CAPÍTULO 21

EL PODER DEL KARMA.

Una vez terminado los entrenamientos, Miren y Sebastián caminaban rumbo a la casa de Cristian, pues esa tarde habría ensayo con la banda, así que ellos irían a verlos y darles el visto bueno sobre las nuevas canciones que Cristian había compuesto, así como algunas otras rolas que habían escrito y compuesto los miembros de la banda, ellos caminaban sin percatarse que a una distancia no muy obvia, Ileana los iba siguiendo, al llegar a la casa de Cristian, Becker como buen perro se les acerco y saludo a Miren y Sebastián, ellos entrando por el costado de la casa, vieron que ya estaban tocando los muchachos, ellos hicieron una pausa momentánea y Mateo dijo.

– Amorcito, vienes con una cara de “me muero de cansancio”

– Miren le respondió fatigada. – Si amorcito, estoy que muero de cansancio, estamos entrenando a más no poder para que el viernes y sábado estemos a mil contra todos.

– Mateo se le acerco y la beso cargándola.

– Cristian se quitó la guitarra y le dijo a Sebastián. – Tu igual chaparro, vienes cansadísimo, te hubieras ido a casa a descansar.

– Sebastián moviendo la cabeza le dijo. – No señor, es nuestra labor como parejas de ustedes, venirlos a apoyar y verlos ensayar.

– La novia de Fabián les dijo. – Si, tiene razón Sebastián, debemos apoyar a nuestros respectivos novios en sus ensayos.

– Cristian se le acercó y le dio un beso, sonriendo le dijo. – Chaparro gracias por venir a apoyarnos, los quiero a los dos.

– Mateo y Cristian volvieron a colocarse en sus lugares y continuaron con sus ensayos, siendo observados por sus parejas sentimentales.

Ileana que estaba afuera de la casa, espiaba entre los arbustos a ellos ensayar, y dijo.

– Disfruten este momento, pues sabrán de lo que yo soy capaz.

– Ileana regresándose a su coche, se fue directo a su casa estaba un tanto nerviosa y muy acelerada, se tomo una pastillas de extasis, al entrar a su casa, su madre estaba discutiendo con su padre, ellos no tenían una buena relación, pues el señor tenía una amante, y estaba por dejar a la madre de Ileana, ella desesperada, entro a su habitación, se tomó unas pastillas para los nervios y se metió a bañar, se arregló, se maquillo y poniéndose una ropa de color negro, salió de su habitación, entrando al estudio de su padre, ella empezó a buscar entre los cajones, una pistola que era una reliquía familiar, al encontrarla, abrió la caja y dijo maliciosamente.

- ¡Los voy hacer pagar mi sufrimiento y mi dolor!

– Ileana regreso a su recamara, saco una bolsa pequeña y guardo la pistola, agarro su bastón, lo doblo y lo colocó debajo de su brazo.

Al salir, su papá le pregunto. - ¿A dónde vas princesa?

– Ileana le respondió un tanto alterada. – ¡Lejos de sus pleitos!

– Su padre la agarro y le dijo. – Mi niña, eres mi princesa, nunca te faltara nada, enserio nunca.

– Su madre que escuchaba eso se empezó a reír y le dijo. – Ileana hija, ¿Tú le crees a tu padre que te dará todo una vez que se largue con la zorra esa que tiene por amante?

– Ileana alterada le contesto. - ¡No lo sé! La verdad no tengo idea.

– La madre de Ileana un poco borracha le dijo. – Hija, ese pedazo de ser que esta junto a ti, se quiere divorciar de mí, pero no lo logrará, se quiere ir con la tipa esa, la que es su secretaria, ya hasta le quiere poner casa.

– Ileana fastidiada le dijo. - ¡Mamá! ¡Mi papá se larga por ti! ¡Desde que me ocurrió el accidente, no has dejado de culpar a mi papá de ser tan bueno y cariñoso conmigo! ¡Tú siempre te has inclinado más por mis hermanos que por mí! ¡A él lo culpaste de todo! ¡Te has preguntado ¿Qué es lo que yo he sufrido?! ¡Desde esa vez que regrese a casa, las cosas cambiaron, te volviste una borracha!

– La madre de Ileana al escuchar llamarla borracha, enojada le dio tremenda cachetada, y le dijo. - ¡Mira escuintla, será mejor que te retractes, la culpa de todo es tu padre! !Siempre te ha solapado tus caprichos y berrinches! !O ya se te olvido que tú obligaste a tu padre a que le impidieran el paso a Cristian en el gimnacio por ser gay! !¿Ya se te olvidó?! 

– Ileana desesperada, casi al borde del llanto le dijo. – La culpa aquí es de ambos, porque siempre me cumplían mis antojos, siempre me tenían como reina, ustedes nunca se preocuparon por mí, ambos se deslindaron como padres debido a sus trabajos, el único que siempre estaba aquí, era Cristian, pero ahora se fue, me dejo y que tengo, nada, ¡Absolutamente nada! !Por eso le dije a mi papá que hiciera eso a Cristian! !Cuando ustedes no estaban en casa, él se quedaba conmigo hasta que me quedaba dormida!

– El padre de Ileana saco las llaves de su carro y le dijo. – Ten mi hijita preciosa, mi princesa, si vas a salir llévate mi carro.

– Ileana llorando le quito las llaves del carro, las tiró y le dijo. - ¡Así quieren solucionar todo! ¡Con regalos! ¡Cristian no era así!

– Su padre le dijo enojado. - ¡Ese maldito maricon no te merece a ti! ¡Tú eres una muñeca, hermosa y exuberante, pronto te llegará el hombre ideal!

– Su madre le dijo con cigarro en mano. – Hija tu mereces algo mejor, no ese cretino que de buenas a primera paso de ser hombre a puto, no hagas lo mismo que yo, que con el primer pedazo de hombre se conforma, hija hay muchos hombres en el mundo, solo tienes que ser algo provocativa.

– Ileana enojada les dijo. – No mamá, no quiero comportarme como tú, una zorra borracha. 

- La madre de Ileana la vólvio a cachetear, y ella furiosa les dijo. - ¿Saben qué? Los dos váyanse al infierno, Cristian es y será el amor de mi vida, lo recuperaré porque con él llenaba el hueco de su ausencia de padres, él, solamente él, me entendía, y ustedes entre trabajo y salidas de la ciudad, nunca se percataron que yo consumía drogas, así que si quieren separarse háganlo, será la única cosa que hagan bueno como padres.

– Ileana empujando a su padre y a su madre, tomo las llaves del auto de su madre y unas llaves colgadas, y se salió de la casa.

La madre de Ileana le decía a su marido. – Nuestra hija nos odia, nuestra princesa nos odia, nos odia.

– Su marido le tomo el hombro y le dijo. – Todo lo que dijo ella tiene razón, nuestra hija tiene mucha razón, nosotros nos deslindamos como padres, dejándola hacer y deshacer lo que quisiera, le cumplimos caprichos a montones, somos malos padres.

– Ambos se sentaron en el sillón a pensar en lo mal que habían hecho al no cuidar bien a Ileana, arrepentidos pero demaciado tarde, porque Ileana estaba fuera de sí.

En la casa de Cristian, estaban en un pequeño receso, Miren y Mateo estaban platicando lo bien que les había ido en el día, Miren le platicaba sus resultados del examen vocacional y Mateo le decía que estaba por finalizar su tesis de ingeniería para poder así tener la maestría y cumplir sus sueños. Sebastián y Cristian estaban jugando con Becker, Cristian le platicaba a Sebastián que ya estaba por finalizar su tesis y el proyecto que entregaría a una cadena hotelera para su remodelación, Sebastián estaba contento por su logro, y le empezó a platicar lo sucedido en la escuela, sobre el resultado del examen vocacional.

Cristian le dijo contento. – Oye, serás como mis papás, unos excelentes psicólogos.

– Sebastián le dijo. – Pues espero llegar a ser psicólogo, fíjate que si me agrada la idea.

– En lo que ellos seguían platicando y jugando con Becker durante el descanso del ensayo, Ileana regresaba a la casa de Cristian, estacionando el carro a 2 calles de la casa de él, ella nerviosa caminó discretamente para no ser vista, ella se percató que los padres de Cristian salían de la casa, así ella dijo.

– !Perfecto la suerte esta de mi lado! Los voy aplastar como unos gusanos.

– Ileana con una mirada desquiciada, se logró meter a la casa por el costado, estando ahí, Becker empezó a ladrar desesperadamente, Cristian y Sebastián se fueron a asomar a ver qué pasaba al frente de la casa, al ver sorprendido a Ileana ambos se quedaron estaticos. 

- Ileana al verlos dijo sonriendo. – Vaya, vaya, los tortolitos juntos.

– Cristian le pregunto. - ¿Qué haces aquí? Y más vestida así, pareces una especie de fusión entre metalera, rockera y puncketa.

– Ileana se empezó a reír desquiciadamente y dijo. – Vengo a recuperar tu amor, no me importa a quien o a quienes deba aniquilar.

– Sacando la pistola, Sebastián nervioso le dijo.- Ileana, tranquila, piensa bien las cosas y lo que haces, no vayas a cometer una locura.

– Cristian nervioso le dijo. – Ileana vamos hablar por las buenas, tranquila.

– Ileana apuntándole a Sebastián decía. – Veamos, te disparo a ti o a ti, ¿Quién merece la primera bala?

– Sebastián y Cristian nerviosos no sabían que hacer, en eso Becker muy enojado empezó a ladrarle más fuerte, Ileana le dijo. - ¡Cállate perro estúpido!

– Becker muy furioso corrió directo a Ileana intentandola morder, pero ella nerviosa, con la pistola en mano, le disparo a Becker, cayendo al piso herido.

Los chavos que estaban atrás en la bodega, al escuchar el balazo se asustaron, Mateo exclamo. - ¡Eso fue un balazo!

– Miren nerviosa dijo. – Sebastián, Cristian, ¿Dónde están?

– Mateo la tomo de las manos y le dijo. – Quédate aquí, nosotros iremos a ver qué sucede, chicas quédense aquí, cualquier cosa, avisen a la policía.

– Mateo y sus compañeros de la banda fueron a ver qué pasaba de forma discreta, en lo que las novias de los jóvenes, incluida Miren, se quedaban temerosas en la bodega de los instrumentos.

Ileana al ver sangrar a Becker le dijo a Cristian. – Te dije que te daría en donde más te duele, te lo advertí, aparte nunca me hiciste caso de deshacerte de esta asquerosa bola de pelos.

– Cristian enojado, preocupado y nervioso le dijo. – Maldita seas Ileana, maldita seas, a quien debes de matar es a mí, no a mi perro, él no.

– Cristian corrió a ver a Becker y se arrodillo tratando de ayudarlo, Sebastián le dijo a ella. – En todo caso Ileana, a quien debes de matar es a mí, yo fui quien te quito a Cristian, yo debo de ser quien muera.

– Ileana le dijo acercándosele. – Tu maldito gay, tú me las vas a pagar, tú sufrirás más.

- Ileana escupiendole en la cara le paso la pistola en el pecho, Sebastián temblaba y sudaba, diciendole. - Ileana, si me vas a matar hazlo, !Hazlo pero ya!

- Ileana riendose le dijo. - !Maricon de mierda! !Por algo no te moriste, ni el mismo diablo te quiere en el infierno! !Patetico!

- Cristian agarrandole la herida a Becker le grito. - !Ileana por favor! !Por favor! !Piensa que ya eres mayor de edad! !Te irás a la cárcel!

- Ileana volteando apuntandole le grito. - !Callate, callate maldito imbecil! !Te fuiste de mi lado y me dejaste sola!

- Sebastián y Cristian nerviosos no sabían que hacer, Ileana, saco otra pastilla de extasis y se la mostró a Cristian diciendole. - !Mira mi amor! De las que antes tomabamos para tener sexo salvaje, ¿Ya te había platicado de nuestras aventuras?

- Sebastián le dijo nervioso. - Si, ya me platico todo, es íncreible que con todo eso, tú no hayas convertido a Cristian en heterosexual.

- Ileana enojada le dío un golpe en la frente con la pistola y le dijo. - !Callate! !Callate! !Callate!

- Cristian le grito temblando. - !Ileana por favor basta! !Basta ya! !Dejanos en paz!

Ileana con pistola en mano apuntaba a Sebastián, que se agarraba la frente, tenía sangre escurriendole, Cristian tratando de detener la hemorragía de la herida de Becker, una escena psicotica, ella estaba tan loca que no se percataba de que los vecinos ya estaban alertando a la policía.

– En eso, Mateo y los muchachos se asomaron cautelosamente, y Mateo le grito. - ¡Ileana! ¿Qué rayos haces aquí?

– Ella se volteó y le dijo. – Vaya, ¿Dónde está tu adorada Miren?, a ella también le tengo un regalito, justamente una bala de estas se le incrustara.

– Mateo le dijo burlándose. - ¡Ay Ileana por favor! ¡No seas ridícula! ¡Anda suelta el arma!

– Ileana enojada alzo la mano y disparo al aire, todos se agacharon y dijo desquiciada. - ¡Les dije que me iba a vengar, se los dije!

– Ileana estaba fuera de sí, parecía una loca, Sebastián y Cristian agachados, solo veían la sangre que continuaba brotando de la pierna de Becker, el perro los miraba con ternura, estaba muriéndose y no podían hacer nada, Sebastián se hacia presión en la frente para parar el sangrado. 

Cuando de momento, las patrullas se hicieron sonar a lo lejos, Ileana desesperada, pateo a Sebastián y le dijo. – Me vengare con tu amiguita.

– Mateo y sus amigos intentaron detenerla, pero Ileana les amenazó con dispararles y corrió, yéndose atrás de la casa, ahí Miren, quien había llamado a la policía, caminaba de regreso a la bodega, y una de las chavas de ahí le grito.

- ¡Miren corre! !De tras de tí! 

– Miren se dio vuelta e Ileana la tomo del cabello y le dijo. - ¡Avanza sino quieres que te mate!

– Miren nerviosa tiró su celular al pasto, las patrullas estaban cerca, Ileana le dijo. - ¡Avanza idiota avanza!

– Miren y ella salían por la parte de atrás de la casa, Ileana se la llevo metiéndola al carro obligándola a manejar.

La policía entraba a la casa y Sebastián junto con Mateo les platicaban los hechos, Cristian trataba de pararle la sangre a su perro con un pañuelo, haciéndole un torniquete, una joven salía de la parte trasera de la casa gritando nerviosa.

- ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Se llevó a Miren! ¡Se la llevo!

– Mateo enojado dijo. - ¡Maldición, perra maldita!

– Los policías empezaron a alertar a las demás patrullas para que peinaran la zona, Cristian le dijo a Mateo. – Mateo, llévate el carro, las llaves están ahí.

– Mateo agarro las llaves y estaba por salir, cuando Ileana le marco al celular de él, Cristian con las manos ensangrentadas contesto poniendo el altavoz y ella dijo. - ¡Mi amor, ya se murió tu perrito!

– Cristian furioso le dijo. - ¡Cállate perra!

– Ileana se empezó a reír y le dijo. – ¡Guau. Guau! ¿Te acuerdas que me decias perra cuando me hacias el amor? Si quieren que Miren regrese con su adorado Mateo, necesito que Sebastián, tú Sebastián se venga a cambiar por ella.

– Cristian le dijo. – ¡Estás loca!

– Ileana le contesto. - ¡Si, loca de celos, de rabia, de envidia, que a ustedes las cosas les salgan bien y a mí no!

– Sebastián le quito el celular a Cristian y le pregunto. – Ileana habla Sebastián, ¿A dónde debo ir?

– Ileana riéndose le contesto. – Vaya, el buen amigo, quiere ser el héroe de la novela, que patético, pero bueno, ven al edificio San Miguel, aquí tengo un departamento en el octavo piso, vamos te espero.

– Ileana corto la llamada, pero ingenua, no sabía que estaba el altavoz activado, así que los policías salieron para allá de inmediato; se sorprendían que una muchachita de 18 años estuviera haciendo semejante atrocidad.

Mateo nervioso estaba por salir, a lo que Sebastián le dijo. – Voy contigo, dije que iría yo, así que eso hare.

– Cristian le grito. - ¡Sebastián! ¡Sebastián tu no vas a ningún lado! ¡Tú te quedas conmigo!

– Sebastián mirándolo le dijo. – Cristian, vete con Becker a que le salven la vida, yo iré a tratar de salvarle la vida a mi amiga, mi hermana.

– Cristian al ver decido a Sebastián, no le quedo remedio más que dejarlo ir, Mateo y Sebastián se subieron al carro y se fueron lo más rápido posible, para ganarles a los policías, mientras que Cristian ayudado por Fabián y Joel, cargaban a Becker y lo metían a la camioneta, para llevárselo al hospital veterinario.

Mientras tanto, en el edificio Ileana en su departamento se encontraba apuntándole con la pistola a Miren y le decía.

– Tan solo si Cristian no me hubiera salido con esa estupidez, las cosas hubieran sido de maravilla, pero no, tenía que probar para determinar su asquerosa homosexualidad.

– Miren temerosa le pregunto. – ¿Pero qué te hicieron los homosexuales para que odies tanto a Cristian y Sebastián?

– Ileana se empezó a reír de forma sarcástica le dijo. – Son una descompensación de la naturaleza, son una desgracia y abominación para la sociedad, ¿Acaso no te has dado cuenta que la mayoría de los gays son guapos?

– Miren nerviosa le dijo. - ¿Qué tiene que ver eso?

– Ileana le respondió. – Como serás estúpida, pronto habrán más maricones en el planeta que hombres heterosexuales, no deberían de existir.

– Ileana fuera de si se agarraba el cabello y de su bolsa sacaba unas pastillas que las masticaba desesperadamente, Miren le dijo. – Ileana estas fuera de sí, tantas pastillas que ingieres te harán daño, ya no eres coherente con lo que dices, no tienes motivo alguno para odiar tanto a Sebastián y Cristian.

– Ileana le agarro la cara y le dijo desquiciada. - ¡Si, si tengo motivos! ¡Si tengo! ¡Tú maldito y maricon amigo se metió en mi relación! ¡Debió morirse en ese incendio!

– Miren le pregunto. - ¿Cómo sabes del incendio?

– Ileana le respondió. – Estúpida, lo leí en el periódico, no sabes la alegría que me hubiera dado saber que Sebastián muriera achicharrado, anduve indagando y preguntando durante días la situación que Sebastían vivío, no sabes cuanto me alegra que su padre lo haya repudiado hasta el último día de su vida.

- Miren nerviosa y llorando le dijo. - Eres cruel y despiadada Ileana, pero tendrás tu castigo.

- Ileana le sonrió y le dijo. - Más castigo de lo que ya, no creo querida. 

– En ese momento el celular de Ileana sonó, al ver el identificador, el número de Sebastián le dijo a Miren. – Adivina quién es…

- Ileana sonriendo contesto diciendo. – Bueno, aquí yo, ¿allá quién?

– Sebastián le contesto mientras entraba con Mateo. – Ileana no te hagas idiota, y dime el número de tu departamento.

– Ileana sonriendo dijo. – Mi departamento es el número 15, la puerta la dejare abierta.

– Sebastián cortó la llamada y le dijo a Mateo. – Es el departamento 15, subamos por el elevador.

- Ellos caminaron hacia el elevador, pero se dieron cuenta que no funcionaba y les dijo un vecino que estaba bajando por las escaleras, que debían de tomar el elevador en el tercer piso, ya que por problemas técnicos el ascensor no lograba bajar hasta este piso, rápidamente subieron corriendo las escaleras, llegando al tercer piso, Mateo y Sebastián tomaban el ascensor.

Ileana se agarraba la cabeza y pensaba lo que haría, tomando a Miren del cabello y encañonándola le llevo al baño, la encerró por fuera y le dijo. - ¡Aquí te vas a esperar Mirencita! ¡Una vez que haya matado a Sebastián, te dispararé en la pierna, para que sientas lo que es andar con bastón! ¡Besitos linda!

– Miren gritaba desesperada y aterrada; Ileana solo se reía a grandes carcajadas, en eso escucho pasos, nerviosa dijo. – Ya estás muerto maldito joto.

– Ileana desdobló el bastón y se puso junto a la puerta, en eso Mateo entro e Ileana al verló le golpeo en la cabeza, dejándolo tirado en el suelo, Sebastián entro después, al ver tirado a Mateo se agacho a ver cómo estaba.

Miren gritaba. - ¡Sebastián vete de aquí, Ileana te va a matar!

– Ileana con la pistola guardada en su espalda, y con el bastón en manos, al ver agachado a Sebastián le grito. - !Levantate maldito homosexual! !Vamos, deja a ese imbecil!

Sebastián se levantó y estando frente a frente le dijo. – Ya me tienes aquí Ileana, mátame de una buena vez.

– Ileana con el bastón alzándolo intento pegarle a Sebastián, pero el detuvo el bastón y la empujo contra la pared, ella soltó el bastón y volviendo a tomar la pistola le dijo. – Saluda de mi parte a tu querido padre.

– Ileana a punto de disparar, fue jalada de una pierna por Mateo, logrando así que tirará la pistola, ella desquiciada, le grito. - ¡Maldito perro, como te atreves a tratar así a una dama!

– Mateo se paró del piso rápido y le contesto. – Tú no eres dama, eres una pobre mujer ardida.

– Sebastián corrió abrirle la puerta a Miren y ella al verlo, lo abrazo y le dijo. - ¡Amigo, gracias, gracias a dios estas bien!

– Mateo corrió a besarla y abrazarla, aprovechando esa distracción, Ileana salió del departamento corriendo, tras de ella Sebastián, abajo a las afueras del edificio ya estaban las patrullas rodeando la entrada, Ileana nerviosa bajaba muy rápido las escaleras, sin cuidar la grave lesión que tiene en la columna.

Sebastián que baja las escaleras casi volando le decía. – ¡No te vas a salir con la tuya Ileana!

– Ileana se detuvo en el descanso del sexto piso, pues un dolor en la espalda la estaba aquejando, ella se agacho y empezó a llorar, Sebastián al verla le dijo. - ¡Tú misma te darás tu propio castigo!

– Ileana lo miro y escupiéndole le dijo. - ¡Tú nunca serás feliz! ¡Mal parido!

– Ileana se enderezo y le dio un puñetazo a Sebastián, ella con el dolor en la espalda, como pudó bajó las escaleras, tomo el elevador y se bajó en el cuarto piso; Miren y Mateo, se encontraron a Sebastián sofocado con la frente herida y con el labio roto, les dijo.

- ¡Rápido, se fue por el elevador!

– Ellos tomaron el otro elevador y bajaron al tercer piso, mientras que Sebastián, nuevamente bajaba corriendo las escaleras, Ileana estaba nerviosa en el piso cuatro, no sabía qué hacer, nerviosa decidió tomar el ascensor, pero se dio cuenta que el elevador estaba bajando al tercer piso. 

Sebastián estaba bajando por las escaleras, nerviosa y con dolor en la espalda, al sentirse acorralada, bajo al tercer piso, donde se topó a Miren y Mateo que salian del ascensor, ellos le dijeron.

- ¡Estas rodeada Ileana! ¡No podrás escaparte!

– Sebastián obstruyéndole el paso por las escaleras le dijo. - ¡Tú misma quisiste que las cosas fueran así!

– Ileana se empezó a reír y les dijo. - ¡Estúpidos todos! ¡Yo me escaparé!

– Miren y Mateo trataron de agarrarla, pero ella golpeo a Mateo en los tésticulos y empujo a Miren.

Ileana corrió a tomar el ascensor, activando las puertas, que se abríeron pero el elevador no estaba, Ileana nerviosa solo veía a Mateo en el piso agarrarse sus partes, Miren y Sebastián nerviosos, ella les sonrío y les dijo. - !Nunca me agarraran estúpidos! 

Sebastián y Miren le gritaron previniendola. - !No, Ileana, no!

Estando de espaldas se hecho hacía atras, pensando que estaba el elevador y se fue al vacío, solo se escucho un grito espantosamente.

- ¡Nooooooooooooooooooooooooooo! ¡Aaaaaaaaaaaaah!

– Ileana cayo al vacío desde el tercer piso, quedando tendida en el sótano, Mateo, Miren y Sebastián corríeron tratandola de ayudar, pero solo la veían caer, rápidamente bajaron las escaleras hasta el primer piso y solicitaron a una ambulancia.

¿Qué sucederá con Ileana? ¿Becker habrá muerto?

Rockeando al Destino.