CAPÍTULO 8

MENTIRAS

Cristian estaba en la universidad en reunión con maestros para la preparación sobre su tesis de la maestría, pero no lograba concentrarse debido a lo que Ileana le había dicho, que supuestamente ella estaba embarazada, las únicas ocasiones que habían tenido relaciones lo hacían con protección y la única vez que lo hicieron sin protección tenía más de un mes, se juraba así mismo que no podría convertirse en padre puesto que se habían cuidado a la perfección, entre que pensaba eso escribía en su celular mensajes de texto a escondidas de los maestros para Sebas, pero no le mandaba los mensajes por miedo a caer en la ridiculez o la cursilería, cosa que a él no le gustaba pues su forma de ser representaba a un varón muy rudo y agresivo, así que solo escribía y guardaba los mensajes y suspiraba al no poder mandárselos.

Mientras tanto en la prepa Sebastián estaba en el campo calentando músculos para practicar los 200 metros planos, ya que estaban a semanas de los eventos deportivos fase zona y de la escuela él y otros 2 compañeros participarían en dicho evento, el intenso sol provocaba que le diera somnolencia pero eso no impedía lograr el objetivo de entrenar, así pues Miren y sus amigas junto con Ileana practicaban ya que era el único equipo de voleibol femenil de la escuela y tenían que ponerle demasiadas ganas, entre pitazos, gritos y ordenes, los chavos se encontraban casi desfallecidos de tanto ajetreo, así pues dando las 5 de la tarde en punto finalizaron los entrenamientos; Ileana en el baño empezó a sentirse mal, tenía mareos y nauseas, al verla mal, Miren trato de ayudarla a pesar de lo que había sucedido, pero ella se reúso a recibir ayuda de Miren, le dijo.

– Déjame, no necesito tu ayuda, esto es normal, lo que me sucede.

– Miren tratándola de ayudar le dijo.

– Si, ya sé que esto es normal, la insolación es terrible, pero con agua fría en la cara se te bajara un poco eso.

– Miren se rio y le dijo. – No seas tonta, a eso no me refiero, a lo que me refiero a que esto que me sucede es normal en mi estado, estoy embarazada, voy a tener un bebé de Cristian.

– Miren se sorprendió y un tanto asustada exclamó. - ¡¿De verdad?! ¡Si lo que dices es verdad, debes avisarle a nuestra entrenadora, no puedes participar estando embarazada!

– Ileana, se puso muy seria y se echó un poco de agua en la cara, y se salió rápidamente de los sanitarios.

Miren se cambió y Sebastián desde afuera le grito. - ¡Miren, apúrate ya está Mateo esperándote!

– Miren salió con sus cosas en manos y ella preocupada le dijo a Sebastián. – Amigo, tengo que decirte algo que no estoy segura de que sea verdad, pero...

– Sebastián le quito la mochila deportiva y la miro preocupado diciéndole. – Es algo malo, dilo pero ya.

– Miren le empezó a platicar lo que había acontecido en el baño; Sebastián se sorprendía pero, a la vez, dudaba al igual que su amiga de que Ileana estuviera embarazada, pero por lo mientras la duda había sido sembrada.

Cristian quien había recibido una llamada de Ileana donde le pedía que se vieran para hablar sobre lo acontecido decidió buscarla; al hallarla, empezaron a platicar; Ileana le decía, que las cuentas eran claras, tenía poco más de 6 semanas de retraso, sin embargo Cristian, dudaba que fuera verdad ya que en ese tiempo se encontraba de vacaciones decembrinas y no había tenido contacto alguno con Ileana, aun así le dijo que se practicara una prueba, que tal vez era un error o problemas del estrés que habían causado un retraso; pero ella insistía en su embarazo, tanto que Cristian la tachó de serle infiel, a lo que ella muy enojada abofeteó dos veces a Cristian diciéndole, que de esa forma no la insultara, él le estaba diciendo que no estaba preparado para ser padre que era joven y que no tenía un trabajo, ni forma para poder solventar los gastos del bebé; Ileana le dio la opción de que se casaran, a lo que Cristian le dijo fríamente.

– Te recuerdo que estamos en el siglo XXI y hoy en día los padres se hacen responsables de los hijos sin tener que estar casados, así que puedo dudar que lo que dices del supuesto embarazo es una farsa.

– Ileana se enojó mucho que trato de golpear de nueva cuenta a él, pero este le detuvo la mano en el aire, y le dijo.

– No pienso caer en trampas de una niña caprichuda y posesiva como tú, quiero que me digas la verdad, estas o no embarazada.

– Los ojos de Cristian reflejaban duda, desprecio ya que jamás imagino que la chica con la que alguna vez disfruto un romance de 7 meses y con la que paso grandes momentos felices y divertidos se había convertido en un ser repulsivo y chocante; Ileana soltó en llanto y se le hincó diciéndole.

– Enserio, te juro por mi vida que si estoy embarazada, te lo puedo asegurar, mi amor por favor, no te pido más que me ayudes, este bebé no tiene la culpa de nuestros actos, ten compasión por este bebito.

– Cristian veía que decía la verdad, Ileana en verdad estaba embarazada, pero ¿qué hará con lo que siente por Sebastián?, él se encontraba entre dos corazones, en hacer caso a sus sentimientos o ayudar a Ileana.

- Ella se levantó del suelo y le dijo triste. – Comprendo que yo he tenido la culpa, y si sabes qué; tienes razón podemos cuidar al bebé sin necesidad de casarnos, es más, cuando tenga la prueba de embarazo laboratorista juntos le diremos a nuestros padres.

– Cristian la abrazo en un intento de consuelo y le dio un beso en la frente, Ileana lo abrazo entre sollozos al sentir ese beso, ella sonrió cruelmente y en su mente decía, sabía que ibas a caer, después de todo tienes corazón débil.

Tal parece que Ileana trata de retener como sea a un amor que por su culpa perdió, pero, ¿el destino hará que las cosas fluyan como debe ser?

Mientras que Miren y Sebastián, llegaban a casa, ya que Mateo les dio un aventón hasta allí, ambos tomaron un baño y trataron de relajarse, Sebastián estaba esperando ansiosamente una llamada o un mensaje de su enamorado, aunque ya sabía que era Cristian el enamorado, no quería adelantarse a otras cosas sin antes confirmar lo que ya era un hecho, Miren, quien estaba en su recamara se quedó profundamente dormida pues estaba muy exhausta, el entró a la recamara de su amiga y le puso sobre su espalda una ligera sabana; en eso el teléfono de Sebastián sonaba, era al parecer una llamada, el corrió de inmediato para contestar, creyendo que era Cristian, al ver el identificador, dio cuenta que era Donato, un poco decepcionado, le contesto.

– Hola, Donato, buena tarde que se te ofrece.

– Donato se percató del tono de voz de él era como si no quisiera charlar con él y le pregunto. - ¿Hable en mal momento?

– Sebastián cambio su tono de voz y se disculpó. – Donato perdóname, enserio no era intensión contestarte así, discúlpame.

– Donato calmado dijo. – Lo sé, lo sé, debes tener algún pretendiente rondándote y pues seguramente interrumpí.

– Sebas dijo un poco desanimado. – No, de hecho no tengo pretendientes, soy feo y aparte en el mundo gay el amor en si real y fijo no existe.

– Donato soltó una carcajada y dijo. – No seas tonto, no te desprecies, ni te hagas menos, eres un chavo muy bueno y noble, de gran corazón y con deseos y sueños que pronto cumplirás, pero no seas así duro contigo mismo, recuerda que el amor existe es cuestión de saberlo cultivar y que rinda sus frutos.

– Sebas un poco animado dijo. – Tienes razón en lo que dices, muchas gracias.

– Donato al saber que estaba más tranquilo dijo por el cual era su llamada. – Sebas, en si te hablaba para invitarte a salir, quiero que aceptes cenar conmigo, en el restaurante donde alguna vez solíamos cenar cada que cumplíamos meses de novios, ¿aceptarías salir conmigo?

- Sebastián dudando de esa invitación y después de una pausa de segundos contestó. – Gracias, en verdad muchas gracias, pero… ¿A qué hora nos veríamos?

– Donato se alegró con la respuesta positiva de él y le dijo. – A las 8:30 paso por ti, sigues viviendo dónde siempre, ¿verdad?

– Sebas contesto un poco molesto. – Tal parece que no pones atención a lo que hablamos ayer, recuerda que te platique que no estoy viviendo con mis papás.

– Donato apenado dijo. – Discúlpame, se me fue ese detalle, es la emoción.

– Sebastián le dijo. – Descuida, mira te mando la dirección por mensaje de texto, colgaré para cambiarme, me había puesto otra ropa al fin que no iba a salir, debo avisar a los padres de Miren que saldré, así que por favor se prudente.

– Donato acepto las condiciones y sin querer le dijo. – Gracias amor, yo sabía que no me rechazarías.

– Sebastián colgó, y empezo a dudar si salir con Donato era buena idea, ya que reconocía que le estaba dando alas a Donato para poder reconquistarlo, cosa que no era así, porque estaba profundamente enamorado de Cristian, aun así sabiendo si Ileana estuviera embarazada o no.

Cristian, en su recamara, estaba tocando la guitarra, muy desconcertado, no podía creer que se convertiría en papá y a muy temprana edad, y entre diversas partituras y letras de canciones estaba desesperado, por la confusión en la que se encontraba, no tenía absolutamente idea de lo que sucedería después; él mirando al piso derramo una lagrima, al ver la gota en el piso, pensaba mi fortaleza no es la misma, siento que ser así está mal, debo ser fuerte, debo serlo, pero no puedo, me he enamorado profundamente de alguien que es de mi mismo sexo, no debe ser así, yo solo buscaba satisfacer mi curiosidad, por eso rondaba a ese muchacho, sin saber que era Sebastián, de haber sabido desde hace meses que ese muchacho era Sebastián, debí haberlo dejado, no pensé que esto fuera a suceder, ¿porque?

Cristian soltó unas lágrimas, se tallo los ojos y decidió enviarle los mensajes a Sebastián, en su intento y la desesperación, uno a uno se fueron enviando, al ver que ya no había ningún mensaje pendiente, empezó a escribir en una hoja la frase de la pulsera de Sebastián, “Es cuestión del destino”.

Sebastián se estaba cambiando de ropa, ya se aproximaba la hora en que pasarían por él, y no estaba preparado, Miren lo ayudaba a verse bien, pero era notorio que él, no poseía las ganas necesarias para cenar con su ex así que le dijo.

– Amigo, si no deseas salir con Donato no lo hagas, avísale con tiempo y listo.

– Él le dijo. – No, aunque se me vea en cara que no quiero salir con Donato, debo hacerlo, no es malo salir en plan de amigos, además lo que hubo entre nosotros finalizó, ahora estoy seguro que pronto encontrare el amor pero no en él.

– Un clatsún se escuchó, se asomó por la ventana y era el carro azul de Donato; Sebastián, se despidió de los padres de Miren, puesto que ya estaban por dormir y ellos, le dieron una copia de las llaves del portón para que entrara sin problemas.

Así pues al salir Donato lo miro y exclamo - ¡Te has puesto más guapo de lo que eras antes!

– Sebastián le dijo apenado. – Gracias, me gustaría decirte lo mismo, pero no.

– Sonriéndole Donato le abrió la puerta a Sebas y le agradeció la caballerosidad, antes de arrancar el celular de Sebas timbro y le llego un mensaje diciéndole Quisiera saber que soy la mejor casualidad de tu vida, quisiera saber que soy un conquistador de tu boca.

– Sebastián suspiro al ver el remitente del mensaje pues era de Cristian, Donato se fijó en la sonrisa y los ojos enamorados de él, aunque ya estaba empezando a sospechar que Sebas tenía un enamorado, no se daría por vencido para reconquistarlo, en el transcurso rumbo al restaurante que estaba al otro lado de la ciudad uno a uno fueron llegando los mensajes, el segundo decía así.

– Cuando mires las estrellas acuérdate de mí porque en cada una de ellas hay un beso para ti.

– Sebas se emocionada mucho al leer los mensajes y Donato solo se incomodaba, pero seguía con firmeza en la lucha de reconquistarlo, el tercer mensaje llego y decía así.

– Mientras lo que yo sienta por ti sea puro, honesto, fiel y te haga feliz lo demás no importa, solo tú ser es mi centro de atención.

– Sebastián suspiraba y el 4to mensaje le llego diciendo. – Con besos de mermelada y abrazos de mantequilla, te envío todo mi amor envuelto en una tortilla.

–Al leer ese mensaje él se empezó a reír, le leyó el mensaje a Donato y él también se rio y le dijo.

– Tal parece que tienes a alguien cacheteando las banquetas por ti, ya vez niño, te decías ser feo y alguien esta perdidamente enamorado de ti, eso es bueno.

– Sebastián sonriendo miro su celular y un 5to y último mensaje le llegaba diciendo. – Si tus ideas llegan a mí, mis ruegos mitigaran el fuego de mi pasión a ti, calmaré la pena que me consume y de tu perfume impregnare a mi corazón y ser.

– Sebastián quedo perplejo ante semejante mensaje, él rápidamente le envió un mensaje diciéndole. -  Muchas gracias por todo lo que escribiste, pero al menos dime tu nombre, eres muy dulce y bastante romántico.

– Minutos después le contesto diciendo. – Lo que buscas está más cerca de lo que crees, pero no apresures las cosas para no echarlo a perder.

– Sebastián quedo maravillado con esos mensajes, ya sabía que esa persona era Cristian, pero como decía ese mensaje, no quería arruinar las cosas, por otra parte; Cristian en su cama dispuesto a dormir, miraba las estrellas pensando en Sebas y tomando una decisión que cambiaría su vida radicalmente.

Sebastián y Donato llegaban al restaurante, casi sin cruzar miradas, solo platicaban de los hechos relevantes del día, pero no sobre detalles de su vida y sin tocar el tema de los mensajes de texto que recibía Sebas en el transcurso de la casa al restaurante.

Mientras que Ileana en su recamara, no podía dormir, pues tenía que planear bien las cosas y desesperada decía caminando como loca de un extremo de la habitación al otro.

– Debo hacer algo, debo hacer algo, Cristian tiene que quedarse a mi lado, debe de quedarse a mi lado, no debo dejar que se vaya de mi lado, esa estúpida idea curiosa de saber lo que se siente besar a otro hombre no lo debe hacer, Cristian no debe hacer eso no debe, y si para eso debo inventar un embarazo lo hare, cueste lo que cueste lo hare, no me importan las consecuencias, pero sí de fingir se trata yo lo hare.

– Al parecer Ileana estaba perdida entre su soberbia y egoísmo, hasta donde es capaz de llegar una mujer con tal de retener a un hombre que no la ama, solo por el simple hecho de que su amor se ha convertido en una obsesión enfermiza.

¿Qué sucederá?

Rockeando al Destino.