Capitulo Seis.

Duerme mi amor.

Gabriel despertó, pues había dormido parte de la tarde y toda la noche, un poco más tranquilo, le dijo a Ángela.

– Necesito saber si ya saben las hermanas de Esteban lo sucedido.

– No tenía mucho que Ángela había llegado de la cafetería y le dijo. – Hermano, justamente ahorita que venía de la cafetería para acá, vi que estaban las hermanas de Esteban muy tristes y llorando desconsoladas.

– Gabriel con una mirada fija y perdida dijo. – Tengo que hablar con ellas, decirles lo mucho que lo lamento, por favor, pídele a una enfermera una silla de ruedas, necesito ir por favor.

– Ángela de inmediato dejando su café en la mesita, salió de la habitación para solicitar una silla de ruedas, tan solo unos minutos bastaron para que un camillero ingresara a la habitación con la silla, ayudándole a Gabriel, lo sentó y salieron a buscar a quienes fueran cuñadas de Gabriel, Ángela se sentía mal, pues veía muy deprimido a su hermano, el amor de su vida se le fue y aparte había quedado ciego, eso lo hundía más en la depresión. 

Ángela al ver a las hermanas sentadas en unas sillas llorando desconsoladamente, ella le dijo a Gabriel. – Ya estamos cerca, están sentadas, muy tristes por lo sucedido, ¿quieres que hable por ti?

– Gabriel seriamente le dijo. - ¡Estoy ciego no mudo! Yo quiero hablar con ellas.

– Irene la hermana menor de Esteban mirando que se acercaba Gabriel con su hermana, diciéndole al oído a su hermana. – Aura, ahí viene Gabriel con su hermana y al parecer también está herido.

– Aura furiosa le dijo. - ¡Ya los vi! ¡Al menos él está herido, pero nuestro hermano está muerto! ¡Quien debió morir es él!

– Ya estando frente de ellas, Gabriel dijo. – Aura, Irene, lamento mucho la muerte de Esteban, fue un accidente terrible.

– Irene mirándolo triste le dijo. – Gabriel, no te lamentes, fue un accidente, no sabías que esto fuera a suceder, no fue el único que murió, varias personas más murieron en esa carambola en la autopista.

– Aura enojada dijo. - ¡Varias personas murieron y entre ellas mi hermano, todo por tu culpa idiota!

– Aura enojada se levantó del asiento y le dio tremenda bofetada a Gabriel, Ángela enojada trato de cachetearla.

Pero Irene se interpuso diciéndoles. – ¡Ya! ¡Ya, por favor, estamos en un hospital! ¡Compórtense!

– Aura se hizo a un lado, sentándose en otro lugar, Ángela la miraba y les dijo. – Mi hermano está sufriendo como no tienen idea, pues él ha perdido al amor de su vida, ese accidente también tuvo consecuencias graves para él, pues lo ha dejado ciego.

– Gabriel agarrándose la mejilla, derramaba lágrimas, desconsolado, a lo que Aura le dijo con desprecio. – Me alegra que estés ciego, ojala nunca recuperes la vista, es lo poco que te pudo haber sucedido, mi hermano pago con su vida, eso es algo que no se recuperará, espero y tu Gabriel, jamás recuperes la vista, ¡Jamás!

– Irene sorprendida le dijo. – Aura no seas tan mala persona, Gabriel sufre al igual que nosotras, no entiendo tu reacción.

– Ángela jalo la silla para llevarse a su hermano y él dijo. - ¡No, Ángela espera! ¡Tiene razón, merezco quedarme ciego! ¡Es más merezco morirme, si eso pudiera devolverle la vida a mi Esteban!

– Rompiendo en llanto, Gabriel se empezaba a golpear la cabeza, Irene y Ángela le agarraron las manos y le decían. - ¡Ya! ¡Gabriel ya, contrólate!

– Irene le decía, triste con los ojos llenos de lágrimas. – Gabriel, escúchame, los designios de dios, son difíciles de entender, tal vez él quiso a Esteban a su lado, dejándote a ti en la tierra por algo, recuerda que todo tiene un porque en la vida, debes ser fuerte, tanto a mi como a Aura nos duele la muerte de nuestro hermano, me duele verte a ti sufrir, pues tú lo hiciste feliz durante estos siete años de relación, lo hiciste salir adelante, valerse por sí solo, incluso elevaste su autoestima, llora lo que debas de llorar, Esteban está muerto, ya descansa en paz, solo nos queda ser fuertes, resignarnos y entender que la vida no está garantizada, así que aprovechemos siempre el momento.

– Irene abrazo a Gabriel y ambos se pusieron a llorar con un profundo y gran sentimiento, Ángela le tomaba de los hombros y también lloraba, Aura entre su odio e impotencia, sentía un profundo dolor por Gabriel y una tristeza inmensa.

– Después de llorar, una enfermera se acercó y dijo en voz alta. – Familiares de Esteban Arroniz.

A lo que Aura limpiándose las lágrimas dijo. – Soy su hermana mayor.

– Gabriel alzando su mano dijo. – Yo soy su novio.

– La enfermera dijo. – Bien, necesito que un familiar, firme unos papeles y verifique las actas de defunción.

– Aura se dirigió con la enfermera, Gabriel diciendo. – Ángela, quiero despedirme de Esteban, quiero tocarlo, quiero estar con él.

– Irene le dijo preocupada. – Gabriel, el cuerpo de estaban está en la morgue, no sé si te dejen entrar, a mí y Aura nos permitieron el paso, lo vimos y fue muy doloroso, verlo frio, morado y sin moverse.

– Gabriel sin impórtale eso dijo. - ¡No me importa, de que sirve que me digas eso, si no puedo verlo, ya no puedo ver! ¡Solo déjenme despedirme de él, se los suplico!

– Ángela no queriendo le dijo. – No, será mejor que regresemos a tu habitación a recuperarte.

– Irene le dijo. – Ángela creo que es necesario que se despida, pues saliendo de aquí con el cuerpo, nos iremos a la funeraria, lo velaremos y de ahí supongo yo lo cremaremos.

– Ángela le tomo la mano a Gabriel y le dijo. – Esta bien hermano, que te lleve Irene, yo me quedare aquí a espérate.

– Irene le hizo una leve sonrisa y llevo a Gabriel a la morgue, Aura que se acercaba preguntando. - ¿Mi hermana a donde va y con Gabriel?

– Ángela se volteó y le dijo en tono golpeado. – Lleva a mi hermano a despedirse del amor de su vida, espero no te moleste.

– Aura seria le dijo. – No, no me molesta, pues tiene derechos de despedirse de mi hermano, lo quiso aun sabiendo que tenía V.I.H y lo querrá aun después de muerto y siempre lo amará.

– Irene solicito permiso de entrar a la morgue, junto con Gabriel, les permitieron solo unos minutos ya que el cuerpo estarían por llevárselo, estando dentro, él le dijo. – Gracias, me podrías dejar a solas.

– Irene, sonrió y le dijo. – Esta bien, te dejare un rato, estaré aquí afuera tras la puerta.

– Ella se salió, dejando a él con el cuerpo inerte de Esteban, Gabriel con su mano quito la sabana que cubría el rostro de Esteban, su cara estaba morada, con varios raspones, golpes y unas cortadas, lo empezó a tocar de la cabeza y le decía. – Duérmete mi niño, duerme ya, duérmete mi niño, que yo estaré, cuidando tu sueño de todo el mal, duerme mi amor, duerme, descansa y sueña con los angelitos, que yo siempre, yo siempre estaré aquí.

– Derramando unas lágrimas, se incorporó sobre su pierna sana y guiándose con sus labios le dio un suave y delicado beso en sus fríos y morados labios, Gabriel llorando se tiró al suelo, haciendo ruido, lo que rápidamente entro Irene.

Al verlo tirado lo ayudo a levantarse y sentarse diciéndole. – Gabriel, ya vámonos, ya te despediste de él, déjalo descansar.

– Ella le volvió a tapar la cara y salieron del lugar, llorando Gabriel se sentía culpable, no podía imaginar el rostro de su amado inerte, por más que trataba de visualizar en su mente no pudo.

Al regresar con Ángela, ella se despidió de él y le dio un beso, Ángela le dijo a Irene. – Muchas gracias por dejar despedirse de Esteban.

– Irene le contesto. – Merecía darle el último adiós a quien hubiera sido su esposo.

– Aura que tenía las cosas personales de Esteban, saco de una bolsa de plástico unas pulseras, su anillo de plata, el anillo de compromiso y su collar con el dije de las iniciales de ellos.

Entregándoselos en la mano le dijo. – Aquí tienes Gabriel, mereces tener los accesorios de mi hermano, creo a él le hubiera gustado que te quedaras con esto, cuídate y se fuerte.

– Aura e Irene se dirigieron a otro pasillo, Gabriel agarrando los accesorios, soltaba un suspiro y le dijo a su hermana. – Llévame a la habitación, necesito dormir.

– Ellos se regresaron nuevamente a la habitación, donde al llegar, el doctor estaba por entrar a revisarlo, al verlos les dijo.

– Vaya, parece que usted ya se siente mejor, si es así, solo permítame revisarlo y valorarlo, si se siente en condiciones buenas, pues podrá salir mañana por la mañana de aquí.

– Gabriel volviendo a suspirar le dijo. – Da igual, salir o no salir.

– Ángela estaba feliz por lo que el doctor le había dicho, pero notaba que su hermano no estaba del todo contento, pasando a la habitación, se recostó en la cama y el doctor inicio la revisión médica.

¿Podrá Gabriel estar presente en el funeral de Esteban?

En los ojos del amor.