miprimita.com

Es Cuestión del Destino. Capítulo 6

en Gays

Hola, mil disculpas, con un día de atraso les traigo lo prometido... Disfruten.

 

 

CAPÍTULO SEIS.

CANCIÓN DE CUNA.

 

 

Mientras Sebastián estaba en los trámites de su coche; Cristián se encontraba en la oficina ultimando detalles de la junta que mañana tendría, al igual que los múltiples asuntos laborales que lo hacían ponerse más estresado; él tomándose su café con unas galletas que su secretaría le había llevado, y esperando a que hiciera efecto la pastilla, se comenzaba a medio relajar de ese dolor de cabeza que le estaba por causar grandes molestias; pero eso no le quitaba que sintiera al igual que su marido cierta presión en el pecho, cosa que lo inquietaba demasiado, aunque se mantenía en sus actividades; su mente no dejaba de recordarle el pequeño conflicto con Sebastián sobre el tener otro hijo y las últimas palabras que él le había dicho, así como lo sucedido con Miranda momentos atrás en su oficina, también sobre el día tan pesado que sería el día de mañana.

La secretaría de Cristián al notar su desconcentración, le preguntaba un tanto preocupada. – ¿Sucede algo arquitecto?

– Él le respondía con seriedad. – No, no pasa nada.

– Suspiraba, guardaba una pausa momentánea y decía. – Bueno sí, sí me sucede algo, ese algo es porque tuve un problema con mi pareja, no me gusta discutir con él, nunca me ha gustado estar así, reconozco que en parte fue mi culpa, ¿no sé qué hacer?

– La secretaria amablemente le decía. – Es normal en todas las parejas, miré si me acepta un consejo, regálele un momento especial, llévelo al cine, a comer o tal vez a cenar, necesitan un momento a solas, por su hijo no se preocupen, con gusto puedo cuidar de él.

– Cristián sonreía y le agradecía. – Gracias, estaba pensando regalarle flores y chocolates, lo típico de cualquier pareja, pero su idea me es agradable; le tomaré la palabra sobre el cuidado de mi hijo.

– La secretaria se sonreía diciéndole. – Por supuesto que sí, del niño no se preocupe, lo cuidaré muy bien, solo de ver las fotos que decoran su oficina, usted adora mucho a su hijo, ¿Han pensado en adoptar otro hijo?

– Cristián incomodo respondía cambiando la expresión de su mirada. – Precisamente sobre eso hablamos esta mañana camino a su trabajo, pero él se molestó mucho por la idea que le había dado, en parte tuve la culpa, debo entender bien que el proceso de ser padres de la noche a la mañana sin estar preparados fue algo difícil; Adonaí fue como el embarazo inesperado, sólo que él ya estaba bien formadito; el simple hecho de cuidarlo un tiempo, nos hizo encariñarnos de él para que así tomáramos la decisión de adoptarlo ante la ley, fue un proceso difícil, pero en común acuerdo; ahora que quiero tener una niña con él, le pareció extraño, diferente, le disgusto la idea; sus razones debe tener y como su esposo, no supe preguntarle eso, le he dicho siempre que además de ser pareja ambos debemos ser buenos amigos y eso fue lo que se me paso hacer, me deje cegar por mi enojo y no preguntarle sus razones como el amigo que soy para él.

– La secretaría le sonreía diciendo. – Usted en la forma que me dice las cosas, su mirada cambia, su brillo se vuelve especial, de verdad ama con todo el corazón al doctor, usted mismo ha reconocido su error y creo que como las dos personas adultas que son ustedes, su pareja de igual forma ha de estar arrepentido y reconociendo en parte su propio error, porqué tampoco él se supo explicar y exponer sus razones de molestia con usted.

– La secretaría levantando las carpetas del escritorio le decía sonriente. – Ande arquitecto dejemos esto por concluido y ahorita mismo le comienzo a buscar un restaurante para hacer reservaciones dentro de un rato.

– Cristián suspirando, sintiéndose más aliviado decía sonriendo. – Mil gracias Lili, dos reservaciones para las cinco son casi las dos de la tarde, sirve que me da tiempo de pasar a recoger a mi hijo a la guardería y traerlo para que lo pueda usted cuidar, ¿No hay ningún inconveniente de que le tome la palabra?

– Lili la secretaría le respondía alegre. – Para nada, por mí encantada de cuidar a ese bello angelito.

– Cristián miraba la foto de su hijo en su escritorio y sentía una punzada en el pecho, comenzaba a sentirse raro, fue cuando su celular comenzaba a vibrar; la secretaria tomaba las carpetas acomodándolas en el archivero.

Cristián extrañado ante la llamada entrante de un número privado atendía seriamente. – Sí, diga.

– Al teléfono una mujer preocupada y con un nudo en la garganta, le decía. – ¿Hablo con el padre del niño Adonaí?

– Cristián respondía nervioso. – Sí, yo soy el padre de Adonaí, ¿Sucede algo?

– Al teléfono la mujer le respondía muy alarmante. – Señor le habla la maestra Isabel encargada de uno de los grupos de la guardería de su hijo, le informo que la directora y su auxiliar Nora se llevaron de urgencia al pequeño niño al hospital de manera inmediata, no sabría decirle el motivo por el cual se lo llevaron, pues salieron muy rápido y solo alcanzaron a pedir que se diera aviso a sus padres.

– Cristián al escuchar eso, se levantaba de inmediato de su asiento y exclamaba. – ¡Qué dice! ¡¿Dónde está?! ¡¿Dónde se lo llevaron?! ¡¿Qué hospital?!

– La maestra Isabel le respondía nerviosa. – Lo que escucha señor, su hijo fue llevado de urgencia al hospital pediátrico Juan de Dios, tiene escasos diez minutos que se fueron.

– Cristián demasiado alterado y preocupado exclamaba. – ¡Gracias por el aviso, por favor traten de comuníquense de inmediato con mi esposo Sebastián!

– Isabel decía nerviosa. – Por supuesto que lo haremos, descuide.

– Cristian cortaba la llamada y alterado tomaba su saco, su portafolio y por salir de la oficina le decía a Lili. – Lili, por favor cancele el plan de hoy, tengo una emergencia hijo fue llevado al hospital.

– Saliendo velozmente dejaba a Lili con la preocupación, la cual con carpetas en mano, decía. – Arquitecto, arquitecto, ¿qué le sucedió a su niño?

– Unos oficinistas y secretarías lo veían correr directo a tomar el elevador, los cuales quedaban atónitos ante la forma en la que se abría pasó Cristián; bajando al estacionamiento, corría pensando miles de cosas, imaginando infinidad de formas en la por las cuales su hijo fuera hospitalizado; manejando a toda velocidad, él iba sin precaución alguna, pues la vida de su hijo estaba en juego.

Sebastián ultimando detalles de su carro en la agencia, sentía una inmensa pesadez en su corazón, así como una inquietud desesperante, por la cual había realizado un volado para elegir el color miel de su carro; después de haber finalizado dicho acuerdo, él salía de la agencia con nuevo carro; a tan solo unas calles avanzadas, le vino una presión en su pecho, seguida de una llamada a su celular, mismo número que le marcó a Cristián.

Al cual respondía extrañado. – ¿Sí, diga?

– La profesora Isabel nerviosa preguntaba. – Disculpe, ¿Hablo con el Doctor Sebastián?

– Sebas, un tanto inquieto al volante respondía. – Sí, él habla, ¿Se le ofrece algo?

– Isabel decía nerviosa. – Le habla la maestra Isabel, de la guardería de su hijo…

– Sebas alterado interrumpiendo, decía. – ¡Le paso algo malo a mi hijo!

– Isabel nerviosa le terminaba de decir. – Adonaí fue llevado de emergencia por la directora y mi compañera Nora al hospital pediátrico Juan de Dios, le aviso para que vaya para allá.

– Sebastián muy alterado, demasiado histérico, esquivaba los carros acelerando, cortando la llamada, de inmediato se trataba de comunicar con Cristián; pero la llamada no entraba debido al sistema telefónico, por tal motivo era enviada a buzón hasta que a la de mil entró y él pudo comunicarse con su esposo.

A quién le decía preocupado. – Cristián nuestro hijo fue llevado al hospital, ¿Dónde estás?

– Cristián le respondía a prisa. – Sebas, mi amor, voy en camino, ya me avisaron, tranquilo, con cuidado y sin prisas; ¿Tú dónde estás?

– Sebastián bajaba la velocidad poco a poco al irse topando con un tráfico en una de las avenidas principales para salir directo al hospital; diciéndole alterado. – ¡Voy camino para el hospital, pero me vengo atorando en el tráfico! ¡Cristián, mi hijo está en peligro!

– Cristián a unos minutos de llegar, le decía para calmarlo. – Amor, amor, escucha, todo va a estar bien, maneja con cuidado, yo llegaré mucho antes que tú, así que tranquilo, aquí nos vemos, ¡Te amo!

– Sebastián sintiéndose un poco más calmado, le decía. – Cuando llegues por favor, te lo pido, no te apartes de él, cuídalo en lo que llego… ¡También te amo más!

– Cristián sonriendo un poco, le decía. – En un rato nos vemos amor.

– Finalizando la llamada, él seguía con el poco trayecto al hospital, en lo que Sebas seguía atorado en el tráfico.

Al llegar a urgencias, Cristián era visto por la directora, la cual muy apenada le decía. – Arquitecto, por aquí.

– Cristián angustiado exclamaba preguntando. – ¡¿Qué sucede con mi hijo?! ¡¿Dónde está?!

– La directora apenada respondía. – Lo único que puedo decirle es que Adonaí comenzó a llorar inconsolablemente, pues de un momento a otro, registro treinta y ocho grados de temperatura, por tal motivo fue traído de urgencia aquí al hospital, en estos momentos el doctor lo está revisando.

– Cristián asustado movía la cabeza y se comenzaba a aflojar el nudo de la corbata, diciendo. – Pero si en la mañana estaba bien, desayunó tranquilo y a gusto, ¿Qué pudo haber sido? ¿Quién está con él?

– La directora le respondía calmándolo. – Señor tranquilo, estará todo bien, Adonaí no quería entrar conmigo, así que Norita entró con él, descuide su hijo estará bien, mejor siéntese y esperemos a que el doctor salga.

– Cristián desanudando la corbata, la enroscaba, se desabrochaba dos botones y guardando su corbata en el bolsillo izquierdo; se sentaba diciendo. – Espero Sebastián este por llegar.

– La directora se sentaba junto a él para hacerle compañía para saber noticias del estado de salud del pequeño Adonaí.

Media hora después; muy alarmante Sebastián entraba a la sala de espera del área de urgencias, al ver a Cristián sentado, le gritaba. – ¡Cristián, mi hijo! ¡¿Dónde está mi hijo?!

– Cristian preocupado se levantaba de inmediato y la directora igual; él mostrando una cara muy preocupada, avanzaba hacia él para así poderlo abrazar de forma tierna, tomando su cabeza con una mano, y con la otra en la espalda le decía. – Aún lo están revisando, verás que nuestro pequeño estará bien, no hay porque preocuparse.

– Él se soltaba a llorar inconsolablemente diciéndole. – Soy un mal padre.

– La directora apenada se acercaba y le decía. – Doctor, usted no tuvo culpa alguna, su hijo estaba bien, pero de pronto se puso a llorar inconsolablemente y Norita se dio cuenta de que tenía fiebre, al ponerle el termómetro en su axila, arrojó que tenía treinta y ocho grados, por eso lo trajimos de urgencia, ahorita lo están checando y para que se esté más tranquilo, Norita está con él.

– Sebastián suspirando, decía entre sollozos. – Gracias por preocuparse, de verdad; pero sí soy un mal padre, no me di cuenta de lo que le pasaba, esta mañana lo bajé cargando, soy un mal padre un mal padre, soy un muy mal papá.

– Cristián lo abrazaba más fuerte, le daba un beso en la frente y le decía para calmarlo. – Amor, no eres mal padre, no lo eres, en todo caso yo igual lo soy, no nos dimos cuenta porqué en ese momento Adonaí se sentía muy bien; no sabemos que tenga hasta que el doctor salga a informarnos; anda mejor sentémonos, esperemos juntos.

– La directora disculpándose decía. – Los dejo a solas, iré a la cafetería, regreso, permiso.

– La directora se iba, siendo Cristián que le decía amablemente. – Claro que sí, adelante es propio.

– Sebastián y Cristián se sentaban; limpiándose la nariz Sebastián le decía triste. – Algo me inquietaba, sentía algo en mi pecho, un malestar, no sé cómo explicarlo, pero creí que era por la discusión que tuvimos por la mañana, así que por eso me mantuve lo más ocupado posible, pero aun así esta angustia me tenía muy mal, desconcentrado y en otro mundo; debí haber pensado en nuestro hijo.

– Cristián ofreciéndole su pañuelo le decía muy arrepentido. – Creo que ambos estábamos así, también me la pase inquieto, con angustia y cierta presión en el pecho, pensé lo mismo que tú, que era por nuestra discusión, de igual forma no hice caso y me traté de distraer excediéndome de trabajo para así sentirme distraído y olvidar esas cosas, pero esa inquietud era por Adonaí; así que si te dices que eres un mal padre, yo lo soy más, porqué tú eres un excelente padre, lo eres.

– Sebastián volteaba la cabeza, tomaba el pañuelo, miraba a Cristián a los ojos; su mirada se llenaba de lágrimas las cuales Cris con ambas manos se las limpiaba y le decía preocupado. – Lo que más he odiado en la vida, es verte llorar, me prometí siempre hacerte feliz, limpiar tus tristezas y eso haré, ven, llora entre mis brazos, anda, pero desahógate, pero que sea está la última vez que te veo así triste, ¿Me lo prometes?

– Sebastián lo abrazaba de una forma tan dulce; se dejaba rodear por esos torneados brazos con las mangas de la camisa remangadas hasta el codo, mostrando así sus vellos, y partes de sus tatuajes; soltándose a llorar él le decía. – Te lo prometo, de verdad, solo quiero que mi hijo esté bien, eso quiero.

– Cristián lo abrazaba con firmeza y le acariciaba la espalda con suavidad; en su mente se decía. – Dije que no te quiero ver llorar y lo voy a cumplir; con Miranda nunca sucederá nada, porque eso sería romper mi promesa y romper tu noble, dulce y tierno corazón.

– Las pocas personas en sala de urgencias, así como enfermeras, recepcionistas y doctores, se conmovían ante esa escena que se plasmaba en los asientos de la sala de espera; ellos después se miraban a los ojos y se daban un tierno beso.

Cristián con sus manos en las mejillas de él, le decía. – Perdóname por mi necedad e insistencia de querer tener un hijo biológico, perdóname por haber realizado las cosas sin consultarte, perdón por mis estupideces, perdóname de verdad amor.

– Sebastián tomaba las manos de él, las agarraba con delicadeza y le decía entre lágrimas. – No hay nada que perdonar, solo perdóname a mí por reaccionar de una forma que no iba, por decirte palabras hirientes y no saber expresarme bien, perdóname tú.

– Cristián soltando una lagrima y queriéndose hacer el fuerte, le decía. – No hay nada que perdonar, olvidémoslo chaparro, ¿sí?

– Nuevamente la pareja se abrazaba y suspiraban a espera de noticias sobre Adonaí.

Un largo rato pasaba; la directora les llevaba café a la pareja mientras esperaban; Cristián se sentía muy arrepentido por lo que pasó en su oficina con Miranda; pues él sentía que debía decirle sus inquietudes y dudas a Sebastián, aunque por el otro lado, sabía que sí lo hacía, él se enojaría mucho, rompería en llanto y sufriría demasiado; cosa que para Cris no le es nada grato, así que por tales motivos decidía guardarlo como secreto y hacerse muy fuerte de voluntad para no caer en la tentación por Miranda.

Sebastián después de tomarse el café, se había comunicado con sus hermanos y su mamá sobre lo sucedido, ellos se habían preocupado por Adonaí, a lo que Sebastián les decía que no se molestaran en cruzar casi toda la ciudad para estar en esos momentos, que cualquier cosa él les avisaba; de igual forma Cristián hacía lo mismo, dándoles informe a su familia sobre lo ocurrido, diciéndoles lo mismo que Sebas, que no vinieran hasta saber que pasaba; pues no deseaban que hubiera demasiada gente en la sala de espera estorbando; la pareja también vía mensajes rápidos les daban aviso a sus grandes amigos y padrinos de Adonaí, Miren y Mateo, quienes de inmediato deseaban estar con ellos, pero no podían porque no había vuelos disponibles de regreso a la ciudad; la pareja les escribían que no se molestaran en interrumpir su grandiosa luna de miel, que disfrutaran, que ellos brindarían informe alguno, sobre el estado de salud de su ahijado/sobrino.

Al fin, el pediatra salía a informar, un tanto serio preguntaba. – ¿Familiares del pequeño Adonaí aquí?

– Al escuchar eso, ellos se acercaban y Sebastián siendo sujetado de hombros por Cristián preguntaba. – ¿Cómo está doctor? Somos sus padres adoptivos, ¿Todo bien?

– La directora angustiada, miraba la cara del doctor y la mirada seria que reflejaba; ella imaginaba cosas y se ponía a rezar.

El doctor les decía en tono serio. – Bien, vengan por aquí.

– Dándoles paso por un pasillo, caminaban muy nerviosos y tensos.

El doctor les decía. – A la siguiente puerta, entren.

– Acatando lo dicho, cruzaban esa puerta y ambos se llevaban una sorpresa muy agradable, pues Adonaí estaba sentadito siendo cuidado por Nora, el pequeño sonriente, al verlos decía. – Papitos que bueno verlos.

– La pareja exhalaba y sonreían al ver al niño estable; ellos se fueron a abrazarlo y besarlo, demostrándole lo mucho que se habían preocupado.

Nora sonriendo les decía. – Los dejo para que estén con su hijo a solas.

– Sebastián con lágrimas en los ojos sonreía diciéndole. – Norita, mil gracias por cuidar de mi hijo, de verdad muchas gracias.

– Cristián relajado, decía. – Norita de verdad gracias, estamos eternamente agradecidos contigo y con la directora.

– Nora se sonrojaba y les contestaba. – No agradezcan, es parte de nuestra labor cuidar de los niños, ahora lo principal es que Adonaí ya está bien, los dejo para que el doctor les dé indicaciones.

– Adonaí al ver a Nora salir, decía sonriendo. – Gracias Norita

– Nora salía diciéndole adiós a Adonaí y él igual, se despedían por un momento.

El doctor mostrando gesto de felicidad les decía. – Son grandes padres, pero aun así, todo padre tiene o comete un error.

– Sebastián y Cristián apenados, decían. – ¿A qué se refiere? – ¿Qué clase de error?

– El doctor sacando su tableta electrónica, ingresaba a la base de datos del expediente médico del pequeño, dónde él les recordaba. – Bueno señores, en el expediente de su hijo, se tiene registrado que fue abandonado a tan solo una semana de nacido, reportó una fuerte bronconeumonía que a tiempo se logró controlar gracias a que ustedes lo trajeron a este hospital tiempo atrás; pero aunque el niño ya está grande y tiene desarrollados suficientes anticuerpos, debo decirles que sus bronquios y pulmones son débiles aún, pues no está del todo bien, es por eso que presento un cuadro de resfriado con temperaturay posible infección en las vías respiratorias, logramos controlarlo, pero aun así deben cuidarlo.

– Fue ahí cuando Sebastián recordó que él día de ayer sufrieron una mojada muy severa, la cuál fue el detonante de dicho resfriado con fiebre.

Culpándose interrumpía diciendo. – ¡Oh dios, oh dios! ¡Todo fue culpa mía, fue mi culpa!

– Abrazando a su hijo le decía arrepentido y llorando. – Mi amor precioso, mi niño hermoso, perdóname por favor, no era mi intención, de verdad.

– Cristián le tocaba la espalda a Sebastián diciéndole para calmarlo. – Amor ya paso, no tienes la culpa, todo estará bien.

– El doctor al notar la preocupación, le explicaba para calmarlo. – Señor, usted no tiene la culpa de nada, pues su hijo pudo haber presentado este cuadro en cualquier momento de cualquier día; con estos cambios de clima tan raros en la ciudad, no sé sabe cuándo hará calor o cuando hará frío, su sistema respiratorio es un poco débil, pero con un tratamiento y medicamentos necesarios él podrá fortalecer su sistema respiratorio.

– Adonaí volteaba a ver a sus papás y les decía. – Ya me quiero ir a casa con Becker.

– La pareja sonreía y el doctor ante el pronto alivio del niño les decía. – Por supuesto que te puedes ir a casa, solo que debes estar bien abrigado y que no te den corrientes de aire por las noches, en un momento les doy las indicaciones para los cuidados de su hijo, permítanme un momento.

– El doctor comenzaba a escribir la receta y a firmar el alta del niño; mientras que sus papás agradecían al doctor y  tranquilos esperaban a que les dieran la alta de Adonaí; ellos por mensajes rápidos les avisaban a sus respectivos familiares que Adonaí ya estaba bien y que sería llevado a casa.

Adonaí decía impaciente. – Me quiero ir a casita, quiero ver a Becker y estar en mi cama.

– Sebastián lo cargaba y le decía aliviado. – Mi niño lindo, en unos momentos más nos vamos, se paciente.

– Cristián pidiendo cargar a su hijo decía. – Campeón debemos esperarnos un ratito más, prometido.

– Adonaí yéndose con su papá en brazos, le decía impaciente con pucheros. – Papá ya espere mucho, quiero irme ya.

– Cristián dándole un beso en la mejilla decía sonriente. – Mi niño ya pronto nos iremos.

– Sebastián le decía acariciando su cabeza. – Mi nene hermoso, ya en un rato nos vamos, estuviste malito, debemos saber qué hacer para que no recaigas aquí, ¿o quieres que te inyecten otra vez?

– Adonaí le decía haciendo puchero. – No, no quiero, no me gusta.

– Sebastián le sonreía diciendo. – Bueno entonces vamos a esperarnos un ratito más.

– Cristián sentaba nuevamente a Adonaí en la camilla, él se recargaba en la pared a esperar y Sebas se sentaba a un costado.

Minutos después, el doctor les daba indicaciones sobre los cuidados de Adonaí, les entregaba sus medicamentos, así como el tratamiento que debería de tener con el oxígeno para fortalecer sus pulmones, les sugería que comenzaran cuanto antes con dicha medicación para su pronta mejoría; así que Sebastián comenzaba a moverse entre sus colegas doctores para que le facilitaran el tanque de oxígeno para su hijo; finalizando las instrucciones del médico, ellos salían con medicamentos, niño en brazos y tanque de oxígeno prestado; muy tranquilos la pareja en sala de espera informaban a la directora y a Norita los cuidados que debían de tener con su hijo, por tal motivo se tendría que estar ausente de la guardería por un tiempo hasta que su mejoría fuese excelente; la directora así como Norita un poco tristes, solicitaban de vez en cuando irlo a ver a su casa, pues Adonaí tiene un ángel y un alma tan dulce que se ha ganado el cariño de las maestras en dicho lugar; el matrimonio amablemente les otorgaba el permiso, pues no había otra forma de agradecerles todas las atenciones brindadas por parte de todo el personal en la guardería para su hijo.

Sebastián se iba en su carro con el tanque de oxígeno en su cajuela y llevándose a las maestras para pasarlas a dejar en la guardería, mientras que Cristián se llevaba a Adonaí y las medicinas directo a casa, quedándose de ver allá.

Al llegar a la casa, Cristián bajaba a Adonaí cubriéndolo con su saco de cualquier ventisca de aire; al entrar a la casa se llevaban una gran sorpresa de que Becker había estado muy inquieto; pues él también había estado presintiendo las cosas que le sucedían a Adonaí.

Así que Cris subiendo de inmediato a la recamara a Adonaí le decía. – Aquí espérate, no bajes para nada, Becker se quedará contigo cuidándote en lo que yo limpio el desastre.

– Adonaí subiéndose a su cama/cuna, se recostaba y se cubría con su frazada, Cristián le colocaba los seguros a su cuna para que no fuera a caer y se salía para limpiar, mientras que Becker ladrándole a Cristián en la entrada de la habitación, pareciera como si el perro le reclamará algo.

Cosa que él le decía regañando. – Becker no debiste hacer ese tiradero allá abajo, tengo que limpiar y acomodar las cosas, entiendo que te preocupes por Adonaí, pero no se hace eso, que sea la última vez que lo haces, ¿entendido?

– Becker agachaba su cabeza y hacía un chillido de tristeza.

Adonaí levantándose sobre su cama regañaba a su papá diciéndole. – ¡Oye no le regañes a Becker, también se siente triste de que haya estado en el doctor! ¡Así que pídele disculpas!

– Cristián riéndose decía. – ¿Pedirle disculpas?, bueno, está bien, solo porque usted jovencito me lo pide.

– Cristián sonriendo se dirigía a Becker diciéndole. – Bien bola de pelos, ¿me disculpas?, ya salió tu defensor, te devuelve el favor, ¿me podrás disculpar?

– Becker levantando la cabeza, moviendo la cola, le ladraba y le daba la patita.

Cristián sonriendo se agachaba y le tomaba la pata diciendo. – No cabe duda que a tu edad no te impide hacer desastres, pero sé muy bien que lo hiciste porque también tenías esa inquietud que Sebastián y yo teníamos, solo por eso te la paso, pero que está sea la última vez que lo haces.

– Becker le ladraba nuevamente y se metía a la habitación de Adonaí, para echarse a un costado de su cama/cuna cuidándolo.

Sebastián iba entrando a la casa y al ver lo sucedido en la planta baja exclamaba. – ¡¿Y ahora qué sucedió?!

– Cristián al escuchar que ya había llegado él, apurado bajaba las escaleras y le respondía. – Becker, fue Becker quién hizo esto.

– Sebastián colocando el tanque en el piso, exhausto preguntaba. – ¿Pero por qué hizo esto?

– Cristián tomando el tanque para subirlo al cuarto de Adonaí le respondía. – Amor, es un perro, igual que nosotros sintió esa inquietud; entre él y Adonaí se ha creado una conexión increíble, era de lógica que haya sentido la misma desesperación que tú y yo.

– Cristián cargando sobre su hombro el tanque subía, mientras que Sebas lo miraba muy atento pensando. – Vaya que sexy te ves mi amor, me encantas mucho, eres lo mejor que me ha pasado en esta vida, te amo mucho mi sexy Dark.

– Sebastián caminaba unos pasos y le decía a Cristián mientras subía. – Si tienes razón amor, debió haber sentido Becker esa inquietud.

– Cristián entraba y le gritaba. – ¡Amor lo dejó aquí y bajo para limpiar!

– Sebastián le decía gritándole. – ¡No amor, yo comenzaré a limpiar!

– Mientras él colocaba el tanque a un costado de la cama/cuna de Adonaí.

El niño le preguntaba. – ¿Qué es eso?

– Cris le respondía sonriendo. – Es un tubo de energía para tus pulmones, así podrás recuperarte más rápido.

– Adonaí sonreía risueño y le decía. – Me pondré como los súper héroes de tanta energía podre volar.

– Cristián le sonreía y le daba un beso en la frente a su hijo diciéndole. – No vayas a intentar bajar, debes quedarte aquí, tu papá y yo limpiaremos abajo, Becker se quedará cuidándote.

– Becker ladraba como si dijera. – “Seguro Cristián no te preocupes de eso, cuidaré de mi niño”.

– Cristián salía de la habitación para comenzar a ayudar a Sebastián a hacer limpieza ante el inmenso desastre de Becker en el recibidor, antesala, sala, comedor, desayunador y cocina.

Una vez limpiado todo, la pareja exhausta, subía para ver si Adonaí estaba dormido, al ver que seguía despierto, Sebas bajaba nuevamente por su cena y sus medicinas; mientras que Cristián haciéndole compañía y curioseando en la habitación de su hijo, se topaba con una caja musical que le habían regalado los padres de él para su nieto.

Cristián recordaba que al darle cuerda a esa caja musical emanaba una dulce melodía tan tranquila y tan relajante que provocaba el sueño de Adonaí.

Sebastián entrando con los medicamentos preguntaba de forma curiosa. – ¿Qué haces con eso? ¿Funciona todavía?

– Cristián sosteniendo la caja, sonreía y suspiraba respondiendo. – Pues me recordó cuando mis papás le dieron esta cajita, como se la poníamos las noches en que Adonaí no podía dormir y eso lo calmaba tanto que pareciera que era un ángel durmiendo entre nubes.

– Sebastián le sonreía diciendo. – Nuestro hijo es un Ángel.

– Adonaí quién se encontraba jugando con sus muñecos, miraba a sus papás y preguntaba. – ¿Qué hacen?

– A lo que Cris le respondía. – Pues venimos a darte la medicina y las buenas noches.

– Adonaí hacía pucheros y decía. – No quiero medicina, sabe fea.

– Sebas le decía tratando de negociar. – Mi amor no debes llorar, tu papá te dijo que es para que te mejores, sino te la tomas, no habrá tubo de energía para que puedas volar.

– Adonaí comenzaba a llorar inconsolablemente y Becker al escucharlo llorar se levantaba muy alerta y se paraba en patas sobre la cama/cuna del niño.

Cristián para calmarlo, le daba un poco de cuerda a la caja musical y Adonaí poco a poco dejaba de llorar,

Sebastián le acercaba su cena y le decía. – Haremos esto hijo, te tomas la medicina, cenas rico y tu papá y yo te contamos un cuento.

– Adonaí sonreía risueño y se levantaba, le daba un beso a Sebastián y entre pucheros, malas caras se tomaba la medicina; Cristián le aplaudía y Becker movía la cola muy contento.

Posteriormente, después de su cena, Cristián lo cambiaba poniéndole su pijama, Sebas bajaba a lavar los trastes; subiendo nuevamente, entraba a la habitación, mostrando un cansancio inminente.

Al verlo Cris le decía. – Ve a dormir amor, me quedo para que se duerma.

– Sebas bostezando le decía. – No, yo me quedo hasta que se duerma, además mañana no iré a trabajar, pedí el día y en el consultorio pasé las consultas en otro día, me quedaré con él todo el día.

– Él al escuchar eso, le decía. – Mi amor permíteme un momento.

– Haciendo un par de llamadas, agilizándose entre sus contactos, lograba pasar su día viernes de mucho trabajo al lunes muy temprano.

Él diciéndole a su esposo que había realizado lo mismo que él; se molestaba un poco y le decía que no hubiera hecho eso; pues eran cosas muy importantes para él y la constructora; sin discutir, él le daba un beso tierno y largo beso haciéndolo callar.

Le decía susurrando. – Ya lo hice no hay vuelta atrás, así que mejor durmamos a nuestro hijo, para que mañana pasemos un gran rato en familia.

– Ambos hacían hasta lo imposible para que Adonaí se durmiera, pero tal pareciera que él no quería dormir aún, después de contarle varios cuentos, hacerle un teatro guiñol, el pequeño seguía más despierto, Becker estaba también muy cansado pero seguía atento para hacer compañía a la pareja en sus intentos de dormirlo.

Sebastián con rostro cansado al igual que Cristián, estaban por darse por vencidos y llevarse a Adonaí con ellos a su recamara, ya que estaban en short y playera dispuestos para dormirse; hasta que en un momento de ingenio por parte de Cristián, miraba la caja musical y exclamaba diciendo. – ¡Creo saber cómo dormir a nuestro hijo!

– Sebastián bostezando decía. – ¿Cuál forma?

– Cristián decía saliendo. – Aguántame un momento.

– Él salía de la habitación y se iba a su recamará, sacando del closet su guitarra, la llevaba a la recamara de Adonaí, donde entrando decía. – Le cantaremos una canción como cuando era bebé.

– Sebastián somnoliento se levantaba diciendo. – Una canción de cuna sería buena idea, pero no me sé ninguna.

– A lo que Cristián ingenioso decía. – Pues inventemos una, solo espera.

– Tomando su celular ponía la opción de grabar diciendo. – Grabaremos la canción, en dado caso que le guste.

– Adonaí pidiendo ser cargado y sonriéndoles señalaba la caja musical que Cris había colocado en el buró derecho junto a la lámpara.

Sebastián la agarraba y le daba vuelta a la llave hasta llegar al tope; haciendo saliva, afinaba su voz y decía sonriendo. – Tengo nervios, pero espero me salga la cantada.

– Cris le daba un beso y le decía mirándolo ya cansado. – Canta como hace años en la graduación.

– A lo que Sebas dándole otro beso le decía. – Solo que esta vez de una forma suave.

– Cris bostezaba, diciendo. – Comencemos.

– Cris activaba la opción de grabar, comenzando a tocar la guitarra, Becker se ponía atento sentadito observándolos a los dos muy tiernos cantándole a su hijo; Sebas soltaba la llave de la caja musical y está comenzaba a girar emitiendo la dulce y relajante melodía; colocándola nuevamente en el buró, cargaba a Adonaí que se le acurrucaba en brazos.

Comenzando él a cantar, decía. – Niño que sueña, en brazos dormirá acompañado de sus dulces papás.

– Cristián cantaba con suave voz y tocando. – Niño que sueña, niño que va cerrando sus ojos para descansar.

– Sebas y Cristián cantaban casi a la par. – Niño que sueña, niño que irá con los angelitos dispuesto a soñar.

– Cristián mirando a sus dos grandes amores, cantaba. – Niño que sueña, niño que va a un mundo lleno de tranquilidad.

– Sebas le seguía sonriendo. – Niño que sueña en un lugar muy singular y disfrutar del amor paternal.

– Nuevamente uniendo sus voces cantaban. – Niño que sueña, niño que será siempre protegido de todo el mal.

– Sebas al ver que su hijo iba cerrando sus ojos poco a poco, cantaba. – Niño que sueña, niño que está acompañado de amor y de paz.

– Cris suspirando, cantaba. – Niño que sueña con tranquilidad, niño que siempre soñará muy en paz.

– Otra vez uniendo sus voces cantaban. – Niño que sueña, niño que va acostadito en su cama y en paz.

– Sebastián colocaba con mucho cuidado a Adonaí quién ya estaba dormido; mientras que Cris le cantaba. – Niño que sueña, niño que va durmiendo y soñando con felicidad.

– Sebastián un poco cansado, tapaba a su hijo y le colocaba su oso de peluche entre sus brazos, cantando. – Niño que sueña un mundo ideal, soñando entre las nubes tú vas a volar.

– Ya muy cansados, unían sus voces nuevamente cantando. – Niño que sueña, niño que va a ser protegido siempre por Becker y sus papás; Niño que sueña, niño que va en brazos durmiendo siempre con amor de sus dulces papás.

– Adonaí quedaba profundamente dormido, Cris detenía la grabación, mientras que Sebas le decía quedito. – Funciono tu idea amor, ahora vayamos a dormir nosotros también.

– La pareja salía cuidadosamente de la habitación para dormir tranquilamente en su habitación, pues eran ya las dos de la madrugada y aunque no iban a trabajar, estaban muy cansados de un día tan complicado; Becker se quedaba dormido al costado roncando en el piso; Adonaí comenzaba a soñar el mundo ideal donde Becker estaba cuidando de él; y entre nubes volaban él con su gran amigo fiel y peludo Becker.

Es Cuestión Del Destino.

 

Espero les haya gustado, que tengan un gran día, saludos.

Mas de Jesus tsukishiro

Franco - Tira - Amor. Capítulo 2

Franco - Tira - Amor. Capítulo 1

Gay, casos de la vida real.

Gay, casos de la vida real.

Gay, casos de la vida real.

¿Por qué a mí? Capítulo 10

¿Por qué a mí? Capítulo 9

¿Por qué a mí? Capítulo 8

¿Por qué a mí? Capítulo 7

¿Por qué a mí? Capítulo 6

¿Por qué a mí? Capítulo 5

¿Por qué a mí? Capítulo 4

¿Por qué a mí? Capítulo 3

¿Por qué a mí? Capítulo 2

¿Por qué a mí? Capítulo 1

Gay, casos de la vida real.

Gay, casos de la vida real.

Gay, casos de la vida real.

Gay, casos de la vida real.

Gay, casos de la vida real.

El Otro. Parte 3

El Otro. Parte 2

El Otro. Parte 1

Gay, casos de la vida real.

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 18

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 17

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 16

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 15

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 14

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 13

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 12

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 11

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 10

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 9

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 8

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 7

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 6

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 5

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 4

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 3

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 2

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 1

Gay, casos de la vida real.

Antes de Rockear al Destino. Capítulo 3

Antes de Rockear al Destino. Capítulo 2

Antes de Rockear al Destino. Capítulo 1

Gay, casos de la vida real.

El chico de mis sueños. Final Alternativo Dos.

El chico de mis sueños. Final Alternativo Uno.

El chico de mis sueños. Capítulo 8

El chico de mis sueños. Capítulo 7

El chico de mis sueños. Capítulo 6

Breve Mensaje a mis Lectores.

El chico de mis sueños. Capítulo 5

El chico de mis sueños. Capítulo 4

Heridas de Amor.

El chico de mis sueños. Capítulo 3

Gay, casos de la vida real.

El chico de mis sueños. Capítulo 2

Sacrilegio Capítulo 7

El chico de mis sueños. Capítulo 1

Show en Cam Four... (Parte 3, final)

Show en Cam Four... (Parte 2)

Show en Cam Four... (Parte 1)

Sueños de una Noche

Nuestro Secreto

Es Cuestión del Destino. Capítulo 19

Es Cuestión del Destino. Capítulo 18

Es Cuestión del Destino. Capítulo 17

Es Cuestión del Destino. Capítulo 16

Es Cuestión del Destino. Capítulo 15

Es Cuestión del Destino. Capítulo 14

Es Cuestión del Destino. Capítulo Especial Pt. 2

Es Cuestión del Destino. Capítulo 13

Sacrilegio Capítulo 6

Es Cuestión del Destino. Capítulo 12

Es Cuestión del Destino. Capítulo 11

Es Cuestión del Destino. Capítulo 10

Es Cuestión del Destino. Capítulo 9

Es Cuestión del Destino. Capítulo 8

Es Cuestión del Destino. Capítulo 7

Es Cuestión del Destino. Capítulo 5

Es Cuestión del Destino. Capítulo 4

Es Cuestión del Destino. Capítulo 3

Es Cuestión del Destino. Capítulo 2

Es Cuestión del Destino. Capítulo 1

Sacrilegio Capítulo 5

Sacrilegio Capítulo 4

Licua-Mix de Relatos 2013

Licua-Mix de Relatos 2013

Sacrilegio Capítulo 3

Sacrilegio Capítulo 2

Sacrilegio Capítulo 1

Luna de Miel Capítulo 15 Gran Final

Luna de Miel Capítulo 14

Luna de Miel Capítulo 13

Luna de Miel Capítulo 12

Luna de Miel Capítulo 11

Luna de Miel Capítulo 10

Luna de Miel Capítulo 9

Luna de Miel Capítulo 8

Luna de Miel Capítulo 7

Luna de Miel Capítulo 6

Luna de Miel Capítulo 5

Luna de Miel Capítulo 4

Luna de Miel Capítulo 3

Luna de Miel Capítulo 2

Luna de Miel

En los ojos del amor Capítulo 37 Gran Final

En los ojos del amor Capítulo 36

En los ojos del amor Capítulo 35

En los ojos del amor Capítulo 34

En los ojos del amor Capítulo 33

En los ojos del amor Capítulo 32

En los ojos del amor Capítulo 31

En los ojos del amor Capítulo 30

En los ojos del amor Capítulo 29

En los ojos del amor Capítulo 28

En los ojos del amor Capítulo 27

En los ojos del amor Capítulo 26

En los ojos del amor Capítulo 25

En los ojos del amor Capítulo 24

En los ojos del amor Capítulo 23

En los ojos del amor Capítulo 22

En los ojos del amor Capítulo 21

En los ojos del amor Capítulo 20

En los ojos del amor Capítulo 18

En los ojos del amor Capítulo 19

En los ojos del amor Capítulo 17

En los ojos del amor Capítulo 15

En los ojos del amor Capítulo 16

En los ojos del amor Capítulo 14

En los ojos del amor Capítulo 13

En los ojos del amor Capítulo 12

En los ojos del amor Capítulo 10

En los ojos del amor Capítulo 11

En los ojos del amor Capítulo 8

En los ojos del amor Capítulo 9

En los ojos del amor Capítulo 7

En los ojos del amor Capítulo 6

En los ojos del amor Capítulo 5

En los ojos del amor Capítulo 4

En los ojos del amor Capítulo 3

En los ojos del amor Capítulo 2

En los ojos del amor Capítulo 1

Rockeando al Destino Capítulo 23 Gran Final

Rockeando al Destino Capítulo 22

Rockeando al Destino Capítulo 21

Rockeando al Destino Capítulo 20

Rockeando al Destino Capítulo 19

Rockeando al Destino Capítulo 18

Rockeando al Destino Capítulo 17

Rockeando al Destino Capítulo 16

Rockeando al Destino Capítulo 15

Rockeando al Destino Capítulo 14

Rockeando al Destino Capítulo 13

Rockeando al Destino Capítulo 12

Rockeando al Destino Capítulo 11

Rockeando al Destino Capítulo 10

Rockeando al Destino Capítulo 9

Rockeando al Destino Capítulo 8

Rockeando al Destino Capítulo 7

Rockeando al Destino Capítulo 6

Rockeando al Destino Capítulo 5

Rockeando al Destino Capítulo 4

Rockeando al destino Capitulo 1

Rockeando el Destino Capítulo 3

Rockeando al Destino Capitulo 2