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Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 4

en Bisexuales

Hola a todos, sé bien que no soy un escritor experto y que carezco de ideas para el erotismo; soy realista y lo reconozco;

por eso pienso que esta historia no tiene caso continuarla más, ya que tiene bajas valoraciones y ninguna opinión; la estoy manejando tranquila, porque así la tengo

escrita, no me iré rápido sino perdería coherencia y no se entenderían los sucesos clave; en fin un último chance, cualquier cosa escriban a mi correo, a mi FB o aquí en comentarios.

Que tengan grandioso día.

 

 

Capítulo Cuatro.

“Sincerémonos un rato”.

 

 

Bradley inició su primer día de clases algo mal, pero sus alumnos le hicieron adaptarse fácil y olvidarse un poco de lo acontecido por la mañana; él luego de finalizar su jornada laboral, se disponía a conversar con la directora; que al saber que deseaban hablar con ella, le daba el pase directo a su oficina.

Sonreía preguntando. – ¿Cómo estuvo su primer día laboral?

– A lo que serio contestaba. – Bien, me hicieron sentir a gusto los alumnos; aunque no puedo decir lo mismo del personal.

– La directora impresionada, se levantaba de su asiento exclamando. – ¡¿Qué fue lo que aconteció?! ¡¿Quién os hizo cabrear?!

– Bradley sin rodeos respondía molesto. – Usted, fue usted.

– La directora anonada, decía. – ¿Yo?, no entiendo nada, ¿por qué?

– Bradley taciturno le dijo. – Le explico; el día que vine a la entrevista con usted, me trató como una persona común y corriente; que en sí lo soy; pero una vez que supo mi apellido, repentinamente cambio su forma de dirigirse conmigo; cosa que no estoy de acuerdo; pues la escuela es dirigida por usted, me contrató usted, así que por lógica fue usted la encargada de ordenar la compra de ese automóvil; el cual es un lujo para mí y el departamento igual;  no merezco consideraciones especiales, sin embargo sospecho que lo hace con intención de tratarme como un rey, sólo por poseer el apellido Landucci; si fuera como los demás profesores de esta institución, seguramente me daría la misma importancia que a ellos; vine a trabajar por mí cuenta, no a que me quieran dar detalles caros y hacerme sentir como alguien especial, porque no lo soy; simple y sencillamente soy una persona que desea ser único; ¿me entiende?; usted debería de comportarse de la talla de una superior en este instituto, por algo fue nombrada directora, sea neutra y no le dé preferencias a uno sobre otros.

– La directora incomodada, le decía. – Lamento habéis ofendido y enfadado, lo que pasa es que vos ser hijo de una leyenda mundial en el derecho, debido a eso me atreví en obsequiarle ese carro, claro todo en común acuerdo con la mesa directiva de este plantel; insisto y reitero mis disculpas por causarle esa ofensa; ahora bien, el carro lo podéis usar, para que no se mal interprete, será como un préstamo por parte de los directivos de este plantel y pues el departamento no os preocupéis tomándole a mal, pero los profesores que son extranjeros, se les brinda una ubicación cercana al plantel para que no haya ciertos problemas de distancia al momento de venir a trabajar; reafirmo que tanto el automóvil como el apartamento serán prestados por el tiempo que vos trabajéis aquí; insisto mil perdones licenciado Landucci.

– Suspiraba, más tranquilo, Brad dijo. – Bien, gracias, disculpe la interrupción y mi forma de ser, pero exijo equidad y respeto a los demás compañeros profesores; el derecho y la justicia por igual, que no se le olvide.

– La directora muy apenada decía. – Créame que esa no era la intención, disculpe en verdad.

– Bradley ya calmado hablaba. – Bien, me despido, pase buena tarde, con su permiso.

– La directora nerviosa, le decía. – Buena tarde, el permiso es vuestro, adelante.

– Bradley salía de la oficina de la directora y se disponía a ir al estacionamiento de maestros.

La directora se sentaba en su asiento y golpeaba su escritorio, diciendo molesta. – ¡Qué bruta habéis sido!, no debí insistir en darle un trato especial al hijo de la leyenda Landucci, espero que de esto no se entere el padre, sino es capaz de mandar a destituirme como directora.

– Ella para calmarse un poco, solicitaba una infusión para controlar sus nervios.

Mientras que Bradley caminaba a donde estaba estacionado su coche; Fernando le esperaba recargado bajo un gran árbol.

Al verle dirigirse para su vehículo, le decía sonriente. – Llevo una hora esperándole profesor.

– Bradley le volteaba a ver preguntando serio. – ¿Qué se te ofrece?

– Fernando se le acercaba cuidadoso contestando. – Sólo quería saber ¿cómo le había ido?

– A lo que Bradley suspiraba respondiendo. – Pues en lo que cabe bien, fui aclarar unos asuntos con la directora, simples detalles de los que no deseo hablar.

– Brad quitaba la alarma del carro, diciendo con leve sonrisa. – Gracias por preguntar.

– Fernando le sonreía diciendo. – De nada, me da gusto.

– Fernando daba media vuelta y caminaba unos pasos para retirarse a casa.

Pero Brad al ver que se iba, con voz fuerte decía. – ¡Necesitaré tu ayuda!

– Fernando intrigado volteaba, regresaba hacía él cuestionando. – ¿Mi ayuda para?

– Bradley le mostraba la dirección anotada de su departamento y Fer le decía muy seguro. – Tiene suerte que sepa direcciones y ubicaciones en Barcelona; el edificio donde usted vivirá queda muy cerca de donde yo vivo.

– Brad de forma tranquila, le dijo. – Bien, de ser así, acompáñeme si no tiene nada que hacer.

– Fernando guiñaba el ojo diciendo. – No, para nada, hace dos horas que terminaron mis clases y hace una hora que le esperaba a usted.

– Brad movía la cabeza diciendo serio. – Eres de actitud acechadora.

– Fernando rodeaba el carro hablándole incomodado. – No deseo que piense eso de mí, no fui yo quién planeo reencontrarnos de nuevo aquí en la institución luego de ya sabe qué.

– Bradley notando la molestia causada, se disculpaba. – Lo siento, no quería incomodarte, no era la forma y modo de dirigirme así contigo; es qué me siento algo tenso.

– Fernando comprendía, abría la puerta del auto mostrándole una sonrisa para decir. – Lo sé, es su primer día, ¿le parece si vamos a ver su nuevo departamento?

– Bradley le devolvía la sonrisa respondiendo. –Claro, sube.

– Fer se sentaba en el asiento del copiloto, en lo que muy cauteloso Brad se metía al carro.

Encendiéndolo un poco nervioso decía. – Espero no tener problemas por subir al auto un alumno del plantel.

– Fernando abrochándose el cinturón de seguridad, le calmaba diciendo. – Sí hay problema siempre y cuando sea alumno de su clase, pero como no lo soy, pues no hay cuidado, así que usted no se preocupe.

– Bradley salía del estacionamiento y tomaba la calle, diciéndole sonriente. – Ya estamos fuera de la institución, ya no es necesario que me trates de usted.

– Con la misma sonrisa le preguntaba. – ¿O qué ya se te olvido que nos conocemos cada parte de nuestros cuerpos?

– Fernando sonrojado se reía respondiendo. – No, no para nada, eso jamás se me olvidará créame.  – En tono serio mirando de frente, hablaba. – No sé si tú hayas tenido el mismo pensamiento que yo, pero desde que chocamos esta mañana en el estacionamiento, he tratado de comprender el motivo de este encuentro.

– Brad manejando cuidadoso, le dijo serio. – Recuerda que en este mundo no existen las coincidencias solamente lo inevitable.

– Fernando volteaba a ver el perfil de él y suspiraba diciendo. – Los designios así lo quieren.

– Regresaba su mirada al frente y Brad de reojo se percataba de la mirada especial que Fernando le brindó.

Detenidos en un semáforo en rojo, ambos se miraban fijamente y se rosaban sus manos, sonriéndose a gusto.

Fernando observaba el semáforo y hablaba tras un suspiro. – Me llamo Fernando, tengo casi veinticinco años, nací un 5 de Octubre, soy gay declarado, me gusta viajar, conocer nuevos lugares, la honestidad, sinceridad y sobretodo soy muy buen amigo.

– Bradley avanzaba en luz verde, sin mirarle, seriamente preguntaba. – Disculpa, ¿pero no ya nos habíamos presentado?

– A lo que Fernando se giraba hacía él, tocándole el hombro contestando. – De hecho únicamente tuvimos sexo, nos dormimos y horas después me dijiste que debías irte.

– Bradley confundido exclamaba preguntando. – ¡¿A sí?!

– Fernando se percataba de la indiferencia así que se volvía a acomodar diciendo serio. – A la siguiente calle doblas hacía tu izquierda y sigues derecho hasta pasar una librería, ahí darás vuelta a tu derecha y avanzando tres calles más a tu derecha giras, seguirás derecho sobre esa calle y llegaremos directo al edificio.

– Bradley se detenía nuevamente en un semáforo, volteaba a ver a Fer muy serio y tras un suspiro le dijo. – Me llamo Bradley, tengo veintiocho casi veintinueve años, soy reservado, serio en ocasiones, me gusta el whisky, bailar no sé, a veces canto en la regadera, me gusta viajar aunque no ha habido oportunidad de hacerlo seguido, me gusta lo que hago.

– Bradley avanzaba de nuevo con mirada al frente diciendo serio. – Así soy yo.

– Fernando intrigado le miraba preguntando. – ¿Y tú orientación sexual es?

– Sorprendido, Bradley tartamudeaba un poco, contestando. – Bueno, pue… pues, bueno… bueno, pues… pue… podría decirse, bueno, no, no podría decirse, soy heterosexual.

– Fernando movía su cabeza incomodo diciendo. – ¡No puede ser!

– Bradley al verle en esa actitud, cuestionaba con curiosidad. – ¡¿Qué sucede?!

– A lo que respondía molesto. – Lo que sucede es que eres bisexual, aunque lo niegues lo eres, ¡eres uno más de los que son bisexual!

– Bradley avanzaba una calle más y se detenía estacionándose.

Apagaba el motor diciendo. – Bueno sí, podría decirse que soy Bisexual; he tenido novias, en México, únicamente me he besado y me han hecho sexo oral con dos hombres en una especie de orgía mal organizada, pero hasta ahí, sí eso le llaman bisexualidad, entonces sí, sí lo soy. – Preguntaba serio. – ¿Te molesta eso?

– Bradley le miraba fijamente esperando respuesta y él le sostenía la mirada respondiendo. – Eres bisexual, no tengo nada en contra de ellos, sin embargo siento que lo bisexuales son inestables emocionalmente hablando; un rato pueden estar con un hombre y al día siguiente con una mujer; jamás tendrán una estabilidad sentimental; por eso digo, eres uno más de los muchos bisexuales con quienes he tenido que ver o me he topado.

– Brad incomodo dijo. – Bueno, te doy la razón en parte. – Él cuestionaba en duda. – Pero tú además de sexo, ¿has tratado de conocerlos más a fondo, sin tacharlos de inestables emocionales y esas cosas?

– Fernando se cohibía y miraba por el cristal; evitando contacto visual.

Bradley serio le hablaba. – Eso me responde la pregunta; creo tú, luego de tener sexo con ellos y al saber que son bisexuales, evitas seguir frecuentándoles; no insistes en salir no sé, al cine por ejemplo o a cenar, tratar de conocerse mejor y más a fondo; lo dije esa vez, que desnudos se conocen mejor a las personas, pero también con una buena charla y hablar de muchos temas sin llegar a alguna conclusión precisa, igual así se conocen a las personas; creo tú piensas que un bisexual jamás tendrá algo más que sexo contigo, sólo por gustarles tanto hombres y mujeres en igual.

– Fernando le volteaba a ver apenado diciendo. – La verdad no peca pero si incomoda, incomoda bastante.

– Bradley le sonreía, miraba atento y se le acercaba diciendo. – Tú tienes un lindo cuerpo, pareciera que lo esculpieron y puedo asegurar que dentro de ese cuerpo, hay sentimientos muy valiosos e importantes, con los cuales puedes enamorar a más de uno, sólo no juzgues sin tratar, sin conocer, si dar oportunidad, aprende a escuchar y darle chance.

– Fernando respiraba el perfume de él, fijando su mirada, le decía. – Nadie se fija en los sentimientos, sólo en el cuerpo, por eso me cuido mucho, le tengo miedo a enamorarme y que esa persona no me corresponda como quisiera, siempre me tocan ligues bisexuales, nunca un gay activo.

– Bradley con su mano derecha acariciaba la mejilla de él, diciendo gentilmente. – Se escuchará loco y raro, pero quiero conocerte más allá del sexo, quiero tratarte, quiero ser tu amigo y si ambos sentimos lo mismo, ser una pareja estable, ¿te parece?

– Fernando tomaba la mano de él diciendo nervioso. – Nunca me había pasado eso que después del sexo, alguien tuviera esa intensión conmigo.

– Entrelazaban sus manos y Fer decía suspirando. – Me voy a arriesgar, trataré de conocerte, sin importar tu orientación sexual, sólo quiero saber de ti, conocerte y probar si puedo enamorar a alguien.

– Brad se quitaba el cinturón de seguridad y le daba un tierno beso en los labios a Fernando.

Él lo abrazaba y cerraba sus ojos pensando. – “Debo marcar la diferencia y como dije, debo ser yo, ser original, autentico”.

– Luego de eso, ambos se sonreían para continuar el camino al edificio donde se encontraba el departamento para Brad.

Al llegar al edificio, subían en el ascensor al quinto piso, caminando unos pasos quedaban frente a la puerta, él abría y dándole el paso a Fer, ingresaban; ambos se sorprendían al ver desde el ventanal la hermosa vista que tenía la ubicación del departamento.

Bradley impactado decía. – ¡Esto es increíble, es una vista fenomenal!

– Fernando emocionado decía. – ¡Vaya, te tengo envidia, tienes mucho mejor vista de la que yo pueda tener!

– Los dos exploraban con mucha confianza el departamento.

El cual estaba amueblado en su totalidad, lo que le facilitaba a Brad el mudarse al instante.

En la habitación principal, Fernando corría y se aventaba a la cama diciendo muy relajado. – Esta cama es mejor que la mía, es suave, cómoda y dan ganas de dormir ahorita.

– Bradley al verlo acostado, se quitaba sus zapatos, el saco y se aventaba encima de él diciéndole. – Cierto, tienes razón, la cama es muy cómoda.

– Los dos se sonreían, se buscaban sus bocas, para darse un beso apasionante.

Fernando se quitaba sus zapatos y con ambas piernas lo sujetaba, sin embargo Brad se detenía diciendo agitado. – Espera, espera.

– Fernando acelerado le decía. – Sí tienes razón, debo esperar.

– Ambos se miraban, sonriéndose se volvían a besar pero esta vez tiernamente y despacio.

Brad tomaba con suavidad la cara de él y deslizaba sus manos a su cuello, pasándolas por la espalda y abrazarle fuertemente; Fernando sujetaba la nuca de él y con su otra mano le acariciaba la espalda ancha.

Ambos se sonreían para así decirle. – Besas muy rico.

– Brad se sonrojaba diciendo. – Creo quién besa mejor eres tú.

– Sonrojado Fernando le decía. – No, tú besas mejor.

– Brad guiñaba el ojo diciendo. – Veamos sí es verdad.

– Le volvía a besar con mucha delicadeza y acariciaba muy lento.

Separándose Fernando suspiraba diciendo. – Paremos en este instante que podemos, si no soy capaz de desnudarme para incitarte a que me hagas el amor.

– Bradley sonreía, movía la cabeza y se apartaba de él.

Levantándose de la cama y acomodándose la ropa, le decía luego de guiñarle el ojo. – Tendremos tiempo para hacer el amor.

– Fernando sonrojado se enderezaba, se ponía sus zapatos y acomodaba la cama de nuevo.

Brad le sugería impaciente. – Quiero mudarme aquí hoy mismo, ¿me acompañas por mis cosas al hotel?

– Fernando entusiasmado respondía. – ¡Sí, claro que sí, vamos!

– Bradley le extendía la mano y Fernando la tomaba.

Él sujetaba fuerte diciéndole. – Confía en ti y luego en mí.

– Fernando le sonreía y le daba un beso en la mejilla; los dos salían del departamento a tan sólo haber estado unos quince minutos dentro.

Como si fueran pareja, los dos abordaban el elevador, que los llevaría hasta el estacionamiento, de ahí ingresar en el coche y tomar camino al hotel; para su suerte y fortuna no fueron vistos salir tomados de la mano por ninguna persona.

En su andar Fernando y Bradley iban muy entusiasmados, brindándose miradas y entre luces rojas se daban un tierno beso; discretamente ingresaban al hotel, subiendo por el ascensor, se rosaban sus manos entre la multitud de gente que se dirigía a distintos pisos; bajando en el piso correspondiente, los dos caminaban a la habitación y en el pasillo antes de entrar, se daban un beso apasionante que al finalizar, se miraban con deseos de más; sin embargo Brad quería que no fuera sexo por sexo y Fernando quería darle una oportunidad a él.

Ya dentro en la habitación del hotel; Fernando doblaba la ropa de él y se la daba a guardar a la maleta; Fer entre las muchas camisas sobre un sillón, se encontraba con la camisa que usó Brad esa noche que se conocieron; la tomaba sonriente, la olía y recordaba ese encuentro sexual que tuvieron.

Bradley al verle, miraba serio y le decía. – Esa camisa es una de mis favoritas, ¿te gusta?

– Apenado por ser descubierto en tal acción, Fer respondía. – Disculpa, quería saber si aún huele a ti, pero creo ya la lavaron y si me gusta, me gusta mucho, te queda muy bien.

– Brad se la quitaba, la doblaba y tras un breve silencio entre ambos, le decía. – Ten, es tuya, está limpia.

– Fernando la tomaba y sonreía diciéndole. – Muchas gracias, pero dices que es de tus favoritas, ¿estás seguro de lo que haces?

– Le respondía colocando la última camisa y cerrando la maleta. – Sí, seguro de lo que hago, adelante es tuya, no somos de la misma talla, pero seguramente te quedara.

– Fernando le miraba con ternura e ilusión.

Brad le daba una caricia en la mejilla diciendo. – Hemos terminado, ahora si es momento de partir.

– Ambos sosteniendo miradas, Fer ilusionado decía. – Trataré de regalarte algo mío, algo que te quede, será una especie de intercambio por conocernos y tratarnos mejor.

– Brad sonreía, se sentaba a la orilla de la cama y con su mano daba golpes en el colchón para decir. – Ven, siéntate, charlemos más, sólo tenemos conocimientos de nuestros cuerpos desnudos, orientaciones sexuales, ciertos gustos y ya.

– Fernando colocaba la camisa sobre la otra maleta de él y se sentaba diciéndole. – Esta bien, sincerémonos un rato.

– Bradley preguntaba ansioso. – ¿Quién empieza, tú o yo?

– Fernando emocionado dijo. – Empieza tú.

– Bradley movía su cabeza en afirmación diciendo. – Esta bien, yo comienzo.

– Cruzaba pierna izquierda sobre la cama y poniéndose cómodo le hablaba. – Bueno, nací un 14 de noviembre, soy el mayor de tres hijos, soy el único varón, mi padre es de origen Italiano y mi madre es mexicana; he tenido suerte en el amor; al menos eso trato de creer; he tenido tres novias con las que duré cierto tiempo, ninguna relación homosexual; mi historial amoroso comenzó desde mi época de preparatoria hasta hace dos años que terminé con mi última relación; aunque no lo creas no soy muy noviero, tendré el porte de galán y todo ese rollo, pero busco algo formal, sin embargo desde que estoy soltero hasta hace un tiempo, mujer que se me llega a acercar, mujer que le percibía cierta fijación en mí únicamente por el interés y posición social que poseo; por eso decidí mudarme aquí y alejarme un poco de mí realidad que me resulta imposible, ya que tener la sombra de mi padre sobre mí es algo que aborrezco mucho, motivo más por el cuál en ocasiones lamento ser un Landucci.

– Fernando al escuchar el apellido, muy sorprendido exclamaba. – ¡Te apellidas Landucci!

– Bradley impresionado por la reacción de él, le afirmaba. – Sí, así es, soy Bradley Landucci, hijo de Pietro Landucci.

– Fernando anonadado le decía. – Tu señor padre es una leyenda y eminencia en ejercer el Derecho, fui su alumno; de hecho fui parte de su última generación de alumnos a su retiro para dedicarse de lleno en su firma de abogados; mi mejor amiga y yo admiramos a tú a señor padre. – Emocionado decía sonriendo. – ¡Cuando le cuente esto, no me lo va a creer!

– Bradley tenso e incómodo le dijo. – ¡Otro más a la lista!

– Fernando apenado se controlaba y le decía. – Discúlpame, es inevitable la reacción, perdóname.

– Brad suspiraba diciéndole con calma. – Descuida, no pasa nada, como dices tú, es inevitable la reacción, así como es inevitable dejar de ser hijo de como dices tú, una leyenda y eminencia en el derecho.

– Fernando avergonzado decía. – Lo siento de verdad, mil disculpas, Brad perdón, no quería incomodarte.

– Bradley colocaba su mano en su pierna diciendo con leve sonrisa. – No hay de qué preocuparse, todo está bien, además él está en México y yo aquí, dudo verle la cara hasta diciembre, así que no tengo porque incomodarme por un fan de mi papá.

– Ambos se reían un poco, diciéndole Fernando. – Pues no soy su fan, tu papá tenía cierto carácter que daba miedo, pero si era un excelente profesor, bueno lo es, aún no se ha muerto, pero vaya geniecillo que se cargaba. – Él le preguntaba intrigado. – ¿Supongo qué era difícil vivir con él?, sin ofender.

– Le respondía pensativo. – No ofendes en nada y sí supones bien, era complicado vivir con él, pero no quedaba de otra más que aguantarse, más nosotros que somos sus hijos.

– Le sonreía y miraba, para después ponerse un poco serio al decirle. – Pero me imagino que fue más complicado para ti vivir bajo el mismo techo con tu familia al ser gay declarado.

– Fernando se ponía serio y se agachaba con cierta tristeza.

Bradley preocupado preguntaba. – ¿Te encuentras bien?

– Fernando sin mirarle respondía con voz entre cortada. – Sí, estoy bien, no es nada.

– Brad intranquilo decía. – Creo es un tema delicado para ti, no me platiques, luego charlaremos cuando te sientas listo.

– Fernando lentamente volteaba a verlo con los ojos inundados de lágrimas.

Parpadeando dejaba recorrer las gotas por sus mejillas diciéndole. – Así como tú no quieres que se fijen en ti por interés y posición social, yo no quiero que se fijen en mí por lastima.

– Brad le limpiaba con cuidado las lágrimas diciéndole. – No lo haré, créeme.

– Fernando sollozando decía. – Confió en mí, así que confiaré en ti.

– Brad le miraba con ternura mientras Fernando le contaba sobre su familia. – A diferencia tuya, soy hijo único debido a que mi mamá embarazada de mí tuvo muchas complicaciones, por eso fui muy querido y amado; hasta cierto punto tuve los mejores padres del mundo, pero yo siento que los defraude una vez que les confesé mi orientación sexual; ellos siempre fueron claros conmigo y muy honestos, por eso les fui reciproco de una manera dura y cruel, al decirles que me gustaban los hombres; los desilusioné y rompí sus ideales que en mí tenían.

– Tratando de ser fuerte confesaba. – Ese día nunca lo voy a olvidar, pues la noche misma de mi confesión, luego de llorar y recibir palabras hirientes de mi padre, me refugié en casa de mi mejor amiga, a la mañana siguiente fui a mi casa para tratar de hablar civilizadamente con ellos, cuando desde la esquina de la calle donde vivía, había patrullas y ambulancias paradas frente a mi casa, muy preocupado corrí y luego de palabrearme con un oficial de policía, me dejó pasar a lo que fue una terrible escena de una película de terror; mi padre; el ser que me engendro y nunca fue un mal ejemplo para mí; al entrar en desesperación e impotencia sobre mi sexualidad, discutió muy feo con mi madre y, luego de insultarse hasta el cansancio, él tomó su pistola, la cargo apuntándole a mi mamá y le dijo que algo habían hecho mal conmigo y que debían de solucionarlo, mi madre impactada, le había mirado con miedo y posteriormente él se colocó la pistola en la boca disparándose, dejando una mancha de sangre en el techo de la sala y un inmenso charco de sangre; mi mamá simplemente anonadada y aturdida ignoraba a los vecinos tocar el timbre y el portón preocupados por el disparo; simplemente ella se fue a dormir y en punto de las ocho de la mañana reportaba el suicidio de mi padre causando un gran revuelo; al llegar la policía ella con la mirada perdida les abría, haciéndoles pasar y con mucha tranquilidad les platicó la escena a detalle así como te la estoy contando; luego de eso, ella comenzó a llorar desesperada, alterada y gritando mi nombre cayó al suelo desmayada ocasionando así la llamada de ambulancias; una para recoger el cadáver de mi padre y otra para trasladar a mi madre al hospital; ella reaccionó ante mí insultándome, muy agresiva y con comportamiento violento, posteriormente sufrió un infarto que la dejó en coma por unas semanas y al regresar en sí, ella había perdido la noción del tiempo; cuando tenía momentos de lucidez me agredía y culpaba de la muerte de mi padre; eso sucedía cada tres días, hasta que por sugerencia de una tía muy querida, la interné en un hospital psiquiátrico dónde ahí pasa lo que le resta de vida; soy lo que soy gracias a mi tía, a su esposo e hijas, ellos me apoyaron mucho y brindaron amor, me supieron entender y les estoy agradecido por haber sido así conmigo; salí adelante y aquí estoy.

– Fernando al no poder más, se soltaba a llorar desconsoladamente y Bradley le abrazaba muy fuerte.

Dándole un beso en la frente le decía. – Lamento mucho eso, ven, lo siento mucho.

– Fernando al sentirse consolado, se desahogaba en un mar de lágrimas.

Bradley sintiendo compasión, le abrazaba más fuerte diciendo. – Tu naturaleza y tú no son culpables de lo que pasó, ellos no supieron entenderte, no traicionaste nada, sólo fuiste tú y la forma en que te educaron para siempre decir la verdad, ser honesto y trasparente.

– Fernando sollozando decía. – Lo sé, pero es triste, me duele no tener a mi padre conmigo y que mi madre tenga ese rencor hacia mí, como me hubiese gustado ser una persona normal.

– Bradley serio tomaba la cara de él entre sus manos y le hablaba directo. – Tú eres una persona normal, una persona centrada, profesional, con deseos de superación, eso eres tú, una persona normal, el ser gay o bisexual no te hace diferente al resto, eso debes entender.

– Fernando continuaba llorando, así que Bradley para tratar de calmarlo, lo cargaba sobre sus piernas, acurrucando su cabeza en su pecho del lado izquierdo, abrazándolo fuerte, cargándolo como si fuera un bebé.

Él le acariciaba sus mejillas, logrando poco a poco que se tranquilizara; luego de un rato así, Fernando le miraba con ternura diciendo. – Muchas gracias, no quería parecer una niña indefensa.

– Brad le sonreía, mirándole en lo que le limpiaba su cara, hablando. – No, no digas eso, los niños son niños y cuando lloran demuestran ser más humanos que nosotros porqué sus sentimientos no los ocultan, en cambio nosotros los adultos escondemos nuestros sentimientos porqué la pena y vergüenza más el qué dirán, son motivos para que ocultemos lo que sentimos; así que este momento de tristeza, me ha demostrado que tú eres una persona sensible y muy humana.

– Brad y Fer se daban un cálido beso para así decirle él. – Muchas gracias por consolarme, creo necesitaba desahogarme.

– Brad le abrazaba sonriente con un beso en la frente.

Minutos después, Fernando más calmado y Bradley con sus cosas listas, bajaban al lobby para que él liquidara su cuenta de estadía en el hotel, luego de eso, siendo ayudados por los botones con las maletas, partían con camino al departamento para su instalación; Bradley emocionado y contento por su nueva vida a comenzar, tomaba unas fotos de su departamento y que más tarde se las enviaría a su mamá por correo, agregándole lo feliz que estaba allí.

Fernando regresaba al departamento, sorprendiendo con comida rápida y unas botellas de refresco; dicho detalle entusiasmo y agradó a Brad quién le agradeció con un beso y una gran sonrisa; aunque él sentía incomodidad y pensaba. – “Quiero marcar la diferencia entre el legado Landucci y yo, pero no me siento de acuerdo y preparado para tener una primera relación homosexual y formal”.

– Algo pensativo Bradley simulaba prestar atención a lo que Fernando le comentaba sobre los restaurantes y gastronomía típica de la ciudad; en lo que le daba él vueltas en su cabeza la respuesta a una pregunta que se las dejo en el aire.

¿Existe la posibilidad que después del sexo casual pueda haber una relación formal?

 

 

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En los ojos del amor Capítulo 30

En los ojos del amor Capítulo 29

En los ojos del amor Capítulo 28

En los ojos del amor Capítulo 27

En los ojos del amor Capítulo 26

En los ojos del amor Capítulo 25

En los ojos del amor Capítulo 24

En los ojos del amor Capítulo 23

En los ojos del amor Capítulo 22

En los ojos del amor Capítulo 21

En los ojos del amor Capítulo 20

En los ojos del amor Capítulo 18

En los ojos del amor Capítulo 19

En los ojos del amor Capítulo 17

En los ojos del amor Capítulo 15

En los ojos del amor Capítulo 16

En los ojos del amor Capítulo 14

En los ojos del amor Capítulo 13

En los ojos del amor Capítulo 12

En los ojos del amor Capítulo 10

En los ojos del amor Capítulo 11

En los ojos del amor Capítulo 8

En los ojos del amor Capítulo 9

En los ojos del amor Capítulo 7

En los ojos del amor Capítulo 6

En los ojos del amor Capítulo 5

En los ojos del amor Capítulo 4

En los ojos del amor Capítulo 3

En los ojos del amor Capítulo 2

En los ojos del amor Capítulo 1

Rockeando al Destino Capítulo 23 Gran Final

Rockeando al Destino Capítulo 22

Rockeando al Destino Capítulo 21

Rockeando al Destino Capítulo 20

Rockeando al Destino Capítulo 19

Rockeando al Destino Capítulo 18

Rockeando al Destino Capítulo 17

Rockeando al Destino Capítulo 16

Rockeando al Destino Capítulo 15

Rockeando al Destino Capítulo 14

Rockeando al Destino Capítulo 13

Rockeando al Destino Capítulo 12

Rockeando al Destino Capítulo 11

Rockeando al Destino Capítulo 10

Rockeando al Destino Capítulo 9

Rockeando al Destino Capítulo 8

Rockeando al Destino Capítulo 7

Rockeando al Destino Capítulo 6

Rockeando al Destino Capítulo 5

Rockeando al Destino Capítulo 4

Rockeando al destino Capitulo 1

Rockeando el Destino Capítulo 3

Rockeando al Destino Capitulo 2