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Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 11

en Bisexuales

Capítulo Once.

“Lo hecho está hecho”.

 

Al desmayarse Aurora, se levantaba la sospecha de un posible embarazo; diagnostico que era confirmado tras una revisión de rutina y era mantenido en secreto entre el doctor y ella; ya qué Aurora apenas tenía tres semanas de embarazo y deseaba guardar silencio hasta que cumpliera un mes de gestación; ante sus cuñadas y su futuro suegro su desmayo fue resultado de una descompensación de glucosa; esa misma noche; Lázaro y Fernando regresaban a casa; mostrando que había nacido una pequeña amistad; aunque se había desahogado Fer con Láza, el enojo y rencor lo tenía atorado en sus entrañas; al entrar a casa, su tía alegre preguntaba cómo le había ido en el reencuentro con su amiga Aurora; él serio le decía que bien hasta que se enteró que su prometido era el mismo hombre con quién sostuvo una relación mientras estuvo en Barcelona; su tía distraída buscaba entre los adornos navideños y cosas que iba a tirar a la basura; unas revistas y periódicos donde se anunciaba el compromiso de Aurora con Bradley; ella al mostrárselas, ocasionaba que él estallara en cólera gritándole que sí sabía el nombre del prometido de Aurora, por qué no se lo había dicho en las pocas charlas que tenían por webcam; ella se excusaba con pensar que Aurora ya le había platicado eso y detallado la información de su compromiso; Fernando furioso le decía a su tía que sí tenía conocimientos del nombre de su ex porqué no pensó en relacionar el nombre con él del prometido; su tía apenada y llorando le explicaba que suele ser olvidadiza en unas cosas y no tener cierta noción de los hechos; Lázaro trataba de abogar por Alejandra, pero Fernando se enfadaba aún más; esa noche fue de pleitos, gritos, dimes y diretes, lo que provocó que Fernando tomara sus cosas, llamará a un taxi y se fuera de la casa; yéndose a un lujoso hotel de la ciudad; Alejandra estaba muy triste y se culpaba por no tener idea alguna sobre la situación; Armando trataba de calmarla diciéndole que no tenía la culpa de nada, que el único culpable era Bradley Landucci; las niñas se quedaban llorando por haber presenciado esa escena tan agresiva y algo violenta, Lázaro trataba de calmarlas y en su ser entendía a Fernando al estar resentido.

Los días pasaban; poco a poco las cosas se calmaban; justo el 24 de diciembre por la mañana, Fernando se presentaba en la cafetería, para decorar el sitio; él con más calma se disculpaba con su tía por su forma tan agresiva de reaccionar al saber del engaño de Landucci; en la noche regresaba a la casa para la cena de noche buena al lado de sus demás parientes invitados; Lázaro con mucha nostalgia recordaba a su familia y hacía hincapié en que esta era su primer navidad lejos de su familia; Fernando le mostraba cierto apoyo y trataba de levantarle el ánimo; con los Landucci, era la primera navidad sin su madre, por lo que únicamente cenaban y se pasaban a retirar a sus habitaciones; Bradley se sentía entre la espada y la pared al recordar que Aurora le mencionó el nombre de Fernando y de que él había emanado palabras de afecto hacía él mientras se encontraba dopado; Aurora se mostraba amorosa con él, pero cierta actitud curiosa que le mostraba, le hacía dudar más a Bradley sobre si realmente habría una boda o no; pues ella platicaba ciertas cosas de Fernando y le preguntaba con insistencia sí le había conocido mientras él estuvo en Barcelona.

Continuaba el tiempo pasando; las misas en memoria de la Señora de Landucci se llevaban acabó con motivo de su aniversario luctuoso y justo el día que cumplía un año de muerta y al salir en los periódicos la esquela en memoria de la difunta, Fernando al leerla y saber en qué iglesia se estaban realizado dichas ceremonias, se armó de valor para presentarse ante él; a pesar de que la noche buena y navidad Fernando estuvo en casa de su tía, él prefería seguir hospedándose en el hotel, pues no estaba del todo seguro en regresar; ya qué había tenido sueños eróticos con Lázaro, lo que indicaba una posibilidad de relación entre ellos; claro, es muy pronto para especular algo entre ellos, pero es una probabilidad que suceda.

En la parroquia de la Santa Cruz; la familia rendía oraciones a la Señora Lucía de Landucci; Bradley estaba serio y recordando gratos momentos con su mamá; aceptando que le hacía falta tenerla y recibir de sus consejos; a su lado estaba Aurora, que rezaba con fervor en memoria de su difunta suegra; a quién no tuvo el placer de conocer muy a fondo; también pedía por el futuro de su hijo y su bienestar; Luciana y Pía con sus respectivos novios, tristes y devastadas oraban mientras unas lágrimas eran derramadas; Pietro serio deseaba que ese luto terminará, pues estaba harto de guardar respeto a su difunta esposa y continuar con sus planes de moldear a Brad a su imagen y semejanza.

A una distancia discreta, Fernando muy bien abrigado, estaba ahí presenciando la ceremonia religiosa, esperando con ganas el acercarse a Bradley y sorprenderle; al momento de otorgar el saludo de paz, Bradley volteaba a su lado derecho e impresionado miraba a Fernando; quien no había cambiado mucho en su apariencia física; los dos sostenían sus miradas que reflejaban asombro y rencor respectivamente; Bradley quería acercarse, pero su futuro cuñado le interrumpía extendiéndole la mano; Fernando nervioso al ser descubierto, se salía por la puerta del costado de la iglesia; Bradley discreto volteaba de nuevo a dónde se encontraba Fernando, percatándose de que ya no estaba; él muy nervioso se jugaba los dedos y Aurora notaba cierto estado extraño de su prometido.

Ella curiosa preguntó. – ¿Sucede algo amor?

– Respondiendo él serio. – Me dieron ganas de ir al baño.

– Ella le dijo sin sospecha. – Los baños están por allá, ve aún no termina la misa.

– Él sonreía nervioso, se disculpaba y caminaba para salir del lugar.

Sus hermanas le notaban extraño, pero más aún su padre; quién se había dado cuenta de las miradas cruzadas entre su hijo y ese muchacho.

Bradley salía, entraba al baño pagando la cuota correspondiente y ahí se encontraba con Fernando, quien mirándole por el espejo le decía con una sonrisa. – Hola Licenciado Landucci, tiempo sin vernos.

– Brad respondía nervioso. – Hola Fernando.

– Él minimizaba poco a poco la sonrisa diciendo. – Tenía el presentimiento de que su intriga por saber si estaba mirando lo que vio le haría averiguar si era verdad y vaya que no me equivoque, eres tan predecible.

– Bradley asombrado sonreía de la emoción diciéndole. – ¡Aún no puedo creer que estés aquí!

– Al acercarse un poco más a Fernando, él se volteaba molesto, dándole un puñetazo en el pecho haciendo que él se apartará.

Fer le decía serio. – Hay muchas cosas que hablar pero ahorita no es momento.

– Él le daba un papel dónde tenía escrito su número de celular y el lugar donde estaba.

Fernando se daba media vuelta diciendo. – Cuando estés listo para charlar, con gusto te atenderé.

– Bradley anonadado tomaba el papel, lo guardaba en su cartera y le decía con molestia. – Iré, te lo aseguro, tengo que explicar muchas cosas.

– Fernando se volteaba diciendo serio. – Tus explicaciones deben ser buenas para justificar tus hechos.

– Nuevamente se daba vuelta y salía del baño presuroso para que no fuera visto por Aurora.

Él confundido por sus sentimientos hacia Fernando caminaba al lavamanos, se echaba agua a la cara y se decía. – Debes serle fiel a tu novia, la amas y la quieres mucho, así debe ser.

– Brad salía del baño y nuevamente regresaba a la misa.

Aurora le sonreía y su padre desde su lugar miraba con sospecha a su hijo; pero él no se daba cuenta de nada, sólo trataba de calmar sus emociones.

Fernando pasaba a casa de su tía para saber cómo estaban y que debía traer para la cena de año nuevo; ahí Lázaro le abría la puerta y sonriéndole contento decía. – Me alegra verte pasa.

– Fernando con la adrenalina a todo lo que daba, entraba y preguntaba. – ¿Mis tíos dónde están?

– A lo que Lázaro tras de él respondía. – Fueron a comprar cosas para la cena.

– Él volvía a preguntar. – ¿Y mis primas?

– Láza amable contestaba. – Las niñas salieron con sus parientes, vinieron por ellas desde temprano para pasear.

– Fernando se sentaba en el sillón y Lázaro observándole bien, le preguntaba con curiosidad. – ¿Te encuentras bien?

– Él le decía nervioso. – Es imposible engañarte, eres buen observador, analizas bien a las personas, deberías ser psicólogo.

– Lázaro se le acercaba, se sentaba junto a él diciéndole con una sonrisa. – Anda, dime con confianza.

– Fernando sin darle muchas vueltas al asunto, le replicaba. – Con respecto a tu pregunta, es sí, me pasa algo, ese algo es que me está haciendo ver como una persona arrastrada.

– Lázaro sin comprender le decía. – No, no digas eso, no lo eres.

– Fernando molesto alzaba la voz diciéndole. – ¡Lo soy Lázaro, lo soy!

– Lázaro conservando la calma le decía. – Bien, si lo eres, ¿se puede saber el motivo?

– Fernando exhalaba hablando. – Fui a buscar a Bradley Landucci y le insinué que nos viéramos.

– Lázaro impactado exclamaba. – ¡¿Qué hiciste qué?!

– Fernando se levantaba del sillón y caminaba dando de vueltas por la sala diciendo. – Sí, ya sé que hago mal, pero, me doy cuenta que lo quiero, no voy a dejar que Aurora se quede con él, además estuve yo antes que ella.

– Lázaro irritado ante lo escuchado, dijo. – Creí que para ti él ya era cosa del pasado y que reharías tu vida con alguien más, ¿qué no te das cuenta que hay muchos hombres a quién les puedes gustar?

– Fernando se detenía frente de él, le miraba seriamente y luego de unos instantes se comenzaba a reír como desquiciado.

Lázaro le miraba confundido y preguntaba. – ¿Qué te causa gracia?

– Recibiendo como respuesta entre risas. – Lo que pasa es que… no puedo creer… que te hayas creído lo… lo… lo… lo que dije… en serio, no lo puedo creer.

– Láza preguntaba. – ¿Estas borracho a estas horas de la mañana?

– Fer se calmaba y sonreía diciendo. – No, no estoy ebrio, para nada, simplemente que me sorprende que hayas creído eso que dije sobre Bradley y de que sigo enamorado de él; de verdad, no sé si esa vez que hablamos en el parque no te haya quedado en claro que yo odio a los bisexuales y en especial a ese tipejo.

– Intrigado Láza preguntaba. – ¿Entonces, no entiendo nada, me podrás explicar lo que sucede?

– Respondiéndole serio. – Es verdad que cité a Bradley, pero no por qué lo siga amando, si no para que me dé una explicación.

– Lázaro serio e incómodo le decía. – Haces mal, debes dejarle en paz, seguir con tu vida.

– Fernando molesto le decía. – ¡Cállate!, ¡Eso mismo deberías hacer tú, seguir con tu vida en tu país y dejar de estar preocupándote por gente que apenas y conoces!

– Lázaro simplemente se enmudeció, se levantó del sillón y se fue a su recamara; Fernando molesto y sin arrepentimiento se salía de la casa para regresar al hotel.

Luego de visitar a su madre en el cementerio, los Landucci se disponían en regresar a casa; durante el trayecto Bradley se notaba algo raro y su padre no le dejaba de mirar; estando ya en casa y con discreción, Aurora se le acercaba y preguntaba. – ¿Sucede algo?

– Le respondía él serio. – Sí, me duele aún la ausencia de mi madre.

– Aurora le abrazaba y Brad pensaba. – “No cariño, no es eso, es Fernando, tu gran y mejor amigo que he vuelto a ver por fin”.

– Su padre continuaba serio con el misterio sobre lo que vio entre él y Fernando al cruzar sus miradas; él en voz baja decía. – No permitiré que mi hijo cometa otra estupidez.

– Pietro se encerraba en su despacho y haciendo una llamada diciendo serio. – Ojalá estés disponible, te tengo un trabajo similar al de hace tiempo y que deseo tener resultados pronto.

– Él continuaba su llamada misteriosa mientras sus hijas y yernos se disponían a comer.

Aurora con unos malestares por su embarazo mantenido aún en secreto, pedía a Brad que la fuera a dejar a su casa, amablemente accedía y Aurora pasaba a despedirse amablemente; Brad aprovechaba ese descuido y decidido le marcaba a Fernando.

Él contestaba ingresando al hotel. – Sí, ¿quién habla?

– Brad sonreía con ansia. – Habla Bradley.

– Fer sonreía hablando. – Hola, creí que no me llamarías.

– Bradley se daba media vuelta y le decía presuroso. – En media hora estaré visitándote.

– Subiendo a su habitación le decía. – Claro, aquí te estaré esperando.

– Bradley finalizaba la llamada y Aurora lograba escuchar, cuestionando. – ¿A quién visitarás?

– Nervioso ante ella, respondía. – Veré, a… pues… pues a… un cliente.

– Aurora no le creía y le interrogaba. – ¿Un cliente a vísperas de año nuevo?, ¿quieres que te acompañe?

– Brad tenso contestó. – No, no, aparte te sientes mal, así que iré yo, descuida es un asuntito leve, tranquila amor.

– Aurora en nada le creía a él; pues ya comenzaba a dudar sobre sus palabras, aun así mantenía la boda en puerta.

– Bradley le cumplía a Aurora en llevarla a casa y mostrándole prisa se despedía de ella; Aurora no cruzada de brazos, esperaba a que se fuera de su rumbo y así seguirle en su coche a una distancia prudente.

Bradley con impaciencia ingresaba al estacionamiento y Aurora al ver dónde se metía decía seria. – ¿Quién será esa persona con la que te citaste Bradley, quién?

– Ella rodeaba la calle del hotel, se estacionaba; bajándose del carro, caminaba a prisa y entraba, mirando a Bradley dirigirse al bar del hotel, dónde ahí Fernando le esperaba con whisky en mano.

Aurora impresionaba por eso, decía. – ¡Maldito infeliz, con eso confirmo lo que ya sospechaba!

– Ella estaba por dirigirse hacia ellos para interrumpirles, pero un mareo y nauseas le impidieron, así que tuvo que irse al baño a calmarse un poco.

En el bar, Fernando al ver a Bradley le decía serio. – Al parecer tenías prisa por verme, ni la ropa de luto te quitaste.

– Avergonzado, le decía él. – Disculpa, pero es que no puedo creer que estés en México. – Sonriéndole le preguntaba. – ¿Cómo has estado?, ¿qué ha sido de ti?

– Fernando le cedía el vaso de whisky diciéndole con ganas de golpearlo. – ¡¿Qué cómo he estado?! Vaya sí eres estúpido Bradley, un completo imbécil, eso es lo que eres.

– Sin entender le cuestionaba. – ¿Qué pasa, no entiendo?

– Le respondía Fernando tras un trago grande de whisky. – ¡Ay por favor, no finjas demencia que eso no te va!, sabes perfectamente de que hablo y que tu maldita cobardía impide aceptar.

– Levantándose del asiento, alterado, sin importarle que la gente le mirara así, le decía furioso. – ¡No sé para qué te busqué, eres un maldito sínico y desgraciado!

– Él se iba tomando el ascensor; Aurora saliendo del baño se daba cuenta de que él se iba y por la curiosidad se ocultaba de nuevo en baños; Bradley sacaba dinero de su cartera y lo dejaba en la mesa, yéndose tras de él con cierta incomodidad causada por dicha escena; Bradley caminaba presuroso y Aurora lo veía algo alterado.

Ella comenzaba a llorar diciendo. – ¡Infeliz, te odio!

– Ella en vez de ir tras de él, decidía salirse del hotel y esperarlo en el carro.

En tanto Bradley al ver en que piso se detenía el elevador, él tomaba el otro para así poder hablar con Fernando; Nando caminaba a prisa y Bradley al verle le gritaba. – ¡Espera Nando, detente!

– Él por entrar a su habitación se detenía y Brad con fuerza lo sujetaba de los brazos, lo arrinconaba y le daba un beso obligado.

Fer lo empujaba para luego darle una bofetada diciéndole. – ¡No lo vuelvas hacer!

– A lo que Bradley se le acercaba, le tocaba su miembro hablando. – ¡No quieres que lo vuelva hacer por qué te excitas!

– Decía Fernando con miraba de odio. – ¡Te odio, te odio!

– Bradley lo arrinconaba, le colocaba su brazo imponiendo fuerza en su pecho y con su mano sujetaba su quijada diciéndole. – ¡Aún me sigues queriendo!

– Fernando trataba de controlar sus impulsos, pero le fue imposible al reconocer que en verdad seguía sintiendo algo por él.

Sus miradas desafiantes pasaron a ser miradas pacificas para darle chance a un beso que entre forzoso y apasionado, les obligaba a entrar a la habitación dónde comenzaban a desnudarse.

Fernando al lamer y besar a él, se saboreaba el sabor de piel y apreciaba el cuerpo fornido de Brad, más estético que ahora tenía; se había dejado crecer los vellos corporales y su barba de candado rosaba su piel de forma que se excitaba más; Brad por su parte, tocaba con mucho deseo el cuerpo formado y marcado de Fer, sus glúteos más abultados y piernas trabajadas; ambos en medio de la pasión y deseo, recordaban sus momentos de placer cuando estaban en Barcelona.

Brad colocaba ágatas a Fer; pues se volteaba deseando ser penetrado por él; con su barba, Bradley recorría desde su nuca hasta su coxis y ahí con su lengua comenzaba a lamer despacio y lento, para seguir en su ano y dilatarlo con mucha lujuria; Fer apretaba sus labios con fuerza para evitar jadear, pero su excitación podía más que se dejó llevar por el momento; una vez bien ensalivado el ano, escupía en su pene erecto Bradley y tomándolo le golpeaba en las nalgas con la erección a más no poder.

Fer jadeaba diciendo. – ¡Mételo ya!

– Fernando abría más las piernas, levantaba más su trasero y Bradley con la fogosidad que sentía, embestía duro y rápido.

Los gritos, gemidos y palabras algo subidas de tono, se lograban escuchar a cuartos vecinos; los huéspedes de dichas habitaciones comenzaban a reportar sus quejas de la habitación dieciséis del hotel y su exagerada sesión sexual; aunque para ser sinceros, algunos de los hospedados se excitaban del simple hecho de imaginar el buen desempeño sexual de ambos.

La recepción trataba de comunicarse por teléfono con Fernando; ya que a la puerta no atendían; pero eran ignorados, prefiriendo seguir con la perfecta sesión de sexo; empapados de sudor, con mucha adrenalina y pasión a flor de piel; Bradley recostado en el suelo de la habitación sujetaba de la cintura a Fernando para que se moviera con más ganas; tras casi cuatro horas en diversas posiciones; ambos eyaculaban a chorros espesos.

Fer y Brad se miraban agotados, sudados y luego se daban un beso anhelante y satisfactorio con mordida; luego de eso, acostados en el suelo comenzaban a charlar de manera tranquila; los visitantes en el hotel dejaban de quejarse al no haber más ruido, pero el gerente del hotel acordaba en pedirle al huésped que se retirará del lugar, por darle una imagen indecorosa a dicho lugar.

Bradley respondía las preguntas al aire que tenía Fernando; diciéndole que trató de comunicarse con él, pero no lo había logrado por su cambio de país; le recalcaba que su celular lo había extraviado y con él contactos importantes que tampoco pudo recuperar; su cuenta de Messenger no la pudo abrir debido a que fue hackeada y su cuenta de correo nueva no le autorizaba anexar a Fernando por problemas ajenos a su conocimiento.

Fernando poco a poco iba entendiendo que la culpa no era suya ni de él, mucho menos de Aurora, sino de la vida misma, del destino y de las circunstancias en las que las cosas fueron pasando; luego de charlar por una hora más, ambos se bañaban por separado y con prisa Brad se vestía pues eran casi las nueve de la noche y debía estar en casa para la cena de fin de año.

Fernando recibía la notificación del gerente y él con mucha pena empacaba sus cosas para regresar a casa de su tía; Bradley con cierta culpa le decía que le ayudaría a guardar y le llevaría hasta la casa de su tía para que no gastará en taxi.

Entretanto Aurora con desesperación y mucha hambre, esperaba en su coche durante casi seis horas; de pronto veía salir el carro de Bradley y ella furiosa de verlos a los dos juntos, encendía su carro y decía. – ¡No permitiré que se burlen de mí!

– Ella arrancaba y tomaba otra calle para sacarle ventaja; con prisa se les metía en el paso y quedaba atravesada en la calle.

Bradley al ver bajar a Aurora, impactado dijo. – ¡No puede ser!

– Fernando atónito habló. – ¡Imposible!

– Bradley desabrochaba su cinturón y presuroso trataba de bajar, decía. – ¡Por favor quédate aquí, no salgas!

– Aurora indignada se paraba frente al auto de él y golpeando el toldo gritaba. – ¡Bájate ya!

– Él se bajaba con muchos nervios preguntando. – ¡¿Qué rayos te sucede?!

– Aurora se le ponía de frente respondiendo con lágrimas. – ¿Qué me pasa?, me pasa esto.

– Ella le daba una fuerte bofetada a él; lo que ocasionaba que Fernando se bajará del auto y serio dijera. – Aurora cálmate, esto tiene una explicación.

– Ella se volteaba diciéndole con coraje y decepción. – ¡¿Cuál solución?! ¡Dime!

– Bradley nervioso decía. – Por favor Nando no te metas, esto es entre ella y yo.

– Fernando serio decía, mientras Aurora apretaba sus manos sosteniendo las ganas de llorar. – Bradley me meto por qué este triángulo “amoroso” lo creaste tú por no ser honesto con tus sentimientos y ocultar tu orientación sexual.

– Aurora suspiraba con enojo diciendo. – ¡Claro, mis sospechas eran ciertas, él te conocía y a la perfección!

– Ella se comenzaba a reír por los nervios diciéndole. – ¡Vaya que gran amigo tengo, gracias hermano por tu honestidad!

– Fernando se le acercaba un poco diciéndole. – ¡Aurora no actúes como loca, entiende y razona que quien tiene la culpa aquí es él!

– Bradley los miraba con cierta confusión y preguntaba. – ¿Yo, por qué?

– A lo que Fernando respondía serio. – Por tus mentiras, por ilusionarme primero a mí y luego venir a comprometerte con ella, ¿acaso no recuerdas que te mencione el nombre y hasta mostré la foto de mi amiga y casi hermana Aurora?

– Bradley comenzaba a recordar que sí le había mostrado la foto de ella y mencionado su nombre.

Él excusándose le respondía. – Sí recuerdo su cara, pero era diferente a lo que es ahora, ella es, es hermosa como está ahorita.

– Aurora irritada dijo. – ¡Ah!, o sea que por eso te fijaste en mí, ¡vaya que honestidad la de tu parte!

– Ella preguntaba derramando lágrimas. – ¿Pero por qué hasta ahorita, por qué justo hoy que es el último día del año?

– Fernando respondía serio. – La vida.

– Bradley serio decía. – El destino.

– Aurora los miraba a ambos y escupiéndole a Bradley, le decía. – Me das asco, mucho asco y repulsión.

– Fernando serio le decía. – Te causa asco ahorita, pero me imagino que antes de saber su secreto gozabas como yo del sexo.

– Aurora se volteaba y le miraba con enojo.

Fer le decía con sarcasmo. – Espero y no sólo hayan tenido un acostón y hayan sido varios, porque déjame decirte amiga que hace el amor muy rico, incluso hay cosas que yo le enseñe hacer, que supongo contigo practico.

– Aurora se le acercaba más diciéndole enojada. – ¡Eres una zorra!

– Dándole una cachetada, Fernando se enderezaba regresándole la cachetada.

Aurora llena de rabia le daba otra cachetada diciéndole. – ¡Bradley es mío, mío!

– Fernando le daba otra bofetada en la misma mejilla gritándole. – ¡Tal vez sea zorra, tal vez él ahora sea tuyo, pero te recuerdo que antes de ti estuve yo y logré disfrutarlo más!

– Aurora estaba por darle otra bofetada, pero Bradley la detenía diciéndole. – ¡Ya, ya cálmate!

– Fernando se daba media vuelta y se regresaba al carro diciendo. – Bradley apúrate que me debes llevar a la casa de mi tía, te espero en el auto.

– Aurora furiosa de saber eso empujaba con golpes a Bradley amenazándole. – ¡Tu padre se enterará de esto, te juro que lo va a saber!

– Bradley la soltaba diciéndole con miedo. – ¡No te atrevas, no lo hagas, por favor no!

– Aurora con mucho odio y comenzando a sentirse mal, se regresaba a su coche y arrancando, muy enojada se iba, dejándoles el camino libre.

Bradley furioso, nervioso y con miedo golpeaba con su puño el toldo de su carro diciendo. – ¡Maldita sea!, ¡Maldición!

– Él se metía al coche y lo encendía para continuar su trayecto a la casa de la tía de Fernando.

Ambos iban serios y sin dirigirse la palabra; para fortuna de los tres, la calle y el vecindario estaba solitario por motivo del fin de año, así que no había testigos de lo acontecido.

Al llegar a la casa de los tíos; Fer se bajaba serio diciéndole. – Muchas gracias por traerme, yo puedo bajar mis cosas, no te molestes.

– Bradley sin mirarle y muy serio le habló. – Descuida, buenas noches y feliz año nuevo.

– Él accionaba el botón de la cajuela del coche y Fernando cerraba la puerta diciéndole. – Igualmente, feliz año.

– Él inmediatamente bajaba sus cosas y cerraba la cajuela.

Brad al ver que ya podía irse, arrancaba dejándole atrás sin nada más que hablar; Fer estaba por tocar el timbre y a la puerta instantáneamente salía Lázaro, quién le decía serio. – Supuse que eras tú, por eso me detuve a salir, iba a ir por ti, pero creo te trajo él.

– Fernando suspiraba y molesto le hablaba. – Mejor ayúdame a meter mis cosas a la casa, no han de tardar en llegar la familia.

– Lázaro le ayudaba diciéndole. – Bien, te ayudaré, pero ya son muchas cosas en las que te he auxiliado.

– Fernando desconcertado preguntaba. – ¿Perdón, pero de qué hablas?

– Lázaro sujetando las maletas decía con sonrisa. – Tenías que traer algo para la cena, yo compré unas cosas diciendo que tú las habías comprado, te he cubierto no sólo con eso, sino con ocultar que te estás viendo con un hombre comprometido.

– Fernando apenado decía. – Pues gracias por eso, luego te pago y sobre lo otro no es necesario que mientas, es un asunto muy mío que a ti no te compete.

– Ambos pasaban a la casa; Fernando saludaba a sus tíos y primas, para así ingresar al cuarto que compartía con Lázaro.

Fer al ver lo limpio y arreglado que estaba la habitación, sorprendido dijo. – ¡Quedo genial!

– Láza sonreía diciendo. – Bueno, por ser nuevo año debía de hacer unos cambios aquí y como sospeche que tú regresarías pues también lo hice para que te sintieras a gusto.

– Suspiraba él y lo miraba fijamente diciendo. – No debes hacer cosas por otras personas, hazlas siempre por ti, nunca por alguien más.

– Láza se le acercaba, un poco nervioso, apretando sus puños; Fer se hacía poco a poco hacia atrás y topaba con la pared.

Ahí Lázaro lo tomaba de los hombros diciéndole nervioso. – No te das cuenta de lo que pasa a tu alrededor por estar pensando en ese rufián que te vio la cara.

– Fernando decía serio. – Darme cuenta, ¿de qué?

– Lázaro le decía directo. – ¡Me gustas mucho!

– Fernando sorprendido estaba por hablar, cuando él le plantaba un beso suave y tierno en los labios.

Ambos se miraban y Fernando decía serio. – Ojalá pudiera corresponderte en ese sentimiento pero…

– Lázaro se apartaba decepcionado completando la frase. – Pero sigues enamorado de ese imbécil que te cambio por tu mejor amiga, entiendo, lo entiendo bien.

– Fernando serio habló. – No sé si sea amor, pero de que siento algo por él, lo sigo sintiendo, más por qué volvimos a tener relaciones como hace años.

– Lázaro se daba media vuelta diciendo con tristeza. – Era de imaginarse, está bien, pero date cuenta que estas denigrándote como persona.

– Fernando trataba de abrazarlo por la espalda, pero él le evitaba diciendo. – Iré a ver en que ayudo en la cocina, me imagino tú debes cambiarte de ropa, te dejo, después hablamos.

– Lázaro con profunda tristeza suspiraba y se iba a la cocina a tratar de calmarse.

En tanto Fernando se quedaba con ese sentimiento confuso hacía Bradley; en la casa, tanto Fernando y Lázaro evitaban tener contacto visual y hablarse, pues ambos se sentían extraños; la familia comenzaba a llegar y las cosas se comenzaban a relajar.

Mientras que en la gran casa de Bradley; él llegaba después de haber ido a parar a un bar a tomar unos tragos y meditar sobre sus sentimientos y el bochornoso suceso que había acontecido horas atrás; justo a tiempo para cenar; él entraba a su casa y de momento todos sus familiares se le acercaban abrazándole y felicitando.

Extrañado y sorprendido, miraba su reloj diciendo. – Pero aún no es año nuevo, falta una hora para que lo sea.

– En eso Aurora sonreía diciéndole. – Mi amor, te están felicitando por nuestra próxima boda y también porqué hoy confirmé que vamos a ser papás.

– Aurora luciendo un vestido no muy entallado, bien maquillada y peinada se le acercaba y lo abrazaba.

Él estaba anonadado por la noticia y ella al abrazarle le decía sonriente al oído. – Más vale que siga en píe nuestra boda más ahora que estoy embarazada además del bien tuyo y de la reputación de tu familia; al menos finge estar feliz; tranquilo, no pienso decir nada de lo que paso hace rato. – Apartándose de él, le guiñaba el ojo, sonreía y decía en voz baja. – Por ahora, mi amor.

– Bradley la tomaba de la cara y le daba un apasionado beso, para después decirle con sonrisa. – ¡Por supuesto que estoy contento mi amor, seremos papás!

– Aurora fingía cierta emoción y tomaba de la mano a su aún prometido.

De momento Pietro se les acercaba diciéndoles serio. – Será mi primer nieto, un varoncito para continuar con el legado Landucci.

– Aurora y Brad minimizaban su sonrisa poco a poco.

Luciana al notar la incomodidad decía entre sonrisa. – Sea niño o niña es lo de menos, lo que importa es que nazca bien y saludable.

– Pietro mostraba una ligera sonrisa diciendo. – Siempre, siempre desde atrás generaciones, el primer hijo de un varón Landucci ha sido niño, así que es lo más seguro que lo sea.

– Expulsando el humo de su puro decía. – Pasemos todos a esperar el nuevo año en el comedor.

– Todos luego de la noticia y esos comentarios tan incomodos, se dirigían al comedor; quedando en el recibidor los futuros papás.

Aurora ponía cara sería diciendo. – Más vale que subas a tu recamara, te des un buen baño y te vistas con la ropa que escogí para ti; de ahora en adelante las cosas van a ser a mi modo, porque dudo mucho que quieras que tu padre sepa que eres…

– Brad furioso la sujetaba violentamente y tapándole la boca la encaminaba a la biblioteca, donde ahí le decía exaltado. – No permitiré que me trates de chantajear, mucho menos ahora que estás embarazada, sí antes nuestra relación iba en paz, deseo que después de esto sigan yendo las cosas más o menos bien.

– Aurora le empujaba diciéndole exaltada. – Después de lo que vi las cosas no van a seguir siendo normales, así que acostúmbrate querido.

– Ella daba media vuelta y abriendo la puerta le decía. – Y nuestra boda sigue en marcha, te espero en el comedor mi amor, sube a ponerte guapísimo.

– Ella lo dejaba ahí con el coraje atorado.

Brad golpeaba el escritorio y en su ser deseaba regresar el tiempo atrás y poder evitado a Fernando en el hotel, pero lo hecho, hecho estaba y ya no existía posibilidad de dar marcha atrás, pues ya había tropezado y caído de nuevo con la misma piedra.

Minutos después el salía y subía a su habitación a bañarse y vestirse; escuchando que faltaba poco para despedir el año; él desanimado pero mostrando una cara de felicidad, se incorporaba con sus familiares, para recibir el nuevo año entre risas y alegría.

Ahora que las cosas se están descubriendo y los sentimientos se tornan confusos, la pregunta es, ¿Bradley seguirá comprometido con Aurora?, ¿todo se mantendrá discreto?; esas interrogantes tendrán respuesta en los últimos capítulos de…

 

 

Amor, Pasión o Deseo.

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Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 17

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 16

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 15

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 14

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 13

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 12

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 10

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 9

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 8

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 7

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 6

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 5

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 4

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 3

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 2

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 1

Gay, casos de la vida real.

Antes de Rockear al Destino. Capítulo 3

Antes de Rockear al Destino. Capítulo 2

Antes de Rockear al Destino. Capítulo 1

Gay, casos de la vida real.

El chico de mis sueños. Final Alternativo Dos.

El chico de mis sueños. Final Alternativo Uno.

El chico de mis sueños. Capítulo 8

El chico de mis sueños. Capítulo 7

El chico de mis sueños. Capítulo 6

Breve Mensaje a mis Lectores.

El chico de mis sueños. Capítulo 5

El chico de mis sueños. Capítulo 4

Heridas de Amor.

El chico de mis sueños. Capítulo 3

Gay, casos de la vida real.

El chico de mis sueños. Capítulo 2

Sacrilegio Capítulo 7

El chico de mis sueños. Capítulo 1

Show en Cam Four... (Parte 3, final)

Show en Cam Four... (Parte 2)

Show en Cam Four... (Parte 1)

Sueños de una Noche

Nuestro Secreto

Es Cuestión del Destino. Capítulo 19

Es Cuestión del Destino. Capítulo 18

Es Cuestión del Destino. Capítulo 17

Es Cuestión del Destino. Capítulo 16

Es Cuestión del Destino. Capítulo 15

Es Cuestión del Destino. Capítulo 14

Es Cuestión del Destino. Capítulo Especial Pt. 2

Es Cuestión del Destino. Capítulo 13

Sacrilegio Capítulo 6

Es Cuestión del Destino. Capítulo 12

Es Cuestión del Destino. Capítulo 11

Es Cuestión del Destino. Capítulo 10

Es Cuestión del Destino. Capítulo 9

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Es Cuestión del Destino. Capítulo 7

Es Cuestión del Destino. Capítulo 6

Es Cuestión del Destino. Capítulo 5

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Es Cuestión del Destino. Capítulo 1

Sacrilegio Capítulo 5

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Licua-Mix de Relatos 2013

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Sacrilegio Capítulo 3

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Luna de Miel Capítulo 15 Gran Final

Luna de Miel Capítulo 14

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Luna de Miel

En los ojos del amor Capítulo 37 Gran Final

En los ojos del amor Capítulo 36

En los ojos del amor Capítulo 35

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En los ojos del amor Capítulo 32

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En los ojos del amor Capítulo 7

En los ojos del amor Capítulo 6

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En los ojos del amor Capítulo 3

En los ojos del amor Capítulo 2

En los ojos del amor Capítulo 1

Rockeando al Destino Capítulo 23 Gran Final

Rockeando al Destino Capítulo 22

Rockeando al Destino Capítulo 21

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Rockeando al Destino Capítulo 19

Rockeando al Destino Capítulo 18

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Rockeando al Destino Capítulo 8

Rockeando al Destino Capítulo 7

Rockeando al Destino Capítulo 6

Rockeando al Destino Capítulo 5

Rockeando al Destino Capítulo 4

Rockeando al destino Capitulo 1

Rockeando el Destino Capítulo 3

Rockeando al Destino Capitulo 2