Capítulo Veintiuno.

El remate en el hospital.

Edson camino rápidamente y muy agitado a la casa de su amante, donde tocando el timbre, el señor de unos aproximadamente cuarenta o cuarenta y cinco años le abrió.

Sorprendido de verlo dijo. - ¡Vaya vienes de nuevo aquí! ¡Quieres más de lo que te doy chiquita!

– Edson le sonrió lujuriosamente y le dijo. – Vamos a dentro, que muero de ganas por sentarme en tu delicioso trozo.

– El hombre hizo pasar a Edson, donde en el sillón lo empezó a besar, él se retorcía de placer, lo rasguñaba y mordía los hombros, rápidamente se quitaron la ropa, y Edson continuo besando el cuerpo maduro del hombre, su pecho con vello y algunas canas lo besaba con mucha lujuria y deseo, bajando lentamente, introdujo en su boca el miembro erecto del hombre, al cual le hacía un excitante sexo oral.

Mirándolo a los ojos, el tipo le decía. – Sigue así, así, que rico lo haces zorrita.

– Edson chupando y gimiendo, disfrutaba el sexo oral, de una forma drástica, empezó el hombre a besar y lamer la espalda de Edson, bajando a su recto inicio con lamerle y dejarle demasiada saliva en el ano, para así empezar a penetrarlo, una y otra y otra vez, hasta que eyaculo dentro de él, finalizando con un gemido.

Edson eyaculó, tirando su semen al piso, y dijo. – Siempre me haces venirme muy rico José Luis, me encantas.

– Besándose, él le dijo. - Tú me pones al mil zorrita, me fascinas puta.

– Edson sonriéndole lo continúo besando. 

Mientras que en la casa, Eloísa estaba tirada en el piso, sin dar signos de que estuviera viva, se estaba abriendo la puerta, era Tulio, que regresaba por unos papeles, cuando sorprendido al ver tirada a Eloísa, corrió de inmediato y se hinco, tomándole el brazo, se dio cuenta que el pulso estaba débil, sin pensarlo dos veces, tomo su teléfono y llamo a una ambulancia urgentemente.

La ambulancia llego en menos de cinco minutos, pasando los camilleros la intubaron y le empezaban a dar los primero auxilios.

Tulio les dijo a los paramédicos muy asustado. - ¡Es asmática!

– Los paramédicos la subieron a la ambulancia, dónde se la llevaron al hospital donde ella trabaja, Tulio nervioso, tomando su celular le marco a Luz,

Ella un poco seria contesto. – Bueno, ¿Qué sucede? ¿Ya vienes con los papeles?, dijiste que sería rápido.

– Tulio nervioso le dijo. – Luz deja lo que estás haciendo y nos vemos de inmediatamente en el hospital donde trabaja tu mamá.

– Luz preocupada por el tono de voz de Tulio, dijo asustada. - ¿Qué sucede? ¿Le paso algo a mi abuela?

– Tulio le dijo alarmado. – A tu abuela no le paso nada, sino a tu mamá.

– Ella impactada por la noticia, sintió un dolor en el pecho y dijo. - ¡¿Qué fue lo que le paso a mi mamá?!

– Tulio tratándole de explicar le contestó. – No sé, creo se cayó de las escaleras o algo así, la encontré tirada, tenía el pulso muy bajo, ya se la llevaron al hospital.

– Luz rápidamente tomo sus cosas y le dijo. – Trata de localizar a mi papá y a Edson, voy para el hospital ahorita mismo.

– Colgando la llamada, ella apresurada les dijo a las hermanas Arroniz. – Lamento irme así, pero algo le sucedió a mi madre y se la llevaron de urgencia al hospital, lo siento chicas, continúen.

– Aura preocupada le dijo. – Descuida, anda vete, cualquier cosa nos informas.

– Irene apresurándola le dijo. – Si, descuida, estamos en contacto, anda vete.

– Luz tomando un taxi, salió lo más rápido posible al hospital.

Tulio en la casa, trataba de comunicarse con Alejo, pero no tenía éxito, tratando de localizar a Edson, pero tampoco pudo, pero unos minutos después.

Edson entraba a la casa como si nada, al ver a Tulio, nervioso dijo. – Tulio, ¿Qué haces aquí?

– Tulio se le acercó y le dijo nervioso. – Que bueno que llegas, tu tía se cayó de las escaleras y se la llevaron en una ambulancia, esta grave y con el pulso débil.

– Edson sintió recorrer un frío inmenso en su cuerpo, y dijo. - ¡¿Está viva, quiere decir que no se murió?!

– Tulio se sorprendió ante dicha pregunta, la cual cuestiono diciéndole. - ¿Cómo que está viva? ¿La habías visto?

– Edson al darse cuenta de lo dicho dijo nervioso. - ¡Te estoy preguntando si lo está! ¡¿A qué hospital se la llevaron?!

– Tulio le contesto. – Al hospital donde ella trabaja.

– Edson movió la cabeza de nerviosismo y dijo. - ¡Vete para allá!

– Tulio le grito. - ¡No puedo tengo que localizar a Alejo!

– Edson le grito. - ¡Vete para allá! ¡Yo me encargo de localizarlo, pero apúrate y vete!

– Tulio tomo sus llaves y salió de la casa en el carro, dejando a Edson en la casa, muy nervioso subió a su habitación, mirándose al espejo se dijo. – No puedo creer que esa asmática tenga suerte, era para que se hubiera muerto, si sobrevive le contara todo a Luz, la que se me va a armar si se entera esa estúpida.

– Edson miro de reojo la puerta de su closet, y se veía a simple vista que estaba la caja de los frascos con tetrodotoxina, se acercó, tomando la caja, la abrió y dijo. – Jamás creí que volvería a utilizar este veneno, lo ocupábamos en la universidad para neutralizar los ritmos cardiacos de los ratones y así poderlos abrir mientras respiraban, si nos pasábamos de dosis, el ratón moría de asfixia, perfectamente como tú querida tía morirás.

– Edson se bañó rápidamente y se puso otra ropa, tomo un frasco de tetrodotoxina y salió de inmediato al hospital, tomando un taxi. 

En el hospital, Eloísa era llevada de emergencia a terapia intensiva, uno de los camilleros fue a avisarle a la doctora Marcela.

Alarmado le dijo. – ¡Doctora, doctora!

– Marcela un poco molesta pregunto. - ¿Qué sucede? ¿Por qué gritas?

– El camillero le dijo sofocado. – Doctora, acaba de llegar una ambulancia, traen a la doctora Eloísa muy mal, al parecer se está muriendo.

– Marcela asustada le pregunto. - ¿Dónde se llevaron a mí prima?

– El camillero le respondió. – A terapia intensiva.

- Marcela salió caminando rápidamente para allá, preocupada por lo que fuera a suceder, decidió marcarle al celular de Pablo, su hijo para informarle lo sucedido, pero la llamada era desviada, así que le marco de inmediato a Erick, que la llamada por fortuna no fue desviada y entro.

En carretera, sintió vibrar su celular, al ver que era su mamá dijo. – Pablo es mi mamá, seguro ha de estar preocupada.

– Pablo le dijo, desesperado. – Dile que estamos en el tráfico de la tercera caseta, tenemos como media hora, contéstale, y dile lo que te dije.

– Erick contesto diciendo. – Hola mamí, aun no llegamos, estamos parados en la tercera caseta, al parecer unos trabajadores impiden el paso.

– Marcela angustiada le dijo. – Bien hijo, que bueno que aún no llegan, regrésense de inmediato.

– Erick se preocupó por el tono de voz de su mamá y le pregunto. - ¿Sucede algo malo mamá?

– Pablo, Gabriel y Ángela se preocuparon y prestaban atención a las reacciones de Erick.

Marcela le contestó. – Hijo, tu tía Eloísa, esta grave en terapia intensiva, creó que es mejor que se regresen, deben estar aquí para apoyar a Luz.

– Erick se estreso y le dijo. – ¡Si mamá, ahorita mismo nos regresamos!

– Cortando la llamada, preocupado les dijo. – Gabriel, Ángela, Pablo, debemos regresarnos.

– Gabriel le tomo la mano y la sintió muy fría, preguntándole. - ¿Sucede algo malo a tu mamá, gnomo?

– Erick preocupado dijo. – No mi mamá no, pero a la tía Eloísa si, está muy grave en el hospital, en terapia intensiva.

– Gabriel se preocupó y exclamo. - ¡La señora Eloísa la madre de Luz! ¡¿Qué le sucedió?!

– Erick contestó. – No sé, solo me dijo eso mamá.

– Ángela preocupada dijo. – Dios santo, ojala no se vaya a morir.

– Pablo mirando por los espejos retrovisores dijo. – Bueno, podremos regresar, me meteré entre esos carros y así salir al retorno de regreso al D.F

– Nerviosos los cuatro, se regresaron como pudieron, Pablo haciendo maniobras para salir, nervioso, logró llegar hasta el retorno que estaba a unos kilómetros de dónde ellos estaban, siendo así, tomaron camino nuevamente a la ciudad.

Luz estaba nerviosa en sala de espera, al ver a su tía Marcela le pregunto nerviosa. - ¿Cómo está mi mamá? Tía por favor no me mientas.

– Marcela moviéndole la cabeza le dijo. – Sobrina, debes ser fuerte, al parecer tu mamá se cayó de las escaleras, presenta un golpe en el labio y sus bronquios están muy inflamados, al parecer tuvo un ataque de asma muy severo, tuvieron que hacerle una traqueotomía para que pudiera respirar, no ha despertado, pero tememos que el tiempo que estuvo inconsciente y sin respirar de forma adecuada cause secuelas en el cerebro.

– Luz empezó a llorar abrazo a tu tía y dijo. - ¡¿Por qué mi mamá?! ¡¿Por qué?!

– Tulio llegaba y al ver a Luz muy mal exclamo. - ¡No me digas que mi suegra está…!

– Marcela soltando a Luz le dijo. - ¡No! No está muerta, pero si está muy grave, necesita mucho de tu apoyo, más tarde tendré noticias, con permiso.

– Marcela se dirigió nuevamente a terapia intensiva, Tulio al ver a Luz muy frágil y sensible, la abrazo y le dijo. – Llora, llora lo que tengas que llorar, desahógate pequeña, desahógate.

– Luz lo abrazo y lloró con mucho sentimiento, no podía creer que su mamá estuviera al borde de la muerte, pues en la mañana hace tan solo unas horas habían hablado tan bien y ahora ella estaba por morirse.

Edson llegaba al hospital poco rato después y de forma hipócrita al ver a su prima, la abrazo y le dijo. – Prima, estoy contigo, Tulio me aviso cuando me lo encontré en la casa, apenas había llegado, me bañe y cambie, y vine cuanto antes, ¿Se sabe algo?

– Luz le expreso una ligera sonrisa y le dijo. – Si, mi mamá al parecer se cayó de las escaleras, tuvo una fuerte crisis de asma lo que le ocasiono la inflamación de los bronquios, tuvieron que hacerle una traqueotomía para que pudiera respirar, no ha despertado, pero hay posibilidades que sufra daños cerebrales por no haber respirado adecuadamente, no se sabe qué tiempo estuvo así.

– Edson fingiendo preocupación y culpa, derramo unas lágrimas y dijo. - ¡Mi tía! ¡¿Porque ella?! ¡¿Por qué dios mío?! ¡No hubiera pasado eso, si me hubiera regresado a tiempo a casa! ¡Fue mi culpa!

– Edson hacia la mejor escena dramática que pudiera hacer una persona tan ruin como él, limpiándose las lágrimas, agarro las manos de su prima y le dijo. – Prima, iré a hacer unas cosas al laboratorio, regresaré para saber cómo está mi tía, Tulio apóyala, como marido debes de darle ánimos.

– Tulio lo miro notando algo raro en él mientras se iba.

Luz preocupada y angustiada pregunto. - ¿Le avisaste a mi papá?

– Tulio le contesto. – Pues Edson dijo que le diría.

– Luz sacando su celular del bolso, estaba por marcarle a su papá, cuando él rápido apareció, sofocado y preocupado pregunto. - ¿Qué le sucedió a mi esposa?

– Tulio y Luz le empezaron a platicar los acontecimientos, mientras que esperaban noticias.

De una forma misteriosa y muy astuta, Edson tomaba un jeringa de uso de un contenedor, con dos pares de guantes en cada mano, recargaba la jeringa con el contenido del frasco, muy misterioso y sin ser visto por alguien, salía del laboratorio, cuidándose de las cámaras de seguridad del hospital, paso al área de terapia intensiva, ocultando la jeringa en su bata, entro y una enfermera le pregunto. - ¿Va a alguna parte doctor?

– Edson nervioso dándole la espalda le respondió. – Si, veré a una paciente que esta grave.

– La enfermera le dijo amablemente. – Doctor, le recuerdo que debe usar la vestimenta correcta, en el área de terapia intensiva se entra con mucho cuidado y con protección.

– Edson alzo la mano derecha y le dijo. – Si, se me olvida, disculpe, ahorita me pongo el equipo.

– Edson camino y se metió, la enfermera notaba algo raro, así que quiso ver qué pasaba, pero fue llamada de emergencia por otra de sus compañeras y salió, dejando terapia intensiva sin vista de nadie.

Edson nervioso se empezó a poner la vestimenta apropiada, en su mente se decía. – Ojala nadie este al cuidado, ojala, esto lo debo hacer rápido y sin titubeos.

– Edson con el gorro, cubre bocas y la filipina, se metía a buscar una a una en las camas de terapia intensiva, al toparse con la cama de Eloísa y al verla conectada con tantos aparatos y respiradores dijo en voz baja. - ¡Ay tía! ¡Esto no será un asesinato, será una eutanasia! ¡Le hare el favor a mi prima y de mi tío el cuidarte! ¡Quedaras como vegetal o idiota! ¡Mejor te damos matarile!

– Se fue acercando lentamente, saco la jeringa con cuidado, apretando el embolo derramo unas gotas, Eloísa abrió los ojos, asustando a Edson, él al verla sonrió diciéndole. - ¡Qué bien tía que estas despierta! ¡Te informo que no te moriste cuando debiste! ¡Pero yo te daré una ayudadita con la huesuda! ¡No te dolerá te lo aseguro!

– Eloísa queriendo hablar hacia ruidos raros con su boca, solo se alcanzó a percibir que le dijo. – Maldito.

– Edson tomando cuidadosamente el suero le dijo. – Si tía, soy un maldito, pero aquí entre nos, más maldito es Alejo, descuida, comprobando que puedo deshacerme de ti muy fácil, haré lo mismo con el imbécil de Alejo, así podré disfrutar plenamente del sexo tan rico que tengo con Tulio.

– Eloísa derramo unas lágrimas y haciendo expresión de horror, hizo más ruidos raros.

– Edson le sonrió y al ver que del otro lado del vitral esmerilado que estaban pasando enfermeras se asustó y una vez que pasaron todas, nuevamente con la jeringa, muy asustado y nervioso le empezó a inyectar la tetrodotoxina en el suero y le decía. – Se me olvido decirte tía que también he tenido sexo con Tulio, desde hace un año y medio, según para él fue un accidente mientras estaba ebrio, pero se repitió cuatro veces en una semana, ¿curioso no crees?

– Eloísa empezó a sentir que le faltaba el airé aun siendo oxigenada mecánicamente.

Edson la miró burlonamente y le dijo. – Descuida tía, morirás y todos creerán que fue por tu asma, no me preocupo por que la dosis del veneno que te inyecte no deja rastros visibles, se necesita un laboratorio muy especializado para eso, Luz sufrirá pero me lo agradecerá, ya que si te salvarás, que lo dudo mucho, pues quedarías como vegetal o más idiota de lo que estas, bueno descansa y salúdame al diablo; ¡hasta luego querida!

– Edson se salió, dejando a Eloísa entrar en una fuerte crisis, la cual en cuestión de minutos le provoco un infarto, que culminó con su vida, las enfermeras al escuchar la alarma de infarto, rápidamente pasaron con el carro resucitador, pero sin éxito alguno el cardiograma marcaba sin signos vitales, declarando muerta a Eloísa a las 12:02 del mediodía.

A Marcela se le fue informado el deceso de su prima, que le cayó la noticia como un balde de agua fría, rompió en llanto y entro al área de terapia intensiva, donde ya estaba el cuerpo de ella desconectado de las maquinas.

Ella se le fue encima abrazándola y le dijo llorando. – Prima, descansa, ve con dios, yo cuidare de tu hija, descansa, vete en paz, no debías morir, sin embargo tu vida aquí en la tierra termino, así dios lo quiso.

– Marcela se limpió las lágrimas, respiro profundamente, calmándose, se dirigió a informar lo ocurrido.

Edson por su parte, entraba al laboratorio como si nada, una de sus compañeras le pregunto. - ¿Te sucede algo?

– Él groseramente le contesto. – No, nada que te importe.

– Su compañera le dijo un poco molesta. – Yo solo pregunte, seguramente estás así porque tu tía está hospitalizada, tranquilo ella estará bien.

– Edson sonriendo fingidamente le dijo. – Si, gracias, estará bien, bueno ya, ponte hacer lo que te toca que tenemos mucho que hacer.

– Él cuidadosamente se acercó al contenedor especial del laboratorio dónde deposito la jeringa, por un momento pensó en depositar el frasco de la tetrodotoxina, pero mejor lo guardo nuevamente en su bata y empezó a trabajar como si nada hubiera sucedido.

Marcela, nerviosa y preocupada por la reacción de la familia, seriamente se acercó a ellos, Luz con lágrimas en los ojos, siendo consolada por su padre Alejo y Tulio a un costado, miraron caminar hacia ellos a Marcela.

Luz al verla, se levantó exclamo. - ¡¿Qué paso?! ¡¿Mi mamá ya está bien verdad?!

– Marcela le agarro las manos y le dijo muy seria. – Hija, hicimos lo que pudimos…

- Luz rompió en llanto, gritando. - ¡No, no mi mamá no! ¡No es verdad! ¡Dime que no es cierto!

– Alejo abrazando a su hija lloró igual y le dijo. – Hija calmada, tu madre ya está descansando en paz.

– Tulio le coloco la mano en el hombro a Luz, la miró tan frágil, tan débil, tan inocente y transparente que en un impulso, la abrazo y le dio un tierno beso, diciéndole. – Luz, llora, llora.

– Marcela les dijo. – Eloísa entro en paro, trataron de reanimarla, pero fue demasiado tarde, ya habían pasado 5 minutos y se declaró muerta, la complicación de los bronquios era muy grave, lo siento mucho.

– Marcela se dio vuelta y camino, Luz empujando a Tulio, exclamo. - ¡Quiero ver a mi madre!

– Marcela se regresó, la abrazo y le dijo. – Ven, vamos.

– Tulio sospechaba algo raro, la muerte de Eloísa había sido tan repentina.

Alejo llorando desesperado se decía. – Fue mi culpa, no la cuide como debía, fue mi culpa, tantos corajes con Edson, tantas cosas, es mi culpa, mi culpa, ¡Maldita sea!

– Tulio tratando de apoyarlo le dijo. – Suegro, usted no tuvo culpa alguna, las cosas pasaron por algo, mi suegra estaba enferma lamentablemente tarde o temprano sucedería una crisis así, pero no tan trágica, descuide.

– Alejo sintió que las palabras de Tulio eran algo fuera de lugar, desesperado le quito la mano de encima y se salió del hospital.

Marcela llevando a Luz a la morgue del hospital le dijo. – Hija, solo un momento, ya que la llevaran para prepararla.

– Luz suspirando y sollozando le dijo. – Si, gracias tía.

– Luz entro, al ver tendida a su madre en mesa, le destapo el rostro y le dijo. – Mamita, tus bendiciones siempre me protegerán día y noche, y tu cariño de madre estará siempre en mi corazón, siempre mamá.

– Dándole un beso en la frente, derramo unas lágrimas en la cara fría de su madre y la volvió a cubrir.

– Ella salió del lugar, y abrazo a su tía, diciéndole. - ¿Por qué tía? Me siento tan sola, tan sola.

– Marcela la abrazo y le dijo. – Mi niña, no llores, tus primos ya vienen de regreso, tus amigos igual, no estás sola, estaremos contigo.

– Ambas caminaron de regreso a sala de espera, tristes, Edson saliendo de los baños, se cruzó con ellas y al verlas así pregunto. - ¿Cómo sigue mi tía?

– Luz llorando lo miró y le dijo. – Acaba de morir.

– Edson fingiendo dolor y sufrimiento, exclamo. - ¡No, no es verdad! ¡No ella no! ¡¿Porque dios, por qué ella?! ¡Noooooooo!

– Edson abrazo a su prima y derramo unas cuantas lágrimas, fingiéndole dolor y compasión por la muerte de Eloísa.

Él en su mente se decía. - ¡Ay prima, no llores te hice un gran favor, no estarás esclavizada a un vegetal, agradéceme que ya tenemos un estorbo menos en la casa! 

- Marcela miraba a Edson con cierto recelo ya que ella sabía perfectamente lo que Edson había hecho en un pasado atrás, también le sabía algo que pronto se dará a conocer. 

En los ojos del amor.