Capitulo Veinte.

El comienzo de la muerte.

Después de los descubrimientos que Irene hizo sobre su hermana y sus sentimientos, ella y Aura únicamente se han hablado para el cierre final del contrato de venta del restaurante, Aura se ha sentido mal moralmente pues ha recapacitado que el haberse comportado de esa forma con Gabriel y desearle mal a su hermano Esteban no era la forma correcta de hacer las cosas, poco a poco se ha dado cuenta que ella no estaba en verdad enamorada de Gabriel, que solo era un antojo sexual nada más, pero lo hecho, hecho esta y no hay marcha atrás; las cosas entre Tulio y Luz están empeorando, aunque ella quiere mucho a él, las cosas no están funcionando, ya que Tulio se ha comportado fríamente con Luz, controlan sus impulsos de discutir por saber que están en casa ajena, pero ya su relación se enfrío, no hay remedio, lo único que queda por hacer es divorciarse, Eloísa ha tenido severos ataques de asma últimamente, pues ha tenido conflictos con Edson, que ha estado haciendo de las suyas, llegando tarde, ausentándose en la casa uno o dos días, ocasionando así que estén por echarlo a la calle con sus cosas, pero Alejo le ha impedido que haga eso Eloísa, pues él sigue disfrutando el placer sexual y la fogosidad de Edson en la cama, han tenido sexo en la sala, en el baño, en la cocina, inclusive en la propia cama donde Alejo y Eloísa duermen, pero Edson no se ha quedado con antojo, pues también con Tulio ha tenido sus encuentros sexuales, sin vergüenza alguna y pena, se han revolcado en su cama, la cama de sus suegros, en el pasillo, en las escaleras, en los sillones, siempre y cuando nadie los vea, lo único bueno que Edson ha hecho es el cuidado de Doña Esther, pues le ha comprado sus medicamentos, incluso la ha animado a salir de la casa y caminar por el parque, la ha llevado a sus consultas y siempre está al pendiente de su alimentación.

La relación entre Pablo y Ángela van muy bien, ella regreso a trabajar y a finalizar el curso escolar en la secundaria, Marcela la madre de Pablo y Erick, ha estado muy ocupada en el hospital y en los cursos y talleres que han impartido ella y Eloísa, otro motivo para que ella sufra de ataques de asma debido al estrés y las intensas horas de trabajo en el hospital, sin duda alguna han recibido el apoyo de Erick, que se ha dedicado y administrado su tiempo para ayudar a su madre y su tía en el hospital, hacer la sección de lectura infantil y sobretodo el poder salir con Gabriel, con él que en todo este tiempo, han salido a caminar, conversar y conocerse en todos los sentidos, sus gustos y disgustos, en este tiempo.

Gabriel y Erick han estado al pendiente de cómo van los preparativos del nuevo “Pasión al sabor”, las cosas han ido avanzando muy bien, tienen a un equipo preparado y listo para lo que se ofrezca y suceda, respetando la carta original y recetas exclusivas de Esteban.

Han pasado ya un mes y medio; y a una semana que el restaurante sea inaugurado, les hace falta decoración.

Gabriel muy preocupado y enojado por no poder ayudar, en su sillón se agarraba la cabeza, muy desesperado decía. - ¡Maldita sea! ¡Maldita sea! ¡Odio estar ciego, no puedo ayudar!

– Ángela se le acercó y le pregunto preocupada. - ¿Qué te sucede?

– Gabriel desesperado, con la cara de tonalidad roja de coraje e impotencia contesto. - ¡No puedo ayudar en la decoración del restaurante!

– Ángela lo abrazo y le dijo calmándolo. – Hermanito, te preocupas tanto, ¿Porque no le pides ayuda a Erick?

– Gabriel un poco más relajado le dijo. – Tienes razón, muy buena idea, le diré a Erick que nos ayude, como no se me ocurrió antes, me bloqueo cuando me estreso.

– Ángela dándole un beso en la mejilla a su hermano le dijo. – Te preocupas tanto, habiendo solución.

– Gabriel suspiro y dijo. – Me gustaría ser yo quien decore el nuevo restaurante, pero esta visión que aún no me regresa.

– Ángela colocándole la mano en el hombro de su hermano le dijo. – Si, pero por algo no se puede que tú seas el decorador, me comentaste hace tiempo que cuando soñaste con Esteban, te dijo que tu ceguera era psicológica, así que mejor no te preocupes, pronto volverás a ver.

– Gabriel muy impaciente movía la cabeza, el timbre sonó, Ángela se dirigió a abrir y haciendo pasar a Pablo y Erick.

Ella le dijo. – Erick, justamente estábamos hablando de ti.

– Erick saludándola le dijo. - ¿Enserio? Cosas buenas me imagino.

– Gabriel al escuchar la voz de Erick le dijo. – Gnomo, te tengo una encomienda.

– Erick se le acerco dándole un beso en la mejilla pregunto. - ¿Qué encomienda es, peludo?

– Ángela y Pablo se saludaron y pasaron a la sala, se sentaron,

Y Pablo al notar nervioso a Gabriel le pregunto. - ¿Sucede algo malo cuñado?

– Gabriel le contestó amablemente. – Si, me estaba estresando por que no puedo ayudar con la decoración del nuevo restaurante, estamos a tan solo siete días de la inauguración, pero mi hermana me hizo acordarme de ti gnomo.

– Erick sorprendido le dijo. - ¡Yo! ¡¿Pero porque?! ¡Peludo!

– Gabriel sonriendo ya relajado le dijo. – Erick, mi gnomo, me habías comentado que estudiaste diseño gráfico y fotografía, que tomaste un curso que no tiene mucho que finalizaste de decoración de interiores, es hora que pongas en práctica todo eso y te vayas preparando para cuando trabajes.

– Pablo contento le dijo. – Hermano, esta es tu oportunidad, pondrás en práctica todo lo que aprendiste en la universidad y esos dotes que tienes para la decoración, anímate.

– Erick muy nervioso, agarrándose las manos, les dijo. – No sé, tengo miedo, sino les gusta, si me sale algo mal, tengo tan solo una semana para eso.

– Gabriel con su mando buscando la mano de Erick, le decía. – Gnomo, tu puedes, una semana es suficiente, es más, para que te vayas dando una idea de cómo puedes decorar, mañana mismo viajamos a Guadalajara a que conozcas la decoración y diseños de cuadros que hice para “Pasión al sabor”.

– Erick se sorprendió y le dijo. - ¡Es enserio peludo!

– Gabriel diciéndoles. – Si, es más, Pablo y Ángela irán con nosotros.

– Pablo contento dijo. - ¡Súper, que bien!

– Ángela sonriendo dijo. - ¡Si, claro que iremos, para que te sientas seguro Erick!

– Erick un poco más tranquilo sonrió y dijo. – Está bien, lo voy hacer, solo porque tú me lo pides peludo.

– Gabriel guiño el ojo y dijo. – Confío en ti gnomo.

– Gabriel siguió ultimando detalles sobre el “Pasión al sabor II”.

Mientras que Irene y Aura en el restaurante, verificaban que todo estuviera bien y en orden, que funcionaran bien las televisiones y que las mesas estuvieran bien acomodadas y alineadas, que las sillas estuvieran limpias y sin ningún maltrato, Tulio y Luz se repartían el trabajo, él asesoraba a los chefs de cómo debían preparar y decorar los platillos y Luz se encargaba de enseñarles a los meseros que mesas les tocaban a cada uno así como hacía la elección de capitán de meseros, explicándoles que debían de ofrecer para acompañar cualquier platillo, así como sugerencias de postres, vinos y licores; como se deben de preparar los platillos especiales de la carta que exclusivamente Esteban hizo para la apertura del primer restaurante, estaban tan ocupados y tan tensos que no se daban cuenta que el reloj avanzaba muy rápido y ya estaba obscureciendo.

Una llamada al teléfono de Irene hizo que se dieran un receso todos; ella contesto y era Gabriel que le contaba.

– Irene hola, espero todo vaya bien en el restaurante, ya solo siete días y la gran apertura.

– Nerviosa Irene saludo diciéndole. – Hola Gabriel, pues todo está bien, solo que urge mucho quien nos haga la decoración, no tenemos suerte en eso, no hemos encontrado quién haga eso.

– Gabriel diciéndole sonriendo. – Descuida Irene, ya tengo quién haga ese trabajito, es más, confió mucho en él, mañana viajaremos mi hermana, mi cuñado, la persona encargada de la decoración y yo a Guadalajara, para que se vaya dando una idea de cómo debe quedar el restaurante.

– Irene aliviada dijo. – Gracias, que bueno que ya hay quién nos ayude a decorar y dejar el lugar como un restaurante de lujo.

– Gabriel contento y emocionado le dijo. – Tu hermano desde el cielo estará feliz de lo bien que va a quedar el nuevo restaurante, cuídate y terminen pronto.

– Gabriel se despidió e Irene le dijo. – Si Gabriel, mi hermano Esteban desde el cielo estará feliz y emocionado, un beso muchas gracias y descansa.

– Irene colgó y contenta les dijo. – Chicos, les tengo una noticia muy buena.

– Aura pregunto muy exhausta. - ¿Qué es?

– Luz muy atenta al igual que Tulio esperando la respuesta de Irene, que les dijo. – Ya tenemos decorador para el restaurante, Gabriel viajará mañana a Guadalajara, para mostrarle a la persona que hará la decoración como debe quedar el restaurante, así que supongo, serán ideas similares a las que Gabriel tiene.

– Luz emocionada dijo. – Sea como sea, ideas de Gabriel o no, Esteban estaría emocionado con este nuevo restaurante, su sueño se hará realidad, tendrá un “Pasión al sabor II” aquí en México.

– Tulio contento dijo. – Bueno, pues esto debemos de celebrar.

– Aura sonriendo suspiro y dijo. – Mi hermano está muy contento y emocionado, lo sé, celebremos como a él le hubiera gustado.

– Aura paso a la bodega, donde abriendo una caja de tequila, saco una botella y enseñándoselas les dijo contenta. - ¡Mi hermano brindaría con mucho gusto!

– Irene notaba rara la forma de comportarse de Aura, pero eso no haría que cambiara de opinión y mucho menos borraría lo que ya se había enterado; Aura sirviéndoles un chorro de tequila a los meseros, a los chefs y sus ayudantes, junto con Tulio, Luz e Irene, brindaron por la memoria de Esteban y el éxito del restaurante.

A la mañana siguiente, muy temprano, Ángela y Gabriel estaban por salir de su casa, para pasar a la casa de Pablo y Erick.

Un tanto nervioso él suspiro y dijo. – Tengo miedo.

– A lo que su hermana preocupada le pregunto. - ¿Miedo a qué?

– Gabriel se agacho a acariciar a Sambo y le contesto. – Miedo a que suceda una tragedia en la carretera.

– Ángela le dijo seria. – Hermano, no pasara nada, ten fe que todo irá bien, debes enfrentar ese temor.

– Gabriel tragando saliva, muy nervioso le dijo. - Si tienes razón, debo ser fuerte y enfrentar eso, vamos.

– Subiendo a Sambo en la parte trasera de la camioneta de Ángela, y ellos adelante, tomaron rumbo a la casa por los chicos, para así salir con rumbo a Guadalajara.

Pablo y Erick ansiosos por el viaje, se despedían de Marcela, su madre, la cual les dijo. – Mis hijos, cuídense mucho, supongo regresaran mañana, dudo que regresen hoy, si son casi siete horas de camino no creo que se regresen hoy, con mucho cuidado me avisan.

– Pablo besando a su mamá se despidió diciéndole. – Si, no te preocupes, manejare yo, descuida mamá.

– Erick abrazando a su mamá le dijo. – Mamá tengo mucho miedo, no sé si me vaya bien en eso.

– Marcela le agarro la mano a su hijo y le dijo. – Erick, eres un muchacho inteligente, brillante, puedes hacer eso y más, es cuestión que confíes en ti mismo, eso es todo hijo, tu madre te lo dice y con eso basta, si Gabriel confía en ti es porque sabe que puedes y quieres, ánimo hijo me saludan a los muchachos.

– Marcela saliendo, se fue en su coche con rumbo al hospital, minutos después, Ángela y Gabriel llegaban, contentos se acomodaron, Gabriel y Erick atrás con Sambo, Ángela de copiloto y Pablo de piloto, tomando ya la autopista, Gabriel nervioso le sujeto la mano a Erick, ambos estaban nerviosos por volver a viajar en autopista y recordar aquel fatal accidente, pero uno al otro se dieron apoyo; agarrados de las manos se dieron fuerza el uno al otro y así continuaron con destino a Guadalajara, venciendo el temor de viajar en carretera.

Eloísa muy temprano estaba preparando el desayuno en la cocina, ya que había solicitado un permiso para llegar tarde al hospital, debido a que Edson no había llegado a dormir en dos noches seguidas a la casa y no había quien cuidara y atendiera a doña Esther, Tulio y Luz bajaban las escaleras discutiendo muy feo, sin darse cuenta que Eloísa estaba en la cocina.

Tulio le dijo enojado. – ¡Ya estoy cansado de ti! ¡Cansado de fingir amor cuando en realidad siento desesperación!

– Luz dándole una cachetada le dijo. - ¡Nos casamos por amor!

– Tulio la agarro de los brazos y le dijo. - ¡Nos casamos porque estabas embarazada! ¡No nos casamos por amor! ¡La única que se enamoró fuiste tú de mí, pero yo de ti no!

– Tulio la soltó haciéndola caer al piso, ella llorando se quedó ahí, mientras Tulio se iba de la casa para continuar con los preparativos del restaurante.

Eloísa muy nerviosa y triste se le acerco a su hija y le dijo con suave voz. – Hija, porque no me lo dijiste antes.

– Luz abrazando a su mamá que se había hincado, le dijo llorando. – Mamá, ¡No quería que supieran mi dolor! ¡Han sido tantos años de sufrimiento y de dolor! ¡De fingir amor cuando no hay! ¡Estoy tan cansada, tan cansada de sufrir!

– Eloísa ayudando a levantar a su hija, derramando unas lágrimas le dijo. – Para eso somos las madres, para escuchar a los hijos, ya sabía que tenían problemas en su matrimonio, el corazón de madre lo dice, por ser mi única hija, te he protegido y cuidado siempre, tenme la confianza de contarme lo que ha sucedido, ¿Por qué no nos dijiste a tu padre y a mí que estabas embarazada? ¿Qué paso con el bebé?

– Luz triste, le dijo. – Ven mamá, vamos a la cocina, es momento de que sepas lo que ha pasado durante este tiempo.

– Luz muy apenada por mentirle a sus padres durante este tiempo, le empezó a contar todo lo sucedido, durante su matrimonio.

Eloísa lloraba al saber el dolor de su hija, la abrazaba y trataba de hacerla sentir bien, ella le dijo. – Hija, eres joven, bonita, talentosa, eso que sientes no es amor, debes dejar a ese desgraciado infeliz de Tulio, no te merece.

– Luz llorando le dijo. – Si mamá, lo sé, me lo dijo Gabriel la otra vez, yo le conteste de una forma grosera, cuando en realidad tenía razón.

– Eloísa la abrazo y le dijo. – Tienes un angelito en el cielo, mi nieto que no pudo nacer porque no era momento, hija es hora de que seas fuerte, te apoyaremos tu padre y yo para que te divorcies cuanto antes, cuando regrese Alejo de su trabajo, hablare con él y te apoyaremos en todo.

– Luz le dijo limpiándose las lágrimas. – Gracias mamá, me hace tanto bien hablar contigo, no sé qué haría yo sin ti, mamá te quiero mucho, mi vida sin ti no sé qué sería.

– Eloísa abrazando a su hija le dijo. – Algún día de este mundo partiré, debes ser fuerte hija, me arrepiento tanto de no haberte dado hermanos, pero mi enfermedad me lo impedía, a mis cuarenta y ocho años, me he lamentado no complacer a tu padre con los cuatro hijos que le hubiera encantado tener, los hijos llegan en el momento justo, tu llegaste en el momento indicado, tal vez ese bebé que tenías en tu vientre no debía nacer porque viviría en un matrimonio sin amor, piensa en eso hija, te quiero.

– Luz limpiándose la nariz, termino su café y su desayuno, y le dijo. – Mamá gracias, te amo mucho, yo sé que siempre estarás en mi corazón.

– Eloísa agarro los trastes de su hija, con una cálida mirada le dijo. – Hija, siempre estaré en tu corazón, mis bendiciones siempre te protegerán y mi amor de madre siempre te rodeara, de día y de noche, te amo hija.

– Luz subió a su habitación a terminar de arreglarse, una vez lista, nuevamente bajo las escaleras, dándole un beso a su mamá en la frente le dijo.

– Mamá, te quiero mucho, me sorprende que no hayas ido a trabajar.

– Eloísa con una charola en manos, con el desayuno y pastillas de doña Esther le dijo. – Hija, iré a trabajar pero más tarde, nuevamente Edson no llego a dormir, y me tengo que hacer cargo de tu abuela, pero ahora sí sino viene a la casa, lo iré a buscar al laboratorio del hospital y le diré sus cosas.

– Luz tratando de calmarla le dijo. – Mamá, ya por favor, no hagas corajes, que eso te hace daño, mejor sube a darle el desayuno a la abuela, yo me hare cargo de ella, en caso que Edson no regrese a casa, entiende es joven y pues ha de andar en sus ondas, te quiero mamá, eres lo máximo.

– Eloísa le sonrió y le dijo. – Ay hija, siempre defendiendo a los que no son inocentes, pero bueno, anda vete, me saludas mucho a las hermanas Arroniz y a Gabriel, tengo tiempo de no verlo.

– Luz le sonrió y le dijo. – Mamá me gusta cuando sonríes, te ves tan guapa así, claro, les pasaré tus saludos a ellos, te quiero mucho.

– Ella se salió de la casa para continuar con las preparaciones a los chefs y los meseros del restaurante.

Eloísa diciendo mientras cerraba la puerta. – Que mis bendiciones siempre te cuiden y que mi amor de madre siempre te proteja.

– Ella subió a la habitación de doña Esther para dejarle el desayuno, entrando le dijo a doña Esther. – Buenos días suegra, ¿Cómo amaneció usted hoy?

– Doña Esther algo enojada le dijo. – Bien, ¿Quién es usted? ¿Dónde está mi nieto?

– Eloísa le contesto. – Que bueno señora, yo soy la esposa de su hijo Alejo, su nieto está fuera de casa, no ha venido.

– Esther le dijo seria. – Seguramente está disfrutando lo que aquí le prohíben, bueno, ayúdeme a levantar.

– Eloísa ayudando a la señora a pararse, la llevo al baño, la ayudo a sentarse y le acerco una mesa de ruedas para que desayunara, una vez finalizando, Esther le dijo. – Mis pastillas.

– Eloísa le dijo señalándole. – Aquí están, esta es la de la presión, esta es el calcio, esta es para el corazón y esta otra su tratamiento neuronal.

– Esther seria dijo. – Debiste tener más hijos, mi nieta Luz les salió muy hermosa y bonita.

– Eloísa le sonrió y le dijo. – Si, pero dios quiso que solo tuviera a una.

– Esther seria dijo. – Bueno como haya sido, dormiré, espero mi nieto regrese, me hace tanta falta, me cuida mejor que usted.

– Eloísa agarro la charola, cerrando la puerta, bajo a la cocina a lavar los trastes, para luego subir a prepararse para trabajar.

Después de un rato, Eloísa estaba por salir a trabajar, ella bajando las escaleras con su uniforme puesto, miro entrar a Edson a la casa, con gafas obscuras, y un tanto desarreglado.

Ella le dijo. - ¡Bonitas horas de llegar Edson! ¡Son casi las diez de la mañana! ¡¿Dónde estuviste estos dos días?!

– Edson se quitó las gafas y le dijo a su tía. - ¡Ay tía, no me sermonees, quieres, he ido a trabajar! pero ¿En verdad quieres saber dónde estuve?

– Eloísa coloco su bolso en una mesa cerca y le dijo enojada. - ¡Si quiero saber! ¡¿Dónde estuviste y con quién?!

– Edson se empezó a reír y le dijo. – No tía si te digo se te va a antojar, y no está el tío Alejo para que te quite el antojo.

– Edson trato de subir las escaleras, pero Eloísa lo detuvo jalándole el brazo, haciendo que se quedara en la planta baja.

Le dijo enojada. - ¡Ya estoy harta de ti! ¡Harta que hagas y deshagas como se te hinche la gana en esta casa! ¡Hoy mismo hablare con Alejo, para que te vayas de esta casa!

– Edson zafándose de la mano de ella le dijo. - ¡Quieres saber donde estuve! ¡Bien te diré! ¡Estuve en casa de uno de mis múltiples amantes! ¡Teniendo sexo, satisfaciéndome mis gustos pasionales! ¡Dándole rienda suelta a las bajas pasiones! ¡Dudo mucho que mi tío Alejo te apoye con que me vaya de la casa!

– Eloísa dándole una bofetada le dijo. - ¡Eres un maldito cerdo lujurioso! ¡No te sientas con mucha suerte Edson! ¡Alejo aunque sea tú tío pero me va a apoyar!

– Edson agarrándose la mejilla le dijo. - ¡Yo soy quien cuida a la madre de él! ¡Yo soy quien está al pendiente de mi abuela! ¡Ustedes por compasión me dieron asilo y me lo seguirán dando!

– Eloísa enojada le dijo. - ¡No ya no más! ¡Ahora entiendo porque a tus padres les colmaste la paciencia! ¡Por eso te corrieron de la casa, por lujurioso!

– Edson enojado le dio una cachetada a su tía diciéndole. - ¡Cállate! ¡Cállate que no me gusta recordar eso! ¡No me hagas hablar!

– Eloísa furiosa le regreso la cachetada diciéndole. - ¡Tus padres te corrieron de la casa no por ser gay, sino porque tenías relaciones sexuales con el chofer! ¡En tu propia casa tenían sexo, tanto con el chofer, como el jardinero, incluso con el que era socio de tu padre!

– Edson se empezó a reír y le dijo. – Si, me gustaba sentir sus vergas dentro de mí, chuparlas, lamerlas, mamarlas, que me hicieran sentir placer, satisfacción, cosa que a ti tía te hace falta, pero con lo asmática que eres no logras mantener a Alejo a tu lado.

– Eloísa lo cacheteo y le dijo. - ¡Eres un sucio! ¡Un pecador libidinoso, lujurioso! ¡Alejo y yo tenemos intimidad, no eres nadie para meterte en esos asuntos!

– Edson empezó a reírse y su tía dándole otra cachetada le dijo. – Eres tan lujurioso, tan repugnante, me da asco saber que he tenido en mi casa a un enfermo sexual aquí.

– Edson agarrándose la mejilla le dijo. – Ay tía, los dos somos humanos, tu eres mujer yo soy hombre.

– Haciendo con sus manos unas comillas burlándose dijo. - Y tenemos necesidades, las cuales debemos satisfacer, claro aunque a ti ya te llego la menopausia pues todavía tienes ganas.

– Nuevamente cacheteando a Edson le dijo. – No te metas en mi vida sexual.

– Edson le regreso la cachetada diciéndole. - ¡Tú te metes en mi vida yo también haré lo mismo!

– Eloísa muy enojada y exaltada le dijo. - ¡Me meto porque esta casa es mía y de Alejo! ¡Y porque tu aquí estas de arrimado!

– Edson enojado apretando los puños le dijo. - ¡Cállate! ¡Cállate ya maldita asmática!

– Le dio un puñetazo en la boca y ella impactada por la agresión recibida le dijo. - ¡Asqueroso, lujurioso, pervertido!

– Edson le dijo riéndose. – Si tía, si, tan lujurioso, tan pervertido y tan asqueroso como lo es Alejo.

– Eloísa con la mano en el labio le dijo. – Alejo no es así.

– Edson sonriéndole y burlándose le dijo. - ¡Eso crees tú! ¡Vengo de tener el mejor y más grato sexo que he tenido en mi vida, con un hombre varonil, maduro, que sabe satisfacer a un joven como yo! ¡Con una verga deliciosa! ¡Muy jugosa y con mucha leche! ¡Pero no tan satisfactorio como Alejo cuando me hace el amor!

– Eloísa cacheteo en cada mejilla a Edson y diciéndole. - ¡Maldito cerdo! ¡Enfermo sexual! ¿De qué me hablas? ¿Alejo que tiene que ver con tus perversiones?

– Edson agarro de los brazos a su tía, poniéndola en contra de la pared y le dijo. – Si tía ¿Quieres saber que tiene que ver con mis perversiones? Pues te diré, Alejo, tu marido, tu fiel esposo… Me dices enfermo sexual a mí, cuando en realidad el enfermo sexual es tu marido, la persona con la que te casaste.

– Eloísa tratándose de soltar le decía. – Suéltame, ¡Estás loco! Alejo no es ningún enfermo sexual.

– Edson con la respiración agitada le dijo. – Estoy loco, no más que el enfermo sexual de tu marido, Alejo, él…

- Edson soltó a su tía, ella se empezó a sentir un poco mal, le faltaba el aire.

Él derramando unas lágrimas le dijo. – ¡Tú maldito marido! ¡Tú maldito marido! Desde los cinco años me ha obligado a tener sexo con él, me ha obligado a mamarle su pene, a masturbarlo, a satisfacerlo, porque dice que tu no le llenas como mujer, prefiere sentir que tiene el dominio sobre alguien débil, ese desgraciado ha abusado, dudo mucho que te apoye con que me largue de esta casa, últimamente hemos tenido sexo fugaz, ya no me reusó, pues me ha empezado a gustar sentir el miembro de un hombre maduro en mi boca, en mi recto, me gusta, me encanta, me fascina

– Eloísa muy impactada empezó a sentir que se le iba el aire, no podía creer lo que Edson le decía, ella tratando de respirar le dijo. – No… No es… no es… po…si.. po…sible, posible él no haría eso…

- Edson al ver que su tía le faltaba el aire le dijo. – Si tía, créelo, tengo 25 años y desde hace veinte me ha ocupado como la cuerda donde seca sus sueños mojados al calor del pecado.

– Eloísa camino unos pasos y agarro su bolso, muy nerviosa y desesperada, buscaba su inhalador, el cual lo saco y por los nervios se le cayó.

Edson al verlo en el piso lo pateo y burlándose le dijo. - ¡Ay tía! Perdón, lo pateé sin querer.

– Edson lo agarro y burlándose de Eloísa le decía. – Lo quieres, si lo quieres, ven, tómalo, ¿que no puedes? Anda tómalo.

– Eloísa sofocándose, tratando de respirar, trato de marcar en su celular, pero Edson le quito el teléfono diciéndole. – Ni creas que permitiré que te auxilien, si te vas a morir, ¡Muérete pero ya! Al fin y al cabo, tú esposo, mi tío Alejo estará bien cuidado sexualmente por mí

– Edson se rió malvadamente, mirando a Eloísa, ella muy enojada y agitada, le lanzo una cachetada, haciendo que Edson tirará el inhalador, ella se dejó caer al piso, tratando de respirar y tomar el inhalador.

Pero Edson lo agarro nuevamente y le dijo. - ¡Arrástrate pidiéndome auxilio! ¡Arrástrate maldita asmática!

- Eloísa se arrastró a los pies de Edson, él le piso la mano y le dijo. - ¡Muérete perra!

- Ella sin poder respirar, perdió el conocimiento, quedando en el piso, cerca del último escalón de las escaleras.

Edson asustado se dijo. - ¡Tía despierta! ¡Tía! ¡Vamos Eloísa, no me asustes! ¡Oh por dios, la mate! ¡Mate a mi tía!

– Nervioso al ver que no se movía trato de verificar si tenía pulso, pero recapacito, ya que si la tocaba para verificar si estaba muerta dejaría sus huellas digitales en su cuerpo, así que nervioso, limpio el inhalador, tirándolo en el piso, tomando el celular, lo aplasto, estrellándole la pantalla y limpió para que no hubiera huellas, dejo la bolsa tirada con mucho cuidado, para que así pareciera que ella había caído de las escaleras.

Con mucho cuidado subió a su habitación, tomo un poco de dinero y se cercioró que doña Esther estuviera durmiendo.

Él malvadamente dijo. – Abuelita, sigue durmiendo, que bueno que esas pastillas te provocan un sueño muy profundo, tu alzhéimer me beneficia, si escuchaste o viste algo lo olvidarás en cuestión de horas.

– Edson bajo las escaleras con mucho cuidado, abriendo la puerta usando su pañuelo, cerró y salió de la casa sin que nadie lo viera.

¿Qué sucederá?

En los ojos del amor.