CAPÍTULO 5.

SUEÑOS Y COINCIDENCIAS.

Sebastián estaba con la almohada sobre su cabeza, profundamente dormido soñando ese beso, esas miradas, esa sensación tan emocionante, soñaba estar desnudo entre las sabanas con ese chico que conoció el viernes por la noche, un sueño en el cual él y el joven se besaban y entregaban su amor el uno al otro, se abrazaban y sonreían, era el momento ideal, un sueño que Sebastián nunca había imaginado tener, en ese momento que estaba por quitarle la máscara entre sueños a ese joven misterioso, su celular sonó, era la alarma, puesto que había quedado que a las 12 tenía que acompañar a Miren a ver el ensayo de “Lipotimia” ya que tendrán una presentación nuevamente en el antro de la semana pasada, él se despertó un poco molesto pues estaba en su sueño apunto de descubrir a ese chavo que le hizo vibrar entre su ser, sin ánimos de levantarse de la cama se estiro y se enderezo, acomodó su recamara y se metió a bañar rápidamente, en el baño cantaba una canción, se enjabonada y pensaba en ese chico, y a la vez imaginaba besar a Cristian, al terminar de bañarse, se puso crema corporal, se vistió común de pantalón y playera ya que solo iban a verlos ensayar y darles ánimos a los chavos, Miren quien estaba en el desayunador esperando a Sebastián y poder empezar a desayunar, ambos ya estaban listos no querían llegar tarde al ensayo ni quedarle mal a Mateo, por eso fue que desayunaron rápido, y una de las empleadas de la casa les decía que desayunara despacio que no se atragantaran, pero ellos no querían llegar tarde a pesar que hacia un leve calor y que habían dormido poco, eso no impediría llegar y verlos ensayos; ambos finalizaron su desayuno y salieron rumbo a casa de uno de los muchachos, Miren condujo hasta la casa y Sebastián notaba que el rumbo se le hacía familiar, de pronto recordó que hace unos días cuando salía del “open mind” después de haber visto a sus amigos había pasado por ahí y se había encontrado con la casa de Cristian, poco a poco esas imágenes fueron surgiendo en su cabeza y al ver que Miren se estacionaba justo en frente de la reja donde había visto al perro sorprendido exclamo.

- ¡No puede ser! ¡No puede ser!

– Miren un tanto asustada pregunto. - ¿Qué es lo que pasa que sucede porque reaccionas así?

– Sebastián le dijo aun alterado. – Nada, nada, solo que esta casa es la de Cristian.

– Miren se rio y después dijo. – Quiere decir que ya sabias donde vivía, lo bueno que a ti no te interesaba nada.

– Sebastián le explico lo que había sucedido esa vez que lo encontró ahí y le platico también lo que había sucedido en la cafetería, ella solo prestaba atención a lo sucedido y lamentaba mucho lo que él le había hecho a su mejor amigo, ella se había enojado mucho y tenía ganas de cachetearlo como buena amiga que es quería defenderlo pero Sebastián le pidió que no hiciera ni dijera nada en lo absoluto no quería que hubiera problemas; Miren lamentaba bromear con Cristian después de lo que había sucedido y ella como buena amiga le decía que pronto encontraría el verdadero amor y que lo valoraría como debía ser y quererlo como lo es. Después de eso se bajaron del carro y toco ella el timbre de la casa, una joven salió y pregunto

- ¿Qué se les ofrece?

– Miren contesto. – Venimos a ver el ensayo, mi novio toca con Cristian.

– La joven les dijo amablemente. – Pasen al costado mi hermano bajara enseguida creó aun no llegan, ustedes son los primeros.

– Miren agradeció y pasaron por el costado derecho de la casa un pequeño pasillo donde apenas y cabía una persona, cruzaron una banqueta y pasaron a una especie de bodega trasera, ahí estaban los instrumentos y los amplificadores, en eso a lo lejos un perro blanco que ladraba y corría, se abalanzo de gusto con Sebastián y este lo acariciaba y le decía que estaba hermoso, el perro brincaba de gusto, de un lado a otro se tambaleaba, Miren lo acaricio también y el perro se dejaba, en eso le gritaron.

– ¡Becker ven para acá rápido!

– El perro no quería irse y Cristian apareció llamándole al perro con una correa, lo quería amarrar para que no mordiera, pero Sebastián le dijo agarrando a Becker.

– No lo amarres no muerde además quiere jugar mira como esta de contento.

– Cristian le sonrió y les dijo. – Al parecer mi can no les hizo nada, es noble con la gente noble, y agresivo con la gente agresiva, pero tal se nota que Becker te conociera desde tiempo atrás Sebastián.

– Él al escuchar eso se puso rojo y un poco nervioso, se dio cuenta Cristian de la cara de Sebastián y Miren trato de distraer la mirada de él hacia Sebastián preguntando.

- ¿Mateo no ha llegado? Me dijo que estaría aquí desde las 11 y ya son casi 12:15.

– Cristian le quito la mirada de encima y le contesto a Miren un tanto déspota. – Mateo dijo que llegaba 12:30 un problema con su moto así que descuida no ha de tardar, no seas posesiva.

– Cristian se dio media vuelta y camino hacia una puerta la cual abrió y se metió, Miren se molestó por el comentario que hizo Cristian y le dieron ganas de darle una buena cachetada, pero su amigo le dijo que no tenía caso y que no hiciera caso a comentarios absurdos; salió Cristian de ese cuarto con una pelota y un hueso de plástico en las manos y se las aventó a ellos y les dijo haciendo mueca de burla.

– Le gusta que le avienten la pelota y que le escondan el hueso para que se ponga a buscarlo.

– Sebastián sonrió y le agradeció que prestara los juguetes de Becker para jugar con él, en lo que llegaban los demás integrantes de la banda ellos se dispusieron a jugar, mientras que Cristian tomaba la guitarra acústica y se ponía a tocar, Sebastián empezó a reconocer esa melodía y de pronto se detuvo, dudando puesto que esa melodía que él tocaba con la guitarra acústica era la misma que ese transexual canto cuando bailo con su cita a ciegas, Sebastián pensaba, será posible que Cristian sea ese joven de aquella noche, será que él es con el que me bese, con el que sentí emoción.  Cristian empezó a cantar la canción Sebastián se acercó poco a poco y él al notar que se aproximaba Sebastián él se detuvo y dijo serio.

– Muy buena canción, me gustaría pasarla a versión rockera.

– Sebastián le sonrió y dijo. – Pues sería una buena versión, aparte seria original, ya que nadie más la ha tocado en rock.

– Cristian le dijo fríamente. – Después de todo no eres tan ignorante con respecto a la música, tienes buenos gustos.

– Sebastián se regresó a seguir jugando con Becker y Miren ignorando ese comentario que él había hecho, mientras que él tomo la guitarra nuevamente y empezó a tocar y cantar la canción.

Minutos más tarde llego Mateo junto con los otros chavos, sin hacer tanto esperar empezaron a ensayar durante media hora estuvieron practicando canciones conocidas y 2 de su autoría, en una pausa que hicieron Cristian les comento a la banda sobre su idea de tocar la melodía romántica y cambiarla a algo rockera, a los chavos les agrado la idea y se dispusieron a cambiar partituras y tonadas de esa canción, entre ratos Mateo besaba a Miren, y Sebastián jugaba con Becker pero seguía esa duda en mente, era una coincidencia rara que la melodía, precisamente esa melodía la misma con la que se besó y bailo con aquel joven era la misma que Cristian quería cambiar la tonada sus pensamientos lo hacían ilusionarse pero a la vez como que él mismo se frenaba de sus impulsos, pero eso no le impedía jugar con Becker se reía de lo que el perro hacia y Cristian de reojo miraba como se llevaba Becker con Sebastián y pensaba ojala así fuera Ileana con Becker, que le gustara jugar y ensuciarse con él.  En eso una voz conocida se aproximaba, Becker se enderezo del piso soltó la pelota y salió corriendo ladrando de forma agresiva, al ver que era Ileana ella gritaba pidiendo auxilio rápido corrió Sebastián tomo al perro del collar y Cristian abrazo a Ileana y le dijo.

– Mi amor ya te dije que no grites porque Becker se asusta y se pone nervioso, tranquila no pasa nada no muerde, mira Becker no les hizo nada a Miren y su amigo.

– Ileana haciendo gestos de asco dijo. – Odio a los perros grandes y más si sueltan pelo, aparte tu perro es agresivo deberías de dejarlo abandonado o sacrificarlo.

– Sebastián se molestó y le dijo. – Que a ti no te gusten los perros grandes no es necesidad que sugieras el sacrificio o que lo abandone, por gente ignorante como tu hay muchos perros en la calle y sufren mucho, que a ti no te quiera Becker por ser como eres no es culpa del perro sino tuya.

– Ileana se enojó y se abalanzo hacia Sebastián queriéndole golpear pero Becker le gruño a ella y solo así contuvo sus ganas de quererle pegar a Sebastián, ella miro un tanto molesta a Cristian y esté le dijo.

– Lamento decir que Sebastián tiene razón princesa, tiene razón en lo que dijo y no puedo hacer nada.

– Él soltó a Ileana y tomo la correa de Becker y lo amarro cerca de su casa, Ileana se enojó muchísimo y miraba con repudio a Sebastián el mejor se fue con Miren, mientras que Ileana apretaba sus puños y decía en voz baja.

– Esto no se queda así juro que no se queda así.

– Cristian regreso volvió con Ileana y juntos pasaron a la bodega a seguir ensayando. Los chavos no habían notado lo sucedido, pero Sebastián le estaba comentado lo que paso a Miren y ella se reía imaginando lo ridícula que se vio Ileana al gritar por un perro.

Después de unas horas y hacer los arreglos a la canción probaron las partituras y empezaron a tocar probaron el sonido y como se escuchaba la versión, Miren, Ileana y Sebastián prestaban atención a la canción y su nuevo formato, al terminar de tocarla preguntaron que como les había parecido, Miren y Sebastián les agrado la canción pero Ileana haciendo muecas dijo que era un desperdicio y habían echado a perder una buenísima canción romántica a la versión moderna, los chavos y Cristian se pusieron un poco serios por dichos comentarios y Miren les animo diciéndoles.

– Chavos pues somos 2 de 3 a los que les gusto la canción así que por mayoría pues les quedo de maravilla.

– Ileana enchueco la boca y mejor decidió meterse a la casa de Cristian a platicar con su cuñada, Cristian se estaba desesperando de la actitud tan insoportable de ella, incluso un guitarrista llamado Joel le hizo el comentario que mejor mandara por un tubo a Ileana que se buscara otra vieja, total tenia viejas a montón y regadas a sus pies, y pues no era mala idea cambiarla por otra, Cristian mientras pensaba en si dejar a Ileana o no, ella gritándole desde su habitación.

- ¡Cristian, de quien es esta maldita pulsera que tienes en el cajón!

– Cristian recordó que tenía guardada la pulsera que se le había caído a Sebastián y se metió de inmediato a la casa, subió las escaleras y entro a su recamara, y le quito la pulsera, ambos bajaron discutiendo y peleando, la hermana de Cristian sorprendida escuchaba los gritos e insultos que Ileana le decía a su hermano, bajando las escaleras y diciendo palabras obscenas, sin importarle el que dirían de ella, Cristian enojado la tomo de los brazos y le grito.

- ¡Ya, basta! ¡Ya basta! ¡Me desespera tu actitud, me asfixias, eres posesiva eres desagradable, me pones de mal humor, eres algo chocante, prefiero estar solo que seguir contigo, lo nuestro se acabó!

– Ileana se puso a llorar agarrándolo de los brazos le dijo. – No me puedes terminar Cristian, no puedes, me amas yo lo sé, tratare de remediar las cosas pero por favor no me termines.

– Cristian la ignoraba y se trataba de soltar de ella, mientras que los demás veían el escándalo que estaba haciendo ella, Cristian apenado logro soltarse y le se le acerco a Sebastián diciéndole.

– Toma, creo que esta pulsera es tuya, la dejaste en el asiento de la camioneta.

– Sebastián la agarro y se la volvió a poner y le dijo apenado. – Gracias Cristian, ya la había dado por perdida, es de buena suerte.

– Ileana al ver y descubrir que la pulsera era de Sebastián se le acerco con mucho coraje y le dijo. – Así que esa maldita pulsera es de ese imbécil, volviste a caer en esas estupideces, eres un imbécil marica de mierda.

– Ileana volteo el anillo de su dedo y cacheteo a Sebastián dejándole una herida sangrante, Miren se enojó y le grito.

- ¡A mi amigo nadie le pega!

– Miren le regreso la cachetada tirando a Ileana al pasto, Mateo agarro a Miren y logro impedir que se siguieran golpeando, Cristian apenado cargo a Ileana y se la saco de la casa. Sebastián se agarraba la mejilla y trataba de contener la sangre con una servilleta que le había pasado Joel, Miren se tranquilizó y observo cuidadosamente el rasguño que le había dejado el golpe de Ileana, Sebastián no quería que le tocaran ni que se preocuparan todo estaba bien, en eso Cristian regreso con alcohol y algodón le pidió a Sebastián que se enderezara y que pusiera de lado la mejilla, él levanto la cara y miro los ojos de Cristian que no eran color miel sino grises, sus miradas nuevamente se entremezclaron causando una sensación entre ambos, Cristian toco con el algodón humedecido con alcohol la herida y la empezó a limpiar, le curo la mejilla y sus miradas no se despegaban, Miren, Mateo y los chavos notaban algo raro entre ellos, pero era muy pronto para decir o comentar algo, al finalizar la curación Cristian fue a dejar el alcohol y el algodón a su lugar y de paso libero a Becker de la correa quien rápidamente se abalanzo hacia Sebastián y le lamia la cara y movía la cola en señal de preocupación y agradecimiento de Becker hacia él. 

Después del show que había acontecido, los chavos se empezaban a ir puesto que tenían hambre ya eran casi las 5 de la tarde, Cristian estaba algo apenado con lo sucedido, se disculpó uno a uno de los miembros de la banda, Mateo guardaba las cosas y Miren le ayudaba mientras que Sebastián jugaba con  Becker, Cristian muy apenado y serio se le acercó y le dijo.

– Te pido perdón por lo sucedido, no pensé que fuera hacer capas ella de eso, en verdad perdóname.

– Sebastián se incorporó y le sonrió diciendo. – No hay nada que perdonar, yo debo agradecerte por que esta pulsera significa mucho para mí y el mensaje que tiene aún más, en verdad gracias.

– Se miraron ambos sonrieron y de pronto, Sebastián recordó esa mirada tras la máscara, esos ojos grises que reflejaban amabilidad y confianza eran esos ojos los de Cristian, en eso él le pregunto.

– ¿Qué tanto me miras?

– Sebastián dudando en titubeos contesto. – Tus ojos… tus ojos son… son de ese… de ese color.

– Cristian sonsacado dijo. – Si, ¿Por qué la pregunta? Uso lentes de contacto de color miel porque no me gustan mucho mis ojos y lo que expresan, como dicen, los ojos son la ventana del alma y prefiero mantenerla cerrada.

– Sebastián se puso serio y mejor se fue a ayudar a Miren y Mateo a acomodar los instrumentos, sin decirle nada más a Cristian.

Mientras que Ileana en su casa estaba llorando de coraje y porque se sentía humillada, apretaba su almohada y decía entre sí. Juro que me voy a vengar, esto no se va a quedar así Cristian y tampoco el maldito gay error de la naturaleza y Miren juro que me voy a desquitar lo juro.

¿Qué sucederá con Ileana? ¿Qué planea hacer? ¿Acaso Cristian será ese joven enmascarado con el que bailó y se besó Sebastián? ¿Qué ocurrirá después?

Rockeando al Destino.