Capítulo Once.

Algo raro me sucede.

Después de que Ángela pasó a su habitación, Gabriel siendo llevado por Pablo, pasaron a verla.

Ella triste y un poco pálida les dijo. – Les juro que no sabía nada, se los juro.

– Pablo sentó a Gabriel cerca de su hermana y le tomo la mano, se la beso y le dijo. – Lo sé hermana, lo sé.

– Pablo se le acorruco del costado derecho y la abrazo diciéndole. – Amor, te entiendo, llora, eso te hará bien, anda.

– Siendo abrazada por su novio, Ángela rompió en llanto, Gabriel se sentía mal al saber que su hermana estaba muy desconsolada.

Él le dijo un tanto arrepentido. – Yo tengo en parte la culpa de lo que ha sucedido, pues de no ser tan cruel y duro contigo, esto no hubiera sucedido, perdóname Ángela, perdóname Pablo, fui un imbécil.

– Ángela le coloco la mano en la cabeza y le dijo. – Hermanito, no tienes la culpa de nada, yo fui la cobarde de no decirte las cosas y de no enfrentarte, además el embarazo era de riesgo, el bebé no sobreviviría no eres el culpable de nada.

– Pablo, interrumpiendo dijo. – Gabriel, en sí el que tiene mayor culpa soy yo, por ser el cobarde, miedoso y de pocas agallas para no haberte enfrentado como hombre, pues tuve oportunidad y pues huí como un cobarde, en verdad, perdóname, perdónenme ambos.

– Gabriel moviendo la cabeza le dijo. – No, descuida, el que debe pedir perdón soy yo.

– Se escuchó la puerta abrir, era la doctora que entraba con Erick, el cual dijo. – Parece que la paciente tiene muchos visitantes.

– Ángela al ver a Erick y a su suegra les dijo. – Gracias por ayudarme.

– La doctora le dijo. – Descuida, para eso soy doctora, para salvar vidas, ahora si me permiten, vamos a examinarla.

– Pablo le dio un beso en la frente a Ángela y Gabriel se levantó de la silla, se giró y sin querer chocó con Erick, el cual le sonrió y le dijo. – Parece que lo tuyo es chocar conmigo.

– Gabriel un poco apenado le dijo. – Discúlpame, es que se me olvida que no estoy en casa y debo ocupar las manos para guiarme.

– Erick le agarro la mano y lo ayudo a salir de la habitación y le decía. – Ven, te ayudo a salir de la habitación, espérate con Pablo aquí a fuera, en unos minutos pasaran a verla, solo es un chequeó rápido.

– Gabriel haciendo una leve sonrisa le dijo. – Gracias por ayudarme, eres muy amable.

– Erick y su mamá empezaron a examinar a Ángela, que la notaban un poco pálida, a lo que su mamá le dijo a Erick. – Hijo, necesitaremos que le crucen paquetes de plasma y sangre, para que recupere color.

– A lo que Erick le pregunto. - ¿En quirófano no le administraron sangre y plasma?

– Su mamá le contesto mientras le examinaba el vientre. – Si, pero creo que necesita un poco más, espero en banco de sangre tengan sangre disponible, sino vamos a requerir sangre de donadores.

– Ángela interrumpió diciéndole. – ¿Una transfusión directa serviría? Mi hermano puede pasarme de su sangre.

– Erick le dijo. – Si, serviría, pero es mejor sangre del banco, además tu hermano tendría que estar en ayunas para poderte donar sangre.

– Su madre le dijo. - ¡Vaya! Has prestado atención a muchas cosas, me da gusto por ti hijo, ahora ve a ver si hay sangre y plasma disponibles, yo te espero.

– Erick salió de inmediato, dejando a su mamá seguir con la examinación de Ángela, al salir le dijo a su hermano. – Voy por sangre, mamá me dijo que necesita plasma y sangre Ángela para poder recuperarse un poco, con lo que se le administro en quirófano no fue suficiente.

– Pablo le hizo la misma pregunta que Ángela le hizo con anterioridad y él le respondió lo mismo, camino directo al banco de sangre, donde se encontraba su amigo al que le pregunto. – Edson, ¿Hay paquetes de sangre disponibles?

– A lo que Edson le respondió. – Si, pero que tipo deseas.

– Erick, verifico en la computadora la información de Ángela y le dijo. – Bien, déjame ver, Ángela Cantú, listo, necesito sangre para el tipo B positivo.

– Edson le respondió sorprendido. - ¡Vaya, es un tipo de sangre muy raro! Pero descuida, puede recibir de la O negativo, así que no hay de qué preocuparse, ahorita te paso el paquete, dime, ¿vas a querer plasma también?

– Erick le respondió. – Si, también.

– Edson sacaba del almacén introduciendo su código, y le decía. – Tanto ayudas a tu mamá, debiste estudiar medicina si es lo que en verdad te gusta.

– Erick le dijo. – Me gusta ayudar a mi mamá, claro con la autorización de ella, del director y doctor generales del hospital, pero no es mi pasión, me siento a gusto con lo que estudié, así como tú que estás feliz con lo que estudiaste.

– Edson entregándole los paquetes sellados con las bolsas le dijo. – Pues ni tan feliz, ser químico no es agradable, pero al menos ya tengo trabajo fijo y seguro, no ando de hospital en hospital como algunos compañeros de mi generación.

– Erick agarrando el paquete le dijo. – Si no te gustaba la carrera, ¿Para qué estudiaste eso?

– Edson serio le respondió. – Pues era eso o irme al extranjero con mi mamá y su nuevo marido o irme con mi papá y su esposa a california, que bueno que pasé el examen de admisión y bueno ya te sabes la historia.

– Erick ya estaba por irse le dijo. – Bueno si, te entiendo, bueno voy a dejar esto, regreso.

– Edson salió tras de él y le dijo. – Oye Erick, ven, regresa, es rápido.

– Erick se regresó un poco desesperado y pregunto. – ¿Qué quieres?

– Edson muy interesado mirando a Gabriel y Pablo le pregunto. - ¿Quién es ese tipo junto a tu hermano? ¿Su amigo?

– Edson mordiéndose sonrió a lo que Erick le respondió. – Es el hermano de mi cuñada.

– Edson sonriendo le pregunto. - ¿Sabes si es gay? Se ve sabroso, alto, güero, bien parecido, aunque un poco desarreglado, pero dándole una arregladita se verá bien sabroso.

– Erick serio dijo. – Pues no sé si sea gay, hasta apenas lo conocí hoy, bueno ya me voy.

– Erick camino muy rápido y Edson solo mirando a Gabriel pensaba. – Papacito, estas muy rico, eres un hombre de los que ya no hay, ojala seas gay, sería un placer delicioso estar sobre de ti y sentir tu sexo dentro de mí.

- Edson mirando de una forma lujuriosa a Gabriel se mordía el labio y se imaginaba como sería estar con él en la cama teniendo sexo.

– Erick entro a la habitación y su mamá le pregunto un poco molesta. - ¿Por qué tardaste tanto? ¿Otra vez te quedaste conversando con Edson?

– Erick colocando las bolsas sobre el gancho le contestaba. – No mamá, solo que estaba buscando los paquetes, aparte no me dijiste que tipo de sangre es Ángela, y y Edson no está en banco de sangre esta en laboratorios.

– Su mamá le dijo mientras canalizaba del otro brazo a Ángela. – Espero no me digas mentiras Erick, ya sabes que Edson no me gusta que sea tu amigo, es muy raro ese muchachito, esas amistades no me agradan para ti.

– Ángela sonriéndole a Erick le dijo. – Bueno, ya no peleen suegra ni Erick, mejor díganme, ¿Cuándo me darán de alta?

– A lo que la doctora le contesto. – Bien pues yo creo que mañana estarás de alta, pero debes estar completamente en reposo.

– Ángela preocupada dijo. – Pero entonces, ¿Quién cuidará a mi hermano? ¿Quién le dará sus pastillas y estará al pendiente de él?

– Erick sonriéndole le dijo. – Cuñadita, si quieres y no es mucha molestia, yo puedo estar al pendiente de tu hermano y también de ti, digo así estarán bien cuidados.

– La doctora sonriendo le dijo. – Buena idea hijo, podrás cuidar de ella y de su hermano, aunque a quien requiere más cuidados eres tu Ángela y no tu hermano, el solo es invidente.

– Ángela le dijo mientras le conectaban la plasma y la sangre vía intravenosa. – Si, mi hermano solo es invidente, pero a veces se siente solo, deprimido y pues incomodo el no poder ayudarme con la casa.

– Erick le dijo. – Ángela no te preocupes, yo me ofrezco a cuidarlos, claro si no hay ningún inconveniente.

– Ángela le dijo. – No claro que no, por mí no hay problema, pero mi hermano no sé qué opine.

– La doctora termino, le dijo. – Bueno, eso es todo, saldré y dejare que pase tu hermano y Pablo, sirve que platican entre ustedes.

– Ella salió y les dijo a ellos que entraran, rápido paso Pablo dejando a Gabriel caminar con las manos extendidas.

Pablo apenado le dijo. – Perdón Gabriel.

– Sujetándole las manos Erick le dijo. – Disculpa a mi hermano, nada amable con su cuñado.

– Pablo un poco sonrojado se dio cuenta de la expresión un poco seria de Gabriel, el cual les dijo. – Descuida Pablo, sé que te anda por estar con mi hermana, gracias por ayudarme, como te lo dije hace rato, eres muy amable.

– Erick le ayudo a sentarse y Ángela dijo. – Hermano, la doctora me ha dicho que debo estar en reposo, es por eso que Erick se ha ofrecido a estar con nosotros en lo que me recupero, ¿te molestaría eso?

– Erick mirando a Gabriel emocionado y Pablo esperando la reacción de él, la cual, un poco serio dijo.

– Mmm… Pues, no sé.

– Erick tratando de convencer le dijo. – Mire, puedo ayudarte a ti en casa y cuidar de tu hermana, tiene que estar en reposo y requerir de ayuda en caso que presente una infección o temperatura, solo serán unos días.

– Gabriel con tono de voz un tanto grosera le dijo. – No tenemos dinero para pagarte, aparte estoy ciego mas no soy un bruto.

– Pablo le dijo tratando de convencerlo. – No es por eso Gabriel, mi hermano tiene conocimientos sobre medicina, puede ayudarlos en la casa hasta que Ángela se recupere al cien y pueda atenderte como lo hacía.

– Erick desanimado agacho la cabeza y dijo. – No pido dinero, solo lo hago por ayudarlos, pero si no quieres pues entiendo.

– Gabriel sintió un cosquilleo en la piel y su corazón latió un poco más rápido, sintiendo algo raro dijo. – Está bien, acepto que estés con nosotros, pero solo serán unos días.

– Ángela, Pablo y Erick sonrieron de gusto.

A lo que Erick sin querer abrazo a Gabriel y le dijo. – Gracias, veras que cuidare de ustedes muy bien.

– Gabriel sintiéndose un poco raro por la sensación percibida y por la forma de que Erick lo abrazó dijo. – Bueno, ahora si me permites.

– Erick se sonrojo y dijo. – Discúlpame por abrazarte, perdóname fue un impulso

– Gabriel le dijo. – No hay cuidado.

– Ángela sonrió y Pablo igual, pues ambos sabían que sus hermanos son gays, y se estaban dando cuenta que a Erick le empezaba a gustar Gabriel.

Él dijo. – Ángela quiero ir a la casa, pues quiero cambiarme de ropa para poder quedarme a cuidarte.

– Pablo mirando a Gabriel le dijo. – Si gustas puedo llevarte a casa.

– Ángela le tomo la mano y dijo. – No es necesario que te quedes a cuidarme hermano, las enfermeras estarán aquí, mejor descansa y a primera hora vienes para irnos a casa, es más que te vaya a dejar Pablo, te quedas en casa y le entregas la copia de la llave a él, así cuando venga se la da a Erick y el mañana te ayudara a venir para el hospital, ¿Qué dices?

– Gabriel sonriendo un poco más tranquilo le dijo. – Está bien, dormiré en la habitación de abajo, sirve que me quedara cerca la cocina y el baño de huéspedes, espero no caerme y matarme.

– Erick sonriéndole le puso su mano sobre el hombro y le dijo. – No pasara nada, solo extiende tus manos y pisa con cuidado veras que es fácil, anden, vayan yo me quedo con Ángela en lo que regresa Pablo.

– Gabriel beso la mano de su hermana y le dijo. – Te quiero mucho, mañana espero estés mejor.

– Ángela le respondió. – Yo te quiero más de lo que ya, claro, descansare bien, vete sin pendiente.

– Pablo le dijo a Gabriel. – Cuñado, vamos, pasare a la casa a cambiarme, para que estés más tranquilo yo me quedare a cuidarla en la noche, así dormirás bien tú, estando conmigo no pasara nada.

– Gabriel le dijo un poco serio. – Está bien, aunque no quiera pero bueno.

– Gabriel se levantó de la silla y ayudado por Pablo salieron de la habitación, al salir pasaron por el banco de sangre para tomar la salida directa al estacionamiento, ahí fue donde Edson miro cuidadosamente a Gabriel.

Con una mirada de lujuria y deseo se decía. – No cabe duda que aún hay hombres varoniles y bastante deliciosos, solo espero volverte a ver, con las ganas que traigo de sentir a un hombre sobre mí.

- Pablo notó la mirada pervertida de Edson, así que apresuro el paso para que Gabriel caminará más rápido.

Erick en la habitación se sentaba sonriendo, suspiro y Ángela le dijo. – Te vi.

– Erick sorprendido dijo. - ¡¿Qué viste?!

– Ángela le dijo con una leve sonrisa. – ¿Te gusta mi hermano verdad?

– Erick se sonrojo mucho y dijo. – ¡No me digas que se me noto! ¡Qué tonto soy! ¡Perdóname, aparte tu hermano no es gay!

– Ángela le sonrió le dijo. – Te contaré algo, solo espero no le digas a Gabriel que yo te comente.

– Erick un tanto ansioso le dijo. – No te preocupes, seré una tumba.

- Ángela le empezó a platicar lo que le había pasado a Gabriel y él dijo. – ¡Santo dios! ¡Pobre de tu hermano!

– Ángela le platico la historia de cómo había sido que se quedó ciego y de la irreparable pérdida de Esteban,  Erick sonreía cada que escuchaba el nombre de Gabriel, en su mente solo tenía esos hermosos ojos azules con mirada perdida, cada que recordaba sus ojos suspiraba.

Él le dijo. – Entonces tu hermano si es gay, es que no lo parece, digo a comparación mía, pues no parece.

– Ángela le sonrió, diciéndole. – Si, es gay, solo que se ha descuidado mucho en su imagen, se ha negado a posibilidades de amar, se aisló en su mundo después de lo sucedido, espero tú puedas ayudarlo a salir de esa depresión que lo invade.

– Erick le tomo la mano y le dijo. – Hare lo posible por ayudarlo, solo espero que tu hermano se deje querer ayudar, después de todo, es un chavo que ha sufrido y necesita de comprensión, aparte es joven y guapo, merece ser feliz con la persona que llegue a hacerlo vibrar.

– Ángela y Erick continuaron hablando sobre Gabriel en lo que regresaba Pablo, Erick se notaba muy interesado en Gabriel, después de saber que es gay.

Mientras que llegando a casa, Pablo abrió la puerta, entro junto con Gabriel y lo ayudo a pasar, él le dijo. – Muchas gracias Pablo, puedes tomar la copia de las llaves que están colgadas a un costado del espejo, son las del llavero de conejo, se las das a tu hermano.

– Pablo las agarro y pregunto. - ¿Se te ofrece algo?

– Gabriel un tanto incómodo y apenado le dijo. – Si, podrás subir a mi habitación por unos libros que están en el lado derecho de una mesa y un frasco de pastillas, de favor.

– Pablo le dijo amablemente. – Claro que sí, ¿Tu habitación es?

– Gabriel le contesto. – Es la puerta que está subiendo las escaleras a mano derecha, la segunda puerta es mi recamara, por favor.

– Pablo subió de inmediato, en cuestión de minutos, Pablo regreso, le dio los libros y el frasco en las manos y él le dijo. – Muchas gracias, es todo, puedes retirarte, pero antes, dile a tu hermano que me disculpe por la forma grosera que me porte.

– Pablo le sonrió y le dijo. – Descuida, mi hermano entenderá, bueno te dejo, cualquier cosa en el teléfono fijo está asignado el número de mi casa, solo aprietas el asterisco y el número y te dará llamada.

– Gabriel solo movió la cabeza y dijo. – Descuida no pasara nada, puedes irte.

– Pablo se salió de la casa y tomo rumbo a su casa para poderse bañar y cambiar, dejando a Gabriel en el sillón de su sala, recordando el tono de voz de Erick y la sensación de su cuerpo cuando lo abrazo.

 Él suspirando se dijo. - ¡Vaya, ese muchachito es muy amable! ¿Me pregunto será gay?

– Gabriel sentía una sensación rara, suspiraba y trataba de imaginar el rostro de Erick, ¿A caso habrá algo entre ellos?

En los ojos del amor.