Capítulo Dos

Lo que hace al amor.

Después de haber hecho el amor, Gabriel y Sebastián entre las sabanas, despertaban, sonrientes y con el primer aliento, ambos se daban un tierno beso y se sonreían.

Gabriel le dijo. – Buen día amor, este día prometo amarte más que ayer.

– Esteban le respondió. – Buen día amor, prometo enamorarte más que ayer.

– Gabriel mirándolo a los ojos le dijo. – Amor, no creo que puedas enamorarme más de lo que ya, además estoy loco por ti y porque pronto seremos oficialmente esposos.

– Esteban abrazándolo con sus piernas le dijo. – Te amo, pienso que no es necesario tener un papel firmado, para garantizar nuestro amor.

– Gabriel, un poco serio le dijo. – Me estás diciendo que no deseas casarte conmigo.

– Esteban sonriéndole le dijo. – No es eso, solo que te digo que no es necesario casarnos, tenemos 7 años juntos de ser una pareja fiel el uno al otro, pero si a ti te hace feliz que nos casemos, a mi igual, de hecho ya tengo planeado el ambigú para nuestra boda, ¿Quieres que te diga cuál será?

– Gabriel, besándole el cuello le dijo al oído. – Mejor dímelo mientras te hago el amor.

– Esteban, soltó una risa coqueta y cubriéndose con las sabanas, empezaron a besarse apasionadamente, sus manos rosaban sus espaldas, se besaban más y más, Gabriel mordía suavemente los labios de Esteban, nuevamente derrochando pasión en la cama, ya sin los bóxer empezaron a tocarse, Esteban con sus labios poco a poco bajaba por esos pectorales ejercitados y velludos de Gabriel, llegando a sus tetillas, las mordía y con la lengua las lamia, provocando una extrema excitación a él.

Ya con el condón puesto, Esteban se sentó sobre el pene de Gabriel, haciendo una cómoda y fácil penetración, con suaves movimientos de cadera, hacía que él sintiera ganas de terminar, con sus manos Gabriel rodeada la delicada silueta de la cintura de él, controlando los movimientos, mientras que Esteban, tocaba el pecho, las tetillas y sus hombros, gimiendo y suspirando sentía una explosión hormonal, un éxtasis de pasión y una gran sobredosis de placer sexual, entre cada gemido de Esteban, Gabriel suspiraba, ambos se miraban y veían que el uno al otro disfrutaba del momento.

Gabriel agarrándole las manos a Esteban le decía jadeando. – Gózalo, disfruta, estoy por acabar, te amo.

– Esteban que se movía cada vez más rápido suspirando decía. - ¡Ya termina! Me gusta, pero ya, así amor, sigue, hazme tuyo, hazme tuyo las veces que quieras.

– Gabriel se incorporó quedando pecho a pecho con Esteban y de un grito placentero, él termino, eyaculando y sacando una gran cantidad de semen; con mucho cuidado, Esteban se quitó y Gabriel se sacó despacio el condón, haciéndole nudo lo fue a tirar a la basura, nuevamente en la cama, besándolo, su sudor y el sudor de su novio se mezclaban, así estuvieron un buen rato, entre beso y beso, toqueteo y toqueteo.

Más tarde, ya arreglados y después de un buen desayuno, salieron a caminar por el parque, ambos se sentaron bajo la sombra de un árbol, miraban pasar a las parejas heterosexuales, y pensaban que algún día la homosexualidad seria bien vista que, hasta en la calle, parques y lugares de convivencia familiar mirarían con buenos ojos las parejas homosexuales, en lo mientras tenían que tolerar las miradas de repudio y de desacuerdo que los rodeaban.

Ambos anhelaban tener hijos, al menos uno, era uno de sus principales sueños; al paso del rato, de admirar la naturaleza y respirar aire fresco, la pareja decidió ir a comer al restaurante “Pasión al sabor”, pero antes, pasarían por la camioneta ya que el lugar queda un poco retirado de su casa, así pues manejando entre semáforo y semáforo, la pareja se besaba, sin importarles que la gente los viera.

Gabriel, manejando le decía. – Amor, tenemos que planear la salida a la casa de mi hermana, sirve que de paso vamos a ver lo que se necesita para casarnos en México.

– Esteban, le dijo. – Cierto, tienes razón, debemos de decirles a nuestras familias que nos vamos a casar, déjame reviso en mi agenda la fecha próxima que tengo libre.

– Sacando su agenda electrónica, Esteban miraba que el fin de semana próximo tenia libre y era oportunidad perfecta para viajar, sonriéndole a Gabriel le dijo. – Corazón, tengo libre este fin de semana que viene, podemos viajar el viernes por la tarde y estar ahí en la noche, ¿Qué dices?

– Gabriel, frenando en otro semáforo le contesto. – Ahora a mi déjame revisar si puedo.

– Rápidamente sacando su agenda reviso, al ver que a partir del fin de semana tenía dos semanas de vacaciones, lo que le alegro y, nuevamente manejando le dijo. – Amor, esta es mi última semana de trabajo, me darán dos semanas de vacaciones, que te parece si nos vamos a pasar unos días en México, sirve que convivimos con nuestras familias y aprovechamos para ver con calma las cosas de la boda, así como el salón y las invitaciones, ¿Qué te parece mi idea?

– Esteban contento le dio un beso en la mejilla y le dijo. - ¡Perfecto amor, entonces esta semana dejare indicado lo que deben hacer Luz y Tulio en mi ausencia, sirve que nos damos un tiempo, como dices tú, de estar con la familia y convivir!

– Llegando al restaurante, los meseros al ver bajar de la camioneta a Esteban rápidamente le preguntaron - ¿Comerá aquí señor?

– A lo que Esteban les respondió. – Claro que sí, pero ya saben trátennos como si fuéramos clientes normales, no como el dueño y el novio del dueño del restaurante, ¿Quedo claro?

– Entraron como si nada, las cartas se les fueron dando de forma rápida, hicieron su orden y esperaron como debía ser; el restaurante estaba casi lleno, y eso hacía sentir muy bien a Esteban por el éxito de su restaurante; al ser llevados sus órdenes, empezaron a comer, charlando y compartiendo sus ideas de cómo les gustaría que fuera su boda, tenían ideas parecidas que les convencía más y más de que su boda tendría que ser grandiosa.

Ya casi por terminar y de haber tenido un excelente servicio y de haber degustado un exquisito menú, un mensaje de texto les llegaba a ambos, eran sus respectivos amigos, que los invitaban a salir de antro en la noche, para disfrutar de los shows que un antro-bar gay tendría esa noche, convencidos, decidieron responder que si irían, que hicieran reservación para las once de la noche; tanto a Esteban como a Gabriel les gusta mucho bailar, incluso al antro que van, al bailar son lo que más aplausos se llevan, pues ambos logran coordinarse tan bien que a veces llegan a ser envidiados por otras parejas gay e incluso por parejas heterosexuales.

Después de degustar un delicioso postre, receta exclusiva de Esteban, pagaron como debía ser, dejaron la propina y salieron del lugar, se dirigieron nuevamente a casa, para prepararse para la noche, ambos se probaban ropa y se daban su punto de vista, las horas pasaban rápido, y la hora de la reunión estaba casi cerca, Gabriel con una camisa negra de vestir con un dragón rojo, remangada y desabrochada mostrando su pecho velludo, hacia lucir el cuerpo bien formado que él tenía, con un pantalón de mezclilla bien pegado, hacia resaltar el buen trasero que con ejercicio mantenía, así como se hacía notorio la parte delantera de Gabriel, a lo que a Esteban no le agradaba mucho que su novio fuera así, ya que había ciertos chavos que trataban de seducir a su gran amor, pero para no discutir, el decidió ir con un pantalón blanco pegado, haciendo resaltar el voluminoso trasero y la parte delantera, mostraba que tenía unas finas, moldeables y ejercitadas piernas que provocaba a Gabriel quererle hacer el amor, con una camisa de vestir color salmón, descubriendo su pecho lampiño y con sus pulseras y collar.

Le dijo a Gabriel. – Gabriel, antes de irnos, hay que tomarnos una foto, juntos, te parece.

– Gabriel sonriéndole le dijo. – Si, pero con mi celular, tiene mejor calidad y pues ya de mi celular te la pasas.

– Así pues se tomaron 5 fotos en diferentes posiciones, una vez tomadas, Gabriel y Esteban se rociaron un buen perfume y salieron dispuestos a disfrutar la noche de antro con sus amigos.

Ya estando en el antro-bar “La condenada”.– Entraron con su reservación, al ver a sus amigos en la zona vip, saludaron con gran afecto a ellos, pidieron las bebidas y esperar con gran entusiasmo el show, para abrir la noche, un show de strippers, con los típicos disfraces de bombero, soldado, marinero, militar y policía, eligieron entre el público a cinco chicos.

Entre ellos a Esteban, que antes de pasar le dijo a Gabriel. – Corazón, no quiero que te enceles, te amo, recuérdalo.

– Gabriel riéndose le dijo. – Anda ve, diviértete que será la última vez que un hombre que no sea yo te baile sensualmente.

– Así pues, Esteban se subió al escenario, donde el bombero, le bailo sensualmente, era un hombre con un cuerpo muy musculoso, tenía marcado el abdomen, haciendo notorio el famoso “six pack” o los famosos “cuadritos” , se fue quitando el casco, bailándole sensualmente al ritmo de la música electrónica, él solo se sonrojaba, apenado apenas y podía tocar su pecho, el bombero, saco una manguera, la cual se la coloco en el cuello, Gabriel, miraba y se reía, pero mostraba cierto ataque de celos, leves pero los hacia notorio, a lo que un chico gay un tanto obvio joven como de unos veinte o veintitrés años miraba fijamente a Gabriel, se mordía el labio de forma lujuriosa.

Mientras en el escenario, Esteban estaba nervioso, pues el bombero ya se había quitado la chamarra, que estaba sudada, sus manos estaban sobre el abdomen del stripper, que las hacia bajar poco a poco, lo que provocaba un poco más los celos de Gabriel.

Uno de sus amigos, Fabián, le decía. – Tranquilo, es solo relajo, tú cálmate y toma un tequila.

- Esteban solo miraba a Gabriel que cambiaba de tonalidad de su piel de ser piel clara casi blanca a un rojo jitomate, el stripper una vez logrado poner nervioso a Esteban, le otorgo que regresara a su lugar, no sin antes darle un beso en la mejilla, lo cual Gabriel le había disgustado.

Al llegar a la mesa nuevamente, él le dijo. – Amor, me dijiste que aprovechara, pero no pude solo de ver tu cara, eres muy celoso amor, pero debes entender que al que amo es a ti, al que deseo es a ti y con quien hago el amor eres y serás tú.

– Gabriel apenado, le dijo. – Perdóname amor, tienes razón.

– La noche continuo, entre besos, bailes, alcohol y cigarros, estaban por dar las 5 de la madrugada, en un lapso pequeño en el que Esteban se ausento, el joven que antes había visto a Gabriel ponerse celoso, se le acercó y le dijo con copa en mano. – Salud porque eres el hombre más guapo de “La condenada”.

– Gabriel le dijo extrañado. – Salud y gracias amigo.

– El muchacho le dijo un poco más cerca. – Me llamo Santos, pero para ti puedo ser demonios.

– El joven le agarro el pene sobre el pantalón a Gabriel lo cual lo incomodo, sus amigos solo veían lo que el joven había hecho, Gabriel, quitando la mano del joven le dijo. – Por favor, vengo con mi novio, tu estas un poco pasado de copas, vete a tu mesa, enserio amigo, gracias por el alago, pero adiós.

– Santos esta vez, agarrándole la cara le dijo. – Solo será una mamada y listo.

– Gabriel quitándose la mano de la cara le dijo. - ¡Niño, por favor ya!

– Gabriel estaba apenado y ruborizado, Santos, nuevamente con la mano le toco el pecho, agarrándole sensualmente los vellos, bajando la mirada directo al pene de él le dijo. – Mira, poco a poco te estas excitando, anda, vamos, en el baño, unas mamadas y listo, aunque mejor un faje no estaría mal.

– Esteban al ver que Gabriel estaba siendo acosado, camino enojado y al llegar, volteando al joven le dijo. - ¡Deja a mi novio en paz!

– Santos, ebrio le dijo. - ¡Tu novio! ¡Por favor, si te subiste al escenario con un stripper, frente a tu novio! ¡No friegues, solo será un rato!

– Gabriel diciendo nervioso. - ¡Niño, mejor vete o si no te ira mal!

– Santos, tomando nuevamente un sorbo de su copa le dijo. - ¡Vamos güerito, si te estabas excitando al momento que estaba agarrando tu pecho!

– Esteban muy enojado al escuchar eso, le dio una bofetada al joven, diciéndole. - ¡No andes de buscón! ¡Te advirtieron que te fueras o te las ibas a ver conmigo!

– Santos se agarró la mejilla y le derramo encima el poco contenido de su copa, diciéndole. – A mi ningún tipejo me toca.

– Esteban estaba por golpearlo, pero Fabián lo agarro y lo ayudo a limpiarse, en lo que Gabriel, apretándole el brazo a Santos lo saco del área vip y pidió que no lo dejaran regresar.

Esteban estaba molesto, pero con justa razón, pues el joven estaba provocando a Gabriel, él le pidió perdón, lo cual Esteban le dijo. – No amor, no te preocupes, no hay nada que perdonar, mejor ya vámonos que ya son casi las 6 de la mañana.

– Gabriel, sacando de su cartera lo que le correspondía pagar de lo consumido, se despidió de sus amigos y se salieron del lugar sin toparse con Santos.

Una vez estando en casa, Gabriel se reía, pues Esteban no tiende a ser agresivo, al menos que lo provoquen, pero se daba cuenta que el amor que le tiene es real, pues de no ser así, hubiera dejado que ese joven se lo fajoneará como quisiera, Esteban solo miraba reír a su novio, y después de un rato igual se empezó a reír, ambos se ayudaron a desvestirse, quedando en bóxer, abrazados se quedaron recostados en la cama a dormir toda la mañana del domingo.

En los ojos del amor.