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Es Cuestión del Destino. Capítulo 19

en Gays

CAPÍTULO DIECINUEVE.

DESTINOS FUTUROS.

 

 

Hola a todos, lamento mucho la tardanza en publicar, me justificaré “diciendo” (escribiendo) que debía entregar algo de calidad, algo acorde a todo lo que plasme durante todos estos meses en que duró la historia; sé muy bien que a muchos les fascina lo que escribo y de cómo hago que ustedes imaginen a los personajes, también sé que a otros no les gusta lo que escribo; se respetan sus críticas y opiniones a mis creaciones; creo que la frase de “las segundas partes nunca fueron buenas”, conmigo no va, ya que recibí por parte suya un excelente apoyo sobre esta secuela de “Rockeando al Destino”; de verdad no quiero ni deseo terminar esta historia sin antes agradecer a cada uno de ustedes lectores por su tiempo brindado, por sus comentarios, sugerencias, opiniones y correos; de verdad miles de millones de gracias, sin ustedes no seguiría aquí en la página; GRACIAS A: Albany primero, Julián, Misterrobbie, kari1900, Erick Valencia, Keegan, Juliangon1990, Jorge, Rosloff, Jim Axel, Marcus D, Marino Díaz, Frank Reynaldo, Adrián Camilo, Renato Muñoz, Luis Serrano, Ronel Ramos, Axel Víctor Veliz, Porbago, Harry Muñoz, Franky González, Orlando Ottino, José Francisco González, Eddy Ocana, Ojodegato_12, Carlos Carrillo, Jesús Meza, Ángel García, Sergio Hollowworld, JManuel, Astrea J.M, Jonathan Javier, Edison, Azael Becerra, Christopher Arismendi, Ricardo Caballero, Janet Amante, J Antonio Pérez, David Saldbas, Eduardo Jetzaell, José Luis Guzmán, Bruno Emoshito, Carlos Alfanet, Joel Valadez, Oriana María G, Ricardo Sariñana, Eduardo Ezequiel, Dennis Juan Pablo, Samir Zamar, Luis Cesar, ED-uardo Jetzaell Ruiz, Rubí Sini Cristián Serpent; sí se me paso en mencionar a alguno discúlpenme, pero son tantos que me llevaría medio capitulo dándoles las gracias; de verdad, de verdad, parezco repetidora o disco rayado, pero muchas gracias por su soporte y concederme en llegar a los 100 relatos publicados en TR, (Celebraré mucho, aunque sea solo, pues no tengo compañía, aunque con sus comentarios es más que suficiente); espero me sigan apoyando en ofrecer algo diferente a lo que comúnmente se lee aquí, de verdad muchas gracias a todos y los dejo con el final titulado “Destinos futuros”, tengan buen día.

 

Sebastián despertaba en una camilla del consultorio de urgencias; luego de que le practicaran una tomografía en 4D y encefalograma también en 4D, para descartar algo serio por el golpe que había sufrido; al comprobar que sólo había sido una pequeña abertura de 5 cm, que fue suturada con éxito; él despertaba abriendo los ojos poco a poco, veía a Christopher y Tirsa un tanto borrosos, ellos estaban muy al pendientes de él.

Alarmado preguntaba queriéndose levantar. – ¡¿Cristián, cómo está, qué sucedió?!

– Christopher se acercaba y lo recostaba nuevamente, respondiendo preocupado. – Aún lo siguen operando; estará bien, tranquilo, sufriste de un desmayo y te realizaron pruebas para descartar algo más grave, debes relajarte.

– Tirsa se acercaba diciéndole. – Él va a estar bien, ya verás, cálmate, te suturaron la herida que sufriste.

– Sebastián trataba de calmarse, pero no podía, así que se incorporaba diciendo. – Debo ir y saber cómo está mi esposo; ¡yo no importo, él sí!

– Christopher lo sostenía preocupado diciendo. – Bien, pero con cuidado.

– Tirsa los miraba y les decía. – Iré a preguntar sobre el estado de salud de Cristián, nos vemos en sala de espera.

– Tirsa se adelantaba saliendo del consultorio dejándoles en un momento a solas.

Sebastián invadido por la curiosidad, preguntaba a Christopher. – ¿Se puede saber de dónde conoces a la agente Tirsa?

– A lo que Christopher ayudando a Sebas, sonrojado le respondía. – Tirsa la conozco por qué es mi hermana.

– Sebastián decía sorprendido. – ¡Vaya sorpresa!

– Cristopher sonreía levemente diciendo. – Sí Sebastián, Tirsa y yo somos hermanos, seré el nuevo director del departamento de especialidad familiar e infantil, no sabía que la conocías, es muy sorprendente.

– Sebastián suspiraba diciendo. – Que bueno, me alegro por ti y sí bastante sorprendente.

– Tirsa regresaba con una silla de ruedas a la habitación y le decía. – Sebastián, en sala de espera están familiares tuyos y creo que Cristián también; él aún sigue en cirugía, la otra joven está siendo trasladada a su habitación.

– Christopher ayudando a sentarse a Sebas, que se mostraba pálido y algo mareado; le decía. – Vamos siéntate y te llevo para allá.

– Sebas agradeciendo decía. – Tirsa muchas gracias, gracias a ambos, de verdad.

– Tirsa les miraba un poco confusa y preguntaba. – ¿Ustedes ya se conocían?

– Sebas un poco sonrojado, estaba por responder con la verdad, cuando Christopher respondía astuto. – Por casualidad hace unos días en un bar, charlamos un rato y nada más, pero no sabía que tú igual le conocías.

– Tirsa quedaba satisfecha con la respuesta diciendo. – Oye que curioso, mucha casualidad, bueno vamos a sala de espera.

– Sebas, un poco cohibido y Christopher le sonreía ligeramente a él, mientras le llevaba a sala de espera.

Al ingresar de nuevo Sebas a sala de espera en silla de ruedas, su madre Julieta y su hermano de inmediato se acercaban preocupados, preguntando. – ¡¿Hijo estás bien?!

– ¡¿Hermano que sucedió?!

– Sebastián al verles, los abrazaba a su mamá que se hincaba ante él y su hermano que le apretaba el hombro.

Tirsa y Christopher se hacían a un lado.

Sebastián les decía aliviado con unas lágrimas derramando. – Estoy bien, sólo me desmaye, fue horrible, de verdad muy feo.

– Julieta besaba la frente de su hijo llorando diciendo. – Hijo mío, lo principal es que no te paso nada malo.

– Sebastián preocupado decía. – A mí no, pero a Cristián sí, espero que salga bien.

– Su hermano Jorge le decía apretándole el hombro. – Verás que sí hermano, verás que sí.

– Sebas, preocupado preguntaba. – ¿Los padres de Cristián ya saben?

– Julieta le respondía. – Sí, ya saben, no han de tardar en llegar.

– Miren y Mateo se acercaban preocupados.

Miren lo abrazaba diciendo. – ¡Amigo mío, mi hermanito querido!, me asusté mucho cuando me informaron.

– Mateo le colocaba su mano en el hombro diciendo. – Todo bien hermano, tú y mi buen amigo se recuperaran.

– Sebas les sonreía levemente diciendo. – Gracias por el apoyo.

– Sebas, intrigado preguntaba. – ¿Quién les aviso?

– Miren respondía mostrando semblante preocupado. – A Mateo le informaron que Miranda estaba aquí por qué fue herida de gravedad, al llegar nos encontramos a fuera con tu mamá y tu hermano, quienes nos informaron lo que pasó y al entrar al hospital, supimos lo de tu desmayo.

– Sebastián preocupado preguntaba. – ¿Miranda cómo está ella?

– Mateo le respondía preocupado. – Mi prima está delicada, de hecho acaban de pasarla a su habitación.

– Sebastián exhalaba diciendo. – Ella trató de salvarme, pero algo salió mal, espero se recupere.

– Mateo con semblante serio le decía. – Yo también.

– Ellos esperaban ahí noticia alguna, cuando de pronto, un doctor de emergencia preguntaba en sala de espera. – ¡¿Algún familiar de la paciente Miranda, presente en esta sala?!

– Mateo sorprendido se acercaba diciendo. – Yo, yo soy su primo.

– El doctor le llamaba y discretamente le explicaba unas cosas, Miren, Sebas y los demás presentes en la sala, angustiados miraban atentos a la expresión y semblante que ponía Mateo.

Él se regresaba con Miren quién le preguntaba preocupada. – ¿Qué paso amor?

– Sebas, preocupado se levantaba de la silla de ruedas preguntando alarmante. – ¡¿Qué paso, habla por favor?!

– Mateo suspiraba, respondiendo seriamente. – Mi prima será ingresada nuevamente a quirófano, presenta una complicación de gravedad por la profunda puñalada que sufrió, temen por qué el problema le deje secuelas bastantes serios.

– Miren le abrazaba diciendo. – Amor tranquilo.

– Sebastián movía la cabeza diciendo algo molesto. – ¡Debí quedarme y defenderla, pero no!

– Mateo le decía serio. – No tienes la culpa, no tienes culpa de nada.

– Mateo para calmarlo le decía. – El doctor me dijo que cuando ingreso de urgencia, de inmediato la intervinieron, aunque fue algo rápido, está presentando complicaciones y una fuerte hemorragia que no pueden detener; es por eso que ingreso de nuevo al quirófano.

– Sebas se ponía serio y preocupado, pensando. – Seguramente perdió al bebé que estaba esperando y es de imaginarse que ese bebé era de Cristián.

– Sebas se sentaba, en espera de noticias; la angustia nuevamente les invadía, ahora por el estado de salud de Miranda.

Al hospital llegaban los padres de Cristián; Don Roberto y Doña Regina angustiados se acercaban con Sebastián preguntando. – ¡¿Qué sucedió?!

– ¡¿Cómo sigue mi hijo?!

– ¿Alguna noticia?

– Cuéntanos los hechos.

– Sebastián abrazaba a Doña Regina diciéndole triste. – Suegra, sé bien que han estado muy al pendiente de nuestra situación marital y que Cristián al igual que yo, de una forma algo grosera les marcamos el alto a ustedes; perdón por eso y gracias por sus preocupaciones; ahora respondiendo a sus inquietudes, Cristián está siendo intervenido en este momento, esperamos aún, que nos digan como está.

– Doña Regina le abrazaba diciéndole preocupada. – Sebastián, nos preocuparemos siempre por el bienestar de ustedes, el amor que mi hijo te tiene es tan grande que gracias a ese amor, mi hijo cambió y mejoró para bien; no tienes nada de que disculparte, nosotros debemos pedir disculpas por ser entrometidos en donde no debemos.

– Sebastián sonreía levemente y le brotaban unas lágrimas, las cuales Regina secaba con un pañuelo desechable diciéndole. – Tranquilo, mi hijo es fuerte, tan fuerte que saldrá de está.

– Don Roberto abrazaba a Sebastián diciéndole. – Se fuerte muchacho, por Cristián, se fuerte por él.

– Sebastián sintiendo el apoyo, les comenzaba a explicar las cosas sucedidas momentos atrás, sin dar tanto detalle al respecto.

Doña Regina y Don Roberto quedaban pasmados por todo lo escuchado.

Regina tomaba de la mano a Sebastián diciéndole. – Ven hijo, vamos a rezar por mi hijo, por la joven herida y por esos maleantes, lo que hicieron sólo el creador tiene derecho a juzgarles.

– Sebas acompañaría a Regina; quién antes de ir a la capilla, decía abiertamente a los que estaban en la sala de espera. – Si gustan acompañarnos a la capilla por el bien de mi hijo y los implicados en los acontecimientos, son bienvenidos.

– Tras de Sebastián y Regina, iban Tirsa, Miren, Julieta y Christopher que se animaban a acompañarles; dejando en la sala de espera a Jorge, Mateo y Roberto, en espera de noticias.

Sebas le preguntaba discretamente a suegra. – ¿Por qué la noto tan serena?

– Regina le respondía segura de sí misma. – Estoy preocupada, sí, pero tranquila a la vez por qué mi hijo estará bien, mi corazón de madre me lo dice; así como tú te pusiste cuando Adonaí enfermó, que sentías esa presión en el pecho y muy preocupado estabas; así me sentía antes de llegar aquí, pero ahora sé que mi hijo saldrá victorioso de esto.

– Sebas sentía una tranquilidad inmensa después de escuchar las palabras de su suegra.

Al estar en la capilla, comenzaban a rezar en silencio; Christopher serio, no dejaba de pensar en Sebastián y recordaba la noche en que le coqueteó y conoció; él en flash back, le venía a la memoria las cosas y todo lo que le dijo:

Christopher le había dicho un tanto provocante y directo. – Sebastián son las 5:53 am ¿crees qué podremos ir a un lugar más íntimo?

– Sebastián le había dicho sonriendo. – ¡Claro, por supuesto que sí!

– Después de haber pagado su consumo de esa noche, ambos se iban en el carro de Christopher; llegaban al departamento donde él se había mudado y ambos comenzaron a besarse y acariciarse lentamente.

Christopher un tanto presuroso le había preguntado. – ¿Qué rol eres precioso?

– Sebastián dejándose besar el cuello le respondía un poco agitado. – Soy, soy, soy pasivo.

– Christopher se había detenido y le miraba diciendo. – Yo soy inter, ¿alguna vez le has hecho de activo?

– Sebastián le había respondido algo serio. – No, nunca, siempre he sido pasivo con Cristián y no sería activo, por nada, sólo pasivo.

– Christopher se quitaba la ropa y quedaba únicamente en bóxer; Sebas había comenzado a tener una inseguridad inmensa, pero no por eso se detuvo, se quitó la ropa y estando en bóxer él se le abalanzo y se comenzaron a besar; ambos en la cama se besaban y estrujaban algo brusco.

Sebastián había empujado a Christopher apenado diciendo. – ¡No puedo, no puedo!

– Él en el piso se levantaba y mostrándole su torneado cuerpo; no muy ejercitado, pero sí moldeado, de vello en pecho, abdomen y abundante vello en mitad de brazos y piernas completas; se tocaba la barba y preguntaba. – ¿Sucede algo?

– Sebas había comenzado a llorar respondiendo. - ¡Sí, sí pasa!, no puedo ser infiel a Cristián.

– Christopher se sentaba a un lado diciéndole. – Bien, no haremos nada, duerme un rato y después te llevo a casa.

– Sebastián apenado, se estaba limpiando las lágrimas mientras le decía. – Sé que sonará ridículo y que también no tienes por qué saberlo, pero mi esposo me fue infiel con una mujer y creo yo debo hacer lo mismo, pagarle con la misma moneda, pero no puedo, no puedo, por qué sé que sería ser como él, fuego al fuego no apaga el incendio, en cambio agua al fuego sí, debo ser yo quién apague ese fuego de la infidelidad y hacer que de las cenizas surja de nuevo el amor, por qué lo amo mucho, lo amo tanto que estoy dispuesto a perdonarlo, no en este momento, pero sí en un futuro no muy lejano.

– Christopher le brindaba un abrazo diciéndole. – Debo decir que le tengo envidia a ese tal Cristián por tenerte a su lado, un idiota no echaría a perder una relación así.

– Le soltaba y tomándole la cara le decía mirándole a los ojos. – Si me permites un consejo, escúchalo, entiéndelo, compréndelo y razonen juntos las cosas; recuerda que el malo siempre será el malo sí sólo escuchas la versión del bueno; deja que te explique las cosas y posteriormente verán si su relación tiene futuro.

– Ambos se sonreían y nuevamente se abrazaban; luego de eso, Sebas se dormía un rato en la cama de él, mientras que Christopher se iba a dormir al sillón.

Al despertar después de una breve siesta, se iba Sebas a su casa despidiéndose amablemente de Christopher, no sin antes intercambiar número de teléfono para estar en una comunicación amistosa; la cual para Christopher se estaba convirtiendo en un amor platónico. Christopher regresaba de los recuerdos y sonreía levemente, para continuar pidiendo por la salud de los heridos.

Tras casi cinco horas y luego de informar a la guardería donde Adonaí estaba, avisando que irían por él más tarde sus tíos; y luego de tanto esperar, por fin tenían noticias buenas sobre Cristián; el doctor informaba a Sebastián, Julieta, Jorge y los padres de Cris, que la cirugía había sido complicada pero no imposible ya que lograron extraerle la bala del abdomen y que habían tenido que extirparle el vaso; la bala del pecho sólo hizo una leve perforación en el pulmón izquierdo, no muy grave ya que dicha bala no había tocado el corazón; aun así estaría con oxigenación y en observación durante unos días, que estaba consciente, con buen semblante; y que deseaba ver a Sebastián.

Sebastián sonreía diciendo. – Gracias al cielo, mil gracias, ¿de verdad puedo verlo?

– El doctor le respondía amablemente. – Sí, pase por aquí.

– Sebas se disculpaba diciendo. – Con su permiso suegros, iré a ver al amor de mi vida.

– Christopher sonreía amablemente y miraba a Sebas muy entusiasmado por ir a ver a su “rockero”; él cabizbajo, desanimado, se iba a la cafetería; Sebastián era guiado por una enfermera y el doctor a la habitación de Cristián, luego de recibir buenas noticias de su estado de salud; pero por desgracia a Miranda no le eran tan buenas noticias.

Sebas preparado, un poco nervioso entraba a la habitación; Cristián en cama, con gafas nasales para él oxígeno y suero miraba abrirse la puerta.

Sebastián al verlo, se conmovía diciéndole. – Mi amor, estás vivo, mi rockero.

– Cristián sonreía levemente diciendo. – Chaparro, me alegra verte a salvo, no me puedo morir sin tu perdón.

– Sebas caminaba hacia él, le tomaba la mano y le decía. – No digas eso, morirte no; no puedes dejarnos a Adonaí y a mí solos.

– Cristián sonreía levemente diciéndole. – No, claro que no; pudo más mi amor por ti, por eso luché para quedarme aquí contigo, aunque tú ya no me ames.

– Apretando la mano de Sebas, preguntaba. – ¿Podrás perdonarme?

– Sebastián besaba la mano de Cris respondiéndole con ojos llorosos. – Tú perdóname, pudo más mi orgullo que…

– Cristián le interrumpía diciendo. – No, no debo perdonarte nada, sé bien que te dañé de una forma cruel y muy hiriente, por eso tu reacción así conmigo, es justificable todos esos cambios de humor, de verdad perdóname, sólo eso quiero, tu perdón aunque las cosas no vuelvan a ser igual.

– Sebastián con mucho cuidado le abrazaba diciendo aliviado. – Te perdono, te perdono amor.

– Cristián suspiraba y sonreía acariciando la cabeza de Sebas diciendo. – Ahora sí me puedo ir en paz.

– Sebastián asustado lo miraba y Cristián se comenzaba a reír diciendo. – Es broma tonto, es una broma.

– Sebastián se molestaba exclamando. – ¡Eres un idiota, me espantaste horrible!

– Cristián se reía diciendo. – Auch, Auch, duele, duele, disculpa amor.

– Sebas le sonreía diciendo. – ¡Qué bueno que te duelen las heridas al reírte, es el karma por bromear pesado!

– Cris le guiñaba el ojo diciéndole. – Sí me das un beso para el dolor.

– Sebastián le contestaba mientras se le acercaba. – ¿Sólo uno?, mejor dos.

– Cristián le acariciaba la mejilla diciendo. – Bueno, bésame, bésame mucho, extraño tus besos.

– Ambos se daban un suave, delicado y tierno beso como pacto de su reconciliación.

Por otra parte; Mateo y Miren después de que el doctor les hiciera saber lo ocurrido con Miranda, ellos entraban apenados a su habitación; al verla demacrada, blanca como un papel.

Ella devastada les preguntaba. – ¿Qué hacen aquí?

– Miren respondía diciéndole apenada. – Queremos saber cómo estás.

– Ella se enderezaba diciéndole. – Bien, creo que lo que me paso fue un castigo justo.

– Mateo preguntaba al verla pararse de la cama. – ¡¿Miranda, qué haces?!

– Ella muy adolorida le respondía. – Quiero ver a Cristián y a Sebastián también, quiero hablar con ellos.

– Miren le decía sería. – Creo que no es momento.

– Miranda tomaba el suero de su base y les decía seria. – Es momento, para mí lo es.

– Mateo salía de la habitación, pedía una silla de ruedas, y regresaba con la silla para decirle. – Te llevaré, no debes hacer esfuerzos te operaron, siéntate prima.

– Miren la miraba con cierta pena y lástima haciéndose a un lado.

Miranda se sentaba y decía seria. – Muchas gracias, vamos a su habitación; Miren también debes estar presente, quiero que ustedes estén presentes, ¿podrás avisarle a Sebastián?

– Miren un tanto incomodada y tensa por lo que fuera a suceder, avanzaba al lado de ellos diciéndole. – Sebastián está con Cristián.

– Mateo estaba preocupado por lo que fuera hacer su prima.

Miranda suspiraba y sintiéndose derrotada decía. – Muy bien, me alegro por ellos.

– Al estar en la habitación, Miren tocaba preguntando. – ¿Se puede?

– Sebas y Cris se dejaban de besar, sonriéndose muy animados respondían al mismo tiempo. – Adelante, pase.

– Miren abría diciendo. – Con su permiso.

– Al entrar ella, Miranda y Mateo; Sebas y Cris quedaban serios en silencio.

Miranda apenada decía. – Me alegra saber que estás bien Cristián y también tú Sebas, de verdad me alegra.

– Cris y Sebas respondían serios. – Gracias.

– Muchas gracias.

– Mateo cerraba la puerta y les decía. – Mi prima pidió hablar con ustedes y con nosotros.

– Miranda les miraba diciendo seriamente. – La verdad deseaba con todas mis fuerzas que ustedes jamás volvieran a estar juntos, pero después de todo, a ustedes su amor los volvió a unir.

– Sebastián sin entender, preguntaba. – ¿A qué viene todo esto?

– Miranda comenzaba a llorar diciendo. – Ya no me queda nada, sólo vine a pedirles perdón a ustedes dos y a mi primo y su esposa, todo lo que hice fue por qué estaba enamorada de Cristián, de verdad lo estaba, pero hice mal en hacer todo por obtener su amor.

– Cristián acongojado le decía. – Estás perdonada Miranda, de verdad.

– Sebastián se le acercaba, se ponía encuclillas y le decía. – Estás perdonada, de verdad.

– Miranda alzaba la mirada diciendo. – ¿Me perdonan aún después de que planeé meterme a la cama con Cristián?

– Sebas le decía conmovido. – Sí, claro que sí.

– Miranda se limpiaba las lágrimas diciendo triste. – Gracias, de verdad.

– Miranda miraba a Cristián y le decía. – Creí estar enamorada de ti, me di cuenta tarde que no era así, con Edison conocí el amor, se preocupó por mí, me hizo sentir apreciada; desgraciadamente fui una estúpida al no valorarle y ahora es tarde para pedirle perdón.

– Sebas le decía dándole ánimos. – ¡Claro que no!, aún estás a tiempo.

– Miranda seria y dolida le decía. – No, no es tiempo, por qué lo usé, lo usé de la forma más repugnante; me acosté con él varias veces imaginando que era Cristián y me embaracé de él.

– Miranda comenzaba a derramar lágrimas, decía triste y muy arrepentida. – Cuando supe que estaba embarazada de Edison y no de Cristián, comencé a planear la forma en la que haría pasar a Cristián como padre del bebé que esperaba; las cosas estaban saliendo bien, pero el karma y el mismo destino me hizo pagar todo el mal que hice al elaborar un plan tan ruin y cruel para separarlos definitivamente.

– Cristián y Sebastián así como Mateo y Miren, se sorprendían mucho al saber el plan que había fraguado Miranda, quedando enmudecidos.

Ella muy triste, limpiándose las lágrimas en la bata, les decía. – Regresé para informarle a Cristián de mi embarazó y decirle que ese bebé era de él, que tenía 6 semanas de embarazo, cuando en realidad tenía 9 semanas de embarazo; pero como dije el destino, el karma o las circunstancias de la vida, me hicieron pagar el intento de mi maldad hacía ustedes; ahora nunca más volveré a ser mamá, no sabré lo que es la dicha de tener un bebé dentro del vientre, es un castigo justo por tratar de usar a alguien inocente para una crueldad.

– Miranda se ponía a llorar desconsolada diciendo. – ¡Perdónenme por favor, de verdad, perdónenme!

– Los presentes en la habitación, la miraban con mucha pena y lástima al saber las secuelas del atentado sufrido.

Ya qué Miranda había presentado un desgarre uterino provocado por la salvaje puñalada recibida por parte de Maritza; ella había sido intervenida de emergencia, en quirófano había perdido a su bebé; que sería una niña; posteriormente ella fue pasada a observación y sorpresivamente presento una fuerte hemorragia, motivo por el cual  fue intervenida quirúrgicamente de nueva cuenta, para tratar de salvarle la matriz, pero por desgracia tuvieron que extirpársela o de lo contrario moriría.

Luego de saber lo que ella tenía tramado, Cristián y Sebastián pidieron hablar con Miranda a solas; Miren y Mateo salieron de la habitación, dejándoles allí.

Ella seria preguntaba. – ¿Me perdonan?

– Sebastián suspiraba y mirándola con cierta pena, respondía. – Sí, claro que sí, no te aflijas.

– Cristián un tanto molesto le decía cortante. – Yo te perdono Miranda, pero quiero que te vayas lo más lejos posible de mi vida y de la vida de Sebastián, óyelo bien, ¡no deseo saber más de ti!, obtuviste el perdón, pero causaste un gran daño en mi relación, te quiero muy lejos de aquí y que nunca regreses.

– Miranda sintió una profunda punzada en su ser, aguantando las ganas de llorar, se tragaba su dolor y sólo movía la cabeza aceptando la petición de él.

Sebastián le decía compadeciéndose. – Sabes Miranda, después de todo el mal que hiciste, me da mucha pena lo que te sucedió, espero logres alcanzar la felicidad que deseas, pero como dice Cristián, aquí sólo causaste daño, por eso concuerdo con él de que te vayas muy lejos y nunca regreses.

– Miranda cerraba los ojos y se daba media vuelta con la silla de ruedas, se dirigía a la puerta y decía triste. – Sean muy felices, hasta luego.

– Al abrir, Mateo la ayudaba a salir y Miren les miraba sus caras un tanto serias; ella cerraba la puerta, dejándoles hablar.

Cristián tomaba la mano de Sebastián diciéndole. – Después de todo no fue culpa mía en su totalidad en haberte sido infiel.

– Sebastián lamentando decía. – Una pena lo que le sucedió a Miranda, el destino le hizo pagar con lo más sagrado que una mujer puede tener y dar en su vida; la vida a otro ser humano.

– Apretando la mano de Cris le decía. – No tuviste la culpa, caíste en la trampa que ella había fraguado, pero ahora ya no hablemos de eso, dejemos todo en el pasado y concentrémonos en el futuro, nuestros destinos futuros.

– Cris sonreía y se acercaba la mano de Sebas para besarla diciendo. – Una nueva vida, un nuevo futuro, un nuevo comienzo juntos mi amor.

– Ambos se sonreían y se daban un tierno beso.

Conforme pasaron las horas, Cristián recibió las visitas de sus padres, quienes estaban muy preocupados por su estado de salud; de Julieta y Jorge quienes le animaban a reponerse lo más pronto posible; Adonaí entraba a la habitación en brazos de Alejandrina y Roberto; quienes antes de llegar al hospital, habían pasado por el pequeño niño a la guardería; Cristián sonreía muy contento ante el abrazo y beso que su hijo le daba, él sentía que las cosas nuevamente marcharían mejor.

Adonaí le abrazaba preguntando. – ¿Qué te paso papi?

– A lo que Cristián ingenioso respondía. – Me enfermé, me pusieron unas inyecciones y tuvieron que operarme, en unos días estaré bien.

– Adonaí haciendo cara de preocupación le decía. – Papi y yo te cuidaremos, con besitos de papi te vas a curar y con abrazos míos también.

– Adonaí abrazaba fuerte a Cris, él correspondía el abrazo aún sin importarle que su hijo le estuviera lastimando la herida.

Sebas sonreía muy conmovido por verlos, Alejandrina y Roberto sonreían al ver nuevamente la familia reunida.

Alejandrina preguntaba curiosa. – ¿Dónde pasaran la noche Sebastián?

– Sebas dudaba un poco para responder; diciendo así. – No quiero pisar la casa, mucho menos que Adonaí descubra y vea todo el tiradero que hay, creo nos iremos a dormir a casa de Miren y Mateo o en la habitación de hotel donde Cris se estaba hospedando.

– Roberto amablemente les proponía, diciendo. – Sí deseas puedes venirte con nosotros y mañana por la mañana regresas para estar con mi hermano.

– Sebas le pensaba un rato; pues se sentía cansado pero también quería estar con Cris en el hospital.

Cristián le tomaba la mano y sonriendo decía. – Amor, ve a descansar, no creo que te dejen quedarte conmigo, duerme, descansa y mañana por la mañana comienza a buscar quién pueda…

– Sebas interrumpía diciendo. – Mañana mismo comenzaré a realizar la mudanza, creo que la idea de remodelar nuestra casa es perfecta para borrar todo lo que sucedió allí, ¡no quiero recordar absolutamente nada de lo sucedido, nada!

– Cristián sonreía y le decía. – Cómo tú digas amor.

– En lo que continuaban poniéndose de acuerdo.

Tirsa entraba a la habitación de Bryan, dónde alterado, con un tubo de oxigeno instalado en su garganta, preguntaba. – ¡¿Qué hago aquí, qué me sucedió?! ¡¿Por qué no puedo moverme?!

– Tirsa lo miraba compadeciéndose y respondía. – Te caíste de un segundo piso, tu cuerpo cayó sobre unas escaleras, tu cuello golpeó con el filo de un escalón entre las cervicales 6 y 7 causando una inmovilidad irreversible de los hombros para abajo.

– Bryan muy asustado preguntaba. – ¡¿Qué está usted diciendo?!

– Tirsa se acercaba un poco más diciéndole. – Usted ha quedado cuadripléjico de por vida.

– Bryan desesperado no podía creerlo, sus ojos quedaban fijos, reflejando un temor inmenso en su interior.

Tirsa decía seria. – En unos días será trasladado al hospital del reclusorio, se le dictará sentencia por el delito de asesinato y los diversos asaltos que ocurrieron en la zona donde cometió su último atraco; trataré de ayudarle en su condena, pero creo que no será necesario, suficiente tiene con el castigo merecido.

– Bryan derramaba unas lágrimas diciendo. – Mis hijos, quiero a mis hijos, quiero verlos.

– Tirsa caminando a la salida le decía. – Su hija estará en buenos cuidados, sé bien de alguien que sí le brindarán amor, le cuidaran y darán todo el amor que ustedes sus padres no le brindaron, de eso me encargo yo, ya que en eso sí puedo ayudar.

– Tirsa girando la perilla de la puerta le decía seria. – Sin más que decirle, lo dejo, no hay peor cárcel que la suya propia al quedar postrado en una cama; recuerde que el castigo dado por el karma es proporcional a los hechos realizados durante su corta vida; hasta luego.

– Tirsa salía de la habitación dejando a Bryan con un miedo invadiéndole ese vació de la soledad.

Sebastián salía de la habitación con Adonaí en brazos; el niño se había dormido en el sillón de la habitación de Cristián; Sebas caminando por el pasillo lentamente, se encontraba con Christopher que le sonreía preguntando. – ¿Te ayudo?

– Sebas le mostraba una ligera sonrisa respondiendo. – Gracias, yo puedo, no te preocupes.

– Christopher lo miraba con ternura y le decía. – Creo que pudo más el amor que el rencor.

– Sebastián se sonrojaba diciendo. – Lo siento mucho, pero me doy cuenta que lo amo mucho; de verdad perdona.

– Christopher moviendo la cabeza le decía. – No hay de que pedir perdón, creo que me hice ilusiones de forma presurosa.

– Sebastián lo miraba directo a los ojos diciendo. – Eres muy guapo, muy varonil, muy apuesto, con porte, creo que la persona indicada para ti el destino te la pondrá en frente muy pronto, me gustas sí, pero como amigo, me alegró coincidir contigo, estábamos destinados para encontrarnos y ayudarnos un poco con nuestras situaciones, pero no para ser algo más.

– Christopher se acercaba un poco más, le daba un beso en la mejilla y le decía sonriendo. – En eso tienes razón, el destino tiene grandes sorpresas; espero seamos amigos, sean felices, ustedes lo merecen, creo que su amor es de verdad puro, sean felices nuevamente.

– Christopher caminaba en dirección contraria a Sebas, un poco triste y desanimado.

Sebastián suspiraba y continuaba su caminar a sala de espera; donde dejaba a Adonaí en brazos y cuidados de Doña Regina en lo que él cansado, esperaba a Roberto y Alejandrina salir de la habitación de Cris, para irse con ellos a su casa; pero Tirsa al verlo sentado se acercaba discretamente, diciéndole que deseaba platicar con él y Cristián de algo que les interesaría mucho a ellos; inquieto y curioso le decía que sí; ambos caminaban a la habitación de Cristián.

Roberto y Alejandrina al ver a Sebas de regreso, Alejandrina le decía desanimada. – Sebas lamento decir que las horas de visita ya se acabaron, nos sacaron de forma presurosa.

– Sebas haciendo gesto de incomodidad decía. – No puede ser, hay algo que la agente debe hablar con Cris y conmigo urgente.

– Christopher de regreso por ese mismo pasillo, al verlos presurosos, preguntaba. – ¿Sucede algo?

– Tirsa respondía presurosa. – Hermano tengo que hablar con Cristián y Sebastián sobre el asunto de la niña.

– Christopher decía calmándoles. – De ser así permítanme.

– Christopher hablaba con unas enfermeras para que minutos después les otorgaran un permiso de media hora de visita.

Roberto le decía a Sebas. – Cuñado entra, sin preocupaciones, nosotros cuidaremos de Adonaí, te esperaremos.

– Sebas feliz agradecía, pasando con Tirsa y Christopher a la habitación de Cristián.

Cristián estaba por quedarse dormido y al escuchar la voz de Sebas, sorprendido despertaba preguntando. – ¿Sebas qué sucede?

– Él le respondía calmándole. – Tranquilo, la agente Tirsa y su hermano desean hablar con nosotros de algo que nos va a interesar.

– Cristián les miraba y presentándose Christopher; sin entrar mucho en detalles; le cedía la palabra a su hermana; quién les explicaba el asunto legal en que la pequeña niña; sin nombre aún; quedaría ante los hechos; ya que al tener su madre muerta, un padre imposibilitado de cuidarla y con muchos delitos en su haber, y sin familia que pida la custodia, la bebé pasaría a manos del departamento de especialidad familiar e infantil en disposición de adopción.

Christopher y Tirsa les proponían ser ellos sus padres adoptivos, noticia la cual alegró mucho a Sebas y Cris; entusiasmados aceptaron, no sin antes comentar de la confesión de Maritza, sobre que Adonaí era hijo biológico de ella y de Bryan; Tirsa para sacarlos de dudas les dijo que pediría una prueba de ADN para comprobar lo confesado, pero que eso no interferiría en nada con la adopción de Adonaí, ya que el tiempo que se les da de observación y acoplamiento ya había pasado, por lo tanto Adonaí ya era hijo legalmente de ellos; de ser compatible la prueba de ADN ayudaría a favor con la adopción de la bebé.

Christopher les sonreía diciendo. – Haré que los trámites de adopción de la niña sean rápidos, por ser el nuevo director del departamento me encargaré de eso, sólo que debo saber una cosa.

– Cristián preguntaba curioso e impaciente. – ¿Qué cosa?

– Christopher contestaba con pregunta. – ¿Ustedes están casados?

– A lo que Cristián respondía directo. – Sí, tenemos de relación casi 14 años y 9 años casados por el civil de forma legal.

– Tirsa les decía tranquila. – Bien, pues con eso es suficiente, comenzaremos mañana mismo con los trámites.

– Sebastián se alegraba mucho diciendo. – Seremos papás de una niña, ¡qué emoción tan grande!

– Christopher sonriendo les sugería. – Bueno ahora que se ha aceptado formalmente las bodas religiosas entre homosexuales, deberían de casarse también.

– Sebastián se sonrojaba diciendo. – Seria buena idea pero…

– Cristián lo miraba interrumpiéndole muy serio. – Pero desde que pasó lo que ya sabes, no sabía qué futuro tendría nuestra relación, que futuro tendrían nuestros destinos, la verdad deseo casarme contigo por la iglesia, ahora que ya existe el perdón en nuestra relación, debo preguntarte algo aunque no tenga el anillo de compromiso; ¿deseas casarte conmigo Sebastián?

– Sebastián abrumado sonreía y con ojos cristalizados por las lágrimas le respondía. – Sí, sí, ¡sí, acepto!

– Sebas emocionado le abrazaba con mucha cautela diciendo. – Comenzaremos de nuevo, ahora que sé que tú no tuviste la culpa de nada y todo fue un plan tramado con alevosía para separarnos; no  dejaré que nuestro amor se acabe, lo reavivaremos.

– Al escuchar eso, Cris sentía un alivio total; Tirsa y Christopher se alegraban y felicitaban por la noticia a la pareja reconciliada; posteriormente la familia de ambos al enterarse, se alegraban de tan maravillosa noticia.

Al día siguiente, en el hospital; Miranda recibía una visita inesperada de Edison; a quién Mateo contacto para que fuera hablar con ella de un asunto que le incumbía; Edison serio y decidido, entraba a la habitación de Miranda.

Sorprendiéndola ella preguntaba. – ¡¿Qué haces aquí?!

– Respondiendo Edison con seriedad. – Tu primo Mateo me informó lo que te sucedió, ¿estás  bien?

– Miranda teniendo cristalizados los ojos le respondía. – ¡No, nada está bien!

– Edison se acercaba al píe de la cama diciendo. – Aunque no lo creas me alegra que estés viva y que hayas hecho algo bueno después del daño causado.

– Miranda bajaba la mirada preguntando. – ¿Ya lo sabes, verdad?

– Edison le respondía del mismo modo. – Sí, lo sé, lo que hiciste fue una bajeza, quisiste usar un ser inocente para separar a una pareja de hombres que se aman tanto; ¡¿En qué estabas pensando?! Aunque de verdad, me da igual lo que pensabas, recibiste el castigo que te mereces.

– Miranda suplicando lloraba, diciendo. – ¡Por favor Edison, perdóname, perdóname, por favor!, ¡te quiero mucho, por favor perdón!, ¡no sabía lo que hacía, no tenía idea alguna, estaba cegada por amor!

– Edison le gritaba. – ¡Cállate!

– Miranda se enmudecía.

Él moderando su tono de voz decía. – Quisiera perdonarte, pero no puedo, estabas esperando un hijo mío, un hijo mío que engendre enamorado de ti, al cual lo quisiste usar para una bajeza ruin; sabías perfectamente lo que estabas haciendo y lo que sentías no era amor.

– Edison dándole la espalda, decía muy serio. – Sí de verdad deseas mi perdón, vete lejos, muy lejos, deja a Cristián y Sebastián ser felices, déjanos a todos vivir felices con nuestras respectivas parejas; vete y a ver si existe alguien que te quiera así como eres, así cómo estás.

– Se giraba de nueva cuenta y mirándose a los ojos mutuamente, le decía. – Ojala exista el hombre que quiera estar con una mujer seca y podrida por dentro; ya que el pedir perdón no borra el daño ni las cicatrices causadas por tu envidia; sólo vete, el perdón lo tendrás cuando te vayas lejos y recapacites de verdad tus actos.

– Miranda sintiéndose mal comenzaba a llorar sin poder gesticular palabra alguna.

Edison le daba la espalda otra vez diciendo. – Hasta nunca Miranda.

– Edison salía de la habitación y se iba del hospital sin saludar a nadie.

Miren, Sebastián y Mateo lo veían salir con una expresión sería y triste a la vez, mirándose entre ellos con curiosidad y confusión; en tanto Miranda se quedaba en su habitación llorando desconsoladamente teniendo en su mente las palabras de Edison repetir una y otra vez.

En torno a los demás; pasaban los días y las cosas iban cada vez mejor entre Sebastián y Cristián; su relación comenzaba de nueva cuenta y eso beneficiaba en la recuperación de Cristián; quién a nueve días de lo sucedido, salía finalmente del hospital; las noticias sobre su boda religiosa y la adopción de la bebé eran las buenas nuevas que todos sus familiares y amigos esperaban; ya que daban por muerta su relación; en tanto Sebas y Cris en su otra casa con el pequeño Adonaí; pensaban en el nombre que le pondrían a la bebé cuando se las dieran en adopción, luego de haber salido compatible la prueba de ADN, también en las habitaciones que tendrían que agregar a la remodelación de la casa, así como su lista de invitados para la boda; la pareja no llegaban a un acuerdo sobre los nombres para la bebé, debido a que a Cristián le gustaba un nombre que a Sebastián no y así viceversa.

Ellos con sus problemas de nombres, mientras tanto Miren y Mateo disfrutaban mucho la espera de sus mellizos; día a día Miren se le veía la pancita cada vez más abultada; confirmaba que tendría un varón y una niña, cosa que les alegraba bastante; a diferencia de Sebas y Cris, los nombres de sus hijos ya los tenían elegidos, así de cómo sería el parto; por otra parte, Rubén e Ian luego de al fin olvidar su pasado tormentoso, decidieron tener un futuro más armónico y amoroso; ambos pensaban en adoptar un bebé, aunque no estaban cien por ciento seguros de ser papás igual de buenos que Sebastián y Cristián; la idea estaba en sus planes.

Julieta estaba contenta porque sería abuela nuevamente, al igual que Don Roberto y Doña Regina; quienes ya estaban hasta alistando detalles del bautismo de la pequeña niña cuando la obtuvieran de manera formal; Tirsa y Christopher continuaban acelerando el procedimiento de adopción de la bebé, pero se les complicaba debido a que Bryan no quería ceder la custodia y patria potestad de su hija; al paso de las semanas y luego de recibir sentencia Bryan condenado a cincuenta años de presión y posteriormente de una intensa platica con la agente Tirsa y Christopher, al fin otorgaba la bebé en adopción; haciéndole ver que sería lo mejor para la pequeña niña.

Volviendo con Sebastián y Cristián; ellos estaban en preparativos de su boda religiosa; pero vaya sorpresa que se llevaron, ya que, en las iglesias a las que acudían para apartar fecha de su boda, estaban todas ocupadas; debido a que muchas parejas de la comunidad LGBTTTI se animaron a contraer nupcias en fechas posteriores a la aceptación oficial brindada por el vaticano; Sebas y Cris sin desanimarse mucho, veían de manera positiva que ese tiempo que esperarían, les serviría mucho para sanar heridas del pasado y así poder tener un futuro más estable sin resentimientos entre ellos; sus respectivas familias tenían tiempo de sobra para planear con calma la gran esperada boda.

Pasando los meses, Miren y Mateo se convertían en padres de unos hermosos mellizos, los cuales tuvieron por parto acuático; naciendo primero el niño al que llamaron Mauro y a su niña que nació minutos después con el nombre de Mabel; a las pocas semanas de su nacimiento, fueron bautizados, teniendo por padrino de Mauro a Sebastián y de Mabel a Cristián; fue una emotiva y gran fiesta en la cual dieron un anuncio al público; luego de un tiempo de duros alegatos legales, intensos y laboriosos procedimientos, Sebastián y Cristián por fin tenían la adopción legal definitiva de la bebé, sorpresa que Miren, Mateo, junto con Christopher y Tirsa les daban en la fiesta del bautismo de los niños; ambos muy contentos recibían de brazos de Tirsa a la niña.

Sebastián muy emotivo cargaba a la niña diciéndoles. – Me siento emocionado, contento, con mucha felicidad al tener por fin, luego de casi un año de pelear con otras parejas por la adopción de este angelito hermoso; se escuchará algo trillado, pero dejé que las cosas fluyeran, confié mucho en el destino y en que el universo conspirará a nuestro favor y pues ahora está aquí nuestra hija.

– Sebastián era besado amorosamente por Cristián, quién sonriendo decía. – Ahora somos padres nuevamente, con la llegada de esta preciosura, nuestro amor se fortalecerá más; gracias a ustedes, gracias al destino, el universo y a la vida que nos permitió ser los padres de esta criatura hermosa.

– Adonaí se acercaba corriendo, muy emocionado gritando. – ¡Tengo una hermana, tengo una hermana!, ¡la voy a proteger como un súper héroe, es mi hermana, es mi hermana!

– Christopher con papeles de adopción en mano, decía. – Para hacer formal esto, debo obtener su firma y lo más importante, el nombre de la bebé, ¿Ya tienen un nombre, verdad?

– Sebastián sonreía contento respondiendo. – Nuestra hija llevará el nombre del ser que tu mí amor cuidaste, quisiste y perdiste años atrás; nuestra hija se llamará, se llamará Aida, así como tu abuela.

– Cristián con lágrimas en los ojos, besaba la frente de la bebé, para luego besar tiernamente a Sebas diciendo. – ¡Te amo mucho!

– Los presentes en la fiesta, se conmovían al saber el nombre de la bebé y su por qué.

Christopher enternecido se recargaba en una mesa, escribiendo el nombre de la bebé en el acta, así como Cris y Sebas se acercaban para firmarla; después de eso, todos los presentes seguían con el gran festejo, alegres y con mucha algarabía.

¡Y por fin llego el tan esperado día!, justo cumpliéndose quince años de relación y de haber aclarado la situación, así como la intensión fallida de Sebas con Christopher; Sebastián y Cristián frente al altar; ambos luciendo trajes color beige obscuro, camisa color azul cielo, corbata y pañuelo color azul marino; de boutonniere portaban un alcatraz con dos rosas blancas unidas por un listón al color de la corbata, zapatos cafés, por supuesto bien peinados, perfumados y muy nerviosos; estaban uniéndose en matrimonio.

Sus padrinos de lazo fueron Mateo y Miren, Ian y Rubén de anillos, Alexa y su esposo de velación, Regina y su esposo de arras, Roberto y Alejandrina padrinos de biblia y rosario, Jorge y Andrea padrinos de cojines, Julieta de ramo y Don Roberto y Doña Regina padrinos de recuerdos; las mujeres eran las damas de honor de Sebas y los hombres eran caballeros de honor de Cristián; aunque prácticamente vendrían siendo lo mismo para los dos.

Luego de la ceremonia eclesiástica el sacerdote declaraba a la pareja. – Lo que se ha unido ante ustedes hermanos, siendo testigos del amor de esta pareja, declaro ante la nueva ley matrimonial otorgada por el vaticano y su santidad; sagrado matrimonio homosexual; lo que se unido ante dios, que no lo separe ninguna persona, ambos pueden besarse.

– Emocionados, Cris y Sebas se daban un tierno beso, para así ambos sonreírse.

El padre contento decía. – Brindemos un fuerte aplauso.

– Todos en la iglesia aplaudían muy emotivos.

Julieta emocionada por ver a su hijo casarse, se le acercaba con el ramo de alcatraces con un orquídea en el centro, diciendo. – Aquí tienes hijo mío, el ramo que entregarás.

– Sebastián y Cristián lo tomaban, sonriendo felizmente; ellos caminaban y colocaban en el altar de Jesús crucificado el ramo, diciendo Sebas. – Entrego esté ramo como gratitud ante la aceptación de matrimonios igualitarios, bendícenos siempre a mi esposo, mi familia, hijos y a mí, amen.

– Cristián decía. – Gracias por la aceptación; sólo tú podrás juzgarnos cuando muramos, por lo mientras me queda agradecer la tolerancia que se ha tenido a través de los años entorno a la comunidad LGBTTTI y la aceptación de nuestros derechos, por qué al fin de cuentas todos somos humanos ante tus ojos y no debe haber etiquetas, clases sociales, estereotipos y razas; poco a poco la gente está volviendo a ser más humana, más tolerante y sobretodo más creyente en el amor, en el único y verdadero amor; en serio muchas gracias.

– Ambos se persignaban para así felices, tranquilos y contentos, salir de la iglesia, recibidos por una lluvia de pétalos y burbujas, seguida de fuegos artificiales y mucha alegría a su alrededor.

Luego de eso, tomaban rumbo al salón de fiestas para la cena en honor a su unión; los centros de mesa eran arreglos con una orquídea rodeada por alcatraces y rosas blancas; tal y como adornaron la iglesia para la ceremonia; luego del brindis, el vals con sus hijos; quienes estaban combinados como sus padres vestían; así como el vals familiar, continuaron con la cena y el baile; qué para Sebas y Cris fue un agasaje, pues no paraban de bailar y disfrutar.

Edison y su futura esposa, se despedían del ahora matrimonio; deseándoles lo mejor y una dicha plena; Sebas y Cris, esperaban que también fueran felices y les deseaban un feliz viaje; ya que Edison y su pareja en unas horas tomarían camino al aeropuerto donde abordarían un avión con rumbo a Venezuela, para hacer un recorrido visitando Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia,  Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y finalizar en Brasil; para después regresar, casarse y continuar viajando esta vez por el viejo continente.

Después de mucho bailar, cantar, disfrutar de familiares y de amigos, el nuevo matrimonio en una suite del hotel Petrilli de la ciudad, se disponía a descansar para así por la mañana tomar un vuelo con destino a Ámsterdam dónde pasarían 20 días de “luna de miel”; aunque en sí, era un viaje vacacional para estar relajados un poco y tener un espacio para ellos; el tener hijos les consumía la mayor parte de su tiempo libre, pero disfrutaban al máximo el estar con ellos y verlos crecer día a día.

En la suite; Cristián y Sebastián besándose apasionadamente, acostados en la cama; ambos en bóxer de color blanco; se acariciaban y abrazaban como nunca.

Cristián agitado le decía. – ¡Por fin te haré el amor, estuve mucho tiempo en abstinencia!

– Cristián le besaba el cuello y Sebas suspirando le respondía. – Te dije que era parte de tu castigo, tendríamos relaciones hasta el día de la boda.

– Cristián mordiendo suavemente el hombro de Sebas le decía. – Mmm… Sí amor, pero fue mucho tiempo.

– Besándole su cuello, Sebas suspiraba nuevamente y le decía. – Parte de nuestro trato, luego de lo sucedido con ya sabes quién.

– Cristián se detenía y tomándole con ambas manos su cara, le decía fijamente a los ojos. – Fue un duro castigo, no tener relaciones, dormir en camas separadas, sufrí mucho, me masturbaba tres, cuatro o hasta cinco veces al día para controlarme, tenía muchas ganas de estar dentro de ti y poder hacerte temblar, suspirar, gemir y ponerte la piel chinita como ahorita; ¡me encantas un chingo!

– Sebastián se reía, mordiéndose el labio le decía. – Veo que tienes muchas ganas, al igual que tú, tuve que contenerme en no doblegarme, pero era parte de nuestro proceso de reconciliación; ya que estamos oficialmente casados, creo es hora de consumir esas ganas.

– Cristián sonreía y Sebas le miraba provocante, ambos fundiendo su amor en muchos besos apasionantes, se quitaban poco a poco el bóxer que comenzaba a humedecerse de precum.

Sus penes rosaban erectos y mojados; Sebas acariciaba la espalda de Cristián, mientras él colocaba su pene entre las piernas de Sebas, para simular una penetración; prácticamente se masturbaba entre el rose del escroto y las piernas; Sebas se mordía los labios y Cristián besaba su cuello y orejas.

Apretando fuerte la espalda de Cris, Sebastián le decía. – Me tienes con muchas ganas.

– Cristián jadeando le decía al oído. – A mí me tienes con lo doble o triple de ganas.

– Sebas reía un poco diciendo. – Me haces cosquillas cuando me hablas al oído.

– Cristián sonreía diciéndole. – Cierto, ese es tu punto débil amor.

– Continuando besándose, giraban sobre la espaciosa cama.

Cristián con sus manos recorría la espalda de Sebastián; que se arqueaba poco a poco; llegando a las nalgas, las apretaba suave, haciendo que Sebas respirará muy agitado; Cristián palpando, sujetaba la cadera de él; Sebastián bajaba sus manos y tomaba las de él, guiándolas a su pecho.

Cristián sintiendo el latir del corazón palpitar muy rápido, le decía sofocado. – Andas muy agitado, ¿Paramos?

– Sebastián le miraba seductoramente contestando. – Quiero hacer el amor hasta el amanecer.

– Cristián reía un poco diciendo. – Amanecerá en 2 horas, así que en ese lapso te haré el amor como nunca.

– Besándose nuevamente, Sebas apretaba con sus labios el labio inferior de Cris, ocasionando así que él se enloqueciera más en la cama.

Girándose en la cama; Sebas quedaba boca abajo y Cris lo besaba, sus hombros los recorría con la lengua, mordía la nuca de él, le acariciaba suave, sentía erizar la piel de Sebas; él disfrutaba y se dejaba llevar por ese momento; Cris rosando con su barba la espalda de él, llegaba a sus nalgas, donde las besaba y mordía suave.

Sebas apretaba la almohada, para luego decir. – Espero no me duela.

– Cristián le respondía agitado. – Te  lo meteré despacio.

– Sebas cerraba los ojos, Cris besaba las nalgas y acariciaba lentamente la espalda de él; poco a poco relajándose.

Cris se colocaba un poco de lubricante y le decía. – Te amo mucho.

– Sebas suspirando decía. – Te amo mucho más.

– Cristián sonreía diciendo. – Lo sé, me amas mucho más, por eso te adoro, gracias chaparro.

– Cris lentamente introducía su pene en el recto de él; con mucha calma iba penetrando.

Sebas cerraba sus puños diciendo. – Duele, un poco, pero duele.

– Cris bromeando decía. – Eres virgen otra vez.

– Sebastián reía diciendo. – Pues en este año y meses que no hemos tenido relaciones, podría decirse que sí, soy virgen de nuevo.

– Cristián colocaba más lubricante diciendo. – De ser así, te hare el amor muy despacio.

– Sebas cerraba los ojos y trataba de calmarse.

Intentando nuevamente, Cristián introducía poco a poco su pene en el recto, logrando así meterlo completamente; poco a poco se movía sintiendo la relajación total de Sebastián; ambos cambiando de posición, disfrutaban el poder tener relaciones, después de mucho tiempo.

Sebastián sobre Cristián, mientras de masturbaba, le decía. – Me voy a venir.

– Cristián colocando sus manos sobre su cabeza, le decía. – Termina amor, yo estoy a nada de acabar.

– Sebastián comenzando a sudar al igual que Cristián, gemía diciendo. – Te… te… te… te amo, te amo mucho… ¡Aah, aah, aaaaah, aaah…!

– Sebastián expulsaba un chorro de semen sobre el abdomen y pecho de Cristián.

Quien al verlo acabar, sujetaba con sus manos la cintura de él diciendo. – Ahora voy yo amor.

– Cristián y Sebastián moviéndose suave y lento, se abrazaban, sintiendo su corazón latir muy rápido y al par.

Muy sudado Cristián gritaba. – ¡Aaah, aah, aaah, aaaaaah, aaah, uff, umm!

– Dándose un beso, se abrazaban y luego de estar así en la cama, Cristián le decía. – Creo que debemos ducharnos.

– Sebas le abrazaba diciendo. – Sí y dormir un poco, nuestro avión salé en 3 horas.

– Cristián respirando profundamente y exhalando decía. – Lo hicimos hasta que amaneció.

– Sebas acariciaba la cabeza de él diciendo. – Amor, tengo ganas de más.

– Cristián exhausto le decía. – En el baño, un rápidin.

– Sebas se mordía el labio diciendo. – Sale pues, vamos.

– Ambos sonriéndose tomados de la mano, se metían al baño a “bañarse” y tener un “rápidin” mientras el agua recorría sus cuerpos desnudos y excitados.

Ya en la cama, ambos profundamente dormidos y abrazados; Sebastián y Cristián, tenían un sueño demasiado futurista; ya qué en sus mentes, dicho sueño, presentaba a todos sus amigos en el jardín de su casa, en una fiesta; donde Miren y Mateo con sus gemelos Mauro y Mabel ya crecidos, convivían con dos hermanos más, Matías y Melina; quienes nacieron a dos años después de los gemelos, llevándose entre ellos año y cinco meses de diferencia.

Posteriormente en ese sueño, Ian y Rubén se les veían felices con sus hijos, ya que habían adoptado; meses después de haberse casado; a un niño de cinco años con síndrome de Down, llamado Teo; ya qué sus padres no quisieron hacerse cargo de él por padecer ese síndrome; también adoptaron a una niña de tres años con VIH llamada Hilda y a unos cuates de 2 años y medio, llamados Aline y Brad, provenientes de Canadá; ya que perdieron a sus padres en un terremoto que causó muchas pérdidas humanas y materiales.

También veían que Tirsa se había casado y procreado al lado de Alán; su esposo; a tres llamados, hijos Julio de cinco años, Adela de tres años y Abel de dos; Christopher había encontrado el amor en un chico diez años menor que él, llamado Fermín, con quien se casó y al poco tiempo adoptaron a unos bebés de 9 y 7 meses de nacidos a quienes llamaron, Iñaki y Oriana.

La pareja anfitriona de la fiesta, Sebastián y Cristián, convivían con sus hijos Adonaí y Aida, pero también con sus otros hijos gemelos; ya que luego de mucho pensar y dialogar, Sebas y Cris acordaron rentar vientres para tener dos hijos más; un hijo biológico Cris y un hijo biológico Sebas; que para sorpresa de ellos en la tercer ecografía, se enteraban que serían padres respectivamente de gemelos; siendo así su familia conformada por ellos, Adonaí, Aida, los gemelos de Sebastián que se llamaban Bastián y Bruno, y las gemelas de Cristián, Carol y Cristina.

Don Roberto, Doña Regina y Julieta, se alegraban bastante de tener muchos nietos; quienes estaban conscientes de sus origines, aun así vivían felices y agradecidos por tener a unos padres muy amorosos y demasiado consentidores; los hermanos de Sebastián y Cristián también estaban ahí con sus respectivas familias, pasando el rato.

Sebas y Cris apartados del murmullo, se abrazaban bajo un árbol que creció justo donde Becker fue enterrado; junto a ellos estaban descansando sus nuevas mascotas; un cachorro rescatado por Sebastián de la misma raza de Becker; gigante de los pirineos; llamado Antón y un cachorro viejo pastor inglés llamado Falcor; regalo que recibió Adonaí y Aida meses atrás, aunque prácticamente era más perro de Sebas y Cris, que todo de ellos; la pareja miraban a los niños jugar, sonreír y disfrutar.

Suspirando Sebas decía. – Después de todo lo que vivimos, nuestras vidas terminarán juntas.

– Cristián tomaba de la mano a Sebas mirándole a los ojos diciendo. – Todo fue por qué así estaba escrito nuestro destino.

– Sebas le sonrío, Cris le devolvió la sonrisa y ambos se daban un cálido beso, seguido de un abrazo fuerte.

Con los ojos cerrados, en ese mismo sueño, sobre sus mentes pasaba el tiempo volando; en el sueño había otro sueño; en el cual se mostraban facetas futuras de sus hijos; Adonaí formaba una banda de rock/metal con sus hermanos Bastián y Bruno, con Mauro, Matías y Melina; así como también Brad, Julio y el más joven Iñaki; la banda se presentaba en un festival de rock, similar a dónde fue la última presentación de “Lipotimia”.

Adonaí en honor al amor de sus padres, nombraba a la banda “Lipotimia”; acto que hacía que Cris y Sebas se emocionaran mucho; entre una cortina de niebla, se veía poco a poco a Miren y Mateo, quienes se sorprendían mucho ante la confesión de su hija Melina; que se declaraba lesbiana; era sorpresivo sí, pero ya no era motivo para cual asustarse; también se hacía una confesión más; pues Iñaki y Brad se declaraban bisexuales.

Una ráfaga de aire y hojas de árboles acariciaban a Cristián y sus hermanos con la demás familia en el cementerio ecológico, despidiendo a Don Roberto; quién fallecía de un infarto mientras dormía; la perdida había sido tan grande y triste que tres años después, luego de que Adonaí saliera de la universidad, Doña Regina mirando la televisión, alucinaba a Don Roberto, quién le llamaba y le extendía los brazos; ella suspiraba y tirando el control de la televisión, moría con un semblante tranquilo; a los siete meses del sepelio de Doña Regina, Julieta padecía de una nueva enfermedad parecida al cáncer, que la consumía físicamente, quedando en cama convertida en un esqueleto forrado de piel y notorios músculos; tras semanas de agonía, moría en el hospital, causando un duro golpe para Sebastián; quien en todos esos años, fue muy unido a su madre; Cristián y Sebastián, se hacían compañía en su duelo, en lo que sus hijos continuaban sus vidas.

Adonaí un psiquiatra experimentado y con muchos títulos en su currículo; Aida era una fabulosa y exitosa arquitecta que era contratada a nivel mundial, Asía, Europa y Oceanía eran los continentes donde más trabajo tenía; Bastián se convertía en un excelente abogado, que tiempo más tarde le daban cargo de juez; Bruno se convertía en un diseñador gráfico popular en diversas compañías de celulares y computadoras; Carol se abría paso en el mundo de la moda, siendo una diseñadora popular con boutiques en diversas partes de Europa, Asía y América latina; Cristina era la compañía de su hermana Aida, pues ella se convertía en una políglota muy popular, trabajando en diversas aerolíneas y agencias turísticas; cada cual tenía sus respectivos esposos y esposas, con 3 hijos cada quién; siendo una familia extensa.

Miren y Mateo envejecían al par de su amistad entrañable con Sebas y Cris; sus hijos Mauro y Mabel eran doctores; cirujano pediátrico y ginecóloga, ambos casados y con 3 hijos cada quién; Mauro con gemelos y una niña, y Mabel con mellizos y un niño; Matías se convertía en un ejecutivo de una importante empresa y a lado de su esposa junto con sus cuatro hijos, vivían a gusto a las afueras de la ciudad; Melina salió inestable emocionalmente; pues ya llevaba su tercera esposa, sin hijos y sólo se dedicaba a viajar; ya que Meli, era dueña de tres medianas agencias turísticas, una en New York, una en Holanda y la otra en Suiza; mientras tuviera compañera ella era feliz; lo que tenían en común los hijos de Miren y Mateo, era de ser siempre unidos, en las buenas y en las malas, muy al pendientes de sus padres.

Ian y Rubén gozaban de una felicidad inmensa; pues luego de muchos años de investigación, la cura contra el VIH/SIDA era un milagro; su hija quedaba totalmente neutralizada y eliminada del virus de su organismo, pero jamás podría tener hijos, mucho menos donar y/o recibir sangre; a menos que fuera sangre de algún desinfectado, compatible con el mismo desactivador del virus; su hijo Teo con síndrome de Down, progresaba satisfactoriamente de dicho estado; la ciencia y la tecnología habían avanzado tanto, que estaban logrando corregir el problema genético; Aline y Brad, luego de graduarse en Derecho y Comercio internacional; se mudaban a Canadá, lugar en donde conocían el amor, se casaban y tenían 3 y 2 hijos cada quién; Aline niño y niña, Brad dos niños y una niña; periódicamente visitaban a sus padres en la ciudad.

Tirsa y Christopher fueron transferidos a diferentes puntos de Estados Unidos; anualmente se reunían con sus amigos, también dependiendo de su estado de salud; su familia se extendió mucho con la llegada de nietos; vivieron felices y alegres con sus parejas; Edison vivía feliz con su familia en China, en raras ocasiones viajaba a México a pasar vacaciones; y de Miranda jamás se volvió a saber nada.

Todas esas imágenes se iban desvaneciendo poco a poco, dejando mucha tranquilidad y sensaciones agradables; luego de dormir un rato, Sebastián y Cristián despertaban al sonar su alarma; ambos se miraban y se sonreían; ya en su nueva casa remodelada, con sus hijos; el pasado quedaba olvidado y eliminado, con el presente de amigo y en espera de unos destinos futuros por venir, se disponían a continuar su vida pacíficamente. 

Sebastián listo para irse a trabajar, le decía a Cristián. – Rockero, fíjate que desde nuestra noche de bodas, hasta ahora, he tenido ese sueño en repetidas ocasiones, no te había querido decir nada, pero es un sueño tan real.

– Cristián sonreía mientras se hacía el nudo en la corbata. – Siempre hemos tenido sueños y presentimientos que al paso del tiempo se cumplen; creo ese sueño del que hablas también lo he tenido.

– Sebas sonreía acercándose, diciendo. – ¿En verdad?, sería genial que se hiciera real.

– Cristián guiñaba el ojo diciendo. – Se nos hará realidad vernos viejitos, con muchos nietos y nuestros hijos siendo unos grandes y exitosos profesionistas.

– Sebastián ayudándole le decía emocionado. – ¡Sí!, claro sin olvidar la felicidad de nuestros amigos y también de sus hijos, me emociona mucho, aunque también me entristece el que perdamos a nuestros padres.

– Cristián le decía tomándole ambas manos. – Bien sabes amor que la muerte es parte de la vida, ellos estuvieron hasta dónde pudieron, nos toca a nosotros seguir nuestro camino donde el destino nos lleve.

– Sebastián apretaba las manos de él diciendo luego de un suspiro. – Tienes razón, además eso sucederá en muchos años, disfrutemos de nuestro amigo el presente y de su amigo el futuro.

– Ambos se besaban apasionadamente y Cris decía. – Así es, disfrutemos el ahora, disfrutemos cada momento, disfrutemos todo lo que…

– Sebastián completaba diciendo. – Disfrutemos todo lo que nuestros destinos nos traerá preparado, ya todo está escrito, sólo depende de nosotros mismos disfrutar siempre lo bueno, aprender de lo malo y ser sabios a futuras generaciones con nuestras experiencias y vivencias.

– Cristián le sonreía, guiñaba el ojo y lo abrazaba para darse un tierno beso y decía. – Ya que de eso dependerán los destinos futuros míos, de nosotros, los de ellos y los de ustedes también.

– Ambos tomados de las manos, salían de su nueva recamara, para ayudar a vestir y preparar a sus hijos.

Una vez estando listos, se disponían a desayunar y luego salir de su remodelada casa, tomando camino a su vida laboral, regresando a la rutina normal sin problemas.

A pesar de que existió infidelidad, también existió el perdón, como se comentó en un capítulo, “perdonar una infidelidad, es por amor, dos ya es mera estupidez”; sí uno cree en el amor con mucha fuerza y pasión (no basándose en el físico de la persona, sea hombre o mujer), y por más que se sufra en la vida, siempre a la larga serás recompensando de una forma que tal vez no nos lo imaginemos, tal vez por ahora nuestro cielo éste nublado, pero entre tanta nube obscura y gris, si le tenemos fe pura y de corazón, una estrella nos brillará dando luz para andar entre las tinieblas; así como Sebastián apareció para Cristián y viceversa; tal vez no lo veamos así, tal vez por qué es una ficción creada por mí; todo esto es un proceso negativo por el cual se sufre luego de una decepción; podría decirse que es como si estuviese uno en un barco en alta mar, que luego de pasar una fuerte tormenta, las aguas se calman y se podrán apreciar la quietud del mar con su oleaje normal, el bote se mecerá lento y tranquilo; todo regresará a la normalidad, podrá uno apreciar los tesoros que guarda el mar; haciendo referencia a después de la tormenta sale el sol, y así será.

El amor entre homosexuales sí existe, así como existirán disgustos y desacuerdos, todo lo normal que lleva una relación, pero no perdamos la fe, perdamos nuestros pensamientos malos y los buenos hacerlos agradables escuchando música, bailando, cantando, escribiendo, dibujando, en fin lo que les agrade, mientras el destino nos pone en el camino a la persona indicada para amar y ser amados; perdámonos en nuestro bosque de demonios y fantasmas, derrotarlos, ser valientes y salir victoriosos de ellos; pidamos de corazón y con mucha fuerza el deseo de que esa persona que llegará a nuestras vidas, esté con bien y gozando de buena salud, sea como sea debemos amarle; no le pongamos mala cara a la vida, mucho menos al amor, no pongamos límites ni fechas; seremos recompensados en el amor, pero en lo que llega, disfrutemos de lo más importante que es la vida, no nos amaguemos, sonriamos mucho, confiemos en el camino, puesto que nacimos con nuestro camino trazado y todo lo que sucede “Es cuestión del Destino”.

FIN.

 

 

Infinitas gracias a todos ustedes que leyeron está historia y se emocionaron así como yo por cada suceso; no tengo otra forma de agradecerles, sí lo tuviera créanme que la satisfacción y felicidad sería mucho más inmensa de lo que ahora estoy; de todo corazón GRACIAS por dejarme llegar a 100 relatos, ojalá me permitan continuar aquí, un abrazo enorme del tamaño de la órbita de Plutón y como siempre les digo los espero en Facebook, Mails o comenten que tal les pareció el final, hasta después.

 

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