CAPÍTULO 22

CASÍ EL FINAL.

Sebastián en la cama dormía tranquilamente, soñaba nuevamente una playa, un atardecer y a un niño corriendo entre las olas, a su lado estaba Cristian y Becker, se respiraba un aire limpio y puro, la quietud era plena, se sentía la paz en ese sueño, en eso la alarma sonó interrumpiendo el pacifico sueño; Sebastián asustado se despertó y de inmediato se metió a bañar, en la ducha pensaba que ese sueño lo había tenido casi con frecuencia, por lo regular soñaba eso casi cuando estaba por despertar, muy pensativo, se terminó de bañar, saliendo, se empezó a secar, se untaba crema corporal y suspirando se dijo.

– Increíble que estemos en el puerto de Veracruz apunto de competir y triunfar en los eventos deportivos.

– Él rápidamente se puso el uniforme escolar deportivo, tomo su morral y salió de la habitación del hotel, mientras tomaba el elevador, veía a otros alumnos estar alistándose para las competencias, bajando por el elevador, veía el inmenso mar azul, las olas dándole vida al malecón del puerto, el aire estaba delicioso, el día era perfecto para triunfar, no sentía nervios, pues después de todo, él había practicado mucho para este día, bajando lentamente, llego por fin al lobby, donde ahí estaba Cristian, pues él había decidido ir a apoyarlo junto con Mateo, claro sin descuidar ambos sus labores universitarias y la tesis.

Sebastián al verlo le sonrió y le dijo. – Buenos días joven Cristian, me alegra que se haya despertado temprano.

– Cristian le devolvió una sonrisa y agarrándole la mejilla le dijo. – Por ti madrugare si es necesario, espero hayas descansado muy bien, te quiero chaparro.

– Sebastián al notar que Cristian quería darle un beso le dijo. – Espera, hay mucha gente aquí.

– Cristian le dijo sonriendo. – Te da pena verdad, me importa poco la gente, lo que quiero es besarte y transmitirte lo mucho que me importas.

– Sebastián le sonrió y le dijo. – Tienes razón amor, que nos valga cacahuate las personas y el qué dirán.

– Cristian y Sebastián se dieron un beso, la gente los miraba con asombro y un tanto desconcertados, pero ellos siguieron besándose.

Hasta que llegaron Miren y Mateo que tocándoles el hombro les dijeron. - ¿Interrumpimos?

– Cristian y Sebastián se separaron y un tanto sonrojados les dijeron. – Vaya, durmieron mucho, estábamos esperándolos.

– Miren les dijo. – No es eso, lo que pasa es que estábamos haciendo la planeación para el partido, recuerden que nosotras venimos sin una integrante, y la chica que está en el lugar de Ileana pues no es muy eficiente que digamos, esperemos que ganemos o al menos pasemos a semifinales.

– Cristian le dijo apoyándola. – Pues te tienen a ti Miren, eres buena jugando voleibol así que despreocúpate, aparte ya estan en octavos de final, ayer jugaron bien, verán que ambos ganaran.

– Mateo le dijo. – Si, eso fue lo que le dije, pero ella no me cree, esta de negativa.

– Sebastián abrazando a su amiga le dijo. – No seas mal vibrosa, piensa en positivo, ayer estabas así de negativa y mirá, estan ya en octavos, veras que nos irá súper bien en nuestros deportes, ya verás.

– Miren y Sebastián caminaron al comedor pues ellos desayunarían en el hotel, Cristian y Mateo tendrían que salir a desayunar a otro lugar en el puerto, pues el hotel era exclusivo para las escuelas foráneas, así que ellos se salieron a desayunar a un restaurante cerca del malecón y no muy lejos del hotel.

En el comedor del hotel, eran muy bien atendidos todos los estudiantes, la gente cálida del puerto de Veracruz hacia que los jóvenes se sintieran a gusto, en sus mesas con sus entrenadores, discutían sobre los diferentes sucesos deportivos en los que estarían participando tanto Miren como Sebastián, ambos ponían atención a lo que les decían sus entrenadores, sentía la presión, pero también debían de tener en mente que no siempre se gana aun por mucho que hayan entrenado y sean catalogados los mejores deportistas por parte de la escuela.

Al finalizar de desayunar, Sebastián y Miren junto con sus compañeros deportistas y algunos alumnos que iban apoyándolos, arribaron a los autobuses que los llevarían a la escuela sede donde serían los eventos deportivos fase tres y la final; Cristian y Mateo los seguirían aparte en el carro de Cris, aunque no pareciera, quienes estaban más nerviosos eran ellos que todo Miren y Sebastián.

Ellos iban conversando sobre lo bonito que es el puerto de Veracruz, así como su inmenso malecón y sus playas limpias y hermosas, Sebastián se acordó del sueño y le platico a Miren.

A lo que ella le dijo. – Oye que sueño tan extraño, y más porque lo has estado soñando varias veces, ¿Tu como lo interpretas?

– Sebastián pensativo le dijo. – Pues no sé, no soy bueno interpretando sueños, pero no se me ocurre algo, dime ¿Tu como lo interpretas?

– Miren se rió y le contesto. – Pues mi forma de pensar es, que tal vez en un futuro, ustedes lleguen a ser una pareja formal y vivan juntos, probablemente y el niño que sueñan sea un hijo que ambos adopten.

– Sebastián se sorprendió y le dijo. - ¡Tienes razón! Crees que ese sueño sea algo así como una premonición de cómo será mi futuro con Cristian, si es así, sería algo maravilloso.

– Miren le agarro la mano a su amigo y lanzándole una sonrisa le dijo. – Amigo, ya es hora de que seas completamente feliz, ya no hay nada que los detenga a ser felices, sería algo justo que ustedes fueran una pareja ya formalizada y con hijos, me haría muy feliz ser tía.

– Sebastián sonrió y le dijo. – Si amiga, Cristian es un chavo sensacional, le agradezco a la vida que haya aparecido en mi camino, espero ser su novio y estar con él durante mucho, mucho tiempo.

– Miren le dijo. – Así será amigo, pero bueno antes de adelantarnos mucho al futuro, tenemos que ganar en el presente, así que vamos con todo.

– Sebastián le tomo la mano Miren y le dijo. – Tienes razón, venimos a ganar y a ser triunfadores. ¡Vamos a ganar!

– El autobús llego al lugar, abriendo sus puestas, empezaron a bajar uno a uno los estudiantes, Cristian y Mateo en la entrada de la escuela, esperaban a ver a Miren y Sebastián, ellos llegaron y al verlos ambos les sonrieron, Mateo y Cristian les sonrieron igual.

Mateo les pregunto. - ¿Listos para la adrenalina?

– Miren y Sebastián gritando contestaron. - ¡Sí!

– Cristian emocionado les pregunto. - ¿Listos para ganar?

– Y ellos nuevamente gritaron. - ¡Sí!

– Mateo tomó de la mano a Miren, besándola le sonrió y caminaron metiéndose a la escuela, Cristian tomándole el morral a Sebastián lo beso y le dijo. – Chaparro, estoy más nervioso yo que tú.

– Sebastián le sonrió y le dijo. – Si, pero descuida, traigo mi pulsera de la suerte y algo más.

– Sebastián le mostro el anillo que le había regalado y le dijo. – Este anillo me traerá más suerte, espero nuestro amor siga así, siempre.

– Ambos se besaron y caminaron adentrándose a la escuela.

Notaban que era una escuela muy bien cuidada, pasaron a ver la pizarra de programación de eventos y se dieron cuenta que el primer partido de voleibol octavos de final era en media hora, así que rápidamente corrieron los cuatro al auditorio, atravesando un inmenso pasillo, pasando por una puerta corrediza y un jardín tupido de flores, entraron y vieron que ya estaban casi todos, el entrenador llamo a Miren. 

Ella se despidió de los muchachos, nerviosa les dijo. – Deséenme suerte chavos.

– Mateo le aventó un beso y le dijo. – Te ira bien amor, ganaras.

– Sebastián le dijo. – Amiga, eres buena en vóley no te preocupes.

– Cristian le dijo. - ¡Vamos Miren tu puedes!

– Ella les sonrió y se dirigió con su entrenador que les dio instrucciones de como iniciarían el partido, una vez dadas las instrucciones, Miren y sus amigas calentaban músculos, mientras que en las gradas Mateo, Sebastián y Cristian sentados esperaban el comienzo del partido, el otro equipo se veía desafiante, muy preparado y con experiencia en partidos, pero eso no intimidaba a las jóvenes, ya que ellas confiaban en sus entrenamientos que les costaba horas de su tiempo libre y algunas privaciones de las cueles otros jóvenes no les agradaría perderse.

El partido dio inicio, los golpes empezaron suaves, lentos y un tanto torpes por parte del equipo de Miren, las cosas se ponían difíciles pues estaban empezando con pie izquierdo, las porras de los muchachos motivaban a las chavas para poder sacar lo mejor, el tiempo pasaba y así después de haber finalizado las 2 primeras tandas del vóley, Miren y las chicas estaban más que enojadas y eufóricas, pues les llevaban por mucho y deseaban ganar, las chavas empezaron a meterle entusiasmo y mucha energía, las cosas estaban más que emocionantes, desde las gradas, Sebastián cruzaba dedos, ponía demasiada atención a cada movimiento del balón.

Entre cada tiempo muerto Mateo bajaba a darle ánimos y agua a Miren, ella estaba sudada, y se estaba aproximando el último set del partido, ya en el quinto set del partido, esperaban ansiosos el movimiento final del equipo de Miren, ya que el marcador iba a 23 – 22 a favor del equipo contrario pero esperaban a notar, Miren al ver el balón cerca de ella, brinco y le dio un golpe leve con los dedos, ella nerviosa pego sin medir fuerza, Sebastián, Cristian y Mateo habían notado que el balón tenía poca altura sobre la red, pensaban que eso dejaría al equipo fuera, pero no, el balón logró pasar la red y del equipo contrario que le tocaba responder el golpe fallo, al no poder responder ese saque, dándole así el punto a ellas, quedando empatadas 23-23.

El tiempo transcurría y estaban a casi nada de finalizar el partido, el equipo contrario sumo un punto más dejándolas abajo, hasta que en el modo de rotar, una de las chicas del equipo contrario sufrió un ligero calambre que provoco lanzar mal el balón, a lo que fue salvado por otra de sus compañeras, pero ella pego mal haciendo que al balón fuera directo a la capitana de su propio equipo que por los nervios le pego muy fuerte cometiendo dos faltas, provocando así que el triunfo fuera del equipo de Miren; al anunciarse el triunfo rápidamente bajaron los muchachos a felicitar a las jóvenes, Mateo cargó muy feliz y emocionado a Miren, pues ya habían pasado a la  ronda de cuartos de final, el siguiente partido era a las doce treinta del medio día.

Llego el turno de Sebastián, junto con su novio y sus amigos caminaban a la pista de atletismo, donde ya estaban preparándose los muchachos, Cristian le daba ánimos a Sebastián, Miren y Mateo se iban a buscar un lugar para poder ver y tomar fotos de Sebastián.

Cristian nervioso le tomo la mano a Sebastián y le dijo. – Vas a ganar, lo sé.

– Sebastián le sonrió y le dijo. – Gracias, yo espero y sí, ayer me ví muy torpe espero pasar a la carrera de relevos.

– Sebastián se fue a posicionar y Cristian a tomar asiento, ya en el carril cuatro estaba él impaciente y junto estaba un competidor fuerte, un muchacho que tiene fama de ser muy veloz, pero eso no incomodaba a Sebas, pues el confiaba en sí mismo y sus horas de mucho entrenamiento. El árbitro dio el toque, se escuchó, En sus marcas… Listos… Todos nerviosos esperaban a que se diera la salida, ya en la posición final se escuchó, ¡Fuera! 

- Rápidamente los 7 jóvenes corrían con fuerza para lograr pasar a la carrera de relevos con sus equipos, únicamente serian 4 los que tendrían el pase para la final, Sebastián y el competidor del carril 5 estaban casi parejos, al llegar a los primeros 100 metros se detuvo el cronometro para darle el paso a los siguientes 100 metros, que daría el pase a la próxima ronda, Sebastián se impulsaba y sentía fuego salir de sus pies, la respiración se hacía cada vez más y más agitada, hasta que con todo el impulso logró pasar la meta en el primer lugar, Sebastián se tiró al pasto muy cansado, respiraba entre sofocos y sudando bastante.

Al llegar todos los concursantes a la meta, muy atentos prestaban atención de los tiempos, el carril número 5 los primeros cien metros con un tiempo de 04:63, el carril número 4 primeros cien metros un tiempo de 04:65; Sebastián ya estaba dentro, pero aun en segundo lugar pero aún faltaban los tiempos de los siguientes cien metros que fueron así, carril número 4 obteniendo 03:40 y el carril número 5 con 03:44, dándole a Sebastián el primer lugar ya que había una diferencia de .02 centésimas de segundo.

Haciendo que Cristian le gritara desde las gradas. - ¡Vamos Sebastián! ¡Arriba ese ánimo!

– Sebas se sonreía y eso le daba más ganas, Miren y Mateo le gritaban. - ¡Vamos Sebas, si puedes! ¡Vamos! ¡Si podemos!

– Sólo 10 minutos de descanso les dieron a los chavos para recuperar aire y ponerse de acuerdo para las salidas, Sebastián tomaría la estafeta en la cuarta posición como siempre lo ha hecho y correría en el último tramo para poder recuperar la ventaja que sus compañeros pudieran perder, así pues ya todos en sus posiciones se volvió a escuchar.

 En sus marcas… Listos… ¡Fuera! – Los primeros en salir daban mucho que desear pues se les veía un poco lentos, al pasar la estafeta a los segundos se les veía parejos, pero los compañeros de Sebastián tenían más ventaja que los compañeros de su rival, al pasarles los relevos a los chavos que estaban en segundo, ellos salieron a toda velocidad, se veían correr con una velocidad inimaginable, Cristian nervioso veía como daban el pase a los terceros competidores, ya casi era el turno de Sebastián en correr, pero estos jóvenes salieron con velocidad moderada. Miren y Mateo se habían ido, pues ella tenía el partido en unos minutos y debía prepararse, dejando unicamente a Cristian apoyando a su novio.

Sebastián veía venir a su compañero llegar, pero iba perdiendo velocidad al no respirar de la forma adecuada, a lo que le dijo el joven rival de Sebastián en el carril 5. – Mejor suerte para la próxima.

– Él joven recibió la estafeta y salió corriendo dejando a Sebas en la espera de la estafeta que solo fueron 2 segundos de diferencia, al tomar la estafeta, Sebastián salió corriendo con muchísima fuerza, casi pisándole los talones a su rival, atrás de ellos venían los otros dos compañeros tratando de ganarse el tercer y cuarto lugar.

Sebas y su rival se emparejaron, pero su rival sufrió un accidente que le provoco doblarse el tobillo y caer al suelo, Sebastián corriendo paso la meta y todos al ver el triunfo de él se levantaron de las gradas y gritaron y celebraron por el triunfo de Sebastián, pero él, cansado y fatigado, se regresó a ayudar a su rival y le extendió la mano y le dijo. – Vamos, mereces cruzar también la meta conmigo.

– El joven alzo su cabeza envuelta en sudor y tierra y le tomo la mano y le dijo. – Eres muy generoso por ayudarme, eres un buen competidor que no se deja intimidar por comentarios de otros.

– Sebas ayudando a apoyar a su compañero le dijo. – Aprendí que debo tomar las cosas de quien viene, son solo comentarios, hace tiempo deje intimidarme y eso me impedía crecer y ser algo, ahora mírame, he ganado pero me regrese a ayudarte, ya que ninguno de los otros dos competidores hicieron algo por ayudarte.

– Sebastián y su compañero fueron aplaudidos y ovacionados por el momento, se les tomaron fotos y al joven se lo llevaron con cuidado a enfermería mientras que a Sebastián lo felicitaban por haber logrado el primer lugar.

Una vez terminado de tomar fotos y después esperar las indicaciones, se avisó que la premiación se daría una vez finalizados los partidos de vóley, futbol, basquetbol tanto varonil como femenil.

Miren se había adelantado con Mateo desde hace media hora para calentar antes del partido de vóleibol femenil; durante todo el día anterior se habían efectuado los partidos de futbol, vóley, básquetbol para determinar quienes estarían en octavos de final, cuartos de final,  semifinal y final, que sería hoy, tenían los jóvenes en el hermoso puerto de Veracruz dos días, pero ya estaban cansados y pedían regresar a sus respectivas casas, pero no antes sin obtener un reconocimiento por sus esfuerzos.

Y así empezó el último partido de vóleibol de Miren y el equipo, su último partido como estudiantes de preparatoria, por circunstancias ajenas a ellas y por cuestiones del destino, el equipo con el que iban a jugar no se presento a tiempo, dandole asi a ellas el pasé directo a la final. Cristian y Sebastián aun no llegaban y Mateo estaba nervioso e impaciente pues queria más apoyo para motivar a su novia.

Ellos caminaban lentamente hacia al auditorio, Cristian al ver a su novio feliz por haber ganado le dijo. – Bien chaparro, eres excelente, rápido y un gran atleta, me impresionas, enserio eres lo máximo.

– Sebastián lo abrazo y le dijo. – No hubiera ganado de no ser por ese muchacho que se cayó y lastimó el pie, de no ser así, no hubiera ganado el primer lugar, sino el segundo, pero ¡Estoy feliz!

– Se besaron y continuaron caminando rumbo al auditorio, donde Miren estaba jugando su último partido, ellos al llegar, veían nervioso a Mateo, pues estaban ya en el comienzo del segundo set y el marcador no iba muy bien no les favorecía para nada a ellas, entre porras, gritos de apoyo, ánimos y buenas vibras el marcador se empato en el cuarto set 24-24 y dando comienzo el quinto set solo esperaban a que el punto final diera el gane a cualquier equipo.

El balón se mantenía en el aire durante 5 y 10  minutos, cosa que mantenía muy impactados al público presente que veía el balón pasar de lado a lado sin llegar a caerse, se había hecho un silencio total pues la impresión de que el balón ya estaba llegando a los 15 minutos sobre el aire de pase en pase dejaba atónitos a los entrenadores.

Hasta que un golpe final hizo que el balón se desviara, y una de las chavas del equipo contrario hiciera mal movimiento, golpeando el balón provocando que pegara en la red y cayera, otorgándoles el gane al equipo de Miren.

Todos bajaron a felicitar el triunfo del equipo, abrazándose y dándose la felicitación Miren y Sebas se miraron y se abrazaron y ella le pregunto. - ¿Qué tal te fue?

– Sebastián le contesto sorprendido. – Por lo que veo, creo que no estuviste en la carrera final.

– Miren le dijo. – Solo vi cuando le pasaron la estafeta al segundo y tercero, pero ya no te vi correr a ti, ¿No me digas que perdiste?

– Sebas le sonrió y le dijo. – No, gane, bueno ganamos el primer lugar.

– Ambos se abrazaron y gritaron de felicidad.

– Mateo, contento y emocionado con unas flores se le acerco a su novia y la beso tiernamente, todos empezaron a aplaudir y festejar, Cristian y Sebastián junto con otros compañeros, cargaban a las triunfadoras, sacándolas a las canchas del costado del auditorio para seguir celebrando.

Después de tanto festejo, llego el momento de clausurar los eventos y de la premiación, ya en el pódium Sebastián estaba en el primer puesto y a los lados tenía el segundo y tercer lugar y veía al compañero que estaba sentado con el tobillo vendado y con unas muletas pues había tenido una luxación, frente de ellos estaban Miren y el equipo de Voleibol y recibían sus premios.

Sebas antes de ser premiado, bajo del pódium y le dijo a su compañero lastimado. – Vamos, te invito a que subas, de no haberte caído, quien tenía que estar en el primer lugar serias tú y no yo.

– Sebas ayudando a su compañero caminaron y subieron obteniendo el primer lugar, se les aplaudió a todos los triunfadores y se les había invitado en la noche a un festejo por la clausura en el hotel.

Una vez llegando al hotel y de haber comido, todos los jóvenes se arribaron a sus respectivas habitaciones, Sebas y Cris estaban en la cama, en bóxer, recién bañados.

Cris le hacía un masaje a Sebas en la espalda para que se relajara, pero notaba que estaba un poco tenso, así que le dijo. – Amor, estas tenso, puedes tratar de relajarte.

– Sebas un poco incómodo le dijo. – No puedo, estoy pensando en muchas cosas, una de ellas es que, he estado teniendo un sueño desde hace tiempo.

– Cristian lo volteo y le pregunto mirándolo a los ojos. – ¿Qué tipo de sueño?

– Sebastián con sus piernas abrazo a Cris y le respondió. – He soñado, que ambos estamos en la playa, observando un hermoso atardecer en la playa, con Becker a un lado y lo que más me tiene en duda, es que, está un niño jugando entre las olas del mar.

– Cristian sonriéndole le dijo. – Chaparro, también he tenido ese sueño, desde hace tiempo, te quería comentar del sueño, pero se atravesaron varias cosas y se me olvido, lo más probable es que quiera decir algo, un mensaje.

– Sebastián lo beso y le dijo. – Cris, ¿Crees que ese sueño nos quiera decir que seremos padres en un futuro?

– Cristian se acomodó en la cama y le contesto. – Probablemente, sea así, tendremos un hijo, te imaginas un hijo tu y yo, y Becker de niñero.

– Sebastián se recostó en su pecho y le dijo. – Seria algo maravilloso, por cierto ¿Cómo sigue Becker?

– Cristian le acaricio la cabeza a Sebastián y le respondió. – Bien, la bala solo le rosó una vena que provocó una hemorragía inmensa, que bueno que la detuve con el torniquete y le salvarón la vida, pero aun así debe estar con su pata entablillada y bien cuidada, para reducir el riesgo de infección.

– Sebastián se encimo a Cristian y lo empezó a besar y le dijo. – Que bien, Becker no tiene que morirse, nuestro sueño nos ha indicado que él será nuestro niñero en un futuro.

– Cristian se empezó a reír y le dijo a Sebastián. – Tengo ganas de hacerte el amor.

– Sebastián se le fue encima y lo empezó a besar apasionadamente, mordiéndolo levemente, poco a poco se fueron quitando su ropa interior y de una forma lenta Cris besaba el cuerpo de Sebas poco a poco, recorriendo centímetro a centímetro su piel.

Sebas le dijo. – Confió en ti.

– Cris lo tomo de la cintura y le dijo. – Si chaparro, sabes que te amo.

- Lentamente lo fue penetrando, lentamente Sebas respiraba, sentía el pene de Cris entrar y salir, se estremecían el uno al otro, con suaves movimientos Sebas se encimaba en Cris, lo hacía llegar al clímax del acto sexual, donde Cris tomando de la espalda a Sebas se incorporó y juntando pecho con pecho sus corazones se aceleraron, hasta que por fin él eyaculó dentro de Sebas, haciendo así la consumación de su amor nuevamente; ambos un poco exhaustos, se metieron a bañar y a cambiar para disfrutar un rato la celebración.

Pero ellos no eran los únicos que aprovecharon el momento, pues en la habitación, Miren estaba por meterse a bañar y Mateo que estaba ahí.

Él se quitó la ropa frente de ella y le dijo. – No estamos en época de abundancia, ahorremos agua, bañémonos juntos.

– Miren sonrojada le dijo. – Solo hay que bañarnos no hacer nada más quedo claro.

– Mateo abrazo por la espalda a ella y acariciando su piel frágil y delicada la fue llevando al baño, donde ahí empezaron a ducharse, enjabonándose el uno al otro, besándose, acariciándose, Mateo mirándola a los ojos le dijo. – Quiero hacerte el amor.

– Miren un tanto nerviosa le dijo. – Me siento como en nuestra primera vez.

– Él le dijo. – Para serte franco, también yo me siento como si fuera nuestra primera vez.

– Miren lo abrazo, el agua recorría sus cuerpos apasionados, él cuidadosamente besaba a Miren por el cuello, ella con sus manos apretaba su espalda, sintiendo poco a poco la penetración de Mateo, con suaves movimientos de cadera Miren y Mateo hacían el amor en el baño, lentamente ella besaba el hombro derecho de Mateo, dándole leves mordidas, ella provocaba más la excitación de él, mientras que él con ambas manos la agarraba por la espalda y controlaba sus movimientos, al borde del clímax sexual, Mateo le pregunto. - ¿Termino en ti?

– Miren un tanto nerviosa dudaba y respondió susurrando. – No te preocupes tengo el implante en el brazo izquierdo.

– Mateo tranquilo le dijo. – Bien, pues ahí voy.

– Miren se movía más rápido rasguñando a Mateo, que la apretaba de la cintura cada vez más fuerte, hasta que ambos en un grito, fundieron sus pasiones y deseos sexuales llegando al orgasmo que los dejos cansados y muy satisfechos; ambos se sonrieron y se besaron; una vez terminándose de bañar.

Ambos contentos bajaron a salón de eventos sociales del hotel, dónde ahí ya estaban Cristian y Sebastián, muy felices, bailaban, sonreían y disfrutaban el momento, el ambiente y la convivencia con otros compañeros de distintas partes de Veracruz y de la república.

Al ritmo de la salsa, Miren y Mateo bailaban, se lucían en la pista de baile, Sebastián observaba y con una pierna en movimiento incitaba al baile, en eso sintió un jalón, y le dijeron. – Bailemos, bailemos como si nadie nos estuviera viendo.

– Sebastián sonriendo beso a Cristian y le dijo. – No te gusta bailar ese tipo de música.

– Cristian le dijo. – Chaparro, me hiciste cambiar en mis gustos y deseos, tú tienes deseos de bailar, pues bailemos.

– Miren y Mateo se sorprendieron al verlos bailar, incluso motivaron a otras parejas homosexuales juveniles a que bailaran con sus respectivas parejas y algunos que no eran presizamente homosexuales, pero bailaban muy bien disfrutando la música, la noche y la celebración, la pista de baile se deslumbraba, pues se sentía y veía el sabor veracruzano reinando en la pista de baile, Cristian y Sebastián, Mateo y Miren bailaban y se movían al compás de la salsa, disfrutando su estancia en el hermoso puerto de Veracruz en un lujoso hotel.

Las horas iban transcurriendo, la fiesta estaba por terminar, los amigos, que habían salido a tomar aire fresco, miraban la noche, la luna llena y el cielo estrellado hacían un buen contraste con ambas parejas, Miren y Mateo, Cristian y Sebastián, se tomaron una foto, en la cual guardaron como el hermoso y bello recuerdo de su estancia en el puerto de Veracruz.

Rockeando al Destino.

!PRÓXIMO CAPÍTULO EL GRAN FINAL!

!MUCHAS GRACIAS POR LEER "ROCKEANDO AL DESTINO"!