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Es Cuestión del Destino. Capítulo Especial Pt. 2

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CAPÍTULO ESPECIAL

FIN DE AÑO CON ADONAÍ.

 

 

Hola, esta es la segunda parte del especial fuera de la cronología y de la trama de “Es Cuestión del Destino”, espero les guste disculpen por subirlo hasta apenas, pero tuve que estar con la familia y cosas personales; les deseo un grandioso año para todos ustedes y los mejores buenas vibras.

 

 

Después de la navidad, los demás días en la hacienda fueron muy familiares y también muy fríos; recorrían el pueblo cercano, así como los lugares turísticos que tiene el lugar; los papás gallina hacían todo lo posible por tener muy protegido del frío a Adonaí; justo antes de salir a desayunar al jardín.

Alejandrina quién les iba a avisar de que solo faltaban ellos, al verlos muy preocupados por los intensos fríos que hacían, les decía para calmarlos. – Chicos tranquilos, así como ustedes están por Adonaí y que no se vaya a enfermar, así estábamos Roberto y yo por los gemelos, pero créanme que la temperatura corporal de un bebé como Adonaí, no es igual a la de un adulto o sea nosotros; ya que nosotros sentimos más el frío por tener más desarrollado nuestro organismo; hacen bien en protegerlo y cuidarlo, pero no le abriguen mucho sino lo pueden asfixiar e incluso pueden provocarle que sea propenso al frío cuando sea un poco más grande; son unos papás primerizos bastantes preocupones.

– Sebastián ruborizado le decía mientras lo arropaba en la habitación. – Se bien que las temperaturas corporales del adulto con un bebé son muy diferentes, pero me da miedo que se enferme.

– Cristián apenado preguntaba. – ¿Qué hacemos entonces?

– Alejandrina les sonreía entrando a la habitación diciéndoles. – Para empezar Adonaí va muy arropado, esta mañana salió el sol y no se siente mucho frío, afuera esta delicioso, así que pueden dejarle el pantaloncito grueso que trae y quítenle todas esas frazadas que solo hace verlo como si fuera un tamal.

– Cristián y Sebastián se comenzaban a reír y Alejandrina decía sonriente. – Les mostraré.

– Sebas y Cris se hacían a un lado y dejaban que Alejandrina hiciera gala de sus dotes de madre experta.

Una vez listo Adonaí, ella les decía. – Así deben tener a Adonaí, hace frío aquí adentro, pero créanme que afuera está comenzando a hacer calorcito; ahora sí podremos ir a desayunar a gusto, antes de que nuestra suegra se moleste.

– Cristian abrazaba a su cuñada y le decía. – Mil gracias, de verdad eres una excelente mamá, por mí mamá no te preocupes, se molesta poco.

– A lo que respondía. – Pues gracias, pero no soy tan excelente mamá gallina como lo son ustedes y si debo preocuparme por tu mamá, cuando se enoja se enoja durante todo el día, me ha pasado.

– Sebastián sonriéndole decía. – Pero eres una buena mamá, aunque ya nos hemos dado cuenta qué quién también es papá gallina es Roberto y bueno mi suegra no creo que se moleste.

– Alejandrina decía riendo. – Lo es pero con nuestra hija, con los gemelos no tanto.

– Alejandrina se ponía un poco sería y les decía. – Vayamos antes de que suegra se moleste.

– Cristián sonreía diciendo. – Eso es normal, mi papá así era con Regina y con Alexa, eso de papá gallina es de familia.

– Cristián le tomaba la mano a Alejandrina y le decía. – No te preocupes, mi mamá no se enojará.

– Sebastián les decía. – No hay porqué preocuparse Alejandrina; yo debo preocuparme sí en un futuro Cristián y yo decidimos adoptar una niña; me preocuparé por el papá gallina que será él cuando comiencen los pretendientes.

– Alejandrina sonreía diciendo. – En eso tienes razón Sebas, preocúpate por el papá gallina Cristián, ojalá se animen por una niña.

– Cristián se ponía nervioso y decía soltando la mano de Alejandrina. – Por el momento solo tendremos a Adonaí, en un futuro como unos cinco años pensaremos en una niña, por lo pronto solo él.

– Sebastián sonreía y ponía su mano en el hombro de él diciendo. – Sí amor, en unos cinco años, es muy pronto para pensar en adoptar otro bebé.

– Alejandrina miraba el reloj y decía apurada. – Bueno ya vamos a desayunar que nos están esperando, han de pensar que siguen durmiendo o que estamos chismeando.

– Sebastián apenado cargaba a Adonaí diciendo. – Vamos, vamos ya, no quiero que mi suegra se enoje mucho conmigo.

– Los tres salían de la habitación muy apresurados pues la familia les estaban esperando para desayunar.

Estando ya en el jardín, Cristián, Sebas con Adonaí y Alejandrina saludaban y tomaban sus respectivos asientos; a lo que Doña Regina preguntaba un tanto molesta. – ¿Se puede saber a qué se debe su tardanza?

– A lo que apenado Sebastián respondía. – Culpa mía suegra, el síndrome de papá gallina no me dejaba sacar a Adonaí a corrientes de aire, pero gracias a Alejandrina y su experiencia pues ya estamos aquí, disculpe usted.

– Doña Regina levantaba la ceja y les decía. – Pudieron venir a avisar cualquiera de los dos o mejor dicho de los tres para no estarles esperando, casi una hora de espera.

– Cristián nervioso decía. – Mamá, ya te dijimos la razón, no te enojes o te caerá pesado el desayuno.

– Doña Regina volteaba a ver a su nieto que le regalaba una tierna sonrisa; ella se calmó y se mostró comprensiva, sonriéndole les decía. – Al menos me hubieran avisado sobre sus dudas de los cuidados del bebé con gusto puedo ayudarles, también cuide hijos y no uno sino cuatro.

– Cristián disculpándose apenado decía. – Gracias mamá, Alejandrina se portó buena gente, discúlpanos y nuevamente gracias.

– Doña Regina dirigiéndose a su nuera le decía. – Me alegra saber que les hayas auxiliado, discúlpenme a mí por molestarme, pero debieron avisar; procedamos a desayunar, el día está muy hermoso como para estar encerrados aquí.

– Una vez aclaradas las cosas, se dispusieron a desayunar en la última mañana del año por terminar.

Al finalizar el desayuno, se ponían de acuerdo para ir a pasear y recorrer por los campos, ya que el día estaba caluroso.

Cristián le decía a Sebastián quien estaba dándole biberón al bebé. – Amor, ¿vas a querer ir con mi familia y tu familia a pasear?

– Sebastián volteaba y le respondía sonriendo. – Pues sí quiero, aunque sabes, quiero tener un momento a solas contigo y nuestro hijo, ¿se podrá?

– Cristián le sonreía y dándole un tierno beso le decía. – De que se puede se puede, pensamos igual, ya nos hace falta un momento a solas.

– Cristián le daba otro beso a él diciéndole. – Regreso enseguida.

– Sebas sonriendo continuaba dándole biberón a su hijo, mientras que Cristián iba hablar con sus papás para decirles que no irían al paseo por los campos.

Al paso de media hora, Sebastián, Cristián y Adonaí se quedaban a solas en la hacienda; Adonaí en su nueva carriola estaba entretenido jugando con un osito que le habían regalado.

Sebas recostado en el pecho de Cris le preguntaba. – Amor, ¿puedo preguntarte algo?

– Cristián acariciándole la cabeza sonreía respondiendo. – Ya la hiciste.

– Sebastián se reía y mordiéndole la barbilla le decía. – Eres un menso.

– Cristián decía sonriendo. – Auch, me dolió, ¿qué ibas a preguntar?

– Sebastián dándole un beso tierno le preguntaba. – ¿Puedo saber cuáles serán tus propósitos o deseos de año?

– Cristián suspiro y le respondió serio. – Pediré qué esté nuevo año sea de mucho trabajo para ambos, mucha salud para nuestra familia y nuestro pequeño hijo, que nuestro amor siga siendo inmenso y lo más importante, que Adonaí crezca fuerte y sano, que nunca se enferme y qué permanezca a nuestro lado siempre.

– Sebas le dio un beso en el cuello diciendo. – Así será amor, así será.

– Luego de un breve silencio Sebastián preguntó. – ¿Qué pasará con Lipotimia?

– Cristián le respondía suspirando. – Pues seguiré con ellos, aunque creo que los planes de grabar un disco se quedarán en alto, ya que dudo poder estar con la banda ahora que tenemos a Adonaí.

– Sebastián se enderezaba diciéndole. – Rockero, Adonaí no es obstáculo para tu hobbie, te prometí que te apoyaría y eso haré, debes de seguir con los planes del disco.

– Cristián se enderezaba un poco serio y le decía. – Pero eso no es lo que quiero.

– Sebastián mirándolo a los ojos le decía. – Eso quieres, te conozco, adelante, sigue con tus planes.

– Cristián se levantaba, respiraba hondo, exhalaba y decía. – Hablemos de otra cosa.

– Sebastián se molestaba un poco, observaba a su hijo jugar y decía. – Está comenzando hacer calor, saldré a pasear a Adonaí.

– Cristián notando la molestia de él, le decía. – Tengo una mejor idea, sólo que necesito que nos cambiemos de ropa por algo más cómodo.

– Sebastián volteaba a verlo y le decía. – Solo traigo pura ropa invernal y un short, nada más.

– Cristián entusiasmado le decía. – Perfecto, vamos a cambiarnos.

– Sebastián con mucha curiosidad preguntaba. – ¿Por qué quieres que me cambie?

– A lo que le respondía impaciente. – Por favor, vamos a cambiarnos, ¿quieres?

– Sebastián se levantaba, tomaba la carriola y decía. – Está bien, vamos.

– La pareja con el bebé se disponían a ir a su habitación para cambiarse de ropa.

Ya en la habitación, Adonaí seguía jugando y pataleando en su carriola, Cristián se comenzaba a quitar la ropa de forma muy presurosa y Sebas lo observaba con mucha curiosidad el cual le preguntaba. – ¿A dónde piensas llevarnos?

– Cristián mostrándole un bóxer naranja con verde le respondía. – A recordar viejos tiempos, pero apresúrate ahorita que está el sol con mayor intensidad.

– Sebastián comenzaba a quitarse la ropa rápidamente y quedaba en bóxer rojo con amarillo, justo cuando se comenzaba a poner el short, Cristián lo abrazaba por atrás y rosándole su barba por su espalda le iba diciendo. – Quiero hacerte el amor.

– Sebastián se le erizaba la piel y le decía un poco nervioso. – Adonaí nos está viendo.

– Cristián le mordía el cuello y lo besaba a la vez para luego decirle. – Sí, lo sé, si te hago el amor ya no iremos a donde quiero llevarlos, así que vístete.

– Cristián se ponía un short y una playera y le sonreía a Sebastián que lo miraba con mucha curiosidad y a la vez con deseo.

Sebastián untándose crema en los brazos decía algo serio. – Hiciste que me erectara y que el precum mojara mi bóxer, me provocaste y mucho.

– Cristián se le acercaba, lo tomaba de la cara y le daba un beso, sonriéndole le decía. – Tengo muchas ganas de hacerte el amor, tampoco me he masturbado, así que ve imaginando la cantidad de semen que he de tener acumulado, pero si hacemos el amor, el sol se irá ocultando y a dónde te quiero llevar necesito del sol; aparte Adonaí se encuentra despierto.

– Sebastián lo abrazaba y se acurrucaba en su hombro diciéndole. – Mi amor jamás creí decir esto, pero muero de ganas de que me hagas el amor.

– Cristián sorprendido le decía. – Chaparro, vaya que eso de la paternidad trae cosas buenas.

– Sebastián lo miraba a los ojos y ambos comenzaban a reírse; Adonaí solo los miraba en su carriola y pateaba y manoteaba con más ganas y animado.

Cristián se le acerco y dijo. – Bien hijo, vamos a pasear.

– Moviendo la carriola para salir, le decía a Sebastián. – Chaparro en la pañalera coloca la cámara y toma esa mochila que puse sobre la cama, tiene unas toallas y ropa interior.

Sebastián hacia lo que le pedía y salía tras de él con mucha, mucha curiosidad.

Saliendo de la hacienda, Becker los iba siguiendo, Sebastián al verlo le decía. – Becker, creía que te habías ido de paseo también.

– A lo que el perro ladraba y movía la cabeza sacudiéndose, Cristián al verlo le decía. – Becker dice que prefiere venir con nosotros.

– Sebastián sonreía diciendo. – Eso veo, y por fin amor, ¿a dónde vamos?

– Cristián le respondía. – A recordar nuestra primera vez.

– Sebastián se sonrojaba y exclamaba. – ¡¿Hablas en serio?!

– Cristián empujando la carriola le respondía. – Sí amor, hablo en serio, camina que nos falta poco.

– Sebastián sonreía y recordaba aquella vez que tuvieron relaciones en la cabaña después de la boda de la hermana de Cristián.

Al llegar a la cabaña cerca del lago, Cristián transformaba la carriola en porta bebé, para así tener a Adonaí más cómodo.

Becker al ver el lago, se aventó salpicando un poco al bebé y Cristián; Sebastián decía preocupado. – Los mosquitos le van a picar, el sol le va a requemar su piel y se puede enfermar.

– Cristián sonreía diciéndole. – Lo bueno que el papá gallina soy yo, descuida chaparro, le puse protector solar en lo que te cambiabas y ahorita le pondré un repelente para mosquitos para que no le pase nada, traje su frazada y unas toallas; tonto no soy, poco a poco estoy aprendiendo a ser buen papá.

– Sebastián un poco más tranquilo decía. – Bien, ¿por qué vinimos aquí?

– Cristián al terminar de ponerle repelente para mosquitos, se limpiaba en el agua del lago y le decía mirándolo a los ojos. –  Vinimos aquí más que nada para que nuestro hijo conociera el lugar en el que sus papás estuvieron por primera vez juntos, digo no le vamos a decir con detalles verdad, pero sí quiero que conozca donde fue que nuestro amor se consumó y se fortaleció más de lo que ya estaba; también quiero estar contigo para confirmarte una vez más que te amo mucho, con todo mi corazón y esté año fue grandioso, tuvimos de todo y como pareja supimos superar las cosas, ahora que tenemos un nuevo reto, sé bien que nos está costando trabajo, pero podremos ser mejores padres que los heterosexuales que abandonaron a nuestro hermoso niño.

– Sebastián se le llenaban los ojos de lágrimas y suspirando decía. – Recuerdo las cosas como si hubieran sido ayer, me encanta estar contigo, te amo mucho, no es necesario que me confirmes nuestro amor, por qué estoy seguro de ti y de qué nunca, nunca me serías infiel; yo estoy agradecido con la vida de que después de lo que paso con mi primer novio, hayas aparecido tú para protegerme y hacer de mí una gran persona, me has apoyado, nos hemos apoyado en todo, esté año fue complicado para nosotros, con la llegada de Adonaí fue como una bendición y esté año nuevo será excelente, vendrán cosas buenas para nosotros y más si seguimos juntos, te amo mucho mi amor.

– Cristián se le acercaba, se besaban apasionadamente y se abrazaban, luego ambos se sentaban en el pasto y admiraban el agua cristalina que aún conservaba el lago, así como Becker que entraba y salía para sacudirse lo mojado.

Cristián sentado, se quitaba los tenis y los calcetines, así como la playera y el short diciendo. – Hace calor, es un invierno muy raro, como dijeron en las noticias que ya no habrán estaciones por tanta contaminación y por todo lo que han ocasionado a la tierra, ¿quién iba a pensar que en pleno 31 de diciembre, hiciera un calor infernal en vez de un frío delicioso?

– Sebastián lo miraba diciendo. – Como tú dices rockero, nosotros hemos contribuido a que los cambios climáticos sean demasiado extremos, ahora bien cómo dices, ya no hay estaciones del año, ahora solo queda prevenirse de los climas, pues tenemos casi las cuatro estaciones en un solo día; bueno y por lo que veo piensas nadar para refrescarte un poco.

– Cristián en bóxer le decía sonriendo. – Vamos a nadar amor.

– Sebastián sorprendido decía. – ¡No, cómo crees y quién va a cuidar de Adonaí!

– Cristián sonreía y le decía. – Pues lo metemos con nosotros, al fin de cuentas el calor nos favorece, no sé enfermará sí eso te preocupa, ¿qué dices?

– Sebastián con mucha inseguridad, se comenzaba a desvestir diciendo. – Nos meteremos nosotros, dependiendo que tal se sienta la temperatura del agua meteremos a Adonaí, ¿entendido rockero?

– Cristián sonreía diciendo. – Entendido papá gallina.

– En un salto, Cristián se aventaba al lago y comenzaba a nadar, incitando a Sebas a nadar también.

Sebastián ya en bóxer, preguntaba. – ¿Está fría el agua?

– A lo que Cristián respondía contento. – No amor, está templada, anda sí la sientes fría entre los dos la calentamos.

– Sebastián comenzaba a reírse y le decía. – Tonto, con las ganas que tenemos evaporaríamos el agua.

– Cristián comenzaba reírse y se sumergía para nadar hasta Sebastián; que seguía dudando en meterse.

Cristián salía y le agarraba el tobillo derecho a Sebas diciendo. – Amor no temas por Adonaí, Becker ya se salió del agua para secarse y estará al costado cuidando de nuestro hijo, anda, confía en mí.

– Sebastián temeroso decía. – Bien, bien, pero solo será un rato nada más.

– Cristián se sumergía y volvía a salir con sus brazos extendidos esperando a que él se metiera a nadar.

Sebastián decidido miraba a su hijo diciéndole. – Becker te cuidará en lo que papá y yo nadamos un rato.

– Adonaí hacia un puchero y sonreía un poco, haciendo que Sebas ya más tranquilo, se metiera poco a poco al agua.

Ya dentro, nadaba hacia Cristián y le decía. – El agua está tibia, bastante tibia, se siente deliciosa.

– Cristián se le acercaba diciendo. – Sí, te dije que confiaras en mí amor.

– Sebastián lo abrazaba y ambos se comenzaban a besar apasionadamente, las piernas de Sebas rodeaban el torso de Cris y ambos entre beso y beso, se sumergían poco a poco en el agua, abrazándose y acariciándose, abriendo los ojos dentro del agua se separaban y subían poco a poco a la superficie.

Cristián sonriendo le decía. – Amor espera aquí.

– Sebastián sonreía y preguntaba. – ¿Qué piensas hacer?

– Cristián salía del lago, cargaba a Adonaí y lo acercaba a la orilla con mucho cuidado, el pequeño comenzaba a manotear de los nervios que le daban al ver su reflejo en el agua.

Cristián decía contento. – Lo meteré un rato al lago.

– Sebastián nervioso nadaba hasta ellos y le decía preocupado. – Rockero no quiero que le pase nada malo.

– Cristián le decía para calmarlo. – No le pasará nada, le hará bien familiarizarse con el agua.

– Sebas respiraba y calmándose le decía. – Bien, pero solo un rato.

– Cristián le quitaba con mucho cuidado la ropita y su pañal, él le pasaba a Adonaí a Sebas quien poco a poco lo metía al agua; Adonaí emocionado pataleaba y manoteaba el agua, salpicando la cara de él, Cristián contento, sacaba la cámara y comenzaba a tomarles varias fotos.

Luego Cris se sumergía al agua, nadaba un rato para después cargar a su hijo haciendo que se relajara en el agua tibia del lago; Sebas tomaba unas cuantas fotos, para luego unírseles nadando y disfrutando del momento; Becker no se quedaba atrás y también se metía a nadar con ellos; así ellos pasaban un rato en familia, siendo el último día del año.

Rato más tarde, ya secos, regresaban a la hacienda, muy contentos y relajados; Adonaí se había quedado profundamente dormido.

A pesar de que se había dormido, entre Cristián, Regina, Julieta y Sebastián bañaban al pequeño, en lo que los demás familiares ayudaban a preparar parte de la cena de fin de año.

Roberto padre de Cristián, le decía que quería hablar con él por un momento, ambos se dirigían al estudio, dónde ahí Don Roberto le preguntaba a su hijo muy serio. – Bien hijo, ahora que ya eres papá, te preguntaré algo que deseo que me respondas con la absoluta verdad, ¿Piensas seguir con tu banda de rock?

– A lo que Cristián un poco serio, le respondía. – Te responderé como siempre lo he hecho desde que me declaré homosexual; continuaré con “lipotimia” porqué es parte de mi vida, porqué me gusta lo que hago y porqué es un momento de relajación para mí.

– Don Roberto no muy de acuerdo le decía. – Ya tienes responsabilidades, eres un hombre maduro ya no eres un jovencito de veintes, tienes ya una familia, debes enfocarte en eso y no en una banda de rock que no te favorece.

– Cristián molestándose un poco le decía. – Disculpa papá por lo que te diré, pero tú me dices eso por qué en tu momento de juventud truncaste tu pasatiempo que era el beisbol, ahora bien, cómo dice Sebastián, “Las críticas que vienen de familia, es la envidia a lo que ellos no pudieron hacer en su época”, si te ofendo discúlpame; dices que no me favorece en nada estar en una banda, cuando en realidad me favoreció a mi felicidad, conocí a Sebastián gracias a “lipotimia”, le escribí una canción, logramos ser lo que ahora somos, no me desatenderé de mis obligaciones de padre de familia y sí te preguntas sobre qué opina Sebastián de esto, él está más que de acuerdo con que continué con la banda, porqué nuestra relación se ha mantenido así por la comunicación y apoyo que hay siempre entre nosotros, ahora sí me disculpas, debo ayudar a mi mamá con la cena.

– Don Roberto se daba cuenta que su hijo estaba seguro de lo que quería y más aún de que él estaba siguiendo sus sueños; cosa que él no pudo debido a que se casó muy joven con Regina.

Don Roberto aceptando las cosas, le decía a su hijo. – Cristián, ven, ven hijo.

– Cristián se volteaba y le preguntaba. – ¿Sí?

– Don Roberto sin decir más, abrazaba a su hijo muy fuerte diciéndole. – Continúa con tus sueños, continúa y sigue adelante, si eso te hace feliz a ti y eso hace que tú y Sebastián mantengan solida su relación, adelante te apoyaré, haré lo que mi papá o sea tu abuelo nunca hizo conmigo.

– Cristián abrazaba a su papá y le decía relajado y contento. – Gracias viejo, muchas gracias de verdad.

– Ambos salían del estudio para colaborar con la cena de fin de año.

Todo listo estaba para celebrar el fin de año, tan solo faltaba una hora para desearse feliz año nuevo.

Sebastián un poco nervioso, pedía la atención de la familia diciendo. – Disculpen familia, antes de que comencemos con las uvas y los abrazos de nuevo año, quiero hacer una breve sugerencia para ustedes, si me lo permiten.

– Alexa sonriendo le decía. – Adelante cuñado, te escuchamos.

– Cristián cargando a Adonaí le decía. – Hazlo chaparro, a mí me gusto tú idea.

– Sebastián nervioso, sacaba un papel y decía. – Bien, pues es algo que escribí y me gustaría sugerirles si bien les parece, es para que cada una de sus uvas tengan un deseo o propósito, sea o no verdad eso de las uvas, aquí les va.

– Sebastián un poco tembloroso, era apoyado por su hermano Jorge que le ponía una mano en su hombro diciendo. – Tranquilo hermano, te escuchamos.

– Sebas sonreía diciendo. – Gracias.

– Extendiendo el papel, comenzaba a hablar. – Sí no tienen en cuenta que desear o pedir mientras comes tus uvas, he aquí una sugerencia que pueda ayudar; una uva por los sueños que anhelas, una uva por los buenos deseos, una uva por la felicidad que mereces, una uva por la familia que se encuentra lejos, una uva por los amigos que hace tiempo no ves, una uva por las personas que te hicieron daño y para que les vaya bien en su camino, una uva para la buena salud en todo el año, una uva para los triunfos en el trabajo, una uva para obtener dinero este año nuevo, una uva para la paz interior y exterior en todo el mundo, una uva para las personas que no tienen a su familia cerca, para los que perdieron un familiar en estas fechas, para los que viven en la calle y para la gente pobre y por ultimo una uva para todas las personas cercanas incluyéndome a mí… Feliz año nuevo, familia.

– Al conmoverse con las palabras de Sebastián, le aplaudían felicitándole por tan buena sugerencia

El momento finalmente llego, 12, 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1; ¡Feliz Año Nuevo!; entre abrazos, besos y alegría el año nuevo comenzaba con una agradable velada familiar, así como festejando, cenando y bailando; posteriormente, en lo que la familia platicaba muy a gusto.

Cristián pedía que cuidaran del pequeño por un momento en lo que él y Sebas iban a pasar una agradable velada de nuevo año en privado; Adonaí era cuidado por sus abuelas y tíos, sin cuestionarles nada, accedían únicamente pidiendo que no se dilataran mucho, pues debían convivir con sus familias.

Así pues, ellos en la cabaña, se besaban apasionadamente, abrazándose y sintiéndose sus cuerpos desnudos; con sus penes erectos, disfrutaban de un momento anhelado de amor, dónde Cristián lo penetraba suavemente y con demasiadas ganas de hacerle el amor; Sebastián jadeaba, suspiraba y apretaba los labios, con sus manos apretaba los hombros, brazos y espalda de él, en lo que era penetrado cada vez con más ganas y mucha pasión; entre besos, mordidas y leves lamidas, Cristián y Sebas se tomaban de las manos, apretándolas fuertemente, culminaban uniendo sus gritos combinados con jadeos al poder haber seseado sus ganas de hacer el amor.

Ambos sonriéndose y un poco sudados, pasaban a ducharse rápidamente; Cristián sonriendo le decía. – Feliz año mi amor, que este nuevo año sea para bien en todos los ámbitos existentes en tu vida.

– Sebas lo abrazaba besándole para decirle. – Feliz año rockero hermoso, que sea un año exitoso en todos tus proyectos y maquetas a presentar, te amo mucho, esté año será excelente y espero que seamos mejores padres cada vez más.

– Cristián le acariciaba la cabeza y le decía. – Así será amor, seremos unos papás gallina mejores que cualquier otros, te amo.

– Dándose un beso tierno, continuaban bañándose, para así salir a cambiarse y continuar con el festejo del nuevo año.

Espero les haya gustado y ojalá me disculpen por la tardanza, que tengan un grandioso 2015 lleno de mucho éxito, salud y trabajo, les mando un fuerte y gran abrazo, nuevamente agradezco sus muestras de apoyo al continuar leyéndome, sé bien que no es el tipo de relatos que esperaban, yo me conformo con los pocos lectores que tengo y les agradan mis creaciones; infinitas gracias e infinitas bendiciones para ustedes… Saludos y que tengan grandioso día.

 

Es Cuestión del Destino.

Capítulo Especial.

 

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Rockeando al Destino Capítulo 19

Rockeando al Destino Capítulo 18

Rockeando al Destino Capítulo 17

Rockeando al Destino Capítulo 16

Rockeando al Destino Capítulo 15

Rockeando al Destino Capítulo 14

Rockeando al Destino Capítulo 13

Rockeando al Destino Capítulo 12

Rockeando al Destino Capítulo 11

Rockeando al Destino Capítulo 10

Rockeando al Destino Capítulo 9

Rockeando al Destino Capítulo 8

Rockeando al Destino Capítulo 7

Rockeando al Destino Capítulo 6

Rockeando al Destino Capítulo 5

Rockeando al Destino Capítulo 4

Rockeando al destino Capitulo 1

Rockeando el Destino Capítulo 3

Rockeando al Destino Capitulo 2