Capítulo XII

Sombras de duda y celo.

Aranza y Brandon desayunaban en el restaurante del hotel, bien arreglados esperaban la llegada del grupo de la comunidad gay, en lo que esperaban, Aranza al ver a Brandon un poco cansado y con ojeras le pregunto. – Mi amor, ¿Sucede algo? Veo que no pudiste dormir bien, ¿Qué era lo que soñabas?

– Brandon dándole un sorbo a su jugo de naranja comenzó a toser y nervioso le respondió. – Una pesadilla mi amor, una pesadilla.

– Aranza se preocupó y pregunto insistente. - ¿Pero que era amor?

– Brandon al notar la insistencia le respondió. – ¡Pues una pesadilla, no quiero recordarla!

– Aranza se sintió un poco con esa respuesta y agacho su mirada, Brandon al darse cuenta que había  hecho sentir mal a su esposa se disculpó tocándole la mano y diciendo. – Amor perdóname en verdad, estoy nervioso y estresado por lo que vaya a pasar ahorita y esa pesadilla no quiero recordarla, por favor discúlpame no era mi intensión.

– Aranza levanto su mirada y le dijo con una mirada transparente y sincera. – Confía en mí, para eso somos esposos para apoyarnos, no quiero que me veas como tú esposa ya te lo había dicho y te lo vuelvo a repetir, sino como tu amiga, tu confidente, tu apoyo incondicional en cada uno de tus problemas; te amo mucho, todo va a estar bien.

– Brandon se sintió mal consigo mismo ante las palabras de su esposa, conscientemente sabía que no merecía que Aranza fuera así con él después de lo que hizo con Federico.

Brandon le sonrió y se dio cuenta por el ventanal pasar a Mirna que los miraba con odio, envidia y rencor, ella apretaba sus manos y pensaba. - ¡Maldita estúpida, insípida, simple, sencilla y estúpida!

– Brandon nervioso en un arrebato besó a Aranza, quién le correspondía el beso cerrando los ojos, pero él los mantenía abiertos para cerciorarse que Mirna se fuera y dejará de mirarlos; Mirna muy enojada y ardiendo de celos se retiró para checar su tarjetón y firmar la bitácora de asistencia de personal del hotel, una vez firmada y registrada ella en el lobby veía llegar a Federico, muy enojada lo miraba pasar, notándose que estaba llegando nervioso y apresurado.

Ella al verlo entrar en la oficina se le dirigió y entró sin tocar, él se asustó al verla y le dijo. – Mirna, serías tan amable de tocar la puerta antes de entrar, estoy hecho un manojo de nervios y al entrar así me provocas un susto terrible.

– Mirna le sonrió diciéndole sarcásticamente. – Pues así tendrás tu conciencia, querido.

– Federico seriamente la miro y preguntó. - ¿Qué se te ofrece?

– Mirna sonriéndole le respondió. – Quiero que nos unamos para separar a Brandon de su estúpida e insípida esposa.

– Federico al escuchar la respuesta de ella soltó una gran carcajada diciéndole. – Bueno tú sí que estas bien mal, acepta que fuiste un juguete, un pasatiempo, un rato de diversión para Brandon, solo fuiste la cuerda con la que se secan los sueños mojados al calor del pecado, para que entiendas te utilizó como una prostituta. 

– Mirna furiosa le lanzó una cachetada diciéndole. - ¡Fuimos usados por Brandon que no se te olvide! ¡Porque ambos nos acostamos con él en diferentes tiempos! ¡Así que ambos fuimos utilizados por él!

– Federico agarrándose la mejilla izquierda le dijo. – Pero a diferencia tuya yo soy hombre y no estoy de ardido, lo admito, me molesto saber que fui engañado, pero no ando enculado como tú lo estás con él, no niego que me gusta pero al menos tengo en mente que fui solo un free para él.

– Mirna enojada exclamó. - ¡Que idiota eres! ¡Por eso te dejo Augusto tu novio! ¡Porque te das por vencido a la primera, cuando debes de luchar por lo que es tuyo! ¡Pero bueno que se puede esperar de un pobre, patético homosexual como tú!

– Mirna cegada por el odio hablaba con rabia, despecho y rencor, sin darse cuenta que dañaba la sensibilidad de Federico, quién derramo unas lágrimas ante esas palabras dichas por ella y le dijo. – Sí tienes razón, no luche por el amor de Augusto, me di por vencido no luche puesto que la relación y el amor se había acabado; pero sabes ante todo yo estuve con un hombre el cual me amó, me quiso y me respeto siempre, me dio mi lugar, siempre tuve a un ser que me amó por lo que soy y por lo que valgo, por mis sentimientos; pero tú en cambio, no has tenido ni perro que te ladre ni gato que te maúlle, lo que te hace falta es sexo para que te sientas mujer para que te sientas viva, pues eso es lo que demuestras ante tu envidia, celos y rencor ante la esposa de Brandon o Eliot como se llame, andas de vagina caliente, una pena que a ningún hombre con el que has salido no le provoques la más mínima erección al verte y deseos de acostarse contigo.

– Federico se limpió las lágrimas, camino directo a la puerta y abriéndole le dijo. – Hazme el favor de retirarte, cuando quieras venir toca la puerta y te atenderé con gusto, que tengas buen día.

– Mirna sintió un balde de agua fría recorrer su cuerpo, con furia y odio intento cachetear de nuevo a Federico pero él le detuvo la mano diciéndole. - ¡Vete por las buenas o te saco a jalones de mi oficina!

– Mirna retándolo le dijo. - ¡Atrévete infeliz!

– Federico respirando profundo le dijo. – Bien, sí así lo deseas pues…

- Federico la tomo de los brazos y torciéndolos hacía atrás la saco de la oficina, rápidamente él se regresó y cerro, Mirna enojada se quejaba de los apretones que le había dado Federico para sacarla, pensando. - ¡Juro que me esto no se queda así, lo juro, pero antes debo de vengarme de Brandon!

– Mirna se fue a hacer sus deberes de mala gana, mientras que Aranza y Brandon se sentaban en la sala del lobby a esperar al grupo.

Brandon un poco nervioso le dijo a su esposa. – Mi amor, quédate aquí, preguntaré a qué hora llega el grupo y a ponerme de acuerdo con el gerente del hotel.

– Aranza le sonrió y dándole un beso en la mejilla le dijo. – Adelante amor, ve aquí te espero.

– Brandon cauteloso y discreto se acercó al lobby y preguntó a la señorita que estaba en turno. – Buenos días señorita, disculpe una pregunta, ¿Federico ya llego al hotel?

– La joven le respondió amablemente. – Buenos días Señor Petrilli, sí Federico ya está aquí llego hace unos minutos, su oficina es la quinta puerta del pasillo al fondo a mano derecha.

– Brandon con una sonrisa le agradeció y nervioso se dirigió a la oficina dónde Federico se encontraba, nervioso dudaba si tocar la puerta o entrar así como si nada, respirando profundo, decidido se armó de valor y entro a la oficina sin tocar.

Federico al escuchar abrir la puerta dijo enojado mientras revisaba unos documentos. - ¡Les he dicho que antes de entrar toquen la puerta!

– Brandon apenado dijo. – Discúlpame, pero contigo quiero hablar.

– Federico alzó la mirada, se levantó del asiento y golpeando el escritorio exclamó. - ¡¿Qué hace aquí?! ¡Le pido por favor que se retire!

– Brandon nervioso y apenado le dijo. – Quiero hablar contigo, por favor permíteme hablar contigo, además este es mi hotel.

– Federico soltó una carcajada, se puso frente de Brandon y le dijo. – Bien, es su hotel, pero no su oficina, le pido de favor que se retire no hay nada que hablar, por favor váyase.

– Federico caminó hacia la puerta abriéndola y dijo. – Por favor señor Petrilli hágame el favor de retirarse.

– Brandon molesto jaló a Federico del brazo, cerró la puerta de golpe y le dijo. – Permíteme hablar contigo o juro que te despido.

– Federico temblando ante la fija mirada de Brandon sobre sus ojos, por un momento Federico deseaba abrazarlo y besarlo, pero por otro sentía un odio terrible por el engaño cometido; Federico comenzaba a sentir que sus ojos se llenaban de lágrimas, fue cuando le dijo a él. – Solo por eso te dejaré que hables, porque mi trabajo me ha costado llegar hasta donde estoy, así que habla te escucharé, pero esto que haces es abuso de poder.

– Brandon sintiendo una profunda pena consigo mismo lo soltó diciéndole. – En verdad, te lo juro no era mi intensión engañarte y mucho menos dañar tu noble corazón.

– Federico sonrió irónicamente y dijo. - ¡Por favor! ¡¿No querías engañarme?! ¡Lo hiciste Brandon!

– Brandon le pidió apenado. – Lamento mucho lo que hice, por favor perdóname, quiero que hablemos bien, escuches mis razones, solo eso te pido.

– Federico moviendo la cabeza con una leve sonrisa de ironía le decía. – Está bien, está bien, adelante sentémonos y hablemos como dos personas adultas.

– Brandon se sentó en la silla de visitas, mientras que Federico en la silla de su oficina, él haciendo una pausa dijo. – Creo que quién debe sentarse aquí eres tú ya que eres el dueño.

– Brandon sonriéndole un poco avergonzado le dijo. – Tienes razón, pero está es tu oficina, yo solo soy un visitante, ahí siéntate te ves mejor tú que yo.

– Federico en tono serio le dijo. – Vamos directo al grano, te escucho.

– Brandon cruzando sus manos, jugaba con sus dedos y le decía. – Bien antes que nada, discúlpame por lo que te dije hace un momento sobre que te despedía sino me escuchabas, pero en realidad quiero hablar contigo.

– Federico seriamente le dijo. – Descuida, ya estamos hablando, no pondría en riesgo mi trabajo, como dije me costó mucho trabajo llegar hasta aquí, prosigue con lo que vas a decir.

– Brandon al notar la seriedad y la forma tan cortante de Federico, le sostuvo la mirada diciéndole. – No quería engañarte, tenía dudas, bueno las sigo teniendo, dudas sobre mí, sobre…

- Federico sosteniéndole la mirada le dijo. – ¿Dudas sobre tu sexualidad?

– Brandon no pudiendo sostener más la mirada la bajo y dijo apenado. – Sí, no sé, nunca había tenido este problema.

– Federico sentía sentimientos encontrados, dudaba ante las palabras de Brandon, pero una corazonada le daba a entender que en verdad decía la verdad, él dulcificando su voz le dijo. – Brandon nunca agaches la mirada ante alguien inferior a ti, nunca, puesto ponte a pensar que yo soy tu empleado y tú eres mi patrón, quién debe de agachar la mirada soy yo, pero continua te escucho y tal vez yo pueda ayudarte si me lo permites y está dentro de mis posibilidades.

– Brandon levanto la cabeza y le sonrió diciendo. – No cabe duda que eres un ser increíble, no entiendo porque eres amable conmigo cuando yo me porte contigo de forma ruin, perdóname en verdad.

– Federico suspiró y le dijo. – Soy buena persona con las personas que lo son así conmigo, tú en un momento lo fuiste cuando me brindaste tu hombro para poder llorar por que mi novio me mando a volar, ahora trato de ser buena persona con ese hombre con el que tuve intimidad, pues estoy notando la sinceridad que tiene al decirme que duda de sí mismo.

– Brandon se sintió seguro con Federico, sintiendo confianza hacía él, le sonrió y comenzó a platicarle lo que había sucedido antes de que se casara y lo que ocurrió en su noche de bodas, así como lo que ha pasado en su luna de miel y sus sueños raros que ha tenido.

En lo que eso pasaba, Mirna estaba que rabiaba de envidia, ella saliendo de uno de los pasillos se dio cuenta que Aranza estaba sentada en la sala del lobby leyendo una revista, fue cuando ahí ella con una mirada de maldad se dijo. – Bien este es tu momento para comenzar a separar a la insípida de Aranza del papito chulo de Brandon.

– Mirna sonriendo maliciosamente se le acerco diciéndole. – Buenos días amiga, ¿Cómo estás?

– Aranza al verla, dejo la revista sobre la mesa y le dijo. – Hola Mirna, buenos días, siéntate.

– Mirna saludo de beso en la mejilla a Aranza y le preguntó. - ¿Qué tal va tu estancia en el hotel?

– Aranza sonriente le contesto. – Muy bien, en lo que cabe todo bien, este hotel es muy bonito y lujoso, pero prefiero más el hotel villas Petrilli es rustico, tranquilo y más natural, pero bueno todo muy bien, gracias por preguntar.

– Mirna sonriéndole le preguntó. – Que bueno me da mucho gusto, hasta que conocí a tu esposo, es buen tipo, con todo respeto muy guapo, por cierto ¿Dónde está él?

– Aranza le respondió algo sonrojada. – Gracias por lo que dices de mi esposo, es un amor además de ser un caballero, fue hablar con el gerente del hotel sobre el grupo que llega hoy.

– Mirna impresionada exclamó. - ¡Ah bueno!

- Ella cambió su semblante, se puso sería, un poco nerviosa y ansiosa, pensaba. - Seguramente Brandon y Federico están a los grandes besos y está estúpida ni cuenta se da.

– Aranza al ver un poco nerviosa y ansiosa a Mirna le preguntó. - ¿Sucede algo?

– Mirna le respondió cortante. – No, nada.

– Aranza sonriéndole le preguntó. – Bueno cuéntame, ¿Qué tal te va con Brandon, el tocayo de mi esposo?

– Mirna sonriendo pensaba. - ¡Vaya estúpida, hasta que te decides por preguntar sobre mí Brandon!

– Mirna le respondió sarcásticamente. – No tan bien como tú, pues he descubierto que Brandon es un mentiroso de lo peor, me engaño horrible, de una forma tan ruin y cruel, espero a ti no te pase lo mismo.

– Aranza se acercó un poco más y le tomo la mano diciéndole. – Amiga, creo que esto iba a pasar, pues lo suyo fue una aventura fugaz, dudo mucho que él haya querido algo contigo; mí Brandon sería incapaz de hacerme algo así, jamás me engañaría, si de novios no lo hizo de casados tampoco. 

– Mirna hirviendo de celos, se molestó más y quitó su mano de la de Aranza, la cual ella apenada le dijo. – Disculpa Mirna, no quise decir eso, perdón.

– Mirna sería levantó la ceja y le dijo. – Sí, fue una aventura fugaz lo sé bien, pero tenía la esperanza de que se hiciera algo formal, bueno aunque debo decir que su novia no es muy agraciada que digamos, es muy poca cosa para tremendo hombre que es él, la verdad aquí entre nos soy mejor mujer que la novia que trae.

– Mirna disfrutaba diciendo malos comentarios de Aranza, sin decirlos directamente a ella.

Aranza sonrió diciéndole. – Un mal consejo te daré, si piensas que Brandon merece algo mejor que la tipa con la que él está, ¿Qué esperas para quitárselo a esa chica?, no es un buen consejo pero creo que debes luchar por él, recuerda que no hay peor lucha que la que no se hace.

– Mirna sonriéndole le dijo. – Es lo que pienso hacer, quitarle a Brandon a esa tipa, aunque deba de hacer cosas que no son bien vistas, pero de que Brandon regresa conmigo lo hará.

– Mirna le tomo la mano a Aranza y le dijo de forma hipócrita. – Gracias en verdad amiga, no sé qué haría sino te hubiera conocido, gracias amiga en verdad, deseo de todo corazón que tu matrimonio dure lo que deba de durar.

– Aranza se desconcertó ante esas últimas palabras dichas por Mirna, pero sin preguntarle más le dijo sonriente. – No agradezcas amiga, para eso estamos las mujeres para apoyarnos, me da gusto haber hecho una amiga en mi luna de miel, es algo muy bonito.

– Mirna moviendo la cabeza pensaba. - ¡Es increíble el grado de estupidez e ingenuidad que tienes Aranza, será el amor o será un retraso mental que te impide darte cuenta que tu esposo es mí Brandon al que quiero y deseo con muchas ganas!

– Mirna mordiéndose el labio le dijo. – Bueno amiga te dejo, debo ultimar detalles, en un rato más nos vemos.

– Aranza le sonrió diciendo. – Anda apúrate y suerte con tu hombre. – Mirna se iba, dejando a Aranza nuevamente leyendo la revista.

-Narrador disculpa que interrumpa, pero mi esposa si se vio media tontita al no entender que Mirna estaba refiriéndose a mí.

– Brandon, cuando se ama de verdad uno no presta atención a lo que dice la gente, tu esposa en verdad estaba enamorada de ti, ella tal vez se vio muy ingenua pero en verdad te amaba y te aseguro que ni por aquí en su cabeza le pasaba la idea que Brandon y Brandon eran el mismo Brandon.

– En verdad yo estoy muy, pero muy apenado con lo que hice, en verdad no pensé que Aranza la fuera a dañar tanto.

– En realidad Brandon dañaste a muchas personas, provocaste la ira de una mujer, tristezas en muchas personas, sufrimientos y lo peor hasta una muerte.

– ¿Muerte?

– En poco sabrás a que me refiero, pero continuaré con más, me lo permites.

– Mmm… Me dejas con la duda, está bien, continúa.

– Gracias, bien pues en que me quede, a sí ya recordé.

Después de un rato en la oficina, Brandon decía algo desesperado. – Y así fue como comenzaron mis dudas sobre mí.

– Federico tratando de razonar le dijo. – A ver si entendí, siempre te has considerado heterosexual, eras mujeriego, tenías mujeres de unas horas y por un tiempo, eras o eres homofóbico, pero tu mejor amigo Orlando en tu despedida de soltero te confesó su amor hacía ti mientras estaban ebrios y te besó en el baño, ¿O sea que por un beso te despertó la confusión sexual?

– Brandon apenado tronándose los dedos le dijo. – Sí, sí, así es.

– Federico confundido le dijo. – Pues lamento decirte esto Brandon, pero tal vez no pienses que eres Bisexual sino que eres gay.

– Brandon se levantó y exclamó. - ¡Estás loco! ¡Jamás sería un puto maricon de mierda! ¡En mi familia no hay de ese tipo de personas!

– Federico enojado se levantó de su asiento y exclamó. - !Gracias por decirme puto maricon de mierda! ¡Y no estoy loco, porque yo si estoy definido sexualmente! ¡Nunca digas de esa agua no he de beber porque te recuerdo que la probaste y te la bebiste! ¡Tal vez en tu familia no haya ese tipo de personas y tú seas el primero en ser gay!

– Brandon agarrándose la cabeza, se giró comenzando a dar pasos de un lado a otro confundido exclamó. - ¡Fui un estúpido al decirte esto tan íntimo de mí! ¡¿Qué esperaba yo de alguien como tú?! ¡Soy bisexual y punto!

– Federico suspirando y tratando de relajarse le tomo de los hombros y le dijo. – Brandon, te lo digo porque creo yo, soy la única persona que en este momento puede ayudarte, tú esposa dudo mucho que te apoye una vez diciéndole que le fuiste infiel a días de casados y con un hombre, piensa bien las cosas.

– Brandon respirando profundamente y exhalando le dijo. – Tienes razón Fede, tienes razón, perdóname por decir eso sobre los gays, pero te juro que no puedo con esta confusión, yo sé que soy heterosexual pero algo aquí en mi cabeza me hace pensar e imaginarme a Orlando desnudo haciendo el amor, eso me hace pensar ser bisexual.

– Brandon desesperado se sentó en un sillón que Federico solía tener en su oficina para dormir un poco y relajarse; Federico se sentó junto a él, le puso su mano en la pierna y le dijo con voz suave. – No tengo conocimientos de psicología, no te digo que eres loco, pero yo siempre he pensado que los bisexuales son gays que no quieren aceptar que les gustan los hombres y deben tener una doble vida para así poder tener una vida “normal” entre comillas y que la sociedad no los tache de pecadores; estamos en el siglo veintiuno y mucha gente sataniza la homosexualidad como pecado cuando en realidad es simple amor entre dos personas del mismo sexo, que nace y florece, el pecado es la delincuencia y los asesinatos a sangre fría; Brandon volviendo al tema, tú y solo tú debes de darte cuenta de lo que en verdad eres.

– Brandon sintiendo el apoyo incondicional de Federico, le agarro la mano y le dijo. – Muchas gracias, gracias en verdad, eres un ser muy noble, muy especial, te admiro eso, no sabes lo cuan arrepentido estoy.

– Federico se ruborizó y Brandon lo comenzó a mirar de otra forma, dándole una cálida sonrisa, le dijo. – Fede en verdad no entiendo como tu novio te pudo dejar siendo como eres, tan dulce y tan buena persona.

– Federico levanto su cara, diciéndole. – Pues sus razones tendrá, tal vez el amor se acabó o encontró alguien mejor que yo, bueno cualquiera es mejor que yo.

– Brandon apretando un poco la mano de él, le dijo. – Nadie es mejor que tú, eres un ser especial, admirable, yo soy una persona que es inferior a ti, inferior en sentimientos, yo merezco un castigo divino por todo lo que he estado haciendo.

– Federico sonrojado le dijo. – También yo merezco un castigo divino por ser yo el amante con el que tú le fuiste infiel a tu esposa.

– Brandon le tomo la barbilla impidiendo que bajará la mirada y le dijo. - Fede nunca agaches la mirada ante alguien inferior a ti, recuerda que quién fue infiel fui yo, no tú, quien tuvo la culpa fui yo, no tú y quien merece el castigo soy yo, no tú, puesto que te mentí diciéndote un nombre falso y mostrarme cobarde al no decirte que soy casado.

– Federico mostrando una mirada tranquila, quitó la mano de Brandon de su barbilla y la tomó entre sus manos, ambos se miraron de forma diferente, sentían sus corazones latir más rápido, poco a poco se fueron acercando lentamente, sosteniéndose la mirada, dejándose llevar por el impulso y el momento, sus labios estaban rosándose lentamente y apunto de besarse, la puerta se escuchó tocar, rápidamente Federico se levantó del lugar apartándose de Brandon; Brandon se acomodaba y agachaba su cabeza.

Federico nervioso dijo. – Adelante, pase.

– La recepcionista del hotel apurada dijo. – Lamento interrumpir, pero ya están por llegar el grupo de la comunidad gay.

– Federico mirando el reloj se daba cuenta que llegaban un poco antes de lo pensado, nervioso le dijo. – Sí, gracias por el aviso.

– La recepcionista cerró la puerta y se dirigió nuevamente al lobby, Federico nervioso se componía el uniforme y Brandon le tomo por la espalda diciéndole al oído. – Fede muchas gracias por escucharme y espero pronto tener en claro lo que en verdad soy.

– Federico se sintió en las nubes, sus piernas parecían gelatina, temblaban y sus manos se ponían frías, al voltearse se daba cuenta que Brandon salía de la oficina.

Federico se dijo. – Pero que estúpido eres Federico, Brandon es casado, aunque si es en verdad gay eso me daría una oportunidad con él, pero… No, no, no, no veas luces donde no las hay, concéntrate en el trabajo, eso es primordial.

– Federico en verdad sentía amor por Brandon, porque algo de él le gustaba y le parecía atractivo; Brandon saliendo de la oficina caminaba lentamente pensando en las palabras de Federico y dentro de su mente se decía. – Fede es un gran chavo, no me había dado cuenta que es guapo, es muy lindo y demasiado tierno, muy maduro para la edad que tiene, por algo está ocupando ese puesto aquí en el hotel, Fede, Fede eres tan gentil, como me hubiera gustado besarte… Un momento, que estoy diciendo, estoy todo idiota, mejor me concentro en el trabajo y mi gala como anfitrión, sí, si mejor hago eso.

– Brandon dirigiéndose con su esposa que estaba esperándolo, le dijo. – Tardaste mucho amor, ya mero llega el grupo y tú ni tus luces.

– Brandon dándole un beso a su esposa le decía. – Mi amor, estaba platicando e informándome de cómo va el hotel, Federico está haciendo un gran y estupendo trabajo.

– Aranza abrazó a su esposo y le decía. – Que bueno amor me da gusto, seguramente tendrán éxito al rato, ya verás que si amor. 

– Mientras la pareja se demostraba su amor en pleno lobby mediante abrazos y tiernos besos, Mirna desde el alá izquierda del hotel los miraba con mucho odio y rencor pensando. -Juro que te lo voy a quitar Aranza, lo juro aunque tenga que quitarte de mi camino, pero de que Brandon se queda conmigo se queda.

– Mirna daba muestra de ser una mujer ardida, mal ejemplo para las mujeres, pues si estando hermosas y bonitas no es necesario encapricharse con un hombre habiendo tantos y mejores prospectos, en este caso hay mejores que Brandon, pero ella estaba encaprichada con él.

-Óyeme narrador que te pasa, tampoco estoy tan echado a perder, estoy guapo y pues tengo cuerpo, digo no es para que me digas así, démosle la razón a Mirna y el por qué se pone así, digo si las cosas fueran al revés yo también lucharía por ella y ese ese cuerpo tan rico, esas nalgas, esa cintura y esos prominentes pechos, es de esperarse que uno se encapriche.

– Brandon no dije más que la verdad, hay muchos hombres mejores que tú en el mundo, pero a mejores me refiero a mejores prospectos, mejores intenciones, pues tú solo te la llevaste a la cama, pero amor por ella no sientes, solo deseo, por quién si sientes y tienes amor es por Federico, pues te sentiste diferente y pensaste diferente cuando estuviste con él en la oficina.

– ¿Amor?, no amigo, no puede nacer amor después del sexo, ¿O sí?

– Brandon, muchos chicos gays se llegan a enamorar de alguien después de tener sexo, se ilusionan y piensan que puede haber algo, cuando a veces no es así, en este caso Federico se enamoró de ti, pues ha sentido tu pesar y te intento ayudar, aunque las cosas se dieron de forma rara pues primero hay que conocer a la persona bien, de ahí ver lo que puede surgir y si se da el sexo pues adelante, pero aquí fue diferente y al revés primero fue sexo y luego nació el amor.

– Narrador no sabía eso, después del sexo surge el amor entre gays, bueno también pasa entre heterosexuales, una vez hace tiempo, tuve sexo y luego me fui enamorando de una chica con la que tuve sexo, pero me di cuenta conforme paso tiempo que era una atracción e ilusión solamente, un cariño, una indiferencia, pero no amor de verdad, el amor lo conocí con Aranza, aunque tal vez… Sí, eso es…

- ¿Qué es? ¿Qué sucede?

– No, nada, nada… Solo que empiezo a darme cuenta que lo mío es… Bueno no diré, mejor me calló.

– Mmm… Ay Brandon, me dejas en ascuas, pero bueno por este momento dejemos las cosas así, pues estamos comenzando a atar cabos sueltos, ocasionando que tú Brandon te veas en aprietos y más confuso de lo que ya lo estás, no cabe duda que te metiste en camisa de once varas Brandon Petrilli, vaya sucesos están pasando en esta rara, loca y extraña…

Luna de Miel.

En sus últimos capítulos…