Capítulo Treinta y Cuatro.
Una cruel mentira.
Han transcurrido tres largos días los cuales han sido un martirio para Gabriel y debido a eso, se ha portado de manera cortante y un tanto agresiva con Erick, pues él está muy impaciente por saber cuáles son sus resultados de los análisis de las pruebas E.L.I.S.A y el Western Blot que se practicó. Aunque Erick trata de comprender a Gabriel de dicho cabio de actitud pues cree que se debe al exceso de trabajo, ya que han tenido durante esos días restaurante lleno y se debe de administrar sus horarios para también estar a cargo del SPA de las Arroniz, Erick no se molesta que Gabriel ande de ogro, al contrario lo apoya y quiere muchísimo, como dicen, puede más el amor que todo su carácter, aunque Gabriel se moleste, Erick siempre le saca una sonrisa en cada momento que lo siente muy tenso.
Luz ha estado tranquila pues está consiente que no está infectada del VIH, ella ha guardado silencio en no decir que Tulio tiene VIH, es por eso que se ha metido mucho en el trabajo cumpliendo como gerente del restaurante, ayudando a Gabriel y sobrellevando la situación con su primo Edson que se ha puesto muy exigente y bastante déspota, ella ha mantenido distancias con él, al igual que Alejo que lo mira con mucho desprecio y con rencor, Edson se divierte mucho haciendo daño, goza el sufrimiento ajeno y ya tiene todo planeado para vengarse de Alejo por tantos abusos y también la forma tan cruel y perversa con la que separará a Gabriel y a Erick, todo a base de una cruel mentira.
Al fin llegó el momento, muy temprano Luz ingresaba al hospital y pasaba al área de entrega de resultados de laboratorio.
Ella un poco nerviosa saco el comprobante de pago y dijo. – Buenos días señorita, vengo a recoger unos análisis.
– La joven le decía amablemente. – Si con mucho gusto, permítame su comprobante.
– Luz se lo entregó y la joven de inmediato empezó a buscar los sobres con los resultados, al encontrarlos le dio una hoja para firmar de recibido y dado por finalizado.
Luz sonriente dijo. – Muchas gracias.
– La joven solo le sonrió diciendo. – A usted, que tenga buen día.
– Luz caminando abriendo los sobres, nerviosa y con las manos frías, empezó a leer y al darse cuenta que los análisis daban negativo, ella brinco de gusto y camino para ver a su tía.
Tocando la puerta de su consultorio pregunto. – ¿Puedo pasar tía?
– Marcela contesto. – Adelante sobrina, pasa.
– Luz sonriente la saludo y dijo. – Buenos días tía, ya tengo los resultados.
– Marcela dijo alegre. – Buenos días sobrina, por lo que veo son buenas noticias, lo notó en tu cara.
– Luz le confirmo diciendo. – Si tía, muy feliz, los resultados dieron negativo, no tengo el virus.
– Marcela la abrazó y le dijo. – Bendito dios y bendita sea tu mamá en el cielo.
– Luz sonriendo con los ojos llenos de lágrimas dijo. – Mi mamá siempre me dijo que me cuidaría y protegería, y eso está haciendo.
– Marcela le limpiaba las lágrimas a Luz y le dijo. – Bueno sobrina, que te parece si vamos a desayunar, aquí a fuera del hospital venden unas deliciosas memelas y unos jugos de naranja buenísimos.
– Luz le dijo en tono suave. – Si con gusto, pero antes deseo pasar a ver a Tulio.
– Marcela en tono serio le dijo. – Sobrina lamento decirte que el horario de visitas es después de las 10 de la mañana, aun son las siete y media, anda vamos a desayunar aprovechando que comienzo a dar consultas a las once de la mañana.
– Luz sonriéndole accedió a salir con su tía a desayunar, ambas salieron más tranquilas y animadas del consultorio, para pasar a desayunar a las afueras del hospital.
En un lujoso carro del año, color negro, bien vestido y arreglado, llegaba Edson a trabajar, sonriendo a las personas que miraban y admiraban ese carro lujoso, Edson presumiendo se bajaba del carro y de forma discreta ingresó al laboratorio por la puerta de atrás.
Al ver a su compañera que estaba cansada pues había cubierto dos turnos, él le decía. – Vaya que carita tienes, ¿me podrás hacer un favor?
– La joven un poco cansada le dijo. – Cubrí dos turnos y estoy muerta en vida; ¿Qué favor es?, espero no sea trabajo.
– Edson le sonrió diciéndole. – No querida, trabajo para ti no es, simplemente que necesito que me des tu código de acceso a los resultados de laboratorio.
– La joven sorprendida le pregunto. - ¡¿Por qué mi código?! ¡Ocupa el tuyo!
– Edson de forma seria y agresiva le respondió. – ¡Lo necesito porque el mío no accede, desde ayer me presentaba fallas, anda necesito el tuyo!
– La joven desconcertada dijo. – Oye pero si ayer estabas vaciando resultados obtenidos a la base de datos; ¿Cómo es que no puedes ingresar?
– Edson la tomo de los hombros fuertemente y le dijo al oído. - ¡¿Por lo que veo quieres que te recuerde quien soy yo y quien eres tú, no es así?!
– La joven con temor a Edson, tomo un papel y lápiz y le apunto su código diciéndole. – Ten aquí está el código.
– Edson le sonrió diciendo. – Muy bien muchachita, vas entendiendo quien eres tú.
– La joven un poco somnolienta bostezaba varias veces, cosa que ponía más nervioso y tenso a Edson, que le dijo de forma grosera. - ¡Ay por favor muchachita, ve por un café negro en la cocina y deja de bostezar que me pones de nervios!
– La joven apenada y algo desesperada por el trato recibido de parte de Edson, la hizo ir por un café negro en la cocina del hospital y dejar solo a Edson.
Al quedarse a solas sonriendo decía. – Perfecto, más fácil no lo pude aplicar.
– Introduciendo el código de su compañera en la base de datos de la computadora, le dio acceso a los resultados de laboratorio que se habían practicado en días anteriores, únicamente él quería un solo resultado, el de Gabriel los cuales estaba por alterarlos, al ingresar se dio cuenta que ambos resultados de Gabriel arrojaban negativo, Edson sonriendo malvadamente, cambió el resultado colocando seropositivo en ambos resultados.
Riéndose de forma perversa decía. – Ahora si Gabriel, sino eres para mí, tampoco lo serás del infeliz del cara cortada.
– Edson dándole click en aceptar imprimió los resultados nuevamente y los coloco en sus respectivos sobres, mientras lo hacía se decía. – Bueno ahora a regresar las cosas como estaban, al fin de cuentas no sospecharan de mí ya que utilice el código de esa estúpida, si indagan quien hizo esto pues la culpa será tuya querida y no mía.
– Edson volvió a ingresar los resultados negativos en la base de datos, guardando la información y actuando como si nada hubiese pasado, agarro los sobres con los verdaderos resultados, guardándolos en su bata y colocando los falsos en su lugar.
Al ver que regresaba su compañera le dijo. – Ten el papel con tu código, gracias.
– Edson salió del laboratorio y la joven al ver que la gente se empezaba a amontonar le dijo. – Químico Edson, ¿No piensa ayudarme?
– Edson le grito. - ¡Tú puedes niña, si aguantaste dos turnos, uno más no te caería mal!
– La joven un poco chocada y molesta empezó a trabajar.
Mientras Edson se colaba a la cama dónde Tulio se encontraba, él entrando y al verlo conectado a muchas máquinas y aparatos le toco el brazo derecho y le dijo con voz suave y de forma lujuriosa. – Es una lástima que tú ya no sirvas como hombre, disfrute muchas veces estar sobre de ti, con tu pene dentro de mi ser, solo de imaginar ese delicioso pene que te cargas me excita y enciende, sabes Tulio te confesare algo en verdad me gustabas.
– Tulio movía su dedo pulgar del pie izquierdo, dando señal de que estaba despertando del coma y que lograba reconocer la voz de Edson, cosa que él no percibía, de una forma muy atrevida le toco el pene, lo masajeaba y Edson se excitaba al tocarle.
Él empezó a tocarse sobre su pantalón y decía. – Tulio, me encantas, ojala despiertes, muero de ganas de tener sexo contigo, estar sobre de ti, gimiendo y gritando de placer.
– Se le acercó a su boca y con su lengua le roso la barbilla, debido a que estaba intubado le fue imposible darle un beso, pero muy excitado y jadeando Edson dijo. – Sabes porque deseo que despiertes.
– Edson muy cerca del oído de Tulio le dijo. – Porque ya no tengo con quien coger, debo confesarte que Alejo en un principio abusó sexualmente de mí, pero fue tanto el abuso que me comenzó a gustar su forma de tomarme y poseerme, mi tío Alejo a sus cincuenta y cinco años es un hombre muy fogoso, claro no más que tú verdad, es una pena que vayas a quedar inservible.
– Edson sonriendo decía. – Sabes Tulio, debo felicitar tu intuición de detective, siempre estuviste en lo cierto, yo tuve que ver con la muerte de Eloísa, la muy estúpida me tenía tan harto que empezamos a discutir, una cosa llevo a la otra y termine por confesarle lo que Alejo me hacía desde niño, le vino un ataque y se desplomó al pie de las escaleras, claro antes de que sucediera eso le di un puñetazo, quien diría verdad, que dicho puñetazo haría creer que se cayó de las escaleras, pero ahí no acaba todo.
– Edson de forma cruel y despiadada le confesaba sus fechorías a Tulio, que reaccionaba poco a poco del coma.
Él metiéndole la lengua en su oreja, sonrió diciéndole. – La muy estúpida de Eloísa iba a quedar con problemas cerebrales debido a la falta de oxigenación, esa vieja me cae que tenía mucha suerte, pues no se murió con el ataque de asma, así que tuve que darle un empujoncito con la huesuda y le inyecte el veneno que descubriste cuando se cayó mi bata, la tetrodotoxina es buenísima, no deja rastro a simple vista, se necesita de un buen laboratorio para descubrir dichas células, me la despache directo sin escalas con la huesuda, aunque también hice lo mismo con mi abuela, aunque debo aclarar que su muerte me dolió muchísimo, pero sabía mucho, ella había escuchado el pleito con Eloísa y fingió estar dormida la infeliz anciana, también vio al malparido de Alejo violándome, es por eso que se desmayó, pero yo hice creer al imbécil de Alejo que mi abuela había sufrido un infarto, por eso aproveche cuando fue a solicitar la ambulancia para inyectarle una dosis del mismo veneno que le inyecte a Eloísa, vaya que la ruca si resistió llegar al hospital, pero al fin se murió.
– Tulio movía cada vez más los dedos de sus pies, Edson dándole la espalda no se percataba que Tulio abría los ojos y los cerraba fingiendo dormir.
Edson con lágrimas en los ojos se volteó diciéndole. – Te cuento esto porque no sé a quién contarle mis males, me siento solo, vació, sin amor, sin vida, necesitaba desahogarme, yo no soy mala persona, lo único que busco es amor, solo eso, amor, pero no me han sabido comprender y eso me duele.
– Edson hincándose con gran dolor y mucho sentimiento lloraba, sintiéndose mal; pero después de forma drástica, se levantó del suelo, cambiando su mirada dulce a una mirada de odio y de rencor diciendo. – Pero si yo no voy a ser feliz, tampoco lo serán Gabriel y el desgraciado cara cortada, es por eso que los resultados de Gabriel los altere para que parezca que él tiene VIH, soy todo un genio.
– Tulio comenzó a reaccionar, haciendo que los aparatos hicieran ruido y se encendiera la alarma de su habitación, rápidamente entraron unas enfermeras y Edson por los nervios agarro su historial clínico y comenzó a hojearlo, él al leer el informe médico de Tulio y ver que le habían diagnosticado VIH se alteró demasiado que tiró los papeles, saliendo corriendo de la habitación.
Las enfermeras se miraban una a la otra desconcertadas por lo sucedido, de inmediato entró el doctor a cargo, pregunto ¿qué sucedía? y las enfermeras le respondían lo acontecido.
El doctor al verificar la oxigenación dijo alterado. – ¡Rápido debemos intervenirlo de emergencia, la infección del brazo le ha llegado al hueso! ¡Y eso le está causando está fiebre tan peligrosa y si no actuamos rápido podrá morir!
– En un abrir y cerrar de ojos Tulio era transferido al quirófano, dándole aviso a Marcela que estaba regresando de nueva cuenta al hospital junto con Luz, Marcela al ser avisada por medio de un mensaje de texto a su celular, le dijo a su sobrina lo sucedido con Tulio, que sería nuevamente intervenido, porque se había agravado su salud, Marcela se fue a lavar y vestir para ingresar al quirófano, dejando a Luz en la sala de espera, muy nerviosa rezaba y se preocupaba por Tulio.
Edson alterado al haber descubierto que Tulio tenía VIH, muy nervioso se agarraba la cabeza y se preguntaba. - ¿Cuántas veces tuve sexo con Tulio sin usar condón? ¿Sera verdad?
– Edson muy asustado y preocupado se regresaba al laboratorio, sentándose frente al escritorio, ocupando la computadora, introdujo su código e ingreso de nuevo a la base de datos de los pacientes, desesperado buscaba el nombre de Tulio Villegas, al encontrarlo se sorprendió muchísimo al confirmar la enfermedad de él, muy desesperado lloraba.
Su joven compañera al verlo así pregunto. - ¿Te sucede algo?
– Edson de forma grosera le dijo. – ¡No, nada me pasa!
– Muy alterado Edson se salió de la base de datos, se quitó la bata dejándola tirada con los sobres de los resultados reales de Gabriel dentro de ella, él se salió metiéndose en su auto y se fue con rumbo desconocido.
Gabriel viajando en taxi de su casa al hospital, recibía una llamada a su celular.
Sorprendido respondió. – Si diga.
– Una voz femenina le decía. – Espere un momento por favor, el licenciado Huerta se comunicará con usted.
– Gabriel desconcertado esperaba en línea, unos segundos después, el licenciado Huerta dijo. – Buenos días; ¿Es usted Gabriel Cantú?
– Gabriel serio dijo. – Buenos días, si él habla, a sus órdenes licenciado Huerta.
– El licenciado le dijo. – Que bueno encontrarlo, bien pues, iré directo al grano, hablo de parte del instituto regional de bellas artes de Guadalajara, hemos tratado de comunicarnos con usted desde hace semanas, pero no hemos tenido suerte, gracias a las encardas de su restaurante “Pasión al sabor” que dicen conocerlo pudimos localizarlo.
– Gabriel sorprendido pregunto. - ¿Por qué se me buscaba?
– El licenciado le respondió. – Debido a la excelencia, estilo de pinturas y diseños que se encuentran en el restaurante en el que usted es dueño, la I.R.B.A.G le ha concedido una beca durante un año en Europa, para que estudie arte y diseño en una prestigiada escuela.
– Gabriel muy sorprendido y contento bajándose del taxi decía. – ¡No puedo creerlo! ¿Es en verdad?
– El licenciado le contesto. – Si, así es joven Cantú.
– Gabriel caminando unos pasos le dijo emocionado. – De aceptar, ¿Cuándo debería de partir?
– El licenciado le respondió. – A finales de este mes, o sea en tres semanas.
– Gabriel apresurado dijo. – Bien, pues déjeme pensarlo.
– El licenciado serio le dijo. – No lo piense mucho, tiene hasta el lunes por la tarde para confirmar, de denegar la beca se correrá y otorgara a la segunda opción.
– Gabriel indeciso dijo. – Bien, si tengo entendido.
– El licenciado le dijo. – Bueno el número que se queda registrado es el de mi celular, no me encuentro en el país me encuentro en Europa ultimando detalles de la beca, regreso este sábado, espero usted me llame y no deje pasar esta oportunidad, que tenga buen día.
– Cortando la llamada Gabriel estaba muy contento ante esta oportunidad, pero estaba entre un gran dilema, irse o quedarse; mientras pensaba, ingresaba al hospital.
Gabriel se dirigió a recoger sus resultados haciendo lo mismo que Luz hizo al recoger sus análisis, una vez teniendo los sobres, muy nervioso estaba por abrirlos, pero sin querer y por curiosidad giro la cabeza y se dio cuenta de que Luz estaba ahí sentada muy triste y llorando.
Él se le acerco preocupado preguntándole que sucedía, ella le platico lo que le había pasado a Tulio y él le hizo compañía durante varias horas a Luz, Gabriel se comunicaba con el capitán de meseros del restaurante para dejarlo a cargo por el día de hoy debido a que le haria compañía a Luz, dando instrucciones por teléfono, Luz se percataba de los sobres en mano que tenía Gabriel, él al finalizar la llamada, ella curiosa le preguntaba si se estaba sintiendo mal por los estudios que tenía en mano, él nervioso y tenso le contestaba que no le pasaba nada, un simple chequeo médico nada más, Luz sospechaba algo ante cierta actitud de Gabriel y su respuesta, pues los sobres se parecían mucho a los que le entregaron a ella del Western Blot y E.L.I.S.A, pero debido a la preocupación no quiso preguntar nada más.
Cinco horas más tarde, Marcela y el doctor a cargo caminaban para darle información de Tulio, Marcela saludo a Gabriel y se daba cuenta de los sobres, pero para no desviar el tema no decidió preguntar y le dio la palabra al doctor que opero a Tulio.
De forma muy seria les dijo. – Bien la cirugía fue todo un éxito, la infección está cediendo, pero hay algo que debemos informarle.
– Luz nerviosa siendo abrazada por Gabriel, dijo. – ¿Que le sucede? ¿Ya paso el peligro?
– El doctor serio dijo. – La infección que tenía le llego al hueso, hicimos todo lo que pudimos, pero lamentablemente no pudimos salvarle el brazo y tuvimos que amputarle el brazo izquierdo a su esposo.
– Luz preocupada y triste. – Santo dios, pero; ¿Esta consiente?
– Marcela muy seria le dijo. – Gracias a dios Tulio salió del coma, lo tuvieron que sedar debido a que…
- Gabriel pregunto preocupado. - ¡¿Debido a que?!
– Luz muy triste con ganas de llorar pregunto. – ¿Hay algo más verdad?
– Marcela suspiro y le contestó. – Lamentablemente si Luz, el accidente de Tulio fue muy grave, estuvo casi un mes en estado de coma, su cerebro está del todo desinflamado, no presenta parálisis alguna, pero desgraciadamente al regresar del coma, Tulio se dio cuenta que… pues… quedo ciego.
– Luz llorando era abrazada por Gabriel quien sentía agua fría recorrer su cuerpo, recordando que Tulio alguna vez le dio gusto saber que él se quedaba ciego y ahora la vida invertía los papeles, solo que a Gabriel no le daba gusto.
Él muy impactado pregunto. - ¿Alguna forma que recupere la vista?
– El doctor que opero a Tulio le contesto. – Lamento decir que no hay posibilidades, la infección viajo por su organismo y las altas fiebres que presentó durante este tiempo causaron daños irreversibles en su visión y también en sus testículos dejándolo estéril, aunque el joven quisiera tener hijos le sería imposible por el VIH.
– Luz pregunto. - ¿Puedo verlo?
– Marcela le respondió. – Lo siento, Tulio esta sedado como te lo contamos al saberse ciego se puso loco y tuvieron que dormirlo, mañana podrás hablar con él.
– Luz agradeció la atención brindada al doctor y a su tía igual, despidiéndose de ella Gabriel y Luz salieron del hospital, ella pidió a Gabriel que la acompañara hasta su casa, muy caballerosamente accedió y él acompañó a ella hasta su casa en taxi.
Luz muy triste le decía. – Gabriel, es muy triste lo que le sucedió a Tulio.
– Gabriel le pregunto abrazándola. - ¿Lo sigues amando verdad?
– Luz moviendo la cabeza dijo. – No, ya no lo amo, siento pena, lástima por lo que le sucedió, pero es como una lección que la vida le dio, tal vez así se dé cuenta de lo mucho que tuvo y lo dejo perder entre esas cosas yo.
– Ambos se bajaron del taxi y estando en casa, Gabriel dejó a Luz en la puerta y le pregunto. - ¿Quieres que me quede contigo?
– Luz le respondió sonriéndole. – Gracias Gabriel, eres muy amable pero no, así está bien.
– Gabriel le dio un beso en la mejilla y le dijo. – Te quiero mucho, no me gusta verte triste, está bien.
– Luz suspiro, abriendo la puerta de la casa le dijo. – Nuevamente gracias, por cierto, que guapo te has puesto, recuperaste tu cuerpo ejercitado que volvía locos a muchos, esa barba de candado te sienta bien y esos lentes protegiendo a esos hermosos y bellos ojos azules.
– Gabriel muy sonrojado le dijo. – Gracias por las flores, de hecho si baje de peso y recupere mi cuerpo, Erick me ha dicho lo mismo.
– Luz le dijo haciendo una leve sonrisa. – Merecen ser felices los dos, no dejes que nadie, ni nada los separe, juntos hasta el final, hacen una hermosa pareja.
– Gabriel le sonrió y dijo. – Gracias, tú también haces bonita pareja con mi hermano, ojala le des una oportunidad.
– Luz solo se sonrojo y le dijo. – Ojala y sea así.
– Gabriel despidiéndose se marchó caminando hasta su casa, dejándola en su casa.
Gabriel caminando entre las calles de la ciudad de México, decidió cortar camino y atravesó el parque donde se había perdido aquella ocasión de la tormenta para regresar a casa, reconociendo el parque por el ruido y los aromas, se detuvo frente a ese gran árbol y suspiro.
Un ligero aire le acaricio las mejillas y dijo. – Sea lo que sea, debo aceptar mi destino.
– Camino unos metros, sentándose en una banca, muy nervioso sacaba de su bolsa trasera los sobres doblados, los abrió lentamente y con muchos nervios, suspirando los leyó y al ver que decía seropositivo, su mundo se vino abajo, con muchas ganas de llorar, metió de nuevo los papeles en los sobres, miro al cielo y decidido, saco su teléfono celular y le marco a Erick.
Con un nudo en la garganta Gabriel dijo. – Gnomo, ¿Cómo estás?
– Erick le contesto sonriente. – Hace unos momentos bien, pero ahora que me marcas súper bien peludo, ¿Y tú amor?
– Gabriel aguantándose las ganas de llorar le contestó. – Bien gnomo, pensando en ti, que te quiero mucho y te valoro demasiado, sabes amor, le doy gracias a la vida por ponerte en mi camino, eres un ser muy valioso para mí.
– Erick al escuchar quebrantarse la voz de Gabriel pregunto. - ¿Gabo sucede algo?
– Gabriel suspiro y le contestó. – Nada amor, nada, es solo que te amo y que pase lo que pase siempre te voy amar, siempre, siempre.
– Erick sonriendo le dijo. – También yo te voy a amar y querer siempre peloso, eres mi vida, eres todo para mí, gracias a ti he vuelto a pintar y a diseñar, muchas gracias amor por inyectarme energía a mi vida.
– Gabriel haciendo una leve sonrisa le dijo. – Amor, yo soy quien debe de darte las gracias por brindarme tu apoyo y que siempre hayas estado conmigo en las buenas y en las malas, te amo mucho.
– Erick le mando un beso tronado en la bocina del teléfono.
Y Gabriel hizo lo mismo, derramando unas lágrimas suspiro y le dijo. – Debo colgar amor, pase lo que pase siempre te voy amar, ¿Quedó claro?
– Erick sintiendo una sensación rara le dijo. – Si amor, si yo igual siempre te voy amar.
– Gabriel sonriendo término la llamada, dejando a Erick preocupado por esa extraña sensación, poniéndose el celular en la barbilla se dijo. – Algo te pasa Gabriel, algo sucede y no me quisiste decir, ¿Pero porque?
– Erick con la duda y el sentimiento extraño continuó haciendo sus diseños aunque no muy tranquilo.
Gabriel llorando y mirando al cielo, atravesaba el parque, subiendo a un puente peatonal, se colocó de frente mirando y sintiendo la vibración de los carros al pasar por debajo.
Él llorando cerro los ojos diciendo. – Soy un verdadero cobarde, un verdadero y vil cobarde, perdóname Erick, pero no quiero que sufras y vivas con temor de que algún día te puedas contagiar de SIDA.
– Gabriel abrió los ojos y viendo que a lo lejos venían varios microbuses, se subió al barandal y respiro profundo agarrando valor para aventarse.
¿Gabriel se suicidará? ¿Edson logrará su cometido? Descúbrelo en los últimos capítulos de…
En los ojos del amor.
MUCHAS GRACIAS POR LEER, FALTA POCO PARA EL FINAL... QUE TENGAN BONITO DÍA.