Capítulo Tres

Bésame mucho.

Después de una semana muy agitada y de mucho trabajo, por fin ya era jueves, Esteban se encontraba en la oficina del restaurante, dejándole instrucciones a Luz y Tulio, quiénes se quedarían a cargo del restaurante durante los días que estaría en la ciudad de México, Tulio es otro amigo que tienen en común Luz y Esteban, ya que ambos estudiaron en la misma escuela y pues la confianza que les tiene a ambos es de años.

Esteban actuaba un poco extraño, pues le explicaba a Luz y a Tulio lo que debían de hacer en dado caso que un banquete saliera y él no estuviera para tomar orden y hacer sugerencias en dado caso que no regresara al restaurante, también lo que les pareció raro fue que, pidiera que su abogado y notario se hicieran presentes, pues haría un ajuste a su testamento.

Luz, quien un poco curiosa le pregunto. - ¿Te encuentras bien?

– Esteban la miro y le sonrió respondiéndole. – Mejor que nunca, sólo quiero dejar todo en claro y en orden, para así poderme ir tranquilo, ya sabes como soy, me gusta dejar todo en orden para no preocuparme.

– Tulio cuestionando dijo. – A lo que Luz se refiere es, ¿Por qué haces eso del testamento?

– Esteban, poniendo cara triste les dijo. – Miren chavos, ambos sabemos que con la enfermedad que tengo, no durare mucho, aparte uno nunca sabe cuándo de este mundo se va a ir, es por eso que quiero estar tranquilo conmigo mismo, dejar todo bien, para así poder vacacionar con Gabriel y no preocuparme de las cosas, además, eso del testamento tenía que haberlo hecho desde hace mucho, y más ahora que estoy por casarme con Gabriel.

– Tulio y Luz se le acercaron y con sus manos tomaron cada hombro de su amigo y le dijo ella. – Amigo, no te preocupes, dejas el restaurante en buenas manos.

– Él dijo. – Despreocúpate, dilataras mucho tiempo en este mundo, ya lo veras, es más, tu serás quién asista a nuestro funerales.

– Esteban les sonrió y les dijo. – Gracias amigos, no sé en verdad que haría sin ustedes, gracias a dios por haberlos puesto en mi camino, cuídamelos mucho.

– Se levantó de su asiento y abrazo a sus amigos muy fuerte, como si fuera un último abrazo. 

Una vez terminada la jornada laboral en el restaurante, Esteban estaba cerrando su oficina, Tulio que estaba esperándolo, al verlo pregunto.

- ¿Necesitas algo Tulio?

– A lo que le contestó. – Pues sí, hay algo que te debía decir, pero esa noche no se pudo porque Gabriel te pidió matrimonio.

– Esteban desconcertado le dijo. – Cierto, discúlpame esa noche fue algo muy impactante, pero anda dime lo que querías decirme, recuerda, sino me lo dices ahorita, mañana podría ser muy tarde, anda, dímelo.

– Tulio, cabizbajo y nervioso le dijo. – Bueno, solo espero que nuestra amistad no se estropee y mucho menos que las cosas cambien, ¿Me lo prometes?

– Esteban quien ya sospechaba por dónde iban las cosas le dijo. – Te lo prometo, pero dímelo, anda, ahorita que no está Gabriel ni nadie más

– Tulio le tomo el hombro y le dijo. – Desde hace tiempo, yo… pues, yo… yo hace tiempo, pues… la verdad es que… tu… tu a mi… pues… no sé cómo decirte.

– Esteban, poniendo su mano sobre la mano de él dijo. – ¿Te gusto?, es eso verdad.

– Tulio, quitando su mano del hombro muy nervioso pregunto. - !¿Cómo supiste eso?! !¿Quién te dijo?!

– Esteban le respondió sonriéndole. – Tulio, me di cuenta desde que supiste lo de mi enfermedad, la forma que te preocupaste, como reaccionaste y la forma en que me tratabas, no quise decir nada, pero la noche de mi aniversario después de como reaccionaste confirme mis sospechas.

– Tulio decepcionado dijo. – Debí ser un poco más, pues discreto, enserio trate de serlo pero no pude, pero ahora sé que no tengo oportunidad contigo, pues en un tiempo no muy lejano te casaras con Gabriel, es buen tipo, más guapo, con mejor cuerpo, incluso te sabe hacer feliz.

– Esteban muy amable le dijo. – No te menosprecies, ya verás que pronto alguien te llegara, no eres feo, eres guapo, aparte te conocí al mismo tiempo que conocí a Gabriel, así que, si te hubiera gustado desde tiempo atrás, las cosas serían diferentes.

– Tulio le sonrió y le dio un abrazo, Esteban le correspondió el abrazo y le pregunto. - ¿Por qué me dices esto ahorita?

– Tulio le dijo al oído. – La verdad sentía el deseo de decírtelo desde tiempo atrás pero por diversas cosas no se podía, aparte que te vas a casar, mañana te iras a México y no sé qué pueda pasar después, es por eso que decidí decírtelo

– Esteban y Tulio se miraron a los ojos, un silencio los envolvió y sin perder tiempo Tulio se le fue directo a los labios de Esteban, dándole un beso, tan solo fueron unos segundos, pero para Tulio fueron años de guardar en secreto ese amor y cariño que le tenía a su amigo Esteban. 

Esteban, empujo a Tulio y le dijo serio. – ¡Que sea la primera y la última vez que haces eso!… ¡La última!

– Tulio tratando de agarrar a Esteban, pero él se negaba, y le decía. - ¡Ten en cuenta que a quien amo es a Gabriel!

- Esteban se aseguró de a ver cerrado bien su oficina y bajo las escaleras para así tomar su carro e irse, dejando a Tulio parado anonadado por lo sucedido.

Luz quien desde su oficina había visto y escuchado todo, salió y le dijo. – Siempre supe que te gustaba él, pero yo misma me engañe por creer que eran visiones mías, pues te creía heterosexual, ya que tuviste varias novias en este tiempo.

– Tulio, con una mirada perdida le dijo. – Soy bisexual, pero lo he mantenido en secreto, nunca me había gustado un chico, tanto como Esteban me gusta, pero creo debo o más bien debo olvidarlo, se casará y será aún más feliz de lo que ya lo es con Gabriel.

– Luz se le acerco, abrazándolo y le dijo. – Tulio, se lo que sientes, sufres por un amor no correspondido, yo sé lo que es eso, ven, vámonos, vamos a un bar, yo te invito los tragos.

– Luz y Tulio cerraron bien sus respectivas oficinas, apagaron luces, activaron la alarma y cerraron bien, una vez finalizado el día laboral por completo, ambos se fueron al bar, Luz, que a pesar de ser una chica muy risueña, muy espontanea, con ideas disparatadas pero buenas, tenía un defecto, ese defecto es el estar enamorada de las personas equivocadas, pues primero le gustaba Gabriel, luego Esteban y ahora su decepción más fuerte era Tulio, pues ella pensó que el tercero era la vencida y que sería el chavo ideal para entablar una relación, pero cuando escucho y miro lo que paso con Esteban, pues su mundo se desborono.

Esteban que manejaba un tanto pensativo y distraído, pues los hechos ocurridos unos momentos antes de salir, lo habían puesto incomodo, aunque ya sabía que Tulio quería con él, no pensaba que lo fuera a besar, aunque no fue un beso bien dado, se sintió incomodo, mientras manejaba solo pensaba en lo sucedido y en que le había sido infiel por un momento a Gabriel; sin poner atención al camino, él se pasó un alto y no se dio cuenta que venía un carro a toda velocidad, en eso, dicho carro al percatarse que Esteban estaba pasando, logró frenar, estando a nada de golpear y mandar a Esteban estrellarse al poste de luz; el conductor de ese carro, le dijo de groserías a Esteban, mientras, el siguió su camino, un tanto asustado, él imaginaba que de no a ver sido porque freno el otro carro, hubiera sufrido un terrible accidente, que le pudiese haber costado la vida.

Gabriel que estaba desde unas horas antes en casa, hacia su maleta y escuchaba música tranquila, estando en bóxer, escucho ruido, al mirar sobre la ventana, se dio cuenta que Esteban estaba entrando con el carro, entonces, él bajo descalzo, con un bóxer azul pegado.

Esteban entrando, lo miro sorprendido y le dijo. – Amor, que sexi te ves.

– A lo que le contesto. – Tengo ganas de hacerte el amor.

– Esteban, dejando sus cosas en la mesa, beso a Gabriel y le sonrió, aunque se sentía con culpa, le dijo. – Pues hagámoslo…

- Gabriel felizmente cargo a Esteban y subieron a la recamara.

Mientras que Luz y Tulio, en el bar ya tenían un rato tomando, cantando canciones de desamor, y brindando por sus amores no correspondidos.

Luz, que no estaba tan ebria, miró que Tulio estaba muy ebrio y le dijo. – Tulio, estas muy mal, creo ya debemos irnos.

– Tulio le dijo neceando. – No, aun no es tiempo, no se me ha olvidado el amor que le siento a Esteban.

– Luz, sin esperar más, saco el dinero y pago la cuenta, Tulio que al ver eso le dijo. – No, yo pago, yo pago.

– Luz, ayudándolo a levantarse le dijo. – Vámonos, estas más ebrio tú que yo, te llevo a casa, vamos, dame las llaves de tu coche, te paso a dejar, mañana me pagas.

– Así pues, entre empujones y casi jalones, ambos salieron del bar, ella ayudando a subir a Tulio al carro, le quito las llaves y manejó hasta la casa de él; al llegar, Tulio se había quedado dormido, ella lo miro de una forma dulce y pensó -“Como me gustaría ser yo la causante de tu sufrimiento”

– Ella lo despertó, dándole unas ligeras palmadas en la cara, diciéndole. – Ya llegamos a casa, vamos te ayudo a entrar.

– Tulio entre dormido y despierto, saco las llaves de la casa, y le señalo la llave que abriría la puerta de su casa, ella, primero abrió la puerta, prendió las luces y de ahí ayudo a bajar del carro a Tulio, lo mareado no se le quitaba, pues Tulio se tambaleaba al subir las escaleras, lo que hizo que Luz se preocupara y decidiera ayudarlo, así que lo ayudo a llegar a su habitación, ella coloco a Tulio en la cama.

Quitándole los zapatos le decía. – Vaya, estas muy ebrio, y eso que la que se tenía que embriagar tenía que ser yo y no tú, pero en fin.

– Ella se dio media vuelta a punto de salir de la recamara cuando Tulio la tomo del brazo y la jalo, le dijo. – Quiero que te quedes, no quiero estar solo, anda, por favor.

– Ebrio, mareado, cansado y dolido, Tulio no estaba en sus cinco sentidos, pero eso no evito que le dijera a Luz que se quedara, así pues ella al ver que si estaba muy tomado, decidida lo metió al baño abriendo las llaves, con todo y ropa metiéndolo a la regadera, lo dejo mojarse con agua fría.

Que hizo que reaccionara un poco, gritando le dijo. - ¡Estás loca! ¡Quieres matarme!

– Luz, riéndose le dijo. – Es para que se te quite lo ebrio.

– Tulio, le dijo. – Si, pero no con agua fría, salte, me terminare de bañar.

– Luz, se salió riéndose; después de unos minutos, él se terminó de bañar, asomando la cabeza por la puerta, le dijo. – Me podrías pasar una toalla de favor.

– Luz, busco entre el closet una toalla, y tapándose los ojos se la dio; ya seco, envuelto en la toalla, salió del baño.

Mirando a Luz a los ojos le dijo. – Muchas gracias, me acompañaste en esta noche tan triste y difícil para mí.

– Luz le sonrió y con una lágrima le dijo. – De nada, ya sabes para que son las amigas.

– Tulio, sin pensarlo, y aun un poco mareado, tomo suavemente la cara de ella, seco su lagrima y se le acerco poco a poco, besándola, ella correspondió al beso y lo abrazo; sin mirar, la toalla se cayó al piso; y el empezó a bajar las manos lentamente; Luz se empezó a desabrochar el pantalón, y después la blusa, quedando únicamente en ropa interior, mostrando una silueta escultural y bien formada, con la piel suave como la seda fina, y con aroma a flores del campo, él bajo a su cuello, besándolo, dándole ligeras mordidas, acariciándole la espalda, ella se estremecía, sus senos se endurecían como piedras, sus pezones resaltaban sobre ese sostén color negro, su clítoris se hacía notorio, empezándose a humedecer, Tulio se estaba excitado, le estaba quitando la ropa interior de una forma apresurada, su pene estaba tieso como un fierro, lubricando más y más, sin darse cuenta, ambos estaban en la cama haciendo el amor de una forma muy apasionante, dándole rienda suelta a sus pasiones retenidas.

Gabriel y Esteban, que en la cama estaban haciendo el amor, se besaban mucho, se abrazaban, se miraban dulcemente, volvían a besarse, se abrazaban.

Y Gabriel le decía. – Te quiero comer, quiero besarte hasta que tus labios se desgasten.

– Esteban suspirando mientras se besaban le dijo. – Bésame, bésame mucho, como si esta noche fuera la última vez que estuviera con vida, anda bésame más y más.

– Gabriel lo beso apasionadamente y con suaves movimientos se cambió de posición, teniendo los pies de Esteban en sus hombros, lo penetraba de modo que no lo lastimara, Esteban se mordía el labio inferior y Gabriel terminando con un grito de placer termino, entre jadeos y gemidos, ambos se volvieron abrazar y se besaban de una forma única, pues parecía que se querían comer, al morderse sus labios suavemente, entrelazando sus lenguas y con sus respiraciones agitadas se sonrieron.

Gabriel que se encaminaba al baño para bañarse y quitarse el condón, Esteban lo miraba desnudo caminar, provocándole más deseo sexual, ya en el baño después de haberle hecho el amor a su novio, se fue quitando el condón dándole un jalón, pero la sorpresa que se llevó estando en el baño, fue que noto que el condón tenía una pequeña abertura, lo cual asusto a Gabriel e hizo que dijera - ¡Maldición!

- Esteban, entro al baño, pues escucho decir eso a él, y al verlo serio le pregunto. – ¿Qué sucede?

– Gabriel le dijo temeroso, tirando el condón a la basura. – Nada amor, nada.

– Esteban le sonrió y bromeando le dijo. – No me digas que el condón se te rompió, me vayas a dejar embarazado antes de casarnos; ya enserio recuerda mi enfermedad o ¿Qué paso, para que dijeras maldición?

– Gabriel le respondió apresurado. – Nada, solo me pegue, nada de que preocuparse, es todo amor, me bañare rápido, ya hable con mi hermana, le dije que llegaremos por la tarde, así que, has tu maleta; si estás muy cansado pues mañana temprano la haces.

– Esteban notaba raro a Gabriel, pero sin insistirle más le dio un beso y salió del baño diciéndole. – Está bien, me pondré hacer mi maleta, porque me tardo mucho en decidir que llevarme.

– Gabriel, bañándose, se lavaba muy bien su pene, y tallaba, y tallaba, y pensaba en los riesgos posibles que pudiera haber al contagiarse, así que, se terminó de bañar, se secó muy bien y con un algodón con alcohol se lo paso sobre el pene provocándole una leve irritación, se puso mertiolato y un poco de pomada, colocándose el bóxer, salió como si nada del baño.

Pero Estaban notaba raro a Gabriel, que por un rato había olvidado el beso de Tulio, se volvió acordar de eso, y se puso algo nervioso, pues no sabía si decirle o guardar el secreto, él seguía haciendo su maleta, y Gabriel notaba raro a Esteban, ambos pensando en si se decían lo sucedido o no, hacían sus cosas, una vez terminado de empacar, se acostaron, sin decirse nada, solo se sonrieron se besaron y mirando diferente parte de la recamara, pensaban en lo que les había sucedido y si se lo dirían o no lo acontecido con Tulio y lo sucedido con el condón, ambos suspirando se tocaron sus manos entre las sabanas entrelazándose, ambos se durmieron.

En los ojos del amor.

Gracias por leer, comentarios, dudas, sugerencias, aquí en comentarios, por email y facebook, leó y contesto... Saludos.