miprimita.com

Es Cuestión del Destino. Capítulo 3

en Gays

Hola, muchas gracias por sus mensajes de apoyo a mi correo y las sugerencias los tendré en cuenta... Mil gracias por brindarme una oportunidad más y de leer algo diferente a lo habitual, saludos y que lo disfruten.

 

CAPÍTULO TRES.

NOCHE DE SÁBADO DE SOLTEROS.

 

Julieta madre de Sebastián se llevaba al pequeño Adonaí a la fiesta a la cuál había sido invitado, dejando así al matrimonio a solas; Sebastián en la habitación, se disponía a bañarse después de haber limpiado la casa y de haber lavado un poco de ropa y Cristián quién había terminado de lavar trastes y de haber preparado un poco de comida para ambos, subía a la habitación para ver a su amado y poder así tener un momento juntos y aprovecharlo al máximo.

Él entrando a la habitación, muy cauteloso abrazaba el cuerpo desnudo de Sebastián quién estaba por entrar al baño y le decía al oído. – Ahora si estamos solos amor.

– Sebas con la piel erizada sonreía diciéndole. – Lo sé amor.

– Volteándose hacía él, le quitaba la camisa y le bajaba el pantalón diciéndole. – Podemos terminar lo que hace unas horas estábamos haciendo.

– Cristián sin pensarlo dos veces, se bajó el bóxer y comenzó a besar de forma apasionante a Sebastián; leves mordiscos se daban a sus labios, sus manos se tocaban con gran ansiedad e impaciencia, ambos se recostaban en la cama y se dejaban llevar por la pasión, por los deseos de estar juntos enredados en la cama haciendo el amor.

Cristián besaba el cuello de Sebastián de forma muy especial, pues hacía que él se retorciera en la cama, con una mano aruñaba levemente la espalda de Cris y con la otra agarraba las cobijas como si las quisiera arrancar; Cristián al percatarse de esa energía pasional que Sebastián emanaba, le indicaba a él que estaba por buen camino al clímax del acto sexual.

De una forma rápida y un poco brusca, se giraban y Sebastián comenzaba a besar el pecho de él, con su lengua daba suaves lamidas a las tetillas, mordía ligeramente haciendo que Cris diera un grito de placer, poco a poco bajaba Sebas besando el abdomen y con su lengua recorriendo las ingles de él, sintiendo con las manos la erección y el precum que ya estaba más que evidente en Cristián; comenzando a realizarle un sexo oral tierno y sin prisas Sebastián disfrutaba como se estaban dando las cosas, pero Cristián, al anhelar tanto ese momento, después de tiempo de no tener relaciones, se dejaba llevar por la ansiedad y las ganas, haciendo que con ambas manos agarrará a Sebastián y de forma un poco brusca le hacía introducir todo el miembro dentro de su boca, tocando casi la campanilla, provocando que Sebastián entre arqueadas y mucha saliva derramada se zafara de las manos de Cristián.

Provocando así un ligero disgusto para Sebastián, que serio le decía. – Creo que el deseo y la ansiedad por este momento son muchas, ¿Pero podrías controlarlas?

– Cristián apenado, se acomodó bien en la cama y dijo. – Discúlpame amor, pero muero de ganas por estar dentro de ti.

– Sebastián aceptando las disculpas, se levantaba de la posición en cuclillas y se trepaba a la cama, colocando sus nalgas a la vista de Cristián y así comenzando de nuevo a lamer el pene de él y sus testículos, haciendo que la erección fuera muy firme, ligeramente lo masturbaba y lamia la cabeza al ver como el precum salía a gotas grandes.

Cristián suspirando y cerrando los ojos con una mano agarraba la espalda de y con la otra apretaba sus propias tetillas, suspiraba y decía. – ¡Sí amor, sí, sí, me gusta!

– Sebastián volvía a introducir de forma cuidadosa el pene de él en su boca y realizaba un oral lento y disfrutable, sin prisas y al ritmo de él.

Cristián tensaba las piernas, apretaba sus nalgas, sus pies se entre tocaban tratando de controlar su eyaculación, pues no quería acabar aún; Sebas percatándose de lo que estaba por ocurrir, sacaba el pene de su boca, daba un leve lengüetazo y se movía para quedar frente a él, besando su abdomen subía poco a poco, besando el cuello y mordiendo sensualmente la barbilla de él.

Le sonreía para después decirle. – Te amo mucho.

– Cristián suspiraba y con ambas manos tomaba de la cintura a él diciéndole. – Eres y serás mi más grande pasión.

– Sebas tomaba con su mano el pene erecto y ensalivado de su esposo para introducirlo dentro de él; pero fueron interrumpidos por una llamada inesperada; el celular de Cristián comenzaba a sonar, era Miranda, Cris rechazaba la llamada, pero Miranda insistía.

Sebastián viendo la cara de incomodidad de él, decía. – Contesta, en lo que me voy a bañar.

– Cristián molesto decía. – ¡No, no quiero contestar! ¡No es nadie importante!

– Sebastián se quitaba de encima de él, se recostaba en la cama y le decía. – Sí no fuera nada importante, ¿Por qué insisten en llamarte? ¿Quién es?

– Cristián se molestaba un poco más de lo que ya, apagando el celular, se volteaba a Sebas y lo comenzaba a besar dulcemente, cuando esta vez sonaba el celular de Sebastián que estaba al costado suyo sobre el buró.

Miranda se comunicaba con él de forma algo impertinente, ella molesta decía. - ¡Vamos, debes responderme!

– Sebastián en cama, interrumpía la buena dosis de besos que Cris le daba diciendo. - ¡Espera, yo sí contestaré!

– Cristián sonriendo, bajaba a besarle el pecho a él, en lo que Sebas observando la llamada entrante, decía. – Uy, es Miranda, seguro ya se va de la ciudad.

– Cristián se incomodaba apartándose del cuerpo de Sebastián.

Contestando Sebas de forma amable decía. – ¡Hola Miranda! ¡¿Sucede algo?!

– Miranda abordo de un taxi respondía. – ¡Sí, lo que pasa es que ya no me voy a ir hoy!

– Miranda sonriente le decía. – Cancele mi boleto, pero hay un ligero problema.

– Sebastián se preocupaba y preguntaba. – ¡¿Qué pasa?! ¡¿Qué problema es?!

– Cristián se ponía muy atento al ver la expresión de su esposo, se acercaba un poco más para escuchar, a lo que Miranda decía de una forma apenada. – Mi reservación en el hotel solo es hasta el día de mañana a medio día, he tratado de comunicarme con Cristián pero no responde, solo le llamaba pues para saber, ¿Si ustedes me podrían dar posada durante el tiempo que me quede aquí en la ciudad?

– Sebastián sintiendo una incomodidad, le decía. – Me permites en línea un momento.

– Miranda apenada le respondía. – Esta bien Sebas.

– Sebastián ponía en espera la llamada y dirigiéndose a su esposo decía. – Miranda estuvo llamándote y tú la rechazabas, eres un mal educado.

– Cristián excusándose alterado decía. – Amor, estábamos en nuestro momento de intimidad, ¡¿Cómo querías que le respondiera en pleno acto de amor?!

– Sebastián molesto le contestaba. – ¡Pues sí, pero esto es urgente, necesita de nuestra ayuda!

– Cristián se enderezaba preocupado preguntaba exclamando. – ¡¿Qué le sucedió?!

– Sebastián respondía molesto. – ¡Pues ya no se va a ir, decidió quedarse en la ciudad, pero su estancia en el hotel se termina mañana a medio día! ¡Te hablaba a ti para saber si nosotros le podíamos brindar posada en el tiempo que se quede aquí en la ciudad!

– Cristián incómodo y en desacuerdo decía. – No, no quiero, dile que busque un hotel barato y que se hospede ahí, pero aquí en la casa no la quiero.

– Sebastián moviendo la cabeza en desacuerdo ante la postura de él, le decía. – Sólo unos días, nada más.

– Cristián le decía conservando la misma postura. – No quiero, dile que me ofrezco a pagarle una semana más en el hotel, pero no la quiero en la casa.

– Sebastián sin querer pelear, respiraba, contaba hasta diez y le decía. – Bueno, de ser así yo también cooperaré con los gastos.

– Cristián pensándolo bien le decía. – Mira dile que voy para allá, entre los dos trataremos de localizar a Mateo y haber sí él puede prestarle el departamento donde antes vivía con Miren antes de casarse, digo no es muy grande, esta amueblado y puede quedarse ahí sin pagar, solo falta que allá copias de las llaves para poder entrar.

– Sebastián gustándole la idea de él, le decía sonriente. – Bien, pues le diré.

– Sebastián tomaba su celular y continuaba con la llamada.

Miranda desesperada e impaciente estaba por llegar al hotel y sin respuesta alguna por parte de Sebastián, con manos libres y el celular en mano, escuchaba la voz de Sebastián decir amablemente. – Miranda, discúlpame, ¿Sigues ahí?

– Miranda haciendo gesto de molestia, respondía de forma fingida y amable. – Sí, aquí sigo, esperando una respuesta, ¿Y bien?

– Sebastián le decía amablemente. – Miranda, dice Cristián que va a verte, te propondrá algo que seguro te favorecerá ante esta situación, la pregunta es, ¿Dónde estás ahorita?

– Miranda sonriendo pensando que había logrado su objetivo respondía. – Estoy por llegar al hotel, aunque si quieren le digo al taxi que se desvié y voy para allá.

– Sebastián le decía amable. – No, no es necesario, Cristián ya va para allá, en unos momentos se ven.

– Miranda sonriendo decía. – Gracias, de verdad gracias, entonces aquí veo a Cris, besos Sebas, muchas gracias.

– Sebastián sonriendo decía. – No agradezcas, ya sabes que para eso estamos los amigos de tu primo, estamos en contacto, espero te parezca lo que Cristián te propondrá.

– Miranda sonriendo y haciéndose ilusiones decía. – Seguramente que sí, no habrá inconveniente alguno, mil gracias nuevamente, pasa buena tarde, besos.

– Miranda cortaba la llamada y sonreía pensando otras cosas de las cuales ninguna se haría realidad; por el momento.

Sebastián tomaba su toalla, poniéndose sus chanclas, caminaba para meterse al baño.

En lo que Cristián se perfumaba y se peinaba le decía. – Otra vez me quedo con ganas de ti.

– Sebastián le sonreía diciendo. – Es para que esas ganas las guardes para más tarde, eso sí, espero controles tus ansías, pues casi me lastimo la garganta y te lastimo el pene.

– Cristián apenado le decía. – Disculpa amor, no era mi intención, pero es que de verdad, muero de ganas por estar dentro de ti.

– Sebastián reía diciendo. – Tendremos tiempo, al rato verás amor, ahora ve con Miranda en lo que me baño y me arreglo.

– Cristián ya listo, se despedía con un suave y tierno beso de su esposo y bajaba las escaleras para tomar rumbo al hotel para verse con Miranda; dejando a Sebastián algo pensativo sobre la actitud de Cristián y su negación de darle hospedaje a la joven.

Al cabo de unos minutos en el hotel, Cristián iba entrando un tanto pensativo y en lo que se anunciaba en el lobby.

En su habitación, Miranda estaba acomodando sus cosas, pues creía que sí se iría a casa de Sebas y Cris, en ese momento sonaba el teléfono de la habitación, ella contestando le daban aviso de la recepción que Cristián estaba abajo esperándola, Miranda no muy tonta, le daba autorización de subir; así pues él nervioso tomaba el ascensor para verla.

Ella estaba emocionada, alegre y ansiosa, pues en su mente ya se estaba fabricando muchas fantasías con Cristián; a la puerta tocaban, ella de inmediato abrió y al verlo, se le abalanzo directo con un fuerte abrazo emocionada diciendo. – ¡Gracias por permitirme quedarme en tu casa y gracias por venir!

– Cristián incomodado, apartaba a ella de sí mismo, diciéndole. – Miranda, escucha por favor, no te vas a quedar con nosotros en nuestra casa.

– Miranda sorprendida exclamaba. – ¡Qué! ¡¿Pero por qué?!

– Cristián tomaba de los brazos a Miranda y la metía a la habitación; pues la gente del servicio del hotel que estaba en los pasillos volteaba ante la expresión de Miranda.

Él apenado decía. – Mira, la verdad no sé tus intenciones y mucho menos ¿Qué pretendas con quedarte aquí en la ciudad?, pero no pienso darte hospedaje en mi casa por…

– Miranda interrumpía diciéndole. – Porque tienes miedo a serle infiel a Sebastián en tu propia casa, ¿Verdad?

– Cristián se sorprendía y más nervioso se ponía, entre tartamudeos respondía. – No, no, no es… no es eso, solo que me, pues me, me incomodaría tenerte en mi casa.

– Miranda con su mano volteaba la cara de Cristián hacía ella y mirándolo a los ojos le decía sinceramente. – Te dije que me gustas, ese beso que nos dimos me gustó mucho, me encantas Cristián, quiero ser tuya nada más.

– Cristián quitaba la mano de ella de su cara y le decía molesto. – ¡No digas eso, estas confundida! ¡No te puedo gustar en nada, te llevo muchos años, eres muy joven, encontrarás a alguien que te quiera! ¡Pero yo no, yo soy gay entiéndelo!

– Miranda nuevamente agarrando el rostro de Cristián le decía sonriendo. – Si fueras Gay, la noche de la boda no me hubieras besado de esa forma cuando viniste a dejarme al hotel, mucho menos te hubieras puesto nervioso, acepta que te atraigo, que deseas probarme, vamos sino me quieres en tu casa, es porque en verdad también sientes algo por mí y no quieres caer en la tentación.

– Cristián sudaba, por vez primera la mirada de ella lo estaba inquietando, él con un impulso, tomo a Miranda y la besó de tal manera que ella le correspondió, ambos se besaban con una ansiedad pasional, las ganas de ella por estar en brazos de él y las ganas de él por tener relaciones, se adueñaban del momento, entre besos y caricias.

Miranda desabrochaba la camisa de él, mientras que él la tocaba por la espalda, deslizaba sus manos a sus nalgas y las apretaba con fuerza haciendo que Miranda gimiera diciendo. – ¡Umm… Que rico mi amor!

– Jadeando ella le decía al oído. – ¡Hazme el amor!

– Mientras que él la besaba del cuello y su corazón latía mucho más rápido, Cris tocaba con más ganas, muy agitado le decía. – No tengo condones.

– Miranda sonriéndole, le decía agitada. – No importa, a la primera no pega… Vamos hazme el amor, hazme sentir mujer.

– Cristián reacciono ante lo dicho y se apartó de ella limpiándose la boca, diciendo nervioso. – ¡No, no puede haber nada entre nosotros, nada!

– Cristián se comenzaba a acomodarse la ropa dándole la espalda a ella.

Miranda sonriendo le decía. – No puede haber nada pero ya hubo un comienzo, hasta que no satisfagas tu curiosidad, no podrás vivir en paz.

– Cristián muy nervioso y arrepentido decía. – Soy gay, de eso estoy seguro.

– Miranda se le acercaba, se lo paraba en frente y le tocaba el pene exclamando. – ¡Pues esto demuestra que no lo estás tan seguro!

– Cristián apartaba la mano de ella y le decía enojado. – ¡Soy gay, me gusta Sebastián, lo amo mucho y jamás haría algo que lo dañará, jamás!

– Miranda sonreía y le decía sarcásticamente. – Sí, seguro.

– Cristián ya arreglado y como si no hubiera pasado nada, sacaba su celular, marcaba un número y Miranda le decía burlándose. – Vas a reportarte con tu esposito, que tierno.

– Cristián serio le respondía. – No, con él no, le hablo a tu primo Mateo para que él te preste su departamento en el tiempo que te quedes en la ciudad.

– Miranda exclamaba. – ¡No, no lo hagas! ¡Interrumpirás su luna de miel!

– Cristián ignorándola lograba contactar con Mateo y apenado él le informaba sobre su prima, le proponía su idea la cuál Mateo aceptaba sin ningún problema, él le daba instrucciones de con quién debía pedir las llaves, así como algunos detalles de su luna de miel, Cristián una vez arreglado el asunto cortaba la llamada no sin antes despedirse amablemente y deseándole lo mejor en su viaje de bodas.

Miranda molesta cruzada de brazos sentada le preguntaba. – ¿Qué te dijo?

– Cristián sonriéndole respondía. – Dijo que sí, me dijo a quién debo pedirle las llaves, en este mismo momento iré para que mañana mismo te instales.

– Cristián se salía de la habitación dejando a Miranda molesta ante sus planes destruidos.

Sebastián en la casa ya cambiado, bajaba las escaleras, cuando su teléfono fijo sonaba, apresurando su paso a bajar, atendía el teléfono de inmediato siendo su amigo de años Ian que le hablaba.

Sebas contento decía. – Hola, me da gusto que me hables, ¿Cómo te va?

– Ian feliz le decía. – Amigo, no sabes el gusto que me da saludarte, nos va muy bien, a ti ¿cómo te va?

– Sebastián suspiraba y muy enamorado le contestaba. – Muy bien, aunque tenemos algunos problemas, pero todo bien.

– Ian preocupado decía. – ¡¿Qué sucede?! ¡¿Pasa algo con Adonaí?!

– Sebastián tratando de calmar a su amigo le respondía. – No, no para nada, Adonaí está bien gracias a dios.

– Ian preocupado preguntaba. – ¿Qué sucede entonces amigo?

– Sebastián le respondía naturalmente. – No te preocupes amigo, solo son problemas de pareja, ya sabes, pero nada grave, gracias por preguntar.

– Ian un poco relajado le decía. – Bueno amigo, el motivo de mi llamada es para invitarlos a ustedes a la inauguración de un nuevo antro, por Adonaí no se preocupen, mi amiga está dispuesta a cuidarlo para que podamos salir esta noche, ¿Aceptas?

– Sebastián contento respondía. – Vaya claro que sí, por Adonaí no me preocuparé, estará en buenas manos, mi mamá estará contenta de cuidarlo pues estará aquí así que gracias por pensar en el bienestar de mí hijo, solo deja le pregunto a Cristián si desea asistir, aunque seguramente él si aceptará ir, ¿A qué hora nos veríamos? ¿Pasamos por ustedes como siempre?

– Ian contento y emocionado le decía. – ¡Perfecto amigo! Mira nos vemos allá en la entrada, el lugar se llama  “In The Zone G”, seguramente ubicarás porque ese antro antes era “Open Mind” así que no te perderás.

– Sebastián hizo una pausa en ese momento y en modo flash back, hizo memoria de que en ese antro “Open Mind”, fue cuando él y Cristián tuvieron esa cita a ciegas aquella vez que usaron las máscaras, dónde él no mostraba su verdadero yo y no aceptaba tal cual, mientras que Sebas sí se mostró con él de forma sincera y transparente, recordaba igual que esa noche ambos bailaron por primera vez, que se dieron su primer beso sin saber quién era quién y que de esa noche la frase “Baila como si nadie te estuviera viendo” se hizo popular en ambos.

Ian ante el silencio decía. – Sebastián, ¿Aún estás?

– Sebastián regresando en sí, sonreía suspirando respondía. – Disculpa amigo, tuve un grato recuerdo sobre el extinto “Open Mind” pero bueno, nos vemos en la entrada pero por fin ¿A qué hora?

– Ian le respondía feliz. – Pues a las 10 de la noche en punto, ¡No sabes lo ansioso que estoy por verte!

– Sebastián le decía de igual forma. – Igual yo amigo, quiero verte y charlar contigo, entiendo que nuestros trabajos a veces nos impiden frecuentarnos, pero no faltaremos, ¿Irás con Rubén verdad?

– Ian le respondía sonriente. – Claro que sí, de hecho tengo que platicarte algo, necesito tu consejo como psicólogo, pero bueno al ratito te cuento, saludos y besos al pequeño Adonaí y tu mamá, hasta más tarde amigo.

– Sebastián sonriendo decía. – Por supuesto que te aconsejaré para eso estamos los amigos, hasta más tarde, gracias por invitarnos.

– Ambos cortaron la llamada y Sebastián contento decía. – Regresaremos aquel lugar donde por vez primera probé de tus labios mi amor.

– Sebastián se dirigía a la cocina, donde el cansado y avejentado Becker esperaba a que le dieran de comer.

Sebas atendiendo al perro, se le acercaba acariciándolo diciéndole muy ilusionado. – Becker, fuiste testigo de el gran amor que nació entre Cris y mío, no sabes la ilusión y emoción que me da regresar después de tantos años a aquel antro donde tuve mi cita a ciegas con quién ahora es el amor de mi vida, cada día amo más a Cris, como la primera vez, a pesar de los problemas de pareja, siempre estamos unidos por este amor que sentimos y por nuestro mayor logro como pareja, nuestro hermoso hijo Adonaí.

– Becker moviendo la cola de felicidad, lanzaba unos ladridos y se echaba, pues a pesar de su edad, el perro aún le daba felicidad saber que su amo encontraba el verdadero y único amor.

Bien dicen que los perros son Ángeles que vienen a cuidar de uno, quién tenga más de un perro en casa, está bien protegidos, eso sí les pido que cuiden mucho de esos bellos animalitos, son tan especiales y te ayudan a salir de cualquier tristeza, sino pueden o no tienen la disponibilidad económica y de espacio, no compren perros, luego sufren mucho y al poco rato se deshacen de ellos, es mejor adoptar si cuentan con espacio y economía suficiente para estos adorables caninos, y quién quita, les toca un perro como Becker, que es muy juguetón y defendía de los suyos. 

 

Al cabo de un rato, Cristián regresaba a la casa, un tanto angustiado y nervioso por lo que sucedió horas atrás en el hotel con Miranda, se daba un tiempo antes de entrar para poder calmarse, sacando sus llaves abría la puerta y entraba a su hogar, donde Sebas estaba ansioso esperándolo.

Al verlo, la mirada de él se ilumino con gran ilusión, corrió hacía él y lo abrazo con gran amor, le daba un tierno beso y le decía. – Amor, tardaste un poco, ¿hubo problemas?

– Cris abrazaba a él y entraba a la casa, cerrando la puerta, se recargaba en ella con Sebas en brazos, le daba un tierno beso en la frente y le decía. – Un poco amor, el vigilante del edificio no me quería dar las llaves del departamento y tuve que localizar de nuevo a Mateo para que hablara con él y se hizo un revoltijo, pero todo bien, Miranda mañana se irá al departamento, por lo mientras ya tiene las llaves.

– Sebastián mirando esos ojos profundos de su marido le decía. – Amor, ¿Qué pasa?, sucede algo más verdad, ¿Puedo ayudar?

– Cristián lo abrazaba con gran fuerza y le decía. – Nada amor, nada, no pasa nada… Te amo mucho.

– Sebastián sonreía siendo abrazado por su amado, suspirando lo apretaba más, mientras que él pensaba en lo que había pasado con Miranda y en su mente se decía. – Eres un idiota Cristián un completo idiota, no puedes hacerle eso a quién te ha brindado muchos ratos de felicidad, grandes momentos de sonrisas e inmensos tiempos de sincero y puro amor.

– Sebastián se daba cuenta de que él estaba muy pensativo, así que para distraerlo de esos pensamientos le platicaba sobre la invitación de Ian, la cual a él le agradaba, pues dicha salida le caería bien y olvidara ese suceso vivido, también le daba gusto saber que el antro nuevo sería en el que años atrás conoció a Sebastián y donde en esa cita a ciegas tuvieron su primer beso, él sonreía y de en flash back recordaba esos sucesos, sonriendo besaba tiernamente a su marido en la frente mientras que Sebas le comentaba que por Adonaí no se preocupara, pues su mamá se quedaría en casa al cuidado del pequeño, así que podrían salir sin preocuparse por su hijo.

Cris y Sebas de acuerdo ante la salida, se disponían a matar el rato viendo televisión en lo que llegaba la hora de salir; aunque Sebas tenía intención de tener relaciones con su marido pero ante las insinuaciones que le hacía, él no quería o no se percataba, bueno, más bien sí lo hacía pero no deseaba tener el momento de intimidad, pues él no dejaba de pensar que dejó llevar por su pasión y deseo desenfrenados con Miranda, a la cual le hubiese hecho el amor de no haber sido porque se frenó de forma inmediata.

En el sillón Cristián estaba recostado y sobre su pecho Sebastián, el cual le agarraba la mano y jugueteaba con sus dedos, ambos se veían tiernos y a la vez un poco distantes, pues Cristián estaba ahí pero su mente estaba en otro lado; aunque Sebas se daba cuenta, no quería importunar cuestionándolo, pues sabía bien que había problemas en la constructora donde trabaja su esposo, tampoco quería fastidiarlo haciéndole recordar las cosas para realizarle una terapia, solo quería ver a su marido distraído, relajado y feliz, pero lo que Sebas creía que eso mantenía pensativo a él, en realidad no era, sino lo que paso horas atrás con Miranda que de verdad tenía muy preocupado y de esa manera a Cris.

Tan solo unos momentos después, Julieta tocaba a la puerta un poco presurosa, pues tenía en brazos a Adonaí dormido y el taxi sin pagar; así que Sebas se enderezaba para abrirle y ayudar a su madre con su hijo, pagando el taxi, ambos se metían y subían a la habitación para dejar al pequeño dormir en la comodidad de su cuna; minutos más tarde, comenzaban a arreglarse la pareja para así poder salir con rumbo a su noche de sábado de solteros.

Julieta chuleaba a Cristián que lucía una camisa de vestir de manga larga a rayas color azul rey y azul marino, un pantalón de mezclilla en tono azul obscuro y unos zapatos negros casuales y a Sebastián que vestía una camisa de vestir de manga larga a rayas con franjas negras y rosas, un pantalón color blanco y unos zapatos de gamuza color rosa; ambos no muy serios pero tampoco muy joviales, perfumados y bien peinados entraban a la habitación de su hijo, le daban un beso en la frente y lo dejaban a cargo de su abuela, que les decía que no se preocuparan por él, que estaría en buenas manos y que se divirtieran a lo grande, la pareja muy tranquila, salía de la casa con rumbo a su destino nocturno.

Ya en el nuevo antro “In The Zone G”, a la entrada, Ian y Rubén los esperaban ansiosos, Rubén y Cris se saludaban, pero mucho muy emocionados se saludaban y abrazaban Sebas e Ian, quienes alegres se admiraban sus vestimentas y se tomaban fotos como en los viejos tiempos, mientras que Rubén y Cristián sonriendo veían a sus respectivas parejas reencontrarse muy felices; una vez dentro del lugar, se daban cuenta que lo habían ampliado, que ya no había tantos desniveles, la pista de baile ahora era más grande y que la barra estaba ahora de costado y no de frente como antes, tomando una mesa cerca de la pista de baile, se sentaban los cuatro, teniendo buena vista hacía las plataformas donde los bailarines y bailarinas exóticas brindaban su show; Rubén preguntaba a Ian si deseaba algo de beber y de la misma forma Cristián le preguntaba lo mismo a Sebas, ambos respondiendo con la misma bebida, se disponían a ir por ella, mientras que Ian y Sebas se quedaban charlando en espera a que sus respectivas parejas les trajeran sus bebidas.

Ian contento le decía. – Amigo, me da mucho gusto verte, no sabes, tenía rato de no verte, supe de la boda de tu amiga Miren, me invito pero no puede asistir por trabajo, pero me da gusto que después de años, su novio, bueno su ahora esposo Mateo haya dado el brazo a torcer y al fin casarse, cuando los veas les dices que les mandamos saludos y nuestros mejores deseos para la feliz pareja.

– Sebastián contento le decía. – Claro que sí lo haré, sí eso me dijo Miren que por trabajo no pudiste asistir, me has tenido muy abandonado eh, pues desde hace casi cuatro meses no nos veíamos, ni charlábamos en persona, vaya ni por teléfono, solo puros mensajes rápidos, pero me alegra saber de ti otra vez, ¿Cómo han ido las cosas entre ustedes? Veo que siguen igual de felices como nosotros.

– Ian cambiando su semblante, agachaba la cabeza diciéndole. – Ay amigo, de eso quería hablarte, aparentemente estamos felices, pero estamos recomenzando nuestra relación, pues hace un tiempo él me fue infiel y no sabes cómo sufrí.

– Sebastián asustado, lo abrazaba y decía preocupado. – ¡Amigo, lo siento mucho! ¡¿Pero por qué lo perdonaste?!

– Ian un tanto apenado le decía. – Sebas, sabes bien que ya no soy un jovencito, cuesta creerlo, pero a mi edad ya es difícil encontrar el amor nuevamente, digo tampoco estoy tan echado a perder, pero sí en estos tiempos es difícil, si en nuestra época era difícil, ahora mucho más, tiene mucho que ver la tecnología, ahora el ciber-sexo es más satisfactorio para algunos que el tener sexo en la vida real; aparte déjame decirte que en toda relación homosexual y pues también heterosexual por qué ellos tampoco están exentos, hay y existe por lo menos una infidelidad o dos por parte de uno o de ambos en la relación.

– Sebastián le mostraba una leve sonrisa y decía. – Tenemos casi la misma edad, no estás tan viejo como piensas eh, recuerda que el amor llega en el momento adecuado en el tiempo menos esperado, aunque si para nosotros era difícil encontrar pareja, pero tú y Rubén tienen más tiempo de novios que nosotros, entiendo que lo de ustedes se dio de una manera diferente, pero te recuerdo bien que se conocieron vía internet, recuerdo que tenían sesiones de ciber-sexo y les gustaba; pero bueno te doy la razón de que en estos tiempos cuesta trabajo encontrar pareja, ahora los jóvenes son más exigentes y nosotros como veteranos nos sorprendemos de las cosas y como se van dando, dijeran por ahí son tiempos, son eras y a cada quién le toco vivir al modo que se le anteponía.

– Ian moviendo la cabeza le decía. – Sí, los jóvenes de ahora son tan raros, ahora que mencionaste eso, Rubén me fue infiel con un jovencito, tuvieron una aventura curiosa que se convirtió en aventura pasional para él y para ese niño pues una aventura con beneficios, casi lo mantenía él, sin embargo, Rubén logró darse cuenta de los hechos y las intenciones del tipo que lo mando a volar, lo corto y dejaron de verse, pero por despecho él niño me contó todo y Rubén no pudo ocultarlo más, me platico todos lo suscitado durante ese tiempo y no sabes el gran dolor que me ocasiono; a pesar de eso, Rubén se mostró muy arrepentido, el niño igual, pues unos días después de la revelación, devolvió lo que le compró y hasta pagó unas cosas que venían en el estado de cuenta; estamos nuevamente tratando de salvar nuestra relación, porque me doy cuenta que de verdad lo amo mucho, que es mi todo, que no me gustaría perderlo, no hemos tenido relaciones, porque ese fue el acuerdo, nada de sexo hasta que de verdad nos diéramos cuenta de que esto está nuevamente firme.

– Sebastián sorprendido decía. – Pues amigo, me alegra saber que están intentando salvar su relación, sabes bien mi postura y que si en dado caso a mí pasará algo igual, que lo dudo mucho, no perdonaría a Cristián, lo quiero mucho, pero siento que las cosas no serían lo mismo, menos porque nosotros ya tenemos un hijo de por medio, pero ustedes son una pareja sin hijos, no quiero que pienses que haces mal en perdonarlo o que su situación es más fácil de sobrellevar por no tener hijos, solo que ambos tenemos diferentes posturas.

– Ian haciéndole una observación le decía. – Tenemos diferentes posturas, tú como psicólogo y yo como abogado, pero eso no quita que el perdón se otorgue, te recuerdo que una vez me dijiste, gracias a un caso que hace dos años estuvimos enfrentando, qué la infidelidad en estos tiempos ya es algo natural, porque casi el ochenta por ciento de las relaciones experimentan una aventura sexual extramarital o por curiosidad, que hay muchas cosas que interfieren en una infidelidad, la monotonía, la falta de sexo, comunicación e incluso indiferencias y el aburrimiento de siempre lo mismo en la casa a la hora de intimar; tú me ayudaste en ese caso de infidelidad dándoles terapia a esa pareja que pues por fortuna y gracias a tu sabiduría y paciencia, pero sobre todo ese gran don que tienes y pasión hacía tu profesión, supiste hacerlos ver que podrían brindarse una segunda oportunidad; deberías tener en cuenta eso también en dado caso que Cristián llegará a serte infiel, pero como dices lo dudas mucho que lo haga, aun así ten en cuenta tus propias palabras.

– Sebastián se quedaba pensante y mudo ante lo que Ian le había recordado; por vez primera alguien le regresaba sus propias palabras dichas tiempo atrás en mensaje subliminal para él.

Cristián y Rubén regresaban a la mesa con las bebidas para sus respectivas parejas y se daban cuenta de cierta tensión que comenzaba a haber entre Sebas e Ian; así que ellos los motivaban a un brindis para una vez así pararse a bailar; entre copas y bebidas exóticas, la noche pasaba, mucha gente estaba en el lugar, había chicos pasivos que observaban con atención a Rubén y Cristián, también hombres maduros activos que observaban con detenimiento los suaves movimientos en la pista de baile de Ian y Sebastián.

La música era interrumpida, pues el Dj daba anuncio a un concurso de baile, la mejor pareja se llevaría una botella de whisky especial y lo consumido de forma gratuita; Ian y Rubén se tomaban de las manos y se pasaban a la pista a bailar.

Sebas un tanto nervioso se tronaba los dedos, siendo Cris que lo calmaba tomando sus manos y diciéndole. – Participemos, bailemos como aquella vez hace ya trece años, esta vez bailaremos sin máscaras y sin lentes de contacto, solos tú y yo mi amor.

– Mirándolo a los ojos Sebastián le sonreía diciendo. – Bailemos como si nadie nos estuviera viendo.

– Cristián le daba un suave y tierno beso, se tomaban de las manos y se paraban al lado de Rubén e Ian.

El Dj comenzaba a soltar una canción sensual de los años setenta titulada Love to love you baby de Donna Summer, en la cual Ian le bailaba muy sensual a Rubén; pero Sebastián se movía de forma provocante y tierna a la vez a Cristián, ambos recordaban su primer baile con máscaras, sus mentes viajaban en retroceso a aquel momento haciéndolos sonreír y disfrutar de lo que sería la siguiente canción, esta vez de los Bee Gees, Stayin´alive haciendo que Cristián sacará sus mejores pasos y se soltaran un poco más ambos.

Los motores iban calentándose, las parejas en la pista sacaban sus mejores pasos, poco a poco iban siendo eliminadas pareja por pareja, de las veintitrés parejas que eran en la pista, quedaban solo 3, Ian y Rubén, Cristián y Sebastián, y una transexual llamada Nadia y su novio Iván, dichas parejas bailaban ahora al ritmo de la cumbia la clásica canción y no pasada de moda “Suavecito” de Laura León y “Que Nadie Sepa Mi Sufrir” y “Escandalo” de Margarita la diosa de la cumbia, haciendo que en esa ronda, salieran eliminados Rubén e Ian.

Ellos apoyaban a sus amigos deseándoles lo mejor, Sebastián nervioso y cansado decía. – No creo que ganemos amor.

– Cristián le abrazaba y le decía. – Amor, juntos podremos, relájate.

– Ambos se miraron a los ojos y sonriendo se dijeron. – Bailaremos como si nadie nos estuviera viendo.

– El Dj anunciaba el ritmo Guaracha, siendo así la ronda final del concurso.

Nadia les decía en tono sarcástico. – Mejor suerte para la próxima mis amores.

– Iván su pareja de baile les decía. – Miren y aprendan como se baila.

– Al comenzar a sonar “La Guaracha Sabrosona” las parejas bailaban.

Cris y Sebas bailaban como de verdad se baila ese ritmo; con impresionantes pasos de baile por parte de la otra pareja, eran ovacionados; pero nuestra pareja protagónica no se quedaba atrás y también daban gala ante el duelo en la pista, otra canción se dejó sonar, llamada “Mi Corazón Enamorado” ambas del mismo interprete Alberto Pedraza; pero como se veía venir, hubo empate, así que para desempatar se llevó una ronda final, esta vez al ritmo de salsa, donde al ritmo de “Caballo Viejo” por Roberto Torres, Cristián se convertía en la persona que llevaba a Sebas en el baile, haciendo que entre vueltas y limpios pasos de baile, fueran los indiscutibles ganadores.

Nadia molesta se movía su exuberante cabello rubio y les decía. – Fue cuestión de suerte.

– Iván su pareja la tomaba de la cintura y la llevaba a sentarse, moviendo su sensual cuerpo en ese entallado vestido rojo, perdiéndose entre la multitud.

A lo que Cristián y Sebastián recibían su premió y mirándose decían. – Fue cuestión del destino.

– Ambos satisfechos del logró, regresaban a la mesa, para seguir disfrutando de la gran noche y su premio con sus amigos Ian y Rubén, quienes los felicitaban por su logró obtenido; esa noche sin duda era de las mejores que pudieron haber tenido ellos en años.

Es Cuestión del Destino.

 

Gracias por leerme, les deseo un grandioso día... Saludos.

Mas de Jesus tsukishiro

Franco - Tira - Amor. Capítulo 2

Franco - Tira - Amor. Capítulo 1

Gay, casos de la vida real.

Gay, casos de la vida real.

Gay, casos de la vida real.

¿Por qué a mí? Capítulo 10

¿Por qué a mí? Capítulo 9

¿Por qué a mí? Capítulo 8

¿Por qué a mí? Capítulo 7

¿Por qué a mí? Capítulo 6

¿Por qué a mí? Capítulo 5

¿Por qué a mí? Capítulo 4

¿Por qué a mí? Capítulo 3

¿Por qué a mí? Capítulo 2

¿Por qué a mí? Capítulo 1

Gay, casos de la vida real.

Gay, casos de la vida real.

Gay, casos de la vida real.

Gay, casos de la vida real.

Gay, casos de la vida real.

El Otro. Parte 3

El Otro. Parte 2

El Otro. Parte 1

Gay, casos de la vida real.

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 18

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 17

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 16

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 15

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 14

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 13

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 12

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 11

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 10

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 9

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 8

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 7

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 6

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 5

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 4

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 3

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 2

Amor, Pasión o Deseo. Capítulo 1

Gay, casos de la vida real.

Antes de Rockear al Destino. Capítulo 3

Antes de Rockear al Destino. Capítulo 2

Antes de Rockear al Destino. Capítulo 1

Gay, casos de la vida real.

El chico de mis sueños. Final Alternativo Dos.

El chico de mis sueños. Final Alternativo Uno.

El chico de mis sueños. Capítulo 8

El chico de mis sueños. Capítulo 7

El chico de mis sueños. Capítulo 6

Breve Mensaje a mis Lectores.

El chico de mis sueños. Capítulo 5

El chico de mis sueños. Capítulo 4

Heridas de Amor.

El chico de mis sueños. Capítulo 3

Gay, casos de la vida real.

El chico de mis sueños. Capítulo 2

Sacrilegio Capítulo 7

El chico de mis sueños. Capítulo 1

Show en Cam Four... (Parte 3, final)

Show en Cam Four... (Parte 2)

Show en Cam Four... (Parte 1)

Sueños de una Noche

Nuestro Secreto

Es Cuestión del Destino. Capítulo 19

Es Cuestión del Destino. Capítulo 18

Es Cuestión del Destino. Capítulo 17

Es Cuestión del Destino. Capítulo 16

Es Cuestión del Destino. Capítulo 15

Es Cuestión del Destino. Capítulo 14

Es Cuestión del Destino. Capítulo Especial Pt. 2

Es Cuestión del Destino. Capítulo 13

Sacrilegio Capítulo 6

Es Cuestión del Destino. Capítulo 12

Es Cuestión del Destino. Capítulo 11

Es Cuestión del Destino. Capítulo 10

Es Cuestión del Destino. Capítulo 9

Es Cuestión del Destino. Capítulo 8

Es Cuestión del Destino. Capítulo 7

Es Cuestión del Destino. Capítulo 6

Es Cuestión del Destino. Capítulo 5

Es Cuestión del Destino. Capítulo 4

Es Cuestión del Destino. Capítulo 2

Es Cuestión del Destino. Capítulo 1

Sacrilegio Capítulo 5

Sacrilegio Capítulo 4

Licua-Mix de Relatos 2013

Licua-Mix de Relatos 2013

Sacrilegio Capítulo 3

Sacrilegio Capítulo 2

Sacrilegio Capítulo 1

Luna de Miel Capítulo 15 Gran Final

Luna de Miel Capítulo 14

Luna de Miel Capítulo 13

Luna de Miel Capítulo 12

Luna de Miel Capítulo 11

Luna de Miel Capítulo 10

Luna de Miel Capítulo 9

Luna de Miel Capítulo 8

Luna de Miel Capítulo 7

Luna de Miel Capítulo 6

Luna de Miel Capítulo 5

Luna de Miel Capítulo 4

Luna de Miel Capítulo 3

Luna de Miel Capítulo 2

Luna de Miel

En los ojos del amor Capítulo 37 Gran Final

En los ojos del amor Capítulo 36

En los ojos del amor Capítulo 35

En los ojos del amor Capítulo 34

En los ojos del amor Capítulo 33

En los ojos del amor Capítulo 32

En los ojos del amor Capítulo 31

En los ojos del amor Capítulo 30

En los ojos del amor Capítulo 29

En los ojos del amor Capítulo 28

En los ojos del amor Capítulo 27

En los ojos del amor Capítulo 26

En los ojos del amor Capítulo 25

En los ojos del amor Capítulo 24

En los ojos del amor Capítulo 23

En los ojos del amor Capítulo 22

En los ojos del amor Capítulo 21

En los ojos del amor Capítulo 20

En los ojos del amor Capítulo 18

En los ojos del amor Capítulo 19

En los ojos del amor Capítulo 17

En los ojos del amor Capítulo 15

En los ojos del amor Capítulo 16

En los ojos del amor Capítulo 14

En los ojos del amor Capítulo 13

En los ojos del amor Capítulo 12

En los ojos del amor Capítulo 10

En los ojos del amor Capítulo 11

En los ojos del amor Capítulo 8

En los ojos del amor Capítulo 9

En los ojos del amor Capítulo 7

En los ojos del amor Capítulo 6

En los ojos del amor Capítulo 5

En los ojos del amor Capítulo 4

En los ojos del amor Capítulo 3

En los ojos del amor Capítulo 2

En los ojos del amor Capítulo 1

Rockeando al Destino Capítulo 23 Gran Final

Rockeando al Destino Capítulo 22

Rockeando al Destino Capítulo 21

Rockeando al Destino Capítulo 20

Rockeando al Destino Capítulo 19

Rockeando al Destino Capítulo 18

Rockeando al Destino Capítulo 17

Rockeando al Destino Capítulo 16

Rockeando al Destino Capítulo 15

Rockeando al Destino Capítulo 14

Rockeando al Destino Capítulo 13

Rockeando al Destino Capítulo 12

Rockeando al Destino Capítulo 11

Rockeando al Destino Capítulo 10

Rockeando al Destino Capítulo 9

Rockeando al Destino Capítulo 8

Rockeando al Destino Capítulo 7

Rockeando al Destino Capítulo 6

Rockeando al Destino Capítulo 5

Rockeando al Destino Capítulo 4

Rockeando al destino Capitulo 1

Rockeando el Destino Capítulo 3

Rockeando al Destino Capitulo 2