Capítulo XIII

Sensaciones y Emociones.

Brandon y Aranza esperaban atentos la llegada de los turistas, el autobús aun no llegaba directo al hotel, pero ya estaba presente en Tuxtla Gutiérrez; Federico caminaba lo más rápido posible ya arreglado y perfumado se hacía presente en el lobby en espera de los huéspedes.

Brandon al verlo, sonrió amablemente y le dijo. – Todo saldrá bien.

– Sonriendo un poco nervioso Federico le dijo. – Eso espero.

– Aranza se volteó guiñándole el ojo diciendo. – Mente en positivo, todo irá bien y saldrá bien, ya lo verán.

– Federico se sintió abrumado por el comentario de Aranza, apretando sus manos del nerviosismo solo mantuvo la mirada fija a la entrada; Mirna se colocaba atrás de él y le susurraba al oído burlándose. – Tienes a tu socia y a tu amante a unos pasos de ti, ya me imagino que estaban haciendo tú y Brandon en la oficina, pues ese sillón que tienes se presta para muchas cosas.

– Federico se molestó y le dijo discretamente. – ¡Cállate Mirna, no me hagas ordenar una transferencia de personal y mandarte a Cancún!

– Mirna sonriendo se alejó de él y se fue a parar a un costado de la recepción para esperar junto con ellos al grupo; minutos más tarde el autobús llegaba estacionándose justo frente la entrada principal del hotel, Federico daba la orden a los botones para ayudar con las maletas, ellos rápidamente comenzaron a bajar y a meter maletas, el grupo poco a poco fue ingresando a la sala del lobby, nervioso se sentía Federico al tener el primer grupo de turismo totalmente homosexual en el hotel, aunque él ya había tenido varios grupos turísticos en el hotel y se hizo cargo de ellos, esté sería ampliamente diferente, puesto que era un grupo de personas gays, ya que después de que el señor Petrilli había mostrado cierta inconformidad ante la comunidad homosexual, en pocas palabras racismo la comisión nacional de turismo tuvo que obligar a que los hoteles Petrilli le abrieran sus puertas a la comunidad gay permitiendo así que este grupo fuera el primero de muchos grupos de turismo homosexual.

Brandon quien se ponía más nervioso con lo que fuera a pasar, pues de este grupo dependía mucho que el hotel subiera a la cima y se convirtiera en una cadena hotelera a nivel mundial e internacional, y así no verse obligado a cumplir con el contrato que su padre había fraguando hacer con Don Gonzalo el padre de Aranza, para así hacer parecer que su matrimonio en verdad era por amor y no por negocio como en un principio se marcó por la avaricia y soberbia de Eliot Petrilli.

Aranza que estaba ansiosa, le tomo la mano a su esposo y al sentirlo tenso le decía. – Amor todo irá bien ya lo veras.

– Brandon le sonreía y decía. – Eso espero amor, eso espero y quiero.

– El grupo estaba completo en la sala, era un total de treinta y cuatro personas, figuraban parejas maduras de hombres, así como parejas maduras de mujeres, grupos de amigos y amigas que buscaban un rato de distracción, así como jóvenes de entre veintidós y veintisiete años solteros buscando el posible amor entre sus compañeros de viaje; el grupo esperaba a su guía ingresar al hotel.

Federico respiró profundo y dijo. – Bien pues que pase lo que deba de pasar.

– Federico avanzó unos pasos para presentarse con el grupo cuando de pronto, un hombre alto de aproximadamente un metro ochenta y ocho centímetros, moreno claro, vestido casual y ligero por el intenso calor, entraba al hotel jalando unas grandes maletas con ambas manos, de gafas y bien peinado entraba quién fuera el guía, él matrimonio Petrilli Bretón así como Mirna se acercaron ante él.

Federico que estaba muy cerca lo miraba y pensaba. – ¡Vaya que hombre!

– Federico lo miraba escaneándolo, notaba que era un hombre joven entre unos treinta o treinta y cinco años, muy nervioso él se quedaba parado anonadado por la presencia tan varonil que mostraba el guía que mientras era observado fijamente por Federico daba instrucciones a su grupo sin percatarse que una mirada lo estaba escaneando de pies a cabeza.

El matrimonio Petrilli Bretón tomados de las manos caminaron para presentarse de forma educada con el guía, Brandon muy educado les dijo. – Sean bienvenidos al hotel Petrilli de Tuxtla Gutiérrez Chiapas, soy Brandon Petrilli y ella es mi bella esposa Aranza Bretón, esperamos hayan tenido un buen viaje directo a aquí y pues disfruten de su estancia.

– El grupo amablemente les sonreía y les saludaba, el guía quitándose las gafas, mostrando su imponente mirada color miel clara, les sonreía estrechando la mano a Brandon y con voz muy varonil y gruesa estrechaba saludaba, sonriendo dijo. – Buenos días, soy Héctor Larrañaga guía a cargo y al mando de este grupo, un gusto conocer al matrimonio Petrilli Bretón, en nombre del ámbito turístico homosexual les deseamos felicidad eterna y las gracias por habernos permitido el hospedaje en este hotel de cinco estrellas único en Tuxtla Gutiérrez.

– Héctor saludando a Aranza besándole la mano le decía. – Buenos días bella dama, un placer conocerle.

– Aranza sonriendo le respondía el saludo. – Buenos días Héctor, un honor recibirlos a este su hotel.

– Brandon un poco celoso, hizo mueca de descontento, a lo que Héctor al verlo sonrió disculpándose. – Perdona, no pienses mal de mí, soy abiertamente gay, pero eso no me impide adular la belleza de una mujer y más si se trata de la esposa de uno de los herederos de los hoteles Petrilli.

– Brandon apenado le dijo. – Discúlpame, no era mi intensión que pensarás mal de mí.

– Federico al escuchar que Héctor había dicho que era gay, sintió un palpito de emoción en su ser, muy nervioso, con las manos algo frías y sudadas, él se acercó presentándose. – Buenos días, soy el licenciado Federico Guillén, gerente y administrador de este hotel.

– Héctor volteándose a verlo fijamente a los ojos de Federico mostrándole a él su hermosa y notable mirada color miel que hipnotizaba a Fede, él le decía asombrado. - ¡Vaya, que forma de recibirnos en el hotel Petrilli, buenos días!

– Federico y Héctor estrecharon sus manos sintiendo una conexión rara entre ellos, Federico temblando le dijo. – Sean bienvenidos, espero disfruten su estancia en el hotel Petrilli.

– Héctor sonriéndole mostrando una sonrisa blanca y reluciente y sintiendo una sensación de confianza, le dijo. – Con este tipo de bienvenidas supongo será una estancia magnifica.

– Brandon observando la forma en que ellos se miraron, apretando sus puños daba muestra de un leve ataque de celos, él estaba por interrumpirlos y Héctor percatándose de las manos frías de Federico le pregunto preocupado. - ¿Te sientes bien? Tus manos están heladas y no hace frío al contrario hace un calor infernal.

– Federico apenado le dijo. – Discúlpame, es que cuando estoy nervioso mis manos se ponen frías y me sudan.

– Héctor le sonrió diciendo. - No hay porque ponerse nervioso, las cosas hasta el momento van de maravilla.

– Federico y Héctor se soltaron las manos pero continuaban sonriendo y mirándose a los ojos; Federico un poco sonrojado y Héctor sintiendo una sensación rara en su ser, que no era ocasionada por el intenso calor que hacía.

Brandon apretaba más sus puños, muy serio los miraba y al fin se había armado de valor para interrumpirlos fue en eso que Mirna se acercó ante ellos presentándose, así interrumpiendo la conexión entre Fede y Héctor. – Buenos días sean bienvenidos soy Mirna Lascuráin, una de las guías al servicio del hotel.

– Héctor de forma caballerosa, la saludo y le dijo. – Me alegra saber que en este hotel se toman la consideración de ser gentiles, educados y muy amables con sus huéspedes, eso es de admirarse.

– Mirna se hizo a un lado y observaba la forma en que Federico miraba a Héctor.

Brandon en tono serio le dijo. – Así nos gusta tratar a la mayoría de nuestros huéspedes, pero bueno comencemos a repartirles sus habitaciones.

– Federico estaba embrutecido ante la presencia de Héctor; Mirna con un poco de envidia le pellizco el brazo y le dijo al oído. – No seas tan obvio, estás que te lo comes con los ojos.

– Federico se sonrojo y dijo. – Disculpen, cierto, tiene razón el señor Petrilli, debo darles las llaves y sus tarjetas de sus habitaciones.

– Héctor nuevamente sonriendo y amablemente le dijo. – Claro, pero en unos instantes, ya que no tarda en llegar uno de los representantes del sector turístico de aquí de Chiapas, debo de mostrar que apenas acabamos de llegar, así como firmar mi tarjetón de visitante y sobretodo la foto grupal con todos aquí presentes.

– Brandon serio dijo. – Bueno pues esperemos no tarde mucho, pues tenemos que comenzar con el itinerario planeado, ¿no es así licenciado Guillén?

– Federico apenado ante la mirada de Brandon exclamó. - ¡Así es licenciado Petrilli!

– En lo que charlaban ellos, los minutos pasaban, cuando de pronto Aranza, volteando de repente a la entrada principal, exclamó. - ¡No puede ser!

– Brandon al escucharla, asustado le pregunto. - ¡¿Qué sucede amor?! ¡¿Qué pasa?!

– Aranza disculpándose y apenada dijo. – Perdonen la forma de expresarme, pero era inevitable hacerlo ante lo que estoy viendo por entrar al hotel.

– Todos fijaron su mirada hacía la entrada principal del hotel, donde un hombre había bajado de un auto negro, entraba rápidamente y al ver que el grupo había llegado sorprendido decía. - ¡Disculpen la demora, perdón les juro no fue mi intensión! ¡Buenos días que hayan tenido un gran viaje!

– Aranza impresionada dijo. – ¡No puede ser!

– Brandon la miró y le tomo su mano preguntando. - ¿Qué no puede ser? ¿Qué ocurre amor?

– Aranza respondiéndole con voz baja decía. – Amor, espero no te vayas a molestar, pero él es Julián Quintero de León, fue mi novio en la prepa y al comienzo de la licenciatura.

– Brandon sorprendido dijo. - ¡Vaya lo que son las cosas! ¡Tú ex novio aquí en mi hotel!

– Julián camino directo hacía ellos y al ver a Aranza la saludo directamente y muy sorprendido dijo. – ¡Buenos días! ¡Vaya nuevamente nos volvemos a ver después de años! ¡No has cambiado en nada Aranza!

– Ella nerviosa le dijo. – Tú tampoco Julián un gusto verte.

– Héctor y Federico extrañados se miraron, Mirna un poco desconcertada miraba como Aranza se sonrojaba y Brandon se ponía más serio de lo que ya estaba.

Julián al notar las caras de ellos, aclarando les decía con una leve sonrisa. – Uy perdón, no pongan esas caras de rareza, lo que pasa es que Aranza y yo fuimos novios hace muchos años, después de tiempo nos volvemos a ver, ella casada y yo sigo soltero, por cierto un gusto conocerte Brandon Petrilli, soy Julián Quintero de León.

– Brandon con gesto de inconformidad, estrechaba la mano con él, sintiendo un poco de celos y algo confundido, porque Héctor no dejaba de sonreírle a Federico y él de una forma tan tierna y pérdida a la vez, lo miraba y le sonreía; entre que se presentaban y conversaban, Mirna se sentía olvidada e ignorada al no ser tomada en cuenta provocando más su ira y su enojo, haciendo que se retirara del hotel sin avisar.

Brandon y Aranza permanecían tomados de las manos, mientras que Julián como representante de turismo de Chiapas conversaba con Héctor sobre el viaje y hacían los trámites que debían de hacer, después de unos minutos de charla, Julián agradecido les decía. – Me da gusto que los hoteles Petrilli les abran las puertas a las personas de la comunidad LGBT, en verdad el sector turístico de Chiapas les agradece que este sea el primer hotel de cinco estrellas que se une a esta labor de igualdad, también muchas gracias a usted licenciado Federico Guillén por la recomendación que hizo de este hotel a la agencia turística donde Héctor trabaja.

– Federico desconcertado interrumpió diciendo. - ¿Recomendación? ¿Aquí nadie hizo ninguna recomendación?

– Héctor extrañado preguntó. - ¿Sí tu no fuiste entonces quién fue?

– Brandon no entendía las cosas y preguntó. – Federico, ¿Tú hiciste la recomendación a la agencia turística de este hotel?

– Federico sorprendido le dijo. – ¡Yo no hice ninguna recomendación, estaba de vacaciones y apenas regrese! Quién la haya hecho pues hizo un favor al hotel con dicha recomendación.

– Brandon lo miraba seriamente y Federico exclamó. - ¡Deje de mirarme así señor Petrilli, ya le dije que estaba de vacaciones así que yo no fui!

– Julián sorprendido miró a Héctor y él le dijo. – Si tú no fuiste, ¿Quién fue?

– Brandon y Aranza al darse cuenta que había una confusión, ella dijo. – Bueno como haya sido, vinieron a este hotel y eso nos da gusto a mi esposo y a mí, fue una confusión grata y favorable para el hotel.

– Brandon en su mente comenzaba a entrelazar las cosas, pues debido a esa recomendación, la comisión nacional de turismo solicitaba de forma inmediata que los hoteles Petrilli se ambientara para personas homosexuales, para así tener alojamiento especial a este grupo, puesto que este hotel es el único cinco estrellas que hay en Tuxtla.

-Ahora entiendo narrador, ¡Claro, cómo no se me vino a la mente eso!

- ¿Qué sucede Brandon?

– Mira narrador no sé si me entiendas, pero tiempo atrás antes de que me casará con Aranza, la comisión nacional de turismo nos había otorgado un tiempo para tomar la decisión correcta a beneficio de los hoteles, Orlando se encargaba de hacer las recomendaciones de hoteles a nivel nacional e internacional, pero él tenía prohibido recomendar hoteles a agencias turísticas de la comunidad LGBT, recuerdo que teníamos una lista infinita de espera de diversos grupos y personas de dicha comunidad, que requerían hospedarse en nuestros hoteles.

– Mmm… Ahora sí no entendí, ¿Me puedes explicar bien?

– Perdón, te enrede mucho las cosas, para ser directos, alguien muy cercano a los hoteles Petrilli hizo dicha recomendación directa a la comisión nacional de turismo y les hizo llegar la lista de espera a los directivos de turismo, es por eso que cambiaron de opinión de la noche a la mañana haciendo que ese lapso que nos habían otorgado se redujera a solo unos días.

– Mmm… Entonces quieres decir qué…

- Quiero decir que la única persona que hizo eso fue Orlando, pues era el único que estaba a cargo de esos papeles, él era quién le hacía los favores sucios a mi padre de denegar peticiones y solicitudes de la comunidad LGBT.

- ¿Por qué estás tan seguro que fue él? ¿Tenía algún motivo?

– Narrador, a estas alturas de la situación estoy entendiendo muchas cosas, Orlando de una forma u otra quería vengarse de mi rechazó hacia él, ¿cómo lo hizo? Pues fácil, dándole dónde más le duele a Eliot Petrilli en sus hoteles, ¿Y a quién iba a mandar a solucionar ese problema? Pues a mí, cómo sabía que estaría de luna de miel en San Cristóbal de las casas para así después partir a Europa.

– ¿Brandon estas seguro de eso?

– Sí, claro que sí, sino dejo de llamarme Brandon Petrilli; claro que estúpido fui, como no pensé en eso antes, él sabía que estados de la república mexicana tenían más turistas de la comunidad LGBT así como sus playas, entre dichos estados estaba Chiapas.

– O sea que Orlando hizo eso para sabotearte tu luna de miel.

– ¡Exacto amigo narrador tú si sabes!

– Ay Brandon me alegra que te hayas dado cuenta de eso, pero demasiado tarde, pues las cosas iban de mal en peor, deja continuar.

- ¿Tú ya lo sabias?

– Así es, ¿Me permites continuar?

– ¡No! ¡No hasta que tenga una explicación y la quiero ahora!

– ¿De qué hablas Brandon?

– Sí lo sabías, ¿Porque no me lo dijiste desde un principio?

– Brandon, no tenía caso decirte eso, puesto que llegaste aquí después de lo que te sucedió.

- ¿Me sucedió? ¿Qué me sucedió?

– No diré más, todo a su tiempo señor Petrilli, todo a su tiempo, ahora si me permites, déjame seguir.

– Mmm… Ahora el que no entiende nada soy yo, pero bueno continúa.

Después de la bienvenida y de las muchas sorpresas que se dieron ese día; el grupo había sido acomodado en sus habitaciones, durante el transcurso del día, Héctor y Federico charlaban un poco, platicando cosas que se tenían en común; Aranza estaba pensativa ante el encuentro con su antiguo amor Julián, pues según habían dicho que ellos terminarían juntos, pero sorpresas de la vida no fue así, ya que ahora estaba casada con Brandon; mientras que Brandon estaba al lado de su esposa recostado, mirando al techo y pensando en las diferentes sensaciones que tuvo parte de la mañana de ese día, sus confusiones aumentaban, provocándole así un desánimo y desequilibrio emocional.

Aranza al ver la hora le dijo a su esposo. – Mi amor ya son ocho y media, la cena y coctel de bienvenida es a las nueve y media, ¿No piensas vestirte?

– Brandon se giró, abrazando la almohada, dándole la espalda a Aranza diciéndole desanimado. – No sé amor.

– Aranza se le fue acercando a su esposo, se recostó con él y abrazándolo, le dijo al oído. – Mi amor, te pasa algo y no me quieres decir, ¿Qué es?

– Brandon agarro las manos de su esposa, las beso y suspirando dijo. – Nada, no es nada, solo abrázame como cuando éramos novios y nos quedábamos dormidos en tu recamara.

– Aranza sonriéndole, lo abrazo de tal forma que comenzaron a platicar y recordar cuando eran novios y su amor parecía miel sobre hojuelas; aparentemente el amor entre Aranza y Brandon estaba pasando de ser miel a ser hiel, pues se estaba enfriando su relación, las confusiones y dudas sobre sí mismo, hacían que Brandon se estuviera apartando de su esposa; tan solo minutos después, Aranza ya arreglada y perfumada salía de la habitación luciendo un elegante vestido negro de noche para dicho evento, dejando a Brandon terminarse de bañar, él salía del baño y se secaba bien sus partes íntimas, poniéndose un poco de loción, colocándose el bóxer, se comenzaba a vestir, cuando de pronto la puerta de su habitación se hizo sonar.

Brandon pensando que era Aranza dijo. – Amor ¿ahora que olvidaste?

– En bóxer Brandon abría la puerta y al ver que no era su esposa exclamó. - ¡Tú!

– Mirna sonriendo le dijo. – Sí, soy yo.

– Mirna al ver semidesnudo a Brandon se mordió el labio diciendo. – Y pensar que la insípida de tu esposa duerme con todo este manjar y no lo sabe aprovechar.

– Brandon desconcertado le dijo. – Mira no sé qué quieras y que busques, pero yo soy casado, solo recuerdo que tuvimos una aventura hace mucho tiempo y ya, fue todo, por favor vete y déjame en paz.

– Mirna necia empujo a Brandon y entro a la suite, nervioso Brandon agarro la toalla y se cubrió, Mirna luciendo un vestido rojo con un escote prominente le decía. – Quiero que se repita lo que hicimos esa vez.

– Brandon nervioso exclamó. - ¡No, ya te dije que soy casado y que respeto a mi esposa! ¡Ahora vete de aquí!

– Mirna soltó una carcajada y le dijo. – Con que respetas a tu esposa eh, bueno pues si la respetarás no te hubieras acostado con Federico.

– Brandon nervioso y asombrado pregunto. - ¡¿De dónde sacas eso?!

– Mirna se le acercó, quitándole la toalla, le agarro el pene sobre el bóxer y le dijo. – Federico me cuenta todo, me contó todo con lujo de detalle, yo que tú no me confiaba ya que él le puede decir a tu esposa.

– Mirna intentaba sacarle el pene a Brandon del bóxer, cuando él le sujeto ambas manos diciéndole. – ¡Entiende tú para mi fuiste una aventura, un simple acostón, así que vete y deja de inventar cosas que no son!

– Brandon jaló y saco a Mirna al corredor del piso donde se encontraban, Mirna enojada le dijo. – No es ningún invento, si quieres que esto quede en secreto y tu insípida esposa no se enteré tendrás que hacer lo que te pida.

– Brandon moviendo la cabeza le dijo. – Ya estuvo bueno que cualquiera quiera mangonearme y manipularme a su antojo, quieres decirle la verdad a Aranza hazlo, pero que te quede muy en claro que tú para mi fuiste una más que paso por mi verga, fuiste una vagina más que disfrute, fuiste solo un desliz de mi parte, pero no significas nada para mí.

– Mirna furiosa le dio una cachetada en la mejilla derecha diciéndole. – Maldito, juro que te arrepentirás de esto.

– Brandon riéndose le dijo. – Es más, solo me acuerdo de tu cuerpo, de tus gemidos, de tus mamadas, pero de tu nombre no, no lo recuerdo.

– Mirna ardida de coraje le dio otra bofetada esta vez en la mejilla izquierda diciéndole. - ¡Tu matrimonio llego a su fin!

– Mirna furiosa caminó para tomar el elevador y Brandon le decía. - ¡A ver a quién le creé Aranza sí a ti o a mí!

Brandon muy nervioso se vistió de forma rápida y presurosa, saliendo de la suite para tomar el elevador y poder impedir que Mirna dijera algo, al llegar abajo comenzó a buscar a Mirna y al verla meterse a la oficina de Federico él la siguió, entrando la tomo del brazo y furioso le dijo. - ¡No te atrevas a decirle algo a Aranza!

– Mirna sonriendo le dijo. – Bueno entonces si no quieres que le diga hazme el amor ahorita y aquí mismo.

– Brandon la soltó agarrándose la cara le decía. – ¿Haces todo esto por qué quieres que te coja? ¡Vaya me saliste más zorra de lo que pensé!

– Mirna furiosa quiso cachetear a Brandon, pero él la sujeto de ambas manos diciéndole. - ¡Haz lo que quieras, dile a Aranza, es más te acompaño para que le digas, a ver a quién le cree!

– Mirna se puso roja del coraje, estaba que rabiaba de odio, en ese momento Federico entraba a su oficina y al ver a Mirna y Brandon cerca exclamó. - ¡¿Pero qué sucede?!

– Mirna desesperada intento hablar y Brandon la calló diciéndole. – Aquí quien habla soy yo.

– Federico desconcertado los miró y pregunto. - ¿Se puede saber qué pasa?

– Mirna estaba nerviosa y Brandon le decía. – Lo que pasa aquí Fede es que tu empleada se atrevió a amenazarme con decirle a mi esposa que le fui infiel, pero lo que a la señorita se le olvida es que quién tiene más peso en esto soy yo y si de alguna forma le dice a mi esposa alguna ofensa me veré obligado a ordenar su liquidación y ser destituida del cargo de guía de este hotel.

– Mirna enojada exclamó. - ¡No te atreverías infeliz!

– Brandon sonriéndole le dijo. – Pruébame y veras que soy capaz de eso y más.

– Federico serio mirando a Mirna dijo. – Descuida Brandon no pasará nada, ahorita mismo me encargo, por lo mientras ve al salón de eventos, Aranza está sola esperándote.

– Brandon caminó directo a la puerta y justo antes de salir dijo. – Piensa lo que quiere hacer señorita, pero pondrá en juego su trabajo y su licencia para ejercer el turismo, con permiso Fede.

– Brandon se salió de la oficina pensando que las cosas estaban controladas.

Federico enojado le grito a Mirna. - ¡Pero que estúpida eres! ¡¿A caso no piensas las cosas y lo que puede suceder?!

– Mirna desesperada exclamó. - ¡Yo lo amo, lo amo con todas mis fuerzas y quiero que sea para mí!

– Federico al ver la forma tan histérica que estaba Mirna le dio una cachetada y le dijo. - ¡Ya cálmate por favor!

– Mirna comenzó a llorar y Federico la abrazó para consolarla diciéndole. – Amiga, lo que tu sientes no es amor, es un simple deseo sexual que tienes por Brandon, él solo te quiso para un rato pues ya tiene a la mujer ideal que es para él, debemos aceptar que ambos solo fuimos una aventura sexual, ya tranquila, deja de llorar y límpiate, tenemos que estar presentes para la cena y coctel de bienvenida.

– Mirna suspirando entre sollozos le dijo. – Tienes mucha razón… Solo fui una mujer más en su lista y yo de estúpida esperando a que se fijara en mí, que estúpida soy.

– Federico le dio una servilleta para que se limpiará y le dijo. – Mirna eres guapa, una mujer como tú no se va a quedar sola, ya lo verás.

– Mirna mostró una leve sonrisa y se limpió; se volvió a retocar el maquillaje y salieron de la oficina rumbo al salón de eventos.

Llegando juntos, saludaban a los presentes, Mirna estaba apenada y evitaba cualquier tipo de contacto con Brandon y Aranza, trataba de esquivar sus miradas, aunque de todas formas Mirna saludo a Aranza de forma afectiva y sintiéndose un poco culpable ante lo hecho hacía Brandon, ya que fue Aranza la que se le acercó a saludarla y hablar con ella, ambas platicaban del itinerario, Mirna estaba bastante apenada y pues evitaba cualquier pregunta acerca de Brandon.

Mientras que Federico y Héctor conversaban un poco retirados del murmullo de la gente, entre risas y miradas ambos se mostraban muy a gusto y lo bien que se estaban agradando, pero Brandon estaba preocupado, nervioso y algo celoso, pues por un lado miraba a Mirna platicar con su esposa y cerciorándose que no dijera nada y por otro lado miraba a Héctor y Fede charlar, se sentía extraño y raro, quería unirse a la charla entre ambos hombres, pero Julián se le acercó con una copa de vino y comenzaron a hablar sobre el turismo, el tramite que había realizado la comisión nacional de turismo así como sacando el tema de Aranza y como iban en su relación.

-Para serte sincero narrador, Julián me cayó de la patada, se siente el galán y no dejaba de mirar a mi Aranza, me molesto mucho, digo él es igual que yo pero de piel más clara, pero no entiendo porque preguntaba de como trato a Aranza si es más que obvio que la he tratado bien.

– Brandon has tratado bien a Aranza, pero no le fuiste fiel, aparte Julián era de esperarse que preguntará de ella y como la tratas, puesto que ellos fueron novios hace varios años durante mucho tiempo, además también te mostrabas celoso ante Héctor pues Federico estaba muy atento con él y le sonreía a cada rato.

– Amm… Bueno, bueno es que Fede es Fede y pues, bueno sí me dieron celos que Federico estuviera tan atento con el tipo ese, pero debes entender que le comencé a tomar cariño y aprecio.

– Te recuerdo que Héctor es gay declarado y pues Federico es gay también, así que existe la posibilidad que entre ellos haya algo.

- ¡No, no puede haber algo entre ellos!

– ¿Brandon ya no te sientes confundido?

– No te puedo responder ahora, porque ni yo mismo lo sé.

– Bueno sigue pensando en lo que continuó narrando.

– Bien, bien adelante has tu trabajo.

Julián y Brandon charlaban sobre Aranza, hablaban cosas buenas, no malas, Julián entre suspiros le confesaba a Brandon que a pesar de que él tuvo 3 novias después de Aranza, él a quién seguía queriendo con mucho cariño y aprecio es a Aranza, Brandon se tornaba un poco molesto, pero Julián le daba a entender que el respetaría su relación y su matrimonio, pero en dado caso que él le hiciera daño a Aranza o le fuera infiel a ella; puesto que Brandon Petrilli era famoso por sus múltiples relaciones fugaces y que era muy noviero e infiel; Julián tomaría cartas en el asunto reconquistando y cuidando de Aranza, pues él le decía que Aranza es una mujer tierna, noble y de muy bellos sentimientos, Brandon se tomó de golpe el contenido de su copa y pensaba ya había cometido un gran error y era demasiado tarde para arrepentirse.

Aranza y Mirna platicaban y Mirna le daba a entender que ya no haría más por Brandon, que se resignaba por completo a perderlo, pero si en dado caso se diera la oportunidad ella estaría dispuesta a conquistarlo y amarlo, Aranza le daba buenos deseos y ánimos para que no se pusiera triste, le ofrecía una copa de vino y brindaban por su amor no correspondido, mientras que Aranza le decía que sentía cierta incomodidad al tener a su ex tan cerca, le decía también que ella estaba perdidamente enamorada de Brandon y que le daba miedo lo que fuera a pasar, puesto que ha notado muy raro a su marido después de que regreso de ese viaje fugaz que hizo donde Brandon tuvo su encuentro con Federico; Mirna entendía y se daba cuenta que Aranza efectivamente estaba muy enamorada de Brandon, pero ese amor la estaba volviendo muy ingenua al no darse cuenta que hubo una infidelidad por parte de él, ambas charlaban y se aconsejaban una a la otra sobre el que hacer con esos asuntos amorosos.

Mientras que Héctor sospechaba que Federico no era heterosexual como trataba de aparentar, así que él de forma astuta y respetuosa le tomó de la mano y le dijo discretamente mientras estaban en una mesa apartada de la gente. – Federico, ¿puedo hacerte una pregunta?

– Federico nervioso al sentir la mano rasposa de Héctor sobre la suya le dijo. –Pues ya hiciste una pregunta, pero sí, sí, adelanté, puedes preguntarme algo más.

– Héctor le sonrió y pregunto. - Cierto ya hice una pregunta, bueno espero no incomodarte pero, ¿Eres gay de closet verdad?

– Federico aparto su mano de la de Héctor y sonrojado contestó. – Te diste cuenta por mi forma de caminar y hablar, ¿Verdad?

– Héctor sonriéndole le respondió. – No fue por eso, sino porque me he dado cuenta que cuando yo sonrió tú me sonríes y haces que sienta cosas raras en mi ser.

– Federico apenado le comenzó a explicar las cosas y el asunto de cómo consiguió el trabajo en los hoteles Petrilli y como fue ascendiendo, así de como tuvo que fingir ser heterosexual y sobre sus problemas amorosos, sin mencionar el nombre de Brandon, poco a poco Héctor sentía atracción por Federico y Federico se sentía bastante a gusto al charlar con Héctor.

- Pero como puede ser, que fácil es Federico, pensaba que era diferente y de la noche a la mañana se comenzó a enamorar de ese y me dejó a mí.

– Brandon no digas eso de Federico, recuerda que quién lo engañó fuiste tú, tú lo usaste solamente por placer y curiosidad sexual, así que él tiene derecho de rehacer su vida y si el destino le ha puesto en su camino a Héctor que aproveche, pues Héctor es buen hombre y muy noble, así que antes de criticar la actitud de Federico, mírate en un espejo.

– Narrador en vez de darme la razón a mí, me culpas, pero si tienes razón, yo tuve la culpa, pero bueno, continúa.

– Brandon no te has decidido y tu tiempo se acaba.

Pues eso fue lo que pasó ese día, la noche se tornó muy amena y estuvo agradable el ambiente, tuvieron un buen anfitrión así como una velada fantástica, por el momento aquí llegamos y termino con este día, recuerden amigos que estamos cerca del final y Brandon no sabe qué hacer con su vida, bueno no dejen de leer…

Luna de Miel.

¡En sus últimos capítulos!

MUCHAS GRACIAS... QUE TENGAN UN AGRADABLE DÍA.