Gay, casos de la vida real.

Capítulo: “Pedro, Paul y Yo”

Hola a todos mis queridos lectores, bienvenidos a un nuevo capítulo de esta su ya gustada sección; recibí una historia sorpréndete, excitante y  creo que la fantasía; o al menos eso pienso; de algunos de nosotros; bueno, sin darle más vuelta a esto, les dejo con este relato que Mario envió, ojalá les guste; de igual forma les invito a leer los demás capítulos de esta sección en donde varios relatan sus experiencias sexuales; saludos.

Hola, que tal, soy Mario, tengo 19 años, soy pasivo y gay de closet, ojos grandes café oscuro, mido 1.75, 60 kilos y soy moreno claro, cabello corto negro y me dedico a la gimnasia; trato de conservar la masculinidad de vez en cuando, pero cuando se puede joteó un poco, jaja; bien pues en mis entrenamientos, siempre, siempre soy de los que me quedo a practicar una hora o dos más a lo mucho, lo hago para sacar y desahogar mi frustración por ser gay de closet y de no vivir una vida normal; eso ya es muy aparte, son mis problemas existenciales; no soy virgen, mi última y primera vez con un hombre fue con un compañero de gimnasia en un viaje, hace un año y medio en Puebla; a dicho compañero no lo volví a ver jamás, se llevó un poco de sangre y excremento en su pene, de la brutal y gran cogida que me dio; de acordarme me excito y suspiro jeje.

Bueno, les cuento que en el gym donde entreno, también practican los chicos de basquetbol; uno de los chicos me gusta, se llama Paul, güerillo, cabello corto castaño claro, ojos miel; que chico tan ágil, alto como 1.87, piernas y brazos firmes; es un muchacho sensacional y tiene muchas admiradoras; edad, 23 años, es hijo del entrenador Pedro; en las duchas trato de no verlo mucho, por temor a delatarme con él sobre mi sexualidad, pero ese día no pude evitar verle.

Siendo las 3 de la tarde, mi hora de salida, decidí ingresar a las duchas para enjuagarme un poco; con lo modoso que puedo ser, me da miedo y asco pescar un hongo o infección en las regaderas del gym; pero eso que les importa, lo que les interesa son los hechos jeje, esta bueno pues, a lo que voy; entraba con sandalias y mi toalla sobre mi hombro, usando un short entallado color azul; y pues, abrí la llave del agua caliente de la regadera del fondo y comencé a mojar mi cabeza, justo en ese momento, me giré y ¡oh sorpresa!, estaba ahí Paul, iniciando el baño; nervioso me voltee no sin antes admirar ese pene de unos 14 cm flácido y con una capucha divina, con un poco de vello al color de su hermoso cabello.

Rápido me inicie a lavar mi cabeza y en eso, él se me acerco diciendo. – Amigo, ¿me podrás pasar tu shampoo?, no traje el mío.

– Me voltee y me sonrió diciendo. – Anda wey, no seas mala onda.

– Me termine de enjuagar y cerrando la llave, me dirigí hacia él y le di la botella, diciendo. – Ten, ya acabe de usarlo.

– Él me vio nervioso, me sonrió y frotándose su pene, dijo. – Gracias, te lo paso enseguida, te debo una carnal.

– Se dio la vuelta y yo me quede nervioso, anonadado, impactado; me vi súper obvio al bajar mi vista y verle ese miembro rico que debía estar en mi boca; continué mi baño, pero estaba muy nervioso y con curiosidad de seguirlo viendo desnudo.

Algo es cierto, de que los gays tenemos en su mayoría ese radar que nos dice “este si es gay”, “este es heterocurioso”, “este es bisexual”, “este de plano ni te le acerques”; por suerte, mi “gaydar” me indicaba que él era un heterocurioso, ¡y vaya que curioso!.

Terminé de bañarme, en sí sólo me quite el sudor y el talco de las manos; me estaba secando y en eso Paul, se giró, me detuvo con su mano y me preguntó. – ¿Cómo puedo pagarte ese favor?

– Justo al instante que me cuestionaba, con su otra mano se frotaba su pene que comenzaba a erectarse.

Bajé mi mirada, me mordí el labio y sonreí pícaramente al momento que tiraba la toalla al suelo, para seguido hincarme ante él, sustituir su mano por la mía e introducir su verga en mi boca.

Él reaccionó como típico hetero-curioso diciendo. – ¡No mames cabrón, puto no soy!

– Pero al sentir mi boca sobre su rico pene, sus pensamientos cambiaron y me sujetó la cabeza, guiándome en la mamada.

Él tensaba sus piernotas ejercitadas, apretaba las nalgas y contenía las ganas de eyacular; me apartaba y preguntaba tras sonrisa coqueta con mirada coqueta. – ¿Qué pasa?

– Él respondió algo agitado. – Pues que la mamas chingon, tu lengua acaricia rico y mis bolas están por reventar, el pedo es que me está gustando como lo haces y me da miedo querer repetirlo contigo.

– Sonreí, guiñé mi ojo y le hablé. – Descuida, si te gusta, tengo todas las tardes después de las seis libres, para que puedas sentir mi lengua acariciar semejante miembro.

– Él se rio, me tomo del cabello aún mojado y me hizo meterla de nuevo; succionaba suave, ligero, leve, cuidando los detalles de pellizcarle con mis dientes o lastimarle.

Hasta el fondo me lo metí, ese grosor y venas saltadas eran deliciosas, arqueaba como si quisiera vomitar, pero aun así más dentro me lo metía; lagrimeaba un poco y él un poco tierno, me quitaba las gotas y decía. – Así, así chiquito, hazlo, así que rico.

– Yo obedecía; ¡obviamente!, tenía ganas de probarle aunque sea su sudor, ¡este chico está muy rico!

Paul se echó hacia atrás y me dijo exhausto. – ¡No mames wey, que puto pinche rico mamas!, ¡hasta lo haces mejor que mi novia!, y dime, ¿te los tragas?

– Aquí les va un consejo a ustedes gays que desean conquistar y enloquecer a un “buga”, el consejo es, díganle que si se tragan los espermas, aunque su semen sepa horrible, ustedes cómanselos, saboréenlo, jueguen con su saliva el semen y tráguenlo, les aseguro que eso hará que su “heterocurioso” se vuelva adicto a ti y acceda a algo más sexual a futuro.

Yo le respondí seguro de mí y de lo que deseaba. – Claro que sí me los trago, más si es espeso y abundante.

– Él se agarró su miembro y jugueteándolo un poco me dijo casi jadeando. – Abre tu boquita chiquitín que ahí va tu leche.

– Obedecí, como todo un esclavo sexual, abrí mi boca, lo miraba disfrutar y con mi lengua esperaba ese chorro caer.

Unos segundos después con un gran gemido de satisfacción, expulso un buen, blanquecino, espeso y delicioso semen; fue la expulsión tan fuerte que me entro en la nariz.

Saboree el tanto que me cayó en mi boca y tras hacer una buena degustación le dije. – Vaya que rico te sabe, muy dulce y sabroso, gracias.

– Él suspiró, miro hacía la entrada y señaló diciendo serio. – Ahora te toca él.

– Aunque no lo crean, aunque no lo imaginen, aunque se lea fantasioso o irreal, pero ahí estaba pasado el entrenador; el padre de Paul; desnudo y masturbándose.

Mi reacción fue de “¡Qué vergas sucede aquí!”, puse mi cara de asombro y cuestioné. – ¿Qué pedo?, ¿qué hace aquí?

– Pedro, el entrenador, respondió con su voz masculina y grave. – Mira chiquito, te vi a través del espejo lo que le hacías a mi hijo, parabas tan bien ese culazo tan ejercitado, que se me puso dura; entre mi hijo y yo no nos prestamos la puta, pero esta será una ocasión especial, así que sin besos, sin nada, ponte en cuatro que te voy a coger perra.

– Pues sí estaba soñando, adelante, cojame, es más hasta reviéntenme el culo, hágame un queso en mis intestinos jaja; es qué sí, no inventen, era algo muy disparatado.

Siguiendo con la narración; miré a Paul, me sonrió y dijo. – Se me ha puesto dura de nuevo, ¿te cojo primero yo o él?

– Pervertido, algo lujurioso y con muchas ganas, respondí. – Los dos al mismo tiempo, ¿les parece un dos romano?

– Al ver las caras de confusión, me tome la libertad de explicarles a resumidas cuentas mi perversión, misma que les agradó a los dos, por eso, aunque estaban dudando en que me podrían lastimar o algo, les decía que no habría problema alguno.

Una vez que me dilaté el ano con mi mano; sobre la toalla mojada Pedro se recostó y yo me incorporé encuclillas, puse la punta de esa verga venosa, cabezona y peluda en mi ano, al par que Paul me puso su miembro en mi mano y juntando ambos penes, me los fui metiendo poco a poco; evitando tener contacto labial con cualquiera de ellos y claro lubricando bien con suficiente saliva de ambos.

El dolor era inexplicable, me punzaba el culo, aún me punza, pero fue tan delicioso, tan rico, tan, tan perverso, me sentí bien, satisfecho por dejar de ser virgen jajajaja, la verdad disfrute mucho, fue un dolor placentero, sufrible pero rico; ambos penes eran gruesos y casi, casi lloraba; fue una suerte que no entrará gente en esos momentos.

Posteriormente al dos romano, Paul me comenzó a penetrar con más facilidad y Pedro me daba una buena lavada de dientes con su cepillote de unos 19 centímetros; su hijo le ganaba por un centímetro, jeje; me dio una buena culeada tanto padre, como el hijo, ambos me nalgueaban, me escupían, me insultaban, me decían puta, zorra, guarra, golfa, me cacheteaban con sus vergas mi cara y me excitaban mucho; tanta fue la excitación que teniendo dentro la verga de Pedro en mi culo, eyaculé sobre los pies de Paul a quien le mamaba la verga.

Jamás olvidaré cuando Pedro dijo jadeando. – ¡Ahí te van mis hijos, tenlos, son tuyos!

– No sentía más que el desliz del “mete y saca” de su fierro; él antes de retirarlo de mí, me dijo en lo que yo estaba pujando de placer. – ¡Aprieta el culo para que no se te salgan, es turno de mijo!

– Ya saben, ahí estaba de complaciente, así que una vez fuera esa macana peluda, apreté esperando a que Paul me diera una buena batida de semen; como fue, Paul se movía duro, rápido, las gotas de sudor de ambos caían a mi espalda, la excitación era máxima; Pedro se continuaba acariciando su pecho fornido y sus manos de vez en cuando me abofeteaban mostrando la virilidad y dominio en mí.

Paul gimió tan rico, pero tan rico, que su padre con su verga semi-erecta, lanzó un sabroso jugo de riñón jaja… sí, me hizo lluvia dorada, que fue de lo más chingón que pudo pasarme, de pilón, también Paul me dio de sus miados, para luego de que ambos; tanto padre e hijo terminaran de preñarme.

Se dispusieron a bañarse por separado, yo me levanté, me regresé a la regadera dónde me había duchado, y en cada paso que daba, sentía el semen escurrir entre mis muslos así como los orines deslizarse gota a gota por mi piel.

Los tres, Pedro, Paul y yo, acordamos que después de esto, todo sería normal y como siempre; pero resulta que ayer, Pedro me pidió que se la mamara, porque a su esposa le da asco, y Paul terminó con su novia, porque desea experimentar una relación homosexual conmigo; yo encantado de tener al suegro y al hijo dándome verga diario jajajajajajajajaja…

Bueno, ese fue el breve relato que envió, así como pasaron las cosas, sucedió, todo fue breve, no dilatamos mucho, salimos los tres del gym casi a las 6, pero en ese lapso, los tres gozamos y aprendimos algo… Hasta luego y gracias, espero tomen en cuenta mi anécdota, saludos, que estén bien.

FIN.

Y bueno amigos, este relato me ha dejado con las ganas y deseos de pedir un buen pene ahorita en mi boca o culo, porqué si, se me antojo demasiado; antes de despedirme, quiero mencionar que mi cuenta anterior de FB fue inhabilitada por algún homofóbico, así que en mi perfil de TR, tengo ya la nueva dirección para estar en contacto con ustedes mis estimados lectores; ahora sí, que tengan un excelente día, saludos y gracias por leer.