CAPÍTULO 16

DEVOLVIENDO LA VIDA.

Mientras la cafetería era devorada por el siniestro fuego, Cristian quien estaba llegando a la casa de la familia de Sebastián, con gran desesperación e impaciencia tocó la puerta, esperando a que le abrieran, Andrea preocupada por la forma tan rara que tocaban, abrió con mucho cuidado y al ver que era Cristian le pregunto un poco enojada.

- ¿Qué te ocurre? No debes de tocar la puerta así, espantas.

– Cris le dijo desesperado.

– Andrea discúlpame, pero es algo grave, ¿Sebastián ha venido aquí?

– A lo que le respondió dudando. – No, ¿Por qué?

– Julieta se asomó y pregunto. - ¿Quién es hija?

– Andrea contestó. – Es Cristian mamá, vino a preguntar si Sebastián estaba aquí.

– Julieta empezó a sentir una rara sensación y preocupada le ordeno a Andrea.

– Hija, vete para tu recamara con tu hermano, déjame hablar con Cristian a solas.

– Andrea notaba algo raro en su mamá así que de inmediato, se fue con su hermano, le dijo que se vistieran, pues tenía la sensación que algo malo estaba pasando.

Julieta hizo pasar a Cristian y le pregunto. - ¿Mi hijo no estaba contigo?

– Cristian le dijo preocupado. – Señora, disculpe que haya tocado la puerta de esa manera, su hijo no ha estado conmigo desde que lo fui a dejar a la cafetería, no lo he visto, trate de comunicarme con él mediante el celular y no lo contesto, el teléfono de la cafetería no está en servicio, me preocupa que haya sucedido algo o que le hayan hecho algo malo.

– Julieta sintió un dolor en el pecho y le dijo. – Cristian, algo no está bien, lo siento, lo siento aquí, una angustia terrible, como si algo malo fuera a pasar.

– Cristian ayudo a sentarse a la mamá de Sebastián y le dijo. – Permítame, intentare hablar con Miren, ya debe estar en la cafetería.

– Cristian le marco después de 3 tonos su llamada fue contestada por Miren, que le dijo entre sollozos.

– Cristian, tienes que venir, de inmediato a la cafetería.

– Cristian se espantó y pregunto. - ¿Qué sucede Miren? No me espantes, dime, ¿qué paso?

– Miren conteniendo un poco las ganas de llorar contesto diciéndole. – Cris, debes ser fuerte, hubo un incendio, la cafetería se incendió, Sebastián estaba ahí dentro y al parecer él…

- Cristian empezó a temblar, sintió un frío recorrer su cuerpo, tirando el celular, cortándose la llamada, Julieta, al ver la expresión de él, asustada le pregunto. - ¿Qué sucede, que paso, dime algo?

– Cristian en shock derramando una lágrima empezó a decir.

– Tan solo teníamos saliendo 2 mes, le regale un oso, me dijo que me amaba, que me amaría hasta la eternidad, con él me he sentido otro, con él he sido otro, con él he cambiado mi forma de pensar y ver la vida, con él aprendí lo que es amar a alguien sin importar físico, y ahora se ha ido.

– Julieta se levantó y agarrando a Cristian le dijo. – No me digas que mi hijo, no, no puede ser, eso no puede ser… ¡No! ¿Qué fue lo que sucedió?

– Andrea y su hermano Jorge salieron y vieron a su mamá pálida, Cristian le dijo a Julieta.

– Tenemos que ir a la cafetería, de inmediato, vámonos.

– Cristian se resistía a llorar, Julieta tomo su bolsa y miro a sus hijos con lágrimas en los ojos, les dijo que se quedaran, pero ellos no quisieron y decidieron ir.

Cristian arranco y manejo rápido para llegar a la cafetería, desde lejos se veía la masa de humo flotando por el aire, en el trayecto Cristian recordaba la sonrisa que día a día le regalaba Sebastián, sus besos y caricias que provocaban el amor y la atracción; su madre iba rezando arrepentida, pidiéndole a dios que no le pasara nada malo, pues se sentía culpable de lo que le estaba pasando, llegando hasta donde se pudo, ellos se bajaron y trataron de pasar, pero los policías les impedían el paso, Cristian muy molesto, empujo a uno de los policías tirándolo al suelo, intentaron detenerlo pero prefirieron desistir, pues notaban las caras y miradas que reflejaban tristeza.

Miren al verlos llegar, corrió a abrazar a Cristian y le dijo. - ¡Estaba adentro, estaba adentro y mira!

– Cristian la abrazo lo más fuerte que pudo, le beso la frente y le dijo. – No está muerto, no lo está, está aquí en nuestros corazones.

– Julieta al escuchar eso, se derrumbó, llorando y gritando decía. - ¡¿Porque, porque mi hijo, porque?! ¡¿Porque dios porque?!

– Uno de los bomberos gritando dijo. - ¡Necesitamos ayuda, se escuchan voces, se escuchan voces!

– Los bomberos aumentaron la presión del agua, Cristian y Miren sorprendidos miraban como los bomberos hacían las maniobras necesarias para terminar de sofocar el fuego, pues tenían esperanzas de que estuviera vivo Sebastián. 

Adentro de la cafetería, Sebastián estaba aterrado, casi a punto de desfallecer, el humo lo estaba asfixiando, su padre que trataba de ver una forma de salir, pero era casi imposible, miraba a su hijo con preocupación, en eso, un fragmento de techo se desprendió y cayó en medio de los dos Sebastián gritaba desesperado.

- ¡Papá, ayúdame papá!

- Jorge al verlo le dijo. – Hijo te ayudare, te salvare.

– Brincando los restos del techo desprendido incendiado, lo abrazo y le dijo. – Te voy a salvar, es lo menos que puedo hacer después de todo ese daño causado.

– El padre de Sebastián se quitó la chamarra y se la coloco a Sebastián, tapándole la cara y cubriéndole los brazos, lo cargo, y como pudo camino entre las llamas hasta una ventana, el bajo a Sebastián, y con una patada rompió la ventana, al ver a unos bomberos, les dijo

- ¡Es mi hijo, sálvenlo, es mi hijo!

– Sebastián veía la expresión de su padre y su corazón se estremeció, el bombero trataba de ayudar a Sebastián salir, cuando una explosión provoco que todo se cimbrará nuevamente.

La gente que estaba a las afueras se tiró al piso, pues eso había causado un derrumbe, se hacía una inmensa masa de humo y polvo, se escuchaban los gritos y angustia, Julieta, Miren y los hermanos de Sebastián rezaban para que todo saliera bien; un bombero corriendo regresaba con los rescatistas y gritaba pidiendo ayuda.

- ¡Hay dos personas ahí dentro, un señor y un joven, rápido, él señor dice que es su hijo!

– Julieta sorprendida dijo. - ¡Jorge! ¿Que hace él ahí?

– Cristian entre angustiado y desesperado decía. - ¡Seguro él fue quien ocasiono el incendio, maldito, déjenlo morir!

– El padre de miren le dijo. – Muchacho, no digas eso, no desees la muerte, mejor pídele a dios que salgan con bien.

– Cristian agachando la mirada apenado, mientras que uno de los bomberos que se encontraba ayudando a salvar a ellos, había perdido de vista a Jorge y Sebastián, pues la explosión provocó el derrumbe de las paredes y demasiado humo y polvo, empezaron a regar más agua y vieron tirado a una persona entre los escombros, rápidamente la levantaron y notaron que estaba inconsciente y mal herido, al estar buscando entre los restos, uno de los bomberos vio una persona debajo de una viga, rápidamente empezaron a echar agua y ayudar a sacar a esa persona, los rescatistas tomaban partido, al lograrlo sacar, lo pusieron en la camilla y lo sacaron de ahí,  rápidamente salieron todos de ahí mientras las llamas eran sofocadas, al humedecerse las paredes, la cafetería se desplomo ante los ojos de todos, las llamas se empezaban a hacer presentes nuevamente apoderándose de los restos del lugar, entre el humo se veían venir dos camillas en las cuales, venían Sebastián y su padre, ambos muy graves y con sus pulsos débiles.

El camillero les dijo. – Por favor, despejen la zona, vamos a llevarlos al hospital, sus familiares repórtense.

- Julieta grito. - ¡Es mi esposo y mi hijo!

– El paramédico le dijo. – Señora, ambos hombres están graves, uno reporta quemaduras de 2do y 3er grado y el otro esta inconsciente y con dificultad para respirar, será mejor que nos acompañe rápido suba.

– Ella accedió y Cristian le dijo. – Señora váyase, sus hijos y yo vamos tras de ustedes.

– Miren mirando a su papá dijo. – Nosotros también vamos para allá.

– De inmediato, todos se fueron a sus respectivos carros, dejando a los bomberos terminar lo suyo, en el trayecto, en la ambulancia les iban administrando medicamentos, Julieta rezando preocupada, pidiendo a dios que ambos se recuperaran, cuando uno de ellos entro en paro cardiaco, rápidamente empezaron a practicarle resucitación, Julieta preocupada preguntaba que sucedía y en eso el otro también entro en paro respiratorio, a ambos se les practicaba resurrección.

En un cuarto blanco, donde se respiraba la mayor tranquilidad del mundo y se sentía una paz increíble, aparecieron de extremo a extremo Sebastián y Jorge, ambos se miraron y se preguntaron.

- ¿Estamos muertos? ¿Por qué estamos tan tranquilos? ¿Por qué podemos respirar fácilmente? ¿Qué sucedió?

– Entre las paredes del cuarto aparecían las caras de las personas más allegadas a cada uno de ellos, ambos miraban con afecto y tristeza, a lo que Jorge le dijo a Sebastián.

– Hijo, creo que tú debes regresar a la vida.

– Sebastián mirándolo a los ojos le dijo. – Papá, eso no debe ser, ambos debemos volver, empezar de nuevo.

– Jorge le sonrió y le dijo. – No hijo, creo que debo darte la vida una vez más, devolverte tu vida, una vida nueva, llena de amor que ese joven te tiene, y amor que tienes de tus seres queridos, yo desde aquí te tratare de cuidar y proteger, pero por favor dime que me perdonas.

– Sebastián, derramando unas lágrimas le dijo. - ¡No papá! No ahora que me salvaste del incendio, no ahora que estamos por empezar algo nuevo, una vida nueva.

– Jorge lo abrazo y le dijo. – Hijo perdóname, por favor perdóname, pero para poder enmendar mis errores debo morir, regresarte tu vida, devolverte la vida de felicidad que durante 18 años te arrebate con mis desprecios, desplantes y humillaciones, incluso intentarte asesinar, debo pagar eso y más, la única forma que puedo ayudarte es, pidiéndote que regreses a la vida, que seas feliz, feliz por ti, es lo único que deseo hijo, por favor, discúlpame con tu madre, tus hermanos y con tu novio, que es un gran muchacho, me alegra que él te haga feliz, mereces estar a su lado, con mi yerno, así que anda, vete hijo.

– Sebastián lo abrazo muy fuerte y empezó a llorar, y le dijo. – Papá te perdono, te perdono de todos tus errores, perdono todo, papá.

– El cuarto blanco empezó a desvanecerse, la luz dejaba de iluminar a Jorge quien se perdía entre las sombras, dejando a Sebastián caer lentamente en una paz inminente, en la ambulancia, bajaban rápido a las camillas y estando en urgencias y después de 10 minutos fuera de sí, Sebastián regreso a la vida, abriendo sus ojos esporádicamente, y con ansiedad al no poder respirar bien, mientras tanto el otro cuerpo iba siendo llevado a otra sala para aplicarle fibrilación, pero al cabo de 10 minutos, fue declarado muerto, Jorge a las 7:47 de la noche era declarado muerto.

En sala de espera estaban todos esperando noticias de Sebastián y Jorge, cuando el doctor salió informo el estado de salud de Sebastián, quien por gracia de dios únicamente había recibido golpes en las piernas y brazos y una ligera quemadura en el brazo izquierdo, el doctor hizo una pausa ligera y dijo.

– Lamento informar que el otro hombre, no sobrevivió, las quemaduras en su cuerpo y el exceso de hollín en sus pulmones impidieron el paso del aire, y desgraciadamente no regreso al tratar de resucitarlo.

– Julieta empezó a llorar, al igual que sus hijos quienes eran consoladas por Miren y Cristian.

Las horas fueron pasando, el padre de Miren se haría cargo del respectivo funeral del papá de Sebastián y avisaban a la policía que dejaran de buscar al señor, pues ya había fallecido, Cristian que estaba con Sebastián en su cuarto de hospital, lo miraba agarrándole la mano mientras respiraba con la mascarilla de oxígeno que le habían puesto para su pronta recuperación, Sebas quien lentamente abrió los ojos le pregunto a Cristian.

- ¿Esta muerto verdad?

– Cristian le dijo tristemente. – Sí chaparro, tu papá falleció en el incendio, pero ¿Tuvo algo que ver él con eso?

– Sebastián le contesto triste. – No, él no tuvo nada que ver, solo me trato de ayudar, me salvo, me devolvió la vida y me pidió perdón, el incendio fue provocado por la máquina de cafés, eso ocasiono el incendio, pero él solo trato de ayudarme.

– Cristian le beso en la frente y le dijo. – Chaparro, sentí que me moría por no tener noticia tuya, te amo mucho, te amo más que ayer, eres todo para mí, mi mundo eres tú, lamento mucho lo que tuvo que pasar para que tu papá abriera sus ojos, te amo chaparro. 

– Sebastián con la mano libre y sana que tenía le tomo la mejilla a Cris y le dijo.

– Por favor abrázame, abrázame lo más fuerte que puedas, necesito que me quieras ahorita, que me apapaches y me digas lo mucho que me amas.

– Cris se acomodó, abrazándolo cuidando de no obstruirle el oxígeno, Sebas haciendo puchero, empezó a llorar sinceramente y con mucho sentimiento.

El trágico y terrible día de Sebastián había finalizado, después de todo el perdón logró que el lazo de padre e hijo se uniera, aunque ya no en vida pero desde donde quiera que él este, podrá descansar en paz después de haber obtenido el perdón de la persona a la que más daño le causo y que le guardaba un afecto especial, pero nunca se dejó demostrar, demasiado tarde se dio cuenta del gran corazón que su hijo tiene y la nobleza que lo irradia, desgraciadamente tuvo que morir para darse cuenta que la homosexualidad es algo natural y podría decirse que es un don que se les da y no una extraña y terrible enfermedad, ¿Qué sucederá después?

Rockeando al Destino.

HOLA!!!

DEBIDO A QUE LES HA GUSTADO LA HISTORIA, HE MODIFICADO ALGUNOS CAPÍTULOS, HACIENDO QUE SE EXTIENDA UNOS CAPÍTULOS MÁS, OBVIO SIN PERDER EL SENTIDO DE LA TRAMA, EL CALOR DE MI CIUDAD ME HA PUESTO ALGO NERVIOSO POR NO PODER MANDAR LOS CAPÍTULOS A TIEMPO, PERO ESPERO COMPRENDAN.

POR FAVOR CUALQUIER COSA, SUGERENCIA DEJEN SU COMENTARIO O ENVIEN UN MAIL, UN SALUDO Y QUE PASEN BUEN DOMINGO...