

– Bueno ahora que recuerdo lo que paso, ¿Me permites narrar a mí?

– Claro Brandon, te dejo el campo libre.

– Bien muchas gracias, pero espero me puedas responder lo que me tiene en duda, ¿Por qué sigo aquí? No he podido hablar con Aranza y esto me da miedo, solo escuchar tu voz sin saber quién eres…

- Descuida Brandon todo a su tiempo, pero por lo mientras sigue, después de que cuentes lo que pasó, yo te diré quién soy.

– Bueno de ser así… 

- Orlando muy enojado con el cuchillo en mano gritaba el nombre de mi esposa, ella volteaba a verlo y asustada me gritó, yo iba a unos pasos delante de ella, cuando regrese mi mirada atrás, Orlando de forma fuera de sí la tenía sujetada del cuello, con el cuchillo en su abdomen, me alarme mucho y trataba de hablar con él, de hacerlo recapacitar de que lo que estaba haciendo estaba mal.

- Aranza mi preciosa Aranza se empalidecía, la gente que estaba en el restaurante y el bar gritaba del susto ante semejante escena; que aunque no lo crean era una escena de novela, la protagonista secuestrada por el villano y el galán tenía que hacerle de héroe para rescatar a la víctima.

- Orlando estaba fuera de sí, me decía que me amaba, que me quería, que era con él con quién debía serle infiel a mi esposa y no con Fede, era con él con quién debía de despejar las dudas que me atormentaban; pero cuando le dije que no debían de ser las cosas así, más se enojó, se alteró y dándose la vuelta, se llevaba a Aranza de rehén.

- Uno de los meseros daba aviso a la recepción que se pusieran en alerta por lo que sucedía, la policía ya había sido avisada pero tardaba en llegar, había mucho alboroto en el lobby, Julián y Héctor se cercioraban que era lo que pasaba, al ver el suceso, Héctor le avisaba a Federico lo que acontecía.

- ¡Ahora lo comienzo a recordar a la perfección! Puesto que en el lobby habían llegado mis hermanos, mi madre y mis suegros, nos buscaban de urgencia a Aranza y a mí para hablar sobre los planes que mi padre tenía y sobre el contrato nupcial que se realizó, también querían impedir que Aranza firmara los documentos finales y evitar que se concretara la fusión de ambas cadenas hoteleras, pero al saber lo que sucedía, se habían puesto más histéricos de lo que ya estaban desde un principio.

- Orlando salía del pasillo directo al lobby del hotel, las recepcionistas gritaban de los nervios, mis suegros pedían de favor que no le hicieran nada a su hija, Julián trataba de ayudar pero era imposible, ya que Orlando no estaba jugando y estaba hablando en serio; fue cuando apareció él, mi bello y precioso Federico, con pistola en mano apuntaba a Orlando, le decía enojado. – ¡Suelta a Aranza!

– Orlando al verlo con mucha rabia le decía. – No pienso soltarla, merece morir.

– Mis hermanos y mi madre estaban muy asustados, mis suegros igual al ver a su hija en riesgo, bueno todos los que estábamos presentes teníamos mucho miedo, hasta yo.

- Héctor aprovechando la distracción y el temor que le era sembrado a Orlando intentaba ayudar.

- Fue en ese instante cuando me daba cuenta que yo era una mísera mierda, que todo lo que había hecho tenía una consecuencia y era lo que estaba pasando; provoque la furia de Orlando al no ser correspondido como él quería, el haber jugado con los sentimientos de un buen chico que era Federico, al dañar un corazón y una belleza sin igual como la de mi esposa Aranza, al ilusionar a una mujer luchona y trabajadora como lo es Mirna.

- ¡Todo, todo pasaba por culpa mía, fue mi culpa, mía y de nadie más!

- En un abrir y cerrar de ojos, entre tanta tensión se escucharon unos disparos, yo comencé a sentir un calor inmenso en mi espalda, luego giré para ver qué pasaba y fui sintiendo un calor inmenso en mi pecho y abdomen, me caía al piso viendo la cara de asombro de muchos, los gritos de auxilio, las miradas paralizadas de las personas allegadas a mí, me refiero a mí familia.

- Me alegraba saber que no había cumplido el cometido de mi padre al hacer que Aranza firmara el convenio, podría decir que yo moría en paz, pues con mi vida pagaría lo que tanto mal hice a esas personas mencionadas.

- A lo lejos escuchaba unas voces que se iban disminuyendo, sentía mi corazón latir con menos intensidad, un ardor y un calor terrible en mi espalda, pecho y abdomen, un gran charco de sangre sobre el piso, dónde yo me encontraba tirado, comenzaba a sudar frío y cerraba lentamente mis ojos.

- Mi vida pasaba frente a mis ojos y por mente; me daba cuenta que toda mi vida fue manipulada y manejada por mí padre, mi vida sexual había sido comenzada desde los 15 años porque él así lo quiso; me daba cuenta que viví siempre con confusiones, miedos e inseguridades; que yo mismo ocultaba por temor a que mi padre me dijera que no era digno de ser un Petrilli, mis ratos de sexo eran para liberar mi tensión y mi represión para conmigo mismo, me daba cuenta que era demasiado tarde para remediar las cosas; ahora despertaba aquí, donde me encuentro ahora, preguntándome, ¿Quién eres tú?

-Brandon recordaste todo con tranquilidad, al menos sabes que el culpable de todo esto no fuiste tú, sino tu padre al manipularte, espero seas fuerte y entiendas que esto paso por algo… Ahora solo queda esperar…

- Sí, queda solo esperar, ¿pero qué voy a esperar?

– Esperar la vida, la vida sigue.

– Pero yo sé que no hay vida después de la muerte.

– Sí la hay, debes creer en eso…

- No, no merezco una segunda oportunidad, ¿Para qué?

– Brandon como preguntas que para qué, eres fuerte, te diste cuenta de las cosas, vamos se fuerte.

– No soy fuerte, por primera vez admito que no lo soy, siento mucho miedo, mucho, mucho miedo, mucha soledad…

- Lucha por tu vida, no te dejes vencer.

- ¿Para qué luchar? Sí ya estoy muerto…

Luna de Miel.

¡¡Próximo capítulo el gran final!!

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