Capítulo Doce.

Sera amor o será atracción.

Gabriel dormía plácidamente en su cama, cuando escucho ruidos extraños que provenían en el interior de la casa, se despertó, incorporándose con cuidado, se preguntaba. - ¿Qué pasaba?

- Lentamente se dirigió a la puerta, abriéndola camino despacio, escuchaba el ruido más cerca, hasta que llego al comedor.

Y exclamo. - ¡¿Quién anda ahí?!

– Erick que había entrado, estaba limpiando el piso y poniéndole la mesa a Gabriel para desayunar, dijo. – Soy yo, Gabriel, soy Erick, perdóname por entrar sin avisarte.

– Gabriel se relajó y dijo. – Menos mal, pensé que era alguien más, descuida estaba dormido, apenas desperté.

– Erick bajo la mirada, pues se sintió un poco incómodo el ver a Gabriel únicamente en bóxer, él dijo. – Erick, ¿Sucede algo?, te quedaste en silencio, ¿paso algo?

– Erick sonrojado tapándose los ojos, le dijo. - No, no pasa nada, bueno si, bueno no…

- Gabriel confundido pregunto. - ¿Por fin sí o no?

– Erick muy apenado le contesto. – Bueno, sí, lo que pasa es que, solo estas en bóxer.

– Gabriel serio le dijo. – Pues es mi casa, puedo andar como se me pegue la gana.

– Erick con la mano en los ojos le dijo. – Si, lo sé, pero al menos deberías ponerte algo, una camisa, me hiciste ver todo tu cuerpo velludo.

– Gabriel sonriendo como si estuviera burlándose le dijo. – Somos hombres, no hay de que espantarse, malo que fueras una mujer.

– Erick mirando ligeramente veía las piernas velludas de Gabriel, poco a poco alzo la mirada y miro su abdomen y pecho un poco mal cuidados, sin ejercitar, cubiertos de vello, sonrojado le dijo. – Bueno, seguiré limpiando aquí, termine de limpiar la sala, si gustas desayunar aquí te deje algo en el comedor, o si quieres bañarte primero.

– Gabriel al darse cuenta de la incomodidad de Erick por su tono de voz le dijo. – Me iré a bañar, en lo que terminas.

– Gabriel se dio media vuelta y haciendo caso al consejo que Erick le dio, extendió sus manos y camino lentamente pisando con cuidado.

Erick nervioso y casi sudando le dijo. – Gabriel, ¿Te ayudo?

– Gabriel se volteó y le dijo. – Si no es mucha molestia.

– Erick recargo la escoba en la pared y ayudo a Gabriel a ir a la habitación.

En eso Gabriel al sentir la mano fría de Erick le pregunto. - ¿Te sientes bien?

– Erick nervioso y apenado le contesto. – Si, descuida, ¿Por qué la pregunta?

– Gabriel preocupado le dijo. – Es que tu mano esta fría, pensé que te sentías mal.

– Erick soltó una leve risa de nervios y le dijo. – Descuida, es por los nervios, a veces me pasa.

– Al entrar a la habitación, Gabriel le dijo. – Nervios, ¿pero de qué?

– Erick evitando contestarle le dijo. – Bueno ya estamos en la habitación, puedes entrar al baño sin problema alguno, ¿Verdad?

– Gabriel sonrió y le dijo. – No, soy un poco bruto, ¿me podrás ayudar a bañarme?

– Erick sorprendido dijo. - ¡Yo!

– Gabriel sonriéndole le dijo. – Si, tú, ¿puedes o no?

– Erick apenado le dijo. – Está bien te ayudare.

– Gabriel le volvió agarrar la mano y le dijo. – Te pongo nervioso ¿cierto?

– Erick empezó a tartamudear diciendo. – Que, no, co… co… como crees, no, no, para, para na, nada…

- Gabriel serio le dijo. – Gracias Erick, me puedo bañar solo, lo único que te pido es que me bajes una muda de ropa, mi recamara esta arriba, es la segunda puerta que está subiendo las escaleras a mano derecha, es mi recamara, por favor.

– Erick le dio la toalla y apenado le dijo. – Si, con mucho gusto te pongo la ropa aquí sobre la cama, pensé que era enserio lo de bañarte.

– Gabriel dijo. – Erick lo dije en broma, ¿Podrás traer mi navaja de rasurar?, la barba me estorba un poco.

– Erick le contesto. – Si, ¿Apoco puedes rasurarte sin ver?

– Gabriel le sonrió y dijo. – No, pero espero tú me puedas ayudar, busca la navaja en mis cajones, sino la encuentras, pues en mi baño hay un rastrillo, por favor.

– Erick salió rápidamente de la habitación, subiendo las escaleras un tanto nervioso por ver a Gabriel casi semidesnudo; al entrar a la habitación se dio cuenta que había un orden especifico en las cosas, así que sin desacomodar, empezó a buscar entre los cajones, sin querer encontró una foto en uno de los cajones de Gabriel abrazado a Esteban, la saco y se fijó mucho en la expresión de los ojos de Gabriel, radiaban felicidad plena, una paz inmensa y un amor sincero a quien fuera Esteban.

Sonriendo dijo. – Gabriel, apenas te conozco y siento que ya estoy enamorado de ti, pero jamás te fijarías en alguien como yo, no soy lo suficientemente masculino para gustarle a un gay como tú, tan viril, tan, tan fuerte, tan varonil, en fin, tendré que conformarme con ser tu amigo.

– Erick volvió a poner la foto dentro del cajón y continuo buscando la navaja de rasurar, al encontrarla, la tomo y paso al baño, a buscar el restrillo.

Al agarrarlo dijo. – Creo necesitare esto y más, pues tienes una barba muy abundante.

– Erick en el baño buscaba alguna máquina de rasurar, crema y tijeras; en lo que estaba en eso.

Gabriel se bañaba, se reía de Erick al haberlo puesto nervioso y se decía. – Ay Erick, disfrutare ponerte nervioso, al menos me divertiré un rato contigo.

– Gabriel se sentía bien y a gusto de poner nervioso a Erick, pero no se da cuenta que Erick es muy sensible y no le agradaría saber que él solo lo ocupa para burlarse de él.

Al salir de la ducha, Gabriel en vuelto en una toalla, salió, Erick le dijo tapándose los ojos. – Tu ropa interior está sobre la cama.

– Gabriel le dijo. – Gracias, ¿Encontraste lo que te pedí?

– Erick le contesto. – Si, incluso traje la máquina de rasurar que tenías en el baño, la crema, el rastrillo y la navaja.

– Gabriel sonriendo le dijo. – Bien, pues solo déjame poner el bóxer y pasamos al baño para que me rasures.

– Erick se dio media vuelta y mirando hacia la puerta espero a que Gabriel se pusiera el bóxer, únicamente veía la sombra que se reflejaba en la pared, al darse cuenta que él ya se había puesto el bóxer.

Se dio vuelta y le dijo. - ¡Bien, ahora si te dejare como una persona decente!

– Gabriel le sonrió y dijo. – No quiero que me quites la barba, solo quiero que me la rebajes y le des forma.

– Erick sonriendo dijo. – Gabriel, no te dejare sin tu sex-appeal, solo le daré forma, descuida, alguna vez cuando estaba en universidad me deje la barba y le sabia dar forma, así que descuida.

– Una vez estando en el baño, Erick empezó a rasurarle, muy despacio y atento a lo que hacía, Gabriel sentía la respiración calmada de él, en eso, para hacerlo poner nervioso, con su mano le agarro el muslo de la pierna, a lo que Erick sintió su piel estremecerse y se quitó.

Gabriel poniendo sonrisa burlona dijo. - ¿Ya terminaste?

– Erick le contesto sin titubeos. – Aun no.

– Gabriel le pregunto. – Por cierto, ¿Cuántos años tienes?

– A lo que Erick le contesto. – Tengo veintiuno por cumplir veintidós en unos meses.

– Gabriel le dijo tratándolo de incomodar. – Estás tiernito entonces, eso me agrada.

– Erick se puso nervioso y le dijo. – Gabriel, ¿Me permites terminar de rasurarte?

– Gabriel le dijo. – Vaya que genio, está bien, continua.

– Erick siguió dándole forma a la barba de Gabriel, que de pasar de estar de oreja a oreja con abundante vello, paso a ser una definida barba de candado, que hacia resaltar sus labios gruesos y carnosos de Gabriel.

Él sonrió y Erick lo miro suspirando, diciéndole. - ¡Que guapo te ves!

– Gabriel se pasó la mano sobre su barba y le dijo. – Me gusta, ojala pudiera verme, pero sé que te quedo bien, gracias.

– Una vez terminado, Erick le ayudo a enjuagarse, lo limpio bien y mirándole el pecho le dijo. - ¿Quieres que te corte un poco de vello del pecho y abdomen?

– Gabriel un poco serio le dijo. – Gracias, pero en otra ocasión, no quiero llegar tarde por mi hermana.

– Erick se salió del baño y tras de él Gabriel, él siguió cambiándose y Erick continuó limpiando el comedor, una vez terminado, paso a limpiar la sala.

Gabriel pasaba por la sala para dirigirse al comedor y le pregunto. – ¿Dices que el desayuno esta sobre la mesa?

– Erick le contesto mientras aspiraba. – Si, está ahí, no soy buen cocinero, pero al menos hay algo de desayunar.

– Gabriel se siguió derecho para desayunar, Erick no podía dejar de tener en mente a Gabriel y la forma en que lo vio semidesnudo, suspiraba a cada rato, se perdía entre sus pensamientos y no dejaba de pensar en otra cosa que no fuera él.

Al cabo de una media hora, Gabriel termino de desayunar y Erick de limpiar, ya listos para ir al hospital por Ángela.

Gabriel pregunto. - ¿Nos iremos en taxi?

– Erick le respondió con una ligera sonrisa. – No, traje mi carro.

– Gabriel sorprendido pregunto. - ¡¿Sabes manejar?!

– Lo que respondió. – Obvio, aprendí a manejar desde los dieciocho años, ven, vamos que ya son casi las once la mañana.

– Erick le abrió la puerta del carro a Gabriel, él se subió, y espero a que Erick se subiera, una vez estando dentro, arranco, pero el carro indicaba que el copiloto debía ponerse el cinturón de seguridad.

A lo que Erick le dijo. – Gabriel, te pido un favor, ¿puedes ponerte el cinturón?

– Gabriel trataba de buscarlo, pero no lo hallaba, así que Erick se estiro para ponérselo, Gabriel al sentir cerca de él, se le acercó más estando a punto de besarlo.

Pero él rápido se alejó y coloco el cinturón, nervioso le dijo. - ¡Listo, ya quedo!

– Gabriel se sintió un poco apenado, Erick un poco serio y la vez desanimado, por la actitud de Gabriel, durante el trayecto al hospital, iban en silencio, sin decir nada, Erick solo iba pensando en Gabriel y su cuerpo velludo y varonil; Gabriel solo se acordaba de la voz nerviosa de Erick y que le había tocado el muslo para ponerlo nervioso.

 Al llegar al hospital, pasaron a la sala de espera, donde Pablo al verlos entrar les dijo. – Que bien que ya llegaron, Gabriel, Ángela esta por ser dada de alta, le estaban quitando el suero y dándole el último chequeo médico de valoración para poder irse a casa.

– Gabriel se puso feliz y dijo. - ¡Qué bueno, los hospitales son deprimentes!

– Pablo fue a ver si Ángela ya estaba lista, en lo que Erick y Gabriel se sentaban, Edson que estaba en el hospital, se dio cuenta que habían entrado Erick junto con Gabriel.

Así que rápidamente le envió un mensaje de texto diciéndole a Erick. – Veo que estas junto a ese cuero de hombre, ya averiguaste si es heterosexual o bisexual, quiero comerme a ese hombre.

– Erick un poco molesto le respondió el mensaje diciéndole. – Edson no averiguare nada, si quieres saber, pregunta tú y deja de estar espiando que si te veo.

– Edson se empezó a reír al leer el mensaje y dijo. – Ay Erick, nunca dejaras de ser el virginal chamaquito, cuando será el día que te dejes consentir por un hombre, te contestare el mensaje, ni creas que me quedare así.

– Edson le mando otro mensaje diciéndole. – No seas inocente, ambos sabemos que te gusta ese tipo, solo míralo, alto, varonil, guapo, bonitos ojos, si fuera tú ya hubiera tenido sexo, pero se me olvida que eres gay sumiso y muy tonto.

– Erick volteo a ver a Gabriel que solo jugaba con sus manos por los nervios y pensó. – Tal vez sea un tonto en creer que el ser gay no siempre es tener sexo con hombres, pero me siento confundido.

– En un parpadeo Edson se acercó y dijo. – Hola Erick, ¿Qué tal?, ¿No piensas presentarme a tu amigo?

– Gabriel pregunto. - ¿Quién es?

– Erick se quedó mudo cuando Edson le dijo. – Hola, mi nombre es Edson, vaya que guapo eres.

– Gabriel le extendió la mano saludándolo, mientras le sonreía, Erick un poco molesto, le dijo a Gabriel. – Gabriel él es un conocido de aquí del hospital, Edson él es Gabriel, hermano de mi cuñada.

– Edson sonriendo dijo. – Así que son casi, casi familia, que bien.

– Gabriel desconcertado le dijo. – Pues no tanto, pero bueno.

– Erick sintiéndose un poco celoso movió la cabeza y al ver que por la puerta salía Ángela con Pablo dijo. - ¡Ahí viene tu hermana con mi hermano!

– Gabriel se levantó de la silla y Edson al sentirse ignorado dijo. – Bueno, te dejo guapo, un gusto en conocerte.

– Edson se dio vuelta y se regresó al laboratorio.

Ángela le dijo a su hermano. – Ya estoy bien hermanito, vamos a casa.

– Pablo le pregunto discretamente a su hermano. - ¿Qué hacía Edson aquí?, Mamá ya te dijo que no debes tener amistad con ese chavo, es muy promiscuo.

– Erick le contesto. – Vino a conocer a Gabriel, no tienes idea de cómo lo miraba, parecía que se lo quería comer con los ojos.

– Gabriel les dijo. – Bueno, ya no hay nada más que hacer aquí, así que vámonos.

– Pablo ayudando a Ángela les dijo. – Supongo tu traes tu carro, que les parece si ella se viene conmigo y tú te vas con Gabriel.

– Ángela dijo sonriendo. – Me parece buena idea.

– Gabriel volteando tratando de percibir a Erick dijo. – Si, me parece buena idea, ¿Nos vamos Erick?

– Erick agarro del brazo a Gabriel y salieron juntos rumbo al estacionamiento; Pablo comentó. – Erick, mamá trabajará hoy para poder faltar el lunes, así que comeremos comida rápida.

– Erick haciendo cara de desacuerdo dijo. – Pues no me queda de otra verdad, pero que no sea comida china.

– Gabriel se empezó a reír y le pregunto Erick. - Bueno tú, ¿De qué te ríes?

– Gabriel le respondió. – Es que a mí tampoco me gusta la comida rápida y mucho menos la china, ¿Curioso no crees?

– Erick se sonrojo y abriéndole la puerta del carro le dijo. – Súbete.

– Gabriel con mucho cuidado se subió al carro, sonriendo espero a Erick meterse al coche, al cual le dijo. – No te entiendo.

– Erick sin hacerle caso, muy apenado arranco y se adelantó a la casa de Gabriel.

Un silencio los invadió, a lo que Gabriel pregunto curiosamente. - ¿Cómo es que supiste la dirección de la casa?

– Erick le contesto mientras ponía la vista al frente. – De lógico pregunte, aparte tu hermana me dio la dirección, es fácil, no hay pierde.

– Gabriel se empezó a reír y le dijo. – No entiendo ¿Por qué te enojas?

– En un alto, Erick le contesto. – Me enojo porque tenemos un gusto similar, no me agrada que tengamos eso en común, aunque sea una coincidencia no debe ser y punto.

– Gabriel se le borro la sonrisa y volvió a ponerse serio.

Mientras que Pablo y Ángela conversaban de lo bien que se veía Gabriel con la barba recortada y arreglada.

A lo que ella dijo. – Seguramente tu hermano ayudo al mío para recortarle la barba, ojala dios quiera y pueda sacarlo de esa depresión.

– Pablo le dijo mientras le tomaba la mano. – Ya verás que sí, al menos ya dieron un paso, pues Gabriel se dejó ayudar por mi hermano, esperemos que siga así.

– Ángela y Pablo tenían deseos de que Gabriel y Erick se hicieran amigos, pero al parecer a Erick estaba indeciso.

Una vez estando en la casa, Ángela le agradeció a Erick lo bien que había dejado la casa, reluciendo de limpia, Pablo salió a comprar algo de comida para que pudieran comer ellos 3, en lo que Erick seguía las instrucciones de la dieta que Ángela debería tener.

Gabriel le pregunto a su hermana en voz baja. - ¿Está cerca Erick?

– A lo que ella le respondió. – No, está en la cocina, ¿Por qué?

– Gabriel un poco apenado pregunto. - ¿Quiero saber cómo es él?

– Ángela sonriendo pregunto. - ¿Te gusta verdad?

– Gabriel se puso un poco molesto y le contesto. – ¡No digas estupideces, como me puede gustar alguien que no sé cómo es, aparte nadie se fijaría en mí, por ser un pobre ciego sin remedio!

– Ángela le pareció rara la actitud de Gabriel, que rápido se levantó del sillón y se subió con cuidado a su recamara gritando. - ¡Cuando llegue la comida me la suben! ¡No quiero comer en el comedor!

– Erick regreso rápido a la sala y pregunto. - ¿Qué le paso a Gabriel?

– Ángela solo le contesto. – Nada, no pasa nada.

– Gabriel se encerró nuevamente en su recamara y se dijo. – Gabriel, eres un completo idiota, como haces esas preguntas sobre Erick, no seas imbécil, ese muchachito jamás se fijaría en ti, jamás en su vida.

– Al parecer las confusiones están en los dos, pues se niegan a mostrar sus sentimientos, ¿Será que están haciendo lo correcto? ¿Deberá seguir con esa actitud Gabriel? 

En los ojos del amor.

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